LOS REINOS DEL ESTE
TOMO I: HISTORIAS DE UN MUNDO LEJANO
CAPÍTULO 3.2
5 HORAS DESDE LA LLEGADA
2
¿Trato o Truco?
HOSTAL HARUNO
01.30h, 22 de Julio de 2020 e.N.
Barrio del Hokage – Ciudad de Genki
Villa Oculta de la Hoja
País del Fuego, Reino del Fuego – ESTE
El Zorro y el ex-Anbu salieron tras el Capitán de Exploración. Les había hecho un gesto a la salida y quizás tenía algo que contarles. Sabían que se dirigía al Hostal Haruno porque ya se avisó con antelación a Genki de que se hospedaría el Emperador y todos los preparativos se habían hecho con anterioridad. Como el edificio se encontraba en la misma calle que el Bar Anbu, ya le habían perdido la pista. Seguro que ya estaba en el Hostal. Pasaron con premura por delante del la Residencia Senju y por la Casa del Hokage, no quería que Tsunade o Shizune pudiesen verlos con las manos vacías.
Al llegar al Hostal, en la recepción estaba la madre de Sakura, Ai Haruno. Les dio las buenas noches y les atendió. Levi estaba en la sala de estar interior de la recepción hablando con dos subordinados del escuadrón: Mikasa Ackerman y Armin Arlert. A la misma vez que Naruto y Kotetsu se acercaban, éstos se marcharon.
─ Hola de nuevo Capitán Levi – le saludó Kotetsu.
─ Buenas…
─ ¿Tienes algo que decirnos? – fueron directos, sin más preámbulos.
Kotetsu y Naruto se mantenían de pie ante Levi, quien estaba sentado en uno de los sofás y se recostó hacia atrás, estirándose para descansar un poco. Les hizo un gesto para que tomasen asiento.
─ Antes, empezad vosotros – acordó el joven militar.
─ No tenemos tiempo de esto, Capitán. Hay un niño en el Hospital y se está muriendo.
─ Permitid que Armin Arlert vaya al Hospital. Queremos formar parte de la investigación. Podemos ayudar.
─ Pero ¿por qué? – inquiría Naruto sorprendido.
─ ¿Qué sabes, Levi? Dínoslo antes de que sea demasiado tarde.
─ Nuestra comandante, Hange Zöe, está de camino. En las próximas horas llegará a la ciudad. Podemos ayudaros con esa investigación, y con otra cosa… pero tenéis que dejarnos investigar también – el joven se incorporó y tomó un bocado de unos canapés que la señora Haruno había acercado a la mesa, al tiempo que asentía con la cabeza para darle las gracias.
─ ¿Qué otra cosa? – le preguntó el ex anbu
A Kotetsu le resultaba familiar esta situación. Aunque hiciese mucho tiempo que ya no trabaja para el cuerpo de élite, sabía lo que era estar de misión y por el camino encontrarse con información crucial no relacionada con la misión, pero que podía comprometer a la ciudad, a la villa, al país o incluso al reino si no llegaba a las manos adecuadas. Sabía que el cuerpo militar de Exploración no era el enemigo y entendía perfectamente la situación en la que se encontraban.
Hacía casi 100 años que se había formado el cuerpo de Exploración en la isla de Yurano, precisamente para escapar de un régimen totalitario que los tenía atrapados en la isla y no les dejaba salir a ver el mundo exterior. La mayoría de la gente ni tan si quiera sabía que existía mundo más allá de Yurano. Los antepasados del emperador Nakano estaban al corriente de la situación de la isla en su propio Reino, pero nunca habían hecho nada. Allí tenían recluida a una parte de la población que sus antepasados habían considerados una lacra para la sociedad. Por suerte, aquella pesadilla fue abolida por la abuela de Ashita Nakano. Más tarde su madre les había permitido abrirse al Reino al completo. No obstante, aún permitiéndoles salir y formar parte de todas las ciudades y pueblos, no toda la información había llegado y calado hondo en la población. De algún modo seguían siendo un escuadrón apartado al que sólo se le daba cierta información. Ahora en manos de Hange Zöe – quizás la mujer comandante más inteligente de todos los tiempos del cuerpo –, y de su mano derecha y capitán – Levi Ackerman, el mejor guerrero del cuerpo –, estaban dispuestos a descubrir el principio de todo: cómo se fundó el mundo que hoy conocían.
