CAPÍTULO 8
ANTES
Estaba de pie afuera de una elegante tienda, en el centro de Tokio. Dudaba… ¿debía entrar o no debía hacerlo?
Tenía el corazón ligeramente acelerado y le sudaban las manos. Había pensado mucho en "eso" desde hacía algunas semanas. Se sentía muy nervioso simplemente de imaginarlo.
No tenía miedo de ser rechazado, porque confiaba plenamente en que ella lo amaba, pero… sí temía ser demasiado inoportuno, ¿se estaba adelantando demasiado? Eran muy jóvenes y ella tenía muchos planes profesionales por cumplir. Aunque el matrimonio no era impedimento para ello…
Él simplemente quería dejarle claro lo que más deseaba en el mundo… besar sus labios al despertar cada mañana, cuidar su corazón cada día, amarla eternamente.
Tomó su celular para ver la hora. Había estado de pie ahí durante 20 minutos. Miró la fotografía que tenía como fondo de pantalla. Era una fotografía de Sakura que él mismo había tomado hacía algunos años. Vestía su uniforme de la preparatoria y tenía esa sonrisa que tanto le encantaba. La duda desapareció inmediatamente de su mente. Definitivamente SI… esa mujer tenía que estar en su vida para siempre. Sakura Kinomoto tenía que ser su esposa.
Abrió la puerta de la joyería y se introdujo dentro.
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AHORA
Shaoran Li y Eriol Hiragizawa se encontraban almorzando juntos; como era su costumbre; en un restaurante del centro. Atraían miradas femeninas al por mayor. En un día normal, Hiragizawa habría aprovechado esa situación para conseguir más de un número de teléfono de las mujeres que los acosaban. Sin embargo, desde que se estaba involucrando con Tomoyo Daidouji, no era capaz de pensar en nadie más. Su mente volvía a ella una y otra vez. Se perdía en sus pensamientos recordando cada paso que daba a su lado. Y a él no le importaba. Estaba consciente de que esa mujer era una bruja que lo hechizaba con su sola presencia. Justamente sobre esta misma, iba la conversación que llevaban en la mesa.
— ¿Qué vas a hacer?
— Ya te lo había dicho, no haré absolutamente nada. Deja de presionarme.
— No entiendo porque, si la quieres, no vas sobre ella. Deja de perder el tiempo.
Cómo siempre, el moreno bebía té. Habían terminado de comer y simplemente charlaban – Yo ya hice el primer movimiento mi querido amigo, es su turno de mover fichas. De ella depende si lo que hay entre nosotros, se convierte en una verdadera relación o simplemente es algo para pasar el rato. Al momento, la estamos pasando bastante bien. Estoy... satisfecho… por ahora.
Li levantó las cejas y movió la cabeza en forma negativa, sin comprender a qué se debía que esos dos siempre se manejaran de formas tan misteriosas – Ustedes dos y sus enigmas. Siempre me han parecido de lo más extraños.
Eriol rio – Lo que pasa es que nosotros no somos tan transparentes como tú y Saku… – calló casi de inmediato, a punto de mencionar el nombre de la castaña, acto que, para Li, no pasó desapercibido.
El castaño rodó los ojos – Dilo… no son tan transparentes como Sakura y yo. Solo que te recuerdo, que ella y yo hace mucho tiempo dejamos de ser pareja. No entiendo qué rayos tiene que ver en esto – le apuntó con el dedo – No creas que no sé lo que estás haciendo. De alguna u otra forma, siempre te las ingenias para incluirla en el tema. No veo necesario estar hablando de Sakura todo el tiempo.
— Lo siento hombre, que se me ha salido… – le dijo Eriol con falso arrepentimiento.
— Vamos, eso ni tú te lo crees – El castaño conocía bien a su amigo. Éste, no decía ni una sola palabra que no quisiera decir, nunca. Tenía todos sus movimientos fríamente controlados. Y recientemente, cada vez que se veían, de alguna u otra forma terminaba hablando acerca de Sakura Kinomoto.
Li aún no lograba descifrar sus intenciones, sin embargo, decidió simplemente dejarlo pasar, como venía haciendo últimamente y se dispuso a cambiar de tema – Mañana iremos a los bolos. Akame, yo y algunos otros de tu oficina, ¿quieres ir? puedes llevar a tu Daidouji.
— Oh, no puedo – le dio otro sorbo a su té – Quedé con ella para ir a bailar por la noche. Iremos a celebrar el cumpleaños de Sakura por adelantado.
Y ahí estaba de nuevo, volvían a hablar de ella – Mmm... – le respondió sin interés mientras meneaba su café, esperando dejar el tema ahí.
— Iremos los tres y un tipo de tu compañía.
