Al principio había sido reacio a la idea de conocer un amigo de la Leona.

¡Pero qué equivocado estaba!

—¿Tienes muestras de malaquita? ¡¿Cómo las conseguiste?!

Si, Chrome era asombrosamente interesante, ahora agradecía a su amiga Leona de presentarlos. Sobre todo, porque el niño había llevado parte de su colección de minerales.

—¡La encontré el día que mi papá me llevo a la mina! También, la última vez que fui encontré esto .-el niño castaño sonrío mientras sacaba de su mochila otra de sus piedras favoritas-. ¡Admira la Galena, Senku!

—¡Excelente! .-tomó la piedra de manos del niño que solo soltó una risa ante la vista de encontrarse con un nuevo conocedor de todos los minerales que coleccionaba-. ¡Esto es diez billones por ciento emocionante!

La única que estaba al ras de esa curiosa situación era Kohaku, la rubia no entendía que tenía de fascinante todas esas rocas, solo eran eso. Su hermana a un lado solo sonreía mientras escuchaba la conversación de ambos niños, completamente emocionados por esas rocas que Chrome encontraba cada que su padre lo llevaba de excursión a las minas en las que trabajaba.

—Son solo piedras .-suspiró Kohaku aburrida de tanta charla sobre rocas-. Sabía que se iban a llevar bien, pero nunca creí que tanto.

—¡No son solo piedras Leona! .- Senku giro la vista a su amiga levantando la llamada Galena-. ¡Este mineral era utilizado como cosmético en el antiguo Egipto! .-volvió la vista a Chrome mientras rebuscaba en su propia mochila, sacando la tableta para sacar una foto a la pequeña colección-. ¡Esto se lo mostraré a la Doctora Chelsea! Estoy seguro que podrá darnos ubicaciones más exactas de donde se encuentran.

—¡¿Conoces a la Doctora Chelsea?! .-Chrome grito mientras se acercaba a su nuevo amigo a rastras-. ¡Que malote!

—Es amiga de mi tutor, el Doctor Xeno .-sonrío mientras volvía a guardar la Tablet-. Quizás, pueda invitarte al departamento cuando la Doctora Chelsea venga de visita.

—¡¿Tú eres el niño que cuida el Doctor Xeno?! .-se giró a ver a Kohaku apuntando en forma acusadora con su dedo-. ¡Gorila! ¿Por qué no me dijiste?

Kohaku, lejos de responder al reclamo se acercó a golpear en la cabeza al niño, haciendo una mala cara ante el apodo que odiaba. Incluso, había llegado a pensar que prefería el de Senku.

—Xeno seguramente también se emociona con tu colección, Chrome .-Senku se levantó del suelo para caminar hacia la cama de su amiga y poder sentarse.

—Quizás, también podemos arreglar una visita a una de las minas de papá .-la mayor de todos los niños se había mantenido callada, pero le pareció buena idea salir con los amigos de su hermana.

—¡Eso sería genial, Ruri! .-Chrome frotó su cabeza debido al golpe que había recibido por parte de Kohaku, por eso le decía gorila, por su fuerza bruta-. Mi papá nos puede dar la visita guiada.

El padre de Chrome trabajaba en la empresa minera de Kokuyo, encargándose de supervisar el mantenimiento de estas, además de todos los minerales que se extraían.

—Tú y Senku son unos nerds .-suspiró mientras volvía a sentarse en su cama, a un lado de Senku-. Te dije que te iba a caer bien .-le susurro a su amigo quien solo le saco la lengua, la verdad es que Kohaku estaba feliz de que Senku y Chrome se llevaran bien.

Senku estaba entretenido, era la primera vez que dormiría en una casa ajena, pero por ese momento no estaba preocupado de lo que pudiera pasar más tarde. Diez billones de puntos para el amigo de la Leona por ser tan interesante.

Hablaron entre los cuatro sobre cosas triviales, entre ellas cómo se conocieron Kohaku y Senku, historia que ella no le había contado del todo a su hermana por miedo a un regaño, pero Ruri le pareció tierna la manera en que Senku ayudó a su hermanita, estaba agradecida con eso. Turquoise les llevó aperitivos a todos, los postres que ella hacía eran sabrosos según Senku, pero parte de él gustaba más de las tartas que preparaba junto a Stanley y Xeno cuando a alguno de los dos hombres se le ocurría una nueva receta.

