Los personajes no me pertenecen, los tomo prestados de Rumiko Takahashi. Esta historia es por diversión y sin ánimo de lucro

Por un sueño

Capítulo 8


Habían pasado dos semanas desde la cita de Ranma y Akane en el parque de atracciones. Con la vuelta a clase, los entrenamientos de él, los ensayos y el trabajo en el Maidreamin de ella, no pudieron volver a tener una segunda cita. Se tenían que conformar con los escasos encuentros donde Ranma se escabullía para ir a buscar a Akane y acompañarla a casa, y no todos los días podía conseguirlo. Así que tiraban de mensajes y llamadas diarias anhelando el momento en el que pudieran pasar más de media hora juntos.

Por su parte, Ranma tuvo su charla con el grupo recriminándoles el intrusismo en su cita con Akane. Nunca lo habían visto tan enfadado; ese era su leitmotiv, molestarse los unos a los otros, pero comprendieron que quizá se habían pasado de la raya.

Ukyo fue la más afectada por la regañina de Ranma, ya que ella sí se sentía verdaderamente culpable de lo que ocurrió, pero encontró la forma perfecta de que su amigo la perdonara, y fue invitándolo a comer okonomiyakis de su restaurante.

Akane estaba a punto de meterse en la cama, no solo tuvo que trabajar en el Maidreamin por la mañana, si no que después de hacer la compra semanal y ayudar a Kasumi con las tareas del hogar, tuvo un ensayo extra durante toda la tarde del sábado. Solo había recibido un mensaje de buenos días de Ranma cuando despertó, él se lo mandó a las 5 a.m. porque ese día tenía entrenamiento especial en las montañas y no se llevaba el móvil, al no tener cobertura.

La chica pensaba que, al tener la exhibición de los Dojos Tendo y Miyagi al día siguiente, no se demoraría tanto y podrían verse aunque fuera una hora. Pero seguía sin responder al mensaje que Akane le envió. Se metió en la cama y apagó la luz, cogió el cerdito de peluche que Ranma le había conseguido en el parque de atracciones y lo abrazó. ¿Cómo se podía echar tanto de menos a alguien que conocías de apenas un mes? Jamás se había sentido así con nadie. Cerró los ojos y se dispuso a dormir, por lo menos, sabía que lo vería al día siguiente y eso le consolaba.

Se incorporó de golpe al oír unos golpecitos en su ventana, con sigilo, se bajó de la cama e intentó buscar algo duro que poder lanzar en caso de que fuera un malhechor.

―Akane, soy yo…

―¿Ranma? ―Se asomó a la ventana y lo encontró agachado saludando desde el otro lado del cristal. Le abrió con una tonta sonrisa, la misma que inconscientemente esbozaba cada vez que lo veía― ¿Qué haces aquí? Si mi padre se entera te baja del pedestal donde te tiene.

―Tenía muchas ganas de verte, acabamos de llegar y he venido directo a tu casa. ―La chica sintió un hormigueo en su vientre, desde luego siempre acababa sorprendiéndola―. ¿Puedo pasar…?

―¿A-a mi cuarto?... De acuerdo…

Ranma entró con el sigilo de un felino, Akane se giró después de cerrar la ventana, el chico la tomó entre sus brazos y la besó con pasión. Ella al principio fue reticente pero pronto se dejó llevar y correspondió a sus demandas.

―Ranma… tienes la camiseta destrozada… ―dijo Akane cuando tomaron aire para respirar.

El chico se apartó un poco de ella y puso una mano detrás de su cabeza ―Eh, sí lo siento… no quería demorarme por si te encontraba dormida y me he venido derecho a tu casa en cuanto hemos llegado a Nerima. Y la verdad es que no debo de oler demasiado bien tampoco...

Akane vio lo avergonzado que estaba el artista marcial y se sintió culpable por haberle dicho eso. Se acercó de nuevo, puso la mano en su pecho y lo besó dulcemente, Ranma respondió de inmediato, los besos de ella se habían vuelto una droga para él, una necesidad. El chico le acarició la espalda e introdujo su mano por debajo de la parte de arriba de su pijama, sintió cómo la chica se estremecía ante su contacto, intensificando los besos como respuesta. Caminaron sin separarse hasta que se toparon con el escritorio, Ranma la tomó de la cintura y la sentó, continuaron besándose hasta casi quedarse sin aliento.

