CAPÍTULO 7
Hinata se deslizó al suelo cuando Naruto la soltó. Estaban fuera, explorando. Naruto se movía tan rápido que podía llevarlos a cientos de kilómetros en cualquier dirección. A ambos les tomó algo de tiempo para acostumbrarse a estar presionados cerca.
Hinata se apoyó en él. Sus hombros desnudos tocaron su desnudo pecho y se estremeció. Sus emociones estaban alborotadas, una vez que la dejó en el suelo. Su mano descansó sobre su cadera.
Era difícil estar tan cerca de él, tratando de saber qué emoción era realmente suya; y cuando se tocaban, le sentía a él, también. Naruto juró que su escudo sólo podía darle lo que necesitaba si sus emociones así se lo pedían.
Era extraño tener tanta cercanía con un completo desconocido que sabía lo que ella quería al segundo en que lo quería.
Definitivamente, Naruto la distraía. Tenía que concentrarse en algo más, aparte de él.
Ante Hinata había un banquete para sus ojos. El planeta era una utopía por todas partes a las que viajaban.
Follaje, estanques, arroyos, ríos, todo lo que debió haber tenido el Jardín del Edén. Hinata se sentía como Eva. Si había un Dios, se estremecería si ella comparaba a Naruto con Adán.
Una capa de rocas apiladas cubiertas de musgo subía a quince metros de altura delante de ellos. Hinata, se descalzo, subió a la cima con Naruto cerca.
El replicador sustituyó la ropa de Hinata con una pequeña camiseta que dejaba al descubierto sus hombros, pantalones cortos grises ajustados, sin calcetines, sin zapatos. No es que ella no tuviera todavía los suyos.
No había nada en aquel planeta capaz de dañar sus pies. Y estando rodeada por el escudo de Naruto, nada podría causarle ningún tipo de daño.
Hinata se sentó al llegar a la parte superior y suspiró. No había pájaros, no podría haberlos, no sin cadena alimentaria. El ecosistema se basaba totalmente en las plantas. No había insectos zumbando. Ni siquiera estaban presentes las cucarachas. Sólo el follaje se agitaba con una pequeña brisa. Dondequiera que iban, el follaje se agitaba.
Estaba aburrida como el infierno. No había nada para mantener su atención, excepto Naruto. Era una sensación extraña que la llevaba hacia él. Él sentía curiosidad por ella, hasta el punto de ser molesto.
Quería saberlo todo, mientras que él se comportaba algo huraño con su propia historia. No necesitaba volverse para saber si él la estaba mirando fijamente, siempre lo hacía.
"¿Por qué no me hablas de ti, para variar un poco?" dijo Hinata luego de un suspiró.
"No hay mucho que decir."
Ella ladeó su cabeza para mirarlo con incredulidad.
"Has vivido por cuatrocientos años. Algo interesante a debe haberte ocurrido durante ese tiempo."
"Mis padres murieron debido a que un científico Akatsuki creyó que envenenando el agua acabaría con el enemigo. En cambio, lo utilizaron en todas las hembras. Todas murieron y así también murieron sus compañeros. Madara, el Akatsuki que me crió, es pura maldad. Él no puede amar, no sabría cómo. Por lo tanto solo odia. Su tipo de Akatsuki se está reduciendo cada día más."
"Él es la persona que me va a matar o algo peor, si nos encuentra."
"Sí. Es un guerrero muy poderoso. Este apareamiento le ha dado una ventaja. Tu vida y la mía dependen de lo fuerte que soy. Pero es más seguro aquí."
"Tengo otras responsabilidades en la Tierra. Tengo familia. Mi tía Natsu estará muy preocupada."
"Los Akatsuki quieren hembras en edad fértil. Las niñas van a estar bien, como tu tía."
Hinata miró su trasero a la espera de que apareciera una cola.
No lo hizo.
"Has visto la destrucción. ¿Cuando va a parar?"
"No lo sé."
"No me gustan las tormentas en la Tierra, pero Naruto, este lugar es aburrido como el infierno."
"Entonces, haz el amor conmigo."
"Eso es todo lo que hacemos, comer, dormir, cagar y follar."
"Así que… que te gustaría agregar a la lista… ¿correr para guarecernos de la lluvia?"
"Necesito otras personas con quien hablar."
"Eres la única con quien quiero hablar."
