Debido al chantaje de las fotos, Nana ahora actuaba como novia de Tsunekichi, eso obviamente no le gustaba a la pelirrosa pero tenía que aguantarse al respecto, ya después haría su movimiento para encargarse de él.
- ¿Sucede algo Nana-chan? – Preguntó este con una sonrisa altanera, la chica endureció la mirada para luego sonreír como siempre.
- No es nada Tsunekichi-kun, ya que ahora actúo como tu novia ¿hay algo que desees hacer?
- ¿Qué deseo hacer? Bueno, ya es grandioso recibir atención y tener a una chica tan linda como pareja es algo totalmente gratificante, mientras tenga "eso" en mi posesión, no puedes rechazar nada.
- (Juro que lo mataré) Solo di que quieres hacer.
- Por ahora empecemos con algo chico, vamos tomados de la mano ¿quieres? – Nana tomó su mano para salir del salón en aquel momento, Ryuuto le vio en aquel momento.
- (Realmente Nana-chan no está disfrutando para nada esto, se ve en sus pequeños gestos que la gente normal no puede percibir) – Escondió una risa por debajo. – (Dejaré que juegue por el momento, seguro Nana-chan tendrá algo planeado a realizar, por ahora iré por cuenta propia)
Nana y Tsunekichi se movieron, ir por los pasillos y presumir de ella como si fuera algún trofeo llevaba demasiada satisfacción al rubio, en tal caso cuando los veían pasar y juntos de la mano, eso solo lo hacía por causar molestia a los demás.
- (Esto realmente es asqueroso, necesito encargarme… deberé hacerlo pronto…)
- Vamos a comer Hiiragi-san.
Los dos se movieron para ir a comer, ya de tal modo al llegar y pedir, Tsunekichi seguía con la misma actitud, la pelirrosa se mantenía en silencio.
- (Debo de pensar en una forma de engañarlo… según dijo, solo toma fotografías de una forma totalmente singular, durmiendo en la noche… quizás en ese momento podría aprovechar para conseguirlo, si entro a su habitación, entonces podría tomar las fotos mientras duerme y así evitar el peor escenario…)
- Oye Hiiragi-san, después de comer vamos a mi habitación, después de todo tengo que vigilarte hasta el día de mi muerte. – Sonrió el rubio.
- Claro. – Al terminar de comer y todo, ya fueron a su habitación. Como tal estaba algo desordenada y vio ahí que su cama tenía varias fotos y un cuarto oscuro para el revelado de fotos.
- ¿Qué tal? Tengo material perfecto para revelar las fotos que acabo tomando en la noche, te quedarás aquí, sabiendo que el futuro en mis fotos no puede cambiarse, sé que no harás nada mientras duermo, si así lo quieres, podríamos hacer algo más. – Sugirió.
- No tientes a tu suerte. – Expresó ella con malicia.
- Solo bromeaba, no te preocupes. – Pasó el rato, Nana estaba en un rincón y Tsunekichi recogió una novela ligera para leer hasta que llegó la noche, luego de haberse dado un baño, el rubio fue a acostarse. – Para que mi poder funcione debo de tener la cámara en mano mientras duermo, seguro lo verás, hasta entonces, buenas noches.
Apagó las luces para empezar a dormir, Nana se quedó despierta, tal y como pasó, Tsunekichi se durmió rápidamente y no parecía despertar con nada.
- (Realmente se durmió y es tan ingenuo para hacerlo tan plácidamente mientras estoy aquí…) – En ese momento vio como de forma automática apretó el botón para tomar fotos y así empezaron a salir una tras otra. – (Así sucede…)
Ya al terminar con las fotos, Nana planeó tomarlas las que tenía, aprovechando que durmiera y así ya podría deshacerse de ellas.
Llegó la mañana siguiente, Tsunekichi empezó a despertar en aquel momento, Nana estaba a un lado.
- Buen día Hiiragi-san, estoy seguro de que no hiciste nada mientras dormía ¿cierto?