Se quedaron mudos, mirándose, acariciándose despacio. No era para nada un silencio incómodo, no les hacía falta hablar, con verse a los ojos se lo estaban diciendo todo.

―Será mejor que me vaya y te deje descansar ―susurró el chico de la trenza.

―De acuerdo… ―respondió ella con pesar.

Le dio un ligero beso en la nariz y luego otro en los labios ―Hasta mañana. ―Abrió la ventana y se perdió en la oscura noche

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La chica despertó algo desorientada, en un amasijo de sábanas revueltas, fruto de la noche anterior. Notó un calor agradable pegada a su cuerpo, giró la cabeza y ahí estaba él, con su melena azabache desperdigada por la almohada. Había vuelto a pasar, se martirizaba por ello. No estaba bien, pero no podía evitarlo. Era superior a ella.

Salió sigilosamente de la cama y recogió sus largos cabellos violetas en una cola alta. Se vistió con sigilo y se dispuso a marcharse.

—Huyes como una ladrona… —Una voz ronca le habló desde la cama. Se giró sobresaltada y lo vio observándola detenidamente apoyado en un brazo.

—Yo… tener que irme, hoy ser exhibición y no deber llegar tarde.

El hombre se levantó y caminó desnudo hacia ella. La chica se ruborizó al verlo acercarse. Él la abrazó cuando llegó a su lado y la besó apasionadamente. Ella se dejó hacer entre sus brazos.

—No te vayas… quédate conmigo, cancela el compromiso, yo cuidaré de ti…

—No poder… yo deber mucho a esa familia, ellos acogerme cuando mis padres abandonar de bebé.

—¿Y tienes que pagarles con tu felicidad? Si a tu prometido no le importas, él no te ama. Serás una mujer florero a su lado. —El hombre le habló disgustado.

—Mousse… no hacer esto… yo tener que irme, ya hablar otro día pero creer que mejor terminar ahora que estar a tiempo…

—Si no puedes ni mirarme a la cara, sabes que entre nosotros ha pasado algo muy fuerte. Él no te toca como yo, no te besa como yo…

—Yo… sentir de verdad… esto no tener que haber pasado nunca…

—Pero lo dejaste pasar, porque me deseas igual que yo a ti… Lo supe desde que nos reencontramos en el Maidreamin.

Mousse la atrajo hacia él y comenzó a lamerle el cuello mientras le masajeaba el pecho con una mano y el trasero con la otra.

—Mousse…

La volvió a desnudar y la poseyó una vez más.

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A las 10 a.m. Soun Tendo llegó al parque Shakujii junto a su hija Akane y su mejor alumno, Ryoga Hibiki, para la exhibición que había acordado con el Dojo Miyagi con el objetivo de captar gente para el torneo, y ya puestos, nuevos alumnos para sus respectivos clubes. Soun quedó con Ryoga en que pasaría a buscarlo, no quería que su estrella se perdiera y no consiguiera llegar a tiempo a la exhibición.

―¿Dónde se habrán metido Daiki, Jun y Hiro? ―preguntó el sensei a su discípulo, buscando entre el público a los otros alumnos que iban a participar en la exhibición.

―Escribieron hace 10 minutos al grupo diciendo que ya estaban aquí, ¿quiere que vaya a buscarlos? ―preguntó el chico del colmillo, displicente.

―Sí, pero llévate a Akane. No quiero que te salgas del parque.

Una gota de sudor cayó por la sien de Ryoga, y lo peor es que su sensei llevaba razón. Había nacido sin ningún sentido de la orientación ―Claro, Akane, ¿vamos? ―La chica no respondió, no hacía más que mirar a todos lados buscando esos ojos azules en los que tanto le gustaba sumergirse―. Akane, sé que te cuesta trabajo pero, ¿puedes prestarme atención aunque sea un momento? ―Alzó levemente la voz y pareció surtir efecto.

