Disclaimer: Antes del aviso… La vida. ¿Qué es la vida? Milenios de evolución que siguen sin dar respuesta a una sola pregunta. Filósofos, matemáticos, grandes genios de la humanidad, lo han intentado y han fracasado. Pero hoy, este fic, dará respuesta a la gran incógnita de la raza humana. La vida… La vida es…

LA VIDA ES UNA LENTEJA… OH LA TOMAS O LA DEJAS… ¡Ja, es broma! (Frase sacada del vídeo 30 detalles alucinantes de GTA Vice City)

Bueno, los personajes no son míos, la lectura e historia sí.

Aviso: Fanfic Jelsa en su totalidad.

Inspirado en el Fanfic 30 días Helsa y en el ya antes mencionado video, 30 detalles alucinantes de GTA Vice City.

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Advertencia: Este fic si es de contenido sexual de verdad. El anterior fic solo era una joda de mi parte. Nuevamente la advertencia: CONTENIDO EXPLÍCITO Y SEXUAL.

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La afortunada joven y empresaria de Arendelle Corp, Elsa Sorense, era la mujer más hermosa y perfecta en todos los sentidos, pero cuando se casó con el joven Jackson Marion Frost, tenía que dedicarle tiempo a este y a todo lo que le concerniera.

Esa noche despertó muy inquieta después de haberse quedado dormida en su propia oficina. En específico en su propio escritorio.

– Otra vez no. Diablos, debo dejar de trabajar tanto– pronunció después de que se despertó alterada y mientras veía los miles de informes que tenía en su escritorio.

Evidentemente no quería estar trabajando toda la noche, pero Jack rara vez le ayudaba, además el hermano de Jack, Hans, prefería dedicarle tiempo a otras chicas y pasatiempos que a su propio trabajo.

También la persona que rara vez le ayudaba era Anna, pero su similitud con Hans era casi notoria.

Pudiendo esa noche sentir los apabullantes bostezos que estaban cerca de salir de su boca nuevamente, al instante escucho la voz de Jack, quien la llamo desde la puerta – ¿Elsa?– al escuchar la voz del apuesto joven, Elsa le sonrió de forma perezosa, alzándose ligeramente en hombros y bostezando.

Se preguntó qué hora serían pero no le pregunto a Jack su interrogante.

Cansada siguió observando a Jack, mientras esté mismo cerraba la puerta de la oficina, y en tanto se le acercaba hasta el escritorio.

– Oye, deberías volver a casa y dejarme el trabajo a mí. Sabes que si no duermes, no podrás continuar– le informo, Jack mientras se posicionaba en la parte trasera del asiento y le comenzaba a masajear los hombros a la joven blonda.

Recibiendo los continuos y delicados masajes en sus hombros, la chica le dijo en respuesta y con algo de cansancio – Estoy bien, Jack. Puedo manejarlo todo esto yo sola. Si quieres vete y pronto te alcanzo–.

Negándose a dejarla sola, Jack le reitero los continuos masajes, provocando que Elsa jadeara y suspirara del estresante trabajo.

Firme en no querer dejarla sola en ese lugar, Jack le informo con algo de tranquilidad – No me iré–.

Masajeando más sus hombros en esos pequeños momentos, al instante logro conseguir que Elsa empezará a jadear como si el masaje ya no fuera normal, sino sintiendo una presión cada vez más candente.

Los continuos masajes provocaron que en esos instantes, Elsa se abriera su camisa blanca como si sintiera calor a pesar de que no había signos de que la temperatura del ambiente se sintiera caliente.

Reiterando con suavidad sus suaves masajes, Jack de manera repentina y precoz logro llegar hasta las clavículas de la chica, logrando con esto último acercarse de manera peligrosa a la zona más recóndita de la joven; sus pechos redondos cubiertos por su sostén.

No llegando a tocar completamente sus pechos, Jack en ese instante en que la mantuvo en ese trance de deseo y relajación, sin más le pregunta con seducción – ¿Te gusta?–.

