¡YA REGRESAMOS CON MAJOKKO FIVE!
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Cerca del estadio Shishigan…
(Musica de fondo: watch?v=JBzG0rdhL_E&t=93s)
Mucha gente vestida de rojo iba abarrotada invadiendo las afueras del estadio donde se efectuaría el famoso torneo elemental como también la celebración del medio año de la dictadura federal impuesta por Roxas y sus hombres luego de asesinar a sangre fría al Rey Danzo I. Mucha gente venía con sus parejas y familiares comprando los diversos souvenirs relacionados con la shufuku como también productos relacionados con su dictadora, Yohane Mathilda do Roxas.
En medio de esa gente había una sombra negra que caminaba tranquilamente, su vestimenta era una yukata negra con detalles blancos en forma de una cruz cristiana al revés, una cinta larga de color rojo (La divisa punzó), una especie de cinta de una cinta purpura sobre sus caderas y una katana blanca. Su rostro no se podía ver del todo a que portaba una gran kasa o sombrero de paja blanca en forma de candado, sombrero comúnmente usado por los ronin pero su cabellera larga resaltaba haciendo un buen juego con los decorados de la yukata pues era de cabellos plateados.
El misterioso ser caminaba tranquilamente hasta dar con una serie de tiendas de campaña donde habían ventas desde alimentos hasta juguetes correlacionados con el gobierno federal. La misteriosa sombra ronin dio unos pasos hasta quedar quieta como si estuviese esperando a alguien.
En eso apareció un extraño hombre que usaba un sombrero de paja pero en forma de tapa redonda que le cubría todo su rostro, una capa negra con algunos manuscritos rojos que rodeaban todo su cuerpo y una empuñadura roja de katana. Ambos extraños quedaron en silencio mientras que el ruido ambiental de música resonante y gente hablando como caminando estaba retumbando a su alrededor.
-Namahono-sama
-Ritsu
-…
-…
-¿Cuándo llegaste?
-Llegué anoche mi señor, tal como usted me lo pidió
-¿Cuáles son las partes?
-La raijin viene acompañada de una o dos de sus amantes y dos de sus matones. Se cree que una suijin y una uejin conforman el séquito. Kurosaki y una tal Amalia escoltan a Inazuma
-¿Una cosa más?
-Sí, mi señor. Una pregunta, ¿Tiene lo mío o no lo tiene?
-¿Te refieres a la pase para entrar al torneo?
-Efectivamente, mi señor
-Sí, lo tengo…- El hombre de capa negra echó una mirada a una de las tantas tiendas que habían en el estadio- Como sabes, estamos a las afueras del estadio. En estos momentos las tiendas están repletas de gente, este es el momento para que hagas lo que te voy a indicar
-Sus palabras son sus órdenes, mi señor
-Muy bien mi leal Ritsu, ve a la tribuna norte donde hay una gran cantidad de tiendas. Cuando ya llegues ahí, ve a la tienda de máscaras y pide una máscara de hannya
-¿Qué dice mi señor?
-Tú escucha. Pide una máscara de hannya. El tendero te entenderá y te dará un pase dorado y con él la dirección y datos personales de los integrantes de tu equipo.
-¿A quién le ha comprado el pase?
-Tengo un amigo mío que trabajaba en la yakuza, su nombre es Gorozo. Me ha blindado a cuatro de sus mejores hombres
-¿De dónde provienen?
-De Yoshiwara, calle Beniyasha. Te recomiendo que tengas cuidado, en ese tipo de barrios hay gentuza en la que nunca te puedes confiar, ¿Estás segura de que quieres hacer esto?
La sombra de yukata negra aferró su mano zurda la vaina de la espada mientras se posicionó en modo de ataque.
-Mi señor, no me importa nada. Lo que importa es cumplir mi misión y complacerlo aún más cuando traiga la cabeza de Inazuma Candy
-Esa es mi chica- El hombre de capa oscura extiende su brazo izquierdo hasta la cima del sombrero de paja blanco de la figura de yukata negra la cual queda quieta como si de alguna manera aceptaba el buen trato que le daba su interlocutor
Ambos seres extraños se despidieron inclinándose en señal de respeto y se separaron de sus caminos. El ser de yukata negra se dirigía hacia la aglomeración mientras que otra figura estaba cerca de ella, era esta otro ser extraño, de una capucha de estilo casco de Guardia Civil español que le cubría el rostro con gafas oscuras, una yukata negra con simbolismos blancos y katana negra encintada y pistola, sin mencionar que era algo alto de estatura que la otra sombra.