Li detuvo la cuchara y levantó la mirada hacia él, entrecerrando los ojos. Solo había un "tipo" de su compañía al que seguramente Sakura y Daidouji invitarían a salir…
— Es un compañero de trabajo, al parecer un tal... – continuó Eriol fingiendo indiferencia. Decía cada una de sus palabras inocentemente, sin dejar de mirar a Li – Tian Chen.
Shaoran rodó los ojos cuando escuchó el nombre – Tiene que ser una broma – susurró, aunque Eriol pudo escucharlo claramente.
— ¿Lo conoces?
— Como no… – respondió a regañadientes. El tonto y entrometido Tian Chen se estaba involucrando demasiado. Empezaba a perder la paciencia…
Una diminuta sonrisa ladeada apareció en el rostro de Hiragizawa – Y ¿por qué pones esa cara?
— ¿Cuál cara?
— Parece que comiste algo echado a perder.
— Tonterías.
— No me digas que estás celoso… no quieres compartirme con él, ¿verdad?
— Por supuesto que no idiota. Simplemente me cae muy mal.
— ¿En serio? – apoyo su cabeza sobre su mano derecha con deleite – ¿Desde cuándo?
— Desde hace mucho – se puso de pie rápidamente – Me largo.
— ¿Qué? ¿Pero por qué? Todavía es temprano…
— Tengo mucho trabajo que hacer.
Salió rápidamente, dejando su café intacto. Eriol rio fuertemente tras la repentina salida. Su comportamiento le parecía de lo más gracioso. Aparentemente, Shaoran Li no sabía identificar los celos. Eso… o no quería admitirlos.
Tomoyo lo había puesto al tanto de la situación. Sabía que el sujeto en cuestión, "Tian Chen" era compañero de Li desde hacía un tiempo y que parecía muy interesado en Sakura. Y era evidente de que su amigo empezaba a resentirlo.
Pensó que podía aprovechar la situación para presionarlo solo un poco. Tal vez de esa forma, él decidiera cambiar de actitud con respecto a Sakura.
Cuando el castaño hubo llegado a su oficina, se derrumbó en su silla. Su buen humor había ido desapareciendo conforme caminaba de vuelta a la compañía, pensando una y otra vez en lo que estaba sucediendo a su alrededor.
Sakura iba a salir con Eriol, Daidouji y el imbécil de Chen en una especie de cita doble. Sólo de pensarlo se le revolvió el estómago.
— Maldito Hiragizawa lengua larga.
Y por si eso fuera poco, no podía olvidar la conversación que había tenido con ella un par de días atrás, en la bodega de papelería.
… "Nunca logré llenar el vacío que tú me dejaste en el corazón"
Dio un golpe a su escritorio. Por eso no quería hablar con ella ni enterarse de nada. La confusión se hacía espacio en su cabeza cada vez que cruzaba palabra con esa mujer. Deseó vivir en la comodidad que le ofrecía la ignorancia. La frustración provocó que se jalara el cabello con ansiedad.
La voz de Sakura daba vueltas sin cesar por su cabeza. No podía sacarla de ahí. ¿Significaba que ella aún conservaba sentimientos hacia él? ¿Lo había insinuado como algo del pasado o como algo que aún permanecía? Bueno, era muy tarde ahora. Él había seguido con su vida, tenía a Akame y ya la había olvidado.
— Ya te olvidé – Puso las palmas de sus manos sobre sus ojos – ya te olvidé Sakura – repetía esas palabras una y otra vez – ya te olvidé – tenía que convencerse a sí mismo de que era verdad. Aunque… empezaba a dudarlo…
Miró a la pantalla de su ordenador resignado. Tendría que ponerse a trabajar de mal humor y esforzarse para lograr concentración… de nuevo.
— Tomoyo, quiero hacerme algún cambio.
Las dos chicas estaban en el departamento de la morena. Al fin era viernes, habían salido de trabajar y habían quedado para arreglarse juntas y salir a bailar con Eriol; también estaban invitados Tian Chen, Rika Sasaki y Naoko Yanagizawa, compañeras de la empresa.
Aún era temprano y estaban sentadas en la sala. Tomoyo en el sofá y Sakura frente a ella en el piso. Estaba rizando un poco el cabello de Sakura para darle más volumen, mientras ella bebía un frapuccino.
— ¿Un cambio? – respondió Daidouji – ¿De qué tipo?
— Un cambio de look. Ya hace varios años que llevo el cabello igual. Mismo largo, mismo color, quiero motivarme. Hacer algo así como un nuevo comienzo.
— Bien dicen que una mujer que se cambia el cabello, está a punto de cambiar su vida.
La ojiverde rio ante la frase – ¿Qué me sugieres?
Tomoyo miró a su amiga, analizando – Píntalo de rojo, seguramente te va bien.
— ¿De rojo? – dijo con duda, tomando uno de sus largos mechones en sus manos – ¿No te parece algo muy radical?
— Claro que no. Resaltará el verde de tus ojos. Te imagino con un dulce color rojo cobrizo, muy acorde con tu tono de piel. Eres hermosa cariño, no temas mostrarte.
