TODOS LOS PERSONAJES, ESCENARIOS Y HECHIZOS CONOCIDOS PERTENECEN A JK ROWLING, YO SÓLO LOS TOMO, LOS MEZCLO Y AGREGO COSAS

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Capitulo 8:

Era el día de la graduación y estaba realmente emocionada por eso. Al día siguiente ella y Draco partirían hacia Australia y buscarían juntos a sus padres.

Su relación con el rubio, aunque inverosímil al principio, se había vuelto tan necesaria como respirar. Hermione había creído que estaba enamorada de Ron, pero lo que sentía por Draco era mucho mayor de lo que jamás sintió por él.

El discurso de apertura de la ceremonia de graduación seria brindado por su mejor amigo Harry. La directora Mcgonagall lo había invitado para que diera un mensaje motivacional para todos los egresados. Harry Potter había llegado la noche anterior y se había hospedado con ella en la torre de premios anuales.

Los dos amigos estuvieron hablando hasta altas horas de la madrugada, pero cuando Harry finalmente se durmió, ella salió a hurtadillas hacia la habitación de su novio. Nadie fuera de las paredes de la torre estaba enterado de lo que ellos tenían, salvo Blaise.

Cuando abrió la puerta de la habitación de Draco, este la estaba esperando con cara de pocos amigos y de un humor bastante caustico. Era evidente para Hermione, que su novio estaba celoso de su amigo. Un par de caricias después él ya no recordaba por qué estaba enojado. Ni ella recordó ciertas precauciones que debió tomar aquella noche, una de ellas era insonorizar la habitación.

Esa mañana tuvo que confesarle a Harry la naturaleza de su relación con Draco, pues haber olvidado el hechizo de insonorización hizo más que evidente que ellos dos no estaban conversando ahí adentro.

Completamente roja y con los ojos brillantes, enamorada, le contó todo a su mejor amigo, a su hermano por elección. Harry se mostró contrariado por la nueva información, y para alegría de Hermione, el aceptó inmediatamente su noviazgo con Draco. Aunque la reprendió por no haberle dicho nada antes.

Hermione observaba por la ventana. A lo lejos, junto a la tumba de Dumbledore, en un bello camino de rosas, sentados en un banco, Draco y su madre conversaban algo de forma bastante seria. Seguramente el estaría informando a su madre que al día siguiente tomarían un traslador hacia Australia.

Decidió no observarlos más, en su lugar se dirigió a su closet y extrajo el vestido rojo que utilizaría esa noche. La prenda era un suspiro hecho en seda. Draco se había puesto muy molesto cuando ella se había negado a comprarlo en Hogsmeade. El vestido era tan caro como precioso y ella, sinceramente, no podía permitirse gastar esa suma.

El día anterior, él había aparecido con el dichoso vestido como un regalo para ella. Mientras que Hermione se había propuesto ayudar a Draco a encontrarse con su humanidad, Draco se había propuesto que Hermione disfrutase más de las cosas materiales, fomentando su vanidad.

La hora de la fiesta llegó y Harry se vistió en el cuarto de Draco, mientras que este lo hizo en el mismo lugar que Hermione. Ambos chicos habían intercambiado solamente gruñidos a lo largo del día y Hermione tuvo que separarlos cuando los encontró enfrentados y en un silencio que vaticinaba una guerra si ella no intervenía.

El ex príncipe de Slytherin no había querido contarle a su novia que había ocurrido entre él y cara rajada antes de que ella llegase. Cuando ella intervino, segundos antes de que Draco golpease a San Potter, él se limitó a besarla profundamente.

A sabiendas de que eso molestaría a Harry Potter, Draco le había dado un cinematográfico beso a Hermione segundos antes de perderse en la habitación de ella.

La ceremonia había sido muy emotiva y Potter había sido quien entregó los diplomas a su novia y su mejor amiga. Luego dio un discurso de cierre y la fiesta comenzó. Mientras Draco bailaba un vals con su madre, Harry llevó a Hermione aparte, pues tenía que conversar algo muy importante con ella.

