El Clímax Final.


Bueno. Por fin el último capítulo! Siento el retraso en publicar. Líos en R.L. y también algo de trabajo inesperado para la versión en inglés.


"¡La guarida roja!"

Ron esperó impaciente a que apareciesen las llamas esmeraldas y acabar con el peor día... No. No el peor día, pero sí el más humillante de su vida.

Por fin las llamas se tiñieron de verde, pero antes de que pudiera moverse oyó la voz de Hermione a su espalda.

"¡Accio Ron!"

En un instante, atravesó volando la habitación y cayó bruscamente sobre el sofá. Hermione aprovechó su sorpresa para saltar inmediatamente sobre él, sentándose con una rodilla a cada lado de su cintura.

"¿Hermione, que demonios estás...?"

Antes de que pudiera hacer nada, Hermione se acercó su cara y le miró fijamente a los ojos. "Ser virgen jamás es patético, y sí. ¡Acepto enseñarte!"

"¿Enseñarme? De que estas hablando..." Ron dudó un momento hasta que recordó las palabras a las qué se refería Hermione. "¡Joder Hermione! ¿Qué quieres de mí?" Apoyó la cabeza en el respaldo totalmente borracho y desorientado.

Hermione movió la varita y un pequeño frasco aterrizó en su mano. "Bebe esto, te sentiras mejor." Lentamente vertió el contenido entre los labios de Ron, que obedeció inmediatamente al reconocer el sabor de la poción desembriagadora.

Para lo que quería hacer, Hermione lo necesitaba totalmente sobrio. Se inclinó sobre Ron y empezó a besar lentamente sus labios, recorriéndolos con pequeños besos y acariciándolos suavemente con su lengua. Capturó el labio inferior de Ron entre los suyos y lo mordisqueó suavemente, disfrutando de su carnosa textura durante unos segundos antes de liberarlo de mala gana. Se apartó un poco de él; lo justo para poder observarle con comodidad.

Ron se quedó mirándola ligeramente desorientado mientras Hermione le acariciaba tiernamente la mejilla. Poco a poco, los ojos se enfocaron y la expresión soñadora se evaporó de su rostro.

"Hermione. ¿Por qué estas haciendo esto? ¿Y por qué ahora, después de tantos años?" Ron parecía sentirse confundido y curiosamente, también un poco molesto.

"No quiero hablar de eso ahora. Solo quiero estar contigo." Intentó besarle otra vez, pero él se inclinó hacia atrás, esquivando su beso.

"Espera, esto no es tan fácil. He cambiado. Parece que no te das cuenta, pero hace mucho tiempo que dejé de ser un jovenzuelo inocente. Yo no valgo para esto, Hermione. He hecho cosas. No soy una buena persona. Tú te mereces a alguien mejor; alguien bueno que te pueda hacer feliz."

"Deja de decir tonterías. Sé que tú..."

"No. Tú no sabes nada. La guerra no acabó con la derrota de Voldemort. No tienes ni idea de lo que tuvimos que hacer después. He hecho cosas horribles. He matado a muchas personas, más de las que puedo recordar. He pasado toda mi vida odiando demasiado y amando demasiado poco, y eso no se puede cambiar ahora."

¿Ahora intentaba apartarla con historias de miedo? Quizás con otra persona o en otro momento podría haber funcionado, pero no hoy, y no con ella.

"¿Has terminado? ¡Pues ahora me vas a escuchar tú! Conozco tu vida mejor de lo que crees. Harry nos ha contado muchas cosas: lo duras que eran las misiones, que siempre eras el primero en atacar y lo fiero que eras en los combates, que los mortifagos acabaron por tenerte tanto miedo que la mitad se rendían en cuanto te veían enfrente. Como te llamaban ¿La muerte roja?"

Ron se rió socarronamente. "Eso es cosa de Harry; siempre ha sido un poeta. Los mortifagos no son tan delicados. Ellos me llamaban 'el bastardo asesino'."

Era increíble con podían convivir dos facetas tan distintas en Ron. Aunque ella no era quién para asombrarse. Ella había sido igual en su juventud. Arrogante en lo profesional, y tímida e insegura en lo sentimental.