Sakura se miró el cabello. Tenía años usándolo largo hasta la cintura, con ligeros destellos de color rubio. Aunque aún predominaba el color castaño. Teñirlo de rojo, definitivamente sería un cambio fuerte.
— Mmm lo pensaré – respondió insegura – ¿Y qué tal te va con la remodelación de la editorial? – cambió de tema.
— Bastante bien, hemos avanzado muy rápido. Estamos ya en los acabados y decoración. Probablemente terminemos en una semana.
— Oh, vaya, que eficientes.
— Por cierto, ya conocí a Akame Wang.
Sakura tosió un poco del café que estaba tomando. Le sorprendió mucho escuchar ese nombre salir de la boca de su amiga – ¿Ah sí?
— ¿Por qué no me habías dicho que la novia de Li trabaja con Eriol?
— Mmm lo olvidé.
— Si claro… Tuve que enterarme al momento, cuando Eriol nos presentó – tomó otro mechón de cabello y lo enredó en la plancha – Es linda, aunque no tanto como lo eres tú, claro.
— No creo que deberíamos hablar de ella así Tomoyo…
— ¿Por qué? Solo digo la verdad. Además, es la novia de tu ex. Obvio que tenía que inspeccionarla bien para poder criticarla juntas – soltó una carcajada – Yo creo que no le agradé demasiado, me miraba mucho y de forma extraña.
— ¿En serio? A mí me parece que es buena chica.
— Oh claro, no he dicho lo contrario. Pero, como que no somos muy compatibles. Además, tiene una amiga – rodó los ojos – Wen creo que se llama, que parece bastante interesada en Eriol.
Sakura rio – ¿Y cómo te sientes al respecto? ¿Celosa?
— No, él puede salir con quien guste, es un hombre libre. Lo que hay entre nosotros no es nada formal – respondió intentando sonar simple y ligera
— Aún…
— Bueno, no puedo saber qué pasará. Aún no sabemos si nos quedaremos en China.
La castaña suspiró. Ese era un tema del que aún no quería hablar – Tomoyo, si en algún momento, yo decido irme de aquí, no estás obligada a seguirme. Quiero que hagas tu vida como tú lo desees. Quiero que seas feliz, y ambas sabemos que al lado de Eriol, lo eres.
— También soy feliz a tu lado Sakura.
— Lo sé Tommy, pero tú lo amas. Y sé lo difícil que fue para ti mantenerte alejada de él. Me has apoyado durante años, has estado a mi lado cada día que te he necesitado y no puedo estar más agradecida por ello. Pero sería muy egoísta de mi parte pretender que me sigas después de que te has reencontrado con él. Solo piensa muy bien antes de decidir cualquier cosa – Sakura giró para verla a los ojos – Has tenido mucha suerte de que Eriol no se haya enamorado de alguien más – tomó su mano – Pero si cometes el error de dejarlo ir otra vez, puede que lo pierdas para siempre.
Tomoyo calló, incapaz de decir una palabra.
— Mírame a mí – continuó la castaña – la relación que tenía con Shaoran ha terminado definitivamente. Él ama a otra mujer y no hay nada que pueda hacer yo para cambiar eso. Ni siquiera me permite ser su amiga – bajó la mirada – Yo sabía que después de irme, sería prácticamente imposible recuperarlo… pero… siempre pensé que, si un día él volvía a mi vida, podría decirle la verdad e intentarlo nuevamente. Y ya ves lo equivocada que estaba.
El tono de resignación con el que su amiga se expresaba, llamó su atención – Sakura, ¿todavía lo amas?
— Yo… no sé. Hay ocasiones en que intento convencerme de que no. Pero es que simplemente no puedo evitar la forma en que se acelera mi corazón cada vez que lo veo. Me siento nerviosa y siento muchas ganas de acercarme a él – suspiró – me atrae como un imán. Y es que está mucho más guapo que antes.
Tomoyo asintió – Es cierto. Los años le sentaron bastante bien. Aunque se vería mejor, si simplemente quitara esa maldita cara amargada que trae todo el tiempo.
La frase provocó una sonrisa en la castaña – Supongo que eso es por mi culpa.
— Ay amiga. Lo que pasa es que todo fue muy sorpresivo para Li. Volviste de pronto a su vida cuando creía tener todo bajo control. Tal vez fue… demasiado para él.
— Lo sé, y lo entiendo. Y aun cuando deseo acortar distancias entre nosotros, ya no quiero discutir más. Creo que hemos peleado lo suficiente para varias vidas. Terminaré mi contrato y entonces, evaluaré si debo permanecer aquí o es preferible que me vaya.
— Debes dejar fluir las cosas de forma natural, deja que se calme todo. En algún momento tiene que bajar la guardia.
— No Tommy, ya me cansé. No pienso insistir más. Ha sido suficientemente claro al respecto y le prometí dejarlo tranquilo.
