-Entiendo… me parece que tienen una amistad increible Gabu-nii, ojala pueda encontrar a alguien con quien pueda compartir una amistad así… pero… sabes… me preocupa el ¿que dirán de mi? Si lo descubren yo… podría tener muchos problemas, por eso es que no estoy muy seguro de lo que debo hacer, aunque… tal vez yo solo esté destinado a la vida simple de un lobo, cazando, viviendo entre los demás miembros de mi manada… y apareandome con alguna de las hembras… pero… dime Gabu-nii, ¿no tienes miedo?… de que descubran tu secreto, que te juzguen y que te sentencien a muerte… todo por una cabra… yo si tendría miedo…

Al principio pensaba mucho en eso, y también lo pienso cuando estando con Mei percibo el olor a lobos en la cercania, pero sencillamente el resto del tiempo ni siquiera pienso en los problemas, solo me dejo llevar por la alegría de Mei, es tan contagiosa que yo no puedo evitar sentir que mientras esté junto a ella no habrá preocupación alguna que me atormente, pero… lo que más me aterra es que luego de que me mataran se empeñaran en cazarla y matarla como si con la muerte de ambos ese ciclo que empezó se cerrara, y sin poder protegerla yo solo podría observar en espiritú como la atraparían y como con satisfacción la matarían, al final nos reuniríamos en el más allá pero siempre que imagino toda la terrible escena un profundo miedo se apodera de mi corazón y es entonces cuando pienso si debería alejarme de ella para protegerla, aunque sepa bien que estando lejos de ella mi vida pierde todo sentido, la necesito, tanto como mi cuerpo necesita sangre para vivir.

-No es que no tenga miedo, pero la aprecio mucho y siento que sin su compañía, por más peligroso que fuera, mi vida estaría vacía, por ese motivo, intento no pensar en lo malo y solo concentrarme en pasarla bien cuando estamos juntos…

Noté como el pequeño me miraba de reojo, algo pensativo y luego… una pequeña sonrisa apareció en su hocico como si hubiera recordado algo divertido, aún así verdaderamente no sabía en que pensaba y como sea estabamos a punto de llegar al valle de los lobos, así que me detuve un segundo y miré a cachorro con un deje de preocupación.

-Boro… escucha bien… cuando estemos con otros lobos no debemos hablar de Mei… ¿esta bien?… solo cuando tu y yo estemos solos podremos hablar libremente y… te lo pido, no le digas a nadie sobre ella, tienes que tener cuidado o podrían darse cuenta…

Le dije mirandolo aún con una expresión preocupada, no podía evitarlo, era un cachorro, podría escaparsele sin querer y lo último que quería era que le empezaran a hacer preguntas, especialmente Giro-san pues estaba seguro de que al final lo obligaría a decir la verdad y eso significaría muchos problemas para los tres.

-Descuida Gabu-nii, no tienes necesidad de preocuparte, sé guardar un secreto, además si lo dijera por accidente también yo estaría en problemas, no te preocupes, prometí guardar el secreto y es una promesa que pienso cumplir.

Sus palabras me hicieron sentirme un poco más tranquilo, pero cualquier cosa podría suceder, sin embargo ya lo sabía y no había manera en que pudiera olvidarlo, empecé a pensar que tal vez no había sido una buena idea, involucrarlo en algo que lo metería en problemas, pero entonces pensé que quizá esto era capricho del destino sino él nunca hubiera actuado de esa manera, tal vez se habría disgustado y salido de la cueva, o simplemente se habría comportado completamente indiferente hacía Mei… pero de todas las posibilidades sucedió la que más problemas podría causar, le agradó ella y a ella también l agradó, si saber que más hacer, miré al cielo y elevé una plegaria a nuestra madre Hati, quien sin duda era mucho más compasiva que su hermano y luego le pedí una silenciosa disculpa en mis pensamientos a Boro, por meterlo en esa situación, mientras que lo miraba discretamente de reojo.

-Gabu, Boro… ¿dónde han estado?… Zach y Butch dijeron que se habían quedado cerca de una cueva mientras ellos perseguían a una presa… ¿donde estuvieron todo éste tiempo?… y tú Gabu, ¿a dónde fiste a noche? Esos dos me dijeron que te vieron salir de una cueva y que les dijiste que pasaste ahí la noche…

Tan solo al llegar, Barry comenzó a gritarme como siempre sucedía, al mismo tiempo notaba como desde una parte elevada del valle, Lala me miraba fijamente con un semblante inexpresivo, por como me trataba la mano derecha de Giro-san, me dí cuenta de que ella no le había contado a nadie sobre mi y Mei, pero su mirada me hacía sentir… inquieto, aún así, intenté controlarme pues Barry estaba esperando una respuesta.