- Claro que no, ahí están las fotos que tomaste.
- ¿A ver? – En ese momento que el rubio se levantó, sujetó el brazo de Nana para levantarlo, entonces cayeron las fotos. – Lo sabía, buscabas engañarme para llevártelas ¿no? – La pelirrosa chasqueó la lengua. Tsunekichi las sujetó y entonces fue al cuarto oscuro para revelarlas, entonces notó una en específico. - ¿Y esto?
En aquella foto aparecía Nana pero tenía cordel atado alrededor de su cuello, había sido estrangulada quizás por él a modo de defensa.
- ¿Esa soy yo? – Preguntó Nana con asombro, el rubio empezó a reír.
- Parece que el futuro es favorable para mí ¿no lo crees? Esta noche Hiiragi-san parece que quien encontrará su muerte serás tú. – Nana endureció la mirada, si esa foto tenía razón, entonces ella fallaría en su intento de asesinato a Tsunekichi, debía pensar algo al respecto.
Por el otro lado, Ryuuto supo que el rubio había llevado a Nana a su habitación, aunque era una buena oportunidad, no lo mató ahí más que nada por la sospecha, alguien podría verla salir de la habitación y si encontrara el cadáver del rubio, sería la principal sospechosa.
- (Parece que el futuro quiere que sea como está escrito, el destino a veces puede ser una perra…)
- Shishou. – Se encontró a Kyouya en los pasillos. – Esto… ¡hau! – Hizo un saludo como buscando verse más amigable.
- Cinco puntos. – le calificó. – Entonces Kyouya ¿Cómo vas por tu lado?
- Sigo investigando, el hecho de que alguien intentara matarme ha hecho que decidiera investigar más a fondo y entonces encontré de que hubo una fuga en el almacén donde me encontraba, alguien aprovechó eso al momento cuando fui a calentar la leche para el gato.
- ¿Será un enemigo de la humanidad?
- Eso quisiera creer pero tengo otra hipótesis, esto no lo hizo un enemigo sino que el trabajo de un humano.
- ¿Alguien aquí lo hizo?
- Es lo que pienso, lo que me da a pensar fue el timing preciso de Hiiragi-san cuando llegó en aquel momento, como si supiera que iba a explotar.
- (Se está acercando cada vez más pero como dice, son solo conjeturas, no lo declarará hasta que tenga algo concreto) Ya veo, pero seguro solo estaba de paso, después de todo Michiru-chan y yo la encontramos en el camino.
- Eso es cierto… pudo haber sido casualidad, pero no baja en nada mis sospechas hacia ella… desde que llegó, han ocurrido estas misteriosas desapariciones e intentos de asesinato, todo debe girar alrededor de ella y quisiera descubrir la verdad.
En ese momento vieron a Tsunekichi ir junto con Nana, Ryuuto tuvo algo en mente, al final le ayudaría un poco en lo que ella tenga pensado.
- ¡Nana-chan! – El peliverde corrió para saltar encima de la pelirrosa, esta se sorprendió y logró apartarse, causando que cayera encima de Tsunekichi. - ¡Nana-chan, aunque ahora tengas novio, mis sentimientos hacia ti siempre serán eternos!
- ¡Apártate tú! – El rubio quitó a Ryuuto de encima. - ¿Qué rayos te pasa?
- Ryuuto-kun, eso no es bueno. – Exclamó Nana.
- Lo siento Nana-chan, es que realmente te extraño, aunque estamos destinados como pareja, que ahora andes con él me lastima el corazón.
- Maldito raro. – El rubio chasqueó la lengua y se llevó a Nana, al irse, Ryuuto sonrió por debajo, escondiendo algo bajo la camisa de su uniforme.
- Eso fue demasiado. – Exclamó Kyouya al acercarse.
- Es que Nana-chan es mi amor, aunque ahora lo tenga a él, seguiré batallando por su corazón. – Declaró, el peligris comenzó a aplaudir.
- Quizás deba aprender eso igual.