Hermione se puso nerviosa ante la expresión sombría de su amigo. Él la guió hasta la oficina de Mcgonagall donde le dijo que debía mostrarle algo. Las manos de la premio anual comenzaron a sudar. Un mal presentimiento la recorría.

- Hermione, necesito que veas algo. No quería hacerlo, pero considero que es por tu bien.

- Harry me estas asustando.

Harry Potter extrajo un hilo plateado de su sien derecha y lo depositó dentro del pensadero. Hermione temió lo que esa memoria podía esconder. Su mente le decía que avanzara, pero su corazón gritaba intentando tironearla fuera de ese lugar.

- ¿qué es esto Harry?.

- es una memoria Herms. ¿Quieres saber por qué discutía con Draco esta tarde?, ven.

Como siempre, su cerebro ganó la contienda y cubrió los pasos que la separaban del pensadero. Al sumergirse se vio en uno de los pasillos del castillo. Cerca de las mazmorras de Slytherin, junto a Harry.

Él caminó hacia un recodo, y se ocultó tras una columna. Unos metros más allá se podía ver una pareja entregada a la lujuria. Hermione no necesitó acercarse más para saber quién era el que sostenía contra la pared a una chica que gemía profusamente.

Hermione salió inmediatamente del recuerdo y sus ojos se cubrieron de lágrimas. No podía creer lo que había visto. No podía creer que él le estuviese haciendo eso. Tenía que haber un error, algo en el recuerdo debía estar mal, pero no podía identificar que era.

- ¿qué es esto Harry?

- es lo que vi esta tarde Herms.

- no puede ser Draco, él estuvo con Narcissa casi toda la tarde. Pude verlos desde la torre…

- ¿estás segura?

- no…

- también tengo esto. Cuando él se encerró en tu habitación y no me quedó otra que vestirme en la de él. Encontré esto. Toma, sé que no es ético que haya revisado sus cosas, pero tú eres mi amiga y necesitas saber cómo son las cosas.

Hermione tomó el pergamino y lo abrió para observar una pulcra escritura en tinta verde. Su corazón se detuvo al leer las líneas de la primera carta y se rompió definitivamente cuando vio la segunda.

8 de junio de 1999

Querido hijo.

Espero que te encuentres bien. Me complace comunicarte que he llegado a un acuerdo con August Greengrass. Él ha estado de acuerdo en concederte la mano de Astoria, su hija menor, que también asiste a Hogwarts. Dorothea, nuestra organizadora de eventos, me ha confirmado que a mediados de Agosto podríamos tener listos los preparativos para la boda.

Draco, debes tomarte los próximos días para conocerla. Sé que ella es una chica sensible y buena. Es todo lo que esta familia necesita para renacer. La madre de Astoria me ha confirmado, en secreto, que no le eres indiferente a su hija. Deberías hacer el esfuerzo y conquistarla.

Te envío todo mi cariño y deseo que tu futura esposa sea lo que tanto has buscado y necesitado.

Te quiere.

Mamá.

Draco estaba comprometido y no le había dicho nada. Esa carta tenía más de dos semanas de haber sido enviada y él había mantenido en secreto el hecho de que pronto se casaría con otra. Las lágrimas corrían por su rostro arruinando su maquillaje.

10 de junio de 1999

Querido hijo.

Recibí tu carta y me han sorprendido en sobremanera tus palabras. No esperaba una respuesta tan vehemente y ante argumentos tan contundentes debo claudicar. Jamás he sido buena para ponerte límites o negarte lo que desearas, así que no comenzaré ahora que eres todo un hombre. Eres un buen hombre Draco, aun con los padres que te tocaron.

Haz tu voluntad hijo, busca tu camino. Tienes mi bendición. Cada vez que tu padre o yo hemos intentado dirigir tu vida solo te hemos hecho infeliz. Es hora de que vivas tus propias aventuras, de que encuentres la felicidad de la que te hemos privado por tanto tiempo.

Tomate tu tiempo, viaja a Australia tranquilo, disfruta la vida y más adelante, cuando regreses, podemos planificar la boda. Solo debes recordar que la novia y yo deberíamos reunirnos antes para decidir la temática de la fiesta.