Tomoyo comprendió los sentimientos de Sakura a la perfección, pero aún creía que la verdad debía salir a la luz. Esperaba que, con el tiempo, las cosas mejoraran, al menos un poco.
— Entonces… – volvió Sakura al tema anterior – ¿qué piensas si lo tiño de negro?
Shaoran y Akame estaban en los bolos, con algunos amigos de la chica. Habría sido una tarde agradable, si no fuera por el imbécil de Eriol Hiragizawa y su gran bocota. Si no le hubiera dicho nada... probablemente él no se sentiría así. Tenía una molestia en el pecho a la que no quería ponerle nombre. ¿Celos? Para nada… solo era cuestión de adaptación. Tenía que acostumbrarse a verla con alguien más… – Claro… – pensó con amargura – pan comido.
Un par de brazos lo rodearon desde atrás.
—¿En qué piensas?
Akame besó su mejilla.
— En nada, acabo de recordar que dejé un par de cosas pendientes en la oficina, es todo.
— Bueno, ya lo resolverás el lunes. Ahora quiero que tus cinco sentidos estén enfocados en mí – caminó frente a él y lo abrazó por el cuello – y en ganarle al equipo de Wen, obvio.
Él correspondió su gesto abrazándola por la cintura – Considéralo un hecho.
Al otro lado de la ciudad, en un famoso antro de Hong Kong, celebraban el cumpleaños de Sakura.
— Brindo primero que nada por la vida de mi mejor amiga, por que sea muy larga y muy feliz. Por lo que Hong Kong nos ha dado – miró a Eriol sin disimulo – y por las nuevas amistades que hemos hecho.
— ¡Salud!
Empezaron a beber múltiples bebidas exóticas, de diferentes colores y sabores. Sakura se sentía realmente bien. Al principio dudó sobre la salida, pero ahora que se encontraba ahí, se la estaba pasando de lo mejor.
— Qué bueno que me convenciste de salir, la estoy pasando muy bien.
— Yo sabía que sería así. No todo es trabajo querida. Además, Hong Kong es enorme, no puedo creer que solo conozca el camino de ida al trabajo y de vuelta a mi departamento.
Sakura rodó los ojos con una sonrisa – Claro… y al departamento de Eriol.
Ambas rieron – Es verdad, es que míralo, se ve delicioso.
— ¡Tomoyo!
— ¡Vamos a bailar!
Las dos chicas se levantaron a bailar. Pronto, el resto de sus amigos se les unieron en el centro de la pista.
Bailaron durante horas, se divirtió como no lo había hecho en meses, desde que llegó a China. Al menos por un momento consiguió olvidarse de todo; del trabajo, de su pasado, e incluso llegó a olvidarse de Shaoran Li.
— Sakurita, Eriol nos llevará.
La velada finalmente había terminado, y todos se encontraban afuera del establecimiento. Sakura se sentía sumamente dichosa, había sido una celebración maravillosa. Consiguió acercarse más a Rika y Naoko y también a Tian, que como siempre se portaba con ella de lo más atento y amable.
— Tomoyo claro que no, odio hacer mala tercia. Tomaré un taxi.
— Amiga, tú nunca podrías hacer mal tercio. Eres parte de nosotros.
— Ugh… no gracias, la última vez que ustedes dos me llevaron, les conocí cosas que no quería conocer – Sakura hizo una mueca de asco. La parejita acaramelada, había estado arrimándose uno al otro y no deseaba terminar en medio de ellos… de nuevo.
— Yo te llevo.
Tian Chen estaba atrás de ellos, escuchando la conversación.
— No quisiera molestarte…
— No es molestia. Además, es peligroso que tomes taxi a estas horas.
La castaña dudó por un momento, sin embargo, sonrió Tomoyo inmediatamente – ¡Perfecto!, Tian casi no bebió, y además tu departamento queda de camino al de él.
— Bu-bueno…
Se despidió de todos en cuanto el valet parking trajo el coche de Tian.
De camino al departamento de Tomoyo, Eriol se encontraba al volante de su coche. Hicieron parada en una luz roja.
— Tian Chen gusta mucho de Sakura ¿cierto?
— ¿Te diste cuenta?
— No dejó de mirarla en toda la noche. Es muy evidente.
— Si, es muy evidente para todos menos para ella misma, ya sabes, con lo despistada que es. Me parece un buen chico y me agradaría mucho que ella se fijara en él. Sakura tuvo algunas relaciones mientras estuvimos en Londres, pero… no consiguió nada realmente importante. La sombra de Shaoran Li la persiguió durante años, e inevitablemente terminaba botándolos a todos. Espero que ahora que lo ha visto de nuevo, y que está decidida a dejarlo atrás, tenga el nuevo comienzo que se merece.
— Tiene derecho a intentarlo, aunque… ¿crees que lo logre estando tan cerca de él?
