Segunda parte del especial de San Valentin y falta una tercera parte jajajaja, esto si que se nos salió de las manos, muchas historias se forjaron en este especial.

Nuevamente gracias a Judy y Asami por ayudarme con sus personajes, luego no se como ponerlos pero gracias a ustedes esto quedo estupendamente…

Amore in creccendo

Nanao suspiró mirando la caja de chocolates frente a sí, a la mitad de la mesa. Carraspeó recargando el rostro en los brazos y ahogo un gruñido, reprochándose tanta inseguridad. ¿Qué le pasaba? Sólo era una caja de chocolates, nada más.

Pero entonces por qué estaba tan reacia a entregarla, porque ella sabía que la idea era dar un agradecimiento, pero una vocecita al fondo de su cabeza murmuraba algo más, una súplica, un reclamo para que dejara de hacerse la tonta.

Y la conversación de Nemu con su tío el día anterior, estar...

—¿Nanao? —Murmuró por enésima vez Kyōraku, esta vez, poniendo una mano al hombro de la joven y haciéndola sobresaltarse.

—¡Tío! Casi me matas del susto.

—Bueno, contando el hecho de que no respondías y te estaba llamando a los gritos...

Nanao suspiró derrotada.

—Perdón, es que Nemu...

Kyōraku soltó una carcajada, no pudo evitarlo, se desternilló de risa dejando a Nanao pasmada.

¿Qué era tan gracioso?

—¡Perdón —exclamó el castaño limpiando una lágrima de su mejilla, comenzando a controlarse — perdón! Es que Nemu siempre te convence de hacer las cosas que no quieres admitir que quieres hacer.

Kyōraku se habría esperado un regaño, algún reclamo, que su sobrina le reprochara por aquella afirmación boba, descabellada y sin fundamentos, y en su lugar la violinista arrastró la caja de chocolates hacia sí mientras recargaba el rostro en la mano libre, mirando compungida el obsequio.

—Es que no es una confesión...

El castaño suspiró sonriendo de medio lado, Nanao era joven, la niña se había esfumado para dejarle el paso a una señorita dulce y estilizada, hermosa, prudente y recatada, bastante ingenua.

Para Nemu y para él era obvio, su Nanao estaba enamorada.

Pero la pelinegra se encontraba confundida, muy perdida en esos momentos, así que Kyōraku suspiró pasando un brazo sobre los hombros de la joven y sonrió cuando ella se acurrucó contra su pecho.

—Quizás te parezca falso viniendo de mi parte —comenzó el castaño acariciando la cabeza de Nanao y haciéndola sentir de nuevo como a una niña pequeña con un raspón en la rodilla —, pero hay una cosa de la que me he arrepentido profundamente toda la vida. Sólo de una.

—Tú eres un desobligado —espetó la chica antes de sorber la nariz y disimular su melancolía.

—Imagina la gravedad del asunto —bromeó entre risas —. Yo estoy... Estuve profundamente enamorado una vez.

Nanao alzó la mirada, sorprendida por aquella afirmación. No, no era extraño suponer que su tío alguna vez se hubiese enamorado, era un hombre de carne y hueso, no sólo de música, pero nunca hablaba del tema, así que de pronto tenía toda la atención de su sobrina.

—Oh, sí, enamorado —confirmó ante su incredulidad, sonriendo con melancolía y un atisbo de dolor en la mirada —, ella era la mujer más hermosa que hubiese visto en mi vida, joven, fuerte, y su voz ¡Ay! —exclamó con tal devoción que Nanao suspiró ilusionada —Pero... —añadió con tristeza —no tuve el valor de pelear por esa historia. En su lugar salí corriendo como un cobarde... Mira —murmuró tomando la caja de chocolates en una mano, y las de Nanao en la otra —, yo no sé si esto es una confesión de amor, un gesto de gratitud o la negación de todos tus pecados...

—¡Oye!

—Sé esto, no me arrepiento de nada de lo que haya hecho, pero si me arrepiento, y mucho, de todo lo que no hice. Eso pesa más, todavía hoy duele. Dale los chocolates —exclamó sonriendo radiante —, total, ¿qué es lo peor que puede pasar?

—¡Que ya no quiera hablarme!

—¿Por unos chocolates? Si Haruki es tan centrado y maravilloso como lo platicas, seguro se alegrará por recibir el obsequio. No, lo peor que puede pasar es que llegue con chocolates el día blanco y ahí sí quiero verte.

—¡Tío Kyōraku-San!

—No me hagas hablar con Nemu —amenazó divertido.

Y aunque al principio Nanao le miró con reproche, la chica pasó sus brazos en torno al cuello del mayor, suspirando ambos mientras Kyōraku le acariciaba la espalda a su pequeña, sonriendo ampliamente.

—No voy a permitir que cometas mis errores y vivas una vida de arrepentimiento, Nanao, no vivas como yo.

—Esa mujer... —se aventuró a cuestionar Nanao, temerosa de tocar una fibra sensible y traer un mal recuerdo —¿La extrañas?

—A diario. Pero te tengo a ti, y es más que suficiente para ser inmensamente feliz. A menos que sufras, ¿de acuerdo? —cuestionó al final alejándose para acariciar el rostro de su sobrina y despejar sus cabellos sueltos.

—De acuerdo.

—Escucha las palabras de este viejo sentimental, te vas a arrepentir más de lo que no hagas hoy, que de lo que si hagas. Ve a cambiarte y ve a ese concierto, deja eso de pulular por los rincones a los que vamos más lejos.

Nanao soltó una risa floja antes de besar la mejilla de su tío y asentir.

—Un consejo sabio del hombre al que adoro, para variar. Gracias Otōsan.

Kyōraku pasó saliva con dificultad, sonriendo de medio lado y asintiendo una vez.

—Anda, ve, y haz alguna foto para conocer por fin al tal Haruki-senpai.

—¡Tío!

Pero el castaño ya se alejaba a pasos tranquilos, silbando de nuevo una canción que Nanao había escuchado toda la vida, pero que no habría sabido nombrar, la primera canción que Kyōraku había tocado en el sax para esa mujer de la que nunca en la vida había hablado.

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La popular cafetería era lo suficientemente grande para armar un buen escenario que les permitiera a los hermanos acomodar los instrumentos, amplificadores y demás cosas que necesitaran para dar un buen espectáculo, ya prácticamente todo estaba listo para empezar, incluso los clientes ya habían comenzado a llegar desde temprano, ansiosos de escuchar música romántica en vivo para aquel día.

La capitana se había encargado de hacer muy "buena" publicidad al pintar un enorme chappy a la entrada lanzando corazones y anunciando la música en vivo que habría para aquel día, a lo que su esposo no puso muy buena cara alegando que ese dibujo asustaría a la clientela, recibiendo por dicho comentario un pisotón por parte de la mujer que podía ser pequeña, pero que tenía una abrumadora fuerza si se lo proponía.

Semanas antes también se habían encargado de buscar a un nuevo empleado, la división trece era un sitio cada vez más popular, muchas veces no se daban abasto entre tanta clientela y no siempre podían depender de los hermanos para ayudarles, menos si tenían esa clase de eventos en los que ellos estarían ocupados tocando. Pero, ahora con la ayuda extra de Iduru Kira, un amigo de Shuuhei que buscaba trabajo al mudarse a la ciudad, podían encargarse mejor de la clientela de ese alborotado día.

-¿están listos chicos? – Se acerca Rukia a ellos – la gente está impaciente de escucharlos – ve alrededor, estaban ya prácticamente llenos

-por supuesto capitana – afirma Satoshi alzando el dedo pulgar

-excelente – Rukia responde de la misma forma que aquel hermano – los dejo hacer su magia – se retira hacia la caja

-¿con que canción abrirán? – pregunta Takeshi, el no tocaría claro, pero ayudaría en lo que necesitaran sus hermanos

Estos se miran entre sí, sus miradas variaban entre no estar muy seguros de aquello pero que era lo correcto, aunque ninguno se animó a responder la pregunta del mayor de los hermanos, quien obviamente se extrañó del silencio casi sepulcral.

Fue Satoshi quien se encaminó a Takeshi con la funda de su Saxophone en su mano y ofreciéndoselo a su hermano y profesor.

-no, Sato… - musita Takeshi casi asustado – tú sabes que…

-estamos conscientes de eso hermanote…. Y lo hemos respetado – interrumpe Satoshi, hablando por todos los demás Yamamoto – pero también creemos que ya es hora de que vuelvas a los escenarios

Takeshi mira el rostro de cada uno de sus hermanos, y todos decían lo mismo…

"es hora de continuar"

El mayor de los Yamamoto baja el rostro, sintiendo el nudo en la garganta. Han pasado cuatro años ya desde que dejo los escenarios, desde que su prometida se había ido de este mundo. Toda su familia lo entendió, pero también, pasando más el tiempo, le insistían sutilmente que les gustaría que volviera a tocar con ellos. Él también echaba de menos tocar junto a su familia, pero….

-a Unohana siempre le encantó verte tocar – habla Satoshi, interrumpiendo la profundidad de su melancolía – me parece que el lugar de estar honrando su memoria estás haciendo lo contrario al dejar de tocar en público – Satoshi hablaba con mucha sabiduría, podría ser atrabancado, demasiado inquieto, pero cuando se lo proponía, sus palabras estaban llenas de una verdad que te dejaba reflexionando

Sintió en su hombro la mano de Haruki, quien lo mira expresando sin palabras todo su apoyo y sus ánimos, todos sus hermanos estaban con él ante ese gran paso que daría, porque todos sabían lo difícil que era para el mayor de sus hermanos hacer aquello, significaba que finalmente la dejaba ir.

¿Qué mejor momento que ese para dar aquel paso? Ahí estaban sus hermanos, tocarían nuevamente con ellos.

Con mano casi temblorosa toma el estuche que le ofrecía Satoshi, del cual saco su fiel instrumento, aquel que tocaba para su prometida en cada presentación en la que ella asistía fielmente y lo miraba con admiración y embeleso.

-entonces…. ¿Qué tocaremos? – pregunta Satoshi, a lo que Takeshi le muestra una dulce y a la vez, melancólica sonrisa, tenía la canción perfecta para la ocasión y sabía perfectamente que sus hermanos se la sabían hasta con los ojos cerrados….

La expectación y curiosidad del público aumento al ver a los músicos acomodarse frente a la batería, un arpa, piano y guitarra respectivamente, todo parecía indicar que sería una gran presentación, es decir, no llevarían tantos instrumentos si no fuera así.

La ansiedad creció al ver salir a un saxophonista parándose en medio, quien dio un gran suspiro para luego voltear a ver al tecladista quien le dio un serio asentimiento, comenzando a tocar las sutiles sucesiones de notas que fueron respondidas por slide de la guitarra de Satoshi, siguiendo la armonía y melodía que marcaba Haruki.

(Thank You For Loving Me - Bon Jovi Saxophone Cover Gem G Saxophone)

La melodía que inicio el Saxphone envolvió inmediatamente al público en un ambiente romántico y dulce, la manera en que el mayor de los Yamamoto tacaba trasmitía las palabras que eran dichas en melodía, no necesitaba que fueran literalmente entendidas letra por letra, las notas tocadas con tal sentimiento eran más que suficientes para trasmitir el mensaje.

Al principio solo Haruki le hacía compañía con el teclado. Su segundo hermano sentía como con cada tecla y acorde tan sutil le daba apoyo mientras el continuaba recitando aquella canción, cuyo objetivo hace cuatro años iba a ser completamente diferente al de ahora, y todos lo sabían, conocían perfectamente aquella canción al estarla enseñando hace tanto tiempo para la boda del mayor de sus hermanos, solo que dicho evento nunca se llevó a cabo, el destino tuvo otros planes.

Tocaba con un sentimiento distinto al que usaría en aquella ocasión, mezclando el dolor y el amor al mismo tiempo, dejaba escuchar con claridad la opresión en su corazón mediante su fiel compañero, aquel que su prometida escuchaba siempre en cada lugar en que se llegaba a presentar. Podía incluso verla ahí, sentada en primera fila, con esa dulce y apacible sonrisa que siempre tenía en su pulcro rostro enmarcado con su cabello, tan elegante, tan fina. Le agradecía, con aquella melodía, le daba las gracias por los años que estuvieron juntos, por amarlo con tal pulcritud, como ya pocas personas lo hacían. Aquella canción iba a tocarla en su boda, precisamente para agradecerle el darle una vida a su lado, ahora era para darle gracias al recuerdo de su muñeca de porcelana, darle gracias por darle la dicha de amar y ser amado, sentimiento que nunca olvidara a pesar de que ya no estaba más a su lado.