Una maliciosa sonrisa iluminó el rostro de Ron. "Aunque ahora que me acuerdo, otros preferían llamarme 'el pelirrojo..."

Hermione lo interrumpió. "Da igual como te llamasen. Lo importante es que sé lo que eso significa. Has sido implacable con ellos. ¡Y me alegro! Si alguien tenía que morir, mejor ellos que tú."

Bajó un momento la mirada, reorganizando sus pensamientos. "Sé que fue una época muy dura de tu vida, pero por mucho que insistas no me voy a creer que eres un asesino. Te conozco mejor que tu mismo; Eres la persona más honrada y leal que jamás he conocido. Y puede que no quieras darte cuenta, pero desde luego que has amado durante toda tu vida.

"Dime. ¿Quién fue el primer amigo de Harry en Hogwarts, y quién ha estado siempre a su lado a pesar de todos los peligros? Y cuando murieron mis padres ¿Quién estuvo conmigo día y noche cuidándome, y quién me ha consolado cada vez que he roto con algún novio? Si eso no es amor, entonces nada lo es."

Ron la miraba con el ceño fruncido. "Pero ahora estas bien, ¿no? Eres feliz. ¿Por qué estropearlo todo por alguien como yo?"

"Tengo una vida cómoda, un buen trabajo y unos amigos estupendos. Evidentemente no soy desgraciada, pero tampoco soy feliz. No como Harry y Ginny, o tus padres. ¿Por qué estropearlo? Porque quiero algo más. Y porque soy una persona adulta y hago lo que quiero."

"Pero yo no..."

Ya estaba cansada de discutir. Puso su mano sobre su boca. "Ron, piensas demasiado. Esta noche somos un hombre y una mujer. Nada más. No pienses, solo siente."

"No creo..." Ron intentó seguir hablando, pero desistió en cuando se dio cuenta de que había una lengua en su boca que no era la suya. Minutos después Hermione abandonó sus labios jadeando.

"¡Joder!" Ron se apoyó en el respaldo, intentando recuperar el aliento que le había robado Hermione.

"Desde luego, pero todavía no. Primero te voy a enseñar como besar a una mujer. Repite todo lo que yo haga." Le besó suavemente en el labio inferior. Él imitó su gesto.

"Bien, pero demasiado rápido. Espera a sentir el calor de mi piel sobre tus labios." Ron repitió el beso, esta vez de forma más firme, manteniendo el contacto durante unos segundos.

"Mucho mejor, pero todavía se puede mejorar. Otra vez."

Siguieron besándose, una y otra vez. Aumentando cada vez más la intensidad y la profundidad de los besos, capturando sus labios, lamiendo, mordiendo y finalmente jugando con sus lenguas, explorando cada uno la boca del otro. Con cada nuevo avance notaba como Ron se tensaba, y como poco a poco se iba relajando otra vez cuando se acostumbraba a las nuevas sensaciones y empezaba a disfrutarlas.


Hermione se detuvo un momento. Habían acabado tumbados a lo largo del sofá, ella todavía encima de él; los dos con los labios ligeramente hinchados y enrojecidos. ¿Cuánto tiempo llevaban allí? La verdad es que con tantos besos había perdido la noción del tiempo. "Esto ha estado muy bien. Aprendes muy rápido."

Ron tenía las manos en sus nalgas, apretándola contra su cuerpo. "Gracias. Enseñas muy bien."

Hermione le desabrochó los botones de la camisa y deslizó una mano por la abertura, acariciando su pecho. Tenía un poco de vello pelirrojo, y bastantes pecas, pero no podía ver ni una cicatriz, ni siquiera las de los cerebros. "Ron. Quiero verte. De verdad, sin hechizos de glamour."

"Y que veas toda la carnicería? No gracias."

"Ron ¿te tengo que repetir que no me vas a asustar?"

Ron puso los ojos en blanco. "Como si no supiera que cuando decides algo, no hay quien te lo saque de la cabeza. Pero esta noche, no. Por favor."

Hermione dudó un momento. Ya lo estaba forzando demasiado. Si eso lo hacía sentirse más seguro, podía ceder. "Esta bien. Tú ganas. ¡Pero solo por esta noche!"