Tratando de negar y con los ojos cerrados ante las sensaciones, la joven blonda en ese instante le responde con unos cuantos sonidos guturales candentes – Jack… ¡Aaaaaahhh! Detente…–.

Decidido a continuar, Jack la levanta del asiento y en eso, él toma el respectivo asiento, en tanto la mira a la joven blonda, quien parpadea con cansancio y mostrándose algo convencida de lo que plenamente harán.

– Siempre he querido hacerlo aquí en la oficina– le comenta, el peliblanco, mientras la joven blonda se desprende de su ropa y solo se deja en su ropa interior.

Relamiéndose sus labios, Jack termina sintiendo una incomodidad en sus pantalones ante las sensuales curvas que lo deleitan y que la joven posee.

Unas curvas perfectas, resplandeciéndose con pechos redondos, unas piernas largas y sensuales cubiertas por medias negras y sumamente bellas y una piel tan blanca como la nieve.

En el fondo, Jack se da cuenta de que Elsa es la mujer más hermosa y perfecta con la que se ha casado.

Observando con total libertad a la joven, no duda está última en dedicarle un baile atrevido, en tanto se suelta su cabello, que estaba hecho en una trenza perfecta, y le reitera esos perfectos movimientos, dignos de toda una Diosa perfecta.

Mirando a Jack, Elsa lo seduce con atrevimiento, e incluso se recuesta en el escritorio mientras acaricia su largo cabello rubio platinado y sus hermosas piernas.

– ¿Nunca lo has hecho, en la oficina?– en tanto se sigue moviendo con sus exuberantes curvas sensuales, Elsa lo interroga al peliblanco, haciendo que este último niegue ante eso.

Aparentemente, Elsa estaba cansada, pero Jack una vez que la acarició suavemente y la masajeo, provocó que la libido de la joven se alterará.

Con una sonrisa en su rostro mientras lo miraba, hace que Jack se levanté del asiento y sin más se baje la cremallera de su pantalón.

Elsa al verlo impaciente y preparado para el contundente acto, sin más, se inclina y se acomoda en el escritorio, haciendo que sus movimientos tiren los papeles y documentos que yacen en la mesa, al suelo.

Estorbándole parte de su pelo suelto; logra pasarlo por detrás de su oreja con mucha sofisticación, en tanto al estar cerca de Jack, repentinamente pega su rostro a la entrepierna del mismísimo peliblanco, la cual está cubierta por la tela del pantalón y la tela de los calzoncillos.

Jadeando tortuosamente ante lo que Elsa hará, Jack mira para todos lados y al instante le da la orden de empezar con el acto – Tócame, Elsa…–.

Sin más que agregar o decir, la sensual chica en esos instantes lo obedece.

Decidida a complacerlo a su esposo, Elsa mete su mano en el hueco abierto de la cremallera del pantalón.

Teniendo su pequeña mano adentro del pantalón, logra amasar un bulto grande y redondo.

En tanto acaricia y amasa el bulto, hace que con sus suaves movimientos, Jack incliné la cabeza hacia atrás y comience a jadear a más no poder.

Mientras recibe los contundentes pero satisfactorios masajes, Jack lentamente baja su cabeza para mirar a su hermosa mujer.

Al verla, el peliblanco no duda en comenzar a masajearle su cuero cabelludo mientras pasa sus largos dedos por toda la cabeza.

Débilmente acariciando, el cabello de la blonda, provoca que está última ladee los calzoncillos que están adentro del pantalón y al instante, logre amasar algo que hace que Jack la mire fijamente.

Observándola, Jack logra percibir la mirada curiosa o juguetona de Elsa, la cual, se muestra casi de manera maliciosa.

Sintiendo los delegados y refinados dedos de Elsa, Jack empieza a jadear cada vez más y más, lo cual, desde su perspectiva son unas caricias tan salvajes y tortuosas, al grado de que lo dejan con una mirada perdida ante lo que evidentemente siente.

Lamiéndose sus labios de manera maliciosa, Elsa le empieza a presionar el miembro a Jack al grado de que aprieta sus facciones este último al sentir que Elsa lo hará que se descargue en ese preciso momento.

