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Dulce Tentación.

Chapter VIII: Ansiedad.

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Gintoki pasaba esa noche de sábado en su departamento revisando exámenes, se encontraba distraído pensando en que las cosas marchaban como debían ser. Kagura había mantenido la boca cerrada según lo prometido y como debió ser desde el principio, pero aún temía que en un arranque de emociones reprimidas ella dejará todo al descubierto y arruinará su carrera antes que se haga efectiva su carta de renuncia. Por otro lado en el transcurso de las últimas dos semanas las cosas con Tsukuyo estaban yendo de maravilla, la rubia se estaba ocupando de prepararle deliciosos almuerzos dando terminó así a esos tristes platos de arroz blanco.

Dejo escapar un sonoro suspiro al encontrarse con el de la pelirroja, los nervios le ganaron, sentía su ritmo cardiaco por las nubes y sus manos empezaron a sudar ¿Qué pasaba si le colocaba una calificación demasiado baja? ¿se enojaría y delataría? Le dio un sorbo a su leche de fresa ¿Qué pasaría si le da una calificación un poco más alta? Lo pensó un rato quizás eso sería mejor, darle un par de decimas que subieran su calificación real. Definitivamente su mente no estaría tranquila hasta que saliera de la escuela y sería una noche más en la que no lograría conciliar el sueño, pero ya sería domingo para tomar su merecido descanso.

A dos horas y media de la ciudad había un pequeño pueblo con aguas termales, una casa de regalos y diversos puestos de comida al que rodeaba un gran parque boscoso, sin dudas para el maestro sería una buena forma de pasar el día. Gintoki estaba ansioso de conocer el lugar donde se presumía por las noches los ovnis surcaban en el cielo, si lograba con su teléfono tomar una toma seguramente podría venderla a una estación de televisión por un buen precio y se acabarían por dos o tres días sus problemas económicos dedicados a las golosinas.

Inspiro profundo por fin algo de aire fresco entraba a sus pulmones y con ellos la tranquilidad que tanto había extrañado. En un ahora y media se haría un tour por el bosque con los turistas que estuvieran presentes en ese momento, tenía tiempo suficiente para comer y visitar la tienda de regalos e incluso buscaría algo lindo para Tsukuyo. Dentro del local había llaveros, lápices, tazas, bufandas, figuras y todo con diseños de ovnis. El pueblo exageraba un poco su atracción a su parecer encontró un llavero que fue de su agrado, se trataba de un platillo volador con un círculo de cristal en medio que al darle la luz parecía encenderse. Sakata iba a tomarlo cuando una mano más rápida lo tomó, miró indignado al "ladrón".

—Debe ser una broma —soltó el veinteañero.

Kagura no parecía sorprendida al verlo ahí, ni mucho menos interesada en devolverle el llavero.

—Qué suerte me quede con el último —sonrió.

Gintoki miró a todos lados buscando rostros conocidos y aparte del de Kagura ninguno lo era. Nuevamente empezó a sentirse muy nervioso, sentía sus latidos en sus oídos, pero ahí estaba ella como si no lo conociera. Antes de que su sistema nervioso le causará un colapso tuvo una idea, podía preguntarle directamente que prefería respecto a la evaluación, si se llevaban bien quizás no lo acusaría y se portaría menos molesta en las clases.

—Necesito hablar contigo.

La pelirroja alzó una ceja.

—¿Tanto escándalo por un llavero? Te dije que no tocarás mi realidad si querías que mantuviera la boca cerrada —el enojo en su voz era notorio.

—Lo sé ¿cómo demonios se supone que supiera que ibas a estas aquí?

—Mi abuela vive en el pueblo, vine a traerle algunas medicinas que le faltaban —respondió con tranquilidad al darse cuenta que su presencia si significaba algo para él.

—Quiero hablar sobre tu examen, no te fue muy bien. Prefieres tu nota real sin enojarte y sin hacer algo tonto o tal vez pueda darte alguna décima y seguimos en paz —sus palabras al final sonaron atropelladas.

—¿Qué pasa, me tienes miedo? —dijo con tono de burla tras notar su nerviosismo.

Sin más que decir fue a pagar el llavero, recibió su vuelto y salió rápidamente de la tienda. El profesor no dudo en seguir sus pasos. Kagura no tenía la intención a detenerse a conversar con él Gintoki por su parte y con la necesidad de calmar su ansiedad tomó la muñeca derecha de la joven para que se detuviera. La pelirroja miró el agarre que detuvo sus pasos para luego subir a los ojos del hombre, unos rizos rebeldes cubrían su frente.