Akane comenzó a caminar sin pronunciar palabra y mostrando su molestia, Ryoga corrió hasta alcanzarla y la tomó de la muñeca para frenarla. Ella se volvió para increparle ―¿Qué narices te pasa? Relájate un poco, no tienes que usar el sarcasmo conmigo.

―Estás más pendiente de buscar a Saotome que de centrarte en las actividades del Dojo de tu padre.

―¿Y qué si estoy buscándolo? ¿Qué tiene de malo? Te recuerdo que estoy saliendo con él te guste o no.

―Sí, ya lo sé… ―dijo como si le hubieran clavado un puñal en el corazón―, ¿pero puedes centrarte un segundo en ayudarme? ¿O tanto te molesta mi compañía? ―La furia comenzó a cegar al artista marcial.

―Ryoga, por favor… otra vez no... ―La chica resopló cansada de la misma conversación. Era obvio que aún no podían ser amigos, al menos por parte de él.

―Siento si mis sentimientos te disgustan, créeme que me gustaría cambiarlos ―continuaba furioso. Por más que había intentado olvidarla desde el día que la besó en el portón y pudo comprobar que entre ella y Saotome había algo, no lo conseguía… Llevaba mucho tiempo con ella metida en la cabeza.

―Ryoga… lo siento… no pretendo herirte…

―¿Y por qué me parece que te da igual? ―La tomó de los brazos y la acercó a él. En ese instante sintió cómo alguien le retorcía las muñecas lo suficiente para que tuviera que soltarla.

No le extrañó ver a la persona que se interpuso entre él y Akane ―No sé en qué idioma tengo que decirte que no molestes a Akane.

―¡Sólo estábamos hablando, imbécil!

―¡A quién llamas imbécil, cerdo!

Akane se interpuso en medio de los dos alterados chicos ―¡Vale, parad! ¡No vais a dar muy buena imagen de ninguno de los Dojos si os comportáis así!

―¿Necesitas ayuda, Hibiki? ―Sus tres compañeros se pusieron a su lado, aunque tragaron en seco cuando vieron que estaba teniendo algunas palabras de más con el campeón.

―Tus niñeras han venido a rescatarte ―se burló Ranma.

―No los necesito para darte una paliza, Saotome.

―¡Aquí estáis todos! ―Soun Tendo apareció en ese instante y los chicos se irguieron como si no pasara nada― ¡Ranma, qué gusto me da verte! ¿Dónde está tu padre? Me gustaría saludarlo.

―Igualmente, señor Tendo. Acompáñeme, están todos al otro lado del escenario.

―¡Oh, excelente! ¡Id calentando, chicos! ―ordenó a sus alumnos.

Ranma tomó a Akane de la mano y los guio hasta donde estaban su padre y sus compañeros, no sin antes lanzarle una última mirada amenazante a Ryoga.

La joven pareja no pensó que el reencuentro entre sus padres fuera a resultar tan violento y vergonzoso. Los dos se abrazaron llorando en cuanto se vieron.

―Mira Genma, no sé si Ranma ha llevado a mi hijita a vuestra casa, ella es Akane, la menor.

La chica se acercó tímida e hizo una reverencia al padre de Ranma ―Encantada de conocerle, señor Saotome.

―¡Así que la Akane con la que estaba mi hijo era una Tendo! ¡Encantado, bonita! Mi Ranma no ha tenido la consideración de invitar a esta linda chica a casa. Mi mujer está deseando conocerla.

―Papá… ―musitó el chico.

―Cuando se casen uniremos las escuelas como lo pensamos cuando éramos jóvenes, ¿recuerdas, Saotome?

―Como si hubiera sido ayer, aún somos jóvenes, Tendo.

Los dos se rieron escandalosamente. Ranma fue dando pasos hacia atrás, cogió a Akane y se largaron fuera de la vista de los locos de sus padres. Llevaban dos semanas juntos y ya tenían que oír cómo gestionaban su futuro.

―Recuérdame que no los volvamos a juntar en mucho tiempo ―comentó Ranma mientras se dirigían al lugar donde estaban sus compañeros. Akane se rio y asintió

Taro, Ryu y Ukyo estaban haciendo sus correspondientes estiramientos. La cocinera fue corriendo a abrazar a Akane cuando la vio llegar, Ryu también se acercó a saludarla y Taro simplemente movió la cabeza.

