Fangirl
Una adaptación a Crepúsculo por Redana Crisp.
Disclaimer
Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. La historia a Rainbow Rowell. Yo sólo los mezclo y juego con ellos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo, que solamente es publicado en Fanfiction / . /net
Capítulo 7
Cuando Bella vio el nombre de Jake parpadear en su teléfono, pensó en un primer momento que se trataba de un mensaje, a pesar de que el teléfono estaba obviamente sonando.
Jake nunca la llamaba.
Se enviaban correos. Se enviaban mensajes, habían hablado por mensajes anoche. Pero realmente nunca hablaban a menos que fuera en persona.
— ¿Hola? —respondió. Estaba esperando en su lugar afuera del Andrews Hall, el edificio de inglés. Realmente hacía demasiado frío para permanecer fuera, pero a veces Quil se aparecía aquí antes de la clase, y verían las asignaciones del otro o hablarían de la historia que estaban escribiendo juntos. (Se estaba convirtiendo en otra historia de amor; Quil era el que le estaba dando ese giro).
— ¿Bella? —La voz de Jake era ronca y familiar.
—Hola—dijo, sintiéndose repentinamente cálida. Sorprendentemente. Tal vez había extrañado a Jake. Todavía estaba evitando a Alice (Bella ni siquiera había almorzado en Selleck desde que Alice se había emborrachado). Tal vez Bella solo extrañaba su hogar—. Oye. ¿Cómo estás?
—Estoy bien —dijo—. Te dije anoche que estaba bien.
—Bueno. Sí. Lo sé. Pero es diferente por teléfono.
Parecía sorprendido.
—Eso es exactamente lo que dijo Nessie.
— ¿Quién es Nessie?
—Nessie es la razón por la que te estoy llamando. Ella es, como, todas las razones por las que te estoy llamando.
Bella ladeó la cabeza.
— ¿Qué?
—Bella, he conocido a alguien —dijo. Sólo así. Como si estuviera en alguna telenovela.
— ¿Nessie?
—Sí. Y es, um, me hizo darme cuenta de que… bueno, que lo que tú y yo tenemos no es real.
— ¿A qué te refieres?
—Me refiero a nuestra relación, Bella, no es real—. ¿Por qué seguía diciendo su nombre así?
—Por supuesto que es real, Jake. Hemos estado juntos por tres años.
—Bueno, algo así.
—No algo así —dijo Bella.
—Bueno… de todos modos —su voz sonó firme—, conocí a alguien más.
Bella se giró hacia el edificio y descansó la parte superior de su cabeza contra los ladrillos.
—Nessie.
—Y es más real —dijo—. Simplemente estamos… bien juntos, ¿sabes? Podemos hablar de todo, es una programadora, también. Obtuvo un treinta y cuatro en el SAT.
Bella obtuvo un treinta y dos.
— ¿Estás rompiendo conmigo porque no soy suficientemente inteligente?
—Esto no es una ruptura. No es como que estemos realmente juntos.
— ¿Eso es lo que le dijiste a Nessie?
—Le dije que nos distanciamos.
—Sí —escupió Bella—. Porque la única vez que me llamas es para romper conmigo. —Pateó los ladrillos, e instantáneamente se arrepintió.
—Cierto. Como si tú me llamaras todo el tiempo.
—Lo haría si tú quisieras que lo hiciera —dijo ella.
— ¿Lo harías?
Bella pateó la pared de nuevo.
—Tal vez.
Jake suspiró. Sonaba más exasperado que cualquier otra cosa, más que triste o arrepentido.
—No hemos estado realmente juntos desde el tercer año de instituto.
Bella quería discutir con él, pero no podía pensar en nada convincente. Pero me llevaste al baile militar, pensó. Pero me enseñaste a conducir.
—Pero tu abuela siempre hace pastel de tres leches para mi cumpleaños.
—Lo hace de todos modos para la panadería.
—Bien—. Bella se giró y se recostó contra la pared. Deseaba poder llorar, sólo para que él tuviera que lidiar con eso—. Así que se acabó. Todo se acabó. No rompimos, pero terminamos.
—No terminamos —dijo Jake—. Todavía podemos ser amigos. Yo todavía leo tu fic, Nessie también lo lee. Quiero decir, ella siempre lo ha hecho. ¿No es una coincidencia?
Bella negó con la cabeza, estupefacta.
Entonces Quil dobló la esquina del edificio y la saludó de la forma que siempre lo hacía, mirándola a los ojos y levantando la cabeza rápidamente. Bella levantó la barbilla en respuesta.
—Sí —dijo en el teléfono—. Coincidencia.
Quil había puesto su mochila en una maceta de piedra y estaba buscando a través de sus libros y cuadernos. Su chaqueta estaba desabrochada, y cuando se inclinaba así, ella podía ver debajo de su camisa. Más o menos. Unos centímetros de piel pálida y escaso pelo negro.
—Me tengo que ir —dijo ella.