Hermione volvió a besarle mientras sus manos exploraban su pecho. Empezó despacio, y fue profundizando el beso. Ron respondió con entusiasmo. Pronto estuvieron explorando sus bocas con sus lenguas entrelazadas. Cuando se separaron, los dos estaban jadeando. Ron soltó un suspiro de satisfacción. "Jamás pensé que besar pudiera ser tan... Increíble."

Hermione sintió crecer una agradable calidez en su interior. ¿Como podía ser Ron tan absolutamente adorable?

"Lo es. Y es sólo el calentamiento. Ya es hora de que pasemos a cosas más serias."

"¿Estas segura?" Ron la miró visiblemente nervioso.

"Jamás he estado más segura de nada en mi vida." Si algo había aprendido, es que con Ron lo mejor era la acción directa. Lo levantó del sofá de un tirón y los apareció directamente en el dormitorio.

"Si es así como tratas a todos tus amantes, no me estraña que no te duren." Bromeó mientras se tambaleaba por la brusca aparición.

Hermione le puso la punta de la varita en el pecho. "Eres un alumno muy descarado. Sientate en la cama y atiende a tu maestra."

Ron no pudo evitar el sonreír mientras se sentaba. "Hecho. ¿Y ahora?"

Hermione se puso enfrente de Ron y empezó a desnudarse sin apartar la mirada de él. "Ahora prepárate para tu primera lección de sexo."

Se desabrochó la camisa, botón a botón y la dejó deslizar por sus hombros hasta caer al suelo, la falda no tardó en reunirse con ella. Ron no dejaba de mirarla con los ojos muy abiertos. Era evidente que apreciaba el conjunto de lencería que había elegido para esa noche. Alentada por su reacción, Hermione se acercó contoneándose hasta situarse entre las rodillas de Ron, se desabrochó el sujetador y lo dejo caer poco a poco.

Ron dejó escapar algo entre un gruñido y un gemido. "¡Joder!"

A lo largo de su vida, muchos hombres le habían dicho que era atractiva, pero ninguno la había mirado jamás con tal adoración y asombro. Se sentía maravillosamente bella y poderosa. "Puedes tocarlos, si quieres."

Ron solo asintió y extendió una mano temblorosa que se detuvo a milímetros de su pecho izquierdo, como si temiese tocarlo. Ella se acercó un poco más y lo apoyó contra la mano de Ron. Después de unos segundos de duda Ron empezó a acariciarlo, rozando su pezón con las yemas de los dedos.

"Puedes apretar más."

"¿Y si te hago daño?"

Estaba claro que este hombre quería que se muriera de gusto ahí mismo.

"No. Mira..." Cogió sus manos y las apretó contra su pechos enseñándole a tocarlos como a ella le gustaba. Muy lentamente, Ron empezó masajear sus pechos, jugeteando con los pezones como le acababa de enseñar. Hermione lanzó un pequeño suspiro de placer. "Puedes tocar lo que quieras".

Sus manos fueron bajando, acariciando su vientre, sus caderas, sus muslos. Sus dedos rozaron la tela de sus empapadas bragas, intentando introducirse debajo de la molesta prenda.

"Quítamelas."

Ron la miró un momento indeciso, pero enseguida tiró del elástico y las deslizó por sus piernas, dejándola totalmente desnuda.

"¿Te gusta lo que ves?"

Ron no paraba de pasar su mirada por su cara, sus pechos y su sexo, como si no pudiera decidir a que parte mirar. "Eres... perfecta."

Otra vez ese amor, esa ternura. Si seguía así, la iba a derretir ahí mismo, sin necesidad de sexo.

"No es verdad, pero gracias. Ahora te toca a ti desnudarte."

Ron prácticamente se arrancó la camisa. Se desabrochó el cinturón y se quitó de una vez los pantalones y la ropa interior. Ya totalmente desnudo se volvió a sentar en la cama con una enorme erección asomando entre las piernas. Hermione se acercó y empujó sus hombros hasta dejarlo tumbado de espaldas en su cama.