Naruto se sentó más cerca hasta que su cadera se presionó contra la suya. Su piel desnuda tocó la de ella e inmediatamente se filtraron sus emociones. Ella se apartó.
"No cambies el tema." dijo y aguzó su mirada sobre él.
"Quiero saber lo que estás sintiendo, Hinata. Puedo sentir tu frustración. Mi escudo es exigente. Puedo hacer algo para calmarte."
"¿Por qué no intentas hablar conmigo, en vez de ir por la solución fácil?"
"No entiendes mi vida. Madara fue brutal. Cuando me hablaba de niño, me golpeaba, mientras me golpeaba se reía. Me encerraba por un mes completo. Sin comida, sin agua o luz solar. He hablado con mi escudo en secreto, para mantener a raya la soledad. Aprendí que el mundo era malo y tienes que ser malo para sobrevivir. Soy un guerrero. He hecho cosas crueles de las que no quieres saber. No me gustaría revivirlas."
"Bien. Sólo recuerda que no voy a golpearte cuando hables, a menos que te estés comportando como un imbécil."
"Es bueno saberlo."
"¿Los Akatsuki tienen escuelas?"
"Te refieres a lugares de aprendizaje. Sí, supongo, pero de nuevo no lo entenderías. Yo no necesito ir a un lugar para buscar la información que necesito. Accedo al conocimiento a través de mi escudo. Miles de antepasados se compilan para hacer un escudo. Lo que mis antepasados sabían, yo lo sé. Cuando aprendo cosas nuevas, mi escudo crecerá con el conocimiento, para transmitirlas."
"Si el tipo de Madara no puede amar, ¿cómo se aparean para transmitir el conocimiento?"
"Muchos no lo hacen. Es por eso que mi tipo fue creciendo en número. El tipo de Akatsuki de Madara no entregaría un pedazo de su escudo a su descendencia para su protección. Las niñas eran demasiado vulnerables, se extinguieron. Una hembra segrega una determinada hormona durante el embarazo haciéndolas demasiado deseables como para que un macho pueda resistirse. Si ella no tiene un escudo de bebé que la proteja y el padre del bebé no la mantiene a salvo, si él se niega a renunciar a una parte de su escudo por ella, entonces la madre y el niño están en un grave riesgo. Los hombres pierden el control que poseen, una hembra es muy deseable en ese estado."
"Suena horrible."
"Mis recuerdos me demuestran que es horrible. Desde que nosotros nos acoplamos, mis recuerdos me muestran más de lo que mi pareja necesita para que tú y yo estemos a salvo. Se han producido situaciones de guerreros de mi tipo que han protegido a féminas sin escudo de bebé. Es algo raro, pero ha sucedido. Se necesita un guerrero muy viejo para mantener sus emociones bajo control en torno a una mujer embarazada sin ninguna protección. Un tipo especial de guerrero. Cuando llegaba el ciclo de los machos, las hembras Akatsuki buscaban a los guerreros de mi tipo, para su protección. Una hembra no tiene que acoplarse para concebir. Pero si ella no se acoplaba, envejecía y moría. Los de mi tipo pueden aparearse, pero muchos de ellos no lo hicieron.
"Ninguno de los del tipo de Madara se acoplará. Los del tipo de Madara tienen miles de años de antigüedad. Aunque es raro, en el pasado ha sucedido que su tipo de Akatsuki entregó un pedazo de su escudo a su descendencia masculina, pero nunca a una descendencia femenina, es por lo que una hembra buscaría a mi tipo y no al de él. Pero eso fue hace muchos siglos. Cada generación crece más egoísta, más cruel, más perversa de una manera en que tú nunca has visto. El tipo de Madara no podía permitir que mi tipo se hiciera más numeroso; poseemos un poco de compasión. Él no puede correr el riesgo de que algunos de nosotros uniéramos nuestras fuerzas con Kakashi. Pero, puesto que los Konoha nos odian, eso nunca sucederá. Culpan a todos los Akatsuki por la muerte de sus hembras. No creo que Kakashi logre entender que hay dos tipos de Akatsuki."
"Parece que tienes respeto por Kakashi, aunque sea a regañadientes."
"Le odio y le admiro, sí. Creo que Kakashi protegería a cualquier hembra, incluso una hembra Akatsuki, si existiera alguna, si no se les diera ningún escudo de bebé. Kakashi es de carácter fuerte y es un digno oponente. Pero no te equivoques, mataría por sus guerreros y, de hecho, lo ha hecho."