Toco con un poco más de intensidad el escuchar los remates de la batería, sintiendo que era su propio corazón latiendo con fuerza. Escuchaba el arpa de Asami, acompañando a los acordes de Haruki haciendo una serie de arpegios hermosos, también ya se había unido Satoshi, igualmente con arpegios en su guitarra. Si, nunca hubiese podido regresar al escenario solo, si no fuera por sus hermanos, hubiese parado de tocar desde hace mucho rato.

Tan sumidos estaban en acompañar y sentir a su hermano en aquel paso que daba que ninguno se percató que más gente iba llegando. Personas que para cada uno de ellos no pasarían desapercibidas….

Grimmjow se quedó recargado en la pared del pasillo de entrada, no dejando exponer su orgullo de que fue realmente a ese cursi evento al que Asami lo había invitado/retado a ir. Para nada era su estilo de música, estaba demasiado acostumbrado a ruidos estridentes para sacar toda la furia de su pasado, pero, no fue la música lo que le encogió el corazón, fue ver el rostro de Asami, prácticamente aguantando el llanto, misma expresión que empezaban a mostrar Satoshi y sus demás hermanos.

Nanao, siendo llevada prácticamente a la fuerza por Nemu también se quedó congelada al ver la expresión de su senpai detrás del teclado. Haruki siempre abrumaba con su presentación, con su confianza y desenvoltura al tocar el violín, o incluso el piano, era tal entrega en los escenarios lo que llegaba a intimidarla. Pero ahora, parecía incluso triste, podía ver como tragaba a cada rato saliva seguramente por el nudo que estaba sintiendo en la garganta.

Karin veía también el rostro de su querido amigo dando ese ritmo apasionante y a la vez tranquilo en su batería, podía ver como apretaba la mandíbula, prácticamente obligándose a continuar, a llevar el tempo. Lo ha visto tocar cosas mucho más complejas en la batería de su casa que era mucho más grande que esa. Muchas veces no era capaz de seguir el movimiento de sus manos cuando se disponía a tocar lo más rápido posible cada platillo, cada tambor, pero, en ese momento, daba la impresión de que era la pieza más difícil del mundo.

Soi-Fong llegó también, deteniéndose y escondiéndose en el muro del pasillo, ignorando por completo al otro hombre que estaba recargado en la otra pared. Claro que no se atrevería a ir al centro, o pasar frente a Satoshi, solo lo vería por un rato. Imaginó al guitarrista explayándose por el escenario, con rostro iluminado, sonrisa ladina y galante, no quería ver su gesto presumido al verla. No, nunca imagino verlo con la mirada baja, con su mecho cubriéndole parte de su rostro mientras tocaba. Desde el primer momento en que conoció a ese sujeto parecía siempre estar sonriente, caminando con confianza, coqueteándole a la vida misma. Ahora estaba decaído, muy serio, era como ver a otra persona, algo que descubrió que no le gustaba ver en él.

El saxohpone prácticamente gritó al tiempo que su interprete cerraba con fuerza los ojos, sintiendo el crescendo en cada uno de los otros instrumentos que se quedaron sonando sin la voz principal en un pequeño intermedio. Observo rápidamente los gestos de sus hermanos, sintiendo culpa y agradecimiento por igual al notar que ellos también sentían su pesar.

Siguió con un tono más leve, también ignorando a su más reciente colega, Isane Kotetsu, quien camino un poco al centro del lugar para verlo casi con hipnotismo, llevándose la mano en puño al pecho al escucharlo subir el tono de su Saxopohone, verlo moverse de atrás para adelante con los con ojos cerrados en una interpretación sublime y abrumadora que era admirable, claro, ella ignoraba totalmente que eso no era únicamente interpretación, que aquello era un sentimiento genuino.

Era difícil decir definitivamente adiós, sin ser consciente, se aferraba al recuerdo de Unohana, por eso dejo los escenarios, una parte suya se decía que solo volvería cuando ella estuviera ahí, viéndolo como siempre, pero aquello era imposible. Con eso, le daba nuevamente las gracias, por la felicidad, por el amor, sentimientos que podía conservar en su corazón.

Y con las ultimas notas, pudo verla marcharse con una sonrisa hermosa, mucho más orgullosa que cuando lo veía tocar en los bares, como si le dijera que siguiera adelante.

Los aplausos no tardaron en escucharse, la gente literalmente aplaudió de pie ante tal primera canción de apertura. También los chicos del lugar dejaron por un momento de preparar y servir para aplaudirles a sus amigos, todos ellos también vieron las expresiones de los hermanos, también sintieron el nudo en la garganta ante tal interpretación. La capitana no pudo evitar derramar una pequeña lagrima, siendo consolada por el tierno apretón en sus hombros por parte de su esposo.

Pero todo aquello paso desapercibido para los Yamamoto, que se reunieron en un abrazo grupal que pudo interpretarse como una felicitación para los demás, siendo en realidad, un apoyo y consuelo para el mayor de estos.

-gracias, chicos – les dice Takeshi mirándolos casi con ojos llorosos, viendo que sus demás hermanos estaban casi en las mismas condiciones, aunque felices de igual manera – no tardemos, el espectáculo tiene que continuar – ordena dando un par de aplausos, a lo que sus hermanos asienten - ¿Qué sigue en el repertorio? – mira a Satoshi, fue él quien había armado casi todo el repertorio de ese día, su hermano de en medio era todo un romántico empedernido.

-sigamos con algo más movido – responde este – para sacar a la gente de la depresión – bromea, haciendo soltar una carcajada al mayor, que contagio a los demás

-vamos entonces hermanos – anima Haruki – este será la mejor presentación que hemos dado – y todos estaban de acuerdo, después de todo, Takeshi al fin toco con ellos después de tanto tiempo.

(Van Halen – can´t stop loving you)

Soi-Fong dio un sobresalto discreto en su lugar al escuchar los primeros rasgueos de la guitarra de Satoshi, seguido de un leve grito al tiempo que daba un salto en su lugar y continuaba con un pequeño pero enérgico solo. Vaya cambio de actitud, de nuevo ahí estaba el Satoshi desgarbado y de sonrisa ladina y enérgica, tocando el inicio de esa nueva canción. Ahora tenía cierta curiosidad por que la primera interpretación los tenía a todos tan sumidos en la melancolía ¿sería para darle más sentimiento? Algo que le decía, a todos los que conocían a los hermanos, que no fue únicamente por eso, debía existir una historia detrás de aquella canción de apertura.

There's a time and place for everything

For everyone

We can push with all our might

But nothing's gonna come

Oh no, nothing's gonna change

And if I asked you not to try

Oh, could you let it be?

Nuevamente Asahi marcaba el ritmo con la batería, también notándosele un enorme cambio en sus gestos a diferencia de la primera canción, lo mismo en Haruki en los teclados. Satoshi mostraba al cantar y al tocar sus usuales ánimos, sus fuerzas y exceso de energía de siempre, contagiando en aquella canción ochentera a todo el lugar que movía las cabezas al ritmo, incluso al hombre robusto y de cabello blanquiazul recargado en la otra pared, que marcaba el ritmo con sus pies y movía la cabeza. Sin duda su amigo Satoshi no ha perdido aquella efusividad al tocar rock, al contrario, ahora era más grande.

Sabía que tocaba la guitarra y el cello, que le sentía una gran pasión por la música, pero era muy diferente oírlo hablar de la música a verlo y escucharlo tocarla. Especialmente oírlo cantar con tal entrega estaba siendo impactante para Soi-Fong, la voz de Satoshi era alucinante y poderosa en ese momento, sus movimientos al tocar dejaban en claro lo mucho que amaba tocar en un escenario. Ella misma se vio moviendo el pie y la cabeza, se vio disfrutando de aquello.

I can't stop lovin' you

And no matter what I say or do

You know my heart is true, ohh

I can't stop loving you

Podía sentirse la emoción de todos al ser contagiados por aquella presentación. De verdad, que gran cambio de ánimos en los músicos, ahora se movían con fuerza, con mucha más energía siguiendo la guitarra y voz de Satoshi casi rasgándose. Muchos no pudieron evitar pararse para aplaudir al ritmo o para corear. Ni hablar de él gran movimiento de pedidos y bebidas que estaban haciendo, parecía incluso que se les estaba abriendo más el apetito.

El guitarrista y a la vez vocalista parecía no costarle en absoluto el hacer dos cosas al mismo tiempo, al contrario, movía sus manos por todo el cuello de la guitarra, arrancando un poderoso slide al mismo tiempo que su voz parecía alzarse con más fuerza. Tal energía no fue difícil de seguir para sus hermanos en la batería y teclados respectivamente, ambos movían sus cuerpos contagiados por el rock de los ochenta.

Un enérgico remate de la batería en el que Asahi dio un golpe con su baqueta haciéndola girar un poco en el aire, que atrapo después sin perder ni un segundo la rítmica, dando lugar al solo de la guitarra que Sato alzo unos noventa grados, tocando prácticamente a ciegas, conocía demasiado bien aquel instrumento para dar con las cuerdas y trastes exactos, y dar una magistral demostración.

And when it's over

I know how it's gonna be

And true love will never die

Ohh, not fade away

And I can't stop lovin' you

No matter what I say or do

You know my heart is true, ohh

I can't stop lovin' you

And I know what I got to do

Hey Ray, what you said is true, ohh

I can't stop lovin' you, ohh

Ohh, I can't stop lovin' you

Tanto Haruki como Asahi empezaron a entonar los coros de salida, no perdiendo noción alguna de lo que tocaban en sus respectivos instrumentos. Satoshi canto la última estrofa con más fuerza, seguido del último rasgueo de la guitarra, dejando su brazo derecho al aire tras eso.

Apenas dos canciones y ya tenían al lugar extasiado, más que emocionado….

(estar contigo – Alex, Jorge y Lena)

Unos segundos de silencio hasta que dejo de escucharse en el aire la última nota, y entonces la voz del tecladista empezó a escucharse seguido de las notas que salían de dicho instrumento.

Estar contigo

Es como tocar el cielo con las manos

Como el sol de un primer día en verano

Como en un cuento

Estar contigo

Nanao abrió los ojos, el sonrojo y el sobresalto en su corazón fue casi visible.

Haruki estaba empezando a cantar frente al micrófono que estaba detrás de su teclado, nunca lo había escuchado cantar. Tenía una voz gruesa, pero que aterciopelo en todo lo posible para dar el tono adecuado para la canción, de verdad, su corazón se saldría en cualquier momento.

Estar contigo

Desvelando uno por uno tus secretos

Descubriendo todo lo que llevas dentro

Lo dejo todo

Por un momento

Estar contigo

Y luego fue el turno de Grimmjow de abrir los ojos con sorpresa, sintiendo en sus mejillas un calor incomodo al escuchar la voz de Asami secundando el verso de Haruki. Parecía una chica completamente diferente a la que lo reto con tan confianza e ímpetu en aquella escuela, la que parecía coquetearle con descaro sacándolo de sus casillas cada que se topaban por los pasillos de la escuela en contraste a la dulzura en su voz con la que cantaba, era una fortuna que la chica aun no lo viera al estar oculto en el pasillo de la cafetería, apenas asomándose para verlos.

Yo siento que tu compañía

Es el mejor regalo que me dio la vida

Al mismo tiempo que empezaba a tocar las tarolas y el bombo con el pedal, Asahi también empezó a cantar su parte de la canción, mirando con una linda sonrisa a su querida amiga que estaba detrás de la barra apoyando en la caja, dedicándole aquellas palabras que eran cien por ciento sinceras. Verdaderamente le agradecía a la vida que la pusiera en su camino aquella vez, y por el gesto de la pelinegra, ella claro que también lo agradecía, Asahi era un chico muy especial para ella.

Se le unió luego la voz de su hermana que estaba frente al micrófono casi en medio del escenario junto a Satoshi que había cambiado la guitarra eléctrica por una acústica.

Todos acentuaron más sus voces, acordes y percusiones cuando la voz de Haruki se unió como tercera voz, cantando ahora los tres irradiando la dicha de aquella canción, que podría interpretarse a estar con la persona amada o, a como ellos la estaban sintiendo, de estar todos juntos en algo que los unía con un lazo irrompible, la música.

Nanao miraba con embeleso aquella divina unión familiar de los hermanos, observando ese aspecto tan humano en su senpai. Un hermano que adoraba a su familia, que irradiaba en su cara el más puro amor fraternal.

Vivir contigo es mi deseo

Es todo lo que quiero hacer

Porque a tu lado puedo ser

(Haruki) Solo yo mismo

(Asami) solo yo misma

(Haruki) Tan solo yo mismo

(Asahi) tan solo yo mismo

Entró Asami con una radiante sonrisa, feliz, casi aniñada ignorando que tenía a cierto peli azul analizándola como si estuviera apenas conociéndola, naciéndole en su pecho un sentimiento protector de querer cuidar de todo y de todos a aquella pequeña que parecía haberse vuelto tan frágil pese que conocía perfectamente el carácter que podía tener.