Lo que sí, Kohaku había tenido cierto interés en conocer a los demás amigos de Senku, los que vivían en Japón exactamente. Así que habían acordado hacer una llamada grupal entre Yuzuriha, Taiju y el mimado de Ryusui, Kohaku había asegurado que el japones que su padre les enseñó a ella y su hermana era bueno así que solo tendría que hacerle de traductor a Chrome y un poco solamente porque el niño afirmó que sabía unas cuantas palabras gracias a toda la animación japonesa que veía, lo que lo llevó a querer aprender un poco del idioma.

La hora citada para la llamada era a las diez de la noche, cuando en su país natal fueran las once de la mañana, a sabiendas de que su mejor amigo Taiju era un dormilón los fines de semana, lo que sea que fuera a pasar en esa llamada lo ponía un tanto nervioso.

—¿Cuánto falta para las diez? .-Kohaku se metió una galleta la boca mientras observaba a su hermana conversando con Chrome, quien tenía un pequeño sonrojo en su rostro. Kohaku estaba emocionada de poder conocer a niños de otro país y de paso poner en práctica el idioma.

—Veinte minutos .-Senku bebió de jugo algo nervioso ¿Qué pasaba si entre ellos no se caían bien? ¿Tendría que elegir entre que amigos le caían mejor?

Ryusui ya había hablado bastante con Taiju y Yuzuriha, cuando un día se metió a una videollamada que Senku compartía con los otros dos, y casi de inmediato se había ganado a los de cabellos castaño. Esperaba que esta vez fuera igual.

También, esperaba que las cosas entre Stanley y Xeno estuvieran bien, si no tendría que poner en marcha el plan de ataque que habían elaborado con su rubia amiga. Esperaba no llegar a ese extremo.


Xeno cabía en lo que dijo Stanley, bien que el hombre era impulsivo y la mayoría de las veces solo se guiaba por sus instintos, pero...

—¿Una casa?... .-habló casi en un susurró mientras guardaba la cajita de vuelta en su abrigo-. Compraste una casa...

—Xeno, yo... .-vale, que estaba nervioso y nuevamente se sentía como un cobarde.

—¡¿Cuándo demonios la compraste, Stanley?! .-se pasó la mano por el cabello sintiendo que perdía toda la elegancia de la que se jactaba-. ¿Por qué demonios quieres una casa? .-casi sonó como si escupiera esas palabras.

—Hace dos días .-suspiro mientras se recargaba contra el mueble, quizás tenía que haberlo pensado mejor, pero ya estaban en eso-. Creo... Que lo más conveniente es mudarnos

—¿Y a ti quién te dijo que yo me quería mudar? .-frunció ligeramente el ceño mientras se recargaba en la mesa-. Primero, hablas sin siquiera preguntar y ahora haces esto ¿Dónde queda mi opinión en todo esto?

—Vale, quizás tenía que pensarlo mejor .-gruño ronco mientras miraba la cara de enojo de Xeno-. Lo siento.

—¿Qué sientes? ¿No haberme consultado o solo el dineral que gastaste? .-estaba enojado, realmente estaba enojado.

Para Xeno, ya había sido un desafío vivir con Senku y Stanley, por muy amigos que hayan sido y ahora pareja, él ya tenía una rutina establecida en ese lugar.

—No, no siento lo de la casa .-se paró firme y camino hacía Xeno colocando su mano a un lado de su cuerpo-. Siento de sentir. Siento tú miedo con esto, Xeno.

El científico alzo una ceja sin llegar a comprender lo que estaba diciendo su pareja ¿Tener miedo? ¿De qué?

—¿Disculpa? .-volvió a fruncir el ceño, colocando un dedo sobre el pecho del militar-. ¿A qué crees que le tengo miedo, Snyder?

—A tener un hogar. Uno conmigo y con el mocoso .-en parte, eso era lo que buscaba con la compra de aquella propiedad-. ¿Cuánto tiempo más vas a seguir evitando a Senku? ¿Eh? Este enojo, esta molestia que tienes. No es más que un berrinche tuyo por creer que te estoy sacando de tu zona de confort a la fuerza. Noticias Xeno, hace tiempo que ya estás fuera de esa zona, exactamente hace casi dos años que no estás en esa zona de confort, tanto tú y yo lo estamos.

—¿Qué mierda tiene que ver esto con tu arrebato? .-gruño cuando Stanley lo tomo por la muñeca con mala cara.