"¿Pensé que eras indestructible?"
"Es posible traspasar nuestros escudos. Sin la luz del sol, nos volvemos vulnerables. Los guerreros pueden batallar durante horas. El guerrero más viejo es normalmente el vencedor… a menos que sea Kakashi, que solo vive para proteger a sus guerreros."
"Es una lástima que no fuera Kakashi quien te encontrara cuando eras niño."
Naruto parecía aturdido.
"Pero él es Konoha."
Sus palabras fueron balbuceadas.
"¿Kakashi mataría a un niño pequeño, incluso si fuera Akatsuki?"
"Debería. No lo sé. Tal vez, tal vez no. No sé si él hubiera sido más amable o me hubiese tratado como a uno de sus guerreros Konoha, pero tal vez. Desde luego, el tipo de Madara si mataría a cualquier niño Konoha macho."
Podía ver su confusión. Sus cejas fruncidas cuando se concentraba. Hinata se sorprendió de que él nunca hubiera pensado en esa idea. Ella tenía curiosidad acerca de los Konoha.
"¿Siguen en guerra con otras especies?"
"Hemos erradicado a nuestros enemigos. Excepto a los Konoha. Mi padre odiaba a los Akatsuki. No sabía por qué hasta que me hice mayor. Estaba tratando de encontrar una cura para el agua envenenada antes de que fuera demasiado tarde. El odio de los Akatsuki por los Konoha fue lo que mató a las hembras. Padre culpó a los Akatsuki, pero era más fácil echarle la culpa a los Konoha."
Hinata ponderó sus palabras. Se sentó más cerca, permitiendo su piel desnuda al tacto.
"No estés triste, Hinata."
"Extraño mi hogar. Ha pasado una semana. Tal vez los Akatsuki se hayan ido. Tal vez las tormentas se hayan detenido."
Naruto la puso de nuevo en el suelo blando. Sus dedos rozaron un mechón de pelo de su cara. Con ternura le besó en la frente. A continuación, puso su mejilla en la de ella.
"Todos los días de mi vida, me llamaron inútil y menos que nada."
Su aliento acarició su piel mientras hablaba.
"Traté de encajar. Hice cosas muy crueles a otras especies que me hicieron reír. Aprendí a no esperar ayuda de nadie, a hacerme inmune a la impotencia. Tal vez estoy mal. No estoy muy seguro. Pero no me siento mal cuando estoy contigo."
"Tenemos un dicho en nuestro planeta." dijo Hinata al sentir la batalla de él con sus emociones. "'Nature verses nurture' No te nutrieron de verdad, solo se te enseñó a ser cruel. Tal vez nuestro encuentro fue en el momento y el lugar preciso. Si no te hubiera golpeado tu necesidad es posible que me hubieras matado, quién sabe. Tal vez sea la hora de que tu planeta sane. ¿Quién puede adivinar lo que sucederá cuando los Konoha y tu tipo de Akatsuki reintroduzcan a las hembras? Es posible que se sorprendan; otros como tú pueden tener una oportunidad en el amor."
"No lo sé. Sólo los crueles fueron enviados a la Tierra. Fui expuesto como prueba. Puede que haya sido enviado por otras razones. Tal vez Madara y los suyos quieren ver si existe la posibilidad de que un Akatsuki se rebele, por lo que querrían estar preparados. No puedo dejar que los demás me encuentren, o a nosotros. Mi tipo de Akatsuki se aliará con los del tipo de Madara y no lo sabrán si me encuentra. Madara nunca les diría que yo me he emparejado con una hembra humana."
"Entonces... ¿nunca vamos a volver a la Tierra?"
Naruto estaba sobre ella, apoyando su peso sobre sus rodillas y sus codos. Deslizó la punta de la nariz a través de su frente y la besó en el pelo. Hinata tomó el lado de su cuello y le miró a los ojos. Naruto parecía como un chico solitario hasta que enmascaró sus emociones. El guerrero duro le devolvió la mirada.
"No." susurró. "No puedes esconderte de mí."
Hinata bajó sus pantalones. Tomando su erección con su mano la guió hasta su centro húmedo. Naruto se quejó. Hinata le sonrió.
"Parece que yo también puedo encontrarte siempre." dijo.
Naruto empujó haciéndola jadear fuerte.