(Nota: Buscar en google imágenes, 快傑黒頭巾 鞍馬天狗)
-¿Ahora quieres ser soldado Zenigata?
La aludida detuvo su caminar y miró de manera seria a su nuevo extraño interlocutor
-¿Qué dices kage?
-Estás loca… ¿Eres capaz de todo para arrestar a Inazuma Candy?
-Pero no solo a ella y a sus dos amantes… También a Akaza Honoka
-¿Qué? ¿Te refieres a Namahono-san?
-¿Entonces esa sucia ronin es la hija de Namahono-sama, la que supuestamente se volvió una revolucionaria terrorista?- Dio una risilla- Eso hace más interesantes las cosas, en el pasado tuve mis peleas contra ella y tu amiguita, puede que con Namahono estábamos en igualdad de condiciones pero con esa maldita raijin siempre me perseguía derrota tras derrota y eso me enoja mucho
-Zenigata, ¿Qué planeas esta vez?- El misterioso ser de yukata negra encaró a la otra figura
-Es obvio, voy a participar en este torneo metiéndome entre la pobredumbre para dar con esa raijin y sus amistades, incluso a ti, kage. Creo que ya es hora de que alguien le baje los humos a esa maldita chatarra
-Antes que ser una chatarra, ella es mujer en esencia.
-¿Mujer? En esencia es solo un trozo de metal parlante, lo mismo opino de los robots y los cyborgs. Son plaga al igual que los ronin y la yakuza y ese inmundo pueblo tuyo. ¿No has visto como Namahono se la pasa alardeando desde que venció al yokai y desde que sacó mejor nota en el E7? ¿O que me dices de tu raijin? Siempre jugando a la heroína y derrotando a cualquier cosa que se meta en su camino y la estúpida gente siempre lamiéndole el culo, ya es hora de que la leyenda de Inazuma Candy quede tres metros bajo tierra.
Ambos seres extraños estaban frente a frente como si quisiesen batirse en duelo hasta quedar frente a frente.
-Supongo que tendremos que resolver esto, ¿No Zenigata?
-Quizás pero será en el torneo y cuando eso ocurra nuestra pelea o quizás contra Namahono o esa sucia raijin, todo se resolverá con sus muertes. Pero eso sí, mi mayor prioridad es Inazuma Candy, la venceré en su propio terreno y la humillaré delante de todos hasta le daré una muerte horrible y le daré su cabeza a Namahono-sama
-Dí todo lo que quieras de oyabun pero ella es una de esas personas que tienen que arder su vida para un buen rato y más en una pelea- Se volteó de espaldas- Ella es capaz de arder como lo reclama… Nos vemos en la apertura, Zenigata
-Igualmente digo lo mismo, kage
Ambos encapuchados de yukata negra se voltean y se van a sus propios lados, el ser de ancha gorra blanca iba hacia la tribuna norte en busca de esa tienda de máscaras mientras que el de capucha invocó un portal en el cual entró y luego desapareció sin dejar rastro.
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Shigeru Namahono, el hijo pequeño del sheriff que tenía nueve años estaba caminando tomando de la mano a una pequeña niña de cabellera rubia y de anteojos negros que siempre llevaba un bastón negro mientras detrás de ellos estaba una chica de cabellera rubia con un listón rojo en forma de cuernitos, su indumentaria era una camiseta negra y sudadera deportiva naranja y zapatos ninjas azules.
La joven de ojos azules caminaba alegre mientras entonaba la siguiente canción
Kuuga no samurái nani shite iru
Shitto okiru no wa samurái itto
Koaitsu nanatte meri a yuku
Fukusette anaba hayashinai
Luego de eso la joven les contó en como viajó con sus amigas a la capital lo que dejó impresionados a los dos pequeños aparte de que les contó la historia de cómo se encontró con una bestia mecánica del Doctor Hell y le pateó el trasero mandándolo a mejor vida.
-Lo que más me fue el viaje. Bueno, si se puede llamar así cuando te montas en un lagarto parlante. Ahora entiendo cómo tu padre pudo llegar tan pronto desde aquí hasta Pueblo Kuuga.
