Me desperté por el calor. Ben estaba profundamente dormido abrazándome como un oso de peluche, respirando en mi nuca, sin ninguna posibilidad de escaparme. Parecía un niño. Pero, me daba mucha pena moverme para zafarme de su agarre, lo podía despertar, y lo que menos quería era interrumpir su sueño, si el pobre venía de la madrugada del día anterior volando, y lo que hicimos anoche terminó por tumbarlo. Aunque parece, que al piloto también le entró algo de calor, pues luego de unos breves segundos que medité un plan para quitármelo de encima, Ben me soltó y se dio media vuelta para buscar un espacio más frío en la cama. Era mi momento.

Suave, me retiré, tratando en lo posible que el colchón no se moviera, aguantándome de paso ese duro cambio de temperatura que llegó a mi piel. Todavía estaba desnuda. Aun así, con toda esa hazaña de escape, no pude evitar que BB8 se despertara. Se terminó levantando conmigo mientras buscaba mi pijama, intentando sin éxito generar un poco de calor abrazándome a mí misma. Lo encontré tirado cerca de la puerta, me lo coloqué rápido, y salí de la habitación en puntillas junto con mi hijo gatuno.

Acompañada, fui directo a prender la calefacción del departamento, la sala estaba aún más fría que la habitación. Rellené el plato de BB con su alimento, y me dispuse a preparar el desayuno para mí y para Ben. Bueno, algo tarde para ser llamado desayuno, si era casi medio día, y no veía de lo pronto que Ben se despertara antes que marcaran las doce. Pero no importaba, era feriado, y los días feriados son para olvidar los horarios.

Listo todo, fui a la mesa, y encendí el televisor para sintonizar las noticias navideñas, mientras al lado mío, mi hijo gatuno disfrutaba de su rica comida. Por suerte, el departamento se templó rápido, e hizo que mi desayuno en solitario fuera mucho más agradable el resto de la mañana. Me quedé varios minutos después contemplando la televisión, saboreando el nuevo café que habíamos comprado con el moreno en nuestra última visita juntos al supermercado, que, por cierto, estaba delicioso. A los pocos segundos que terminé mi taza, Ben llegó a la sala vestido frotando sus pegados ojos, dando un gran bostezo entremedio del pasillo.

-Buenos días Rey - el muchacho, todavía algo adormilado, se acercó a mí para entregarme ese clásico beso de buenos días, que en este último tiempo ha sido un privilegio darnos. -¿Por qué estás despierta tan temprano?

-¿Temprano?-me reí. Parece que no vio la hora antes de levantarse– Es casi hora de almuerzo.

-¿En serio?- se despertó un poco por la noticia- Creo que dormí demasiado.-

-Totalmente merecido - me levanté de mi puesto para ir en búsqueda de otra taza, y utensilios para que comiera- ¿Quieres desayunar? Hice pancakes, y hay café listo en la cafetera-

-Pero Rey, no te tienes que molestar en levantarte, sabes que me puedo servir yo solo- me reclama con pena, pero no me alcanza a detener.

-Muy lento- me burlo en el camino. Cuando Ben se despertaba algo aturdido de esos sueños de máxima relajación, siempre aprovechaba esa vulnerabilidad para atenderlo un poco. Si él lo hace conmigo ¿Por qué yo no? Aunque, siempre era la misma simpática escena entre nosotros. Yo también le reclamaba exactamente lo mismo cuando el piloto me atendía "no te preocupes, sabes que me puedo servir yo sola"- ¿Cómo dormiste Ben?

-Bien... demasiado bien - se ríe, insinuando implícitamente lo de anoche - ¿Y tú, Rey? ¿Qué tal dormiste? -

-Muy bien igual- me rio también. Después de que nos recostamos, me quedé profundamente dormida, consiguiendo el mejor descansar de todo el mes de diciembre.- ¿Quieres utilizar el plato que usé para comer, o prefieres uno limpio?

-¿No me vas acompañar?-

-No, ya comí, pero puedo compartir contigo una taza de café -

-¿Segura?-

-Completamente - No lo medita mucho el piloto, y se sienta de una vez a comer con lo que había utilizado.

-Están deliciosos los pancakes -

-Me alegra que te gustaran- lo besé tierno en la frente como a modo de agradecimiento por el comentario, entregándole su taza de café. Amaba que disfrutara la comida que preparo.

-Gracias - me la recibe gentil con sus manos llenas de cariño - ¿Cuánto llevas despierta?

-Creo... más de una hora-

-Me extraña que no siguieras durmiendo-

-Es que, no pude seguir durmiendo-

-¿Por qué?- pregunta, sin captar aún la ironía en mis palabras.

-Porque alguien me aprisionó contra su cuerpo, y consiguió el que me diera mucho calor - explico entre risas.

- ¿Es en serio? - se sorprende riéndose después de tragar- ¿Otra vez? - le afirmo con la cabeza aguantándome la risa- Perdóname Rey-

-¿Qué tanto sueñas cuando me abrazas de esa manera?-

-La verdad, no lo sé - me responde bebiendo de su taza, disfrutando la comida - Pero, tengo la vaga idea que es cuando te extraño demasiado durante la semana - bromea.

-Claro, como si no pasáramos nunca tiempo juntos - contesto con sarcasmo, siguiendo la dinámica.

Cosa que no funciona como yo espero, pues el joven Solo cambió radicalmente su actitud a un bastante seria, insinuando con su expresión que había malentendido notablemente mis palabras.