─ De camino a Genki nos hemos topado con varias Amai. El emperador no ha querido viajar en el Tren de Naeru-Genki. Fue bastante explícito cuando nos contrató exigiendo que quería trasladarse él y todo su séquito en carruaje y escoltado por al menos veinte caballos.
─ ¿Dónde estaban las Amai? – Kotetsu se mostró considerablemente preocupado, algo que Naruto no estaba siguiendo.
Las Amai eran una hermandad de mujeres de diferentes familias que se habían unido para crear un clan de Kunoichis especializadas en las artes de la seducción y el engaño. Eran muy buenas espías. Se caracterizan todas por tener el mismo aspecto. No pertenecían a ningún Reino en concreto y se las podía contratar a sueldo. Trabajaban para cualquier Reino sin condición alguna, aunque eso implicase tener que matarse entre ellas. Se les permitía la libre circulación por todos los Reinos, aunque en el Fuego se les había prohibido vivir. Durante la última guerra entre la Villa del Sonido y la Villa del Maremoto – éstos últimos aliados comerciales del País del Fuego – permitieron al Sonido aniquilar a la población entera de la ciudad de Sakura-wa, sin oponerse a ello. El Segundo Hokage les prohibió el asilo en sus ciudades y pueblos como reprimenda por sus acciones. Desde entonces ya casi nadie, o nadie las contrataba en los Reinos del Fuego. Por ello, era extraño, por no decir ilegal que un Anbu estuviese requiriendo los servicios de las Amai.
─ No hemos subido por Zaki, obviamente. De haberlo hecho hubiésemos seguido las vías del tren, algo que sospecho el emperador quería evitar. Aunque haciendo un recorrido más largo, hemos subido por el cauce del Río Yin hasta la falda del Monte Taka-mori y allí hemos cruzado a la altura del Río del Hechicero donde se estrechaba el paso. Cruzando por el Gran Bosque de la Trifuerza, camino al Gran Lago Ziva hemos visto varias Amai ocultas en las inmediaciones.
─ ¿Cerca de la frontera de la ciudad? – Kotetsu quería que fuese más explícito.
─ ¿Te parece que el lago está lo suficientemente cerca? – Levi arqueaba una ceja mirando a los Shinobi.
─ Está aquí al lado, en la puerta Sur de la frontera – matizaba Naruto.
─ Hagane, el hombre que buscáis estaba hace menos de una hora en el Lago Ziva con una Amai, entregándole un frasco con algo negro en su interior ¿Te sirve?
─ ¡La ostia! ¡Hay que avisar rápidamente a la Hokage y al líder Uchiha! – espetó Kotetsu.
─ Hange y Armin están dentro de la investigación
Levi había cerrado un trato con los ninjas a cambio de la información ofrecida. Estrechó la mano con ambos en señal de aprobación y salieron raudos al despacho de la Godaime. No había tiempo que perder. Aparentemente había un traidor y estaba en sus filas.
3
¿Se ha curado?
ALA NORTE DEL HOSPITAL CENTRAL DE KONOHA
01.35h, 22 de Julio de 2020 e.N.
Barrio de Gion – Ciudad de Genki
Villa Oculta de Konoha
País del Fuego, Reino del Fuego – ESTE
Hacía más de una hora que Sakura y Sasuke luchaban contrareloj por salvar la vida del pequeño Dalen Bakstan. Parecía inúltil. Cualquier conocimiento que tuviesen estaba claro que no servía para salvarle la vida. Cuanto más se esforzaban, cuanto más chakra acumulaba Sakura para mantenerle vivo, más se extendía la necrosis por su cuerpo.