— No lo sé, pero espero que sí. De lo que sí puedo estar segura, es de que Li se va a arrepentir de dejarla escapar.
Eriol notó en la mujer una mirada oscura – ¿Qué estás tramando?
La pelinegra rio – Nada en absoluto… voy a dejar que el destino se encargue de acomodar sus piezas. Ya verás que todo saldrá como lo planeo.
— Eres terrible – Eriol pasó su mano de la palanca de velocidades a su pierna desnuda. La falda había subido y mostraba la blancura de sus muslos – ¿Te divertiste esta noche?
— Cariño… la diversión apenas empieza – mordió su labio sensualmente mientras él subía su mano un poco más.
— No me provoques, o voy a estacionarme por cualquier rincón y te follaré tan duro, que olvidarás que estamos en un auto.
— Y… ¿qué te detiene?
Una lenta sonrisa se formó en el rostro del hombre, mientras buscaba un callejón lo suficientemente oscuro para estacionarse.
— Eres muy amable Tian, la verdad lo que menos quería es darte molestias.
Ambos se encontraban ya de camino al hogar de la chica. Tian se sentía muy complacido por poder llevarla, pues tendría unos minutos más de su compañía – No es molestia Sakura. No podía dejar que te fueras sola a esta hora, es peligroso para alguien como tú.
— Gracias. La pasé muy bien esta noche.
— Yo también. No sabía que Tomoyo tuviera novio.
— Si, están saliendo desde hace un par de meses
— Es amigo de Li, ¿verdad?
— ¿Lo es? – le respondió fingiendo indiferencia
— Si, lo he visto un par de veces en el corporativo cuando va a visitarlo. Aunque no habíamos cruzado palabra hasta el día de hoy.
— Ya veo – respondió brevemente. No quería tocar el tema de Shaoran Li demasiado profundo, pues no quería ponerse en evidencia. Tian era un buen amigo y no deseaba mentirle más de lo necesario. Suspiró. Se estaba cansando de fingir no conocer a Shaoran.
Cuando llegaron al departamento, la chica de despidió con una seña, pero el tomó su mano entre las suyas – Me dio mucho gusto poder pasar un rato a tu lado Sak… ¿puedo llamarte Sak?
Sakura se sonrojó – Ssi-si, Claro.
— Espero que tengamos oportunidad de salir nuevamente – Besó su mano – Nos vemos el lunes.
La miró salir de su auto, y arrancó hasta que se aseguró de que ella entró a su edificio. Se fue a su casa con una sonrisa en el rostro.
Inicio de semana y Shaoran Li tenía una actitud renovada. Sentía una mejora en su ánimo y todo se lo debía al fin de semana maravilloso que había pasado en compañía de su novia. Salió del ascensor, pero se sorprendió de ver una gran cantidad de flores en la recepción.
— Buen día Li, esta es su correspondencia – la recepcionista lo recibió.
— Gracias Sasaki – respondió brevemente, tomando los sobres que la asistente le entregaba – ¿Por qué hay tantas flores? – preguntó Shaoran sin levantar la mirada de sus cartas.
— Son para Sakura. Hoy es su cumpleaños.
Era cierto. Aun cuando se fueron a festejarla el viernes, el día correcto de su cumpleaños era hoy. Para él, no era ninguna sorpresa la cantidad de obsequios en el lugar. Sakura siempre había sido alguien muy estimada por toda la gente que la rodeaba. Siempre, en todo lugar, era admirada y amada por su amabilidad y su eterna sonrisa. Y por lo visto, esta empresa no era la excepción.
Echó un verdadero vistazo a las flores que había a su alrededor. Rosas, tulipanes, orquídeas y claveles. Flores de muchos tipos y colores. Había incluso algunas cajas de chocolates y bombones – Ninguna flor de cerezo – pensó. Aunque claro, en China era muy difícil conseguirlas. Sacudió la cabeza. Y a mí que me importa que nadie le regale flores de cerezo.
Caminó hacia su oficina, retomando su buena actitud, decidido a empezar la semana con buen pie. Pero al doblar la esquina, se dio de bruces con una mujer. Ésta, hubiera caído al piso, si él mismo no la hubiera sujetado del antebrazo.
— Lo siento – se disculpó rápidamente. Pero se sorprendió al descubrir quién era la mujer en cuestión.
Tenía a Sakura Kinomoto sujeta del brazo, aunque… se encontraba un poco diferente. Su largo cabello, se había ido. Ahora, lo tenía corto hasta los hombros y había regresado a su color natural: completamente castaño, sin esos mechones color dorado a los que ya se había acostumbrado. Lucía justo como cuando la había conocido. Con el corte se había quitado un par de años de encima, lucía un poco más inocente. Se veía… preciosa.
— Shaoran, lo siento, no te vi.
Sus palabras lo regresaron a la realidad – Ah, sí… yo… tampoco te vi – siguió mirándola un poco más.
