La historia pertenece a Sablesilverrain en AO3. Los personajes son de JK (excepto Ruby). La traducción es mía.


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Capítulo VIII: Quince


Harry estaba sentado en el sofá de dos plazas con Severus en un amigable silencio mientras el hombre pasaba distraídamente sus dedos por las elegantes ondas de Harry, cuando la puerta fue golpeada abruptamente.

—Harry, ve a abrir la puerta a tus amigos —Sirius gritó desde el comedor.

Harry frunció el ceño.

—¡Pero estoy cómodo! —gimió y Severus rió suavemente, quitando su mano del cabello del adolescente.

—Ve y abre la puerta, mocoso. Todavía estaré aquí cuando regreses —dijo Severus, justo cuando Sirius asomaba la cabeza en la habitación.

—Puerta, ahora —ordenó el hombre.

Harry se levantó con una mirada atronadora en su rostro y fue a abrir la puerta.

Sirius miró a Severus.

—Parece que te has abierto camino hasta los corazones de los dos Omegas que más amo en este mundo, pero solo para que conste: todavía no me gustas —dijo en voz baja.

Severus resopló.

—Soy muy consciente de eso, Black. El rencor es mutuo. Sin embargo, amo mucho a Harry, lo suficiente como para que su parecido contigo no sea desagradable, y si lo apruebas o no, me importa muy poco. No obstante, tengo la intención de hacerlo feliz —aseguró, con la mirada decidida—. Me gustaría que no lo obligues a elegir entre nosotros porque sé que, por mucho que te quiera, me elegiría a mí primero y le heriría profundamente tener que perder a una de las personas que más ama. Intenta estar feliz por él.

Sirius suspiró.

—¡Lo estoy intentando! No voy a obligarlo a elegir a quién ama más, pero eso no hace que me guste. ¿Por qué no pudo haber elegido a Neville o algo así?

Severus se rió entre dientes.

—No habría estado feliz con un chico tan recto. Neville es muy recto y correcto; Harry nunca podría vivir así. Es un espíritu libre de principio a fin.

Sirius asintió.

—Eso es cierto. Voy a terminar de arreglar el comedor. Por qué Ruby insiste en ello este año, me supera —murmuró.

Harry llevó a Draco, Remus y Neville a la habitación y frunció el ceño cuando Remus y Neville tomaron el sofá de dos plazas junto a Severus y luego su rostro se aclaró cuando Draco se sentó entre sus dos compañeros, a sus pies.

Harry tomó el lugar a los pies de Severus y el hombre continuó acariciando su cabello mientras Harry se apoyaba en sus piernas.

—Sabes que tendrás que levantarte de nuevo cuando llegue la horda Weasley, ¿verdad, mocoso? —preguntó el hombre con clara diversión.

Draco miró a Harry.

—¿Dejaste que se saliera con la suya llamándote así? —preguntó en estado de shock.

Harry sonrió.

—Es lo más cariñoso que me va a decir delante de los demás. No me importa, no lo dice en serio. —Se volvió para encontrarse con los ojos de Severus y respondió—: Y me levantaré entonces, pero estoy cómodo aquí.

Severus simplemente tarareó en reconocimiento.

—Entonces, Tom me dijo que se reunió con ustedes personalmente —comentó al trío.

Neville asintió.

—Lo hizo. Mañana reclamo mi asiento en el Wizengamot y le daré mi primera oportunidad a Lucius —dijo—. Aparentemente, él me ve como un niño pequeño que solo juega a la política. Es su funeral; la abuela me preparó para esto, y Augusta Longbottom nunca ha sido una mujer mansa. Es una Beta, pero se casó con una Alfa y logró vencer las probabilidades cuando tuvo a mi papá. No muchas mujeres Beta dan a luz Alfas, pero tanto mi padre como Draco nacieron de mujeres Beta —añadió con orgullo—. De todos modos, estoy divagando. Estoy ansioso por encontrarme con el hombre. Veremos de quién prevalecen el ingenio y la fuerza de voluntad. Tengo la sensación de que se verá obligado a concederme al menos un punto —dijo, con aire de suficiencia.

