Disclaimers: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo le doy una vida diferente a algunos de sus personajes. Todas las situaciones que ocurran en la historia son producto de mi imaginación a no ser que indique lo contrario. Historia de categoría M ya que contiene escenas que no son apropiadas para menores de 18 años. No gano dinero haciendo esto, por favor respeten mi trabajo y a mi persona.
Capítulo 8
Una vez solos en la oficina de la rubia, ambos shinobis se quedaron mirando el uno al otro a la espera de ver quién sería el primero en hablar, más ninguno parecía dar el primer paso.
— ¿Qué mierda pasó en la misión? - preguntó la Hokage finalmente. Por el gesto y tono de voz que había usado Kakashi supo que no estaba para bromas, pero su jefa tendría que ser algo más específica si quería que él le diera la información correcta.
— Oh muchas cosas, ya sabe - respondió el peliplata.
— No me vengas con tus estupideces, Hatake. Ahora dime, con tu poco cerebro, qué mierda fue lo que pasó con Sakura - ¡Ding ding ding!, pensó. Era más que obvio para ambos que el comportamiento de la joven había sido… anormal, y el saber y haber visto los peores momentos de su alumna como resultado de lo que había ocurrido no hacía que fuera más sencillo de contar.
Un suspiro agotado salió de la boca del copy ninja, y se acercó al escritorio de la mujer para tomar asiento en una de las sillas frente a ella.
— Conque así de malo ¿eh? - la mujer por su parte, y algo más calmada, también tomó asiento en su silla. — Ya suéltalo.
— Sakura-chan fue… abusada por bandidos en Kirifuri - ya está, lo había dicho. Sin tapujos. Sin "endulzarlo".
— ¡¿Qué Sakura qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Cuando?! ¡¿Y tú qué mierda estabas haciendo en ese momento?! - Tsunade se puso de pie como un resorte y comenzó a caminar de un lado a otro tras su escritorio. Intentaba procesar la información que el peliplata le había soltado mientras su mente repasaba rápidamente la forma en la que su discípula había rehuido su mirada, el cómo parecía ocultarse tras el vago, y cómo le suplicó con la mirada que no hablara; porque sí, para ella Sakura era muy fácil de leer después de todos los años que habían estado juntas.
Kakashi por su parte también tenía un revoltijo de sentimientos, sólo que no lo dejaba notar. Estaba molesto consigo mismo por no haber notado antes lo que estaba ocurriendo esa noche en la habitación junto a la suya, estaba triste por la manera en que eso había afectado a la chica, tenía algo de miedo sobre lo que le haría Tsunade… después de todo había enviado a la chica confiando en que estaría a salvo bajo su cuidado, pero sobretodo se sentía culpable. Sentía que le había fallado a ambas.
— ¡Habla ya, Hatake! - no había notado que se había perdido en sus propios pensamientos.
— Fue la sexta noche de la misión, y la primera en el pueblo de Kirifuri. Nos alojamos en una posada y como siempre Naruto, Sasuke y yo compartimos una habitación mientras Sakura tenía una propia.
— Así que estaba sola… - Tsunade necesitaba procesar la información, organizándola en su mente y diciendo los hechos importantes en voz alta.
— Sí. Fue durante la noche, quizás a las tres de la mañana. Tres hombres se colaron en la posada y en su habitación. La sujetaron y taparon su boca mientras aún dormía para que no pudiera alertarnos. Ellos sabían que estaba con nosotros…
— ¿Civiles o shinobis? - indagó.
— Shinobis de bajo rango, puede que incluso genins.
— Unos putos genins la violaron… - dijo perdida.
— Yo no dije violación, dije abuso - repuso el peliplata. Eso, de alguna manera retorcida dio algo de consuelo a la mujer, quien asintió.
— ¿Qué pasó con ellos?
— Naruto y Sasuke se deshicieron de ellos esa misma noche.
— ¿Y tú? - esta vez lo miró enarcando una ceja.
— Me quedé con ella. Ella me pidió que me quedara allí y que durmiera con ella - la Hokage suspiró. Como líder de los ninjas de Konoha había pasado por esto mismo con otros casos, sabía lo que eso significaba.
— Y supongo que los siguientes días también ¿No? - no había reclamo en su voz, más bien sonaba como… rendida.
— Así es.
— ¿Qué tan dependiente se volvió? - preguntó mientras volvía a tomar asiento en su escritorio. Kakashi se encontraba sorprendido por las preguntas que estaba haciendo su jefa y por el tono "tranquilo" que había estado usando. Contra todo pronóstico, parecía que la mujer no estaba enfadada con él. Para ser honesto, Kakashi esperaba gritos, reclamos, y puede que uno u otro golpe.
— Bastante - se limitó a decir.
— Quiero ejemplos.
— No ha dormido ninguna noche sola, hemos dormido con… las manos tomadas porque necesita saber que estoy allí aunque esté oscuro - el peliplata estaba algo avergonzado de decir todo esto en voz alta, después de todo sabía cómo debía verse desde afuera — No la he dejado sola desde que ocurrió, hicimos equipo durante la misión y las pocas ocasiones en las que debía trabajar por mí mismo la dejé con un clon o con una señora de confianza de Kirifuri.
— ¿Ha tenido… crisis?
— Sí… dos. La primera fue cuando hicimos alianza con Michi, el miembro de Hikari que nos ayudó. Un miembro de la banda se enfocaba en la trata y abuso de mujeres, por lo que se sintió amenazada y tuvo un ataque de pánico. La segunda fue cuando se enfrentó a ese miembro en batalla, salió corriendo hacia un precipicio… - ese era un tema delicado que Kakashi no se había dado el tiempo de procesar. No quería imaginar qué pudo haber ocurrido si él no hubiese llegado a tiempo.
— ¡¿Intento de suicidio?! - preguntó exaltada la Hokage.
— No podría decirlo con certeza, Lady Tsunade - el copy ninja estaba siendo honesto, él tenía sus sospechas más no podía asegurar que eso haya sido así.
— Por Kami - suspiró la rubia, con dolor. — Tendré que enviarla a terapia...
— Ella no quiere. Ya toqué el tema, pero se rehúsa - le informó. Tsunade solo resopló con ironía.
— Obviamente iba a negarse… Bien. Creo que tienes mucho más que decir así que quiero que vayas a dejarla a casa y que vuelvas aquí - la mujer sabía que la chica estaba esperando afuera de la oficina, y ella también necesitaba un momento a solas para internalizar toda la información que había recibido.
Este caso era diferente a todos los otros que había recibido. Estaban hablando de su única pupila, después de todo. Tsunade tenía un afecto especial por la chica que no podía poner a un lado en una situación como esta.
Durante años, Tsunade se había negado a aceptar que otras personas entraran a su vida. Creía firmemente que Kami no tenía planeada una vida llena de amor para ella, ya que había sufrido pérdidas irremediables en su juventud. Sin embargo, la vida le entregó una fiel compañía en Shizune y un amigo que siempre la cuidó en las sombras, Jiraiya.