—En que no es un simple arrebato. Es mi manera de decirte que voy en serio contigo ¿Acaso no quedó claro cuando me mudé? Demonios, hasta tú me acabas de proponer matrimonio hace no más de unos minutos .-suspiró soltando la muñeca del científico, mirándolo a los ojos tratando de notar si este iba a escapar de esa conversación-. Tenemos un hogar aquí, lo sé... Pero creo que necesitamos algo más grande. Un lugar donde tu y yo podamos tener nuestro espacio, un lugar donde el mocoso tenga donde jugar y hacer sus experimentos raros contigo.

Xeno hizo una mueca sintiendo su cuerpo inmóvil ante todo eso, creía que simplemente todo eso era un arrebato por una entrevista de rutina con la bruja de Keiko, pero las cosas que decía Stanley lo golpearon directamente en el fondo de su corazón, porque sí, al parecer no era solo un arrebato lo de la casa y su propuesta de matrimonio.

—No voy a decir que quiero una familia, no estás listo para esa conversación aún .-continuo con sus palabras luego de notar la tensión en el cuerpo de su pareja-. Piensa que esto lo hago más por nosotros. Mierda, no me hagas ser cursi .-suspiró recargando la cabeza sobre el hombro de Xeno-. Te amo, quiero dar un paso más en esta relación extraña que tenemos. No es necesario casarnos si te sientes presionado, solo quiero un hogar contigo.

Todo lo dicho por Stanley, de repente cobró sentido. Si bien, iba a ignorar la parte una familia, el amor que sentía por el militar era real, y aunque a veces lo sacaba de quicio lo impulsivo que era el hombre, gracias a lo impulsivo que era, era la razón por la cual comenzaron sus besos cuando él estaba en la universidad, también era la razón de la cual Stanley estaba viviendo con él, la razón por la cual protegía a Senku y la razón por la cual amaba al hombre frente a él.

Lo que sí, de todo lo que dijo no iba a pasar en falso lo último.

—¿Me acabas de rechazar o quieres que lo vuelva hacer?

Stanley simplemente no podía creer que ahora los lugares se habían invertido, esas mismas palabras fue las que él mencionó después de su primer beso.


Cómo tenía una semana libre del encierro en el servicio militar, había decidido ir a molestar a su mejor amigo, se quedó en un hostal cercano a la universidad de Xeno y por las tardes de esos días lo molestaba cuando terminaban sus clases, como siempre hacía cuando lo visitaba.

Terminó conociendo a dos de las amigas de Xeno, Chelsea y Luna, las cuales le cayeron bien sin ningún esfuerzo, aunque lo que no esperaba, es que en esta ocasión había sido invitado a una fiesta el viernes por la noche, tampoco esperaba ver a un Xeno ebrio, perdiendo parte de la elegancia que tenía.

Wingfield, ¿Quieres bailar conmigo? .-una morena que no tenía idea de su nombre se había acercado a su amigo para hacer la pregunta, todo mientras movía las caderas sugerentemente hacia él, pero como siempre, el elegante de su amigo la rechazó cortésmente.

Disculpa, no quiero dejar a mi amigo solo .-Xeno sonrió pasando de la chica con Stanley siguiéndolo por detrás-. No me preguntes, no tengo idea de quién era.

Eso puede ser porque estás borracho .-rio mientras bebía de su propio vaso de cerveza, la verdad sea dicha, él también se sentía un poco ebrio, pero no importaba si podía recordar la cara de Xeno ebrio-. Es curioso verte así, nunca creí que asistieras a este tipo de fiestas.

Es la primera vez que asisto a este tipo de evento sociales, Stan .-se encogió de hombros dando un largo trago a su vaso-. ¿Quieres conocer la sala del telescopio de la institución?

Vale, pero no tengo idea porque ebrio tu lenguaje se vuelve más amplio, idiota .-sonrió mientras salían de aquel edificio.

Caminaron por el campus de la universidad hablando de cosas triviales, se conocían de toda la vida y había sido algo raro separarse para tomar distintos caminos, él siguiendo por la línea de la militar aún después de la academia y Xeno estudiando para ingresar como científico en la NASA, sabía bien que el cerebrito de su amigo lo lograría, prueba de ello es como se había ganado a sus profesores tanto como para le den las llaves de la sala del telescopio.