Draco tarareó felizmente y se giró hacia un lado para descansar su barbilla en la rodilla de Neville mientras le sonreía al Alfa.

—Me gusta cuando te pones todo Alfa-y… —ronroneó, luego miró a Neville a través de sus pestañas y suspiró—: me excita.

Neville se atragantó y se sonrojó, y Remus se echó a reír.

Harry captó la mirada de disgusto que cruzó por el rostro de Severus antes de volver a ponerlo en su habitual ceño fruncido y arrastrar las palabras:

—Por favor, Draco, no hagas que tu pareja haga un nudo en público. No tengo ningún deseo de ver eso, y será mejor que Harry sienta lo mismo.

Harry sonrió.

—No lo sé, me daría material de burla para los próximos años.

Severus apretó su mano en el cabello de Harry y lo usó para hacer que Harry lo enfrentara directamente.

—¿A quién perteneces? —gruñó.

La sonrisa de Harry nunca vaciló cuando respondió:

—Al Alfa más elegante de la habitación —gorjeó, inhalando profundamente—. Cualquiera puede oler tu esencia de menta en mí, ¡es obvio que soy tuyo!

Severus puso los ojos en blanco y dejó que Harry se fuera justo cuando volvieron a llamar a la puerta.

—¡Toma a tus compañeros adolescentes y sal de mi vista, descarado! ¡Me vuelves loco!

Harry se levantó y se detuvo en la puerta para decirle a Severus: «¡Sabes que te encanta!» Antes de lanzarle un beso y dejarlo a él y a Remus hablando sin oídos jóvenes alrededor.

Los tres adolescentes se apiñaron en la puerta y Harry la abrió.

—¡Estamos aquí, somos extravagantes, tráenos una cerveza de mantequilla! —los gemelos gritaron, ambos arrojando sus brazos alrededor de Harry.

—No hay cerveza de mantequilla esta noche, me temo. Ruby dijo que esta noche querría tener todas mis facultades a mi alrededor, pero no me dijo por qué —Harry les dijo cuando lo soltaron y Ron entró detrás de ellos.

—Hey, amigo —saludó Ron, sonriendo.

—Hey, aprecio que nunca me asfixies. Es bueno obtener eso solo de estos dos y de Sirius —Harry notó, señalando a los gemelos. Ron se rió entre dientes.

—Feliz de ayudarte.

—¡A mi cuarto! —declaró Harry.

El grupo de adolescentes subió las escaleras hacia la habitación de Harry.

La cena estaba terminando cuando Severus se aclaró la garganta.

—Antes de que Harry abra sus regalos, quisiera darle los míos —dijo. Se levantó, sacó una caja de su bolsillo y se arrodilló al lado de Harry, cuyos ojos y boca se abrieron en estado de shock.

—Harry, me persiguiste durante tres años, convirtiéndote en mi mejor amigo primero y luego acechándome cuando llegó tu primer celo, así que no tuve más remedio que aparearme contigo para salvarte de ti mismo —rememoró—. Me he dado cuenta de que tú y yo parecemos estar perfectamente emparejados, y no podría haber elegido una mejor pareja si se me hubiera permitido elegir.

Harry se rió entre lágrimas de felicidad.

»Harry James Potter, Lord Potter, mi precioso Omega, ¿me harías el honor de casarte conmigo? —Severus abrió la caja para revelar un anillo con una gran esmeralda del mismo tono que los ojos de Harry.

Harry asintió, luego se arrojó de la silla y tacleó a Severus, besándolo por toda la cara mientras tiraba al hombre al suelo y aterrizaba encima de él.

Severus se rió entre dientes.

—Bueno, ahora que me has inmovilizado, ¿podemos levantarnos? Este piso no es el mejor lugar para nosotros si queremos mantenernos limpios.

Harry rió y se levantó, ayudando a Severus a levantarse. Severus tomó su mano y deslizó el anillo sobre ella, luego besó profundamente a Harry.

Sirius frunció el ceño cuando el beso duró más de diez segundos.