Luego de una cadena de sucesos había aceptado tomar el mando como líder de la aldea, más seguía rehusandose a encariñarse con su gente… pero eso fue imposible desde el día uno. No podía evitar ver a su pequeño hermanito en Naruto, y a sí misma en Sakura. No pudo evitar el generar afecto hacia el mismo Kakashi y de admirarse por su determinación y voluntad de fuego. No pudo evitar caer en los brazos de Jiraiya, dándole una oportunidad para finalmente conquistarla. Y no pudo evitar generar vínculos con la gente de Konohagakure.
— Volveré en una hora entonces, Tsunade-sama - se despidió formalmente el copy ninja.
— Solo asegúrate de que en verdad sea una hora - le ordenó, conociendo los malos hábitos del hombre. Kakashi salió de la oficina luego de una reverencia para encontrarse a Sakura sentada en el suelo del pasillo.
La chica levantó la cabeza en cuanto escuchó la puerta, se mostraba impaciente por saber lo que podría encontrar. No sabía si vería solo a su maestro o si su Shishou saldría vuelta loca a exigirle explicaciones sobre por qué no había querido contarle nada, más lo que recibió fue su primera opción. La más positiva desde su punto de vista. Sakura se puso de pié frente a su sensei, quien solo la miraba sin decir nada.
— ¿C-cómo le fue? - preguntó con temor a la respuesta.
— Todo está bien, Sakura-chan. Vamos, te llevo a casa - mencionó para luego comenzar a caminar hacia la salida de la torre Hokage.
Miles de pensamientos vinieron a la mente de la joven "¿A qué se referirá con bien? ¿Bien, te vamos a internar en un loquero? ¿Bien, Lady Tsunade está molesta contigo? ¿Bien, no dije nada? ¿Bien, qué?" estaba desesperada por saberlo. Kakashi había pasado el suficiente tiempo dentro de la oficina como para poner a su Shishou al tanto de… la situación.
— Deja de preocuparte, Sakura-chan. Ya te dije que todo está bien - la voz del mayor la sacó de sus pensamientos y notó cómo la había estado observando por el rabillo del ojo mientras caminaban.
— ¿Qué significa bien? - se decidió por preguntar.
— Significa que tendrás unos días libres para descansar-
— ¡¿Osea que me está despidiendo del hospital?! - interrumpió la chica con miedo.
— Si me hubieras dejado terminar habría dicho "igual que todo el equipo" - la regaño Kakashi logrando que ella se sonrojara avergonzada — No eres nueva en esto. Sabes que dan descansos luego de misiones largas como esta.
— Si, si. Lo siento, Kakashi-sensei - él solo le ofreció un ojito feliz, dándole a saber que no había problemas. El resto del camino lo hicieron en completo silencio, dejando que la brisa fría de la ahora noche golpeara sus rostro, refrescandolos.
Ambos pensaban en cómo serían los próximos días. A Kakashi le preocupaba que la joven tuviera otra crisis, o que no pudiera dormir por las noches, o que las imágenes de esos hombres sobre ella la atormentaran, o que- "Basta. Ella no estará sola, su padre la cuidará" se detuvo a sí mismo. Él ya había hecho lo que pudo mientras ella estaba bajo su cargo, pero lo mejor sería que volviera a su realidad. Que se diera un tiempo para relajarse y volver en sí, que se juntara con sus amigos, que pasara tiempo con su padre. Después de todo ya estaban de vuelta, ella debía sentirse segura allí.
El mayor se detuvo frente a la escalera que llevaba a la casa de su alumna y la enfrentó.
— Hasta aquí llego, Sakura-chan. Intenta descansar - la chica lo observó con sentimientos encontrados. Tenía miedo, eso era obvio, más sabía que había llegado el momento de enfrentar a sus demonios por sí misma y el mayor se sintió orgulloso por el destello de determinación que vió en los ojos esmeralda. Sin esperarlo, la joven dio un paso al frente, eliminando el espacio entre ellos para así abrazarlo.
— Muchas gracias por todo, Kakashi-sensei - el mayor sacudió sus cabellos con cariño, tal y como lo había hecho por años.
— No hay de que - el abrazo como vino, se fue y la chica subió las escaleras para llegar a su hogar. Con una última mirada a su sensei, entró en la vivienda y cerró la puerta tras ella.
El copy ninja dejó salir el suspiro que había estado conteniendo "espero que estés bien, Sakura-chan" deseó en silencio. Miró el suelo con melancolía, era un poco extraño el volver a la aldea luego de 16 días rodeado por sus mocosos y pegado a la "única mujer de su vida". Era volver a un lugar seguro, eso es cierto, pero también a un departamento vacío. Ya que, esa era la vida que había escogido.
Cuando Kakashi decidió seguir siendo un shinobi luego de la muerte de su padre, se había prometido a sí mismo nunca formar una familia. Nunca dejaría a una esposa angustiada preguntándose si volvería a casa de su misión, ni a un hijo anhelando que su padre volviera pronto para hacer cosas juntos. No, la vida del shinobi era corta y no quería causar daño a nadie si llegaba el día en que él no volviera.
Cuando murieron todos los integrantes de su equipo, se había prometido nunca volver a formar lazos con colegas. No quería amigos, ni compañeros por los cuales sintiera afecto, solo quería hacer su trabajo y ya. Sin embargo, esa idea fue cambiando con el paso de los años. En un principio fue extremadamente difícil, llegaba tarde a todo e intentaba irse en cuanto acabara lo que tenía que hacer para que nadie le hablara de manera innecesaria. Más su buen amigo y rival Might Guy logró colarse en su vida, forzandolo en los momentos menos pensados. Nunca olvidaría la vez que le insistió por un duelo mientras él estaba orinando.
Luego de Guy, fue Genma y Azuma, y con él fue Kurenai, y luego Anko… y la lista comenzó a crecer.
Respecto al equipo, en una primera instancia no quería ser maestro de mocosos que no sabían nada de la vida. Pero cuando escuchó que Naruto Uzumaki, hijo de su sensei, y Sasuke Uchiha, hermano de su ex-compañero Anbu serían parte de ese equipo deseó ocultamente que pasaran su examen de las campanas. Y así fue… no eran un verdadero equipo para nada, pero demostraron potencial. En ese momento la inclusión de Sakura como miembro de su equipo le parecía indiferente, pudo ser ella como cualquier otra aspirante a kunoichi, pero con el tiempo comprendió que la niña de cabello rosa era el verdadero corazón del equipo.
Sasuke escuchaba más y dejaba la competencia de lado cuando estaba ella, y Naruto se tomaba más en serio su entrenamiento ninja con el fin de impresionarla. Si no hubiese sido por ella, el equipo no hubiera funcionado. Ella era la que estaba atenta a cada discusión para saber cuándo intervenir, ella era quien no dejaba que los aires de grandeza nublaran el juicio de sus tres muy egocéntricos compañeros, ella era quien los cuidaba y velaba por su bienestar. Incluso tomó el rumbo de ninja médico por ellos, para protegerlos. Sí, esa chica definitivamente era su corazón.
xXxXxXx
El copy ninja llegó a la oficina de la Hokage luego de tomar un baño, tal y como había prometido. Por petición de la misma le había contado todo lo que ocurrió en la misión con lujo de detalles, había ciertas cosas de las que se avergonzaba más estaban hablando de la Hokage y "madre sustituta" de Sakura. El mayor sabía, al igual que el resto de la aldea, que eso era Tsunade para la chica, pese a que ninguna de las dos lo hubiese dicho alguna vez en voz alta. No era necesario.