-Yo… lo siento mucho, pensé en todas esas veces que estropee una cacería por culpa de mi torpeza y pensé que sería una buena idea realizar una practica de caceria nocturna para mejorar aunque fuera un poco pero… se me terminó haciendo tarde y estaba tan cansado que no tenía fuerzas para recorrer el camino de vuelta, así que decidí quedarme en esa cueva para pasar la noche y luego de descansar un poco volvería pero creo que me quedé dormido más de la cuenta… y sobre Boro… quería practicar el cazar animales pequeños, conejos, ardillas y eso, así que lo acompañé y traté de aconsejarlo un poco… perdonen si los preocupé…

Gabu-nii era excelente mintiendo, y no pensaba arruinar su mentira, así que en cuanto me preguntó Barry apoyé la historia que le había contado y sencillamente luego de todo ese alboroto la manada perdió el interés y simplemente se dedicaron a sus asuntos, sin duda sería la primera de una larga lista de mentiras en las que poyaría a Gabu-nii, y como si fuera una señal secreta de complicidad, levantó su pata frente a mi y de inmediato choqué la mía con la suya en un "hi paws" o choque de patas como soliamos llamarle, luego de eso nos fuimos cada quien a su lugar y nos preparamos para dormir, mientras yo solo seguía pensando en lo divertido y diferente que había sido conocer a Mei-chan.

No podía creer todo lo que había sucedido, primero esa loba descubre nuestro secreto y decide guardarlo por literalmente… "no destruir una linda relación"… es decir, que acaso ¿no le importa que yo ame a Gabu?… sino le importa entonces ¿porque nos siguió? Sin duda estaba preocupada, temía lo que ella estuviera planeando pero ya no había nada que pudiera hacer, solo esperar y ver de lo que era capaz, sin embargo… fuera de esa mala experiencia, el conocer a ese pequeño cachorro había sido muy agradable, es decir ni siquiera se portó de forma arrogante o desagradable por estar en compañía de una cabra, y sorprendentemente cuando dije que sería agradable encontrarnos de nuevo me descubrí a mi misma hablando con total sinceridad, en verdad no lo podía creer, pero sin duda fue una sorpresa agradable, tal vez podamos ir los tres a alguno de los bellos lugares que Gabu y yo visitamos antes, pero tal vez eso no sucederá pronto… ya veremos.

El camino no fue largo y por suerte pude llegar antes que el último precioso rayo anaranjado del sol desapareciera en la densa oscuridad de la noche, como esperaba todos estaban alerta por si volvía, y hasta Mii estaba vigilando un poco lejos del rebaño, por lo que fue la primera en verme, y también, la primera en recibirme, la ví correr hacía mi con desesparación pero antes de llegar a chocar conmigo se detuvo en seco y solo empezó a frotarse contra mi, como sino me hubiera visto en años, pensé que era algo exagerado pero la verdad era que no pude negarle que lo hiciera, y es que a pesar de todo, Mii siempre era la que más cariño parecía tenerme, pero pensando que ambas eramos hembras sin duda nos llevabamos bastante bien, incluso mejor de lo que me llevaba con Tapper.

-Mei… te extrañé mucho, pensé que algo malo te baía sucedido, te quiero mucho…

La pequeña parecía estar a punto de llorar, así que apoyé mi cabeza suavemente sobre la suya en un gesto de gran cariño esperando que así se calmara, pero lo cierto era que si bien no lo demostraban como Mii, los demás también me habían extrañado, pero su preocupación sin duda los llevaría a interrogarme hasta sentirse más tranquilos, así que internamente suspiré y me preparé para la avalancha de preguntas.

-Ya estoy aquí Mii, no llores por favor… yo también te quiero mucho pequeña

Le susurre suavemente mientras que frotaba mi barbilla contra su cabeza, sentía la necesidad de consolarla antes de enfrentarme a la avalancha de preguntas que sin duda vendrían principalmente de Tapper, de hecho, estaban esperando a que Mii se calmara y me dejara llegar tranquilamente, lo cuál fue más pronto de lo que pensé, y volviendo a ver a la pequeña sonreir me sentí lista, y como siempre mi "aniki" que es como solía llamarlo pues era como mi hermano mayor pero sin parentesco sanguineo, era el primero, y su rostro siempre estaba serio en estas ocasiones, así que me adelanté y lo encaré, esperando a que reaccionara como siempre.

-Mei… ¿tienes idea de lo preocupados que estabamos por ti?… dos días casi sin saber donde estabas, si estabas bien, o si te había pasado algo… ¡¿Donde demonios estabas?!

Tapper intentaba mantenerse calmado pero al final, como siempre sucedía acababa gritando, pero lo entendía, me querían y a pesar de que no lo demostraban directamente sus rostros de preocupación me lo hacían saber, sin poder evitarlo agaché mi cabeza apenada.