Y vaya telescopio.

Silbo al observar la gigantesca creación de la ciencia, con razón Xeno lo había traído.

¿En serio te dejan ocupar esta mierda? .-se acercó al aparato que parecía ser sacado de algún observatorio, todo Xeno se sentaba sobre una mesa, sonriendo ante la expresión que él tenía en la cara.

Sí, créeme que me ha ayudado con muchas de mis investigaciones.

Me alegro por ti.

Al final terminó por sentarse a un lado de Xeno dejando sus manos extendidas hacia atrás, observando el techo de vidrio del lugar, todo mientras Xeno daba datos sobre sus últimos descubrimientos de las estrellas o planetas, aún para ser solo un estudiante de segundo año los maestros lo tenían en cuenta para todo.

No supo del todo en qué momento su mano terminó descansando sobre la de Xeno y lo peor de todo era que el futuro científico se volvía más hablador estando ebrio, y aunque él gustaba de escuchar sus explicaciones en ese momento el alcohol en su cuerpo también lo estaba haciendo sentir irritado de tanto hablar.

Cierra tu maldita boca de una vez .-e impulsivamente se acercó a besarlo, notando como los labios de su amigo eran suaves.

Al principio, solo tenía los labios apoyados contra los de su amigo, pero después de un rato se vio en la necesidad de moverlos. Entrelazando sus dedos comenzó a besar a Xeno lentamente, lo que lo sorprendió fue que por una leve fracción de segundo su amigo le correspondió. Hasta que se alejó para poder correr a una de las ventanas y vomitar, al parecer no manejaba nada bien tanto alcohol.

¿Estás bien? .-se acercó al científico que lo miro mareado-. Mierda, anotare no dejarte beber tanto.

Xeno ni siquiera lo miro, pero lo pudo notar nervioso. Decidió que era hora de llevarlo a la cama, aunque no tuviera el permiso de ingresar a los dormitorios, pero para su buena suerte se encontró con Luna quien se ofreció a llevar a Xeno a su cuarto y aunque él creía que su deber como mejor amigo era cuidarlo, Luna lo convenció que estaría bien bajo su cuidado.

Y al día siguiente, cuando Xeno lo fue a despedir a la estación de autobuses, sintió un leve tic en una de sus cejas cuando menciono lo del beso.

Podemos hacer como que nunca paso o podemos hacer como que pasó y ver que sucede a futuro .-Xeno habló normalmente mientras jugaba en una maquinita de peluches de la estación.

¿Me acabas de rechazar o quieres que lo vuelva a hacer?

Xeno simplemente sonrío mientras recogía el premio obtenido, ignorando su pregunta. Su problema, fue que sus besos se siguieron repitiendo cada que lo visitaba, sin llegar a establecer un acuerdo de relación, nunca le pusieron nombre a eso, pero Stanley había comenzado a sentir algo por Xeno después de tiempo de hacer eso, aunque nunca se llegó a confesar o algo por el estilo, por miedo a que Xeno cortará todo tipo de contacto con él por pedir exclusividad.


Stanley se había alejado un poco para poder ver la cara de Xeno, quién lo miraba con la ceja alzada, esperando su respuesta.

—¿No estabas bromeando?

—¿Cuándo he sido del tipo de hacer bromas, Stanley? .-se llevó la mano al mentón mientras sus dedos hacían una X, Stanley reconocía eso como señal de que pensaba en algo-. Después de toda esa palabrería tuya, acepto lo de la mudanza. Tienes tu punto en lo de que un lugar más espacioso es lo más favorable para nosotros y -...

—Cierra tu maldita boca de una vez .-se acercó a besarlo algo desesperado, mientras sus manos se ponían sobre las mejillas del científico.

Acaricio las mejillas de Xeno hasta bajarlas para tomarlo por las caderas y subirlo a la mesa, mientras este correspondía al beso de su pareja, había extrañado su ausencia en esas dos semanas donde ambos evitaron cualquier interacción, pero ahora la necesidad de sentirse cerca era enorme.

Xeno tomó la chaqueta del militar para poder acercarlo aún más a él, provocando que Stanley lo recostara sobre la mesa de su pequeña cocina, solo entonces se separó, sonriendo ante la cercanía en que estaban.

—Estoy esperando mi respuesta, Stanley.