Mientras el Uchiha intentaba descifrar quien o que era el causante del supuesto Genjutsu que tenía al niño atrapado en aquel estado de letargo, los ojos del joven comenzaron a sangrar. Sakura no podía verlo, porque obedecía la orden de no abrir los ojos para que no pudiese afectarle el posible Genjutsu, pero Sasuke si notaba que su técnica de barrera de sangre estaba alcanzando su límite. No podía soportarlo más. Hizo un último esfuerzo pero entonces perdió el conocimiento.
"Sasuke se veía a si mismo en el vacío. Estaba en un espacio abierto infinitamente blanco. Nada. Ni paredes, ni suelo, ni techo. Nada de nada. Pero no flotaba tampoco. Tenía los pies sujetos a algo y no podía caminar. Miró a los lados, intentaba encontrar algo. A lo lejos, comenzaba a divisarse algo. Muy lejos. Muy, pero que muy lejos. Se desplazaba por el aire. Surcaba el espacio, ondulándose suavemente. Pronto estaba más cerca. No lo suficientemente cerca como para saber que era, pero podía ver que era algo también blanco. Empezó a darse cuenta de que lo que se acercaba parecía un animal. Un animal muy grande, cuanto más cerca, más grande. Venía veloz, sin detenimiento. Directo hacia él. Sasuke quería apartarse, echarse a un lado, correr. Pero era inútil. No podía hacer nada. Justo cuando estaba a punto de alcanzarle se esfumó. Se convirtió en una gran nube de humo blanco. Sasuke comenzó a notar que le caía algo líquido encima. Lluvia. Debía ser lluvia. Comenzaba a gotear incesante. Miro arriba y sobre él había una crisálida de cristal. Alzó sus manos para intentar tocarla pero no alcanzaba. Dentro había alguien. Parecía un niño, alguien pequeño. Era él. Debía ser Dalen. Las gotas de agua se convirtieron en sangre y la crisálida de cristal se inundó por dentro de sangre. Sasuke se afanaba en alcanzarle, pero no podía. De golpe dos mujeres aparecieron de la nada y se abalanzaron contra él. Le golpearon fuertemente en la cabeza y despertó…"
─ Las Natsume – dijo ahogado el Líder Anbu.
─ ¡Sasuke! Menos mal – le dijo Sakura acercándose a él y tocándole la frente – llevas así más de una hora. Te has quedado petrificado delante de la camilla y no podíamos moverte.
El joven miró a la camilla y estaba vacía. No estaba el niño. Miró rápido de un lado a otro buscándole, preocupado, pero no estaba.
─ Está en cuidados intensivos. Lo hemos entubado y le hemos puesto respiración asistida. Has conseguido contrarrestar el Genjutsu y la necrosis ha desaparecido sin más. Tenías razón, todo era una técnica ilusoria.
─ No. No. No, que va – negaba el Uchiha con la cabeza.
─ ¿Qué quieres decir? – Sakura le miraba preocupada – Lo he apartado porque sigue realmente débil. Tiene el cuerpo lleno de heridas del maltrato continuado que ha sufrido, pero ahora está estable. Su respiración y su pulso es normal.
─ ¡Sakura! – exclamó Sasuke en un tono más tosco de lo que hubiese querido sonar. – Escúchame. Yo no he hecho nada. No había ningún Genjutsu. Estaba atrapado en otra dimensión. Lo han sacado la Natsume.
─ ¿Las Natsume? – profirió Sakura
─ ¿Quién son las Nastsume? – les pregunto el Coronel Mustang al ver la cara de preocupación de la joven.
─ Coronel, es una historia muy larga. Pero para resumírselo rápido, tenemos problemas – dijo rotundo Sasuke – Si el niño está bien, me voy a buscar a Tsunade cuanto antes. A ver si con suerte Kabuto ya le ha dado los resultados de la pasta viscosa.
─ Ha desaparecido – apuntó Sakura. – El frasco que habías dejado aquí con el sólido, ya no tiene nada dentro. Cuando el cuerpo de Dalen se ha limpiado, se ha debido esfumar también.