-Lo siento Aniki… es que… estaba paseando por el risco donde se ve aquél bello arcoiris cuando de pronto un lobo comenzó a perseguirme, yo solo pensaba en huir por eso… ni siquiera me di cuenta de a donde había llegado, y fue cuando se empezó a hacer de noche y preferí buscar una cueva en donde dormir, al final encontré una pero seguía sin saber que rumbo tomar, y cuando desperté me dediqué a buscar el camino de regreso, pero cuando pude ubicarme el sol ya estaba en lo más alto del cielo, finalmente tomé el camino de vuelta pero me tomó mucho tiempo volver y por eso apenas acabo de llegar… lo siento, no quería preocuparlos.

Dije sin levantar la cabeza, ya que sabía bien que si lo dejaba, Tapper podría seguir interrogandome hasta sacarme la verdad, por lo que solo seguí fingiendo, ya que no podía decirles que pasé la noche en una cueva en compañía de un lobo… y el día de hoy en compañía de dos lobos… siempre pensaba en lo mucho que me gustaría contarles pero sabía que jamás aceptarían una amistad y mucho menos un amor como el que compartiamos Gabu y yo, ellos aún seguían pensando que todo lo que podían contra los lobos era huir de ellos.

Pronto varios empezaron a preguntarme como había ocurrido, y yo trataba de responderles en frases sencillas, pero lo que me dí cuenta era como se habían reunido a mi alrededor reconfortandome con sus palabras, mostrandome su preocupación e incluso su admiración pues casi siempre una cabra de mi edad no solía tener la suerte de evadir a un lobo, mientras que yo solo les agradecía y dejaba que siguieran mostrandome su interés por mi, fue entonces cuando volví a pensar en lo que hablamos Gabu y yo, ¿en verdad podía ser capaz de dejar todo esto para escapar con él y comenzar una nueva vida solo nosotros dos? Era dificil considerar las cosas, es cierto que el que no podamos llevar nuestra relación abiertamente, diciendoselo al menos a mi rebaño… pues ellos jamás lo aceptarían… y desde luego ni siquiera se darían el tiempo de conocerlo para que vieran que es diferente a los otros lobos… nunca podríamos ser verdaderamente felices teniendo que ocultar nuestro amor, pero seguía pensando… ¿que era más valioso para mi?… mi amor por él o el afecto que les tengo a mis amigos… o quizá… debiera llamarlos… ¿familia? Me sentía bastante confundida en ese sentido.

Finalmente todos terminaron de saciar su curiosdad y su preocupación, por lo tanto, nos dirigimos de vuelta a nuestras guaridas, todos estaban más tranquilos ya y yo aliviada de no tener que seguir respondiendo preguntas y repetir una y otra vez "estoy bien, no se preocupen", así que me dispuse a entrar a nuestra guarida, donde me esperaba mi abuela y sorpresivamente también la pequeña Mii.

-Si que tuviste una gran aventura Mei… y dime ¿no tuviste miedo?

Me preguntó mi abuela aún algo preocupada, porsupuesto ya estaba harta de contestar preguntas, suficiente fue con los eventos ocurridos con esa loba y el pequeño Boro, pero sin duda tenía que hacer lo posible por calmarla, sino podrían hacer algo drastico como no dejarme ir cuando quisiera ver a Gabu, así que estaba obligada a responder quisiera o no quisiera.

-Si… fue una aterradora aventura abuela, y de hecho de no ser por el miedo no creo que hubiera podido correr lo suficientemente rápido para perder a ese lobo, pero tranquila, no me pasó nada, estoy bien y la proxima vez estaré más atenta a los alrededores, ahora sino te importa quisiera descansar, sucedieron muchas cosas demasiado rápido y mi cuerpo me pide que lo deje descansar… buenas noches abuela, descansa.

Antes de que pudiera hacer cualquier otra pregunta, me acurruqué rápido envolviendo el cuerpo de Mii con el mio, y sintiendo la suavidad y calidéz de su pequeño cuerpo, cerré los ojos, quedandome dormida casi de inmediato, pero justo cuando estaba a punto de dejar que mi conciencia visitara el país de los sueños, escuché a la pequeña balbuceando, y entre lo que dijo algo me sobresaltó, aunque estaba demasiado cansada para hacer algo al respecto.

-Mei… hueles a… lobo… te quiero Mei…

Lo había dicho entre sueños pero con todo lo que había sucedido el olor a lobo impregnaba mi pelaje, pero supongo que a nadie le preocupó ya que despues de todo, estaban más impresionados y asustados de que hubiera podido sobrevivir al ataque de un lobo y tal vez pensaban que ese olor era resultado de mi intento de huir, pero nadie más dijo comentario alguno, ni siquiera Tapper, pero ya sabía que era lo que haría mañana a primera hora… debía deshacerme de ese olor.

