Medicina…
—Señorita, le sugiero que se vaya. No querrá ver esto.—hablo Spider-Man mientras se acercaba al sujeto en el suelo.
Siguiendo el consejo, la mujer se levantó y se marchó trotando rápidamente de aquel callejón oscuro, mientras trataba de arreglar su vestimenta.
El maleante limpio el hilo de sangre de la comisura de su boca y levanto su mirada, solo para abrir desmesuradamente sus ojos y observar aterrado como el vigilante se quitaba la parte inferior de su traje spandex.
—Bien, bastardo. Ahora te voy a dar una dosis de tu propia medicina…