Secunda ahora Asahi con la segunda estrofa, mostrando el gran manejo y maestría en la batería al ser capaz de llevar perfectamente el ritmo sin salirse y cantar al mismo tiempo.

Rukia miraba de reojo a su cuñada, que estaba tan sonriente al mirar específicamente a su amigo. Desde hace mucho que era notorios los sentimientos de Karin por aquel hermano, que, de hecho, eran bien correspondidos. Ojalá que pronto alguno de los dos se atreviera ya a cruzar ese muro de solo amistad y dar paso libre a otros sentimientos.

Los tres daban una armonía asombrosa con la interposición de sus voces, que parecían responderse una a la otra al tiempo que tanto Haruki y Asahi tocaban sus respectivos instrumentos y Satoshi les hacía compañía con sus animados arpegios en la guitarra acústica, mirando este sonriente a cada uno de sus hermanos, gesto que Soi-Fong notó con embeleso y con un poco de envidia de la familia tan unida del musico que no paraba de buscarla.

Teclado, batería y la guitarra empezaron a subir en un unido creciendo en ese pequeño interludio, acelerando los corazones y las sonrisas de los presentes al ser contagiados por la alegría de aquellos músicos.

Estar contigo (estar contigo)

Es como un sueño (es como un sueño)

Del que no quiero despertar

Si abro los ojos y no estás

Vivir contigo (vivir contigo)

Es mi deseo (es mi deseo)

Es todo lo que quiero hacer

Porque a tu lado puedo ser

Solo yo mismo (solo yo misma)

Yo puedo ser

Tan solo yo mismo (tan solo yo misma)

Empezaron a llegar más personas, movidas por la curiosidad al escuchar la música en aquel lugar, lo que hizo que Soi-Fong inevitablemente se moviera. Satoshi no tardo en ubicarla entre la gente, dibujándosele una enorme sonrisa que la campeona evadió al ser expuesta.

Asami, quien ahora tenía en sus manos un clarinete le mostro una sonrisa ladina a Grimmjow al verlo, casi diciéndole con su mirada altiva y coqueta de que al final si había ido a aquel evento "cursi", gesto que el rebelde también ignoro cruzándose de brazos y chasqueando la lengua. Aunque también, tanto el cómo la peligra, no pudieron evitar notar y pensar que Asami y Satoshi tenían prácticamente la misma expresión, dándoseles un increíble parecido.

(Chayanne – tal vez es amor)

Las notas suaves del clarinete acompañaron a la bella armonía de los acordes que Haruki sostenía en el teclado, cambiando a un ambiente sumamente romántico y aterciopelado, que fue más abrazador ante la voz suave de Satoshi que envolvía el micrófono con sus manos, cambiando a un tono fuerte a uno mucho más calmado, más cadente y amoroso.

No sé decir lo que me gusta de ti

Algo me mata, pero me hace vivir

Tal vez es amor….

Imposible no sentir calidez en su pecho, imposible que las mejillas se sintieran tibias ante la voz tan suave de Satoshi, por más que Soi-Fong quisiera ignorar esa sensación ante la que quería correr lo más lejos posible, pero que sus pies parecían no querer responder ante el Satoshi tan apacible, tan sereno a diferencia de su interpretación anterior. Este solo se meneaba con calma, alzando levemente los hombros ante lo que cantaba, como si el mismo se lo estuviera preguntando, siendo respondido por el clarinete de su hermana a lado suyo, y envuelto en las armonías del teclado.

No sé por qué todo me sabe a ti

Una palabra, un verso, una canción

Es un misterio de mi corazón

Que no me quiere ni contar a mí

Empieza con rasgueos en su guitarra, acentuados con los del piano y las percusiones sutiles de la caja en la que estaba sentado Asahi, dando entrada al coro…

Vivo contigo

Es el sueño que yo tengo siempre

Vivo contigo

No encuentro otra forma mejor de vivir

Yo no sé si es amor por ti

Me temo, me temo que sí

Asami le hizo segunda voz, armonizando con el tono suave de su hermano. Aquello acentuó aún más el romance en el lugar, llegando incluso a Grimmjow, más por la pequeña mirada que le dirigió la princesa de los Yamamoto. Eso por poco hace sus mejillas adquirían un sonrojo, que hizo lo posible por ignorar al ladear el rostro. Quizá le estuviese haciendo coros a Satoshi, pero vaya que se alcanzaba a escuchar la dulce voz de aquella chica que solía sacarlo de sus casillas, que mostraba un temple inflexible y orgulloso.

El contraste que daba Satoshi era casi divino, cantando con voz aterciopelada mientras tocaba la guitarra acústica los suaves acordes, pero vistiendo su usual camisa negra con un logotipo de alguna banda, pantalones de mezclilla deslavados y rasgados de las rodillas. Varias pulseras en sus muñecas, su cadena al cuello con un dije de plumilla plateada y su cabello alborotado con un mechón rojo que sobresalía cayendo al frente de su rostro.

Un chico de aspecto rudo y desgarbado cantando una dulce canción, que bajaba su mirada con una encantadora sonrisa al cantar el coro y subir los hombros como si estuviese diciendo: "no hay remedio, realmente estoy enamorando".

Si, estaba sacando suspiros al por mayor, podían verse las miradas ensoñadas de varias mujeres, incluso también había algunas personas que habían sacado a bailar a sus parejas aprovechado el dulce ambiente que estaban creando, entre ellos Rukia e Ichigo, el matrimonio que era dueño de aquella popular cafetería.

Eran tan sinceros todos al tocar; tanto el clarinete entrando en intervalos como la guitarra con los acordes y el teclado con la envolvente armonía, sin contar la sutileza en la voz de Satoshi que contaba a puro corazón y sentimientos a flor de piel, que era imposible que no llegaran a lo más profundo de los corazones de quienes los escuchaban, incluyendo, el de la reina de hielo.

Vivo contigo

Es el sueño que yo tengo siempre

Vivo contigo

No encuentro otra forma mejor de vivir

Yo no sé si es amor por ti

Me temo, me temo que sí

Nuevamente alzaba sus hombros bajando el rostro, incapaz de mirar al público, más específicamente a Soi-Fong, como si estuviese apenado, pero al mismo tiempo dichoso de admitir aquello.

Dejo entonces el micrófono para dejar que se escucharan las ultimas notas del clarinete, las armonías de teclado y las suaves percusiones de la caja que se apagaron al conjunto….

Fue hasta entonces que Haruki alzo la mirada para dejarle el escenario a su hermano Asahi que haría una pequeña interpretación individual con el bajo, que se percató de la presencia de Nanao a pesar de toda la gente que estaba aglomerada en el lugar. Era poco decir que sus ojos se abrieron a más no poder, sintiendo que el pecho le explotaba e incluso olvidándosele por unos segundos como se debía respirar.

Apenas y pudo a alcanzar a corresponder el saludo de Nanao tras que su amiga a lado suyo le dio un sutil codazo.

-se te va a cansar el brazo Bro – escucha la voz de Satoshi que lo miraba burlón con los brazos cruzados, cayendo en cuanta que ya llevaba rato ladeando la mano de un lado para otro - ¿podrás seguir con el concierto? – le cuestiona alzándole una ceja

-claro que si – baja rápidamente la mano, tratando de mantener la concentración, algo que en todo el tiempo tocando en vivo en diferentes escenarios jamás le había costado tanto.

-bueno… - continua Sato, retirándose a un extremo del escenario para dejar solo de momento a Asahi quien se colocaba al centro con su bajo – tienes tres intervalos de canciones para recuperar el aire – podría decirlo en sentido figurado, pero para Haruki era literal, necesitaba recuperar el aire

En su mente era difícil entender que la presencia de una chica le causara tanto conflicto, había estado cantando y tocando bien hasta el momento en el que se había percatado de su presencia, debía poder continuar... No, era su obligación hacerlo, después de todo había un pensamiento en los linderos de su mente, algo sin forma, sin pies ni cabeza, pensamiento que cobraría sentido tiempo después. Nanao era su musa, así que era su obligación retomar.

(Elvis Presley 'Can't Help Falling In Love' (Solo Bass))

Quien tuviese el mínimo conocimiento musical pensaría que el bajo era puramente como acompañamiento, una canción sin los graves de aquel instrumento se sentía incompleta, pero, ver a aquel baterista posicionarse solo en el escenario con un bajo estaba generando demasiada curiosidad e intriga.

¿Qué cosa podría tocar solo con el bajo?

Toda pregunta se respondió cuando Asahi empezó a tocar las primeras notas que fueron suficientes para que reconocieran aquella balada clásica del rock, la que el menor de los Yamamoto interpretaba en aquel instrumento de cuatro cuerdas gruesas con melodías y armonías, como si estuviese tocando algún otro instrumento armónico melódico, asombrando a los intrigados espectadores.

Movía ambas manos por el cuello de todo instrumento, pareciendo que tocaba un teclado al mover sus dedos tanto de la mano izquierda tocando desde arriba del cuello, como la derecha, en su posición normal. Si, quizá era un instrumento clásico en una banda de cualquier género, pero Asahi le sacaba el máximo provecho al interpretar diversas melodías clásicas o contemporáneas, también él podía hacer que su instrumento cantara. Incluso se había puesto en los nudillos una especie de sonaja para que sonara un pequeño ritmo entre la melodía.

No le constaba nada extender sus manos por el grueso ancho de los trastes del bajo para tocar cada cuerda y dar la melodía romántica de aquella canción de antaño, la letra era bien conocida, y Asahi la entonaba con su instrumento como si realmente tuviese voz. La sensación cálida era muy perceptible con todos, pero en su mente al tocar se preguntaba si su querida amiga estaría entendiendo aquella primera confesión indirecta en la que le decía que cada vez que salían juntos, con cada risa cómplice entre ellos, no podía evitar caer enamorado una vez más de ella.

Karin claro que estaba sumida en la interpretación de su amigo, sintiendo otra vez una confusión en su pecho, sensación que era cada vez más extraña y que la tenía en una frustrante incógnita. Ella tenía varios amigos, la mayoría hombres, con quienes desde la primaria se reunía para jugar futbol. Al estar con Asahi se sentía muy diferente que con los demás, disfrutaba de otra manera su compañía.

Primera confesión sin palabras, Asahi esperaba algún momento más especial que el trillado cliché de declarártele a alguien en San Valentín, pero con eso podía desahogarse por el momento.

Al terminar, volvió su vista a Karin detrás de la caja registradora, quien le mostro una linda sonrisa que Asahi correspondió sin pena alguna, después de todo, llevaban conociéndose desde hace mucho tiempo y estaba más que seguro de cuanto quería a esa chica, sea como algo más o solo como a una valiosa amiga.

Dio lugar entonces a Satoshi al frente, quien se sentó en un pequeño banco colocando el gran cello frente suyo.

Antes de comenzar a tocar, hizo su cabeza hacía atrás para despejar de su cara el mechón rojo que caía frente a sus ojos y mirar a Soi-Fong con una sonrisa coqueta y ladina, gesto ante el que la pelinegra solo dio un pequeño suspiró para luego fingir lo mejor posible con un deje de sonrisa altiva, como si le dijera en silencio que la impresionara, algo que claro, el musico ya había hecho desde la primera canción de esa tarde.

(River Flows in You | CELLO COVER by Vesislava)

Otra vez el contraste entre la pieza y el instrumento en comparación con el intérprete, que a pesar de tocar con delicadeza, podía verse la contracción en los músculos de sus brazos al mover el arco por las cuerdas del cello, incluso ahora se había puesto unos guantes de cuero negro que dejaban al descubierto sus dedos.

Su mechón se menaba en conjunto con el vaivén del arco, la mueca en sus labios era entre dulce y orgullosa. Trasportaba con aquella apacible pieza a un lugar con un rio que corría con fluidez, siendo rodeado por un verde campo y una brisa refrescante, haciendo olvidar a Soi-Fong de todo escrutinio, de toda responsabilidad prácticamente obligada para cubrir vacías expectativas a las que se ha visto sometida desde que perdió a su madre.

Con la melodía en cello que tocaba Satoshi simplemente era una joven, una niña que solo quería sentir tranquilidad en su vida, algo que no pensó necesitar hasta ahora que sentía la paz a la que Satoshi la llevaba de la mano. No, esa tranquilidad la empezó a sentir sin ser consciente prácticamente desde que empezó a salir ocasionalmente con aquel musico desgarbado, cuya compañía parecía servirle como bálsamo, justo como en ese momento, desde el principio hasta al final de esa pieza al cello, que iba llegando a su fin, aunque la serenidad en su alma pareció arraigarse.

Satoshi sonrió hacia ella ladeando el rostro al terminar, Soi-Fong exhalo cruzándose de brazos, apenas mostrando una pequeña sonrisa casi imperceptible y mirando de regreso a Satoshi a quien le asintió una vez. Aquello fue suficiente para que se retirara con gesto radiante, prácticamente dando un leve brinco en cada paso.