-En realidad, mi papá viajó en automóvil
-Oh, bueno- No se había dado cuenta de aquello- Al menos has tenido una muy buena experiencia
-Fue mala pero para oneechan, todas sus cosas se le dañaron- El pequeño pelirrojo miró con total ternura a su segunda hermana mayor-Por cierto Candy-oneechan, Yuki-chan está muy agradecida de que hayas conseguido que pueda venir, aunque no lo manifieste.
-M-muchas gracias, Oyabun…- La pequeña ciega habló en un hilo de voz a lo que la raijin sonrió de oreja a oreja
-No te preocupes Yuki-chan, todo lo hago para que puedas estar junto con Shigeru-kun, de hecho él te echaba mucho de menos. Igualmente tus papás fueron muy comprensivos
-Candy-oneechan, ¿Más tarde podemos ir a ver como haces cosas de yakuzas?- Preguntó el pequeño con gran curiosidad brillando en sus ojos carmines, de hecho en veces anteriores expresó que quería ser un yakuza como su oneechan raijin
-Claro, más tarde iremos a ver a Yoshiwara y hablaré con dos conocidas mías y luego jugaremos videojuegos con Rin-chan toda la noche, ¿A que no te gusta?
-¡Claro que me gusta! ¡Es genial!- Exclamó alegre el pequeño pelopincho saltando de alegría mientras Yuki no dejaba de aferrar su brazo
-Muy bien…- La rubia se detuvo de golpe mientras veía el gran estadio Shishigan el cual era como una especie de estadio de fútbol combinado con el coliseo romano, de hecho su capacidad superaba más de las 100000 personas. El sol le estaba brillando el rostro mientras el cabello rubio estaba moviéndose al son del viento
-Candy-oneechan…
-Shigeru-kun, esto es el torneo elemental, ¿No?
-Por supuesto que sí
-Esta es una gran oportunidad para enfrentarme a las personas más fuertes aquí encontraré oponentes dignos de mi nivel y será más emocionante si serán lindas chicas- Se dirigió hacia los niños los cuales se montaron en ella, el pequeño pelirrojo se montó sobre la cabeza sosteniéndose del listón mientras que la pequeña rubia estaba abrazada- ¡Vengan, niños! Queda muy poco para la gala de apertura… ¡Es hora de que Inazuma Candy haga leyenda!
-¡OOOHHH!- Exclamaron los pequeños mientras la raijin dio inicio a una gran carrera hacia la entrada principal del estadio, en ocasiones las competencias y los diversos tipos de peleadores eran su talón de Aquiles y eso la hacía emocionarse aunque ignoraba lo que se vendría después
La joven raijin corría con gran entusiasmo pero de pronto se detuvo al instante mientras que los dos pequeños estaban bastante extrañados ante el sorpresivo cambio de opinión de Candy.
-¿Qué pasa oneechan?
-Shhh…- Silenció y bajó a los dos infantes que la siguieron en silencio
Link de la parte inicial de la escena: ( watch?v=IdBYOrfSLc4&t=40s)
La raijin caminó detenidamente hasta quedarse en pausa mientras divisaba una escena que consistía en lo siguiente: Cuatro uniformados, de hecho cuatro jóvenes vestidos de escuela militar de conjunto negro estaban con sus fusiles en mano mientras en medio de ellos estaba el extraño ser de yukata negra, capucha con forma de gorra de guardia civil español, anteojos de sol y espada envainada.
Los cuatro jóvenes uniformados eran un pelirrojo, un pelopincho rubio, una peliazul de cabello largo y un pelimorado corto cuya mitad del rostro estaba cubierto por un mechón casi similar al estilo emo.
-¡Tú, samurai!- Exclamó el pelopincho rubio
- ¿No conoces la orden?- Dijo el pelirrojo que caminaba viendo detenidamente la apariencia del extraño ser- ¿Oye rarito? ¿No me oyes?
-…
La rubia por alguna razón se puso seria mientras miraba detenidamente tanto al encapuchado como a los cuatro soldados, el pelopincho rubio salió al frente del extraño encapuchado el cual permanecía totalmente inmóvil y sin decir nada mientras que dos de los uniformados apuntaban con su misil.
-Aquel que no porta una divisa es considerado un traidor a la patria y un sucio unitario
-¡Cortenle el cuello a este pendejo!
Los cuatro apuntaron con sus rifles sobre el silencioso hombre
-¡Vamos! ¡Arrodillate, asqueroso unitario!