─ ¿Creéis que las Natsume son las causantes de lo que le ocurre al pequeño? – les pregunto a ambos a puerta cerrada el coronel.
─ No tengo respuesta. Ahora mismo sólo me atormentan mil preguntas. ¿Cómo narices he podido ser tan tonto? Es imperdonable – se recriminaba a si mismo Sasuke.
─ Nadie podía pensar que esto era de tal magnitud… – añadió Sakura intentando quitarle hierro al asunto.
─ Ese es el problema. Que estamos dormidos en los laureles. Llevamos cinco años de paz, hemos dejado en el olvido lo que ocurrió hace seis años y hemos bajado la guardia. Yo el primero – Mustang estaba de acuerdo con Sasuke.
Nadie se había tomado en serio la llegada de aquel barco al puerto de Hanagawa. Como bien había dicho Naruto al principio de la noche, los cuerpos del Reino se pasaban la pelota de unos a otros, militares a ninjas, ninjas a policías, nadie empezaban con buen pie las investigaciones, y por supuesto, nadie las zanjaba como era debido. Estaban aletargados en su "falsa" paz, dejando transcurrir los meses, acomodándose en sus puestos de mando.
─ Hemos pasado todo por alto. No hemos hecho ni un solo procedimiento en condiciones. Coronel, vamos a poner remedio, si no es demasiado tarde.
─ ¡Sí! – espetó Roy Mustang. – ¿Por dónde empezamos?
─ El barco. Que la policía militar se encargue de saber de dónde viene, a quién pertenece, cómo ha llegado navegando desde Zaki todo el cauce del río del Hokage sin que nadie se diese cuenta y accediendo por el control sellado de la afluente de Hanagawa. Los militares vigilad la investigación de cerca, no quiero que los detectives saquen información de esa niña sin que nos enteremos todos de que pasa aquí. Entre nosotros tres – dijo Sasuke con el tono más bajo aproximándose a Sakura y Roy Mustang – ese niño no es un civil. Alberga un poder en su interior que desde luego desconocemos, pero creo que podemos asegurar que alguien sí que sabe que lo tiene y me temo que no va a dejar que se le escape ¿me seguís?
Ambos asintieron con la cabeza. Estaba claro que iban demasiados pasos por detrás del enemigo. Quien fuera que hubiese tenido cautivo al niño sabía quién era o era un estúpido que desconocía que tenía entre manos. Pero viendo como habían llegado los niños a Genki, claramente huyendo, estaba claro que alguien los quería retener.
─ Por lo pronto, las Natsume lo saben. Nosotros nos encargamos de eso – siguió Sasuke. – Vamos a investigar también en el barco el sello que cerraba la puerta de la estancia donde estaban los niños encerrados. Estamos varios pasos por detrás, no tenemos tiempo que perder. Sakura, tú encárgate de la recuperación del niño. Hay que blindar el hospital. Aquí no puede entrar nadie sin autorización ¿entendido?
─ ¡Vamos chicos! – animó Sakura
4
Sembrando más dudas. Abriendo más frentes
TERMAS SENJU
01.50h, 22 de Julio de 2020 e.N.
Barrio del Hokage – Ciudad de Genki
Villa Oculta de la Hoja
País del Fuego, Reino del Fuego – ESTE
Las fuerzas de la Hokage comenzaban a flaquear, y sus ojos se entrecerraban a medida que ojeaba las páginas de sus libros de medicina. Madrugaba demasiado todos los días como para no irse a dormir a una hora prudente, y ya pasaban más de cuatro horas de su horario habitual de dormir.