Sakura sintió la intensidad de sus ojos. Se preguntó a qué se debía la extraña actitud del hombre – Eh, Shaoran…
— ¿Sí?
— ¿Podrías soltarme por favor?
Li se ruborizó al darse cuenta de que la tenía firmemente sujeta del brazo, y de que no había dejado de verla ni un segundo. La soltó de inmediato – Disculpa.
La castaña lo vio huir despavorido – ¿Y ahora qué le sucede?
Se quedó un par de segundos mirando el lugar en donde él había permanecido. Simplemente encogió los hombros y se dirigió a su oficina.
Cuando ya se encontraba ubicada en su escritorio, sonó su teléfono — ¿Hola?
— ¡Hola cariño, muy feliz cumpleaños!
Sakura rio – Tommy, ya me felicitaste por la mañana en mi departamento.
— Sabes que me encanta hacerlo. Por cierto, ya vi todas las flores y regalitos que recibiste.
— No lo esperaba, todos son muy amables.
— Es perfectamente normal, eres maravillosa. Por cierto, tu regalo, te lo daré por la noche. Porque, para que sepas, hoy iremos a cenar a casa de Eriol. Solo nosotros tres, no te espantes, ya se que no te gustan las grandes reuniones.
— Está bien
— Ya hablaste con tu padre y tu hermano
— Si, de hecho, me llamaron hace un rato. Los extraño muchísimo.
— Podríamos hacer un viaje express de un fin de semana para visitarlos.
— Me encantaría, pero con el inicio del centro comercial lo veo muy complicado. Terada no va a dejarnos ni respirar.
— Mmm ya te había pedido que no trabajaras demasiado.
— Sabes que adoro hacerlo. Por cierto, hablando de trabajo, en cinco minutos tenemos la conferencia de nuevas tecnologías para la construcción.
— Es cierto, ya lo había olvidado. Entonces nos vemos en la sala de conferencias.
— Te reservaré un lugar.
— Perfecto
Li se dirigía a la sala de conferencias rápidamente, pues se le había hecho tarde por una llamada que tenía con un cliente. Afortunadamente al llegar, algunas personas seguían fuera del recinto, lo que indicaba que aún no comenzaba. Respiró profundamente y se calmó. Al entrar al lugar vio a Sakura a la distancia y no pudo evitar detenerse a admirarla. Aunque su larga cabellera la hacía lucir muy bien, definitivamente él la prefería de cabello corto.
El cambio le había sentado de maravilla. Innumerables recuerdos venían a su mente al verla así. Sakura era poseedora de un elegante cuello y con ese corte podía lucirlo completamente. Se encontraba a solo un par de metros y no podía retirar su mirada. Lucía una bonita sonrisa en el rostro mientras conversaba con Naoko Yanagizawa. El semblante sombrío que tenía días atrás, y que él mismo podía atribuirse, había desaparecido. Ahora se veía tranquila y animada…
— Se ve linda, ¿verdad?
Shaoran giró sorprendido al escuchar una voz detrás de él. Tomoyo Daidouji lo miraba profundamente con esos ojos amatistas que parecían verlo todo – ¿Disculpa?
— Deberías dejar de mirarla. – le dijo en voz baja.
Era la primera vez, desde su regreso, que ella le dirigía la palabra, aunque también era la primera vez que se encontraban a solas. Por lo general se encontraba acompañada del fastidioso Tian Chen o por Sakura.
A pesar de que lo había pillado in fraganti, decidió hacerse el desentendido – No sé de qué estás hablando.
— Comprendo que quieras mantener tu pasado en secreto – comenzó ella con esa misteriosa sonrisa que le caracterizaba – estás en tu derecho. Pero si quieres tener éxito, deberías dejar de mirarla. O los demás se darán cuenta y empezarán a sospechar. Estás siendo demasiado obvio.
Él desvió la mirada – Como dije, no sé de qué estás hablando – empezó a caminar lejos de ella, y se dirigió a su lugar, dentro de la sala de conferencias. Tomó asiento, y pudo ver a Daidouji aún de pie en el mismo lugar, mirándolo. Sintió escalofríos.
Habiendo terminado la conferencia, todos los asistentes fueron saliendo uno a uno a sus respectivas áreas. Shaoran vio a Sakura ponerse de pie y recordó que tenía que aclarar con ella algunas dudas sobre el trabajo que estaban realizando.
— Sa… ¡Kinomoto! – maldición, casi llamaba a Sakura por su nombre, en público y a todo pulmón.
La chica volteó al escuchar su nombre, y vio a Li a un par de metros de ella.
— Necesito los planos conceptuales del centro comercial. Y la planta arquitectónica. Quisiera adelantar algo de trabajo.
— Claro, si quieres cuando…
— Oye Sak – escucharon a la distancia – ¿Estás lista para ir a comer? – Tian Chen se acercó junto a Daidouji, quien no dejaba de traspasarlo con esa mirada escalofriante.