— Y eso fue lo que ocurrió - finalizó de relatar.
— Así que todo fue planeado por ese Hotaka...
— Así fue - ambos soltaron un suspiro.
— ¿Qué crees que deba hacer? - le preguntó la rubia, pregunta que descolocó al ninja. No era la primera vez que preguntaba su opinión, solía hacerlo con misiones difíciles ya que confiaba en su intelecto y experiencia como ninja. Sin embargo, nunca se inmiscuían en las decisiones o vidas personales del otro. Ambos compartían el hecho de ser extremadamente cuidadosos con su privacidad.
— ¿A qué se refiere? - terminó por preguntar.
— ¿Qué crees que deba hacer con Sakura? ¿Debería… obligarla a ir a terapia? ¿Darle un tiempo fuera de las misiones y del hospital? ¿Qué hago? - preguntó algo desorbitada.
— Lady Tsunade, con todo respeto yo no creo-
— No salgas con alguna estupidez de que "no debí meterme en los asuntos de la Hokage". Sabes que esto va más allá de mi labor como líder de la aldea… esto es más personal - lo interrumpió la rubia provocando que el hombre soltara un suspiro pesado.
— Lo sé… - Kakashi también había valorado las opciones, pese a querer delegar la decisión a Tsunade, se había tomado el tiempo de pensar en las consecuencias que estas podían traer a su alumna — Creo que hay que darle tiempo, volver a la aldea, a su casa, a su cotidianidad la hará sentir segura. Creo que es muy pronto para que vuelva al hospital o a las misiones, deberíamos ver cómo se desenvuelve en la aldea esta semana y seguir tomando decisiones desde allí - sugirió.
— ¿Así que no a la terapia?
— Ella no lo quiere, podría ser negativo el forzarla. Insisto, veamos cómo se comporta estos días - eso era lo que creía el peliplata, que Sakura necesitaba tiempo. Tiempo para encontrar a su antigua "yo" por si misma, tiempo para abrazar el dolor y averiguar cómo salir adelante.
— Bien. Estoy de acuerdo contigo, pero tengo una condición - aviso la Hokage.
— ¿Y eso qué sería?
— No quiero que te acerques a ella - eso fue una sorpresa para el copy ninja, después de todo él era parte de la cotidianidad de la muchacha. Cenaban juntos de vez en cuando, solían dar paseos e incluso entrenar.
Tsunade pareció notar la expresión confundida del ninja ya que se apresuró a agregar. — Me refiero a que no quiero que estés al pendiente de si está bien, no quiero que la vigiles, ni que le hagas más compañía de la necesaria. Sakura te adoptó como un escudo durante la misión, alguien bajo cuyo cuidado se sentía segura, pero debemos quitarle ese escudo - Kakashi comprendió perfectamente a lo que se refería. — Necesito saber cómo actúa por sí misma, si se protege a sí misma.
— Entonces no debe verme - resumió el mayor. Ese no sería problema, él había chequeado a Naruto durante años sin que éste lo notara.
— No, me refiero a que tú no vas a espiarla. No quiero que la estés supervisando.
— ¿Y eso por qué?
— No te hagas el tonto, Hatake. No conmigo. Tus ex-alumnos son como tus cachorros, a la primera ocasión en que Sakura tenga un problema vas a saltar a su rescate y eso no es lo que necesitamos ahora.
— Eso no es- comenzó a decir.
— ¿Vas a decir que no es cierto? - la rubia enarcaba una ceja, retandolo con la mirada — Pff, por favor. Soy la Kage de esta aldea, mi deber incluye conocer las fortalezas y debilidades de mis shinobis para asegurar el éxito de las misiones - argumentó.
— ¿Acaso está diciendo que-?
— ¿Que esos mocosos son tu debilidad? Claro que sí - nuevamente lo había cortado.
Kakashi tenía intenciones de seguir discutiendo, más sabía que no ganaría la discusión. La mismísima Sakura se había vuelto terriblemente cabeza dura luego de pasar mucho tiempo con Lady Tsunade, adquiriendo esa habilidad de su maestra.
— Lo que diga, Hokage-sama - respondió luego de unos minutos, de vuelta con su tono y postura profesionales.
— Si con "lo que diga" te refieres a que tengo razón, hemos terminado.
— Hemos terminado, Lady Tsunade - respondió lo que sabía que la rubia quería oír. Insisto, cabeza dura. Inmediatamente una sonrisa complacida se formó en los labios de la sannin.
— Bien. Puedes retirarte a descansar, Hatake Kakashi. Esperaré por tu reporte mañana - lo despidió.
— Gracias, Hokage-sama - hizo una respetuosa reverencia y finalmente abandonó la oficina.
De cierta manera, se sentía más liviano. Sabía que contarle todo a la princesa de las babosas había sido la decisión correcta y ahora tenían medio plan para ayudar a Sakura en el difícil proceso de sanación que se le venía encima.
Una vez fuera de la torre tuvo el impulso de ir a chequear si la joven había logrado conciliar el sueño, pero eso iría en contra de la condición que había establecido la Hokage. Es por eso que antes de darle más vueltas al asunto optó por marcharse a su casa a descansar.
xXxXxXx
Tres días habían pasado desde la conversación que habían mantenido Tsunade y Kakashi, y éste había hecho caso a la orden de la rubia evitando acercarse a la casa de la pelirrosa. También había evitado alguno de los lugares que la chica solía frecuentar, solo por si acaso.
Había ido a beber con sus colegas jounins al bar de siempre, había leído su Icha-Icha sobre el monte Hokage y hasta había ido a los baños termales, en resumen de había dado unas pequeñas vacaciones.
¿Qué a dónde se dirigía ahora? Pues a la torre Hokage, a dejar el reporte de la misión. ¿Qué debía haberlo hecho dos días atrás? Claro que sí, pero él y Tsunade sabían que no iba a pasar. O al menos él lo sabía, es por eso que iba pensando en alguna excusa para darle a su jefa para llegar dos días tarde y a esa hora, casi al anochecer.
"Fui raptado por unos huérfanos" No, demasiado irreal. "Lo siento, mis ninken necesitaban atención" Mm… no, habían pasado muchos días. "Estuve revolcándome en mi miseria" No, esa ya la había usado. "Me quedé dormido" No, no se la iba a creer. "Dejé mis sentimientos en este reporte, Lady Tsunade" Si, eso podría funcionar.
Caminaba distraído por las calles de la aldea, sus manos en los bolsillos de su pantalón y no levantaba la vista ya que debía concentrarse en su excusa.
— Oi, Kakashi-sensei - Naruto lo había visto desde lejos y optó por acercarse a saludar. Cuando levantó la vista se encontró con la sonrisa de Naruto junto a una siempre tímida Hinata.
— ¿Qué tal, Naruto, Hinata-chan?
— Estamos muy bien, ¿Y tu sensei?
— Oh, ya sabes; cosas por aquí, cosas por allá - respondió vagamente, como siempre.
— Jajaja esas son excusas, no se haga el importante - se burló Naruto, pero de pronto se puso serio, cosa rara en él — ¿Ha sabido algo de Sakura-chan?