-alguien está feliz – canturrea Asami al ver llegar a su hermano con tal sonrisa bobalicona

-el evento está saliendo a pedir de boca – responde este dejando el cello recargado en una pared –

-si claro, bájate de tu nube y ayúdame a llevar el arpa – prácticamente le ordena

-claro, con gusto – toma aquel instrumento, llevándolo frente al banquillo donde Asami tomo posición llevándoselo al hombro, con la delicadeza y estilización de una princesa, a lo que Grimmjow bufo socarrón

Asami claro que no lo escucho entre los murmullos de tanta gente, pero pudo ver su sonrisa petulante que debatió con una sola mirada fulminante.

No era tiempo ni momento para ponerse al nivel de ese idiota, tenía una presentación que dar a solas y claro que no se permitiría fallar nota alguna, especialmente ante la presencia de ese bandolero.

(My Heart Will Go On, arr. by Jodi Ann Tolman)

Sus pequeños dedos empezaron a pasar con vehemencia por cada cuerda del arpa, arrancando las primeras notas de la clásica canción que durante mucho tiempo se ha posicionado como una de las más románticas de la historia.

Siempre que tocaba el arpa lo hacía con una elegancia digna de estar en las más prestigiosas orquestas, o como si estuviera presentándose ante la realeza y no en un popular café de la ciudad. De hecho, Asami estaba consiguiendo que se sintieran como en un lujoso palacio o crucero, incluso a un bandolero como Grimmjow, que por mucho tiempo solo había conocido las calles y sitios más bajos de la ciudad, ahora parecía haberse trasportado a un sitio hermoso, donde se sentía casi en tregua consigo mismo.

El título de princesa de los Yamamoto era totalmente digna de ella, incluso su cara era suave pero orgullosa a la vez al estar pasando los dedos por cada cuerda.

Aquella chica, vaya que era muy diferente a cuando la conoció a la edad de once años, aquella pequeña que seguía a todos lados a su hermano Satoshi, que la traía a cada ensayo, con quien solía jugar o tramar alguna travesura en contra de su hermano. En ese entonces también la consideraba como a una hermana pequeña, pero, al volver después de cinco años y ver en la bella y firme mujer que se había convertido, bueno, era imposible no fijarse en ella, los años le han sentado demasiado a su favor.

Las miradas de todo quien la escucha eran de embeleso y fascinación, era como si hubiese ejercido un encantador hipnotismo en todo el lugar, sacando una sonrisa cálida en cada persona. Podía sentir las hermosas ondas de cada cuerda del arpa llegando a ellos, moviéndolos en un suave vaivén como si estuvieran en un suave oleaje, en un tranquilo mar.

De verdad que cada Yamamoto tenía un dominio y poder en la música para conseguir trasportarlos a diferentes lugares sin mover un solo pie.

Una vez que Asami terminó su presentación, se puso de pie y dio una elegante reverencia, dirigiendo luego una sonrisa ladina, casi altiva a Grimmjow como si esperaba un comentario de este por su presentación. Este solo ladeo su mano haciendo una mueca despectiva, en señal de que no le pareció gran cosa, aunque claro que mentía. Asami ante eso bufo con indignación ladeando la mirada abandonando el escenario mientras que Satoshi tomaba el arpa llevándosela a un lado.

Grimmjw no pudo evitar soltar una carcajada al recordar años atrás en la que Satoshi iba detrás de su hermanita de once años para contentarla al haber hecho algún berrinche en pleno ensayo.

Algunas cosas no cambiaban pese a los años.

-adelante bro – habla Satoshi dirigiéndose a Haruki – el escenario es todo tuyo – le invita, pero su hermano parecía no reaccionar, estaba sumido en alguna especie de conflicto - ¿Haru?...

-¿pasa algo hermano? – le pregunta Takeshi apoyando una mano en su hombro

-no, nada… - responde apenas este tomando su violín

Dios, no era su primera presentación, ha tocado en distintos escenarios con mucha más gente viéndolo. ¿Por qué? ¿Por qué sentía que en ese momento era un novato? ¿Por qué sentía que era su primera presentación? Maldición, volvía a sentirse como un niño nervioso de doce años que tocaría por primera vez frente a un público. ¿Cómo era posible que la imagen de Nanao en ese lugar lo pusiera de esa manera?

Y claro que no se atrevía a buscarla con la mirada, sería peor, así que pasó completamente ajeno para el violinista la mirada preocupada de Nanao al verlo comportarse tan inusual a como era siempre en los escenarios o simplemente, caminando jovial por los pasillos.

Quien conociera bien a Haruki podía ver que estaba ¿nervioso? Vaya que eso si era sumamente extraño, Haruki hacia suyo cada escenario, y ahora daba la impresión de que estaba en un lugar desconocido. Hasta parecía torpe al acomodar el micrófono delante suyo que termino cayéndosele. Se maldijo interiormente ¿Qué rayos le pasaba?

Satoshi se apresuró a colocarlo en su lugar ignorando que a unas mesas su amigo pelinegro planeaba algo para sacar un poco la tensión que se había generado.

Yumichika entonces puso las manos a los lados de su boca para amplificar su voz, divertido de poner en ridículo a Haru.

—¡Cielo, cántame una canción!

El pelinegro tenía la mejor de las intenciones, conocía lo suficiente a su amigo como para percatarse de que estaba como en ido, en estado de shock, y no tardó en encontrar el motivo de su desatino, Sato lo tenía al tanto de todo, así que agradeció la carcajada que soltó Haruki antes de responder.

—¿Eso le dices a todos?

—Sólo a los músicos —respondió alzando un hombro y abrazando a Ikkaku antes de mirar a Sato —¿Tú me cantarás algo, guapura? – las risas se contagiaron en varios presentes, incluso en Nanao que soltó una sutil risa, aliviada de ver que su senpai volvía a ser el de siempre

-lo siento amigo – responde este – esta tarde solo aceptare peticiones de una persona – dirige su vista a Soi-Fong, a quien le guiña el ojo, provocando que esta se cruzara de brazos entre molesta y abochornada ante la exposición descarada de Satoshi

Sus amigos no saben bien a quien se refiere, ya que la chica a quien a Satoshi guiñaba un ojo no se alcanzaba a ver entre tanta gente. Era la ventaja que tenía en ese momento Soi-Fong al ser tan corta de estatura.

Agradecía profundamente la intervención del pelinegro, le había quitado un enorme peso, ahora estaba listo para tocar su turno como solista con su violín, que se puso firmemente en su omoplato, tomando con decisión su arco que puso sobre su fiel instrumento. Todo bajo la mirada emocionada de Nanao que prácticamente había contenido el aire, siempre era muy abrumador ver a tocar a Haruki, pero ahora no estaba sobre los escenarios de la escuela para dejar en claro su posición como el mejor violista y musico de la institución, esto lo hacía por mero gusto.

(Love Me Like You Do (Violin Cover by Robert Mendoza))

Quedo un momento en un expectante silencio, que podría decirse que era para generar tensión, pero en realidad, Haruki estaba reuniendo todas sus fuerzas y energía de siempre. Debía hacerlo, especialmente al ser consiente que su musa lo estaba viendo.

Comenzó con unas fuerzas abrumadoras ante las primeras notas que rasgueaba con el arco, su brazo se le veía casi tenso, pero no por los nervios en sí, más bien, por la acentuación de la canción que inicio con todo el poderío, dejando salir toda la voz desde un comienzo que su instrumento prácticamente le exigía dar.

Se movía de un lado a otro, moviendo su espalda de atrás hacia adelante. Incluso su largo cabello castaño oscuro parecía estar bailando, dejando relucir sus mechones cian que daban la impresión de resplandecer contra la luz ocasionalmente. Los dedos de su mano derecha temblaban notablemente al dar varios cautivadores vibratos en la canción.

Nanao estaba más que absorta ante aquella presentación de su senpai, solo él podía darle tal peso a una canción que se había convertido en todo un cliche al ser tan excesivamente popularizada, pero en el violín de Haruki incluso no parecía ser la misma canción, le estaba poniendo algo más, le estaba trasmitiendo esa pasión por la música que solo los Yamamoto podían sentir con tanto ahincó.

Incluso llegó también a contagiar a todos los presentes, que le hacían el coro a la voz del violín, alzando sus voces para poder estar a la par de aquel ensordecedor pero embriagante sonido del violín. Llegaban algunos a preguntándose internamente si era un violín común y corriente, ese sonido no era de un instrumento cualquiera, o eso era lo que todos percibían.

Los agudos, la pasión con la que tocaba los coros que eran cantados todo el tiempo por los presentes, podría sentirse las palpitaciones desenfrenadas que solo se calmaron a la última sutil nota que hizo sonar Haruki en toda la extinción del arco al bajarlo.

Gritos y chiflidos, ocasiones de pie y demás se dejaron escuchar en el lugar. Haruki incluso prácticamente dejo salir el aire jadeando un poco, no por el cansancio, si no al dejar salir todo el nerviosismo que se le acumulo desde que se percató de la presencia de Nanao en el lugar.

Pero ahora, pudo verla de frente y darle especialmente a ella una reverencia, retirándose a un lado del escenario, aun un poco nervioso, pero en cierta manera, satisfecho, pero perdiéndose la escena de Nemu codeando a su amiga para obligarla a salir del trance.

-siempre tienes que ser el que nos apoca ¿verdad hermano? – bromea Satoshi – eres un lúcido – bufa con sorna

-no es mi culpa que todos hayan elegido canciones tan poco impactantes para sus presentaciones individuales – debate guardando su violín en el estuche, cubriéndolo con el pañuelo que le regalo Nanao como si este fuese un manto sagrado

-clásicas yo diría – se defiende Satoshi – y no tan popularmente quemadas

-¿acaso a ti te corearon con river flows in you? – vuelve a debatir victorioso – no ¿verdad?...

-Tss vamos Asahi, nos toca – él y su hermano menor vuelven al escenario

-olvidas que también yo los acompaño en esa Satoshi – les da alcance, posicionándose frente al teclado mientras que sus dos hermanos menores se sentaban frente a dos micrófonos, aunque Asahi estaba sobre una caja de percusiones.

(cuando me miras así – Cristian castro)

El teclado comenzó con largos arpegios que dejo sonando junto con las percusiones en la caja en la que Asahi estaba sentado, marcando un cadente y suave ritmo. Era asombroso como únicamente se requerían dos instrumentos para que aquellos músicos ya captaran de nuevo la atención de los clientes, que de verdad no se querían ir pese ya haber acabo de consumir. Rukia e Ichigo tuvieron que decirles a los que ya acabaron que les cedieran el lugar a los que querían ordenar, pero que podían quedarse a seguir viendo el espectáculo, ya sea parados o sentados en algunos bancos individuales que terminaron sacando para que no estuvieran todo el tiempo de pie.

Cuando me miras así, perdido estoy

Cuando me miras así, contigo voy

Que puedo hacer tus ojos son

El imán de mi corazón

Otra vez la voz suave de Satoshi dejaba impresionada a Soi-Fong, especialmente por la sonrisa tierna y ensoñada que mostraba al cantar, al alzar sus hombros acentuando la cuestión en la canción, sintiendo que de verdad no había remedio, y no le importaba.

En el pequeño intermedio también Haruki entono los cantos suaves juntos a sus hermanos, dando la armonía encantadora con las voces varoniles.

Cuando me miras así, completo estoy

Cuando me miras así, yo sé quién soy

No pido más es lo mejor

Eres el ángel luz de mi amor

Se le unió la voz más aguda de Asahi, sobreponiéndose un poco a los tonos graves y suaves de su hermano, ambos sonrientes y mirándose cómplices al cantar juntos con tal alegría e ímpetu, ladeándose, disfrutando de aquella pegadiza canción que no necesitaba de más que un teclado asiendo constantes arpegios, una caja de percusión llevando un ritmo constante y tres voces que disfrutaban entonar con todo el corazón.

Asahi subió más su voz en los coros, casi dejando un poco atrás a Satoshi, aunque aún su tenue voz podía escucharse dando la base. Ambos muy sonrientes, felices y muy unidos. Especialmente porque ambos estaban dichosos de sentir lo que cantaban, de que ambos disfrutaban de la simple mirada de las chicas que tenían su mundo de cabeza.

Cuando tú me miras así

Cuando tú me miras así

No hace falta nada mas

Solo ganas siento de amar

Satoshi de nuevo en tono con voz suave, quien diría que aquel chico escandaloso y efusivo que la saluda con una radiante sonrisa en las salidas ocasionales que tenían podía usar una voz tan ligera y profunda, tan encandilada.

La voz de esos dos hermanos se sobreponía de una forma embriagadora, la canción iba perfecta con ellos y sabían sacarle provecho usando pocos instrumentos, pocas armonías y una letra que tal vez se repetía constantemente, pero que dejaba más que claro el mensaje de no necesitar demasiado de la vida, del amor.