Shaoran sintió disgusto al escuchar el apodo con el que el moreno la llamó. El nombre de Sakura le parecía hermoso, totalmente acorde con su dueña, y minimizarlo usando un apodo le provocaba una sensación… sumamente desagradable. Odiaba que la llamaran Sak, o Saki, o Saku.
— En seguida los alcanzo. Ordenen por mí, por favor – respondió ella.
— Claro.
Cuando los dos se habían ido, ella continuó con lo que estaba diciéndole.
— Bueno Shaoran – se giró hacia él nuevamente – ¿Está bien si volviendo del almuerzo te mando los documentos por correo?
— Si, no hay problema.
— Muy bien.
La miró alejarse, hasta que desapareció de su campo de visión. Sacudió la cabeza recordando las palabras de Daidouji.
Deberías dejar de mirarla Shaoran Li
Esa mujer era una bruja.
— Me sorprendió mucho ver que no teñiste tu cabello y que simplemente decidiste cortarlo.
Los tres amigos conversaban tras haber terminado su comida, como era costumbre.
Cuando Sakura le dijo a Tomoyo que iba a pintarse el cabello de negro, de verdad se sorprendió, aunque dudaba mucho que su amiga fuera capaz de hacerlo.
— Bueno – respondió ella – al principio si lo iba a teñir, pero cambié de opinión. Fue una decisión de último momento.
— Como sea te ves linda – le respondió Tian, provocando que se ruborizara levemente.
— Gr-gracias.
— Yo tengo que irme – la morena se puso de pie – Tengo una reunión con Terada y el equipo de diseño en menos de dos minutos. Nos vemos en un rato chicos. Diviértanse sin mí.
— Bye Tommy.
Daidouji se retiró, quedando solos en la mesa Sakura y Tian. Él, de pronto, se acomodó en su silla y metió la mano derecha al interior de su saco, sacando una caja pequeña de color gris – Sé que has recibido muchos regalos en este día, pero quise darte el mío personalmente. Feliz cumpleaños, Sakura – extendió la mano, ofreciéndole el presente con una sonrisa resplandeciente.
Ella sonrió tímidamente, tomándolo – Muchas gracias Tian, no tenías que darme nada.
— Por supuesto que sí. Ábrelo.
La chica abrió la caja, encontrando dentro una fina cadena con un dije en forma de corazón.
— Es muy lindo.
— ¿Quieres que te lo ponga?
— Eh, si claro…
Él se puso de pie, tomó la cadena de la caja y se colocó detrás de ella. Por lo corto de su cabello, él no tuvo complicación alguna para ponérselo – Se te ve muy bien.
Sakura sintió escalofríos al sentir el roce de sus manos contra la piel de su cuello – Te lo agradezco mucho. De verdad no tenías que hacerlo.
Él regresó a su asiento – No, pero quise hacerlo. Mereces esto y mucho más. Espero que la vida te sonría y que seas muy feliz.
La chica se sonrojó, bajando la mirada.
Algunos de sus compañeros los veían enternecidos. La escena parecía de lo más romántica, pues había quienes ya conocían las intenciones de Tian para con Sakura. Para casi todos era algo muy dulce, con excepción de uno… uno con mirada castaña que veía todo a la distancia. Una mirada enojada… y muy, muy celosa.
Suspiró. Estaba revisando los planos que Sakura le había enviado por correo, pero había detectado un par de errores en el dibujo. Para su mala fortuna, como se le estaba haciendo costumbre, no podía concentrarse.
La escena de Sakura con Tian Chen en el almuerzo, le provocaba arrojar todo por la ventana. Sin embargo, y de acuerdo a la actitud con la que había iniciado el día, estaba decidido a mantener la calma, a no armar un escándalo y no decirle una palabra.
Estaba intentando con todas sus fuerzas olvidar lo que había visto y mantenerse tranquilo. No ganaba nada con estar enojado todo el tiempo. Si ellos estaban decididos a salir juntos, él no tenía ningún derecho a molestarlos. Tenía que soportar. Aunque le estaba costando mucho…
Y es que ver a ese tocándola le provocaba…
De pronto la causante de toda su desdicha estaba en su oficina – ¿Me llamaste?
Él levantó la mirada, sobresaltado.
— Oh, lo siento Shaoran no quise asustarte.
— No yo… estoy bien, pasa, siéntate.
La chica entró a su oficina y se sentó. Sin embargo, cuando estuvo frente a él, se olvidó por completo de lo que iba a decirle y no pudo evitar mirarla fijamente. Es que se veía tan linda… Pasaron algunos segundos en silencio antes de que ella decidiera intervenir.
— ¿Hay algo malo con los planos? – escucharla lo hizo reaccionar.
— Eh sí, si yo – tartamudeó un poco – tengo algunas dudas – se aclaró la garganta – Lo siento, estoy muy desconcentrado. Creo que hay un par de errores en el plano, los ejes no me cuadran.
