El estar con Neji cerca solo hacía que Sakura se sintiera incomoda en su presencia, su apariencia, sus ojos. ¿Por qué Neji tenía que parecerse tanto a Hinata? Intentaba permanecer lejos de él cuando se encontraban solos en casa; se encerraba en su habitación, el dinero que conseguía no era mucho, apenas le alcanzaba para subsistir cada día, su embarazo avanzaba día con día. ¿Cómo mantendría a su bebé? Nadie en ese lugar tenía chakra…
Con una idea en mente se dirigió al cajón donde guardaba su dinero, podría hacer distintos tipos de pastillas y venderlas en el centro de la isla. Contaba con poco dinero, pero creía que era una buena idea, además ella ya contaba con distintos tipos de plantas solo hacía falta invertir en los instrumentos que necesitaba. Era medio día y Neji llegaba al atardecer tenía tiempo de sobra para conseguir lo que necesitaba.
Cuando Neji llego no sintió la presencia de Sakura, fue directo a la cocina y observo el plato en medio de la mesa, todos los días, al llegar del trabajo había un plato con comida esperando; ella no solía pasar tiempo con él y lo entendía, pero después de dos meses viviendo juntos le empezó a resultar intolerante; entendía que estaba dolida con su prima, pero él no tenía que cargar con el peso de su mirada, el cómo Sakura lo observaba sin pestañear hasta que él la miraba y ella salía de su burbuja. Ni siquiera sabía cómo Hinata logro embarazarse de Naruto, pero sobre todo no entendía como Naruto pudo engañar a la que llamaba el amor de su vida.
Termino de limpiar el plato cuando la puerta de la entrada se abrió, Sakura tenía puesto un vestido azul cielo, su cabello ahora le llegaba a la altura de su creciente busto, sus manos cargaban lo que parecía pesadas bolsas, claro, no para ella.
-Neji, estas aquí- tomo las bolsas de su mano derecha poniéndolas en la mesa. Sakura formo una O con sus labios, ella quería poner todo en su habitación, pero él se había aproximado a ayudarle.
- ¿Para qué es todo esto?
- Bueno, creo que es una buena idea hacer pastillas para distintos tipos de malestares, intentaría hacer pastillas parecidas a la píldora de soldado.
Neji empezó a sacar todo de las bolsas, eran varios productos los que había comprado Sakura.
-Me parece una buena idea – lo ojos de Sakura brillaron provocándolo una pequeña sonrisa a Neji de la cual ella paso por desapercibido
- ¿De verdad lo crees?, pensaba que, tal vez podrías decirles a tus compañeros, así podría tener más ventas
-Claro.
Sakura se entusiasmó, metió todo a la bolsa y fue directo a su habitación. Neji volvió a quedarse solo, Sakura se había convertido en un torbellino que arrasaba con todo lo que se le ponía enfrente, llevándose con ella la soledad de Neji, cuando ambos estaban juntos Neji parecía olvidar lo que le deparaba en Konoha. Lo que su tío tenía preparado para él.
Ahora que Hinata estaba esperando un hijo de Naruto, Neji ya no tendría que casarse con ella, pero eso no significaba que era libre, Hiashi planeaba emparejarlo con una de sus hijas, ahora que Neji ya no tenía el sello por culpa de Nagato Hiashi lo veía como un posible enemigo, y que es lo que haces con tus enemigos, tenerlos cercas.
Él y Hanabi habían creado una relación muy estable, tenían el mismo ideal, que todos los Hyuga fueran libres. Ambos sabían lo que Hiashi tramaba, pero si para que los Hyuga fueran libres ellos tenían que casarse, lo aceptaban. Ellos estarían atrapados por un tiempo, después, se separarían y si el destino quería podrían formar una familia. Pero él se encontraba en una isla, alejado de Konoha con la misma Sakura que lo salvo de la muerte.