En ti puedo ver la libertad

Tú me haces sentir que puedo volar

Y sé que aquí es mi lugar

Y sé que a ti yo quiero amar.

Las percusiones y el volumen del teclado se fueron apagando con suavidad, sin prisas, aterrizando nuevamente a la realidad.

Satoshi se levantó por la guitarra acústica que estaba a unos pasos detrás suyo, volviendo luego a su banquillo junto a su hermano menor.

(Extreme - More Than Words (Official Music Video))

De nueva cuenta mostrando su sencillez de tocar con pocos instrumentos, comienzan simplemente con acordes en la guitarra mientras que Asahi marcaba el tiempo con la caja de percusión. Aquello se escuchaba bastante bien a pesar de no ser canciones tan impactantes o complejas con instrumentos más profesionales como en las canciones anteriores.

Saying "I love you"

Is not the words I want to hear from you

It's not that I want you

Not to say, but if you only knew

Asahi comenzó a cantar con su voz tierna y un tanto más aguda sin perder el tiempo que marcaba en la caja entrando justo en cada compas que seguía de la guitarra.

Demostraban que la sencillez en la música aplicaba también en el romance, lo decía con la canción que entonaba al sentir la verdad de aquellas palabras al decir que no necesitaba escuchar con urgencia las palabras "te amo", menos de parte de su amiga Karin, sea como sea su relación, de amigos o novios, le encantaba pasar todo el tiempo posible con ella y eso valía más que mil palabras banales y tan gastadas por usarlas de forma tan vacía que habían perdido su valor.

More than words

Is all you have to do to make it real

Then you wouldn't have to say

That you love me

'Cause I'd already know

Entonaron los dos alzando sus voces mientras Satoshi le daba más peso al rasgueo de sus acordes, no perdiendo su enternecida sonrisa que parecía tener para cada canción que interpretaba.

Quizá en su adolescencia disfrutaba el poner ridículamente nerviosas a las chicas con su excesiva coquetería y galantería, aunque nunca fue alguien que cambiara de novia como cambiaba de camiseta, simplemente alardeaba y sacaba provecho a su popularidad desde la secundaria y posteriormente en Atsriandragon, donde se galardono con su apodo de novio del instituto.

Pero ahora con Soi-Fong era diferente, esa chica era muy diferente a todas. Su mirada orgullosa y casi desafiantes, que caminaba con altivo y orgullo, todo en ella lo tenían fascinado y suspirando. Soi-Fong tenía todo lo que buscaba en una autentica mujer, algo que no era consciente hasta que la ha ido conociendo cada vez mejor, creciendo su fascinación.

What would you say

If I took those words away

Then you couldn't make things new

Just by saying "I love you"

Si, para la música y el amor no se necesitaba nada complejo, y esos dos lo estaban mostrando con sus simples voces acoplándose como se requerían y la sencillez que ahora manejaban sus instrumentos. Los hermanos Yamamoto podía estar muy bien posicionados económicamente, después de todo, eran nietos del fundador de la mejor escuela de artes en Japón, y sus padres constantemente estaban de gira tocando en los más lujos cruceros, pero estaban demostrando que eran personas sencillas, nada pretensiosas.

Eso era lo que le gustaba mucho a Karin de Asahi, por eso le gustaba tanto estar con él en actividades diversas y sencillas como ir al centro de videojuegos, aunque muy a menudo su amigo le insistía en invitarle todo cuando salían a algún otro lado, lo que generaba un leve debate entre los dos amigos.

Soi-Fong también podía percibir la sencillez en Satoshi, que, a pesar de caminar con una sonrisa confiada siempre, con la cabeza en alto, era un chico totalmente diferente a los pretenciosos y vanidosos chicos de su escuela, que se galardonaban de cuanto ganaban sus padres y a lo que se dedicaban. Si, Satoshi era un chico con un peculiar encanto.

What would you do

If my heart was torn in two

More than words to show you feel

That your love for me is real

What would you say

If I took those words away

Then you couldn't make things new

Just by saying I love you

Y de forma tan sencilla como empezaron y mantuvieron aquella canción, terminaron entonando alto y con un simple acorde de la guitarra, escuchando los aplausos calmados de las personas que parecían multiplicarse en el lugar en vez de ir disminuyendo, sin duda la división trece aquel día estaban recibiendo muy buenos ingresos en su popular local.

Asami tomo turno en el micrófono a lado de Satoshi, que no se movió de su lugar con su guitarra, aunque la princesa de los Yamamoto subió el micrófono a su altura ya que cantaría de pie.

Nuevamente le mostro un gesto coqueto y provocativo a él peli azul, molestándolo e incomodándolo en términos iguales, aun con simples miradas chocantes podían desafiarse.

(me quiero enamorar – Jessy y Joe)

Comenzaron a armonizar el teclado, la guitarra y el bajo para empezar a darle la entrada a Asami en la canción que ella cantaría, preparándose al tomar un pequeño respiro, sintiendo la música previa para poder entonar adecuadamente.

Puedo imaginar, pero no sé cómo se siente

Que el mundo se detenga cuando acaricia mi piel

Que las manos del reloj no giren si no está presente

Dicen que es tan suave, dulce y fluye como miel

Comenzó con voz tierna y dulce escuchando principalmente los arpegios en la guitarra de Satoshi a lado suyo, pero también, escuchando su propia voz, el significado de las propias palabras que cantaba, entendiéndolas perfectamente ahora que aquel rebelde bandolero que ha conocido desde prácticamente los once años estaba ahí presente, deseando que las riñas entre ellos, las provocaciones que se daban automáticamente al cruzarse por los pasillos se convirtieran en miradas que detuvieran el tiempo, el ver una mirada diferente en Grimmjow que no fuese aquella endurecida y casi molesta, que no tuviera que mostrarse ser un tipo rudo todo el tiempo, ella sabía que debía existir una faceta diferente en él, solo que no quería mostrarla ante nadie.

¿Por qué Grimmjow parecía ocultar algo? Daba la impresión de que soportaba una tormenta interna, ella quería saberlo, quería poder calmar la tempestad en su corazón, pero aquel terco cabeza hueca no se lo permitía.

De verdad lo quería, ahora se daba cuenta, lo ha querido desde los doce años solo que en ese entonces era tan inocente que no supo darse cuenta, pero ahora que ha regresado, siendo ella ya casi adulta, ya no podía negarlo, no al menos para ella misma. La cuestión era ¿Grimmjow la quería a ella? No se podía atrever de momento a averiguarlo.

Quiero amar y sin pensar entregarlo todo

Quiero que mi corazón intercambie su lugar con el de alguien especial

Quiero despertar, te quiero encontrar y me quiero enamorar

Lo que cantaba la menor de los hermanos Yamamoto llego de igual manera prácticamente a iluminar a Nanao, que inconscientemente se llevó las manos al pecho.

Comprendía ahora porque era su temor al entregarle chocolates a Haruki, qué no era porque temiera el que Haruki no le hablara solo por unos simples chocolates que bien podría dar a manera de agradecimientos por las asesorías que su senpai se negaba a que se las pagara. Su temor, su miedo real era que en efecto quería entregarle los chocolates porque estaba enamorada de Haruki Yamamoto, lo confirmaba ahora en aquel evento al verlo en otro aspecto, tan unido con sus hermanos, tocando con amor y gusto en aquel lugar como un favor para los dueños.

Haruki le había comentado que no recibirían paga alguna, se lo dejaron claro a la capitana que quería pagarles por tocar en su café, pero él y sus hermanos se pusieron inflexibles al debatirle que era un verdadero gusto tocar en ese lugar que era como su segunda casa.

Y justo en cada canción que tocaron estaban demostrando la alegría de tocar por el simple gusto de demostrar su amor a la música, lo que le hizo notar otro aspecto en la faceta jovial y punketa del prodigioso violinista al estar divirtiéndose con su familia al compartir tan bello arte, ahora notaba que tenía un gesto hasta más apacible, más inocente, algo que le confirmo que de verdad lo sentía por Haruki Yamamoto iba mucho más allá de la admiración, más allá de que era uno de los chicos más populares de la institución, porque ahora, veía el alma pura de Haruki Yamamoto.

No quiero imaginar, quiero saber cómo se siente

Que un beso me desnude el alma y me hormigueen los pies

Sus brazos ser mi abrigo en los fríos de diciembre

Y en los días de verano juntos ver el sol nacer

Las palabras de lo que cantaba Asami también llegaron a Karin, cayendo en cuenta que de verdad miraba últimamente con otros ojos a Asahi, que le emocionaba la idea de verlo, de pasar el tiempo juntos, pero que no era lo suficiente al no pasar la línea de amistad, de no tener un momento más lindo a su lado. Se descubrió queriendo más.

Era su amigo desde hace mucho tiempo, no era fácil expresarle que se sentía diferente respecto a él, ni ella misma sabía cómo poner palabras a esa verdad que ahora veía con mayor claridad.

Incluso Soi-Fong pudo percibir un cambio al escuchar aquella canción, sintiendo algo muy extraño nacer en su pecho, algo que la abrumo. Repentinamente se sentía demasiado encerrada en aquel lugar, no le había importado hasta el momento el tumulto de gente, pero ya no podía soportar estar más tiempo ahí, esta vez el impulso de correr si fue más fuerte, así que como pudo se abrió paso entre las personas y salió del lugar con una palabra que le taladraba la cabeza de forma frustrante

Enamorada…

Imposible, eso era completamente ilógico. Si, le agradaba Satoshi, era capaz de hacerle bajar su guardia, le gustaba su compañía cada vez más, pero se negaba a creer que en tan poco tiempo de conocerlo se había enamorado de ese musico, simplemente no podía estar enamorada de ese atrabancado y desgarbado sujeto.

Quiero que mi corazón intercambie su lugar con el de alguien especial

Quiero despertar, te quiero encontrar y me quiero enamorar

Satoshi y Asahi tocaban los arpegios con la guitarra y bajo respectivamente en aquel ultimo puente musical. Haruki hacia la sutil melodía en el teclado, notas sumamente sencillas, pero, después de todo, eran canciones que no les costó más de una semana tener listas para el evento.

Quiero despertar, te quiero encontrar, me quiero enamorar

Acabaron todos ante la última palabra que entono Asami, ignorando la serie de sentimientos y descubrimientos que habían desatado por una sencilla canción.

Satoshi busco con la mirada a Soi-Fong en el mismo lugar donde la tenía previamente ubicada, pero ella ya no se encontraba ahí ni en ningún otro lugar entre la multitud. Tenía la esperanza de que se quedaría hasta el final del evento y pudiese hablar con ella, explicarle lo que sentía.

Al parecer había sido un poco iluso al creer que podría confesarle ese día, era demasiado pronto aun, pero al menos esperaba que no se haya ido por su causa al presionarla en ir a verlo ese día. Que la hizo sentirse incomoda.

(extraño sentimiento – luis fonsi)

Las notas al piano dando entrada a la siguiente canción ponen en alerta al guitarrista, claro, sus hermanos no habían notado la repentina ausencia de Soi-Fong, tal vez ni siquiera se habían dado cuenta que estaba ahí en primer lugar. No era el momento de desanimarse, posiblemente Soi-Fong solo había venido por un rato, pero tuvo que retirarse para alguna de sus actividades. Lo importante, es que al menos había ido a verlo, eso lo reconfortaba y le daba la dicha suficiente para continuar con el evento, aunque ella ya no estuviese ahí presente.

Extraño sentimiento siembras tú en mi piel

Es tan profundo y nuevo a la vez

Es algo tan inmenso que quiero entender

No hallo explicación no sé qué hacer

Está en mi piel

Haruki nuevamente entono aquella canción tocando el teclado al tiempo que Satoshi dio un suave rasgueo en su guitarra y se escuchaban los tenues platillos por parte de Asahi.

Claro que ya habían ensayado previamente todas las canciones que presentarían en la división trece, incluyendo esa que tuvieron que adecuar al tono de voz más grueso de Haruki, pero ahora que la cantaba teniendo en mente la presencia de Nanao en el café, estaba comprendiendo palabra por palabra, era como si el mismo hubiese escrito la letra basándose en lo que le ocurría desde el día en que la conoció.

Es algo tan intenso dentro de mi corazón

Se eleva tan violento que pierdo el control

Es un océano que corre dentro y roba mi respiración

Y pierdo la razón cuando te veo yo

No sé qué hacer si cerca está tu piel

La guitarra sonó un par de acordes más intensos en conjunto en que Asahi marcaba la entrada del coro golpeando ambas tarolas. Coro que Haruki canto alzando la voz marcando justamente la intensidad de las palabras que interpretaba, siendo apoyado por las voces de Satoshi y Asami que cantaban en un tono un poco más bajo para no sobreponerse a la voz principal. Haruki de verdad estaba sintiendo con cada fibra de su piel, con el movimiento interno de sus cuerdas vocales el significado de la letra, pues era precisamente el grito que no sabía expresar con sus propias palabras.