—Joder, sí Xeno. Acepto tu nada romántica propuesta de matrimonio .-acercó las manos para poder desabrochar el abrigo de su pareja-. Ahora, necesito recuperar el tiempo perdido.

Xeno río mientras lo empujaba para poder sacárselo de encima, bien que estaban solos y habían resuelto esa pelea idiota en la que estaban, pero él iba a hacer las cosas bien ahora.

—Espera un momento, desesperado .-a regañadientes de Stanley, se bajó de la mesa para poder sacar la cajita y sacar el anillo dentro, tomando la mano del militar para colocar el anillo en su dedo anular, sellando por completo el compromiso con un beso en el dorso de la mano de su pareja y ahora prometido-. Más te vale no arrepentirte, Stanley.

—Idiota .-sonrió volviendo a jalarlo hacia él y poder darle otro beso, un poco más corto y suave que el anterior-. Te amo .-susurró contra los labios de su ahora prometido.

—También te amo, Stanley .-sonrío mientras se abrazaba al militar.

Aunque ahora que Stanley lo pensaba, estaban solo después de mucho tiempo y tenía que recuperar demasiado tiempo perdido.

Nuevamente unió sus labios en un beso, esta vez igual de desesperado que el anterior mientras quitaba el maldito abrigo que tenía puesto Xeno, a tientas lo volvió a subir a la mesa deslizando sus manos hasta las piernas del científico y poder abrirlas para colocarse en medio de estás.

—Basta, en la cocina no .-Xeno lo alejo un poco sonrojado y agitado por el beso.

—¿Por qué no? .-gruño un poco volviendo a subir sus manos para deshacer la corbata del científico y poder desabotonar los primeros botones de su camisa.

—¡Comemos aquí! .-trato de quitar al militar de encima, en vano puesto era mucho más fuerte que él-. ¡Snyder!

—Te puedes comer otra cosa aquí.-rio un poco acercándose a besar el cuello de Xeno, sin dejar de desabotonar los botones de la maldita camisa.

—¡No seas obsceno! .-terminó por soltar un jadeo cuando Stanley le mordisqueó el cuello, lamiendo en el proceso.

—Tómalo como una despedida del departamento, anda .-frotó las caderas sobre provocando que ambos miembros estuvieran en contacto, aún sobre la ropa.

El problema de Xeno, era que nunca se pudo resistir a las provocaciones sexuales de Stanley, tenía que estar demasiado enojado para evitarlo, solo por esta vez accedería a sus pervertidas peticiones.

Si, solo por esa vez.


Nuevamente, se equivocó por su miedo irracional. Las probabilidades de que todos se llevaran bien siempre estuvieron allí, sobre todo gracias a que sus amigos estadounidenses podían hablar japoneses lo cual hacía más fácil la comunicación entre sus amigos del natal Japón, había una que otra palabra que Chrome no entendía, pero Ryusui o él hacían de traductores.

—¡Y esa vez Senku y yo lanzamos un cohete! Aunque todo el trabajo científico lo haya hecho él .-Taiju comentaba felizmente la vez en que hicieron un pequeño prototipo de Cohete, vaya grandulón.

—Senku-kun es bastante listo, no dudo que en la escuela de Estados Unidos te esté yendo igual de bien que aquí .-Yuzuriha sonreía a la cámara, estaba feliz por conocer a los nuevos amigos de Senku.

—¡El bribón de Ishigami y yo causamos una reacción efervescente en la fiesta de Halloween pasado! No puedo esperar a ver que se nos ocurre cuando te visite en estas vacaciones .-Ryusui chasqueaba los dedos riendo, ya se había propuesto ir a verlo cuando tuviera tiempo.

—¡A mí también me hace cargar cosas! Aunque admito que me gusta ver cuando su cohete despega, más cuando sale bien porque no tengo que volver a recoger todas las piezas si es que explota.-Kohaku suspiró mientras negaba dramáticamente.

—Oye, te ayudo con las tareas. No es como que te esté explotando, simplemente es un intercambio de favores .-se rascó el oído ignorando la queja de su amiga Leona-. Por cierto, a Chrome apenas lo conozco hoy.-señaló al castaño detrás de él.

—¡Yo también quiero participar cuando armes un cohete, Senku! .-Chrome grito emocionado al pensar en lo malote que sería eso.