El misterioso ser no acató la orden expresa por los cadetes mientras que una especie de luz se interpuso entre ambos, era Candy que estaba con los brazos extendidos tratando de proteger al extraño encapuchado de negro el cual estaba sin moverse como si no notara la presencia de la persona quien le estaba salvando la vida en este preciso momento.
-¡Bajen sus armas!
-¿Quién eres tú?- El joven pelimorado apuntó con su rifle hacia la rubia la cual estaba firme en su decisión de salvarle la vida a ese hombre
-Soy Inazuma Candy…
De pronto los cuatro gendarmes quedaron en silencio y convirtieron sus rifles en katanas de luz rodeando de esa manera a la raijin que estaba en medio mientras los dos niños estaban al lado del hombre misterioso el cual se acercó a la raijin y desenfundó su katana.
El misterioso hombre al desnudar su arma invocó una especie de portal o agujero negro debajo de éste y los dos niños que cayeron en él. Tan pronto como cayeron se cerró mientras que ahora la raijin estaba en guardia ante sus cuatro agresores. Uno de ellos dio un silbido, y en eso llegaron otros más, dando en total a unos doce agentes.
(Link de la pelea: watch?v=mvNCznBhSlE)
-No cabe duda de que eres la raijin que Zenigata-sama nos ordenó matar- Dijo el pelirrojo que estaba firme en su postura de combate- Es una lastima que una hermosura como tú sea una gran molestia para nuestro señor
-Es hora de que mueras como lo que eres, una sucia y asquerosa criminal- Dijo el pelopincho rubio
La raijin quedó en silencio mientras que los doce sujetos mantenían sus katanas con tal dar al ataque en caso de algún movimiento. Candy estaba de pie sin mover un solo dedo, estando tranquila y paciente de la vida.
-¿Quiénes son ustedes?- Preguntó la joven mientras veía a cada uno de sus oficiales
-Somos miembros del clan principal de la familia Zenigata como oficiales fijos del ejercito de Edo- Respondió el pelimorado de cabello emo- Nosotros en nombre de nuestra señorita Ritsu hemos venido a asesinarte y limpiar el honor de nuestra familia
-Ah, ya recuerdo…- La raijin dio un puñetazo sobre la palma de su otra mano- ¿No es esa la oficial de policía que anda encabronada conmigo desde un buen rato?
-…
-No he olvidado nuestros duelos, la última vez que nos enfrentamos le bajé los pantalones pero parece que hoy es diferente… Ahora resulta que manda a sus sirvientes para matarme, que pocos ovarios tiene
-¡Callate! ¡Has insultado a la princesa Ritsu!- Exclamó el pelirrojo mientras que con sus compañeros ya estaban asechando a la raijin- ¡Saca tu arma! ¡Sucia raijin!
-Lo siento oficiales pero hoy no se va hacer nada- Extendió su mano derecha al frente de los gendarmes como si quisiera aclararles algo- No puedo malgastar mis fuerzas en pleitos callejeros, de hecho, las necesito para usarlas en el torneo
-…
-Pero que tengan la fortuna de darles pelea luego de los sucesos con Zenigata-chan, así que les daré el gusto de darles una demostración
El primero en atacar fue un joven de gorrita albiceleste que atacó con su katana de ki hacia la rubia pero ésta le evitó con un codazo de izquierda y una bomba de derecha al mentón similar al Shoryuken de Street Fighter, otro chico de cabello negro corto con mechones pintados lo intentó por detrás pero la joven lo tomó de los brazos y lo lanzó al suelo.
Otro intentó atacarle por la derecha una pelirrosa por medio de una estocada directa pero adelantó un pie propinándole una pisada en el pie izquierdo, apretó el hombro izquierdo de la policía mientras que ésta dejó el arma y comenzó a perder el conocimiento, suficiente para culminar con un empujón hacia el suelo.
La raijin comenzó a sentirse enfadada, ya llevaba tres derribados a lo fácil dándole una muy mala impresión de sus oponentes.
-¿En serio? ¿Ustedes en verdad son de la rama principal de su clan?- Miró con el entrecejo a sus aparentemente ejecutores- Más parece que ustedes están peleando como si fueran de la rama secundaria
-¡¿Qué has dicho?!