―Menos mal que estás aquí, ahora Ranma podrá concentrarse. Llevaba mirando a todos lados desde que hemos llegado ―se burló Ryu.

Ranma enarcó una ceja y se puso colorado ―Solo miraba cuánta gente estaba llegando al parque para ver la exhibición… no inventes… ―Akane sonrió. En ese instante apareció Shampoo, se le notaba algo nerviosa y azorada.

―Creí que no llegabas, ¿cómo te fue en casa de tu amiga? ―preguntó Taro mientras seguía con sus estiramientos.

La joven china se ruborizó pero intentó salir del paso ―Ir bien, ya saber… solo ver peli tonta de amor y hablar de chicos.

―Shampoo se ha hecho muy buena amiga de una compañera de su grupo de baile, últimamente queda mucho con ella ―continuó argumentando su prometido.

―Me resulta raro que Shampoo haga amigas ―escupió Ukyo con toda la intención de molestarla.

―¡Y-yo tener muchas amigas en China, cocinera! ¡Si japonesas ser tontas qué culpa tener!

Akane y Ukyo, que fueron las aludidas, saltaron para defenderse.

―Calma, chicas… ¿Por qué nunca habrá barro cerca cuando pasa esto? ―se quejó Ryu.

Ranma lo miró y negó con la cabeza, desde luego su amigo no cambiaba ni cambiaría nunca.

―Tengo que volver con mi padre ―Akane se giró buscando a Ranma con carita triste.

El artista marcial puso cara de fastidio, sobre todo porque Akane regresaba junto a Hibiki. La apartó un poco del grupo ―¿Puedo secuestrarte e invitarte a comer después de la exhibición? ―dijo tomándola de la cintura y atrayéndola hacia él.

La chica sonrió traviesa ―Puedes y debes…

Ranma sonrió antes de inclinarse para besarla, solo iba a ser un corto beso de despedida pero, cada vez que sus labios se rozaban era como si un volcán entrara en erupción.

―Vale ya, no comáis delante del hambriento ―dijo Ukyo con sorna acercándose a ellos, iba a comenzar la exhibición y necesitaban al cabeza de grupo.

Los chicos se separaron avergonzados, ni cuenta se dieron de que habían intensificado su beso.

―¡Que vaya bien! ―se despidió Akane, la cual regresó junto a su padre y los miembros del Dojo Tendo.

La exhibición fue todo un éxito, Akane no se había percatado de cuanta gente movían las artes marciales, todo el mundo estaba entregado a cada uno de los movimientos de los luchadores. Hasta pudo ver que tenían sus propios clubs de fans, como no, el de Ranma era el más numeroso y tuvo que tragar los gritos histéricos y alocados de un grupo de chicas cada vez que su novio salía al escenario.

Ranma era un libro abierto, sabía que estaba loquísimo por ella pero también notaba que le encantaba ser el centro de atención de esas chicas aunque, para tranquilidad de Akane, se percató de que Ranma la miraba de reojo de vez en cuando. En cuanto acabó la exhibición fue corriendo a buscarla y no tuvo pudor en cogerla una vez más de la mano delante de su club de fans o de quien fuera. Sobre todo disfrutaba de esas pequeñas intimidades públicas cuando Ryoga estaba cerca, tenía que recalcar que Akane no estaba libre.

―¡Has estado genial! ―le dijo la chica entusiasmada cuando lo tuvo delante.

―Pues si te ha gustado esto te encantará verme en el torneo. ―Sonrió bravucón.

―A mí y a todas esas chicas que me están asesinando con la mirada, ¿no?

Ranma miró en dirección a su club de fans y las saludó, ellas se deshicieron en sonrisas para él, luego volvió a centrar su atención en Akane ―Ellas solo pueden verme, tú me tienes en exclusiva…

―¿Es una proposición, Saotome? ―Sonrió traviesa.

―Tómalo como quieras. ―Le siguió el juego.

Akane lo tomó de las solapas del Gi y lo atrajo hacia ella, plantándole un sonoro beso en los labios mientras miraba de reojo a las chicas. Les vio cambiar el tono de su piel de sonrosado a azul en menos de una milésima de segundo.