Sin abrir sus ojos, Jack se inclina hacia atrás para maldecir la tremenda sensación que siente.

Lentamente y suavemente, tratando de darle su gratitud, Jack rápidamente, se inclina ligeramente hasta Elsa y al instante le da un beso.

Recibiendo ese beso, Elsa no detiene los continuos masajes que le proporciona al miembro oculto en el pantalón, a Jack.

En tanto le brinda esos masajes tan salvajes en el interior de la prenda al peliblanco, Elsa no duda en preguntarle con una voz tan sensual y aterciopelada – ¿Quieres que me detenga?–.

Escuchando su propuesta, Jack niega y al instante aprieta sus dientes y sus ojos al grado de que se pone muy rojo ante las continúas caricias que siente – ¡Aahhh! ¡No te detengas… Maldita sea, ni se te ocurra parar!–.

Besándolo nuevamente, Elsa acerca a Jack y al instante le desliza su lengua sobre sus labios, provocando que Jack se ponga más colorado mientras recibe esos salvajes masajes.

Tan excitado, Jack baja del escritorio a Elsa y sin más la vuelve a besar en tanto evita que la chica, saque su mano de sus pantalones.

Besándola con tanto fervor, sin otra cosa, Jack aplasta sus labios contra los de la joven blonda, y al instante provoca que durante ese beso, sus leguas de ambos se deslicen por encima y por debajo de cada una e incluso metiéndose y bailando una sobre la otra.

Sintió la pequeña mano de la blonda moverse alrededor de su miembro viril, en un vaivén salvaje. Sin soportarlo más, Jack agarra el sostén de Elsa y sin pensarlo, rápidamente lo baja de su pecho.

Exponiendo al instante uno de los perfectos y redondos senos de la joven, el cual es tan blanco como la leche y a su vez, el pezón es tan pequeño como un botón, pero de tono rosado, contrastando con la piel de la chica.

En tanto la sostiene por la espalda, Elsa logra exponerle la virilidad a Jack, mientras le reitera los refinados y salvajes movimientos.

Viendo como Elsa le proporciona movimientos tan fatales a su miembro, Jack al instante vuelve a besar a Elsa, pero en esta ocasión, mientras la sostiene, traslada su mano izquierda a la nuca de la chica y su mano derecha al interior de las bragas de la despampanante rubia.

Quedándose así por un corto tiempo, Jack es testigo de como las bragas de Elsa se empapan por las satisfactorias caricias que siente la mismísima joven.

Observando a Elsa moverse ante los estímulos, comenzó a frotar aún más sus dedos en el interior de la joven al grado de que la misma chica, empezó a jadear todavía más fuerte.

Mientras le metía sus dedos a la despampanante chica, Jack procede a besarle sus pechos a la hermosa blonda.

Entre besos dulces, repasa su lengua sobre los senos de la chica, al grado de que estos últimos se hinchan de forma espontánea y satisfactoria.

Después de literalmente brindarle chupetes a sus senos, Jack la volvió a observar fijamente.

Elsa estaba perdida en un transe, levemente le continuaba masajeando su virilidad, pero estaba perdidamente puesta en un irremediable transe de placer.

Al fijarse en sus facciones, nuevamente repaso la perfección que era su mujer, su chica, su esposa: Piel de porcelana complementada con pezones rosados tan pequeños como botones o areolas, curvas perfectas, rostro angelical, piernas sensuales y largo y sedoso cabello rubio platinado.

Era demasiado bella Elsa al grado de que cualquiera pensaría que no era una mujer sofisticada, sino otra cosa.

Mientras la miraba, no dudo ni un segundo en volver a brindarle atención a uno de sus pechos.

Sin más, Jack tomo uno de sus senos redondos de la joven y al instante lo apretó suavemente mientras lo chupaba el pezón en su boca, nuevamente, haciendo rodar el pequeño pezón con su lengua y luego suavemente con los dientes.