Kakashi había asumido que la joven debía estar intentando volver a su vida normal, juntándose con sus amigos, yendo a comer ramen con Naruto… es por eso que le dió curiosidad que el Uzumaki le preguntara por ella.
— Yo no la he visto - le informó — Creí que tú sí.
— Fui a verla a casa, pero no quiso salir. Me dijo que estaba cansada. Ino también fue a verla pero la echó pronto. No ha salido de su casa desde que llegamos, sensei - la voz de Naruto demostraba su preocupación hacia su compañera, y para ser sincero la situación también estaba preocupando al mayor.
— ¿Le pasa algo a Sakura-chan? - preguntó Hinata en voz baja.
— No, no hay nada de qué preocuparse - repuso rápidamente el jounin — Iré a verla más tarde - comentó para tranquilizar al rubio.
Sabía que eso iría en contra de los deseos de la Hokage, por lo que se lo haría saber antes de ir por el bien de su… integridad física. Si Sakura se estaba cerrando en sí misma, no sería erróneo decir que no se estaba acostumbrado de vuelta a la aldea como habían pensado en primera instancia. Conociendo a Tsunade era probable que haya enviado a algún anbu a chequear la condición de la joven, pero seguramente había bajado el perfil de la situación. Después de todo, no todos conocían tan bien a la chica como su mentora y su sensei.
Se despidió rápidamente de ambos jóvenes y aceleró el paso para encontrarse con la Hokage. Saludó a los ninjas que lo saludaban en su camino hacia la oficina, cuando alcanzó el segundo piso notó que el señor Haruno caminaba frente a él. El ninja estaba contemplando acercarse a saludar cuando escuchó que éste habló.
— ¡Tsunade-sama! - gritó agitando su brazo por sobre su cabeza. Antes de que la rubia se girara para enfrentar al hombre, Kakashi se ocultó tras una pared, ocultando también su chakra. No estaba seguro de por qué lo había hecho, solo fue un acto reflejo.
— ¿Señor Haruno? ¿Qué lo trae por acá? - preguntó Tsunade.
— Tsunade-sama, lamento mucho molestarla pero quería saber si podría hablarle sobre mi hija - se podía decir por el tono de voz del hombre que se encontraba afligido, lo que preocupó a Kakashi y al parecer también a la Hokage.
— Claro que sí. Shizune, lleva esto a la oficina - la rubia despacho a su más fiel ayudante para que le diera privacidad, sin saber que el copy ninja estaba escuchando todo. — Cuénteme, señor Haruno.
— Es Sakura, desde que llegó de su última misión ella no ha estado bien - intentó explicar.
— ¿A qué se refiere exactamente?
— Ella no duerme, en cuanto se queda dormida comienza a gritar, tiene pesadillas. Tampoco sale de casa, sus amigos Naruto e Ino la han invitado a salir con ellos y ella no quiere, sólo se queda en su habitación todo el día - mencionaba casi desesperado — La oigo llorar, pero no me cuenta nada… Por favor Tsunade-sama, ayudela.
Tanto Kakashi como Tsunade vieron cómo el hombre se inclinaba frente a la mujer, implorando por su ayuda, la escena shockeandolos a ambos por igual. "Es peor de lo que pensé", reflexionó el peliplata. Sin esperar a escuchar la respuesta de la Hokage, el copy ninja desapareció en un torbellino de hojas para aparecer instantáneamente en la puerta de la casa de su alumna, llamándola.
— ¿Kaka-sensei? ¿Qué hace aquí? - una Sakura ojerosa fue quien le contestó
— Vine a verte ¿Puedo pasar? - le preguntó. La respuesta vino en forma de un gesto para permitirle acceso a la casa de la chica.
— ¿Puedo ofrecerle algo de beber?
— Té, si tienes.
— Claro - el ninja tomó asiento en la sala de estar de la muchacha en lo que ella preparaba el té en la cocina. No habían pasado más de cinco minutos cuando vió a la joven aproximarse con una bandeja en la mano.
Notó que sus brazos temblaban levemente, como si sostener la bandeja supusiera un gran esfuerzo.
— Te ayudo - de forma gentil tomó las cosas con sus propias manos y las dejó sobre la mesa de centro, sentándose en el suelo. Fue él mismo quien sirvió el té de ambos bajo la atenta mirada de su alumna. Quería que el momento fuera lo menos incómodo posible, pero sabía que la conversación que iban a tener no sería exactamente llevadera.
— ¿Cómo has estado, Sakura-chan? - comenzó.
— He tenido días mejores - respondió evasiva.
— Sakura, sabes que debemos tener esta conversación ¿verdad? - dijo directo. — Estoy intentando hacer esto sencillo...
— Lo sé. Yo- yo sé que no estoy bien - los ojos de la chica se cristalizaron y se notaba que hacía un esfuerzo sobrehumano para no derramar las lágrimas contenidas. — No puedo dormir, en cuanto cierro los ojos vienen a mi mente todos los recuerdos, las sensaciones, y yo- yo simplemente - no pudo seguir hablando ya que inevitablemente sus sollozos e hipidos tomaron lugar.
El mayor no podía negar que su corazón dió un pequeño vuelco al ver las lágrimas de su alumna… después de todo éstas siempre fueron su debilidad. Con cuidado se sentó más cerca de ella y rodeó su tembloroso cuerpo con uno de sus brazos en un pobre intento por consolarla. Sakura dejó que su cabeza se apoyara en el pecho de su maestro, que con el correr del tiempo se había transformado en un lugar seguro. La chica sentía como si su corazón se contrajera, causándole un dolor físico "Duele, duele mucho", pensaba.
— ¿Qué podemos hacer por ti, pequeña Sakura?
— Necesito volver a levantarme - Kakashi creyó que había formulado la pregunta en su cabeza, pero no había sido así — Debo aprender a vivir con esto… He salido adelante hasta ahora, sé que también puedo con esto pero… duele - respondió entre sollozos.
— Eres tan valiente… y tienes razón, puedes con esto, Sakura-chan. Sólo hay que darle tiempo - intentó animarla. Para la pelirrosa era tremendamente importante saber que contaba con el apoyo incondicional del mayor, y de que él creyera en ella. Así era más sencillo creer en sí misma.
Dejaron que los segundos y luego los minutos pasaran en un ahora cómodo silencio, y fue el mismo tiempo que dejó notar como el llanto de su alumna disminuía, como su respiración se hacía más pausada, hasta que finalmente cedió al cansancio acumulado, cayendo en un profundo sueño.
Pensando en que el padre de Sakura debía estar pronto a llegar a casa, optó por cargar a la chica a su habitación para que ésta pudiera descansar. Es por ese mismo motivo que también decidió quedarse junto a ella por unas cuantas horas, después de todo ya estaba comprobado que la joven no podía dormir sola.
No fue una sorpresa que el señor Haruno llegara media hora más tarde.
— ¿Kakashi-sensei? - preguntó cuando entró a la habitación de su hija y notó que su maestro estaba sentado en el suelo junto a su cama mientras dormía. También notó que su hija parecía sujetar su mano, más no dijo nada sobre eso.
— Señor Haruno ¿Cómo está? - intentó parecer casual.
— Yo… yo estoy bien. Vengo de hablar con la Hokage - respondió a los susurros para no despertar a su niña.