—Creo que nuestro patio ya no va a soportar tantos lanzamientos de cohete .-Ruri rio nerviosa al recordar las veces en que el amigo de su hermana había terminado por incendiar su patio, aunque su padre se enojaba terminaba por entender al niño y agradecía que eso mantuviera ocupada a Kohaku.

—¡Oí Senku! ¿Quieres ver a ReiBot? Puedo ir a buscarlo, está ayudando a mi mamá con la ropa.

Senku dudo un poco antes de responder, ver a Rei significaba que le preguntará cuando volvía a Japón, era una conversación que hacía que su ánimo decaiga rápidamente y ya estaba contento por toda la interacción entre sus amigos.

—No, hoy paso de verlo .-su sonrisa no era del todo sincera, pero estaba bien, la estaba pasando bien esa noche.

—Oh bueno, supongo que mañana hablarás un rato con él.

Las conversaciones volvieron a ser sobre cualquier cosa, casi siempre terminaban hablando entre ellos sobre él mismo y alguna de las cosas que hacía en su nuevo país y su país natal, extrañaba a Taiju y Yuzuriha, esperaba que algún día pudiera volver a verlos en persona, pero daba gracias a la ciencia por todos los avances tecnológicos del momento, diez billones de puntos para ella.

Terminaron de despedirse cuando Ruri comentó tener sueño, dándose cuenta de que ya era bastante tarde para unos niños de seis años, aunque Ruri estaba por cumplir nueve, pero igual era hora de dormir para todos, sobre todo porque Kokuyo había aparecido en la puerta para ya mandarlos a dormir.

Se despidieron entre ellos, no sin antes asegurarse de seguir haciendo ese tipo de llamadas entre todos, había sido un éxito al diez billones por ciento, quizás algún día pudiera presentarlos a todos en persona... Bueno, era más seguro que al que presentaría primero era a Ryusui, después de todo le había asegurado ir a verlo para sus vacaciones de verano, o incluso aparecerse un día cualquiera, era un ricachón mimado después de todo.

Si, se sentía feliz de haber ido a esa pijamada, pero ahora iba a pasar su mayor reto. Poder dormir sin escuchar el mensaje de sus padres...

Bien, no podía dormir. Y no solo por los ronquidos del niño durmiendo al lado suyo, necesitaba escuchar a sus padres, estaba demasiado acostumbrado a eso.

Se escabulló como pudo para tomar la Tablet junto a unos audífonos que se había traído, y salió del cuarto de su amiga para bajar las escaleras hasta el primer piso, todo en un silencio mientras todos los demás en aquella casa dormían.

Se sentó sobre uno de los sillones de la sala, pero antes de poner la grabación, vio por la ventana, la primavera se notaba a las afueras, pensó en que quizás aquella era la estación favorita de su madre, sobre todo por todas las flores que se daban. Incluso recordando que ella misma quería probar el experimento de la rosa en el espacio, también aquella época era la que en sus padres le contaron que se conocieron, para él era asquerosamente cursi cuando ellos se ponían a hablar de esas cosas, pero era verdad que ellos se amaban, también le repitieron muchas veces que él era su victoria, su pequeña victoria... Nunca entendió del todo que significaban esas palabras, sobre todo cuando los ojos de su madre se ponían llorosos y su padre lo alzaba en brazos agradeciendo por tenerlo junto a él.

Entonces, si tanto agradecían haberlo tenido ¿Por qué habían tenido que ir en ese cohete? Si, desde hace algún tiempo Senku pensaba que la culpa de que sus padres no estuvieran junto a él era que habían sido egoístas en cumplir su propio sueño, se arrepentía tanto de la vez en que sus padres preguntaron si estaba de acuerdo con todo eso y él, por mimado, curioso, por amar que ellos cumplieran su sueño de ir al espacio, había dicho que sí, que estaba de acuerdo con todo. Si se hubiera negado y hubiera dicho que había días en que los extrañaba o que los quería en casa con él, quizás ahora mismo estaría jugando con su papá en el patio de su casa, mientras su mamá cantaba una canción y Rei la acompañaba con una melodía.

Pero también, si él no hubiera estado de acuerdo, nunca habría conocido a Xeno o Stanley, por lo menos no en persona.

Quería a Xeno, quería a Stanley, los quería mucho, llegando a amarlos como si unos padres se trataran. No podría decir quién era tomaba el rol de mamá o papá, pero qué importaba, él los quería como unos padres. Ambos hombres lo estaban criando como si de su propio hijo se tratará, y él no podía estar más agradecido.