—Oh —dijo Jake—. Está bien. ¿Todavía quieres pasar el rato en Acción de Gracias?
—Me tengo que ir —dijo, y apretó Finalizar.
Bella tomó una respiración lenta. Se sentía mareada y tensa, como si algo demasiado grande estuviera incubado en sus costillas. Empujó sus hombros de vuelta hacia atrás en los ladrillos y miró hacia abajo, a la parte superior de la cabeza de Quil.
Él la miró y sonrió torcidamente, tendiéndole unas cuantas hojas de papel.
— ¿Leerás esto? Creo que tal vez es una mierda. O tal vez es impresionante. Probablemente es impresionante. Dime que es impresionante, ¿de acuerdo? A menos que sea una mierda.
.
.
.
Bella envió un mensaje a Alice justo antes de que comenzara Escritura de Ficción, ocultando su teléfono detrás de la ancha espalda de Quil.
Jake rompió conmigo.
Oh Dios. Lo siento. ¿Quieres que vaya?
Sí. ¿A las cinco?
Sí. ¿Estás bien?
Eso creo.
.
.
.
— ¿Ya has llorado?
Estaban sentadas en la cama de Bella, comiendo la última de las barras de proteína.
—No —dijo Bella—. No creo que vaya a hacerlo.
Alice se mordió el labio. Literalmente.
—Dilo —dijo Bella.
—No siento como si tuviera que hacerlo. Nunca pensé que no decirlo sería así de satisfactorio.
—Dilo.
— ¡Él no era un novio de verdad! ¡Nunca te gustó! —Alice empujó a Bella con tanta fuerza que cayó al suelo.
Bella se echó a reír y se sentó de nuevo, apoyando sus codos sobre sus rodillas.
—Sin embargo, realmente pensaba que lo hacía.
— ¿Cómo puedes pensar eso? —Alice también se estaba riendo.
Bella se encogió de hombros.
Era jueves por la noche y Alice ya estaba vestida para salir. Llevaba sombra de ojos de color verde pálido que hacía que sus ojos se vieran más verdes que azules y sus labios eran de un rojo brillante. Su pelo estaba alineado hacia un lado y se extendía glamorosamente por su frente.
—En serio —dijo Alice—, sabes cómo se siente el amor. He leído que lo describes de mil maneras diferentes.
Bella hizo una mueca.
—Eso es diferente. Eso es fantasía. Eso es… "Simon extendió la mano a Baz, y su nombre se sentía como una palabra mágica en sus labios".
—No es todo fantasía… —dijo Alice.
Bella pensó en los ojos de Edward cuando Rosalie se burlaba de él.
Pensó en Quil tocando sus cortos y uniformes dientes con la punta de su lengua.
—No puedo creer que Jake me dijera la puntuación del SAT de esa chica —dijo—. ¿Qué se supone que debo hacer con eso? ¿Ofrecerle una beca?
— ¿Estás triste en absoluto? —Alice metió la mano debajo de la cama y sacudió una caja de barras de proteínas vacía.
—Sí… me da vergüenza que me aferré por tanto tiempo. Que realmente pensé que podíamos seguir como estábamos. Y estoy triste porque se siente como si ahora la secundaria hubiera finalmente terminado. Como si Jake fuera este pedazo de un momento muy feliz que pensé que podría llevar conmigo.
— ¿Te acuerdas cuando te compró un cargador de laptop portátil para tu cumpleaños?
—Ese fue un buen regalo —dijo Bella, señalando a su hermana.
Alice tomó su dedo y tiró de él hacia abajo.
— ¿Has pensado en él cada vez que la enciendes?
—Necesitaba un nuevo cargador—. Bella se apoyó contra la pared otra vez, enfrentando a Alice—. Ese día me besó, en nuestro decimoséptimo cumpleaños, por primera vez. O tal vez yo lo besé a él.
— ¿Fue cargado de pasión?
Bella se rio.
—No. Pero recuerdo pensar… que él me hizo sentir segura. —Se frotó la cabeza contra los bloques de hormigón pintados—. Recuerdo haber pensado que Jake y yo nunca seríamos como papá y mamá, que si Jake alguna vez se cansaba de mí, yo sobreviviría.
Alice seguía sosteniendo la mano de Bella. Ella la apretó. Luego apoyó la cabeza contra la pared, reflejando a Bella. Bella estaba llorando ahora.
—Bueno, lo hiciste —dijo Alice—. Sobrevivir.
Bella se rio y pasó los dedos por detrás de sus gafas para secarse los ojos. Alice se apoderó de esa mano, también.
—Tú sabes mi posición sobre esto —dijo.
—Fuego y lluvia —susurró Bella. Ella sintió que los dedos de Alice rodeaban su muñeca.
—Somos irrompibles.
Bella miró el cabello marrón claro de Alice y la corona de color gris que rodeaba el verde en sus ojos.
Tú lo eres, pensó.
— ¿Significa esto que no habrá más pastel de tres leches en nuestro cumpleaños? —preguntó Alice.