―Eres malévola, Tendo ―añadió Ranma cuando su captora lo liberó.

―Has estado magnífico, Ranma. Se nota tu mejoría respecto al año pasado. ―La voz de Soun Tendo hizo que la pareja se separara de golpe―. Voy a tener que aumentar y endurecer los entrenamientos de Ryoga.

―Él siempre me ha dado muy buenas peleas, es de los mejores luchadores de Japón en nuestro nivel. Se nota que usted es su sensei. ―Akane lo observó enarcando una ceja, era obvio que sus palabras eran puramente para endulzar el oído de su padre, e hizo el efecto esperado.

Soun sonrió y sacó pecho ―Solo intento pasar mis conocimientos a la nueva generación, ya que ninguna de mis hijas ha querido seguir mi camino.

―Cuando pueda hacerme un hueco me gustaría entrenar con usted, señor Tendo. Un combate amistoso.

Si el padre de Akane fuera un dibujo animado, le hubieran aparecido estrellitas en los ojos ―Sabes que mi Dojo está abierto cuando tú quieras, yo estaré encantado.

―Perfecto, una última cosa… ¿Puedo invitar a Akane a comer? Le prometo que la acercaré al trabajo y la recogeré para llevarla a casa.

―Puedes y debes. Me gusta que te tomes la relación tan en serio y cuides de mi querida hija.

Akane rodó los ojos, ¿cuánto más iba a durar aquello?

—Perfecto, que pase un buen día, señor Tendo. ¡Nos vemos en el torneo, Hibiki! —saludó Ranma con ironía a su rival, que justo se acercaba en ese instante.

Cuando se alejaron lo suficiente para no ser escuchados Akane dijo: —Toma, se te cayó la pelota que le has hecho a mi padre. —Extendió las manos cómo si le entregara una bola imaginaria.

Ranma sonrió y la sujetó de la cintura —No era por hacerle la pelota, lo tengo ganado desde el primer minuto. Lo decía en serio. Mi padre y el tuyo son de la misma escuela, salvo que mi abuelo sigue dándole caña al mío y, como daño colateral, a mí. Tú padre es un gran artista marcial, solo que se ha relajado. Aunque eso no quita que no sepa enseñar bien sus conocimientos. Es verdad que aparte de Taro, Ryoga es el que me da más problemas. Me los da incluso fuera de la duela. —La miró de tal manera que Akane enseguida entendió a lo que se refería.

—Pues eres tonto si estás preocupado por ese "problema", puesto que no existe.

—Habló la señorita, voy a darle un beso a mi chico delante de su club de fans para marcar territorio.

—Cállate, Saotome.

Ranma se rio con ganas —Me cambio y nos vamos donde tú quieras.

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Akane estaba ensayando en el Dojo, era un domingo por la tarde, se empezaba a notar la subida de temperatura, prácticamente estaban en mayo. Desde el día de la exhibición habían transcurrido aproximadamente otras dos semanas, de nuevo los horarios apretados de la pareja hacía que el verse fuera algo casi imposible.

Los escasos momentos a solas se volvían cada vez más intensos. Tanto, que cuando Ranma llegaba a su casa, se quedaba un largo rato en el baño "aliviándose"… pensando constantemente en ella, en su perfecto cuerpo, en sus labios ardientes…

Cuando llegó a Nerima después de pasar, en esta ocasión el fin de semana entero en las montañas, su único deseo era verla, aunque fueran diez minutos. Así que, una vez que se hubo aseado, abrió su ventana y se dirigió raudo a la casa de Akane. Volvía a ser tarde y no quería encontrarla durmiendo. Le había escrito cuando llegó y ella no había visto su mensaje, esperaba que no fuera demasiado tarde. Sabía que ella también había tenido a tener un fin de semana duro.

Akane miró el reloj que había en el Dojo, eran casi las 23h de la noche, había aguantado lo máximo posible despierta esperando a Ranma. Ensayaría la pieza una vez más y se iría a la cama si no recibía noticias del chico.