Su miembro era recto y grueso, apuntando orgullosamente hacia el cielo. No era el más grande que hubiera visto, pero desde luego Ron estaba muy bien dotado. Se tumbó a su lado y mientras lo besaba, empezó a acariciar sus muslos, acercándose cada vez más a su erección. Finalmente empezó a acariciarla lentamente, desde la base hasta la cabeza, arriba y abajo.

Ron se tensó bruscamente. "¡No!" Su grito se ahogó en un gemido de placer y vergüenza.

Hermione apartó la mano sobresaltada. Todo el cuerpo de Ron estaba temblando mientras, chorro tras chorro, su semen salpicaba sus muslos y su vientre, y finalmente se deslizaba a lo largo de su miembro y sus testículos hasta caer sobre las sábanas. Evidentemente el orgasmo masculino no era una novedad para ella, pero Hermione nunca lo había visto así. Había sido como ver una erupción volcánica... Una erupción increíblemente sexual y erótica.

"¡Mierda, joder!..."

Las palabras de Ron la sacaron de su ensimismamiento. Tenía que hacer algo para animarlo. ¡Y rápido!

"No pasa nada. Después de todo el tiempo que hemos estado abajo 'calentando', es perfectamente normal." Se inclinó asegurándose de que Ron notase los pezones contra su pecho y le susurro al oído: "Además, me gusta saber que solo con tocarte te puedo hacer perder el control de esta manera. Es jodídamente erótico."

Con una sonrisa lasciva, Hermione tomó una pequeña gota de semen con su dedo índice y lo introdujo en su boca mientras miraba a Ron a los ojos. Lo chupó poco a poco, como si fuera el mejor helado que hubiera probado nunca. En realidad la gota era demasiado pequeña para poder notar su sabor, pero el resultado fue un éxito completo. Ron se lanzó encima de ella con una expresión voraz y empezó a besarla como si le fuera la vida en ello. Entre gemidos y jadeos, volvieron a caer en la cama, Ron encima, y Hermione rodeando su cintura con las piernas.

"Espera un momento." Introdujo una mano entre sus cuerpos y guió su miembro entre sus labios hasta apoyarlo contra su entrada.

"Merlín..."

"¿Te gusta?" Frotó la cabeza de su miembro arriba y abajo, contra su empapado sexo. Ron contuvo la respiración y la miró como si quisiera matarla. Hermione le sonrió pícaramente y le besó mientras volvía a colocarlo en su entrada.

"Empuja despacio. Con cuidado."

Ron asintió y se deslizó lenta y suavemente en su interior con un gemido de placer. Estaba más excitada de lo que había estado nunca. No podía creer que Ron, su mejor amigo, estuviera dentro de ella. Llenando su sexo. Follandosela.

"Muévete poco a poco. Disfrutando de las sensaciones. Sin prisas."

Intentó buscar una posición más cómoda mientras Ron empezaba a entrar y salir de su cuerpo. "Espera. Levántate un poco. Ya."

Enseguida se dio cuenta de que seguía sin estar cómoda. Ron se impulsaba adelante y atrás de una forma demasiado rígida, apoyando demasiado peso sobre ella. Era extremadamente frustrante tener tanto deseo y no poder satisfacerlo.

"Espera." Intentó girar un poco la cadera, pero sin resultados. Siguia incomoda, y Ron seguía aplastándola contra la cama. "¡Para! Para. Esto no funciona."

Inmediatamente notó la expresión dolida en el rostro de Ron mientras se apartaba de ella. Se sentó al borde de la cama mirando al suelo. "Lo siento. Ya te dije que no valía para esto." Se inclinó y recogió su pantalón del suelo.

"Ron, ¿qué estas haciendo?"

Ron se puso de pie mientras estiraba el pantalón. "Bueno. Supongo que querrás que me vaya. ¿No?"

¿Como podía ser tan estúpido? "¡Ron, vuelve ahora mismo a la cama!"

"¿Para qué?"

"¿Crees que te voy a echar de mi cama por que la primera vez que estas con una mujer no eres el amante perfecto? ¿Me crees capaz de hacer algo así?"

"Yo ya no sé que creer."

"Ven aquí, grandísimo idiota." Le tomó de la mano y lo tumbó sobre su espalda, en el centro de la cama. "Lo único que quería decir era que seria mejor que cambiásemos de postura. Tu solo relájate y déjame hacer a mí."