Pasó el resto del día hasta que finalmente llegó la noche, como tal, Nana y Tsunekichi se movieron hacia el almacén del gimnasio donde se llevaría a cabo "el asesinato" la luna llena brillaba por la ventana, era el mismo escenario.
- Entonces Nana-chan, aquí estamos. Seguro planeaste algo para la ocasión pero no es que puedas hacerlo, el futuro ya está escrito.
- Eso veremos. – La pelirrosa sacó una jeringuilla y buscó inyectarla en el cuello del rubio pero este la detuvo, logrando que la soltara a un lado. – Mierda.
- Así que eso querías hacer ¿eh? Lamento decirte pero es demasiado tarde, ahora es mi turno. – Tsunekichi derribó a Nana contra el suelo, en términos de fuerza, él era más fuerte que Nana, así el rubio levantó la blusa de la pelirrosa, viendo su sujetador. – Quizás es momento de divertirnos un poco.
- No lo harás. – Seguía forcejeando para liberarse de él, antes de que supiera, Tsunekichi sacó un cuchillo y realizó un pequeño corte en la pantorrilla de Nana. – Tsk.
- ¿No creías que tampoco vendría desarmado? Ahora estás a mi merced. – Tomó la cuerda que estaba a un lado. – Morirás estrangulada por esta cuerda tal y como aparece en la foto, y no puedes hacer nada al respecto.
- ¡No me matarás! – Tsunekichi envolvió la cuerda alrededor del cuello de Nana y comenzó a apretarla, la pelirrosa sentía como le faltaba el aire.
- ¡Eso es lo que te mereces por intentar asesinarme! – Tsunekichi empezó a reír como un maniático mientras Nana sentía que perdía el conocimiento, al final no se pudo mover más, la había acabado. - ¡Lo hice, el futuro ha cambiado, sigo vivo!
La dejó en el suelo mientras celebraba el haber acabado con Nana, lo que no supo fue cuando alguien se movió atrás de él y entonces le inyectó.
- ¡¿EH!?
- Caíste en mi trampa. – Nana estaba de pie con otra jeringuilla en su mano, al inyectar el líquido, Tsunekichi empezó a toser fuertemente.
- ¿Pero cómo? Si te estrangulé, eso estaba en la foto…
- Confiaste ciegamente en lo que mostró la foto que no supiste si era una foto tomada con tu talento o una que yo tomé…
- ¿Tomaste? – Empezó a ponerse azul, el veneno empezaba a hacer efecto.
- Esa noche mientras dormías, tomé tu cámara y preparé todo para esa foto, haciéndote creer que la tomaste con tu talento, ser tan confiado fue tu perdición aquí.
- No… puede ser… - Cayó al suelo, las fuerzas le faltaban, realmente iba a morir. – Pero si era… mi victoria… era un plan… infalible…
- Tomaste decisiones equivocadas, eso causó que terminaras de esta forma.
- No… puede ser… - Al final Tsunekichi no se movió más, el veneno le infectó a tal punto que acabó muriendo, la pelirrosa soltó un suspiro.
- (Eso estuvo cerca… si no hubiera pensado aquello de antemano y también no hubiera aflojado esa cuerda antes, hubiera muerto… pero eso no sucederá, no mientras esté aquí y tenga la misión de matar a los enemigos de la humanidad)
Nana fue a lo que ahora era el cadáver de Tsunekichi para buscar las fotos, ya entonces las tenía en la mano, esas fotos que delataban los crímenes de Nana.
- Ahora solo debo guardarlas… pero igual necesito actuar que deban encontrar el cuerpo, sería sospechoso si no aparece como tal. – Se movió, dejando las fotos una vez más en el cuerpo de Tsunekichi. – (Ahora que me fijo, son menos fotos, pensé que tendría más)
Cuando Nana se fue, una figura estaba escondida detrás de un árbol, Ryuuto salió de ahí para entrar al almacén y ver el cadáver.