Su rutina diaria comenzaba a las 5.30h de la madrugada, momento en el cual las primeras empleadas de la limpieza llegaban a su casa. Vivía en su residencia familiar. Había sido construida hacía décadas, siglos tal vez, y eran las conocidas "Termas Senju". Unos baños termales donde las mujeres del Reino se acercaban a hacerse los mejores tratamientos de belleza. Regentado por mujeres, sólo para mujeres. Eran las termas más conocidas del Fuego y aunque no eran las más importantes de los Reinos del Este – ya que eran algo pequeñas – no tenían nada que envidiarle a las Termas de Kashibara en la Villa del Estanque. Tsunade era la propietaria, pero no era quien se encargaba del negocio. Al frente de la seguridad estaba Hagane Kotetsu – el único hombre hasta el momento en las Termas, y el cual obviamente no tenía acceso al interior de estas, tan solo se quedaba en la garita exterior – y en la regencia de las termas, la muy joven Aisha Meere. Era una de las chicas que vivían habitualmente en la Residencia Senju, una refugiada del País del Desierto de las Tormentas perteneciente a un pueblo diezmado por el antiguo Kazekage Rasa I, el pueblo de Ishval; ahora estaba también despierta, junto con Shizune y Tsunade y les había preparado un poco de café para que pudiesen seguir trabajando en la Biblioteca Privada de la familia Senju.
Apenas quedaban tres horas para que las primeras empleadas llegasen a las Termas, así que Aisha, con permiso de ambas mujeres, se retiró a descansar un rato. Comenzaba una de las semanas más fuerte de trabajo para ellas. La Feria de los Mercaderes atraía cientos de clientas al negocio y las reservas estaban completas desde hacía meses. Muchas hacían su reserva de un año para otro, aprovechando su estancia en las Termas; Tsunade no se opuso a su marcha:
─ Tranquila Aisha, ves a descansar. De buena gana yo me iba contigo a dormir… mañana tengo una reunión con Ashita Nakano y no voy a ser capaz de levantarme – no dejaba de rascarse los ojos, intentando que no se le cerrasen los párpados.
─ Le he encargado a Naruto que reparta las misiones de mañana, pero me temo que vamos a tener que encargárselo a otro – comentaba Shizune mientras ojeaba un enrome libro de hojas negras.
─ ¿Naruto? Si el pobre también está despierto a estas horas – miró a su compañera un momento y dijo – ¿dónde se habrán metido? Hace más de una hora que fueron al Bar Anbu.
─ No tendrán resultados aún y nosotros tampoco. Y sin noticias del Hospital, ni de Roy ¿Quién reparte las misiones mañana?
Ambas mujeres suspiraron y se echaron atrás sobre sus sillas. Estaban diezmadas por la tensión y el cansancio. No encontraban una solución y las horas transcurrían más rápido de lo que esperaban, sin apenas darse cuenta.
Mientras se lamentaban de su nefasta investigación, prácticamente al mismo tiempo, irrumpieron en la biblioteca el Líder Anbu de las Panteras y Naruto junto con Hagane Kotetsu. Los tres con cara de nada y de todo a la vez. Ambas mujeres les miraron expectantes, deseosas de saber que información les podían aportar.
─ ¿Y bien? - Tsunade estaba impaciente
─ ¿Buenas Noticias? – les azuzaba Shizune.
─ Hmm – carraspeó Naruto pensativo – Buenas y Malas.
─ Malas – dijo Kotetsu.
─ Buenas – añadió Sasuke.
Las dos mujeres se miraron y prefirieron empezar por las buenas noticias. Al menos viniendo de Sasuke quería decir que algo positivo ocurría con el niño. Fuera lo que fuese lo que iban a aportar los otros dos, ya se lo encontrarían, pero comenzar con algo positivo con lo agotadas que estaban, iba a ser reconfortante.
─ El niño está a salvo y fuera de peligro – todos los presentes aplaudieron – Sakura lo ha trasladado a una habitación individual de máxima seguridad. Maes Hughes se ha quedado con ella para seguir de cerca la investigación de la detective Katsuragi y su compañero. El Coronel Mustang se va a encargar de la investigación del Barco. Se dirigía al cuartel.
─ Bien – convino Tsunade – pero ¿cómo ha sido? ¿cómo has eliminado el Genjutsu? ¿Y quién lo estaba haciendo?