Volvió la mirada hacia el dispositivo en sus manos y sonrío débilmente. Xeno le había regalado eso en su cumpleaños número cinco, y junto a eso también había se había asegurado de guardar el último regalo de sus padres en cualquier dispositivo que fuera posible de oír, desde un disco hasta una memoria USB, todo lo que pudiera guardar el único recuerdo que tenía de sus padres.

Xeno era fantástico, Xeno y Stanley eran fantásticos.

—¿Senku? .-Kohaku bostezaba algo adormilada mientras caminaba a su amigo en el sillón-. ¿Qué pasa?

—No es nada Leona... Solo no podía dormir .-admitió mientras abrazaba el Tablet contra su pecho, algo tímido de que lo hayan encontrado así.

—¿Por los ronquidos de Chrome? A mí me despertaron, y como no te vi a su lado me preocupe poquito .-se acurruco un poco en el sillón a un lado de su amigo-. ¿O por qué no podías?

Senku dudo un poco, simplemente podía decir que era por los ronquidos del niño amante de los minerales o podía ...

—Yo... .-suspiró desviando la mirada nuevamente a la ventana de la sala-. Yo no puedo dormir sin escuchar a mis papás...

—Oh... .-Kohaku ya estaba despierta y ladeo un poco la cabeza-. ¿Escuchas las canciones de tu mamá? Sabía que tú mamá cantaba, pero no sabía lo de tu papá.

—No, mi viejo no era cantante .-rio un poco al recordar las veces en que su padre trataba de cantarle-. Era pésimo en eso, diez billones por ciento seguro que el canto no era lo suyo.

—Que mal ¿Entonces? .-subió sus piernas al sillón para abrazarlas, sin dejar de mirar a su amigo. Ella no tenía ni idea de cómo habían muerto los padres de Senku, sabía que su padre y hermana eran conscientes de cómo habían fallecido los Ishigami, pero ninguno le quería decir.

—Mi mamá... Mi mamá escribió una canción que cantaría desde el espacio... Pero .-sorbió un poco la nariz, no quería llorar-. Pero ella y mi viejo murieron antes de eso, pero a mí me dejaron una grabación con la canción... Y es algo así como el único recuerdo que tengo de ellos dos, por lo menos aquí en Estados Unidos .-volvió la vista hacia el objeto en sus manos-. Y desde que pasó lo que pasó, yo no puedo dormir sin escucharlos. Soy capaz de quedarme dormido, pero Stanley y Xeno siempre me colocan la grabación mientras estoy dormido, y es tonto, pero los escucho, aún en sueños los escuchó.

—¿Y tienes la canción allí? .-señaló la Tablet en las manos de su amigo, a lo que este solo asintió-. ¿Puedo escucharla contigo? .-ella preguntó inocente, tan inocente como lo era una niña de su edad.

Los únicos que habían escuchado esa canción y mensaje era Xeno y Stanley. Senku era algo receloso con el tema de mostrar la canción que era solo para él a alguien más, incluso al mundo como cuando el antiguo representante de su madre había solicitado la grabación a Xeno, para que su tutor solo se negará firmemente y que Stanley casi golpeara al hombre por insistente.

Pero Kohaku no era ninguna desconocida que quería que esa canción se filtre, ella era su amiga, la primera amiga que había hecho en ese país.

Así que simplemente conecto los audífonos y le tendió uno a ella, para posteriormente iniciar la canción.

Senku cerró los ojos disfrutando de escuchar la armoniosa voz de su madre, adoraba recordar los tiempos en que ella estaba en casa o él en el departamento arrendado en Estados Unidos mientras ella cantaba, mientras su padre lo arropaba y le acariciaba la cabeza hasta que el sueño le ganaba, todo mientras ellos dos velaban por su descanso.

Y cuando la canción terminó, iniciando ese devastador mensaje en donde le recordaban cuánto lo amaba. Sus ojos se llenaron de lágrimas, su mamá jamás volvería, no importaba cuantas semanas pasarán y su padre jamás le daría los regalos científicos que prometió, pero si estaba seguro de cuánto lo amaban, eso era lo único real en ese mensaje.

Se limpió las lágrimas rápidamente cuando la grabación terminó, no quería ver a Kohaku, pero escuchó como la niña a su lado sollozaba.

