Nota de autor: A diferencia del primer interludio este si contiene parte importante de la trama y no solo detalles menores. Espero lo disfruten.

Eran pocas las veces que Loan podía decir con honestidad que había descansado. Usualmente sucedía en los días donde su cuerpo estaba tan cansado que le era imposible a su condición interrumpir el sueño; como este día.

Sucedía en días donde su mente podía bañarse en la gloria de una victoria, pues había logrado algo que creía imposible. Como este día.

Y usualmente en estos días, su madre la mimaba limpiando su habitación para asegurarse de que nada la perturbara. Justo como ese día.

Lo único inusual, la razón por la cual se había despertado a mitad de su placido descanso, era el calor acumulado en su pecho y extremidades, calor cuyo residuo forzó a la joven a quitarse su suéter y desabrochare el sostén.

Eh… usualmente no uso sostén… a verdad…

Loan recordó entonces el bosque, el bosque que la había extenuado y que ni siquiera en la noche ofreció misericordia, el bosque del cual salió viva y victoriosa.

Loan suspiró de alivio, el aroma a lavanda a su alrededor le aseguraba que ella estaba fuera del peligro, de vuelta en su oscura, fría y reconfortante habitación. Arropada con su cobija gruesa recién lavada, acompañada por su tierno y lindo prim-

¡¿Bobby?!

Booby junior estaba acostado junto a ella, usando su cobija para ayudar a cubrir las partes expuestas de su cuerpo, y lo suficientemente cerca como para dejar en claro porque hace un momento Loan sentía calor en su pecho.

Oye, oye, ¿Que está pasando?

Loan tragó saliva, su cerebro estaba reactivándose más rápido de lo que estaba acostumbrada, hasta el punto de que tuvo que respirar de forma consciente.

Sus ojos, acostumbrados ya de por sí a la oscuridad del cuarto, no tardaron en validar que, en efecto, Bobby solo llevaba puesto unos shorts de tela ligera. Su torso estaba completamente expuesto.

Esto debe ser un sueño, Loan. Si, un muy buen sueño…

Loan respiró profundamente, el aroma del chico estaba mezclado con tintes de olor a naranja, justo como el del champú de Lori.

Ya mi cabeza me ha hecho estas jugadas antes. Solo es una mezcla de mis recuerdos haciéndome una jugarreta.

Loan volvió a respirar, en su mente había solo dos objetivos importantes:

Verificar si ese era en verdad Bobby.

Y aprovecharse de la situación en caso de que ese no fuera Bobby.

Para lograr el primer objetivo solo tenía que seguir una serie de pasos y así validar su entorno. El sonido, olor y la vista eran los más fáciles para su mente de alterar, así que solo confirmo esos tres por rutina.

Luego de eso, Loan se levantó, volvió a abotonar su sostén y fue hacia el baño. Al poder ver con claridad su reflejo pudo descartar que estaba atrapada en un sueño.

Aunque… Loan decidió quedarse un rato y checar su aspecto, la mayoría de características que detestaba seguían allí; las estrías, la marcas oscuras debajo de sus pechos y en sus axilas, su pelo revuelto y con varios hilos del mismo sujetos solo por azar del destino, las manchas de mapache alrededor de sus ojos.

Todas estas marcas de un cuerpo destrozado, si ella misma era incapaz de cuidar su propio cuerpo era insano pensar que podría compartirlo con alguien más.

Ese era un pensamiento recurrente en su cabeza…

Eres un asco… tanto por dentro como por fuera…

Era un pensamiento fácil de validar, y por extraño que le pareciera, la reconfortaba poder tener razón.

Pero, esta vez había algo diferente, la piel de su cara, la que cubría su nariz, mejillas, frente y barbilla; no estaba cubierta por piel muerta producto de la dermatitis. Se veía sana. Se sentía suave.

No daba asco… ese sentimiento de repugnancia hacia sí misma no estaba bien infundado del todo esta vez.

¿Qué podía ella pensar de eso? La dermatitis en su piel eran producto del stress diario que sufría… pero ya no estaba sufriendo de tanto stress como antes, y pronto las manchas en sus ojos se podrían ir de la misma forma, tal vez incluso se podría liberar de las ronchas en su cuello producto de la cantidad de veces que se ha rascado allí para saciar su ansiedad.

No era difícil descubrir el motivo detrás de estos cambios, y si bien los nuevos fármacos cargaban con parte del mérito, quien en verdad estaba destrozando los días de agonía para la chica era el niño acostado ahora en su cama.

Dios… desearía que fueras una ilusión… lo que te estaría haciendo ahora mismo hahah…

La sonrisa de Loan se desvaneció instantáneamente, convertida ahora en una mirada penosa enfocada en su propia reflexión.

No. Esto está mal. Joder, en serio, ¿lo primero que hice al despertar fue desear poder cogérmelo? Y aun quiero hacerlo, maldita sea, No… mira lo bien que me va con él y lo único que puedo pensar es en como arruinarlo. ¿No hay una forma de detener esto? por favor solo ya no quiero ser una sadic-

Su línea de pensamiento fue interrumpida por una lágrima, su simple, espontaneo y fuerte deseo ahora materializado.

No quiero este cuerpo penoso.

Y ese mismo deseo se trajo consigo a otros de donde se ocultaban.

No quiero tener que seguir escuchando voces.

No quiero tener que vivir esta lucha.