─ Ah, si…
Sasuke había omitido esa parte. Quería evitar dar malas noticias sin antes tener información por parte de los demás, pero no se iba a librar de contarlo todo el primero. De todos modos, con la mala experiencia que había sufrido nada más comenzar la noche por omitir información a la Godaime, desde luego, no tenía ninguna intención de repetir.
─ No había ninguna técnica ilusoria. Nadie estaba haciendo un Gentjutsu, ni ningún tipo de técnica ocular ninja. Nada de nada. Creo que era una trampa para despistarnos y ganar tiempo, si no, no lo entiendo.
─ ¿Pero entonces? ¿Qué era? Porque yo he notado igual que tú el chakra – intervenía Shizune sorprendida por las palabras del líder Anbu.
─ Las Natsume están de por medio. Han abierto la Puerta del Amaterasu. El niño estaba atrapado en "otra dimensión", en el espacio tiempo del Amaterasu. No he podido ver nada, me han bloqueado con mi propio Sharingan – El joven Uchiha negaba con el cabeza, pesaroso por no haber podido hacer frente a las hermanas del Dragón – Cuando he despertado, Sakura ya tenía el pequeño en otra sala. Sin rastro de la secreción negra. Eso sí, el cuerpo sigue lleno de magulladuras. Pero las heridas negras y la necrosis ha desparecido. ¡Ah! También la muestra.
─ ¿Será una broma de mal gusto, no? – la pregunta de Tsunade había sonado de lo más incrédula.
─ No. Hokage – sama. Lo siento, pero no. He visto perfectamente el rostro de Maya Natsume.
─ ¡Joder Sasuke, con que unos "niños civiles"! – la mujer golpeó fuertemente con el puño sobre la mesa de la biblioteca – ¡Estamos de mierda hasta el cuello ahora mismo! ¿Quién cojones es ese tan Dalen Bakstan? ¿Alguien va a decirme quien es el puto Dalen Bakstad?
─ Hokage-sama, yo no sé quién es Dalen, pero sí sé que tenemos un problema ahora más importante que las Natsume – añadió Kotetsu echando más leña al fuego.
─ ¿Sí? Sorpréndeme.
─ Un equipo de Exploración ha visto en las inmediaciones del Lago Ziva a Yakushi Kabuto con unas Amai. Al parecer les estaba entregando una muestra de la "secreción negra"
La mujer se echó a reír a carcajadas poseída por la desesperación y el nerviosismo. Estaba colérica. Todo iba a de mal en peor y a fin de cuentas, no sabían nada. La situación estaba fuera de control. De eso hacía minutos que Sasuke se había dado cuenta y había intentado poner remedio al asunto, pero aún le quedaban cabos sueltos, y lo de Kabuto había sido un mazazo directo.
─ ¿Cómo de fiable es esa información? – le preguntó Sasuke a Kotetsu.
─ Te diría que a un quinientos por cien de fiable, pero no me quiero mojar – el ex anbu se encogió de hombros.
─ Pues decir quinientos para no mojarte, diría que es mojarse mucho ¿Quién os la ha dado?
─ Levi Ackerman – contestó Naruto
─ Tss – protestó Sasuke
─ ¿Qué pasa?
─ Es un gilipollas…
─ Pero no por eso va a decir mentiras – convino el Zorro – Además, estaban bastante interesados en formar parte de la investigación. Hemos hecho un trato con ellos. Él y su compañera Hange Zöe.
─ ¿Qué clase de trato? – preguntó Shizune
─ A cambio de la información, permitir a Hange y a un miembro más de su equipo, un tal Armin, formar parte de la investigación…
─ ¿Qué investigación Naruto? ¿Hagane? – Tsunade empezaba a perder los estribos
─ La de… lo de…
─ ¿Lo de qué? Pedazo de inu… me voy a morder la lengua porque os hacía un traje a los dos ahora mismo – espetaba la Hokage
─ El cuerpo de Exploración siempre anda husmeando en todos nuestros asuntos, pero es lógico.