-¿Te molesta que no pasemos mucho tiempo juntos?-

Y me toma muy desprevenida la pregunta. Nunca habíamos conversado el tema de si compartíamos mucho o poco tiempo entre nosotros, porque, a decir verdad, por mi lado, jamás lo noté, y jamás se hizo presente el que me hiciera falta más atención de parte de él, o el que hiciéramos más cosas entre los dos, porque desde siempre he estado más que conforme con nuestro estilo de vida y hermosa convivencia.

- ¡No, para nada! - me excusé, intentando de remediar la mala interpretación con la que había tomado mis palabras el moreno. - ¿Por qué? ¿A ti sí? - me surgió la duda de repente.

-A veces… sí- me confiesa torciendo el rostro, mirándome con remordimiento.

Me quedo helada por el asombro. Jamás pensé que el piloto me ocultaría algo que le incomodara de la relación, si desde un principio quedamos en mutuo acuerdo que cualquier cosa que nos empezara a molestar lo trataría de hablar previamente para solucionarlo de lo pronto, en lo posible, antes que se transformara en un mal entendido.

-¿Por qué nunca me lo dijiste?-

-Porque, no es tu culpa el que no compartamos mucho durante la semana, sino, más bien mía-

-¿Qué?- No estaba captando para nada lo que me estaba diciendo.

-Por mi trabajo- me responde, dejándome mas claro el punto a donde quiere llegar- Sobre todo este ultimo tiempo.

-Ben, desde un principio nuestra relación ha sido de esta manera, y nunca me ha molestado.- me expreso relajada, ya más instruida al asunto que quiere abarcar el muchacho.-Y siendo sincera contigo, nunca lo noté.

-¿En serio?- suena muy confundido, como si no creyera lo que está escuchando.

-En serio. -le reafirmo asintiendo exageradamente con la cabeza esbozando una sonrisa, buscando su mano para entregar calma a su estado de confusión- Me encanta el cómo vivimos y lo que hemos formado.

Aunque, había una pequeña cosa que me causaba ruido en nuestro diario vivir, un pequeño detalle que lo guardaba sólo para mí. El trabajo de Ben. El saber que estaba en los cielos me causaba un escalofriante nerviosismo, un miedo escondido que acechaba paciente, detrás en mi conciencia, esperando lo peor: Perderlo, que desapareciera de mi vida en un segundo, como lo hicieron mis padres.

Pero no se lo podía decir. Esas cosas no se comentan, ni se insinúan. Porque no podía hacer nada al respecto, y tampoco correspondía que lo hiciera, pues es a eso a lo que se dedica desde hace varios años. Aun así, tenía la esperanza que, en algún minuto, cuando no me diera cuenta, se iba a esfumar ese sentir. Tenía que meterme en la cabeza que esos sucesos demasiado trágicos no suceden dos veces en la vida.

-Además Ben, ya no te vas a tener que preocupar por eso, si ya me compraste el auto ¿no?

-Es cierto, estaré mucho más tiempo en casa ahora que no voy que realizar vuelos extras- suena más convencido, alegre con él mismo. -Porque no voy aceptar ninguno más.

-Cómo tu prefieras Ben- sonrío sincera-Si estás más o menos en casa, eso no va a cambiar lo que siento por ti. Porque, aún así, con todo estos cambios algo bruscos que hemos tenido en nuestro diario vivir, te sigo amando con todo mi ser.

Ben guardó silencio por un segundo observándome con sus grandes iris oscuros cubiertos de brillo, amándome con ellos. Se levantó de improviso de su asiento aún tomado de mi mano, invitándome hacer lo mismo que él, y me contrajo a su torso con toda la gentileza del mundo para envolverme entremedio de sus brazos, concediéndome el sentir de todo ese cariño que me ha demostrado desde que decidimos compartir un pedazo de nuestras vidas entre nosotros.

Y por estas circunstancias tan intimas, nunca me importó, o me molestó el que no compartiéramos demasiado durante la semana por situaciones de no concordancia con nuestros horarios, si de una u otra forma hacíamos presente el que nos amábamos con toda nuestra alma, con la misma fuerza que percibimos en un instante de nuestras vivencias que nos encontrábamos en una hermosa sintonía.

-Es bueno saberlo - me expresa feliz con un dulce beso en mi frente. Besos que adoraba que me entregara. -Te amo Rey, y al igual que tú, con todo mi ser.

-Es bueno escucharlo-mi corazón danzaba en mi pecho, lleno de dicha por saber que aún me correspondía con la misma intensidad. -

-Y deseo con toda mi alma que siga así.-

-Yo igual- contesto entre sus ropas, sintiendo esos calmos, pero intensos, saltos de su corazón a través del tacto de mi oreja que posaba en su pecho.

-¿Qué te gustaría hacer hoy Rey?- me cambia el tema.

-Nada en particular ¿y a ti? ¿tienes algo en mente?-

-Nada-

-Entonces… ¿Nos quedamos en casa? - pregunto, esperando a que me responda un sí.

-¿Por qué no?-me sonríe mirándome desde arriba. Todavía estábamos abrazados-Amo cuando nos quedamos en casa.


Hola, que tal bellxs? Bueno, aquí un capítulo algo tierno.

Siendo sincera, me encanta escribir momentos tan cotidianos de ellos, hasta a mi me alegran el día.

Cuéntenme que les pareció, si fue de su agrado o no. La verdad, es lindo de su parte cuando me escriben y me dicen cómo se esta llevando la cosa, me llenan el corazoncito cuando lo hacen.

Eso pues, muchos cariños y saludos.

Lo personajes no me pertenecen.