Pienso que septiembre seria una fecha adecuada, de todas formas debería conversar con sus padres para ajustar los detalles. O quizá podríamos pedir su mano formalmente. Lo veremos cuando regreses.

En cuanto a tu peculiar petición. Los duendes trabajan a destajo para cumplir con tu pedido. El diseño es exquisito y la manufactura será igual. No ha habido novia que portase un anillo de semejante calidad y belleza, a ella le encantará. La familia renacerá desde sus cenizas y recuperará todo su esplendor a causa de la nueva señora Malfoy.

Estaré en Hogwarts el día de la ceremonia y te entregaré la sortija para que oficialices tu compromiso con ella. Deseo que todo salga como lo has planeado.

Cuídate mucho hijo. Aunque seas adulto, para mí siempre serás el pequeño niño de cabellos dorados que sostuve en mis brazos el día que nació.

Te quiere.

Mamá.

Hermione estaba en shock. Probablemente, mientras ella leía esa carta, Draco lo estaba pidiendo matrimonio a Astoria Greengrass luego de haber tenido relaciones con ella en un oscuro pasillo del castillo. Estaba desbastada, según la carta Draco viajaría con ella, aun estando comprometido con otra. Seguramente aquello era una despedida de soltero para él.

Harry tuvo mucho cuidado en no demostrar su regocijo. Malfoy estaba acabado. Él había encontrado la forma de deshacerse del odioso novio de Hermione con solo hurgar un poco en sus cosas.

Solo le bastó un hechizo simple sobre sí mismo y mostrar las cartas a Hermione para que ella se desilusionara completamente. Malfoy había firmado su sentencia y Harry estaba muy feliz de ser el verdugo en aquella ocasión.

Puede que él fuera el salvador del mundo mágico. Puede que se hubiese sacrificado a sí mismo para derrotar a Voldemort. Pero él no era el mismo chico idiota con complejo de héroe de un año atrás. Él había sido criado para cumplir una misión. Toda su miserable vida había sido un peón en un juego mucho más grande que él.

Ahora que las riendas de su vida estaban en sus manos, Harry Potter quería todo lo que merecía o creía merecer. Quería todo y más. Él era un héroe, él merecía a la chica. No era justo que el villano se la llevase. Su plan era simple y efectivo. Pronto la chica seria suya. Después de todo ya la había apartado de Ron, apartarla de Malfoy era pan comido.

Hermione salió de la oficina de la directora y caminó como una autómata hacia los jardines. Necesitaba urgentemente poder respirar. Todos esos meses creyendo conocerlo fueron mentira. Cuando él decía que la amaba, era mentira. Esas bonitas frases de amor, estaban vacías. Él estaba planeando su boda mientras fingía quererla.

Cuando Harry Potter se quedó solo en la oficina de la directora, uno de los retratos allí colgados dejó de fingir que dormía. Y lo observó con asco. Puede que al final de la vida de ese director, él hubiera elegido hacer las paces con Harry, pero su recuerdo impreso en aquel cuadro sentía un profundo desprecio por aquel muchacho.

- de tal palo, tal astilla. Parece que los Potter jamás consiguen a la chica si no la engañan.

- Profesor Snape…

- no se haga el inocente señor Potter, puedo estar muerto pero reconozco una treta aun siendo una pintura. Usted, al igual que su padre, es un timador. Y espero, por el bien de la señorita Granger, que ella no caiga en sus redes como Lily Evans hizo en su momento.

La imagen de Severus Snape Salió de su cuadro y Harry posó sus ojos sobre Dumbledore. El viejo director tenía una mirada triste y decepcionada.

- ¿usted también me dará un sermón profesor Dumbledore?

- por supuesto que no Harry. Que puede saber la pintura de un viejo hombre muerto. Solo espero que esto que has hecho no arruine la vida de todos ustedes.

- no lo hará. Es lo correcto.

- eso espero Harry, eso espero…

Potter salió de la oficina y se internó en el salón de baile. Disimuló su alegría besando a Ginny y bailó con ella el resto de la noche. Él no se preocupó por seguir a Hermione o ver como estaba ella, sabía que todo saldría bien para él a final de cuentas.