Shizune intentaba, como siempre, quitarle hierro al asunto, pero lo cierto es que en esta ocasión iba a ser imposible. Tsunade estaba al borde de un ataque y Sasuke no lo estaba menos. Cuanta más gente hubiese dentro de la investigación, más filtraciones habría y desde luego, lo último que necesitaban ahora era tener más tránsfugas.
─ Siento el error, Hokage –sama. Creí que contar con el cuerpo de Exploración en la investigación iba a ser un punto a nuestro favor. Además, con la información que nos habían concedido, me parecía un trato justo.
─ Kotetsu, no ha sido un mal trato. Sólo es que no quiero a más gente metiendo las narices en este asunto. Estamos los ninjas, los alquimistas, los militares y esos dos detectives… pero por otro lado, están las Natsume, quién sea que los ha enviado en barco, quién sea que hizo el sello que los mantenía protegidos en el camarote, y ahora Kabuto dando información a las Amai. No sabemos qué tipo de información, y lo que es peor, no sabemos por quién han sido contratadas esas Amai. Ni sabemos la identidad del niño, ni sabemos que le ocurría y ni si quiera sabemos quién es nuestro enemigo. Esto es intolerable. Hay que tomar las riendas cuanto antes o nos va a estallar en la cara, más aún de lo que ya nos ha estallado.
─ El equipo de Levi Ackerman viene escoltando a Ashita Nakano desde Kieukun – dijo Shizune comprobando los datos en su tablet – Hace apenas dos horas que cruzaron la frontera y dieron parte de la llegada del emperador el Hostal Haruno. Levi – prosiguió la mujer médico mientras miraba a Sasuke – es el capitán del mejor escuadrón militar que tiene el Fuego. Es un fuera de serie. Pero lo mejor de todo es que es leal a su pueblo. Lucha por y para nosotros sin condiciones. Creo que la información, Sasuke, es más que fiable. Yo no te pondría en duda, ¿me sigues?
─ No lo pongo en duda. Pero no me cae bien, eso es todo.
─ No vas a tener que trabajar con él, han ofrecido a Hange Zöe y a Armin Arlert – matizó Kotetsu.
Sasuke miró un segundo a los presentes, suspiró y dijo:
─ Tengo que encargarme del problema de Kabuto. Quería ir a la Isla Amaterasu, pero voy a tener que posponerlo.
─ Vamos a reorganizarnos. Necesito estrechar el círculo entorno a todo esto. Shizune, dirígete al Hospital Central y habilitad la Habitación del Hokage para hacer una reunión de urgencia. Será nuestro centro de trabajo a partir de ahora. Quiero estar cerca de esos dos niños. Kotetsu, te dejo al mando para reunir a todos los implicados: el coronel Roy Mustang, el sargento Maes Hughes, la doctora Sakura Haruno y sus dos ayudantes las Takako, la comandante Hange Zöe y su subordinado Arlert, los detectives Misato Katsuragi y Rouji Kaji y a todos los presentes en esta sala. En una hora todos reunidos en el Hospital Central. Naruto, dirígete con Gamabunta a la Isla Amaterasu, comprueba si ha habido algún cambio reciente. No hagas nada, sólo reporta información. Sasuke, encárgate del tema de Kabuto. Lo quiero preso. Que se encargue Ibiki Morino y Anko Mitarashi del interrogatorio. Después, únete a la reunión.
─ ¿Quién se queda al mando mañana de las misiones ninja? – inquirió Shizune – y ¿a qué hora aplazamos la reunión con Ashita Nakano?
─ Mierda… – siseó Tsunade – Jiraiya recibirá al Emperador, no podemos permitirnos aplazar la reunión en estas circunstancias. Que Hatake Kakashi tome la regencia.
─ Envio a Hinata a avisarles – propuso Sasuke.
─ Gracias.
Todos se pusieron a trabajar. No podían perder más tiempo. El enemigo les pisaba los talones y no lo sabían. Hacía ya cinco horas que el barco fue interceptado y estaban en el punto de partida.