Demasiado excitada como para decirle algo, Elsa no pudo pronunciar palabra alguna y al instante soltó más gemidos llenos de deseo y placer desenfrenado.

El deseo los perseguía a ambos de manera repentina y sorprendente.

En un corto lapso y mientras la tocaba con total libertad, Elsa no pudo resistir los continuos masajes en su interior y al instante en que Jack le frotaba sus dedos en su interior, la joven repentinamente derramó su exponencial sustancia femenina, empapando la mano de Jack, en el acto.

Normalizándose poco a poco, no lo consiguió, ya que al instante y aferrándose al cachondeo, Elsa se inclinó rápidamente y al instante le abrió más los pantalones a Jack, en tanto estaba lista para el siguiente acto.

De rodillas se detuvo el tiempo suficiente para quitarse sus humedecidas bragas y luego comenzó a darle el masaje que se merecía a Jack.

Recargándose en el escritorio de la joven, Jack sintió como Elsa le jalaba el miembro de arriba hacia abajo, en tanto no podía exclamar ni una palabra.

El hormigueo de placer era irresistible.

Desde abajo, y casi escondida gracias a su mesa o escritorio, Elsa suavemente miro el miembro de Jack, parado y tan excitado delante de ella, mientras ella misma se acariciaba su zona.

Elsa mirándolo fijamente, lo comenzó a estrujar y acariciar el miembro de Jack, en tanto debes en cuando se detenía ocasionalmente para masajearle sus testículos.

Deseosa de tenerlo adentro de ella, Elsa rápidamente le depositó un beso a la punta, mientras sabía que su femineidad no podía soportarlo más.

Su parte íntima lo necesitaba dentro de ella.

Esperando sentir los suaves belfos de Elsa en su masculinidad, se percató de como la misma joven se levantaba y al instante lo rodeaba con sus brazos, la parte trasera de su cabeza, y mientras le decía – Por favor, Jack, yo…– entre una suplica con los ojos, esperando que él la entendiera, sin más, Jack lo hizo.

Rápidamente y captando el mensaje, Jack lentamente movió su virilidad hacia la parte íntima de la joven.

Deslizando su miembro, Jack al instante le introdujo su bien dotado miembro a Elsa en su interior.

Al sentirlo, Elsa rápidamente y repentinamente, abrió los ojos de forma sorpresiva y gritando tan fuerte.

Era obvio, el miembro de su pareja era demasiado grande al grado de que la sensación la hacían sentir como una muñeca de trapo.

Entrando y saliendo instantáneamente de su interior en ese verdadero acto de placer, Jack recostó a Elsa en el escritorio y al instante empezó a moverse rápidamente, mientras la chica lo rodeaba con sus sensuales piernas y lo abrazaba a más no poder.

Los gritos de Elsa eran música para sus oídos, mientras la penetraba, podía escuchar su voz tan alterada, al grado de que probablemente, la chica se desmayaría.

En tanto Jack no se detenía en ese deleitante acto, ligeramente se levantó y luego mientras se movía candentemente en el interior de Elsa, el peliblanco se abrió su abrigo y camisa para poder sentir la suave piel de su mujer.

Inclinándose nuevamente para abrazarla, nuevamente la beso apasionadamente en sus labios, con el fin de acallar sus sonoros gritos, lo cuales lejos de incomodarlo, lo hacían moverse más y más rápido.

En esos instantes, Elsa sin más apretó fuertemente sus manos en Jack, el cual se movía dentro de ella con más profundidad y rapidez.

En tanto lo sentía cada vez más vivo, Elsa al final no pudo evitar rasguñarlo por detrás de su espalda.

El amor que tenían era irresistible, por ello, duraron sus actos unos cuantos minutos más.

Después de un tiempo de estar sobre ella, ahora tocaba el turno de la mismísima blonda complacerlo.

Por ello, tomo el control y en esos momentos de verdadero placer, Elsa lo cabalgo placenteramente mientras, Jack se había despojado de todas sus prendas.

Mientras lo montaba, Elsa no dejaba de gritar y jadear de placer.

