Grojband le pertenece a Todd Kauffman y Mark Thornton


Capitulo 8. La lluvia.

Estaba ahí acostada en su cama, eran las dos de la mañana, no podía dormir, cuando ella era pequeña y no podía dormir se iba con su hermana, ella la sacaba a patadas, pero al final cedía y las dos se dormían juntas, pero ahora ella ya no estaba.

Eran las 3:00 de la mañana faltaba una hora para que sonara su alarma, otro día iniciaba, otro día donde tenia que soportar las burlas, los comentarios que la lastimaban, nunca fue de esas chicas que brillaban, ni una chica popular, era blanco fácil para las burlas, ella era débil y sentimental, se desplomaba con cualquier comentario.

Pero después de ese día.

Ella ya no fue la misma.

RING RING

Su alarma comenzó a sonar, dejo que sonara un poco más luego se dirigió su brazo hacia su celular y apago el ruido para volver al silencio en el que se encontraba.

Se levanto de su cama y cambio su pijama por una ropa, unos jeans obscuros y una blusa a rayas de manga larga.

Bajo las escaleras, recogió su mochila y un libro, salió de su casa y se aventuró a la estación de autobús, antes tomaba el autobús con su hermana y . . .

Se sentó en la banca y se puso a leer su libro, se quedo ahí unos minutos.

-- ¿Qué lees? - pregunto una voz masculina algo familiar y ella se sobresaltó, oculto su libro con los brazos y miro al chico con enojo.

- ¿Qué quieres, Riffin? – pregunto ella con un ligero tono de molestia.

-Tranquila nena, pensé que habíamos dejado las peleas atrás- dijo el con dramatismo.

- Agh, como sea- la pelirroja, rodo los ojos - ¿Esperas el autobús? - pregunto mirando a los dos lados de la calle.

-No, yo camino para ir a la escuela, solo que te vi sentada aquí y viene para saludar. –

- Como sea, mejor vete antes de que se te haga tarde- dijo ella y guardo su libro en su mochila, escucho bufar al chico y vio cómo se fue. La chica frunció el ceño.

-Deberías quitar tu cara de limón, no ves que asustas a todos-

Escucho la voz de su hermana, tan dulce como la recordaba.


El famoso accidente, ocurrió hace un año.

El pueblo tenia una junta en lo que era la universidad, era un edificio más grande y moderno que su preparatorio, era la inversión más costosa y prospera del pueblo.

Todos estaban reunidos escuchando las noticias, prevenciones y cosas que decía el alcalde, ella y su hermana estaban sentadas juntas, pero no se hablaron, habían tenido una pelea, Laney no pensaba disculparse, ella era la culpable, ella era la que se debía disculpar, que tonta.

Luego se escuchó una explosión, venia de la parte de abajo, la alarma contra incendios comenzó a sonar, todos se alarmaron al percibir el aroma a humo y al escuchar la alarma, todos salieron del cuarto y corrieron a la salida, debido al desorden y la locura, algunos se aventaron del edificio, otros murieron aplastados. el fuego se expandió rápido, no tardo en llegar a donde estaban localizados, varios quedaron atrapados, entre ellos la hermana de Laney. Algo muy particular de ella era su nobleza y gran bondad. Ella escucho los gritos de ayuda de una chica, trato de regresar para ayudarla pero el brazo de su hermana pequeña la detuvo, ella le dedico una sonrisa y le pidió que se fuera con la promesa de que estaría bien, se soltó del agarre de su hermana y corrió hacia el grito de auxilio, Laney corrió hacia la salida pero escucho a alguien que tosía, era un chico no desconocido para ella, con dificultad lo cargo y ambos salieron del edificio, al salir pudo ver a los bomberos y a varias ambulancias, apenas podía mantenerse de pie, respiraba con dificultad y parecía que se iba a desmayar, pero reunió todas su fuerzas para volver por su hermana pero el edificio explotó.

Ella seguía ahí adentro.

estaba ahí.

que alguien la rescate.

No sabia si fue por impulso, pero quiso correr hacia el imponente fuego, quería asegurarse de que su hermana ya no estaba, se negaba a pensar que ella la había dejado.