—Lo lamento tanto Kagura, quería decírtelo hace tiempo. Me porté como un idiota en la tienda y no supe como disculparme mientras pasaban los días se hacía más difícil. Lo siento Kagura, lo siento mucho.

La pelirroja sentía una sensación extraña, las manos parecían sentirlas más frías, su estomago parecía tener un nudo y al mismo tiempo como si algo le hubiera caído encima sentía pesadez en el pecho mientras sus latidos aumentaban, una sensación que ella catalogaría como fea. Las palabras del hombre empezaron a calar en su interior causándole inseguridad y aun así quería escuchar lo que tenía que decir.

—¿Eso es todo? —preguntó con un tono apagado.

—Dime qué hacer con el examen y prometo no volver a molestarte.

—Quiero la décima extra y que por hoy no seas incómodo. Vine a comer y pasear por el bosque, no lo arruines —añadió con el cabizbajo.

El sistema de alerta del joven seguía estando al máximo, sus manos sudaban y su ritmo cardiaco tenía un ritmo aún más elevado que cuando agarró la delgada muñeca de chica.

—¿Irás al tour? —quería saber si debía esperar al siguiente, no creía poder soportar estar cerca de la chica por más tiempo sin que la ansiedad le provoque un infarto.

—No, es más divertido explorar el bosque —sonrió con amargura— Si quieres puedo mostrarte lugares que omiten y puedes ir al siguiente.

Sakata lo dudo por unos segundos, pero si podía ganarse la confianza de la chica y al mismo tiempo llevarse un mejor con ella podría dejar de tenerle miedo. No creía que Kagura fuera capaz de empujarlo por un risco o hacer que se perdiera por días en el bosque y terminará muriendo por inanición o disentería. Kagura lo miró expectante esperando una respuesta a lo que el veinteañero no pudo resistirse y asintió. Ambos caminaron por el sendero marcado mientras se adentraban por el bosque, no era sencillo para ninguno, sus forzados modales parecían haberlos metido en una situación aún más incómoda las palabras que cruzaban se limitaban a comentar el camino y paisaje. Tras veinte minutos haciendo el recorrido del tour y con la pelirroja dando una que otra explicación de ciertos lugares como el árbol de tallo quebrado donde se cree chocó el ovni. En ese instante Kagura desvió el camino a la izquierda pasando entre un montón de árboles que no eran parte del sendero marcado. Sakata no estaba seguro de continuar, pero no quería dejarla sola en un lugar que podría ser peligroso.

—¿A dónde vas? Ese no es el camino —dijo un tanto histérico recordando cuando la perdió en la salida a terreno y luego de eso la equivocación que lo tenía en ese terrible limbo de emociones.

—Ven, te mostraré algo que no todos los turistas ven.

—No creo que sea buena idea —insistió hablando con más rapidez de lo habitual —Te puedes perder.

—He venido toda mi vida a vacacionar aquí, conozco el camino señor turista —respondió con una sonrisa altanera, un gesto propio de ella y el primero no forzado desde que inicio la caminata.

Gintoki trago pesado antes de seguirla para comprobar que efectivamente que la cobertura se había perdido al tomar el desvió. Kagura comenzó a contarle la historia que a esas alturas ya parecía una leyenda urbana, mencionó una cueva en su relato y sintió como si le hubieran volteado encima un bote con agua fría pues estaban frente a una, no estaba seguro si trataba de asustarlo o enserio había ocurrido todo.

—¿Lo entiendes ahora? El tour no pasa por aquí porque temen la reacción de la gente y sobre todo los descendientes de esas dos personas que desaparecieron.

Ambos estaban parados frente a esa entrada que parecía escondida a simple vista, pero con mover algunas ramas estaba a la vista. En el medio se podía ver una piedra plana como si fuera una mesa con lo que parecían marcas de arañazos y en las paredes interiores unas escrituras en una lengua extraña. En la mente del hombre tal vez los alíen podían ser un mito, pero ¿Qué posibilidad había de que una persona hiciera eso? ¿Qué probabilidad había de que hubieran entrado a la guarida de un asesino?

—Te ves pálido ¿estás bien?