Se sentó encima de Ron y empezó a mover sus caderas adelante y atrás, frotando su sexo por toda la longitud de su erección.

Ron gruño de placer y llevó sus manos a sus nalgas, empujándola con más fuerza contra su miembro.

Hermione le sonrió. "Mejor así, ¿verdad?"

"Mejor de lo que puedes imaginar."

Hermione siguió moviéndose y besándolo hasta que notó que su miembro volvía a estar totalmente rígido. Lo tomó entre sus manos sujetándolo verticalmente mientras se dejaba caer sobre él, haciendo que la penetrase profundamente.

Ron clavó las uñas en su piel . "Joder, Hermione. Si vuelves a hacer eso no voy a poder aguantar mucho."

"No te preocupes. Solo respira hondo y relájate."

"¿Como me voy a relajar cuando te acabas de clavar mi... hasta el fondo?!"

Era gracioso. Le había oído decir tacos que harían ruborizar a un vikingo, y ahora no se atrevía a nombrar una pequeña, o no tan pequeña, parte de su anatomía.

"¿Tu qué, Ron?... ¿Hombría?... ¿Miembro?... ¿Pene?... ¿Falo?... ¿Verga?" Con cada palabra subía las caderas y las dejaba caer sobre Ron, empalándose una y otra vez en él.

"Hermione, ya no aguanto más..."

"Lo estas haciendo muy bien." Hermione notaba como el miembro de Ron estaba cada vez más excitado. Sabía que debía de estar a punto de llegar al orgasmo. Se alzó y se dejo caer una vez mas con todo su peso sobre Ron. La cabeza de su pene la penetró profundamente mientras Ron lanzaba un grito ahogado y se derramaba en su interior. Un enorme calor invadió su cuerpo y repitió el movimiento una vez tras otra, golpeando con todas sus fuerzas contra el vientre de Ron mientras su mano se deslizaba entre sus piernas y empezaba a frotarse el sexo con los dedos.

Podía sentir el todavía excitado miembro de Ron entrando y saliendo de su interior. Estaba follándose a su mejor amigo, abusando de su cuerpo para darse placer. Ese pensamiento la excitó más de lo que su cuerpo podía aguantar. Estaba a punto. Solo necesitaba un empujón más. Ron la sujetó por las caderas, impulsándose todavía más profundamente en su interior: fue todo lo que necesitaba. Apretó sus músculos alrededor de Ron y se dejó caer una ultima vez mientras su mano se movía incansable sobre su sexo. Sintió como si se derritiera. Oleadas de placer recorrieron su cuerpo sumiéndola en un interminable éxtasis.

Cuando finalmente recuperó el sentido, se encontró tumbada sobre el pecho de Ron, jadeante y empapada en sudor. Ron besaba su cabeza mientras acariciaba su cuerpo, deslizando sus manos desde sus nalgas hasta su nuca arriba y abajo.

"¿Ha estado bien?" Preguntó Ron con interés.

Trepó por el pecho de Ron hasta alcanzar su boca y lo besó apasionadamente antes de responder. "Jodidamente bien."

Ron la dejó cuidadosamente a su lado mientras se incorporaba apoyado en un codo. "Esto es lo más increíble que me ha ocurrido en toda mi vida. Gracias por enseñarme lo fabulosa que eres. Y por dejarme..." paró un momento, buscando las palabras. "disfrutar de tu maravilloso cuerpo."

"Bueno, creo que yo también he disfrutado bastante." Cogió la mano de Ron y la llevó a su empapado sexo. "Esta así por ti. Y esto no lo logra cualquiera."

Los dedos de Ron quedaron cubiertos por los jugos de su sexo mezclados con su propio semen. Ron la miró de una forma extraña. Poco a poco, sin apartar sus ojos de Hermione se llevó la mano a la boca y recorrió sus dedos con la lengua, después los puso sobre los labios de ella. Era como un ritual: Quería que ambos compartiesen sus esencias. Hermione rodeó los dedos de Ron con sus labios, chupandolos y dejándolos totalmente limpios; Tenían un sabor amargo y picante. Un escalofrío recorrio su desnuda espalda. Se sentía como si hubieran sellado una especie de pacto mágico. Ron se inclinó sobre ella y la besó profundamente; sus lenguas chocando entre sus labios; el sabor de sus sexos mezclándose en sus bocas.