No importaba cuando difíciles fueran los tiempos, cuando duros fueran los obstáculos, al final Harry Potter siempre salía victorioso.

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Hermione salió de la cafetería. Enfrentarse a la verdad de lo sucedido hace tantos años era un golpe duro para ella. Se sentía estúpida por haber creído en quien fuera su mejor amigo y padrino de sus hijos.

Ella debió enfrentar a Draco. Debió pedirle explicaciones, escuchar su versión. No abofetearlo apenas lo vio y huir sin quedarse a escuchar lo que él tenía para decir.

Blaise aseguraba que la segunda carta que ella leyó, seguramente era la carta donde Narcissa aceptaba que Draco se casase con ella y no con Astoria.

- Hermione, ¿estás bien?

- no Blaise, no lo estoy. Todo esto es una mierda. No entiendo lo que sucedió. Yo vi ese recuerdo. Era él, era Draco con Astoria en un pasillo del castillo.

- princesa, sabes muy bien que los recuerdos pueden ser alterados. Potter es un auror entrenado, ellos deben saber unos cuantos trucos para modificar sus memorias en caso de ser atrapados por el enemigo. No sería extraño que utilizase algún hechizo para confundirte y hacerte creer que era Draco.

Hermione comenzó a llorar desesperada en medio de la calle. Había sido traicionada por su mejor amigo. Había perdido, quizás para siempre, al amor de su vida y había privado a sus hijos de su padre. Ellos jamás le perdonarían haber hecho eso. Ella jamás se perdonaría haber confiado tan ciegamente en Harry Potter.

- soy una estúpida. Llevo todo este tiempo pensando que Draco me engañó, sintiéndome mal por seguir queriéndolo y resulta que todo era una mentira. ¿Qué debo hacer Blaise?, arruiné todo.

- no lo arruinaste Hermione. Tu solo confiaste en la persona incorrecta. Recuerda que Potter pudo ser un Slytherin también, él vivió mucho tiempo ligado a Voldemort, eso lo ha vuelto bastante astuto, no te culpes por haber confiado ciegamente en él.

- ¿y qué hago ahora? no puedo presentarme ante Draco y decir. "Hey disculpa por huir sin explicación, es que creí que me fuiste infiel… ah por cierto tenemos dos hijos de casi ocho años".

- definitivamente no. Eso haría que Draco tuviese una embolia. Aunque no lo culparía si estuviera enojado. Debiste contactarlo princesa. Aunque hubiese sido verdad lo que Potter te contó, Draco merecía saber la existencia de sus hijos.

- estaba tan herida Blaise… Pensaba que si se los ocultaba esa sería mi venganza. Con el tiempo dejé de estar enojada y pensé muchas veces en contactarlo, pero Harry siempre me recordaba que Draco podría quitármelos. Él estaba casado, y con todo ese dinero que él tiene, un juzgado jamás permitiría que conserve a los niños.

- no creo que él hubiese hecho eso. Astoria jamás hubiese permitido que unos niños inocentes perdiesen a su madre.

- ¿en verdad ella era tan buena?

- Astoria era un ángel. Era como tú pero menos testaruda. Era la Ravenclaw más Gryffindor que conocí en mi vida. Además era hermosa.

- ¿tú la querías?

- sí. Pero el arreglo de Narcissa con August Greengrass fue más provechoso que el que ofreció mi madre. Nunca tuve oportunidad. Ella siempre quiso a Draco, aunque él era un cerdo elitista antes de estar contigo. Malfoy siempre fue un bastardo con suerte, todas morían por él.

- ¿cómo hiciste para verlos juntos todo ese tiempo?

- aprendí. Ella me veía como un amigo, y Draco es mi mejor amigo. Verla feliz se convirtió en un bálsamo para mi corazón.

- debió ser duro que ella muriera.

- no te imaginas. Scorpius es lo único que queda de ella en la tierra. Ver a Draco abandonarlo era lo peor. Si no fuera por el niño me hubiese ido hace tiempo. No sabes lo difícil que puede ser un Malfoy siendo idiota.