Se acercó para poner la música de nuevo cuando se percató de una notificación en su móvil. Al abrirla, una sonrisa iluminó su rostro. Ranma ya estaba en la ciudad e iba a ir a verla. ¿A qué hora le había enviado el mensaje?

—¿Qué estás mirando que te hace sonreír de esa manera?

Una voz ronca y seductora que ella había llegado a conocer muy bien le habló al oído.

—Me ha escrito mi novio para decirme que va a venir.

—Así que está de camino… ¿Cuánto tiempo tengo para saborear tus labios antes de que llegue?

Una fuerte mano le acarició la cintura hasta rodearla, sintió unos carnosos y suaves labios besando su cuello. Sin poder evitarlo emitió un gemido ahogado.

—N-no creo que tarde en llegar… Deberías irte… es extremadamente celoso… —dijo Akane entre suspiros mientras el chico lamía y mordisqueaba el lóbulo de su oreja.

—Así que es celoso… No le culpo… Pero creo que me arriesgaré… —En ese instante la giró para poder mirarla frente a frente—. No sabes las ganas que tenía de verte… ¿Qué me haces? La de coscorrones que me ha dado mi abuelo porque me evadía pensando en cuándo te tendría así de nuevo….

—Pobrecito… ¿te han hecho mucho daño? —decía mientras le atusaba el cabello. Ranma asintió y puso carita de pena.

—Necesito que me cures.

—Creo que tengo el remedio perfecto para eso… —Hizo que se inclinara y lo besó sin tapujos.

Sus lenguas hicieron contacto, se buscaban desesperadas por lo mucho que se habían extrañado. Ranma acariciaba la espalda de Akane de arriba a abajo. Hizo que caminara hasta topar con la pared del Dojo. Con ímpetu, bajó sus dos manos al trasero de la chica y lo estrujó fuerte, haciendo jadear a la joven, que como respuesta, subió una de sus piernas y rodeó la cintura de Ranma, gesto que enloqueció y alborotó las hormonas del joven de la trenza.

Recorrió el muslo de Akane y se encajó entre sus piernas. La chica pudo notar a la perfección la increíble erección de él rozando su intimidad. Inconscientemente ambos comenzaron a mover sus caderas, sus jadeos se hacían eco en el Dojo.

Ranma dejó de besarla en la boca para pasar a su cuello, los gemidos de la chica estaban consiguiendo que estuviera a punto de perder el control.

—Akane… por favor… pídeme que pare… —le susurró al oído mientras continuaba con su movimiento de pelvis.

La chica calló un instante, pero seguía respondiendo a los movimientos de Ranma —Y-yo… no quiero que pares… —dijo con un hilo de voz, estaba igual de avergonzada que de excitada.

Ranma la miró a los ojos intensamente —¿Estás segura?

Ella asintió y lo besó con pasión, sus lenguas volvieron a enredarse una vez más. Esta vez, el chico metió una de sus manos por debajo de la camiseta de Akane llegando a tocar y apretar uno de sus pechos. Ella hizo lo mismo, acariciando los duros abdominales del muchacho.

La otra mano de Ranma buscó el inicio de la ropa interior de la chica, cuando llegó a ella se paró un instante, le daba miedo que Akane le rechazara pero ella le susurró con los labios aún unidos —Sigue…

Ranma no tuvo más dudas, metió la mano dentro de las braguitas de Akane hasta llegar a sentir lo húmeda que se encontraba. La chica echó la cabeza hacia atrás cuando Ranma comenzó a masajear alrededor del clítoris. El chico aprovechó para volver a besarle el cuello.

Un ruido en el exterior del Dojo hizo que Ranma cesara sus quehaceres, algo que extrañó a Akane —¿Pasa algo? —preguntó con la respiración acelerada.

—Me ha parecido escuchar a alguien fuera.

Los dos se quedaron callados, alertas. Esa vez oyeron claramente la voz de una mujer que Akane reconoció enseguida.

—Voy a mirar si hay alguien en el Dojo, las luces están encendidas, espérame.

Akane sujetó a Ranma de la muñeca y abrió un pequeño armario empujándolo hacia el interior, acto seguido entró ella y cerró la puerta. Estaban bastante juntos puesto que el armario era pequeño.