—Hay algo más que quiero decirte —dijo Bella antes de que pudiera pensar en ello—. Hay, quiero decir, creo que hay… este chico.
Alice levantó las cejas. Pero antes de que Bella pudiera decir nada más, oyeron voces y una llave en la puerta. Alice soltó las muñecas de Bella y la puerta se abrió. Rosalie arremetió y dejó caer su bolso en el suelo. Salió corriendo de nuevo antes de que Edward pudiera entrar en la habitación.
—Oye, Bella —dijo él, ya sonriendo—, ¿estás…? —Miró hacia la cama y se detuvo.
—Edward—dijo Bella—, esta es mi hermana, Alice.
Alice le tendió la mano.
Los ojos de Edward estaban más amplios de lo que Bella los había visto nunca. Sonrió a Alice y tomó su mano, sacudiéndola.
—Alice —dijo—. Que nombres tan fascinantes hay en su familia.
—Nuestra madre no sabía que estaba esperando gemelas —dijo Alice—. Y no tenía ganas de buscar otro nombre.
—Isabella, Alice… —Edward lucía como si acabara de descubrir el pan rebanado—. Isabel.
Bella rodó los ojos. Alice se limitó a sonreír.
—Inteligente, ¿no?
—Bella —dijo Edward, y trató de sentarse junto a Alice en la cama, a pesar de que no había suficiente espacio. Alice se rio y se deslizó hacia Bella. Bella se deslizó también. A regañadientes. Si le das a Edward un centímetro…
—No sabía que tenías una madre —dijo—. O una hermana. ¿Qué más estás escondiendo?
—Cinco primos —dijo Alice—. Y una serie de hámsteres malogrados, todos llamados Simon.
Edward extendió su sonrisa por completo.
—Oh, guarda eso —dijo Bella con disgusto—. No te quiero todo encantador con mi hermana. ¿Qué si no podemos sacarlo?
Rosalie atravesó la puerta abierta de nuevo y miró a Bella. Vio a Alice y se estremeció.
— ¿Esta es tu gemela?
— ¿Sabías sobre la gemela? —preguntó Edward.
—Alice, Rosalie —dijo Bella.
—Hola —dijo Rosalie, frunciendo el ceño.
—No te lo tomes personalmente —dijo Bella a Alice—. Los dos son así con todos.
—Me tengo que ir de todos modos—. Alice se deslizó alegremente de la cama. Llevaba un vestido de color rosa, medias marrones, botines marrones de tacón y pequeños botones verdes a los lados. Eran las botas de Bella, pero Bella nunca fue lo suficientemente valiente como para usarlas.
—Encantada de conocerlos a todos —dijo Alice, sonriendo a Rosalie y Edward—. Nos vemos en el almuerzo de mañana —le dijo a Bella.
Rosalie la ignoró. Edward saludó.
Tan pronto como la puerta se cerró, los ojos de Edward saltaron de nuevo. Verdes.
— ¿Esa es tu hermana gemela?
—Idénticas —dijo Rosalie, como si tuviera la boca llena de cabello.
Bella asintió y se sentó en su escritorio.
—Guau —Edward se deslizó por la cama para sentarse frente a ella.
—No estoy segura de lo que quieres decir —dijo Bella—, pero creo que es ofensivo.
— ¿Cómo puede el hecho de que tu idéntica hermana gemela esté súper caliente ser ofensivo?
—Porque…—dijo Bella, todavía demasiado animada por Alice y, extrañamente, por Jake, y tal vez incluso por Quil por dejar que esto llegara a ella en este momento—, me hace sentir como La Fea.
—Tú no eres la fea—. Edward sonrió—. Eres como Clark Kent. (1)
Bella comenzó a comprobar su e-mail.
—Oye, Bella —dijo Edward, pateando su silla. Podía oír la burla en su voz—. ¿Vas a avisarme cuanto te quites las gafas?
xxxxx
Agatha Wellbelove era la bruja más bella en Watford. Todo el mundo lo sabía (todos los niños, todas las niñas, todos los profesores… Los murciélagos en el campanario, las serpientes en las bodegas…)
Agatha misma lo sabía. Lo que podrías pensar que disminuiría su encanto y belleza. Pero Agatha, a los catorce años, nunca usó ese conocimiento para dañar o mantenerse sobre los demás.
Sabía que era adorable, y lo compartía como un don. Cada sonrisa de Agatha era como despertar a un perfecto día soleado. Agatha lo sabía. Y le sonreía a todo el que se cruzaba en su camino, como si fuera la cosa más generosa que pudiera ofrecer.
-Del capítulo 15, Simon Snow and the Selkies Four. Copyright 2007 Gemma T. Leslie
1 Clark Kent: Es el nombre real de Superman, el súper héroe. Usa lentes para pasar desapercibido.
¿Fue eso un cumplido o un insulto? Edward, eres confuso.
Mmm, ese Jake.
Nos leemos el viernes. Gracias por sus comentarios.