Bajó de nuevo la voz, como si se hablara así mismo, como si analizara verdaderamente sus propios sentimientos, dándose cuenta de una verdad que estaba ahí, pero que no sabía interpretar hasta ese momento que la música, una vez más, le ayudaba.

Alzo incluso con más fuerza su voz al segundo coro en el que también entraron de nuevo Satoshi y Asami, acentuando ese grito, esa verdad que ahora aclamaba y era innegable, que acentuaba tocando los acordes al piano queriendo sacarle un mayor sonido, queriendo que gritara junto a él. Todo lo que cantaba era totalmente cierto, cada palabra, eso era precisamente lo que Nanao causaba en él, lo que lo tenía tan frustrantemente confundido.

Es tan extraño que cuando te llamo siento que tiembla mi voz

Y va creciendo hacia el horizonte más allá del sol

Que inmensa sensación no hallo explicación

Si, no era capaz, sentía que la garganta se le secaba al solo pensar en llamarla por su bello nombre, por eso siempre que se dirigía a ella como "señorita". Dicha sensación solo ha ido en incremento día con día, confundiéndolo cada vez más, sacándolo de su actitud usual ante cualquier chica. En efecto, no había explicación lógica, simplemente no la encontraba por más que lo pensaba y se quebraba la cabeza tratando de encontrar una respuesta.

La voz de Asami y Satoshi en el tercer coro se empezaron a interponer en lo que el cantaba algunas frases sueltas con voz poderosa e intensa, sintiendo al fin que gritaba todo eso que lo agobiaba, que lo tenían completamente fuera de sí mismo. Ahora estaba liberándose de aquella frustración que no estaba consciente de que tenía que liberar.

Creo entender….

Me enamoré….

Ya que grito, ya que pudo sacarlo y se calmó ante las últimas cuatro palabras que cantó bajando la voz fue que lo entendió, fue que tuvo la claridad absoluta que lo hizo abrir desmesuradamente sus ojos quedándose estático por un momento al finalizar la canción.

Se había enamorado de Ise Nanao, no existía otra explicación...

Pero, ahora… ¿Qué hacer ante el nuevo descubrimiento?

-hola a todos… - saluda animadamente Satoshi hablando por el micrófono con la guitarra acústica colgándole atrás por el thali – espero que les haya gustado mucho este evento que ha sido patrocinado por la capitana y su esposo – señala al matrimonio, quienes saludaron a todos los efusivos clientes – y claro, hay que agradecer el enorme esfuerzo que los chicos están haciendo para atenderlos como es debido – va señalando a Renji, Shuuhei, Kira y Toushiro que estaban esparcidos en sus respectivas actividades, quienes regresaron el aplauso ladeando la mano – solo nos quedan presentar dos canciones más – se escucharon algunos lamentos – y para la penúltima canción, le pediremos a alguien del público que suba a cantar con nosotros – aquello fue una idea alucinante, todos se emocionaron, aunque sus hermanos voltearon a ver a Satoshi extrañados, eso era algo que no tenían contemplado, de hecho ellos creían que solo faltaba una presentación más, incluso ya se estaban preparando en sus respectivos instrumentos – alguien, de pura casualidad…. ¿se sabe la vie en rose? – varios alzaron la mano, tratando de llamar la atención del guitarrista – muy bien, me tapare los ojos y elegiré alguien al azar….

Se tapa los ojos señalando con su dedo al frente mientras movía su brazo a un punto "aleatorio", aunque claro, sabía perfectamente en qué momento detenerse.

-tú – señala justo a Nanao, quien nerviosa mira a cada lado suyo pensando que se refería a alguien más – la chica de lentes, blusa rosa, cabello negro, peinada con un chongo – era más que claro que se refería a ella, tanto la misma Nanao como Haruki no podían tener mirada más escéptica, claro que Satoshi ignoro olímpicamente a su hermano – vamos sube…. – todos empiezan a aplaudir para animar a la elegida

-¿Qué? N-no… y-yo….no… - aletea con los brazos, como si de verdad tratara de salir volando de esa situación

-anda Nanao, te sabes perfectamente esa canción – la habla Nemu ya empujándola al escenario

-no…. Nemu…. – pero ya era tarde, cuando acordó, ya estaba en el escenario a pocos metros del micrófono

La mirada sorprendida de su senpai no ayudaba nada a calmar sus nervios, sentía el corazón a punto de salírsele del pecho en cualquier momento, no, no podía hacer eso.

Estaba por echarse a correr, hasta que escucho los arpegios al piano improvisando la entrada de la canción que tocaba Haruki, invitándola, apoyándola con un sutil y amigable gesto a que pasara a cantar. Satoshi se impresiona de lo que hizo su hermano, llego a creer que se desmayaría o algo, pero al ver que estaba animando a Nanao, comenzó a dar los arpegios en la guitarra, marcando una entrada en loop para darle tiempo a tomar aire, acercarse al micrófono y empezar a cantar.

(La Vie En Rose - Daniela Andrade)

Hold me close and hold me fast

This magic spell you cast

This is La Vie En Rose

When you kiss me heaven sighs

And though I close my eyes

I see La Vie En Rose

Estaba bastante nerviosa, lo denotaba al agarrar el micrófono como si fuera su único soporte para no desmoronarse, pero a pesar de el leve temblor en su voz y estar parada como estatua, su voz sonaba como un auténtico ángel. Realmente estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para poder seguir cantando, y eso claro que lo estaba notando con fascinación Haruki que a pesar de no ser capaz de despegar su vista de ella no fallaba en los acordes para acompañar la voz de Nanao y los arpegios en la guitarra.

Vaya calidez que estaba trasmitiendo, o al menos Haruki se sentía en las nubes, en otro plano al escucharla.

When you press me to your heart

I'm in a world apart

A world where roses bloom

And when you speak angels sing from above

Everyday words seem to turn into love songs

Podía sentir la mirada de Haruki detrás de ella, escuchar como le daba ánimos con la armonía improvisada que estaba tocando en el piano, era como si sin palabras le dijera "tu puedes, no hay nada que temer". Y en efecto, al voltear un poco a su izquierda pudo ver el asentimiento de Haruki invitándola a continuar. Aquella sonrisa cálida de su senpai fue suficiente para que sus hombros se relajaran y pudiese continuar cantando con mayor confianza. Si, no había nada que temer, tenia la plenitud que Haruki no la dejaría caer, estaba ahí siendo su soporte.

Give your heart and soul to me

And life will always be

La Vie En Rose

Hubo un pequeño intermedio musical en el que la guitarra entonaba la melodía mientras que el teclado continuaba haciendo las sencillas, pero hermosas armonías. Fue ese pequeño momento en que Nanao volteo a ver a Haruki, viendo el rostro suave y cálido del violinista que tenia una tenue sonrisa en los labios.

Sus miradas se encontraron, pero estaba vez no hubo pisca de nervios, de la alerta de salir corriendo. Esta vez fue un sentimiento reconfortante, incluso pudo interpretar en la mirada de Haruki que ya estaba por llegar su entrada, así que Nanao, con un encantador resplandor en su cara, se dio la vuelta tomando de nuevo el micrófono.

And when you speak angels sing from above

Everyday words seem to turn into love songs

Give your heart and soul to me

And life will always be

La Vie En Rose

Ahora que ambos comprendían lo que les sucedía se sentían realmente en una burbuja rosa, todo el mundo había desaparecido, se olvidaron por completo de que estaban en un evento celebrando el 14 de febrero, simplemente disfrutaban aquel sentimiento que ya se había esclarecido por completo.

Sostuvo la última frase sintiéndose justamente de esa manera, sin imaginarse que compartía aquel sentimiento con Haruki, quien, en conjunto con los arpegios de la guitarra, tocaba la sucesión de las ultimas notas, finalizando la canción, pero comenzando una serie de nuevos momentos futuros.

-un aplauso por favor… - Satoshi les revienta la burbuja al acercarse al micrófono – a nuestra voluntaria que fue completamente al azar para cantar con nosotros – los aplausos la ponen un poco incomoda y cohibida, pero, de todos modos, dio una reverencia al público dándose luego la media vuelta y encarar a Haruki.

-eso fue maravilloso señorita – la felicita, tomándole sutilmente la mano – que honor que haya cantado con nosotros – le da una reverencia con su cabeza

-el honor fue todo mío senpai – se le tiñen adorablemente sus mejillas, gesto que se veía aun más divino con su dulce sonrisa – vaya que fue una suerte que me hayan elegido a mi – dice inocentemente

-si, una gran suerte… - suelta con disimulado sarcasmo mirando por el rabillo de su ojo a Satoshi, cuya sonrisa divertida lo delataba demasiado

-los dejo continuar, estoy segura de que cerraran con broche de oro – retira sutilmente su mano del agarre de Haruki, aunque por ella, hubiese continuado con aquel inocente contacto

-téngalo por seguro – afirma este, no pudiendo romper el contacto de sus miradas

Finalmente, baja del escenario, sintiendo que la sonrisa no se borraría de su rostro, aunque ahora, sentía que podía entregarle los chocolates a Haruki una vez que acabara el evento.

Busco a Nemu entre la gente, no encontrándola en ningún lugar. Claro, seguramente huyo para evitar su posible reclamó al subirla de esa forma al escenario. Quizá le reclamaría, quizá no, por ahora no podía pensar en ello.

En el escenario comenzaron nuevamente a prepararse para presentar la última canción de la tarde. Asahi detrás de la batería, Haruki tomando nuevamente su violín, de donde quito con mayor vehemencia el pañuelo que lo cubría mientras que Satoshi llevaba el arpa de su hermana colocándola en su sitio correspondiente.

-voy por mi cello – dice disponiéndose a ir por su instrumento

-Satoshi… - lo detiene agarrándolo por la parte de atrás del cuello de su camisa - ¿Qué fue eso? – le cuestiona cruzándose de brazos y mirándolo inquisitivo

-pues voy por mi cello para tocar la siguiente canción – se desentiende

-sabes que no me refiero a eso – dice entre dientes - ¿en que estabas pensando al subir a Nanao al escenario? Hiciste que se incomodara…

-vaya suerte del azar ¿verdad? – sonríe mostrando toda su dentadura

-¡al azar nacieron los mellizos! – alza un poco la voz, siendo escuchado por ellos

-¡oye! – reclaman estos al unisonó

-pobre señorita, a ella le cuesta mucho presentarse en público – aunque, a decir verdad, lo hizo estupendamente, fue como ir al mismo paraíso siendo guiado por la voz de un hermoso ángel

-pues a ella le toco subir… - se alza de hombros – o que crees ¿Qué me puse de acuerdo con alguien para aprenderme esa canción y que deliberadamente señalé a Nanao porque ya ubicaba donde estaba? – se desentiende encaminándose a tomar su cello, dejando a Haruki gruñendo internamente.

Algún día se lo cobraría….

Por ahora, ya todo estaba listo para presentar la última canción de la tarde.

Asahi estaba preparado frente a su batería, Asami sentada en un banquillo con su arpa ya colocada sobre su hombro, Satoshi con su cello y Haruki ya listo con su violín colocado en su clavícula. El cuarteto estaba listo, pero para su sorpresa, Takeshi también se había colocado en una parte del escenario con el contrabajo, lo que dibujo gestos alegres y emocionados en sus demás hermanos.

Esta vez si ubico a Isane entre en publicó, a quien extendió su mano en un gesto caballeroso para darle las gracias por su presencia aquella tarde, gesto que la nueva profesora agradeció con una fina reverencia.

(Simply Three - Rain)

Haruki y Satoshi empezaron con los pizzicatos, dando entrada al contrabajo de Haruki mientras que Asami hacia algunas bellas armonías con el arpa. Por supuesto que su hermano mayor se sabía aquella pieza, fue la primera que tocaron juntos en el escenario de la escuela al presentarse por primera vez como la prodigiosa familia de músicos.

En ese entonces, festejaban la graduación de Takeshi a los 27 años y su incorporación como profesor, y también, que los mellizos hayan entrado a los 15 años.

Aquella canción trasmitía el amor y la unión familiar que había entre ellos, la simbiosis que tenían al estar unidos por la música, y la que tocaban de nuevo con la efusividad y dulzura como aquella vez, incluso aun mayor ahora que Takeshi volvía a los escenarios con ellos.

Asahi dio unos cuentos remates en su batería, diciendo que él también estaba ahí con ellos y dando entrada ahora a el violín que empezó a tocar con un gusto embriagante. Cualquiera que lo viera tan dichoso en ese momento quedaba prendado y contagiado, y Nanao lo demostraba al verlo con las mejillas levemente sonrojadas, ahora comprendía por que justo en ese evento es que al fin tuvo claridad de lo que sentía.