— ¿Y qué tal salió todo?
— Dijo que la última misión de Sakura no había salido muy bien, y que tendría que ir a terapia.
— Sí… eso supuse - un silencio incómodo cayó sobre ellos.
— ¿Cree que ayude? - el silencio fue cortado por el padre de la chica.
— ¿La terapia? - preguntó el peliplata, quien recibió un asentimiento como respuesta. — Eso espero… - respondió — No, estoy seguro de que funcionará - cambió su respuesta final. Eso pareció brindar tranquilidad al señor Haruno, quien optó por dejar a su hija descansar.
— ¿Va a quedarse? ¿Quiere que le traiga una manta? - no quería incomodar al ninja, por lo que actuó con mayor naturalidad que le fue posible. Sin embargo, el rubor no tardó en invadir las mejillas del shinobi lo que sólo podía disimular por la máscara.
— No, no, así estoy bien.
— Ok - respondió Kizashi para luego dejar la habitación. ¿Que si no le preocupaba que un hombre durmiera en la habitación de su hija? Claro que sí, pero era evidente que ese hombre le brindaba la calma suficiente como para descansar, cosa que no había podido lograr por sí mismo y si eso era lo que su niña necesitaba él estaba más que dispuesto a dárselo.
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Sakura había dormido hasta muy temprano por la mañana. Comenzó a desperezarse a eso de las 5AM, despertando inevitablemente a su sensei quien había dejado caer su cabeza hacia atrás, apoyándola en su cama.
Fue algo tierno ver el cómo la chica restregaba sus ojos y los abría sólo para volver a cerrarlos… "como un gatito", pensó.
— ¿Sensei? - habló con voz ronca.
— Buenos días, Sakura-chan - le respondió también estirándose para hacer reaccionar a su cuerpo.
— ¿Durmió en el suelo? - esa era, obviamente una pregunta retórica ya que la respuesta era más que obvia.
— No te preocupes, he dormido en peores condiciones - eso era cierto. En misiones tanto con sus mocosos, como cuando era anbu debía dormir a la intemperie o en lugares sin comodidad alguna. A pesar de eso sentía el cuello tirante, y también le dolía un poco el trasero pero su alumna no tenía porqué saberlo.
— Lo siento mucho, sensei - se lamentó con pesadez. Sakura se sentía un poco mal porque estaba segura de que su maestro estaba intentando minimizar la situación, pero no iba a negar que también se sentía agradecida de que se haya quedado con ella. Esa había sido la primera noche que había logrado dormir por horas desde que volvieron a casa. — ¿Quiere descansar un poco? Yo puedo ir a hacer el desayuno y-
— No es necesario, lo mejor será que vuelva a casa - la interrumpió.
— Oh… bueno. Muchas gracias, Kaka-sensei.
No necesitaban despedidas ceremoniosas, después de todo su relación había escalado a un punto en el que ya no existía la vergüenza; al menos la mayoría del tiempo. Es por eso que el mayor se limitó a salir por la ventana de la joven, cuidando que no hubiera ningún madrugador mirando, lo que menos necesitaban eran falsos rumores.
El peliplata sabía que debía hablar con la Hokage, y ya se esperaba el reto de ésta ya sea porque aún no entregaba su reporte o porque había roto "la condición", lo que también significaba que había espiado la conversación entre ella y Kizashi. Como sea, sí o sí tendría un reto.
Sin querer darle más vueltas al asunto, se limitó a volver a casa. Ya lidiará con sus problemas más tarde.
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El reloj marcaba las 12:05 pm cuando el ninja despertó por segunda vez ese día; esta vez porque un anbu golpeaba a su puerta. Kakashi conocía el chakra de muchos de los shinobis de la aldea, es por eso que pudo identificar el de Zō.
— Buenas tardes, Kakashi-sempai - lo saludó.
— ¿Cómo estás, gato? - aunque supiera su nombre, debía referirse a él por el animal que representaba su máscara.
— Muy bien. Traigo un mensaje de la Hokage. Quiere que vaya a su oficina a las 4 en punto - informó. — También me pidió que le dijera explícitamente "dile al vago que si llega tarde lo castro" - ahí estaba. Una de las "sutiles" amenazas de su jefa. Lindo.
— Supongo que tendré que estar allí. Aquí entre colegas ¿Qué tan enojada se veía? - preguntó con ánimo, después de todo ya había sufrido por los castigos de la sannin rubia.
— Eh… Creo que un siete - aseguró el anbu.
— Así que un siete… eso no es malo, supongo que viviré. ¿Sabes si llamó a alguien más?
— Esa información es-
— Clasificada, si, si. Supongo que eso es todo - respondió sin dar mayor importancia. Hubo un momento de silencio que fue interrumpido por el anbu.
— También llamó a su alumna, Haruno Sakura.
— Muchas gracias, gato - luego de eso el anbu desapareció y Kakashi volvió a sus tareas diarias.
No necesitaba ser un genio para saber de qué se iba a tratar la "reunión". Era obvio que la decisión de enviar a Sakura a terapia ya estaba tomada y hasta la misma joven había reflexionado sobre ello y aceptado el trato. Ahora solo quedaba ver qué rol tomaría él en todo esto.
Reponerse de una situación como la que su alumna había vivido no era sencillo, él lo sabía en carne propia. Había enfrentado el dolor de diferentes formas, desde encerrándose a sí mismo, hasta el punto de causarle daño a propósito a las personas que se preocupaban por él. Sí… no estaba orgulloso de eso. Sin embargo, también sabía que todos los dolores y los dueños que las personas necesitan vivir son diferentes. Para algunos el rodearse de amigos funciona, en otros casos solo lo hace peor; también había escuchado que anular cualquier sentimiento funcionó en algunos anbus, pero algunas kunoichis solo necesitaron expulsarlo todo llorando. Se preguntaba si Sakura sería una de ellas…
Lo único que sabía con certeza por el momento era que la chica quería momentos "buenos" en los que había logrado hacerla reír, pero también tenía momentos "malos" en los que necesitó un abrazo con desesperación. Y no cualquier abrazo, sino el suyo. Por ahora asumía que jugaría un rol importante en todo esto, que debía ser un apoyo incondicional, y por Kami que él estaba dispuesto a eso… y a más. Kakashi quería estar ahí para ella, de hecho si le pidieran que fuera a una misión fuera de la aldea él no dudaría ni un segundo en decir que no.
Eso es nuevo, el shinobi peliplata de Konoha rechazando una misión… Él era un ninja, vivía por las misiones, por la adrenalina, por ayudar. Su estilo de vida era su todo, nunca lograba quedarse en la aldea por más que un par de semanas antes de pedir alguna misión. Si era de rang no le importaba, solo quería salir, sentirse libre, recorrer el mundo y todo eso mientras ayudaba a alguien. No, para el copy ninja no había nada mejor que ser eso… un ninja, pero estaba dispuesto a ponerlo en "stand-by" si su alumna pelirrosa así lo necesitaba.