Acercándose la chica al orgasmo nuevamente, rápidamente levantó su torso y al instante, expulsó su líquido femenino e incoloro, mientras tenía a Jack aún en su interior.

Montando reiteradamente a Jack, Elsa se inclinó ligeramente y posterior le comenzó a besar su tonificado pecho.

Respirando pesadamente por el cansancio, y mientras descendía lentamente en las últimas cabalgatas que le hacía, lo miro con algo de debilidad y sueño.

Por un lado Jack quería continuar, pero por otro lado, Elsa ya estaba fatigada.

Mientras lo montaba, Elsa puso los ojos en blanco, sabiendo que estaba por terminar.

– No pares… Quiero... quiero hacerte toda esta noche, el amor, Elsa– con eso dicho, la atrajo hacia él y luego le dio un besó mientras la levantaba e instantáneamente, la estampaba contra la ventana cercana del escritorio.

Teniéndola contra el cristal y ventanal, comenzó a meterse dentro de ella nuevamente hasta hacerla a la misma joven llegar a un nuevo orgasmo.

No pudiendo gritar más, Elsa solo se limito a jadear involuntariamente, una y otra vez, en tanto Jack le introducía su cabeza por el hueco de su cuello y le tocaba su zona íntima.

Podía sentir que se acercaba más el apuesto peliblanco, por ello, lo tomo de las caderas y lo intento hacer que se acercará más, hasta hundirlo dentro de su interior.

– Joder, no te detengas. Dios, eso, ¡Aaaaaaaaahhh! Se siente... tan bien– exclamó Elsa al sentir y presenciar el momento en que Jack la hacía gozar hasta el límite, nuevamente.

Después de complacerla como nunca, y mientras la penetraba en esos instantes, y con toda su fuerza, ahora sí, Jack le dijo con su voz algo ronca por el esfuerzo – Oh gatita... Me voy a... ¡Aahhh!– al instante y sin más que añadir en sus duras palabras, Jack se libero dentro del interior de su chica, mientras está última cerraba los ojos con fuerza y se aferraba con coraje al vidrio, a pesar de no poder rasgarlo o poder romperlo.

Jack una vez que se corrió dentro del interior de su pareja, retrocedió varios pasos hasta caer al suelo, producto de haberse esforzado demasiado.

Cansado, Jack suspiró con dificultad en más de una ocasión, en tanto, Elsa se le acercaba y se acostaba a su lado.

Estando ambos acostados, rápidamente, Elsa se le acerco y sin más se acostó encima de él, por un tiempo bastante largo, mientras ninguno quería decirse nada.

Esa noche la pareja cayó en un profundo sueño innegablemente acogedor y sumamente placentero.

Sin nadie que los molestará.

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Al menos hasta el día siguiente…

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9:00 AM…

– Psss… Despierten, Romeo y Julieta– les dijo, el insoportable Alistair Krei, el cual era el hermano adoptivo de Hans y Jack.

Sumidos profundamente en el sueño y negándose a hacerle caso, es en ese preciso momento en que se negaban a despertar, que Alistair le lanzo un fajo de billetes a Elsa, lo cual, al sentir el papel en su rostro, la joven blonda se despertó lentamente y vio a Alistair Krei en su oficina, asimismo provocó que también Jack se despertará.

Alterados al ver al entrometido rubio en su oficina, tanto Jack como Elsa se levantaron muy asustados al verlo ahí.

Mirándose fijamente y estando desnudos, hacen que el mismo Alistair se burle de ellos – Mira nada más. Sabes Jack, me tomé la molestia de pagar…–.

Confundido ante la palabra de "Pagar", Alistair le lanza otro fajo de billetes a Elsa.

Elsa estando confundida en un principio al ver el dinero en el suelo, al instante se da cuenta de algo verdaderamente inquietante.

– Vamos, señorita Elsa. Tome el dinero, espero que mi patético hermano, la vuelta a contratar para más de sus servicios…– le comenta el rubio mientras se mofa de la joven, e insinúa que está última sea una prostituta.