"No puedo pensar cuando estoy dentro de ti." dijo él y gruñó. "Esto es fantástico."
El musgo debajo de su culo era suave y agradable. Naruto la levantó y le arrancó la camisa. Sus pantalones, que estaban bajo su culo, fueron los siguientes.
El replicador no tenía idea de lo que quería decir con ropa interior y la lucha con la máquina era inútil. No llevaba sujetador o bragas.
"Ese replicador es práctico, incluso siendo tan idiota como un asno. Necesitaré dos juegos de ropa contigo alrededor." dijo Hinata y jadeó mientras Naruto se empujaba con más fuerza.
"Los humanos llevan demasiada ropa. Ropa de verano, ropa de invierno, ropa de otoño. Mierdas para las vacaciones, bodas, funerales, fiestas. Ropa para deporte, casual, para la escuela. Uniformes. Y accesorios, ¡santa mierda! Monederos, bufandas, sombreros, guantes. Y dispositivos, muchos dispositivos. Juro que en una ocasión mi escudo subió cerca de un adolescente humano que iba 'texteando' y pasó de largo sin verme ni darse cuenta de que yo estaba ahí, con el escudo arriba. Creo que el muy jodido incluso me deseó un buen día. Fue algo perturbador. ¿Qué tipo de deformidad hace que los machos humanos tengan el culo tan abajo? Sus pantalones estaban colgando a mitad de camino por sus piernas. Es como que si vosotros vistieseis vuestros cuerpos para ocultar al mundo exterior lo que sois. Cada día es como una fiesta de Halloween; solo que algunos son un poco más creativos que el resto. He visto a modelos en pasarelas en las fotos. Algunas son jodidamente inquietantes."
Hinata se rió. No pudo evitarlo. Nunca había pensado en la ropa de esa manera.
Entonces gimió cuando él la dio vuelta sobre su vientre.
Su mano apretó los hombros hacia abajo hasta que su culo estaba alto en el aire. La sensación de ser llenada siempre le indicaba cuando estaba comenzando a crecer dentro de ella. Le había explicado que era algo imprescindible y natural.
Las penetraciones profundas se desaceleraron y por un momento se quedaron inmóviles hasta que ella gritó. Su respiración se hizo más pesada. Naruto esperó un poco más para facilitar su aceptación.
" Naruto ." se quejó.
"Los de mi tipo tendrán problemas si toman a alguna hembra. Cada parte de mí grita que no debes sufrir ningún daño. No se puede permitir que esta información lleguea manos de Madara. Mi tipo sería destruido. Nosotros entrariamos en guerra con nosotros mismos. Toda mi raza se perdería."
Hinata sintió la punta de sus colmillos enterrarse en su cuello dándole un alivio inmediato. Se balanceó en su contra, acariciando su trasero. Sabía que podía sentir su tristeza cuando se inclinó sobre ella y deslizó su lengua contra su espalda. Ella no quería que él fuese utilizado como un arma contra su propia especie.
Sus emociones se establecieron.
Hasta que la amenaza pasara, se quedarían atascados en aquel pequeño y tranquilo planeta. Al menos se tenían uno al otro. Hinata esperaba que fuera suficiente para ellos dos.
.
Tarareando, Hinata lavaba la ropa en el estanque donde se encontraba desnuda hasta la cintura. Naruto se rió de ella antes de pasear fuera y dijo que el replicador haría eso, pero a Hinata le gustaba estar fuera. A ella le gustaba el olor de la ropa secada al viento.
El aire del planeta era dulce y claro. El sol estaba alto, calentando sus hombros. Una brisa suave agitó la hierba alta, su aroma delicioso de respirar. Aplastó los dedos del pie en la arena del fondo del estanque. Naruto estaba ocupado dentro de la nave escaneando para ver si había otros planetas que pudieran visitar.
{Para escapar y esconderse, de verdad.}
Lavar sus ropas le daba algo que hacer en la monotonía que se había convertido la vida. El agua estaba caliente y pequeñas olas lamían su culo.
{Azotes diminutos.} pensó y se rió.
Imaginó una rana en un nenúfar flotante, el sonido del zumbido de las abejas buscando miel, una mariposa. Su mente siempre estaba activa. Un planeta lleno de seres inofensivos estaría bien.
"Hmmm."
Hinata se tensó de miedo. Miró a su alrededor preguntándose quién hablaba. No sonaba como Naruto.