Con el correr del tiempo habían forjado un lazo único, que no tenía con nadie más. El saber todo por lo que había pasado, todo lo que había logrado por sí misma era una fuente de admiración para él, ya que afrontaba todo con una sonrisa, y con ese carácter tan particular que tenía. Nunca la vió llorar por la pérdida de su madre, pero si hablaba de ella con cariño y nostalgia. Nunca la escuchó quejarse de tener que hacerse cargo de su propia casa y de su propio padre, pero sí estaba siempre al pendiente de cumplir con todas sus "tareas". Estudió duro, destacando en su generación por su inteligencia, entrenó duro llegando a ser la única discípula de la actual Hokage de la aldea, y también ama duro y con locura a cada uno de sus compañeros. Todo lo que Sakura hace es intenso, dejando todo su corazón en eso, y era el momento de retribuirle todo su trabajo.
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Sakura se miraba nerviosa en la oficina de la Hokage. Era obvio que había llegado antes que su sensei, solo esperaba que su retraso esta vez no fuera de horas porque no sabía cuánto más podría soportar en ese incómodo silencio con su Shishou. Desde que había entrado al lugar, Lady Tsunade había intentado llevar una conversación amena con ella, rayando lo cotidiano con la intención de no incomodarla pero lo cierto es que había causado el efecto contrario. Sakura estaba expectante e impaciente por escuchar cualquier frase desde la boca de su maestra que tuviera referencia a su estado actual producto del trauma vivido durante la misión; es por eso que se balanceaba impaciente de adelante hacia atrás mientras esquivaba la mirada de la mujer.
— Sakura - la llamó, haciendo que la atención de la chica se centrará completamente en ella. Tsunade tenía todas las intenciones del mundo de preguntarle cómo estaba, pero se arrepintió al ver sus ojos saltones — Quiero que le eches un ojo a este expediente - optó por decir, entregándole uno de los casos médicos que estaba leyendo — ¿Qué opinas?
— Desorientación, fatiga, escalofríos, presión baja… - enumeró — Esto podría ser un choque séptico.
— ¿Y cuál es el tratamiento?
— Líquidos intravenosos, antibióticos, oxígeno.
— Chica lista - todo parecía más una de las "pruebas" rutinarias de su maestra que una distracción por lo que Tsunade estaba complacida.
De todos modos ya no necesitó más distractores porque el vago había decidido mostrar su trasero.
— Llegas tarde, vago - lo acusó.
— No es cierto - apuntó el reloj que se encontraba en la pared de la oficina — Son las 4 en punto, llegué a tiempo.
Y era cierto, ambas mujeres en la habitación lo habían comprobado. Fue Sakura quien llegó unos minutos antes.
— Como sea, a lo que vinimos. Tomen asiento - les indicó los asientos frente a su escritorio, hasta el momento la joven había mentido su distancia quedándose de pie. Ambos ninjas acataron las órdenes de su superiora. — Bien. Esto es algo complejo de decir, pero dado los hechos ocurridos durante su última misión en Kirifuri, junto a tu situación actual, Sakura, es mi deber como Hokage el recomendarte asistir a sesiones de terapia. Esto no es un castigo de ningún tipo, es algo que hemos pensado por tu bien - dijo pasando su mirada desde la joven a el peliplata en búsqueda de apoyo.
— Es cierto, con Lady Tsunade creemos que podría serte de gran ayuda - añadió.
— Como te decía, esto no es un castigo. Tendrás una licencia médica por el tiempo que la especialista estime conveniente. Eso significa que seguirás recibiendo tu salario completo del hospital, más el salario base de ninja ¿Comprendes?
— Sí, shishou - respondió quedamente la chica. Tsunade esperaba algún reclamo de su parte, pero contrario a sus expectativas la chica solo lucía rendida.
— ¿Algo que decir? - le preguntó la Hokage.
— No, Tsunade-sama. Acepto la terapia - volvió a responder.
— Bien. La idea sería que comiences lo más pronto posible, es por eso que agende una cita con la especialista hoy para que la conozcas.
— ¡¿Hoy?! - Sakura no estaba preparada para eso.
— No comenzarás hoy, solo creí que sería bueno que la conocieras antes y que sea ella misma quien te explique cómo funcionará todo esto. Nos espera a los tres ¿Te parece? - Tsunade solo quería que su discípula se sintiera segura y apoyada, es por eso que quería ir ella misma a ese encuentro.
Sakura vaciló por algunos instantes, pero la idea de tener a sus dos maestros con ella en ese momento le dio cierto grado de confort para tomar una decisión.
— Está bien. Vamos.
— Bien.
Kakashi no entendía del todo el porqué estaba allí, parecía que todas las decisiones importantes ya habían sido tomadas por la sannin, y Sakura está dispuesta a acatarlas… ¿Era acaso simple apoyo moral? ¿Qué hay de su regaño? Gato había dicho que su jefa estaba enojada, clasificandola en categoría 7, pero ahora no mostraba ni un 2 y solo no decía uno porque de una u otra manera siempre se las arreglaba para estar un poco molesta. Quizás su simpatía era solamente porque Sakura estaba allí, quizás al final del día lo arrastraría a algún lugar para golpearlo tan duro como para terminar en el hospital… con lo que odia él los hospitales. En fin, sólo sabía que estaba allí, y que lo seguiría estando por su mocosa pelirrosa.
La clínica de psicología y psiquiatría se encontraba justo junto al hospital de la aldea. Era un edificio grande y blanco que se imponía a la vista de los transeúntes. En total contaba con cuatro pisos, el primero estaba compuesto solo por salones de terapias grupales, también tenía un auditorio para conferencias que también se utilizaba para alguna terapia especial. El segundo piso estaba compuesto por los box de consultas psiquiátricas de todas las edades, luego en el tercero podían encontrar las oficinas de psicología infantil y adolescente, ese era el más colorido y acogedor. Finalmente en el cuarto piso se encontraba la especialización de psicología para adultos.
Sakura había visitado ese edificio antes, para visitar a algún paciente que había sido derivado a ese lugar. Al ser una clínica de consulta y terapias no contaban con hospitalizaciones, eso quería decir que los pacientes solo iban a la consulta y luego podían marcharse a casa, lo que era un alivio para la joven. En su caso particular, al tener 17 años aún no podía ser considerada una adulta por lo que se atendería en el tercer piso de pediatría.
— Es por aquí - fue Tsunade la que guió la marcha hasta una puerta con unos dibujos de nubes fuera de ella, y en el centro se podía leer "Dra. Jim". "Bueno, al menos él nombre es bonito", pensó Sakura. Tsunade tocó la puerta y escucharon unos pasos aproximarse seguidos por un "ya voy". De pronto una mano se posicionó sobre su hombro y giró su cabeza para mirar a su sensei.
— Tranquila, Sakura-chan. Si sigues mordiendo así tú labio lo harás sangrar - La chica no se había dado cuenta de lo que estaba haciendo, pero no podía fingir ni disimular que estaba nerviosa. Estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no notó que estaba temblando y que había mordido fuertemente su labio, el que dejó ir de inmediato. Tampoco notó que la puerta había sido abierta por una mujer de mediana edad, y que ésta había observado atentamente toda la escena.
— Buenas tarde, Tsunade-sama, Kakashi-san - saludó cordialmente a ambos adultos. Kakashi no recordaba haberla visto, pero no le sorprendió que supiera su nombre, después de todo era bastante famoso en su aldea por lo que se limitó a estrechar la mano que la mujer le había extendido — Y tú debes ser Sakura, es un gusto conocerte - repitió el gesto con la chica.