Al pasar por la habitación de ella la luz se filtraba por la puerta, era en el segundo piso donde estaban las dos habitaciones, el olor a humedad y moho llenaban el espacio, tenía que hacer algo con aquel olor, observo las paredes, también tenían que ser pintadas. Cuando entro en su habitación se recargo en el marco y prendió la luz, ni siquiera contaba con un colchón y la vieja cobija no abrigaba lo suficiente, sabía que Sakura se encontraba en las mismas condiciones.
Tal vez al otro día podría comprar un par de cosas, pero decirle a Sakura no era una opción. Cuando le dijo que el compraría todos los víveres se molestó hasta no dirigirle la palabra por una semana; cerró la puerta y se recargo en ella. Hacer que Sakura aceptara lo que él quería comprar sería complicado, pero nada era lo bastante complicado para el genio Hyuga.
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Al amanecer ese día Sakura se sentía agotada, el día anterior había recorrido prácticamente toda la isla en busca en todos los instrumentos y más plantas medicinales.
Bajo las escaleras y no vio a Neji en la sala, como era costumbre cuando no trabajaba, en la cocina tampoco estaba. Había un par de huevos en la barra, abrió el pequeño refrigerador, y como todos los días el pescado era la principal comida. Decidió comer los huevos que Neji había dejado, tenía que comprar carne, ahora que estaba embarazada tenía que mantener estable su salud, con el engaño de Naruto no había tenido mucho apetito. Pero después de pasar un mes en esa isla su apetito había incrementado.
Cada día amaba más esa isla, las personas eran buenas y amigables con ella, la señora Toura de vez en cuando le llevaba fruta y carnes, y el señor Hoshiba le había conseguido un trabajo a Neji. Se detuvo a contemplar su plato vació, Neji se había quedado con ella cuando no tenía porque, nunca había platicado con él sobre si le gustaba estar ahí, debería de extrañar a su familia, debería de extrañar su hogar. Y ella, ella solo le limitaba a ignorarlo y pasarlo por alto.
Tenía que cambiar su actitud para con él, al final de cuentas era la única persona que conocía ahí, era la única cosa que le recordaba a Konoha, tenía que olvidar todo y empezar a vivir ahí, si después él quería irse, ella lo aceptaría, pero hasta ese entonces ella iba a ser Sakura para con Neji.
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Ya eran más de las cinco y Neji aún no llegaba, no estaba preocupada por él, era ninja y podía defenderse él solo, solo le intrigaba que no apareciera. Y como si el destino la hubiera escuchado Neji apareció abriendo apenas la puerta, llevaba consigo muchas bolsas que apenas y cabían en su mano. Sakura se aproximó a ayudarle y dejaron todas las cosas en el centro de lo que se podía llamar sala.
-Neji, pero ¿Qué es todo esto?
-Ya llevamos aquí dos meses, las condiciones en las que estamos no son las más propias, pronto tendrás un bebé así que… decidí comprar cosas de utilidad
- ¿Cosas de utilidad? – al abrir una bolsa encontró sabanas y cobijas, en otra había distintos cubiertos; a medida que empezaban a desempacar todo, la cara de Sakura se asombraba más y más. Ella se había encerrado en sí misma, ahora que veía todo lo que Neji había comprado se dio cuenta de cuantas cosas faltaban en esa casa, ni siquiera tenían sillones donde sentarse, había dos sillas viejas y a punto de romperse, lo que había dicho Neji era verdad, pronto tendría a su bebé en brazos no debían seguir viviendo como lo hacían.
- ¿De dónde sacaste el dinero para comprar todo esto?
-Lo he estado ahorrando, no dejabas que comprara más allá de lo indispensable, pero creo que ahora tenemos que prepararnos. No sabemos dónde estamos, podemos estar cercas o muy lejos de Konoha.
Sakura no había pensado en ello, ¿estarían muy lejos de Konoha? Sacudió la cabeza, de ahora en adelante tenía que ser fuerte y obtener ingresos fijos, no sabía cuánto tiempo estarían ahí, pero por ahora sería su hogar y el de su bebé.