-¡Ustedes pelean de una forma muy patética!- La joven insertó una USB amarilla y roja con la imagen de un martillo en la primera abertura a la izquierda de la estrella de su driver, invocando en ese momento a su chipote chillón eléctrico, el Mjornir a su mano izquierda- Si hay un día para estar enojada, debe ser hoy- Sus ojos cambiaron de color llegando a rojos
Un peliverde intentó atacarla por el flanco derecho pero la raijin sacó del mango de su martillo una cadena, la agitó con la lo bastante fuerte mientras esperaba el movimiento del espadachín del clan Zenigata. El joven se lanzó al ataque pero la raijin atrapó la espada del joven aproximándolo hacia ella a escasos metros, el joven empezó a temblar de miedo como si esos hermosos ojos escarlatas transmitieran un auténtico pavor.
Un golpe de martillo chocó contra la cabeza del peliverde el cual se desplomó sobre el suelo mientras que los demás gendarmes entraron en pánico.
-Muchas gracias bola de ineptos, en estos momentos me están haciendo perder la paciencia antes del torneo, de hecho eso es lo que pasa cuando me enfado mucho
-…
-¿Qué les pasa? ¿Por qué no dicen nada al respecto? ¿Acaso vino un ratón y les tragó la lengua o qué?- Su arma comenzó a desplegar una intensa corriente eléctrica hasta llegar a un punto en que dicha corriente se materializó en una especie de espada eléctrica- ¡Pongan atención! ¡Éste es mi Densaiga y no responderé muy bien a lo que quieran hacer conmigo!
-¡Muere raijin!
Los jóvenes del clan principal se lanzaron sobre la rubia la cual sin dudar hizo acción de su espada eléctrica acuchillando a diestra y siniestra (De manera fija) a unos siete de ellos que cayeron en el suelo retorciéndose de dolor o convulsionando debido a la descarga eléctrica que siguió a la estocada.
-¿Ahora lo ven? Si siguen con lo mismo de pretender matarme de esa manera tan infantil entonces iré muy lejos como les pasó a ésos de aquí. Con eso ya es suficiente.- La joven apagó su espada y guardó el USB de su arma en el bolsillo de su pantalón naranja- Si me permiten debo ir al torneo a atender mis asuntos. No voy a perder el tiempo con unos pobres diablos como ustedes- Se volteó de espaldas para disponerse a irse a la arena
-¡Bastarda!- Uno de los cinco restantes, el pelirrojo alzó su katana de ki hacia la espalda de la joven pero ésta logró esquivar aunque estaba a unos centímetros de ser asesinada a traición
Candy a pesar de salvarse, quedó en shock y casi iba a desplomarse pero se volteó mientras miraba con una mirada inyectada de sangre y una cara de completo enojo que haría asustar a un demonio. El pelirrojo comenzó a palidecerse ante la reacción de la raijin.
-¡Malditos estúpidos! ¡Les dí una oportunidad y no la aprovecharon!- Nuevamente invocó su Densaiga mientras que los cinco y todos los caídos se levantaron para rodearla nuevamente
La raijin se posicionó en guardia mientras una estela eléctrica rodeaba todo su cuerpo creando una especie de ki eléctrico, sus cabellos cubrían su mirada.
-Hoy… Ustedes doce perdieron el derecho a vivir
Los asesinos se lanzaron alrededor de la rubia la cual gritó con furia empuñando su espada…
De pronto el cielo se puso gris y se vino un fuerte aguacero mientras que el sonido de un trueno resonó por toda la ciudad…
-Señores, corran y vivan con la vergüenza de vivir sin ropa… Chao- Se despidió una rubia de ojos azules con una sonrisa alegre
Candy caminaba tranquilamente con su habitual sonrisa mientras se cubría con un paraguas, aprovechó para ir silbando una canción mientras que detrás de ella un grupo de personas chamuscadas, la mayoría estando desnudas o en ropa interior estaban de pie con sus caras de completo WTF. Los doce cadetes fueron en fila cubriendo sus vergüenzas y se fueron llorando estilo anime mientras que algunos curiosos no evitaban reírse o incomodarse ante esa escena.
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Mientras tanto en las tiendas de la tribuna Norte…
Ritsu Zenigata, asistente del alcalde de Pueblo Kuuga , estaba caminando entre la aglomeración de gente que se hallaba en esa zona. Detenidamente iba en busca de la tienda de máscaras aunque se detuvo para comprarse un takoyaki.
La peliplata de yukata negra luego de andar por unos tres o cuatro minutos (Eso debido a la grande cantidad de gente, entre aficionados, civiles y turistas) logró divisar una pequeña carpa cuadrada con varias decoraciones entre las cuales resaltaban diversas máscaras de las diversas culturas sobresaliendo las japonesas.