—No creo que este lugar sea seguro. ¿Qué pasaría si todo el mito del alíen es por cubrir unos asesinatos? No sería raro que todo el pueblo cooperara para que vinieran más turistas y así salvarse de la pobreza.

La joven alzó una ceja sin poder creer lo que escuchaba, acababa de matar la magia de la leyenda con la extraña paranoia que salía de su mente, lo que ella desconocía es que el hombre sufría constante estrés sumado al insomnio y un continuo estado de alerta lo estaba llevando a un límite peligroso.

—¡Tenemos que irnos! —insistió tironeando del brazo a la pelirroja. Ella se deshizo del agarré rápidamente al notar su extraño cambió de actitud.

—¡Cálmate! Aquí es seguro, venía de pequeña con mi hermano. No pasa nada ¿Estas tomando alguna medicación o algo?

—L-lo siento, desde la excursión que casi no logro dormir —se masajeo la cien con la mano derecha, para luego ver que la expresión en el rostro de la joven había cambiado no dudaba que la había asustado aún más que su propio delirio sobre el asesino.

—¿Es por…? —no se animo a terminar la pregunta tras notar que la miraba fijamente —¿Que hiciste para que la conciencia te torture cada noche?

Sakata arrugó el ceño, desvió la mirada a las paredes y luego mirar nuevamente a la joven.

—¿Por qué me seguiste afuera ese día? Sabía que no debía seguir tus jueguitos y aun así lo hice de nuevo —dejo escapar un suspiro, parecía que por fin había aligerado algo del peso que sentía encima.

—Creí interesarte, no pensé nada diferente hasta que nos vimos en la tienda.

—Estaba asustado —se sinceró sentándose sobre la roca plana— Hice algo que no debía, no quería perder lo que costo conseguir con tanto trabajo, podría ser hasta tu padre.

—No creo que alguien pueda ser padre a los ocho años —dijo sonriendo Kagura, acuclillándose frente al hombre— Si hubieras dicho esto antes ¿saldrías con Tsukuyo?

Sakata miro con atención las facciones de la pelirroja, debía ser un hombre o mejor dicho una persona terrible, la rubia era hermosa, pero no había pensado en ella en ningún momento mientras estaba con Kagura.

—No sé, quizás, ella es una buena amiga no creo que hubiera pasado demasiado tiempo para que lo note. —Los ojos de la pelirroja parecieron perder brillo y su expresión comprensiva se fue apagando con cada palabra —Kagura eres una chica preciosa, pero esto no va pasar, no puede pasar de ninguna manera. Además, tienes a Suichiro ¿no?

La joven sonrió era increíble que aun no recordará su nombre.

—En parte tienes razón y por otra ¿Por qué no te dejas llevar?

—Tienes ocho años menos que yo, y por tu edad me podrían llamar pedófilo, que me aproveche de mi condición de superior.

—Este es mi ultimo año antes de la mayoría de edad, lo sabes.

—No hagas esto —trato de reincorporarse, pero la joven lo detuvo del brazo— Kagura, por favor.

Su frase no acabó, estaba congelado frente a ella, frente a la chica que tanta ansiedad le había provocado. Ambos sabían que era algo que no podía pasar, ni tampoco saberse, pero un tierno beso fue suficiente para callar al veinteañero. Nuevamente había caído ante los encantos de esos destellantes ojos azul cielo, quizás se iría al infierno por no respetar las normas, pero en esos momentos parecía el cielo. Se separo de ella por unos instantes, vio las mejillas sonrosadas de la pelirroja, seguramente las de él también estaban así pues sentía calor emanar de su rostro, por unos segundos contemplo los rosados labios de la chica antes de besarla. Kagura con el ritmo cardiaco por las nubes se dio el capricho de acariciar los salvajes rizos que para su sorpresa resultaron ser suaves.

—¿y ahora que pasará? —preguntó abrazándolo por el cuello.

—No lo sé, pero nadie puede saberlo —respondió correspondiendo su abrazo y buscar sus labios una vez más.


Hola! He vuelto en forma de fichas xD

Me alegra haber visto sus estrellas y comentarios en los capítulos anteriores, aunque no me crean actualizare más seguido, he tenido una sensación de paz interior que había extrañado y me hacía falta :3

Saludos a los que aun estén por aquí y espero haya sido de su agrado el capítulo :P

PD: Lo escribí y subí altiro, si ven algún error me avisan. Besos