-Gracias Neji – el agradecimiento lo tomo desprevenido, sabía que se sentiría agradecida más no creyó que lo diría con palabras, pero ahí estaba sorprendiéndolo una vez más, ahora lucia tranquila, sus ojos tenían un pequeño brillo, se sentía bien consigo mismo de darle algo de luz a la persona que le ayudo en su lucha contra la muerte.
-También pedí dos camas
- ¿Enserio? No estoy diciendo que el piso este mal, pero mi espalda lo resiente mucho
-Llegaran mañana
-Excelente, extraño dormir en una cama – al tomar una bolsa esta pesaba mucho – pesa mucho – dentro había distintos sartenes y ollas; su mirada se dirigió a Neji que sacaba unas toallas – ¿Sartenes?
-La señora de la tienda los escogió todos – se encogió de hombros- dijo que todos esos eran útiles
-Lo son, ¿tienes hambre? Podría…
-Traje la cena, no sabía que te gustaba así que compré filete de carne y unas ensaladas
-Suena excelente, no sabía que eras tan considerado – dijo mientras hacía espacio
Después de la cena acomodaron todas las copras en silencio, cuando terminaron cada uno fue a su cuarto.
Sakura se acomodó en la vieja cama, el olor a humedad le irritaba y a veces le impedía dormir, acerco a su nariz la cobija que Neji había comprado, olía a nueva, y gracias a aquel olor de las sabanas y cobija pudo conciliar el sueño
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Neji jamás pensó que gastaría casi todo su dinero en esas cosas, en Konoha solo tenía que encargarse de él, pero aquí, con Sakura todo era distinto. Ella no ganaba ni siquiera una quinta parte de lo que ganaba en Konoha y el, apenas les alcanzaba para vivir normal. Usaba su byakugan para saber dónde había más peces y gracias a eso, podía ganar más dinero.
Observo a través de la que pequeña ventana, de un momento a otro todo su mundo había cambiado, pero si lo veía desde la perspectiva de Sakura su vida era infinitamente mejor. La ayudaría como ella lo hizo, la protegería a ella y a su bebé, se lo debía después de lo que Hinata le hizo.
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Al día siguiente Sakura se había levantado más temprano de lo usual, el día anterior se percató de que Neji se encontraba más delgado; tendría que hacerle un chequeo en cuanto bajara de su cuarto. Seguía sorprendida por lo que había hecho por ella y su bebé, y si solo contaba con la presencia de Neji en aquella Isla, tenía que ser la Sakura que era normalmente.
El sonido de alguien bajando por las escaleras la alerto. Justo a tiempo Neji se asomaba por la cocina, el ruido en ella lo hizo levantarse y bajar antes.
-Hice el desayuno para ambos
-Gracias
Se encontraban en silencio, pero no del tipo de silencio que es agradable, este silencio era incómodo. Neji presentía que Sakura quería decirle algo, pero no se atrevía a hacerlo. Neji era muy paciente, pero en ese momento no contaba con nada de paciencia, termino de comer y al ver que Sakura seguía sin decir nada lo irritaba.
-Di lo que tengas que decir Sakura
Ella casi se atragante con la comida, como es que Neji sabía que ella quería preguntarle algo, acaso la conocía más de lo que ella a él, bueno, una vez descubierta, eso ya no importaba, tomo un poco de agua para aclararse la garganta.
-Desde que llegamos aquí, no te he hecho ninguna revisión médica
-¿Quieres… hacerme un chequeo? – ella asintió
Neji se quedó solo con su pantalón mientras Sakura lo revisaba. Su cuerpo seguía siendo más grande que el de ella; en su pecho y cercas del corazón tenía una cicatriz redonda, aplico un poco más de chakra ahí y en el estómago donde estaba la otra, con un poco más de chakra podría borrar las cicatrices.
-No las quites
Asintió sin preguntar la razón, normalmente los ninjas no borran las cicatrices, para ellos son como trofeos o en el caso de Neji, un recuerdo de que le gano a la muerte. Todo se encontraba muy bien, su corazón era fuerte, sus pulmones se encontraban saludables.