La chica se puso de pie y rodeó el escritorio hasta situarse detrás de él. Shaoran le indicó el error en la pantalla del ordenador.
— Aquí.
Ella se agachó por encima de su hombro para tomar el mouse. Estaba muy cerca de él, muy cerca… Tan cerca, que sentía el calor de su cuerpo y olía el aroma de su perfume. Su cabello corto le hizo cosquillas en el cuello. Sintió un escalofrío recorrer su pecho. Aspiró profundamente y cerró los ojos… embriagado por las ricas sensaciones.
El sonido de su voz, lo volvió a la realidad – Tienes razón, creo que es un error de los dibujantes – le dijo ella, ajena a los pensamientos del castaño – puedo corregirlo si quieres.
Se alejó y él pudo sentir frío por la lejanía – No te preocupes, yo lo haré. Sólo indícame cuál es la distribución correcta.
— De acuerdo, ¿lo corregimos ahora o quieres que te mande el boceto original, para que puedas revisarlo?
— Está bien si me lo mandas… Sakura… ¿por qué te cortaste el cabello? – cuestionó él, cambiando abruptamente de tema.
Ella lo miró, extrañada por la pregunta – Bueno, Hong Kong es mucho más cálido que Londres. Me siento más cómoda así.
Él asintió simplemente, como entendiendo la lógica de su respuesta.
— Ya me voy… si necesitas algo más, sólo llámame ¿sí? – ella frunció un poco el ceño, sorprendida por las extrañas actitudes que estaba tomando él. Se dirigió a la puerta, pero antes de salir, él la llamó.
— Sakura.
Ella giró a mirarlo.
— Feliz cumpleaños.
Terminado el día, Sakura se dirigía a casa de Eriol en su auto. Tomoyo y él la estaban esperando para partir un poco de pastel y cenar los tres juntos.
Escuchaba música en la radio y tarareaba un poco. Se sentía muy dichosa, había sido un buen cumpleaños. Desde los regalos recibidos por sus compañeros, por Tian, hasta la última felicitación que había recibido en el día. Estaba realmente feliz.
Se detuvo en un semáforo. Mientras esperaba el cambio de luz, recordó cómo había tomado la decisión final sobre su cambio de look.
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Era domingo y se encontraba en el departamento de Tomoyo. Había pasado la noche juntas, viendo películas y pasando el rato. Ya habían desayunado, así que tomó sus cosas y se dispuso a irse, pero al salir al pasillo se encontró con Eriol saliendo por el ascensor.
— Eriol, buenos días.
— Buenos días querida Sakura – la besó en la mejilla – ¿Vas de salida?
— Si, ya me voy, se me ha hecho tarde.
—¿Tarde?
— Tengo cita en el salón.
—¿De verdad? pero si estás preciosa.
— Yo sé que lo dices porque me quieres.
— Sabes que no bromearía con algo así. ¿Y qué vas a hacerte?
— Creo que me teñiré el cabello de negro.
— ¿Qué? ¿estás loca?, por supuesto que no.
Sakura se sobresaltó al escuchar el tono del pelinegro – ¿No?
— Absolutamente no.
Cruzó los brazos, escéptica – Y ya que pareces tener tanto conocimiento del tema. ¿Qué sugieres que me haga? – alzó una ceja.
— Córtalo, arriba de los hombros. Y quítate esas extrañas luces doradas que traes.
— Vamos, ¿me estas sugiriendo que vuelva al corte que lleve durante toda mi infancia y adolescencia? Se trata de avanzar, no de retroceder a lo mismo.
— Ese corte maravilloso te consiguió al hombre de tu vida.
La castaña quedó boquiabierta – Dices que… que me corte el pelo... ¿por Li?
— No. Digo que debes cortarte el pelo para darle una lección – sonrió de lado – Linda, no tienes idea del poder que tuviste sobre él durante todo el tiempo que estuvieron juntos, poder que aun prevalece. Ese hombre estaba loco por ti. ¿No te gustaría verlo trastabillar un poco? Que pierda esa absurda estabilidad de la que tanto presume. Piénsalo un poco… no digo que lo hagas por él. Hazlo por ti.
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Y así fue como terminó cortándose el cabello. Tenía que admitir que el consejo de su amigo había dado resultados. Tal y como lo había predicho, Shaoran Li estaba actuando muy raro. Ese Eriol era tremendo.
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Notas del autor:
Que tal!
Les dejo finalmente la continuación de esta historia rogando que no me hayan abandonado. Agradezco mucho a todos por los mensajes que me han llegado por este medio y por privado. Tienen mi eterna gratitud.
Esta vez me tomó muchísimo más tiempo del que yo misma hubiera deseado, pero intentaré con toda mi voluntad que no vuelva a suceder.
Espero que les guste
Besos xoxo