— Sí, un gusto - respondió retraída.
— ¡Oh! No te preocupes. Estoy segura que este no es el primer lugar en el que te gustaría estar, pero me alegra poder trabajar junto a ti - sonrió con simpatía, lo que a Sakura le pareció muy agradable — Por favor, pasen.
Contraria a lo que hubiesen pensado, la consulta de la mujer era bastante amplia y bien decorada. Tenía un escritorio con dos sillas enfrente, también tenía una especie de salita con dos sofás de tres cuerpos y otros dos individuales a los costados. En la mesa de centro podía ver dulces y botellas de agua. Contra la pared había un mueble con algunas decoraciones, al igual que una máquina de café y una tetera. Por otro lado, en el lado opuesto de la sala había una pequeña alfombra plástica con diseño de animales y algunos juguetes apilados alrededor. Era… acogedor, como una casa en la que vivían niños.
La doctora Jin los guió hacia el escritorio, e invitó a que tomarán lugar en las sillas. Como solo habían dos, el copy ninja se mantuvo de pie tras Sakura.
— Genial. Primero me gustaría presentarme. Mi nombre es Jin, y soy especialista en psicología pediátrica. Me gustan los gatos, tengo dos en casa, uno se llama Bigotes y el otro Casanova, sus nombres se explican por sí mismos. Y bueno, seré tu psicóloga por un tiempo - todo el tiempo se dirigió exclusivamente a Sakura, por lo que supuso que era su turno de presentarse.
— Y-yo, mi nombre es Sakura y soy una ninja médica.
— Eso es sorprendente - la apremió la doctora.
— Gracias, yo no tengo mascotas y… y vengo porque en-
— Cariño, no es necesario que hablemos de eso ahora. La idea es solamente que puedas conocerme - le sonrió amable. Eso fue un alivio para la pelirrosa, ya que no quería contar toda la historia frente a Lady Tsunade y Kakashi-sensei — El día de hoy Tsunade-sama vino a verme ya que está preocupada por ti y cree que esto podría ayudarte ¿Tu que crees? - le preguntó, al igual que todo este tiempo dirigiéndose solo a ella. Cómo su las otras dos personas en la habitación ni estuvieran allí.
— Yo también lo creo - respondió débilmente.
— Bien. Ahora necesito que me escuches, Sakura. Quiero saber qué es lo que tú quieres, olvida lo que pudo haber dicho Tsunade-sama. Olvida la opinión que podría tener Kakashi-san. Nadie va a molestarse contigo por decir lo que quieras y es importante ya que esto no va a funcionar a menos que tú lo quieras, por lo que ¿Qué es lo que quieres, cariño? - la doctora le estaba dando una vía de escape. Este era el momento de decir que prefería volver a casa, si es que era así. O de decir que esto era lo que quería, aceptando todas las consecuencias que podría traer. Este era el momento de tomar la decisión.
Sakura miró de reojo a su maestra, esperando ver alguna reacción de su parte más fue interrumpida por la especialista.
— No, no, no. No los mires a ellos, mírame a mí ¿Qué es lo que quieres, Sakura-chan?
— Yo quiero la terapia, doctora Jin - respondió finalmente, ganando una sonrisa de parte de todos.
— Eso es genial. Si tú lo quieres, entonces yo también - la doctora mantuvo un tono amable y conciliador — Ahora, voy a explicarte un poco cómo trabajo. Es importante mencionar que yo trabajaré con dos personas durante este tiempo; una de ellas es Sakura, y la segunda es denominada "sistema de apoyo", es por eso que necesito que me menciones a alguien que sea de tu completa confianza, alguien en quien puedas apoyarte cuando lo necesites. De nuevo, tú lo escogerías, y nadie va a enfadarse porque lo escogiste o porque no ¿verdad? - dijo por primera vez dirigiéndose a los acompañantes de la chica, quienes asintieron de acuerdo — Puede ser un familiar, un amigo, o quién tú quieras. No necesariamente debe estar en esta habitación, ya que puedo contactarme con él o ella después.
Para Sakura no había mucho que pensar. En cuanto la doctora Jin dijo "alguien de tu completa confianza" y "en quien puedas apoyaste" el nombre de su sensei se le vino a la mente. Él era quien estaba al tanto de todo, quién la había estado conteniendo en cada momento fuera de casa… Se sentía algo mal por escogerlo porque eso significaría atarlo a ésto, sabía que él no diría que no. Pero envió rápidamente esos pensamientos negativos al fondo de su mente, ya que había sido su mismo sensei quién le había asegurado que él siempre estaría allí para ella.
— Me gustaría que fuera K-kakashi-sensei - dijo con vergüenza, mirando disimuladamente al mayor quién le brindó un ojito feliz. Debido a la interacción que había visto antes, el anuncio no tomó por sorpresa a la doctora. No es como si ella emitiera juicios sobre sus pacientes, pero debido a sus años de experiencia podía ver la confianza que esos dos tenían entre sí. Al ver que el peliplata no ponía ninguna queja, continuó.
— Dicho y hecho, Kakashi-san será. ¡Hola, sistema de apoyo! - lo saludó divertida, recibiendo un asentimiento de cabeza — Con eso claro, podemos seguir. Tu y yo, Sakura, nos reuniremos dos veces a la semana y seguiremos evaluando si debemos agregar alguna sesión, o dejar alguna ¿Te parece bien?
— Sí.
— Estupendo. Una de las sesiones tiene una duración de unos 40 minutos, y se enfoca en hacer ciertos ejercicios. La segunda sesión tiene un tope máximo de dos horas. No es necesario que dure todo ese tiempo, esto solo quiere decir que yo tendré dos horas completas solo para trabajar contigo. De tí depende si quieres estar aquí todo ese tiempo o no - a Sakura le gustaba como sonaba el plan. La forma en que la doctora hablaba sobre esto le hacía sentir que era ella quien tendría el control de todo por lo que durara la terapia. Ella decidía quién se involucraba y quién no, ella decidía cuánto quería decir y cuánto no… ella estaba en control.
— Eso suena… muy bien - la pelirrosa sonrió con mayor seguridad.
— Genial, tengo disponibilidad para atenderte los martes y jueves por las tardes ¿Eso está bien para ti? - Sakura ya no tendría que preocuparse por los horarios, ya que no trabajaría en este tiempo.
— Si, está bien.
— ¿Y para el sistema de apoyo? - preguntó al peliplata ahora.
— También - aseguró.
— Genial, ahora les explicaré el trabajo de Kakashi-san. Durante este tiempo, lo ideal será que acompañes a Sakura a las sesiones, lo que no quiere decir que vas a entrar a ellas. Lo que hacen los sistemas de apoyo es estar… cerca en caso de alguna emergencia. Si llegamos a tener alguna conversación difícil en la que Sakura necesite apoyo, ahí es cuando entrarás tú - ambos ninjas asintieron. — Bien, lo segundo es que tú y yo mantendremos reuniones breves cada dos semanas, eso es sólo para checar tu progreso, Sakura, por lo que no debes preocuparte ¿De acuerdo? - le preguntó a la chica.