La oficial en incógnito se dirigió en seguida hacia ese local que estaba siendo atendido por un hombre joven de pelo castaño y ropas de gitano.
-Buenas tardes, señorita- Saludó de manera jovial el tendero- ¿En que le puedo ayudar?
Zenigata echó una mirada milimétrica por el contenido de la humilde tienda hasta dar con la que su jefe le indicó.
-Hola, quiero comprar una máscara de hannya
El tendero miró a la máscara mencionada la cual era de un color blanco, dos grandes cuernos y dos afilados colmillos. Bajó del tendero la máscara y la dejó en la caja.
-Son dos ryus
La mujer sacó de su cartera dos billetes de un ryu y se los dio al hombre que agradeció la compra y le deseo verla hasta una nueva oportunidad, típica etiqueta de tekiya (Termino japonés hacia los vendedores informales y ambulantes). Tan pronto como iba a ponerse la máscara vio dentro de ella una especie de papel pegado con una cinta.
En dicho papel se encontraban una dirección y varios nombres a lo que miró hacia todos los lados y se colocó la mascara pero sobre su sien derecha y se dispuso a proseguir en su búsqueda de los cuatro integrantes del equipo que necesitaba para ingresar al torneo elemental.
La joven se fue del espacio publico y se dirigió a una de las calles cercanas al estadio mientras sacó un abanico para ventilarse debido a que era temporada de verano y las temperaturas en esa época eran altas. La peliplata caminó siguiendo el ritmo de curiosos y extraños que paseaban en esas calles hasta que vio la oportunidad de ir escabulliendose dentro del vidrio de una puerta giratoria de uno de los establecimientos.
Zenigata había llegado a un lugar desconocido desde un vidrio de un espejo viejo, la peliplata al poner sus pies en el suelo vio en todos lados, el lugar en el que estaba era posiblemente una especie de apartamento viejo como si fuese una especie de guarida, a una distancia se oía vieja música japonesa y unas risas masculinas aparte de un leve olor a alcohol.
La oficial caminó lentamente por el pasillo hasta dar con una puerta corrediza algo vieja, la música como las risas ya estaban sonando más alto dando a entender que ese era el lugar donde estaban los cuatro posibles miembros de su equipo contratados por su jefe, el alcalde y sheriff Namahono Eiji.
La peliplata abrió la puerta corrediza y dio con un pequeño cuarto japonés donde estaban cuatro hombres que disfrutaban bebiendo sake, de hecho muchas botellas blancas y copas pequeñas estaban regadas por el suelo mientras que los cuatro sicarios estaban riéndose de algo que veían en la televisión a pesar de que la música sonaba a alto volumen.
Uno de ellos al dejar de reír vio a la figura femenina que estaba ante sus ojos a lo cual con levantar su mano hizo que sus hombres dejaran de reír inmediatamente. Los cuatro hombres apagaron la tele y la música y se levantaron con miradas serias a su aparente nueva miembro o quizás huésped o quizás la suerte les sonreía al traerles una puta.
Los cuatro yakuza estaban frente a frente ante Zenigata la cual aunque se sentía fastidiada por el ambientes tosco y sucio en que se hallaba al menos estaba calmada y tomando la situación con cabeza fría.
He aquí la descripción física de los cuatro sujetos
El primero, aparentemente joven y quizás el líder del cuarteto, tenía el cabello de color verde oscuro, los ojos de color morado, llevaba una bandana negra con placa metálica, llevaba un traje de buzo acuático con cuello alto y cargaba en su espalda dos enormes palos de remo.
(Nota, buscar en Google Imágenes, Aoi Rokusho)
El segundo integrante era un hombre grande, calvo con patillas largas y barba a medio afeitar, mentón bastante grande y pronunciado, usaba una camiseta blanca sin mangas subida mostrando una panza grande y sus brazos repletos de vello los cuales estaban cubiertos de tatuajes yakuza, pantalón bermuda negro y chancletas.
El tercer sujeto era un calvito bajito de camiseta negra y pantaloneta blanca y sandalias japonesas, tenía una especie de hojita encima de su cabeza; y el último sujeto era un chico castaño de ojos del mismo color, usaba una gorra blanca de rapero, chaqueta con capucha del mismo color con la palabra North inscrita de negro y en letras grandes y sudadera deportiva de esquí.