Hinata gritó cuando la enorme imagen de un rostro brillante apareció frente a ella. Ojos rojos brillantes, una nariz muy pequeña, piel verde, escamas redondas y plateadas que bajaban por sus mejillas, con pelo negro, que flotaba por sobre los seis metros de altura. Ella se tambaleó hacia atrás, salpicando agua a su espalda, y cubrió con sus brazos sus pechos.
Los ojos rojos se centraron en ella y Hinata fue levantada en el aire mientras pateaba y luchaba. Gritó a Naruto.
Subió más y más alto hasta que estuvo por encima de las nubes.
El suelo desapareció. Su forcejeo cesó y gimió, sabiendo que si la dejara caer, su cuerpo sería aplastado.
"No, espera." suplicó.
"¿Qué eres?"
La voz era demasiado fuerte y masculina, y Hinata levantó las manos y se cubrió las orejas.
"Está demasiado alto, me haces daño."
"Así que escuchas y me entiendes."
"Sí."
Ella bajó las manos cuando templó su tono.
"¿Por qué estás en mi planeta?"
"Lo siento; pensamos que estaba deshabitado. Nosotros no hicimos ningún daño."
"Has defecado en mi comida. Comido mi comida. ¿Que eres?"
"Humana. Una hembra humana."
"Hmmm. Los humanos no son capaces de los vuelos espaciales hasta aquí."
"No aún no. Los Akatsuki invadieron la Tierra. Fui secuestrada y traída aquí."
"¿Dónde está tu captor?"
"Ahora es mi compañero. Puedo oírle, está buscándome."
Esa era una subestimación.
Hinata estaba segura que podía oír a Naruto en su mente y que estaba volviéndose loco por la preocupación.
Luego le oyó jurar, como una tormenta cerca de ella. Él estaba en su escudo a unos seis metros de distancia de ella, flotando alto. En lucha contra el aire como un demonio.
"Ponme abajo y dame a mi compañera." bramó Naruto, con las garras cortando el aire. "Estoy aquí, Hinata. No tengas miedo. Por favor, no mueras de miedo. Estoy aquí."
"Vosotros me estáis invadiendo." le dijo la cara que flotaba a Naruto. "Eres el culpable por traer esta mujer aquí. Debes marcharte inmediatamente."
"No sin mi compañera." bramó Naruto. "Deposítala abajo suavemente. Esto no es culpa de ella. Yo estaba presionado por el tiempo. No tenía ni idea que el planeta estuviera ocupado."
"Vas a marcharte, ahora."
La cara estaba mirando a Naruto y Hinata gritó cuando Naruto cayó en caída libre al suelo.
"No, no me dejes caer, voy a morir." gritó Hinata. "¡Naruto!"
"Soy consciente de lo frágil que eres, humana. El Akatsuki va a estar bien. No tienes permitido estar en este planeta. Pero tengo otro planeta y estoy listo para introducir juguetes en él. Tu compañero es demasiado volátil. Tú eres vulnerable. Con un pensamiento puedo llevarte a un lugar seguro."
"No lo entiendes. Naruto y yo estamos conectados. Lo siento en mis pensamientos. Ahora está en movimiento. Vendrá a por mí, no importa dónde esté."
"Nunca te encontraría. Estarías segura con los otros. No son humanoides, pero son similares."
"No puedo, tengo que estar con Naruto. Quiero estar en sus brazos. Lo siento. Siento su pánico."
"¿Deseas quedarte con el Akatsuki?"
"Sí."
Hinata gritó cuando un cuerpo sólido chocó contra ella. Su pecho explotó en agonía. Contuvo el aliento y luego gimió. El dolor era insoportable.
Gimió instintivamente sabiendo que sus huesos estaban rotos, tal vez sus pulmones perforados y otros órganos aplastados. Naruto la envolvió en el aire.
El dolor se detuvo inmediatamente. Su cuerpo se apretó firmemente a él, sus brazos estaban envueltos alrededor de su cuello, su cara enterrada en su garganta. Tenía ambas piernas alrededor de su cintura.
Juntos comenzaron a girar violentamente en el aire. Pensó que estarían en caída libre contra el suelo, pero Naruto aterrizó de pie después de una caída corta. Se quedaron en la cima de una montaña.