La interpretación estaba dejando en claro otro tipo de amor, el amor fraternal de aquellos hermanos, cada uno demostrándolo con su respectivo instrumento que se unía a la voz de los demás. Asami con las armonías del arpa de fondo, siempre ahí en la vida de todos sus hermanos, siguiendo a Satoshi junto con Asahi cuando eran más pequeños, siendo cargada en los brazos de Takeshi y llevándola a los hombros, con Haruki despeinándola y animándola a no rendirse ante las estrictas enseñanzas de su abuelo a tan corta edad.

El contrabajo y el violín se respondían uno al otro, casi diciendo que se apoyarían en todo, que Haruki estaba en todo con su hermano mayor en aquel difícil paso que el día de hoy estaba dando, y Takeshi también le agradecía eso y la confianza de contarle todo.

Satoshi con el cello de fondo, mostrando que podía ser el apoyo y pilar de sus hermanos siempre que se necesitara, ya sea al confabularse para meterse en aprietos o tener que hacer alguna cosa extraordinaria para su bien.

El violín se sobrepuso un momento a los demás, seguido de la batería, las armonías contrastantes del arpa y cello, luego todos se unieron intensificando la felicidad del quinteto de estar todos juntos en un escenario, en el que se entendían a la perfección, en el que estaban mucho más unidos, no importando si estaban en medio de una tormenta.

El violín canto la ultima estrofa, gritando feliz por aquel maravilloso día…

Silencio por largos segundos o quizá minutos, el publico se había quedado abrumado por aquella ultima interpretación de aquella familia. Luego los aplausos y gritos retumbaron en todo el café, sumados también a los de sus amigos y el matrimonio dueño del lugar. Rukia prácticamente tenía algunas lagrimas de felicidad contenidas en los ojos mientras su esposo la rodeaba por el hombro.

Los hermanos se pusieron en hilera abrazándose por los hombros y haciendo una reverencia conjunta, podría decirse que aquel trillado día adquirió otro significado para cada uno de ellos.

El evento resultó salir mucho mejor de lo que hubieran imaginado o planeado. Varias personas se acercaron a los hermanos en cuanto terminaron de tocar la última canción, ya sea para pedirles sus autógrafos o tomarse una foto con ellos, siendo hasta después de una media hora más que el lugar empezó a quedarse poco a poco más tranquilo.

-nos fue mejor que en un mes entero – dice Ichigo sacando el arqueo de la caja

-te dije que pedirles a los chicos que tocaran atraían a muchos clientes – se regodea Rukia – varios clientes me preguntaron cuando tocarían de nuevo

-¿y de verdad no quieren recibir paga? – pregunta el peli naranja

-les insistí, pero mejor me dijeron que se le repartiéramos lo que planeábamos pagarles a ellos - señala a sus empleados, quienes estaban desparramados entre sillas y sillones, completamente exhaustos por la locura de ese día – dijeron que ellos se lo merecen más – y estaba de acuerdo, sus chicos sí que habían hecho un excelente trabajo

Mientras tanto, los hermanos estaban guardando sus respectivos instrumentos en los estuches y desconectando el equipo, todo mientras reían y daban algunos comentarios del evento, de verdad que lo habían disfrutado tanto que no vieron necesario que la capitana les pagara. Aunque Haruki especialmente estaba prácticamente en las nubes, suspirando a cada momento y tarareando algo que de momento no alcanzaban a escuchar.

-¿la princesa de los Yamamoto no ayuda a guardar los instrumentos? – Se acerca Grimmjow a Asami – te tienen demasiado consentida niña – sonríe altivo

-Oh, perdona que eso te moleste, pero cada uno maneja sus instrumentos- Contesto, lasciva, afilada, esa noche no había usado sus instrumentos de viento, así que, no podía mover por su cuenta el arpa -Se que tú serías muy bueno para cargar mi arpa, me gustaría verte hacerlo…

-no lo veo necesario, ya tienes a tu esclavo personal que se encarga de eso – mira justo a Sato saliendo con el arpa de Asami – las cosas entre ustedes no han cambiado… – se le dibuja una sonrisa un tanto melancólica – Sato aun te consiente como si siguieras siendo la niñita de once años que lo seguía a todas partes…

-Cualquiera de mis hermanos es capaz de llevar mi arpa por mi...

-Habla por los demás- Dijo Asahi al pasar a un lado de ellos, sonriendo, petulante.

-No ayudes- Masculló Asami, escuchando la sonora carcajada de Grimmjow -Y a todo esto, ¿en qué te molesta? No eres tú, alégrate por eso

-quizá algún día sea mi turno de cargar tu arpa, princesa… - sonríe petulante, casi seductor, o al menos eso le pareció ver por un momento a Asami

Sonrojo, eso fue lo primero que mostraron sus mejillas, y aunque por un momento sus pensamientos hicieron cortó, sacudió la cabeza para aclarar sus ideas.

-Pues sigue soñando- Se cruzó de brazos, desviando la mirada, tratando de controlarse.

-tocaron muy bien… – el cambio abrupto de su voz la hizo mirarlo de nuevo – nunca había escuchado tocar a los Yamamoto todos juntos… tienen una coordinación que no había visto en ninguna banda – en su usual gesto déspota y desafiante que tenía la mayor parte del tiempo ahora observaba algo más… ¿añoranza? ¿Dolor? No supo descifrarlo, pero realmente comenzaba a creer que Grimmjow ocultaba algo

-oye Grimm – le habla Satoshi casi desde la entrada - ¿puedes ayudarnos con algo? –

-claro…. – se de la media vuelta guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón sin decir más o darle una última mirada a Asami

Si había algún enigma detrás de su comportamiento, ella no lo entendía, sus miradas a veces solían perderse en la nada, podía notarlo cuando su hermano hablaba con él, incluso en los ensayos había momentos en que se desconectaba de ellos.

-Todos tenemos secretos, el tendrá los suyos- Pensó en voz alta para mi sí misma, pero todo dentro de un murmullo leve -¡Sato! ¡Quiero un masaje! – grita alcanzando a sus hermanos que guardaban el quipo

Si iba a seguir fastidiando, tenía que ser con una buena excusa, así que pedirle eso a su hermano era lo más viable para seguir cerca de Grimmjow.

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-Isane-sensei… – esta se sobresalta en su lugar al ver llegar a su colega a su mesa

-Yamamoto sensei, dieron una presentación maravillosa – se pone de pie poniendo sus manos al frente y dar una reverencia – ahora entiendo mejor porque se habla tanto de usted y su familia

-muchas gracias, aunque su talento también la precede – este coloca un mano en su pecho, correspondiendo la reverencia de su colega - ¿ya ordeno algo?

-aun no, la verdad me quede demasiado absorta con su familia que no se me ocurrió pedir algo…

-en ese caso, permítame traerle una sugerencia mía, yo invito claro – le invita a tomar de nuevo asiento, a que lo esperara

-no tiene por qué molestarse profesor… - toma asiento, realmente Takeshi era el tipo de hombre que se notaba que seguía educado como antes

-no es molestia, y llámeme Takeshi, no estamos en la escuela en este momento – le ofrece una cálida sonrisa, que calma y pone nerviosa al mismo tiempo a la profesora

-en ese caso, gracias, Takeshi… - este se retira a pedir el café directo a la barra.

Hablaría unos momentos con su colega, las charlas entre ellos siempre eran vigorizantes, además, sus hermanos eran capaces de desmantelar todo sin su ayuda.

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Dame lo que esconde tu mirada... y te doy el lado izquierdo de mi pecho —la voz de Haruki apenas y se levantaba por encima del viento de la noche, un canto profundo y aterciopelado tan suave como la claridad que tenía su corazón en aquellos momentos; el muchacho sonreía con los ojos entrecerrados, un leve rubor inundaba sus mejillas conforme él seguía cargando los instrumentos hacia el auto de su hermano, pero no tenía nada que ver con el esfuerzo extra que estaba haciendo al cargar con el cello de Sato para poder colocarlo en la parte trasera del auto mientras el despistado de su hermano saludaba a algunos estudiantes que habían ido a verlos.

Haru se había ofrecido a subir los instrumentos al vehículo de su hermano y al auto de su padre mientras el resto de sus hermanos saludaban, se despedían o guardaban sus respectivos instrumentos. Después de todo, él ya había visto a la única persona a la que quería dedicarle unas palabras esa noche, se había despedido de sus amigos, de la capitana, de su esposo.

Estaba...

Te regalo toda la luz de la luna, mi pasado, mi fortuna, mi futuro mi razón

En paz.

Esta noche no la cambio por ninguna, si esta vida es sólo una, contigo sabe mejor —cantó un poco más fuerte, levantando la mirada hacia el cielo sintiendo que la luz de la luna llena (que cada vez era más visible lo bañaba como un manto protector mientras los tonos del cielo se iban oscureciendo.

El naranja plagaba el horizonte y el viento se había vuelto más frío, aunque por el esfuerzo físico no sentía el sereno, sabía que debía abrigarse después de haber estado cantando y tocando largo rato.

Dame alguna de tus madrugadas y te doy mi corazón por la mitad —cantó suavemente antes de reírse y añadir —se lo doy entero...

Se giró para volver a la puerta trasera y recuperar su violín, pero no llegó más allá al percatarse de la presencia de Nanao.

Su silueta se recortaba contra las luces de la cafetería y de la ciudad, parecía diminuta en comparación a los edificios que la rodeaban, y sujetaba contra su pecho algo pequeño, así como solía sostener sus libros y sus cuadernos.

Haru suspiró mientras una sonrisa boba se extendía sobre su rostro, Nanao pasó saliva con dificultad, y luego ambos se armaron de valor, avanzando a pasos torpes hasta el encuentro del otro sintiendo que los nervios aumentaban conforme cerraban las distancias.

Pero, por primera vez, las ganas de salir corriendo que nacieron en el corazón y al fondo del estómago de ambos no fue para huir del otro, sino para llegar al encuentro, porque por primera vez ambos necesitaban desesperadamente agotar las distancias que les separaban y fundirse en un abrazo que matara todas las dudas junto al espacio entre ellos.

No, Haruki se frenó en seco a un metro de Nanao al verla bajar la velocidad, la chica se pasó un mechón de cabello sobre el oído y desvió la mirada, preguntándose cómo iniciar aquella conversación, sin embargo, cuando el mechón volvió a caer sobre el rostro de Nanao, fue Haruki quien tomó la delantera, alzando una mano para despejarle el rostro y plantar una caricia clandestina a su mentón, gesto que le hizo suspirar y levantar la mirada hacia él, pasando saliva y sonriendo dulcemente.

—Señorita —murmuró saboreando aquella palabra por primera vez, percatándose de la media sonrisa que se apoderó de la boca de la chica —, si se queda mucho tiempo aquí sin abrigo se va a resfriar.

—Podría decirle lo mismo, Haruki-senpai —murmuró ella con aires distraídos al percatarse de que Haru no llevaba la chaqueta encima —. Yo... —comenzó insegura, mirando la caja de chocolates y haciéndole a Haru pasar saliva, sin atreverse a albergar esperanzas —es que yo... Yo pensé en agradecerle —murmuró con voz ininteligible, alzando la caja hacia el violinista y haciéndole suspirar con una sonrisa radiante.

—Señorita Nanao, ¿me está dando chocolates el catorce de febrero? —cuestionó aceptando la caja y consiguiendo que Nanao se sonrojara hasta las orejas.

—¡No! ¡Yo, no, no, es que!

—Perdón, no quise decir eso —murmuró el muchacho retrocediendo y rascándose la nuca.

Nanao soltó una risa por lo bajo, pensando en que sí quisiera ser así de valiente, darle los chocolates por el catorce, confesarle un pensamiento que recién había cobrado sentido para ella un par de horas atrás, pero no, pasó saliva y sonrió mirando a su senpai.

—Sí, le estoy dando chocolates —murmuró mientras todo el valor se esfumaba —, quería agradecerle por las asesorías y por todo lo que ha hecho por mí. Mis profesores han notado la mejoría luego de un par de clases con usted y de verdad... Bueno, yo quería agradecerle de alguna forma, y no se me ocurrió nada mejor que darle chocolates...

Haru recibió la caja y sonrió de medio lado.

—Gracias...

—¡No quiero que me tome a mal este atrevimiento! —se apresuró a decir la chica, alzando los ojos hacia Haru en un gesto suplicante, sabiendo que todo se podía ir al caño en ese momento, habiendo descubierto que estaba enamorada, ahora con mayor razón no quería alejarse de él, ¿había cometido un error? —De verdad mi intención es agradecerle por tanto porque...

Haru soltó una risa por lo bajo y negó con la cabeza, haciendo sentir a Nanao más tranquila ante aquel gesto desenfadado.

—Bueno, su atrevimiento es bien recibido —murmuró el muchacho con los ojos fijos en la caja de chocolates —, pero con una condición.

—¿Cuál?