Quiero ser útil, ser alguien, alguien buena, alguien que las tenga más fáciles.

Ser normal.

Solo… solo no quiero ser yo.

Sus manos cubrían su rostro húmedo, incapaces de detener el flujo de deseos. Pronto ese mismo torrente de suplicas terminó por ensordecerla. Loan sabía que tenía la boca abierta, sabía que estaba llorando, pero era incapaz de saber el alcance de sus lamentos.

Y así estuvo, golpeando mentalmente su propia imagen, apretando su piel en un intento de castigarse. Esa piel que había logrado curarse era una mentira, no habían razones para que ella se recuperara, no lo merecía, el destino la había tratado mal, el mundo la había tratado mal, era claro que ella desde un inicio no merecía nada más que ser tratada mal.

La puerta del baño su abrió, era Lori, tenía que ser su madre otra vez, llegando justo cuando las cosas se salían de control…

Pero no era Lori, no esta vez... Loan lo había olvidado.

—¿Loan? ¿Loan que sucede?

Era su primo, su pequeño Bobby, aun se veía medio dormido y el brillo en sus ojos mientras la miraba estaba opaco, casi indetectable.

No, tu no debería-

Loan apretó sus puños de inmediato, infringiéndose dolor como castigo por no ver lo obvio, ¿Porque Bobby estaría allí en primer lugar? Si no para verla en ese estado. Era claro, el destino volvía a mostrarle que ella no merecía ser feliz.

—No me gusta verte triste… ¿puedo ayudarte de alguna forma?

Loan tuvo que inhalar con fuerza y reprimir el odio dentro de sí misma cuando la pureza del chico se transformó en algo obsceno dentro de sus pensamientos. Estaba a punto de negar las buenas intenciones del muchacho cuando este la atrapó en un abrazo.

—En esta vida todos merecemos ser felices. Sobre todo aquellos que la tienen más difícil, como tu Loan.

—Bo-booby, no… por favor… no sabes l-lo que dices,— Loan hablaba con dificultad, pues las ganas de seguir llorando seguían allí, el odio seguía golpeando su psique, y sus pulmones eran incapaces de respirar de forma rítmica, —lo que tengo es tratable, muchos han vivido con esto, yo soy la única lo suficientemente inútil como para caer tan bajo.

—No me importan los otros, —El brillo en los ojos del niño se hacían más claros, —Solo tú puedes saber lo que es vivir en tu condición. Y solo tú me importas. No conozco a esos otros, solo te conozco a ti, solo quiero ayudarte a ti.

El agarre de Bobby creció en fuerza, —Quisiera poder ayudarte pero no sé cómo… solo sé que eres importante para mí, siento que nuestra conexión es especial y quiero disfrutar de más días felices a tu lado. Eh- eh… Es-esto—Bobby pausó por un momento, su voz entrecortándose —¿Es esto lo que se siente al fin tener una familia?

Loan, quien fue incapaz de escuchar su propio llanto, percibió de inmediato el moqueo de su primito. Su cuerpo se movió por puro instinto, agachándose y abrazando a su preciado Bobby, quien en respuesta acaricio con fervor su mejilla en contra de la de su prima.

—Se siente… se siente cálido… es hermoso. Y no quiero perderlo- por fin… por fin tengo una familia y no quiero perder ninguna de sus partes.

Ante las palabras de Bobby el llanto dentro Loan mermó sus fuerza, y poco a poco sus deseos se volvían incapaces de materializarse. La razón era simple:

Bobby, alguien que apenas había conocido apreciaba lo que ella era.

Alguien sin lazo directo con ella ni obligado a estar con ella, la veía como alguien invaluable.

Había alguien que si quería que ella existiera.

—Bobby… gracias por tus palabras… me siento un poco mejor… No. Me siento mucho mejor.

Era cierto, aun cuando Loan tenía que respirar hondo para mantenerse calmada, la verdad era que dentro de sí un calor reconfortante estaba aliviando su alma.

—Aun me falta mucho para poder afirmar que estaré bien… pero tú me ayudaste a salir de ese hueco de donde estaba. Solo… intenta no presionarte mucho. Mi doctora es la que se encargara del trabajo pesado, ¿Está bien?

Bobby se separó de su prima y afirmó varias veces antes de dejar su mirada enfocada en lo que tenía delante.

—Bien, ahora… creo que debería tomar un ba…

Loan se dio cuenta entonces, los iris pequeños, la cara enrojecida, las manos apretando los lados de sus shorts. Ella aún estaba en sostenes y Bobby tenía una vista de primera fila.

—ahm…

—ahm… yo, yo, yo. —Bobby finalmente fue el primero en reaccionar. Se tapó los ojos y salió corriendo de la habitación tan pronto como pudo, cerrando de golpe la puerta al estar del otro lado, —¡Lo siento Loan!

—Ah. No te preocupes Bobby…

Por los pasos que escucho después, Loan al menos estaba segura de que su último mensaje fue recibido. Fue inevitable para ella el sonreír luego de ello, claro que también había algo de lujuria rondando por su mente, pero en ese momento tenía la fuerza suficiente para ignorar esos pensamientos.

Tenía muchas cosas que pensar, algunas de esas las resolvería en la ducha, pero el resto podían esperar a luego de que ella y Bobby disfrutaran del resto del día.

Después de lo que le hice pasar, Bobby sin duda se merece un buen día…

Y yo también… yo también me merezco uno.