Los cuatro sicarios miraron a la mujer, el peliverde vestido de buzo se puso al frente de la comitiva con una sonrisa juguetona mientras que en una mano tenía una especie de boleto lo que llamó la atención de la oficial, la joven extendió una mano con tal de tener el elemento pero el hombre de buzo movió su mano hacia atrás como si no le quisiese darle ese boleto.
-¿Así que… tú eres Ritsu?- Nuevamente el peliverde le extendió de nuevo el boleto y nuevamente se repitió lo mismo de hace unos momentos
-¿Este es mi pase? ¡Damelo!- Reclamó la peliplata la cual no soportando más decidió desenfundar su arma blanca lo que causó que su interlocutor rompiera su risa mientras que los otros tres empezaron a carcajear
-¿Tú eres Ritsu? ¡No me jodas! ¡Eres una puta policía!
La aludida se permitió sonreír de manera arrogante ante las palabras del peliverde
-Hmp, no me digas que sabes diferenciar entre policías y ladrones. Debes de ser un genio en tu aldea
-Quizás tengas razón chulada pero no queremos policías en el equipo- El hombre se inclinó como un ilustre caballero- Me presento, mi nombre es Domon, líder del equipo Gorozo y mis compañeros son Futosuke, Kogata y Hokuto
-¡Mucho gusto!- Exclamaron los tres restantes aunque uno de ellos, el panzón de nombre Futosuke miraba de manera lasciva a la oficial que al notar esa mirada se sintió asqueada ante la apariencia de ese sujeto
Domon, como se llamaba el líder de maleantes decidió guardar la boleta en su ropa de buzo mientras no dejaba de burlarse de la oficial que ya estaba a unos cuantos pasos de perder la paciencia y con katana en mano. Los otros tres hombres se estaban entreteniendo al ver la cara fruncida de Zenigata a cual estaba dispuesta a matar a esos bastardos.
-El comprador no nos dijo que fueras una perra de la shufuku así que lo siento lindura, no hay trato. Vete a chupar caramelos a otra parte
-Este pase es mío- La peliplata alzó su katana con tal de matar al líder de los gamberros- Si no me quieres en tu equipo, te aguantas
-No me gusta nada esa actitud, pero veo que eres muy buena con la katana- El hombre peliverde se enfocaba en la postura de combate que usaba la oficial como también en su cinta purpura donde posiblemente estaba oculta su driver- Si quieres estar admitida en nuestro equipo debes hacer lo que te pidamos esta noche
-¿Y después de eso me darás la boleta?- La joven guardó su katana mientras relajaba un poco su seria mirada- No importa lo que pidan, estoy dispuesta a hacerlo
-Muy bien chulada- Sonrió picaro- Escucha, esta noche haremos una broma a la policía, hagamos un falso denuncio y cuando esa bola de perros federales llegue es ahí donde nos demuestras que tan buena eres liquidando a esos shufuku
-Ya te lo dije, no me importa. Haré lo que sea para que me des el maldito boleto
-Conozco esa mirada, ternurita- Los morados de Domon se enfocaron en los dorados de Zenigata- Parece que tienes un enemigo y estás dispuesta a acabarlo. Al menos con esos policiales tendrás un buen calentamiento a esa persona, ¿Es hombre o mujer?
-Es una sucia raijin, líder de un grupo de yakuzas y para eso debo necesitar de ustedes
-Ha, eso hace más interesante la vaina- El líder de los matones miró su reloj y luego ordenó a sus matones que se alistaran- Muy bien chicos, vamos al estadio con el resto de equipos. La gala de apertura está a punto de empezar
-¡Oh!- Exclamaron todos los presentes que alistaron sus armas y drivers para ir al estadio Shishigan por medio de los espejos
Zenigata ya tenía una muy mala impresión de sus compañeros de equipo pero al menos ya tenía su equipo conformado para participar en el torneo, enfrentarse contra Candy Inazuma y entregarla ante la justicia como debe ser con cualquier criminal como ella. Sin pensarlo la pandilla abandonó el viejo cuarto usando el viejo y disponerse a ir al estadio.
Por ahora tendrían que matarse del aburrimiento aprovechando que toda la tarde no tenían que hacer absolutamente nada antes de la matanza de esta noche a manos de Ritsu.
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¡YA VOLVEMOS CON MAJOKKO FIVE!