Eso último no era del completo agrado de la joven, pero Sakura ya había tomado la determinación de llevar a cabo la terapia con todo lo que podría conllevar. Ella solo quería… sanar.
— Ok. Entonces, ¿cuándo empezamos? - preguntó.
— ¿Qué te parece mañana mismo? - el día de hoy era Miércoles, por lo que comenzarían un Jueves. Era pronto, pero en cuanto antes comenzaran, esperaba que más pronto acabarían.
— Está bien. Entonces mañana.
Era agradable que toda la conversación haya sido llevada con tranquilidad. Sakura no se sentía presionada para hacer ni decir nada, de hecho se sentía bastante cómoda con la doctora Jin. También agradecía profundamente la presencia de su shishou y su sensei, la hacían sentir acompañada. El resto del tiempo lo gastaron en completar la ficha de datos personales de la chica, e intentar que ésta entrara en confianza con su doctora. Luego de algunos minutos, se despidieron para volver a sus labores cotidianas.
— Fue un gusto conocerlos y espero trabajar contigo mañana, Sakura - dijo la doctora.
— Muchas gracias, doctora Jin. Nos vemos mañana - sin más, la chica acompañada por sus dos maestros salieron del lugar.
Fuera, la vida continuaba. Podía ver a los transeúntes hablando felices, y a uno que otro corriendo hacia algún lugar desconocido para ella. Ese tipo de escena le llevaba a entender que el mundo seguía girando, nada iba a detenerse si ella se encerraba en su casa. Sus amigos seguirán haciéndose mejores y más maduros, genins se seguirán graduando, los enfermos seguirán enfermando y mejorando, y… mujeres seguirán sufriendo abusos. Puede que su vida cambiaría si ella opta por encerrarse en sí misma, si decide dejarlo todo y centrarse solo en su dolor, pero la realidad era que solo lo haría de manera negativa. Sólo podría quedarse rezagada, detrás de todo y todos, y ella no podía permitir eso… ya había estado "detrás" por mucho tiempo y no quería que eso siguiera ocurriendo. No quería tirar por la borda sus años de entrenamientos.
No, no lo permitiría. Estaba decidida a afrontar lo que fuera necesario, y una parte importante de comenzar con eso tiene que ver con dejar de ignorar a sus amigos.
— ¿Quieres que te acompañe a casa, Sakura-chan? - Kakashi-sensei le preguntó, trayéndola de nuevo a la realidad.
— No, gracias. Creo… que iré a ver a Ino - la chica notó como pequeñas sonrisas de orgullo se asomaban en los rostros de los mayores.
— Eso es genial, entonces supongo que te veo mañana.
— Hasta mañana, Kakashi-sensei. Y muchas gracias - lo despidió con agradecimiento.
— No hay de qué. Ayudarse, apoyarse, y no juzgar - respondió usando esas palabras que eran tan significativas para todos los miembros del equipo.
— Me siento ignorada - reclamó Tsunade con voz enfadada, más Sakura sabía que solo estaba bromeando. Con profundo cariño se acercó a su maestra y la abrazó. No era necesario hablar, ella la entendía como nadie — Vas a estar bien, pequeña - le susurró al oído.
— Lo sé… aprendí de la mejor - sonrió alejándose. — Bueno, será mejor que me vaya. Adiós - agitó levemente su mano y emprendió camino hacia la florería Yamanaka, con Kakashi y Tsunade viéndola marchar.
— Ella va a estar bien - dijo Kakashi.
— Así es - susurró Tsunade. Un silencio cómodo y lleno de optimismo se formó por unos segundos, pero fue rápidamente interrumpido por la sannin — El que no va a estar bien eres tú - dijo mirando amenazadoramente al peliplata.
— Ne, ne, Lady-Tsunade. No hay necesidad de ponerse agre- no fue capaz de terminar su oración ya que había recibido una cachetada cargada de chakra que lo impulsó unos cuantos metros hacia atrás. De pronto, todos en la calle se inmovilizaron, todos contuvieron la respiración y lo único que podía oírse era un bebé llorar a lo lejos.
La hokage se acercó a pasos firmes hacia donde se encontraba tirado el copy ninja — Supongo que no hay necesidad de decir por qué fue eso ¿Verdad, vago?
— N-no, Tsunade-sama.
— Soy Hokage para tí - cuando Tsunade se ponía en modo "bestia", sí que daba miedo.
— Claro, Hokage-sama - repuso con rapidez aún desde el suelo. Cuando la rubia le extendió una mano para ayudarlo a levantarse no supo si tomarla o no, quizás era una trampa, quizás era una prueba y lo castigaría si cometía algún error… ¿pero cuál era la respuesta correcta? Después de meditarlo unos segundos optó por aceptar la ayuda. Hubiesen visto su expresión de sorpresa cuando además de ayudarlo, la rubia había besado su mejilla.
— Y eso, es por toda la ayuda que le haz dado. Vete a casa, Hatake - dijo para luego girarse sobre sus pies y dirigirse a su oficina, donde unas cuantas pilas de papeleo la esperaban.
Kakashi se quedó en shock, tocándose la mejilla que la mujer había golpeado y luego besado. Nunca voy a entenderlas, concluyó en sus pensamientos. Con la intención de dejar de ser el centro de atención para aquellos que habían presenciado la escena decidió desaparecer en un torbellino de hojas.
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— Entonces… ¿No era que estabas molesta conmigo? - preguntó Ino a su amiga pelirrosa, solo para asegurarse.
— No, cerda. No podría. Es sólo que algunas cosas ocurrieron en mi última misión, cosas que aún no estoy lista para decirte. Lo que importa es que estoy trabajando en ello, y te contaré todo cuando esté preparada para hacerlo. Yo- el abrazo de su amiga no la dejó continuar.
— No necesito que me digas nada que no quieras, sólo me importa ser tu amiga y si necesitas algo en lo que pueda ayudarte, quiero que sepas que puedes contar conmigo - pequeñas lágrimas de emoción se juntaron en los ojos de ambas adolescentes por el emotivo momento y ambas acordaron que era una bendición de Kami el tener una amistad como la que tenían.
— Gracias, Ino-cerda.
— No hay de qué, frente.
Y así es cómo había terminado la tarde de Sakura. Dándose cuenta de cuánto amor la rodeaba, de cuánta gente la amaba, que era justamente lo que necesitaba para tomar el impulso para tomar la decisión que había tomado y ya el mañana le mostraría cómo seguiría todo.
N/A: ¡Hola! ¿Qué tal?
Primero me gustaría aclarar que me considero una completa ignorante a cuanto terapias psicológicas se trata. Nunca he ido a ninguna, aunque creo que verdaderamente pueden ayudarnos a estar en calma con nosotros mismos; es por eso que espero no ofender a nadie si lo que escribo en la historia se escapa de la realidad (:
Habiendo aclarado eso… ¿Qué les pareció el capítulo? La verdad es que me costó un poco el retratar el cómo Tsunade se enteraría de todo, y el cómo involucrar de la forma que quería a Kakashi. Puede que ya estén pensando "ya, esto se está poniendo sad" pero no creo que haya forma de que Sakura siga siendo la misma sin haber afrontado todo de la forma adecuada, por lo que aviso que será un proceso.
Manténganse a salvo!
Moonlight xx.