—¡Muy bien, rompan esto, ustedes dos! —exclamó.

Harry se apartó de Severus con un gemido.

—Bien. ¿Cuándo te quieres casar? —le preguntó a Severus. Severus se encogió de hombros.

—El próximo verano sería un buen momento para planificar; o podríamos elegir un momento durante el año escolar, cualquiera funciona.

Harry tarareó, tocándose la barbilla.

—Hablaremos después al respecto —decidió. Miró a Sirius—. Estás de acuerdo con esto, ¿verdad? ¿Me entregarás?

Sirius sonrió cálidamente.

—Lo haré, porque sé que tu padre me cortará la cabeza cuando lo encuentre en el más allá si hago algo para arruinar tu día especial. Tu madre estaría orgullosa de ti, por tomarte el tiempo para conocerlo realmente. Estoy feliz por ti. —Miró a Severus y suspiró—. Si lo lastimas, aprenderás de primera mano cómo se siente un juguete masticable —amenazó.

Severus asintió, serio.

—Haré todo lo posible para mantenerlo feliz —prometió solemnemente—. Además —sacó una carta escrita en una papelería muy cara—. Esto es para ti. Ya deberías saber de quién es —dijo, entregándosela.

Harry lo tomó con entusiasmo.

—¿Deseos de cumpleaños o negocios? —preguntó, rompiendo el sello, el sello del Señorío Slytherin, y abriéndola.

Severus sonrió.

—Un poco de ambos, creo —respondió.

Harry leyó la carta, que comenzó con un mensaje de feliz cumpleaños y pasó a pedirle que acompañara a los gemelos Weasley y a su Alfa y se reunieran con él en el Caldero Chorreante en dos semanas. Tom le dijo que era simplemente una precaución, pero estaba receloso de encontrarse con ellos solo.

Harry tarareó.

—Les han dicho…

—Recibimos la carta esta mañana —George interrumpió.

—Lee lo sabrá en dos días. Estamos listos y podemos hablar en serio por una vez.

George se encogió de hombros.

—Nos hará bien —añadió con simpleza.

Arthur frunció el ceño.

—No me gusta la idea ni un poco, ¡y tu madre está de acuerdo conmigo! —exclamó—. Cualquier signo de travesura o caos en su nombre y nos aseguraremos de que nunca más se encuentren con él. ¡Y buscaremos la Marca Tenebrosa cuando lleguen a casa! Si la tienen, ¡no pasarán otra noche bajo mi techo! —advirtió.

Fred hizo una mueca.

—Debidamente anotado —le dijo a su padre. Harry asintió.

—Dice que tiene un regalo para mí, pero no se puede enviar en una caja o contigo —le dijo a Severus—. Aparentemente es un animal y tiene temperamento, pero ha sido criado específicamente para mí, así que debería gustarme. —Harry sonrió ampliamente—. Apuesto a que es una serpiente.

Severus se rió entre dientes.

—No lo creo. Había puesto sus manos en otra cosa antes de regresar a su cuerpo, y cuando Lucius estaba preocupado por el Ministro, me pidió que lo ayudara a traerlo a la Mansión. Aunque estoy bastante seguro de que te gustará.

—Cambiando de tema, abre el mío a continuación —instó Ruby, deslizando una pequeña caja hacia él.

Harry lo abrió para encontrar no solo el álbum de Spice Girls del que le habían hablado, sino otros tres casetes. Alanis Morissette, Blink-182 y Pearl Jam.

—¡Brillante! ¡Gracias! —dijo alegremente.

Ruby sonrió.

—Déjame saber cuál te gusta y cuál no, todavía estoy tratando de conocer tus gustos musicales. Así que eso puede ayudar.

—¡Lo haré! —Harry prometió.

Severus se acomodó para ver a los adolescentes competir por el siguiente regalo abierto, contento de haber ido primero para evitar la histeria.

Realmente, los cumpleaños eran ruidosos cuando eras tan joven como Harry. Los adolescentes solo tenían dos volúmenes cuando la emoción estaba involucrada: «Alto» y «Querido Merlín, ¡cállate!»