- Cumplí mi palabra Hatadaira, no me involucré y al final fue tu propia estupidez lo que te llevó a la muerte… al menos logré recuperar estas. – Ryuuto tenía en mano las fotos que lo mostraban salvando a Nanao y Youhei, en el momento que se lanzó sobre él, fue que aprovechó para tomar las fotos. – Si no hubiera hecho eso antes, Nana-chan hubiera visto estas fotos, pero igual es descuidada por dejar la evidencia junto al cadáver, las tomaré por ella. – Agarró las fotos para guardarlas. – Michiru-chan está cerca, seguro porque tenía que dejar algo de clase de Educación física, mejor me voy.
Nana fue corriendo a las habitaciones, así fue que entró a la de Tsunekichi, tenía que revisar por última vez que no tuviera copias de aquellas fotos por si alguna razón ella tomaba las originales, encontrando unas cuantas, las tomó, en ese momento que salió, vio a Kyouya.
- Hiiragi-san ¿Qué haces en la habitación de Hatadaira?
- Es solo que olvidó unas cuantas cosas y me dijo que se las llevara, aunque a decir verdad, Tsunekichi-kun ha estado algo raro.
- Si es algo que deba ver, podría acompañarte.
- Claro, tengo un mal presentimiento, me gustaría que avises al resto. – El peligris asintió. De tal forma ella comprobaría su inocencia al verse igual de sorprendida y con lo fácil que es convencer al resto de la clase, funcionaría. – (Ahora solo debo volver al almacén y tomar las fotos…)
Así ella se puso de regreso al almacén aunque ahí algo le llamó la atención, las luces estaban prendidas.
- ¿Hay alguien ahí? – preguntó cona sombro, al entrar por la puerta, sus pupilas se dilataron.
- Nana-shan, ayúdame. – Michiru estaba dentro y buscaba curar a Tsunekichi, la pelirrosa se puso tensa, recordó que dejó las fotos con el cadáver, si ellas las encontraba, eso pondría en peligro toda su misión.
- M-Michiru-chan, debes alejarte, creo que ya está muerto.
- ¡No, sé que puedo curarlo! – Siguió lamiendo el cuerpo aunque era inútil, la pelirrosa gruñó por debajo, necesitaba recuperarlas.
- Hiiragi-san, ya los traje. – Para empeorar las cosas, Kyouya llegó en aquel momento, iba junto a Moguo y Seiya, si lo veían, se acabó.
- ¡Está muerto! – gritó el gordito con asombro.
- Alto ahí, no se acerquen. – Kyouya los apartó para que no vieran más, estaba por inspeccionar el cuerpo, estaba todo perdido. – Parece que tiene fotos.
- (Se acabó…) – Kyouya las tomó y vio.
- Son solo fotos normales de sucesos que ocurrieron. – La pelirrosa se sorprendió ¿no estaban las fotos de sus crímenes?
- Onodera-kun, déjame seguir intentando sanarlo, no puede estar muerto. – Imploró la rubia.
- Lo siendo Inukai, pero no se puede hacer nada, está muerto. – Declaró el peligris, Michiru empezó a llorar al sentirse inútil, por dentro, Nana no sabía que había pasado.
- (¿Quién se llevó las fotos?) – Pensó, por fuera estaba Ryuuto escondido, riendo suavemente teniendo el material, en ese momento sacó un mechero y encendiéndolo, prendió fuego a las fotos, dejando que ardieran en el suelo. El encontrar el cadáver de Tsunekichi solo desencadenaría algo más peligroso a futuro.
El Redentor 777: Pues bueno, que Nana si acabó siendo más inteligente al final y pues para él todo le resultó de una forma totalmente contraria a lo que pensaba.
Pues bien, ya se dio la primera muerte, aquí obviamente lo dejaría morir porque sería el detonante del siguiente objetivo y Ryuuto no se involucró en nada, él decidió dejarlo que perezca, ya así los demás vieron una muerte, en el siguiente cap ya se vendrá el próximo objetivo y para este tengo planes, ya verán que involucra, hasta el próximo cap. Saludos.