―¿Quién es? —susurró el chico de la trenza azabache.

—Es mi hermana Nabiki —respondió también entre susurros.

—¿Hay alguien? ¿Papá? ¿Akane? Se habrán dejado las luces, pasa Taiki.

―¿Seguro que no hay nadie? ―Ranma y Akane escucharon la voz grave de un chico.

―Seguro… ven… usaremos una de las colchonetas. No sabes las ganas que tenía de estar a solas contigo… me has puesto muy cachonda en el bar.

―Ya lo he notado, eres una zorrita, te gusta que te toque en público, ¿verdad?

―Me ha encantado cuando me has metido la mano por debajo de la falda, creía que me corría ahí mismo… vamos desnúdate. Te quiero dentro ya…

Ranma se tapó la boca para evitar que lo oyeran reír, miró a Akane preocupado porque parecía que Iceman, el superhéroe de Marvel, la había congelado ―Akane… ¿estás bien? ―susurró el chico. En ese instante, su novia se tapó los ojos y apoyó su cara en su torso.

―Esto no puede estar pasando… no puede estar pasando… por favor, qué vergüenza…

―¡Oh, sí! ¡Dame más duro! ¡He sido una niña mala! ¡Castígame!

―¡Te mereces unos buenos azotes! ¡¿La quieres más dentro?! ¡Dios, cómo me pones!

Ranma volvió a reír y Akane se tapó los oídos. Para él estaba resultando una situación realmente cómica, es más, hasta estaba comenzando a excitarse de oír a esos dos darlo todo. Maldita sea… él y Akane habían estado a punto de hacerlo. ¿Es que su vida siempre iba a estar llena de interrupciones inoportunas?

Estuvieron una media hora metidos dentro del armario. Cuando oyeron a Nabiki despedir a su invitado y cerrar la puerta del Dojo, salieron. Akane cubrió sus ojos con las manos, había sido la situación más incómoda de toda su vida ―No voy a poder volver a mirar a Nabiki a la cara.

Ranma se acercó y le apartó las manos, buscando su mirada, mirada que Akane esquivaba. El chico podía apreciar el sonrojo de sus mejillas incluso con la luz apagada ―Vamos, no ha sido para tanto. Añadiremos esta experiencia a nuestro historial de anécdotas.

―¿¡Que no ha sido para tanto!? ¡He oído a mi hermana practicar sexo! ¡A mi hermana! ¡Dios mío, qué apuro! ¿Qué debes de pensar de nuestra familia?

El chico la sujetó de la cintura e hizo que lo mirara ―Pues que a las Tendo os gusta que os den azotes en el trasero, a ver… ―Ranma le dio un par de palmaditas―. Vaya, contigo no funciona, no me dices "Oh, sí, dame más".

―No tiene gracia ―respondió la chica muy seria.

A Ranma le hizo más gracia la cara de Akane y no pudo evitar reírse ―Sí que la tiene. Vamos, piénsalo un poco.

Akane continuó seria unos instantes pero luego esbozó una ligera sonrisa, la verdad es que dentro de lo pudoroso de la situación, había sido bastante cómico.

―¿Es una sonrisa lo que veo? ―La abrazó acercándola aún más a su cuerpo.

―Eres idiota ―dijo la chica sin poder evitar sonreír.

―Vale, gracias...yo también te quiero ―Lo dijo como respuesta en plan broma pero pronto se dio cuenta de lo que acababa de soltar por su boca―. Quiero decir… bueno… tú… verás...

―Ya lo sé, no tartamudees más que se te desfigura la cara ―En el fondo esperaba que pronto Ranma le dijera esas dos palabras, porque ella ya era consciente de que le quería con toda su alma. Aunque quizá él no sentía lo mismo.

―Vale… «pero sí que te quiero… espero tener el valor de poder decírtelo pronto». Me voy a casa, si te despiertas teniendo pesadillas, llámame ―dijo guiñándole un ojo.

―Seguro que las tendré, toda mi vida.

Ranma se inclinó y le dio un ligero beso en los labios, hizo que durara poco porque entonces no podría parar ―Buenas noches, preciosa.