Corrió hasta el edificio que ahora estaba consumido por las llamas del fuego, pero alguien la detuvo, era su madre, que la veía con tristeza, pero aliviada, su padre se acercó, se veía aliviado al ver a su mujer e hija a salvo, pero faltaba alguien.

-Laney, ¿Dónde está tu hermana? – pregunto el hombre al no ver a su primogénita, su esposa lloraba y Laney veía el fuego con una mirada perdida. – Laney- le hablo el para que ella contestara.

Todo ocurrió tan rápido, no, esto debía ser un sueño, una pesadilla. su hermana, su protectora, la única persona en la que podía confiar, su razón para seguir adelante, su motivadora, ya no estaba.

Su voz, sus cantos, su cabello, su sonrisa, sus ojos consoladores y optimistas, se habían esfumado, ya no estaban, se lo habían arrebatado injustamente, si se hubiera disculpado, si se hubiera negado, si no se hubiera enojado, su culpa, era su culpa.

-LANEY MALDITA SEA ¿DÓNDE ESTA TU HERMANA? – grito su padre y ella cobro conciencia.

- El-ella f-fu-fue a . . . d-dijo q-que v-volvería p-pero n-no- apenas podía articular una palabra, su mirada seguía en el fuego. -Y-yo la t-tra-trate de detener, pero ella. . . –

-La abandonaste- dijo su padre en un susurro.

-NO, ella me dijo que volvería, yo- empezó a lloriquear sin poder defenderse, jamás abandonaría a su hermana, como podría pasar eso a la cabeza de su padre, ella no era así. - ¿Cómo se te ocurre? –

- ¿Por qué no la detuviste? ¿Por qué no regresaste por ella? – Pregunto su padre a casi gritando.

- Yo . . . no lo sé- contesto ella sin ningún argumento, no lo sabía, porque no había regresado, porque no evito que se soltara.

-TU LA ABANDONASTE, ERES UNA ESTUPIDA MAL AGRADECIDA, ABANDONASTE A TU HERMANA, TE HUBIERAS QUEDADO TU Y HACI ELLA ESTARIA AQUÍ- le grito su padre, mientras las lagrimas brotaban de sus ojos.

En ese momento Laney se quebró por completo, empezó a llorar, pero con mucha más fuerza, de repente empezó a llover, pero nadie se movía de sus lugares, todos lloraban y miraban como la lluvia apagaba el fuego.

Laney estaba ahí tirada en el piso, mientras su padre y madre se consolaban entre sí, pero nadie la consolaba a ella, las gotas de la lluvia aterrizaban en su cabeza, ya no sabia si lo que recorría su mejilla eran sus lágrimas o la lluvia.

Todo el día estuvo lloviendo, era como si el cielo acompañaba a todas esas almas destrozadas por la explosión.

Hicieron un funeral, para todos los que murieron en el accidente.

Todos lloraban, algunos solo miraban la pequeña tumba construida para honrar a los que dejaron este mundo.

Todos comenzaron a irse, solo quedaban diez personas entre esas Laney que ya no lloraba, solo pensaba.

Esta lluvia era igual a ella, caía y desaparecía para que una lluvia totalmente diferente volviera aparecer, ella cayo y desapareció, para dar paso a una Laney diferente, una más fuerte pero incompleta.

Pero también la lluvia purifica, esta lluvia purifico el destructivo y poderoso fuego, calmo su ardiente llama que exploto dejando un rastro de soledad, tristeza y muerte. Las cristalinas gotas de la tormenta apagaron la ira que había en el corazón de cada habitante del pueblo, excepto de cuatro almas que sufrían, que había quedado una pequeña llama en sus corazones que no había sido apagada, una flama que estaba cargada con impotencia, ira, tristeza, amor.

Los cuatro eran una mezcla desconocida por todos, nadie veía esa chispa que los cuatro tenían, una chispa que no tenia la suficiente intensidad para ser admirada.


perdón perdón la tardanza pero hubo un problema familiar.

Bueno, seguiré actualizando como siempre ahora sin falta.