- eres un buen amigo Blaise. Me hubiese gustado conocerla.

- ella era bondadosa como tú. Amaba a Draco sabiendo que él te ama a ti. Yo no comprendía eso, hasta que me di cuenta que yo era feliz viéndola feliz con él.

- el amor actúa de forma extraña.

- así es. ¿Qué haremos ahora que sabes la verdad?

- no lo sé Blaise. No puedo presentarme ante Draco como si nada. Mis hijos no saben que su padre está vivo.

- ¿qué piensan ellos?

- no lo sé. Una sola vez Antares preguntó por él. Ella quería saber sobre su padre.

- ¿le dijiste la verdad?

- le dije que su padre era un buen hombre pero vivía lejos. Que algún día, cuando creciesen, podrían buscarlo.

- ¿eso realmente conformó a los dos hijos de las personas más inquisidoras que conozco?

- tenían cinco años, fue suficiente por el momento.

Hermione nunca se había sentido tan perdida como en ese momento. La única persona en la que podía confiar era Blaise. A ella no le quedaba ningún amigo en el mundo más que él.

- Blaise, necesito tu ayuda. Necesito que me ayudes a descubrir la verdad. Quiero oír la verdad de Harry Potter y luego quiero recuperar lo que me pertenece. Quiero que mis hijos recuperen a su padre. ¿Me ayudarás?

- haré lo que sea por ti Granger. Soy medio italiano, puedo conseguir sicarios de la mafia siciliana en un instante si lo deseas.

- eres escalofriante a veces.

- lo sé y por eso me quieres.

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Cerbero corría en sus tres patas por todo el jardín persiguiendo a la nueva mascota de Antares. Ambos animales se habían hecho amigos a los pocos minutos de conocerse.

Antares jamás había sido tan feliz como cuando Blaise la dejó elegir dentro de la tienda de mascotas. Lamentablemente no había hurones hembras de color blanco en esa tienda. Todos los hurones blancos eran machos, así que Antares decidió que su mascota seria macho.

El problema surgió cuando no supo como nombrar al pequeño hurón blanco que tenía algunas manchas grises en su lomo. El tío Blaise sugirió que podía llamarse Draco, como la constelación. Eso le gustó a la niña, después de todo, ella y su hermano tenían nombres de objetos celestes.

Esa mañana su madre había salido temprano y ellos habían ido a jugar al jardín para que sus mascotas se divirtiesen un rato. Su abuela les había llevado el desayuno y ambos estaban disfrutando un pequeño picnic bajo el árbol de manzanas que crecía en la parte trasera de la casa.

- Taír, ¿crees que el tío Blaise sea nuestro papá?

- no Tary, el tío Blaise tiene la piel color marrón y nosotros no.

- ¿y que tiene?, a lo mejor tiñe su piel como mamá su cabello. Tampoco nos parecemos a mamá, ni a los abuelos.

- eso no puede hacerse, no puedes cambiar tu color de piel. Nosotros nos parecemos a nuestro padre. Pero no sé quién es.

- ¿y si le preguntamos a mamá?

- sabes que mamá se pone muy triste cuando preguntas por papá. No quiero que le preguntes Tary, no hagamos llorar a mamá otra vez.

- ¿y si le preguntamos al tío Harry?, quizás él lo conozca.

- no Antares. No le preguntarás nada a tu padrino. Ya lo hiciste una vez y él te dijo que papá era malo y te hizo llorar. ¿No lo recuerdas?

- tienes razón. ¿Puedo preguntarle al tío Blaise?

- puede ser. ¿Por qué insistes tanto en saber sobre nuestro padre?, ¿por qué ahora?

- porque quiero que dejen de burlarse de ti en la escuela. No quiero que te peguen más Taír. Si encontramos a papá él seguro nos defendería, y haría que mamá vuelva a sonreír. ¿Alguna vez viste a mama sonreír con los ojos como dice la abuela?

- no necesito que nadie me defienda. Además, si nuestro padre nos quisiera estaría aquí, con nosotros. Y es verdad, nunca vi a mi mamá sonreír con los ojos, pero si la vi llorar cuando preguntas por él, así que no quiero que ese hombre vuelva. No quiero que mi mamá llore.