Naruto estaba gruñendo con furia. Su escudo se moldeó a ella, tranquilizándola. Hinata podía ver a través del escudo. Estaba segura de que Naruto había caído cientos de metros. Después de su caída, él debió haber corrido por la montaña.
"Esta es mi compañera." bramó Naruto, todo su cuerpo se sacudió con la fuerza de su grito.
Ella podría haber hecho una mueca de dolor por su tono aterrador si el escudo no hubiera introducido las secreciones en sus poros.
Cada onza de él se abultaba con un poder primitivo desenfrenado. Sus jadeos buscando aire eran gruñidos de furia hirviente. Sus garras se extendieron de manera letal.
Hinata sabía que quería rasgar aquella cara separándola.
La cara se rió entre dientes.
"Vaya, 'mía, mía', sí que eres persistente. Es posible que ambos debáis marcharos. Ahora."
Los ojos rojos se destiñeron cuando la cara se disolvió con el viento. Naruto comenzó a bajar la montaña. Su cuerpo pegado a su piel, Hinata sintió que su corazón latía con fuerza. No estaba segura de si era por el esfuerzo o por la preocupación.
En un momento estaba en el aire, sus garras se enterraron y se empujó desde la corteza de un árbol, volando por el aire, volando en una loca carrera por el aire. El suelo debajo de él fue atravesado a gran velocidad, tanta que Hinata cerró los ojos por un momento.
Naruto no se detuvo cuando llegaron a la parte inferior de la montaña. Continuó hasta que saltó a la nave. Tan pronto como la puerta se cerró, Naruto dejó caer su escudo, pero siguió manteniendo a Hinata contra su torso.
"Lo siento." susurró Naruto, sus palabras eran frenéticas. "Por favor, perdóname."
"No fue tu culpa." dijo Hinata llena de sorpresa. "¿Cómo podrías haber sabido que una jodida 'cabeza-gigante-flotante' aparecería y nos elevaría a las nubes? Cosa que fue totalmente extraña."
"Te lastimé. No había otra manera. Tuve que romper su control. Mi escudo calculó la fuerza del viento. Amenazaba tu vida. Yo sabía que mi escudo te sostendría, pero lo siento. Un compañero nunca lastima a su compañera. Nunca. Lo siento mucho. Por favor, perdóname. Tu dolor me duele demasiado. Sentí todo, todo lo que te hice. Ya te advertí que puedo ser cruel, pero no puedo dejar que nada te aleje de mí. Nada. No lo hice porque soy malo, lo juro."
"Estoy bien, Naruto. No me duele nada y fue sólo por un segundo."
"Debería haber investigado mejor este planeta."
Naruto la llevó a la cama y la dejó en ella. La envolvió con una manta. Se sentó a su lado, inclinándose hacia adelante. Hinata podía sentir su preocupación, la idea de saberlo, sin tener que adivinar sus emociones, la ayudó a entenderle mejor. Le pasó la palma de la mano por su brazo. Estaba temblando, meciéndose.
"¿Naruto?"
"No existen otros planetas a los que este condenado transbordador nos pueda llevar de manera segura. Hay agujeros negros, pero no puedo correr el riesgo con tu vida, nunca más. Tenemos dos opciones, la Tierra o mi planeta."
Se volvió para tomarla en sus brazos.
"No te puedo llevar a mi planeta."
"Entonces será la Tierra."
Él se removió de nuevo, sosteniéndola con el brazo extendido.
" Hinata, las tormentas no se detendrán. Van a empeorar, estoy seguro. Madara se asegurará de que en la Tierra todo sea destruido para conseguir lo que quiere."
"¿Sabes qué? Cuando te preocupas tus hermosos ojos brillan con pasión. Me gustaría tener los ojos como los tuyos."
Naruto pareció sorprenderse.
"Tus ojos son del color de la luna del cielo. La libertad está en los cielos."
"Tus ojos son del color del agua. Vivaces, vibrantes, vivos."
La nave comenzó a vibrar. Naruto se quejó.
"El flotante no es tan sutil con su toque. Y ¡sí!, ¡infiernos! Es jodidamente raro."
Se levantó y corrió hacia la consola donde dio un puñetazo a un montón de códigos. El ruido se detuvo cuando estaban en el aire.
{Casa.}
Hinata se iba a casa. Para lo bueno y lo malo, aunque en algún lugar, la fea maldad esperaba.
{¡Adelante!}
Continuará...