-Solo tienes que ganar un poco más de peso, ya pues ponerte la…
En la cocina y de un momento a otro la señora Toura apareció juntos con dos mujeres más, las tres mujeres se sonrojaron al ver a Neji sin camisa, una de ellas que supusieron estaba en sus veintes se cubrió la cara.
-Lamento haberlos sorprendido, los dejo con lo que estaban
-¿Con lo qué…- Sakura entendió al instante lo que las tres mujeres pensaban. Neji estaba sin camisa y ella tenía puesta su mano en su hombro; su cara se puso roja y salto muy lejos de Neji. Mientras que en el un pequeño tic en su ojo izquierdo apareció.
Agarro su camisa y se fue directo a su habitación. Cuando llego y cerró la puerta, su corazón latía más rápido que lo usual, se imaginó lo que ellas pensaban de ellos. Y hasta ese momento es que vio, que para los demás Sakura y él eran una pareja, una pareja en la espera de su bebé. Puso sus dedos en el puente de su nariz, como si con eso se arreglaba lo que acaba de ocurrir.
No le dio más vueltas al asunto, tenía que ir a trabajar y tenía que irse lo más pronto posible antes de que las mujeres afuera de su casa pensaran más cosas.
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Sakura seguía en la cocina, y automáticamente comenzó a lavar los platos sucios, quisa eso la distraería de cómo los encontró la señora Toura; ahora que lo pensaba no conocía a las mujeres con las que había venido, la más chica solo pudo esconder su cara tras sus manos; al fijarse por la ventana pudo ver que ahí seguían.
Fue a la puerta y encontró a Neji ahí parado; cuando Neji iba a abrir la puerta observo a Sakura, y ambos esquivaron sus miradas al mismo tiempo. Sin más abrió la puerta y con un asentimiento de cabeza se despidió de las demás mujeres.
La mujer de cortos cabellos rubios se dirigió a Sakura y le sonrió.
-No te culpo querida, tu esposo es muy guapo- le guiño un ojo
-No, él no… nosotros no
-Deja a la pobre Sakura, Okisha. Sakura, perdón por no tocar, pero la hija de Okisha se encuentra algo mal.
Sakura las llevo al pequeño cuarto donde hacia y vendía todos sus medicamentos
-¿Cómo te llamas?
-Shina
-Shina, recuesta aquí. Bien, ahora dime donde te duele
-Me duele el pecho
-Algún golpe que hayas tenido
-No, solo me duele, siento como me presiona.
Sakura no podía usar su chakra, a menos que…
-Señora Okisha, ¿Podrían esperar junto con la señora Toura en la sala?
-¿Sucede algo malo?
-Necesito examinar a Shina y para eso tengo que quitarle la blusa
-Vamos Okisha, dejemos a Sakura trabajar
-Pueden hacer té mientras esperan
La señora Okisha asintió no muy convencida de dejar sola a su hija
-Lo siento mi madre es muy aprensiva conmigo
-Es normal, ¿desde cuando tienes este dolor?
-Mi madre dice que es desde que nací
-Mante los ojos cerrados mientras te examino
El problema de Shina se podía controlar con medicamento si estuvieran en Konoha, su corazón era más pequeño que lo normal, tendría que examinarla una vez al mes para ver cómo se comportaba su corazón, por el momento y con un poco de chakra le aliviaría el dolor.
-Ya puedes abrir los ojos y ponerte tu blusa Shina. Tendré que hacer un medicamento especial para ti.
-¿Enserio Sakura-chan? – sus ojos se cristalizaron – desde niña no he podido hacer lo que los demás niños, cuando corría mi corazón se aceleraba mucho. Mis padres se volvieron muy sobreprotectores conmigo.
-No te preocupes Shina, tardare un poco en conseguir todo, pero sé que puedes mejorar
Shina que ya estaba sentada empezó a llorar, Sakura tomo sus manos. ¿Qué pasaría si su bebé tenía alguna complicación? Ella tendría que ser capaz de proveerle todo lo que necesitase.