- perdón. Yo tampoco quiero que mamá llore. No te enojes conmigo Altaír.

- no me enojo, ven aquí.

Altaír abrazó a su hermana y juntos observaron a sus mascotas jugar. De los dos hermanos, Altaír era el más maduro e inteligente. Mientras que Antares era mucho más sensible, soñadora e intuitiva.

Desde muy pequeño, Altaír había sido sobreprotector con su hermana y su madre, cosa que enorgullecía a su abuelo y le hacía ganar muchos mimos y dulces por parte de su abuela.

Él no sabía por qué no tenían un papá, pero estaba seguro de que su madre tenía un buen motivo para no buscarlo. Ella era la más inteligente de todas y si hubiera forma de que su padre estuviera con ellos, ella ya lo hubiera encontrado.

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Draco se había quedado dormido sobre un montón de resúmenes de cuentas. Él había vuelto a llevar trabajo a casa. Desde que Blaise fue declarado desaparecido en acción, las tareas se acumulaban para él.

Scorpius jugaba sobre una manta y sobresaltó a su padre cuando gritó al ver a su abuela entrar en la habitación. La distinguida mujer tomó a su nieto en brazos y caminó hacia el amplio escritorio color caoba.

- madre. Perdón, me quedé dormido.

- te ves cansado hijo. Deberías delegar el trabajo. Has dejado a Scorpius sin supervisión.

- tenía un ojo sobre él, descansaba por un segundo mis ojos y lo siguiente que supe es que estaba tomando sol en Hawái.

- un bello sueño. Lamento haberlo interrumpido.

Draco rodeó el escritorio y besó la mejilla de su madre y la coronilla de su pequeño hijo.

- deberías tomar vacaciones. Ir unos días a un lugar tranquilo. Lleva a Scorpius, pasen tiempo de calidad como padre e hijo.

- lo haría si pudiera madre. Pero Blaise lleva una semana desaparecido. No sé donde fue, ni cuando vuelve.

- ese chico es un descarriado. Cuando vuelva hablaré seriamente con él. Ambos deben buscar buenas mujeres y establecerse. Formar una familia.

- ya sabes que no puedo hacer eso madre. ¿Qué mujer me querría como esposo sabiendo que cargo con un niño de dos años?, pensarán que busco una niñera y no una esposa.

- puedes buscar una madre soltera Draco. Una que esté dispuesta a que ambos críen juntos a sus hijos.

- no lo sé. Aun es muy pronto.

- han pasado ocho años Draco, ella siguió adelante. Deberías hacerlo también.

- yo me refería a Astoria.

- y yo a Hermione. Han pasado más de ocho años y aun sigues buscándola en los diarios. Sé que conservas la sortija de compromiso.

- no quiero hablar de eso madre.

- lo sé. Sé que no has podido dejarla ir. Deberías hacerlo Draco. Debes permitirte encontrar otra mujer o redoblar esfuerzos en encontrarla a ella.

- sabes que la he buscado madre. Ella se esfumó, se la tragó la tierra.

- no lo hizo. Ella está en algún lugar. No quise decírtelo antes Draco, no quería que sufrieras más, no era justo para Astoria. Pero Potter me dijo hace algunos años que ella se había casado. Que tenía dos niños y vivía en Australia.

- ¿ella es madre?

- según supe, si.

- deben ser unos niños absurdamente inteligentes.

- ¿por qué no la buscas?

- si está casada, ¿Qué sentido tiene?

- ¿y si no lo está?, ¿y si su matrimonio también terminó? Busca detectives muggles, encuéntrala e inténtalo una vez más. Si hay una oportunidad entre ustedes tómala y si no, déjala ir y busca alguien que te ame.

- tienes razón, lo haré.

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N.a: fin del capítulo. He vuelto y sobrecargada de ideas. Gracias por los buenos deseos. He pasado unas vacaciones maravillosas y estoy lista para continuar la historia. Espero que les haya gustado el capitulo y me dejen saber sus opiniones. HASTA LA PROXIMA!