―Buenas noches, precioso ―Ambos se rieron, Ranma salió con sigilo del Dojo y saltó el muro escudándose en la noche para regresar a su casa. De nuevo iba a estar un rato en el baño antes de poder conciliar el sueño.

Cuando estaba metido en la cama se le ocurrió algo. Cogió su móvil y buscó el chat de Taro.

Ranma: Oye, pantymedias. Ya sabes que el finde que viene es mi cumple, también es el de Akane y te quería pedir un favor. Sé que vamos a organizarlo en tu cabaña del bosque. Mi pregunta es… ¿hay posibilidad de que me la dejes el viernes por la noche? Y que vosotros lleguéis el sábado… :P

Dejó el teléfono a un lado, era bastante tarde, no esperaba que su amigo le respondiera pero, al cabo de unos minutos, el móvil vibró. Era un mensaje de Taro.

Taro: Mal empiezas si me pides algo llamándome como tú sabes.

Ranma: Sabes que es de broma, qué poco sentido del humor tienes. Bueno, me la dejas o no?

Taro: Si me prometes que dejarás de ser una niña virgen, porque la quieres para eso, no? O la nena ya se ha convertido en hombre?

Ranma: (emoticono de la mano en un puño sacando el dedo corazón)

Taro: jajajaja, ahora quién es el que no tiene sentido del humor? Sí, puedes ir antes, te dejo un juego de llaves. Lo que sea porque descargues de una vez.

Ranma: Genial, el martes me las das en el Dojo. Te debo una.

Ranma colocó sus brazos detrás de la cabeza y miró al techo, mañana intentaría ir a buscar a Akane para darle la noticia. Le pediría ayuda a U-chan para organizar algo romántico, quería que el primer cumpleaños que pasaran juntos fuera algo inolvidable para ella. Con esas ideas rondándole la mente, se quedó dormido.

Continuará…


Hola de nuevo! Qué tal habéis pasado estas dos semanas? Qué os ha parecido el capítulo? Parece que la cosa entre estos dos va avanzando a un terreno un poco más suculento… No sé vosotros pero yo me morí de risa mientras escribía la escena de Nabiki. La pobre Akane nunca había pasado tanta vergüenza en su vida XD

De nuevo os quiero dar las gracias por vuestros preciosos reviews, sois unos primores, así da gusto publicar sabiendo que el fic está gustando Daniela Valezka Avila Gallardo, Pauvishana, Alexandraaa417, Paola Andrea1, SusyChantilly, sofito2811, ShaiOs, Peque T, Esmeralda Yasmin, Lirio de Plata, hinatacris, MelAngi, Karol Butz, Molina, Lucitachan, Niomei, livamesauribe, Elisa LJ, 1Andrea11, Lu chan87, Nidia, LumLumLove, Sailordancer7, Pao Vedder, AkaneMx, SARITANIMELOVE, Nina, Faby, Cynthiagurod, Nao Saotome Malfoy, LindaAkane y 3 invitados que me salen sin nombre.

Como siempre digo, espero no haberme dejado a nadie por nombrar.

Gracias a mi baby beta Sailordancer7, tenemos que encontrar un hueco para la super mesa redonda que nos espera… ya lo estoy deseando. En unos días publicará el cap 3 de CherryBlossoms, no podéis perdéroslo! A mi Susychantilly que ya sabréis que ha empezado nuevo fic llamado The Office y ya está que nos tiramos de los pelos por ver qué sucede. A LumLumLove que está con el proyecto del lemon de secundarios de MundoFancfics Inuyasha y Ranma INTENSE, al que he sido también invitada y me pondré a ello pronto. Igual que a un evento de shot de RanmaxAkane al que me han invitado las chicas de Ranma 1/2 latinoamérica. Así que tengo deberes por delante :P

No me despido si mandarles un pedazo de abrazo y besazo virtual a mis Locas Por el Dios Griego. Os quiero chicas!

Y ahora sí, si todo va bien y el tiempo me lo permite, la siguiente actualización será el domingo 2 de mayo… Fecha histórica en España, ni a caso hecho jeje. Disfrutad mucho y seguid con todas las medidas de protección frente a la COVID19 que estén en vuestra mano. Nos leemos!

Sakura Saotome :)