En cuanto cerré los ojos, sentí como mi percepción de la realidad se perdía rapidamente, había entrado en aquél espacio entre el sueño y la realidad, donde solo existe un vacio oscuro e ilimitado, no pasó mucho para que pudiera percibir la entrada al mundo onírico, un tunel de luz, el cuál solía seguir, y que me llevaba a lo que mi subconsciente guardaba, generalmente mis sueños eran recuerdos de los momentos que había vivido ese día, pero esta vez… al otro lado del túnel pude verlo, un claro repleto de flores, flores tan coloridas que parecían brillar ligeramente bajo la luz del sol, y en el centro del claro, un precioso lago, cuyas aguas eran tan cristalinas que casi eran invisibles, pero sobre todo… un magestuoso árbol, gigantesco como nunca lo había visto, parecía brotar del fondo del propio lago, no parecía estar muerto, pues sus hojas abundantes y de un color verde brillante mostraba que estaba vivo, y tampoco parecía que en cualquier momento sus raices fueran a ceder y éste fuera a caer sobre el terreno, pero entonces recordé que estaba en un sueño, por lo que lo imposible en la realidad podía ser posible aquí, si deseara caminar sobre esta agua tan transparente y pura sin duda lo lograria pues la mente era el motor que hacía que los engranajes de nuestros sueños giraran, sin embargo, muchos solo eran soñadores que dejaban que sus sueños los guiaran, y de hecho eso era lo que había estado sucediendo conmigo, me gustaba recordar todos esos momentos felices, porque los disfrutaba, pero sin duda todas las inquietudes se habían acumulado, y quizá por eso esta vez fui llevada a éste hermoso lugar, pero no entendía… ¿porque estaba yo sola?, ¿porque no estaba Gabu conmigo? Y justo cuando empecé a preguntarme eso, una gruesa capa de nubes cubrió todo el cielo, dejandolo todo tan oscuro que parecía un chiste el que pensara que el cielo era de color azúl, pues ni siquiera en lo más lejano se veía otra cosa que gris oscuro.

-Pronto va a llover… será mejor que me resguarde…

Pensé para mis adentros, pero cuando me puse a buscar algún árbol cercano, estos habían desaparecido, ya solo quedaba el gigantesco e imponente árbol del lago, pensé que igual me mojaría si entraba al agua pero por lo menos en el agua podría mantener mi cabeza seca y cuando pasara la tormenta podría secarme pronto con el sol, pero mi sorpresa fue grande cuando al tratar de meter una pata en el agua, esta permaneció apoyada en la superficie del agua, como sino pesara más que un insecto.

Intenté quedar de pie sobre el agua y para mi sorpresa fue impresionante, el agra parecía solida y liquida a la vez, pues cuando daba un paso una onda se formaba y sentía que se hundía ligeramente pero en cierto punto se quedaba quieta y podía dar otro paso, y así caminé con lentitud hasta quedar justo junto al tronco de gran árbol, y como si las nubes hubieran esperado a que yo me pusiera cubierto, dejaron caer su gran diluvio que cubrió la tierra, planeaba quedarme ahí hasta que todo terminara pero la lluvia no paraba, incluso la tranquila agua del lago en las partes más exteriores se notaban agitadas y pequeñas olas se generaban las guales mojaban un poco mis pesuñas, pero lo que vi al mirar más atentamente la superficie, me dejó helada, parecía una… serpiente gigante moviendose sinuosamente a mi alrededor, aunque se mantenía a distancia, en la inquieta agua bañada por la lluvia, como sino se atreviera a traspasar el limite entre el agua turbia y el agua calmada, pero aún así era dificil seguir sus movimientos.

-Oh… no… ¿q-que es esa cosa?… no puedo quedarme aquí o sino… pero ¿que puedo hacer? Si trato de correr lo más seguro es que me alcanzaría y si me quedo aquí… tarde o temprano vendrá por mi…

Sin querer empecé a retroceder paso a paso, hasta que al final el tronco del imponente árbol me tapaba el paso, en ese momento miré hacía abajo, el grueso tronco se dibujaba claramente hacía el fondo del lago pero había un momento en que parecía perderse en una densa neblina negra que me impedía ver donde se enraizaba, y justo cuando intentaba ver más claramente, un par de ojos completamente rojos me miraron, me quedé congelada sintiendo un terrible escalofrio de miedo, no sabía que hacer y me sentía completamente indefensa.

-Raspa la corteza del árbol, en su interior se encuentra un pasaje que te llevará de vuelta a la realidad, apresurate, el espacio puro que los separa a ti y a ese monstruo será nulo en tan solo unos momentos más…