Atónita, Elsa abre la boca y al instante se cubre su cuerpo con el saco de Jack, en tanto le reclama a Alistair que no es lo que piensa – ¿Qué? ¡No soy una puta!–.

Riéndose de la chica, el rubio le reitera con una sonrisa maliciosa – Claro que lo eres, sino, entonces, ¿Por qué te contrato, Jack?–.

Sumamente molesta, Elsa se reincorpora y sin más que suficiente, le propina un puñetazo a Alistair, el cual lo hace rodar por encima del escritorio y asimismo lo hace dirigirse hasta la salida de la oficina.

Antes de irse cobardemente y con sangre en su nariz, producto del fuerte golpe de parte de Elsa, Alistair le dice a Jack como última cosa antes de retirarse definitivamente – ¡Auch! Eh, Jack. Controla a esa golfa–.

Señalándola mientras sale de la oficina y se retira rápidamente, Elsa le responde, diciéndole – No soy una golfa. Tú eres un idiota de mierda y pedazo de pendejo–.

Yéndose el entrometido hombre del lugar, Elsa rápidamente se dirige a cerrar la puerta, en tanto se queda ahí parada y suspira profundamente al saber que Alistair siempre le falta al respeto.

Jack al verla algo fastidiada e inamovible en la parte donde se encuentra, al instante se dirige hasta ella, y en eso le informa – Está bien, Elsa. Me ocuparé de él–.

Casi al borde del llanto por las innumerables veces que Alistair la ha lastimado, Elsa le dice a Jack, en respuesta – Siempre me lástima. No supera el pasado y por eso me trata muy mal…–.

Abrazándola, mientras la chica se cubre con el antes saco que había tomado, Jack le dice con algo de ánimos mientras le besa su cuello blanquecino – Tranquila, no pasa nada. Voy a hablar con él. No dejaré que te siga haciendo lo que siempre te hace…–.

Agarrando su propio rostro ante la tristeza que está a poco de irradiarla, Elsa observa el momento en que Jack se posiciona enfrente de ella y le dice con un semblante apacible – Me casé contigo para cuidarte. Voy a darle una lección a ese maldito bastardo–.

Ante su declaración, y después de una pausa, Elsa le dice como última cosa en tanto lo mira fijamente y se acerca lentamente para besarlo – De acuerdo. Deshazte de él. Quiero que sufra–.

Teniéndolo cerca y para finalizar, al instante, Elsa suelta el saco, y lo rodea con sus pequeños brazos mientras lo besa apasionadamente a Jack, quien la toma de la cintura y profundiza más el beso.

Correspondiéndole su gesto de amor verdadero.

Demostrándose así que no les fue para nada mal la noche en que hicieron su acto de pasión.

El día se pondrá mejor y mejor…

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Notas del autor:

Hola lector, nuevamente.

Este fic si es lemon o de índole sospechosamente sexual.

Para esta historia, hubo unos cuantos cambios:

Primero: originalmente, sería Hans y Elsa. Pero el anterior fic fue con ambos, así que… este fic es el mero mero en cuanto a esta sección. Este es el verdadero fic de contenido explícito, aquí.

Segundo: originalmente en este fic, la trama transcurría en la casa de Elsa, sería lo que se vio en el anterior fic, solo que el final era con Hans, tratando a Elsa como una prostituta.

Tercero: la descripción sexual que desarrolle era parte de uno de mis fics, pero la deseche, lastimosamente ya no la pude recuperar del todo, por ello la hice desde cero.

Cuarto: Jack usa el nombre de Marion, de mi personaje favorito de Red Dead Redemption 2, Bill Williamson. Su nombre verdadero es Marion, Bill proviene de su apellido.

Quinto y último: La idea de que Elsa y Jack hagan el amor o el delicioso en la oficina viene de un dibujo de la artista digital Aroma Sensei, en la cual, Elsa se ve glamurosa y como la dueña de su propia empresa y además se ve despampanante a lado de Anna, Gwen Stacy y Samus Aran.

Bueno, es todo. Espero que les haya gustado, y sin más, pronto les traeré más fanfics.

Hasta pronto.