—Tu mami cantaba hermoso, Senku .-Kohaku limpió las lágrimas en sus mejillas-. Y tú papá hablaba chistoso, me hubiera encantado conocerlos .-sorbió un poco su nariz abrazando con fuerzas su piernas-. Por lo menos estás seguro de que ellos te amaban. Yo no recuerdo a mi mamá, no tengo ningún recuerdo de ella y siento que la quiero, pero, por lo menos no como Ruri lo hace... Tenemos videos de cuando ella vivía, y ella se ve feliz en esos videos... Pero, envidio que tú tengas esto.

Senku abrió la boca tratando de encontrar algo que decir, no se le daban bien las cuestiones sentimentales con otras personas.

—Pero, también estoy segura de que mi mami me quería. Y tengo a mi papá todavía .-sonrió girando la mirada hacia su amigo aún con algunas lágrimas en sus ojitos-. Yo sé que extrañas a tus papás, pero me alegro de que tengas algo para recordarlos .-acercó la mano las tomar la de Senku aún con su sonrisa-. también me alegro de que tengas al Señor Stanley y el Doctor Xeno para cuidar de ti. Espero si hagas caso a lo que dijeron tus papás de hacerles caso... Porque si no te daré un golpe por romper uno promesa que hiciste con tus papás .-terminó de hablar frunciendo el ceño y haciendo un puchero.

Senku simplemente no la entendía. Su amiga era un completa niña ilógica, la mayoría de las cosas que había dicho era una total contradicción a lo demás... Así que negó divertido mientras apretaba la mano de Kohaku.

—Diez billones por ciento seguro de que no rompo la promesa que les hice a mis padres.

—Bien, porque si no te daré un puñetazo.

Senku rio antes esas palabras y decidió que tenían que volver a dormir, pero Kohaku pidió tímidamente en volver a escuchar la canción de su madre, así que solo por esa noche escucharía más de una vez la voz de sus padres.


Xeno suspiró mientras salía del baño, después de la ducha se sentía más relajado y camino a la habitación que compartía con su ahora prometido militar. Qué raro sonaba eso.

Lo que sí, no encontró a Stanley en su cuarto, si no en la habitación de Senku, escuchando la canción de Lillian, él había llegado justo en el momento en que la voz de Byakuya se escuchaba, siempre tan risueña. Stanley se giró a verlo e hizo una amarga sonrisa, para levantarse y darle un pequeño beso en la frente, tomando su mano para entrelazarla, comenzando a caminar fuera del cuarto, pero Xeno no se movió de su sitio escuchando lo que era el último mensaje de sus amigos hacía su hijo.

Después de terminada la grabación, caminaron juntos de vuelta al cuarto para acostarse en un tierno abrazo.

—Mañana, cuando vayamos por el mocoso podemos pasar a ver la casa... No queda tan lejos de su colegio, no quisiera tener que cambiarlo ahora que se acostumbró .-Stanley acariciaba la espalda de Xeno suavemente, con los ojos cerrados disfrutando de ese momento juntos.

—Está bien... .-Xeno busco el calor que le transmitía Stanley. Había una pequeña duda en su mente que necesitaba confirmar-. ¿Crees que esté durmiendo?

—¿El mocoso? Sí, seguro. Se llevó su Tablet y audífonos, estoy seguro de que es para escuchar la canción de Lillian y a Byakuya.

—Ah, está bien entonces .-cerró los ojos suspirando algo aliviado al saber eso, seguramente con eso Senku podría dormir bien.

Simplemente se durmió escuchando los latidos del corazón de Stanley, ya mañana juzgaría el gusto del militar en la casa que sería su nuevo hogar.

Hogar, que hacía todo mucho más real.

Continuará...


Esperen que deje de llorar para poder iniciar este agradecimiento .-mueve el banderín blanco sollozando-. Ya, estamos.
Disculpen que no sepa escribir sobre relaciones entre hombres, no tengo idea de cómo hacerlo porque esta es la primera pareja que me gusta tanto de este estilo, sé que está muy OoC el cap, y que la narración entre los que pasa con Stanley y Xeno se diferencia mucho de lo que hace Senku, pero hay dos caras de la moneda que ver.
Gracias a quienes siguen leyendo esta historia, Xeno y Stanley aún deben hablar de lo que significa ser una familia, pero se verá más adelante uwu
Gracias, perdón las faltas de ortografía y mala redacción.
¡XOXO!