Todavía seguían besándose y acariciándose cuando les venció el sueño.


Lo primero que Hermione notó a la mañana siguiente fue el sol dándole en los ojos. Parpadeó molesta. ¿Por qué había tanta luz? Ella siempre se despertaba antes del amanecer para ir al Ministerio... ¡El Ministerio! ¡Mierda, llegaba tarde al trabajo!

Intentó saltar de la cama para empezar a vestirse a toda velocidad, pero no pudo ni empezar a incorporarse: algo grande y pesado la estaba sujetando contra la cama. Cuando bajó la vista encontró la cabeza pelirroja de su mejor amigo descansando entre sus pechos desnudos. Eso terminó de despertarla, y todos los recuerdos de la noche anterior volvieron a su mente. No tenía que ir a trabajar, y Ron estaba en su cama desnudo porque había tenido sexo con él.

¡Era todo tan extraño! Había seducido a Ron. Su mejor amigo. Y la verdad es que la actuación de Ron en la cama no había sido precisamente como la había estado soñando. Sin embargo, en vez de sentirse frustrada o desilusionada, se sentía increíblemente satisfecha, y con una plenitud que jamás había sentido con ninguno de sus amantes.

Mientras pasaba distraídamente sus dedos por entre los mechones pelirrojos, pensó en todo lo que había pasado estos últimos días: El descubrimiento de su obsesión por Ron; Su incapacidad de acostarse con otros hombres; Las confesiones del día anterior; Pero sobretodo, pensó en su primera noche juntos.

¿Su primera noche? Ella era la primera sorprendida, pero la verdad es que deseaba que esta fuese la primera noche de muchas. Ron podía ser el amante más inexperto que jamás hubiera tenido, pero no deseaba ningún otro.

La inexperiencia no era un problema, eso sólo era cuestión de practicar, pero Ron había sido además cariñoso, cuidadoso, considerado... ¡Y tan absolutamente adorable!

Súbitamente todas las piezas encajaron como si fuera un gigantesco rompecabezas. "¡Mierda!... Me he enamorado como una jodida quinceañera."

"¡Merlín, Hermione! ¿Qué expresiones son esas?" Era la voz todavía soñolienta de Ron.

Hermione bajó la mirada.

Ron le devolvió la mirada totalmente serio. "¿Es verdad eso?"

Hermione podía sentir sus mejillas arder. "¿Qué cosa, que soy una jodida quinceañera?"

"Lo que acabas de decir. Estas enamorada ¿de mí?"

Hermoine se encogió de hombros. "Eso parece."

Ron sonrió con sus ojos brillando de alegría como hacía mucho tiempo que no veía.

Hermione sintió como un abrasador deseo se extendía desde su vientre por todo su cuerpo como un incendio voraz, y solo había una manguera capaz de apagarlo... ¿Manguera? No pudo evitar que una enorme sonrisa apareciera en su rostro ante tan desvergonzada metáfora.

"Espero que estés preparado para tu lección de sexo matinal."

En vez de responder, Ron empezó recorrer su cuerpo, besando, mordiendo y lamiendo cada centímetro de su piel, frotando su cuerpo contra el de ella. Hermione cerró los ojos y se dejó llevar, acariciando su pelirroja melena y disfrutando de las maravillosas sensaciones que le producía su mejor amigo Ron, su amante.

Sí. El más torpe e inexperto que jamás había tenido, pero no podía importarle menos. Lo único que significaba era que tendría que enseñarle todo muy despacio y desde el principio; El trabajo de toda una vida si tenía suerte... ¿Y si no? Bueno, en ese caso tendría que mandarle muchas lecciones de repaso.


Supongo que aquí también rompí con un par de clichés: Ser virgen no implica ser apocado o débil. El amor no asegura tener sexo perfecto...

Bueno. No puedo creer que haya acabado el fic! Espero que hayáis disfrutado leyéndolo tanto como yo escribiéndolo.