En ese momento la señora Okisha y Toura entraron a la habitación. Shina les conto que Sakura podía ayudarla, tomaron el té y platicaron de distintos temas, de los cuales Sakura y apenas participaba. Cuando se fueron, fue directo a la cocina y se preparó algo rápido, termino de comer y se quedó sentada.
De un momento a otro noto la presencia de Neji, este la observaba, parecía en espera de una respuesta. ¿Cuándo había llegado Neji?
-Neji, ¿Cuándo llegaste?
-¿Te encuentras bien?
-Si, ¿Saliste temprano?
-A la misma hora de siempre
Se sorprendió, y giro para ver por la ventana, ya estaba atardeciendo. ¿En qué momento se hizo tan tarde?
-Sakura… ¿te encuentras bien?
-Si
-Tendrás que darme una mejor respuesta
No quería decirle a Neji, pero con quien más podía hablar si no era con él, en esa isla solo eran él y ella.
-La chica rubia y de ojos cafés es Shina…
Él espero a que terminara de hablar, apenas se había percatado de la joven, solo quería salir rápido. Que tenía ella que ver con lo que le sucedía, le habría dicho algo por como los habían encontrado.
Ese pensamiento y que Sakura no dijera nada la estaba desesperando.
-Esa chica, Shina, ¿te dijo algo?
-Si
-¿Qué te dijo? – en ese momento, Neji ya estaba molesto ¿Como se atrevían a decirle algo a Sakura por como los encontraron? En primer lugar, ellas habían entrado a su casa sin siquiera tocar. Iba a hablar con la señora Toura…
-Sakura que te dijo
Percibió por el tono de Neji que estaba molesto, había ocurrido algo en el trabajo que ella no sabía, ella quería ser su amiga y ni siquiera le podía prestar atención, tenía que comenzar a ser más empática con él.
-¿Sucedió algo en el trabajo?
Porque cambiaba el tema cuando estaban teniendo una conversación importante.
-Sakura, tienes que decirme si te dijeron algo por cómo nos encontraron en la mañana
-¡Qué! – Neji creía que le habían dicho algo malo, y por eso estaba de mal humor.
En lugar de decir lo que le dijo empezó a reír, lo que sorprendió a Neji, ¿se había equivocado con algo?
-¡Oh Neji!...No me dijeron nada respecto a cómo nos encontraron, bueno si – un sonrojo cubrió su cara – me dijeron que tenía suerte de tenerte como esposo – le lanzó una mirada cómplice y achico los ojos – hasta lejos de Konoha las mujeres te siguen encontrando atractivo – y otra vez se empezó a reír
Neji se sonrojo ligeramente por el comentario y cruzo sus brazos. Sakura dejo de reír y se puso sería.
-Es solo que… Shina tiene un problema en el corazón y… - cubrió su vientre con sus manos – y, no sé si yo sea una buena madre o si mi bebé nacerá bien, aquí no hay doctores si algo se complica. Quiero que mi bebé sea fuerte, que crezca sano, pero no estoy segura si algo pueda suceder. Y si algo malo sucede tendríamos que regresar a Konoha y allá yo…
Sus lágrimas empezaron a cubrir su rostro, se abrazó a si misma; intentaba ser fuerte, pero la incertidumbre la comía viva. No sabía lo que iba a pasar y no quería volver a Konoha.
Neji que se encontraba ajeno a sus emociones no sabía qué hacer, en un momento como ese ella necesitaba a una amiga, pero no estaba Ino ahí, y hasta donde sabía sus padres habían muerto, sin otra opción se acercó a ella, paso un brazo por su hombro y la acerco a él.
Sakura no sabía que necesitaba tanto un abrazo, se aferró a él y lo abrazo con ambos brazos, haciendo que Neji también la abrazara. Ahora Neji era su único amigo, su única familia.