—Que usted no me tome a mal si se me ocurre regresarle chocolates en marzo. Y perdone mi atrevimiento —añadió preguntándose de dónde había salido tanto valor —, pero no sabe cómo me hace feliz recibir chocolates de su parte, señorita —añadió al final, agachándose a depositar un beso en la mejilla de la chica.

No, Nanao se movió por inercia, fue un respingo temiendo la cercanía de su senpai, así que el beso que Haru destinó para ella terminó rozando la comisura de su boca, haciéndole suspirar a ambos.

Nanao cerró los ojos correspondiendo al beso antes de romper el contacto y sonreír ambos de manera soñadora.

Si bien, permanecieron varios segundos más en silencio, mirándose a los ojos con una sonrisa radiante en los rostros, la voz de Sato en la distancia les hizo volver de sopetón a la tierra, volviendo el rostro hacia la entrada trasera de la división y dando un salto.

—¡Oye! Takeshi pregunta si echamos tu violín al... ay, perdón, yo... —Sato compuso una mueca, sabía cuánto significaba Nanao para su hermano, y arruinarle un momento con ella habría sido lo peor que podía haberle hecho.

Sin embargo, Haruki sonrió guardando una mano en el bolsillo y miró a su hermano.

—Lo echaré al auto de papá y me llevaré mi moto. ¿Quieren que me lleve alguna mochila o algo?

Sato suspiró sintiendo alivio al ver a su hermano tan tranquilo, mirándole todavía con dudas, pero sonriendo ante su calma.

—No, gracias, iré a decirle entonces.

Se quedaron solos de nuevo mientras una nueva corriente de aire los envolvía, haciéndoles estremecer.

—Será mejor que me vaya —murmuró Nanao retrocediendo medio paso —. Nemu se fue antes, entonces debo buscar cómo irme.

—Si gusta, puedo llevarla —ofreció el muchacho con un gesto esperanzado, sintiendo que el corazón le daba un vuelco ante la posibilidad de llevarla hasta su hogar como el caballero andante que Sato decía que era —, digo, si no le importa moverse en motocicleta...

—¡Ay, no! —exclamó angustiada, sabiendo cuánto quería ella aceptar el ofrecimiento sólo por pasar un rato más al lado de él —No me atrevería a desviarlo de su rumbo sólo por algo así.

—Nanao —murmuró Haru conteniendo el aliento luego de pronunciar el nombre de aquella joven por primera vez sin sentirse indigno —, nada me haría más feliz. Si la moto es un impedimento...

—¡No es la moto! —afirmó ella con voz trémula, mirando al costado y retorciendo sus dedos en un gesto nervioso que Haru le había visto antes —No es la moto —repitió la chica más tranquila —. De verdad no quiero desviarlo luego del concierto que dieron, debe estar cansado y yo...

—No podría permitir que se vaya sola a casa, señorita —murmuró el muchacho sonriendo de medio lado —. Perdón —murmuró retrocediendo medio paso, mordiéndose el labio —, no quiero incomodarla con mi imprudencia. Pero —añadió antes de pasar saliva —, me gustaría saber cómo se irá a casa y, si no es mucho pedir, que me avise cuando llegue, me quedaría muy tranquilo de saber que está a salvo, preferiría llevarla.

—¿No es un problema? —inquirió la joven esperanzada, permitiéndose creer que tanta insistencia tenía que ocultar algo más (mucho más) de lo que parecía a simple vista.

—Para mí será un placer —aseguró el violinista con una sonrisa radiante, sintiendo que la felicidad en su interior no cabía, que comenzaría a desbordarla en cualquier momento —, sólo tendré que pedirle paciencia mientras termino de subir todas las cosas al auto de Takeshi, quince minutos y estoy con usted.

—Está bien —musitó sin aire, sonriendo radiante —, iré reuniendo mis pertenencias —añadió agradeciendo haberse puesto pantalón ese día bajo la premisa de que podría hacer frío al anochecer.

Haru sonrió viendo a Nanao entrar de nuevo a la cafetería y suspiró sintiendo el frío de la noche recorrerle, como si aquella joven hermosa y extraordinaria hubiese funcionado como un escudo protector contra el sereno.

El violinista volvió su atención a los instrumentos mientras retomaba su canto, sintiendo que la noche no podía ser más perfecta.

Dame una esperanza, dame noches que no acaban, un beso robado, un pecado, una canción —su voz se alzó poderosa mientras él terminaba de subir las cosas al auto, bailando al ritmo de una guitarra lejana, sintiendo que su corazón se llenaba de esperanza, de sueños, de inseguridades sí, preguntándose si eso era el enamoramiento, sabiendo que quería sentirse así por siempre, que quería seguir viendo a la joven Nanao y sentir que el corazón le latía tan fuerte que se le saldría del pecho, que podría morir en ese mismo instante como el hombre más feliz, pero también teniendo el motivo más poderoso de todos para aferrarse a vivir —Y no digas nada, se mi luz de madrugada, mis latidos, mis sentidos mi respiración

….

-Asahi – le llama Karin, desviándolo de momento de su tarea al desmantelar su batería – tocaron increíble, a todos les gustó mucho…

-gracias cuñada en proceso – interrumpe Satoshi las intenciones de su hermano menor de agradecerle el alago a su amiga – tocaremos con gusto en tu boda, tu solo pásanos sus canciones favoritas – molesta sonriéndole socarrón a su hermano, quien retiene en todo lo posible sus intenciones de asesinarlo

-Sato…. ¿hasta cuándo seguirás molestando con eso? – cuestiona Karin, ya demasiado acostumbrada a las insinuaciones de los hermanos respecto a Asahi y ella

-además, se supone que estabas llevando los instrumentos al coche – le dice Asahi dejándole en claro con eso de que no se metiera

-de acuerdo de acuerdo – ladea la mano – allá ustedes… iba a grabar la confesión para hacerles un video en día de la boda – dice al tiempo que se retiraba con dos amplificadores en cada mano

-¡Satoshi! – reclaman al unisonó Karin y Asahi, sintiendo un leve rubor en sus mejillas, reclamo que claro, Sato ignora por completo

-como fastidia… – bufa Asahi, continuando con la tarea de desmantelar la batería para tratar de distraerse del calor que se acumuló en su rostro

-¿quieres que te ayude? – ofrece Karin inclinándose a un lado suyo

-gracias, puedes ir guardando todo en el estuche – le indica donde están estos, yendo gustosa por ellos bajo la mirada dichosa del castaño

Lo único malo de su instrumento era que no era tan sencillo trasportarlo como los de sus hermanos, él debía armarla, ajustarla y luego volver a desarmarla para guardar cada parte de la batería en su respectivo estuche. Aunque eso no le molestaba, podría decir que disfrutaba en ir armándola y darle tal dedicación, tarea que se vio disfrutando más al tener a Karin ayudándole. Y no es que sus hermanos no supieran apoyarlo en eso, también ellos eran capaces de armar y desarmar una batería y dejarla lista para tocarla, pero en sí, cada uno de ellos era muy quisquilloso y sumamente cuidadoso con sus respectivos instrumentos, por eso preferían encargarse por si mismos de ellos.

-Rukia-san dice que no quisieron aceptar que les pagaran por tocar en el café – rompe el silencio Karin en lo que guardaba una tarola

-no quisiera sonar presuntuoso, pero mis hermanos y yo no necesitamos la paga – comenta humilde quitando los platillos

-pues si sonaste a niño rico – se burla codeándolo, sacándole una pequeña risa

-además, este café es uno de nuestros sitios favoritos, y tocar aquí fue estupendo – guardaba el pedal y demás cosas pequeñas en una bolsa negra de cierre – cuando tocamos en alguna presentación en la escuela, o en algún lugar que nos contrate existe un poco de presión, aquí fue como tocar por puro gusto, por eso no pudimos aceptar que nos pagaran

-entiendo… - era un gesto muy noble de los hermanos, por eso le agradaban tanto – y creo que ellos la necesitan más – señala a los chicos que trabajan ahí, quienes seguían recostados al fondo del lugar – parece que regresaron de la guerra – bromea, a lo que ambos sueltan a reírse

-pues el lugar se llenó como cambo de batalla, no los culpo – dice Asahi terminando de desmantelar toda la batería y guardando el bombo en su respectivo estuche – gracias por ayudarme, mis hermanos y yo nos encargaremos de subirla a los autos…

-espera un momento… - la ve correr detrás de la barra, la que brinco como si se tratara de una gimnasta, tomo algo y de la misma forma regreso a donde Asahi – toma… - le extiende una caja pintada a mano con un dibujo abstracto de una batería y las percusiones que esta hacia

Claro que ya se esperaba que su amiga le regalara chocolates, era el día del amor y la amistad después de todo, así que la toma sin mayores complicaciones, aunque si con mucho gusto y pensando en que guardaría esa caja decorada junto a la chaqueta que también Karin decoró el día que se conocieron. Lo que si no esperó fue sentir el fugaz beso en su mejilla y la linda sonrisa de Karin cuando volvió a verla, no dándole tiempo de decirle algo al retirarse junto con los chicos a quienes les dijo que debían cerrar el lugar, recibiendo quejas por parte de Renji y Shuuhei.

No es que tuviera dudas de lo que sentía por su amiga, quizá aún albergaba la inseguridad de arruinar su amistad, pero más que nada, estaba esperando el momento adecuado para declarársele, y hacerlo en un día tan trillado no era opción para él, no, debía ser en un momento mucho más especial y significativo.

….

Las palabras de Haru todavía retumbaban contra su cabeza.

El muchacho había entrado a buscarla con el casco en una mano y la chaqueta en la otra, y le había ofrecido ambas cuando se encaminaron a la entrada alegando que las necesitaría.

—Pero usted —trató de iniciar ella mientras el muchacho se ponía la camiseta de franela a cuadros rojos y negros, manga larga.

—Yo me arreglo bien con esto —admitió al final atándose el cabello en un chongo desorganizado para no darle problemas a Nanao —, después de todo, es mi medio de transporte más usado luego de la Penny.

Y aunque la chica había aceptado con timidez el abrigo para moverse, su sorpresa sólo hiso por crecer cuando vio al violinista subirse a su vehículo y sonreírle de medio lado.

—Ahora —murmuró el muchacho estabilizando la motocicleta una vez que Nanao subió tras de sí, luego de que Haruki le ajustara el casco y le sonriera con dulzura —, me voy a ver en la penosa necesidad de pedirle que se sujete con confianza. ¿Ha viajado antes en motocicleta?

Nanao pasó saliva, ¿en moto? Jamás.

Y aunque la idea de aferrarse con ambas manos al cuerpo de Haruki le hizo sentirse mareada al dejar de respirar, a medio camino incluso se dio el permiso de recargar la barbilla contra su hombro, viendo el camino y suspirando profundo, comprendiendo por qué Haruki amaba andar en su motocicleta de un lado al otro.

El viaje les pareció increíblemente corto, y cuando Nanao por fin bajó de la moto y ofreció el casco de regreso, la joven se armó de valor para encararlo y cuestionar.

—Estaba cantando una canción en el estacionamiento, Haruki-senpai, pero no la reconocí. ¿Cómo se llama?

—Se llama Contigo, la canta Elefante y... —pero no se atrevió a confesar que, por primera vez en su vida, comprendía el verdadero significado de la letra —, y de verdad me gusta esa canción. Debería escucharla, es muy buena —se arriesgó a decirle sin atreverse a dedicársela.

Pero Nanao era lista, y comprendería (tal vez esa noche, tal vez poco después) que Haruki no compartía su música con nadie, a menos que de verdad quisiera transmitir algo.

—Lo haré hoy mismo —prometió la chica con media sonrisa —, por favor avíseme cuando llegue a casa. Quiero saber cuándo esté a salvo.

—Así será, señorita. Descanse —murmuró una última vez mientras Nanao se acercaba a depositar un beso en su mejilla antes de correr y encerrarse dentro de su casa, con el corazón latiendo a mil por hora. —Dame lo que guarda tu mirada —cantó para sí mismo mientras arrancaba el motor de su motocicleta sin percatarse de que Nanao se había quedado con su cazadora por los nervios del momento.

Ya se la regresaría el lunes, luego de dormir con ella, luego de memorizarse su perfume, luego de imaginarse la posibilidad de ser correspondida, tal como Nemu se lo recitaba una y otra vez.

Y te doy el lado izquierdo de mi pecho —continuó Haruki comprendiendo por primera vez el significado de aquella frase, sintiendo que, en ese sitio, justo del lado izquierdo de su pecho, el corazón le latía con más fuerzas.

Soltó una risa por lo bajo en la siguiente luz roja.

Esta noche no la cambio por ninguna —ya el tiempo diría, pero ahora que entendía por fin, se daría el lujo de sentirse así de enamorado un poco más, ya trataría de entender ese sentimiento después, de momento lo disfrutaría al máximo.