Capítulo VIII


En el laboratorio, Severus casi brincó hasta donde los tubos de ensayo se encontraban. Ese día solo mejoraba para él y por eso ofreció algo a Remus.

–No será tanto tiempo y luego puedes invitarme a comer.

–Me parece bien. –claudicó Remus divertido, no todos los días se le notaba el buen humor a Severus Snape.

La sangre fue sacada y de inmediato colocada con la de William y dentro de la máquina. Snape observó expectante y su trabajo de meses fue recompensado... la sangre de Remus peleó valientemente contra la de William hasta que esta cedió un poco y se calmó.

Lupin casi chilló admirado al ver desde la camilla donde esperaba, la sonrisa que se formó en la boca del pelinegro.

–¡¿Qué sucede Severus?!

–Espera...

Lupin obedeció a pesar de que los minutos se convirtieron en una hora. Luego de ello, Snape salió por fin de la zona cerrada y caminó hasta el rubio trigo, sentándose o dejándose caer en una de las sillas.

–No puedo creerlo... pensé que nos daría más tiempo, pero...

–Lo lamento Severus. ¿No fue así?

Snape miró al licántropo y soltó:

–No fue así... ¡Fue mejor! Lupin la sangre de William buscó unirse a la tuya y si bien parece que lo consiguió, debemos esperar y rogar a Merlín porque a tuya lo soporte.

Lupin estaba igual de feliz que Severus, más cuestionó:

–Hemos trabajado todo este tiempo ¿Qué cambió?

Snape sonrió como Gato de Cheshire y explicó...

–Lucius y tú cambiaron o debo decir... se unieron.

Remus volvió a ruborizarse y como Severus era un Slytherin de cabo a rabo, comenzó a contarle los detalles de su teoría y como Lucius y él, la habían comprobado con creces. Conclusión Remus pasó por diferentes tonalidades de rojo.

Los dos magos salieron del laboratorio cuando Goldsmith llegó para su turno de vigilar las pruebas.

Rumbo al departamento Remus aun sacaba humo por las orejas, sin embargo como todo ello venía con excelentes noticias, tuvo que tragarse su vergüenza y prometer que seguiría igual o más feliz con su nueva vida.

Harry ya estaba despierto cuando ellos llegaron y como Remus prepararía la comida, Severus estuvo con el pequeño que balbuceaba pidiendo cosas, lo que manifestaba que la inocencia de este lo había hecho confiar de nuevo en los adultos, en ellos principalmente.

El pocionista observó por unos segundos los ojos del morenito y sonrió sin notarlo. Amaba a Lily, pero reconoció que los ojos del Potter menor poseían un verde más brillante, o probablemente sería lo joven que era este.

Remus llamó desde el comedor y Severus salió de su ensoñación, para cargar al pequeño e ir a comer.

A la hora que comida del grupo variopinto. Remus le comentó a Severus:

–Lucius me preguntó sobre cómo y quién me convirtió.

–¿Apenas? Pensé que ya habían tenido esa conversación.

–No y para ser sincero, no he tenido mucho conocimiento de primera mano con otros como yo.

–¿Por qué? –cuestionó el pelinegro mayor, al mismo tiempo que veía como Naly le mostraba a Harry como sostener su cucharita.

–Entre terminar alguna carrera y buscar un trabajo, encontré todas las puertas cerradas. No es fácil ser un licántropo por muchos estudios que tengas. James, Lily y Sirius hacían mucho por mí, eso sin la menor duda; más con todo lo que se estaba viviendo en el mundo mágico me tenía que buscar la vida como fuera.

–Lo imagino ¿Y Dumbledore no te ha ayudado?

–En alguna ocasión, me buscó algún lugar para vivir; obviamente no era por mucho tiempo. E ir con las manadas de licántropos era la muerte segura si alguno de los de Voldemort me encontraba. Por eso los conocimientos que poseo de mi especie son de libros, –que no hay muchos– y de ustedes cuando esto empezó. Por eso lo que me dijo Lucius sobre el motivo de mi posible transformación...

Snape, recapitulo en su cabeza lo que sabía de las mordidas de licántropos y halló a que se refería Lupin.

–¿Es sobre la búsqueda de buenos soldados o de pareja?

–Si.

Por el semblante de Remus, Severus supuso que la posibilidad de pareja fue lo que lo dejó con escalofríos y no lo culpaba; él lo sabía por el cuestionario que Lupin respondió alguna vez, quien fue el que lo convirtió.

–Ya veo. Veamos el lado positivo no te secuestró, que supongo eso pretendía.

–Si. Mis padres me salvaron, combatieron con él.

–Fuiste afortunado.

–Hubo mucho tiempo que creí todo lo contrario... ahora me siento realmente de ese modo.

Los mayores siguieron comiendo y cuando terminaron. Harry fue llevado a la sala por Naly. Remus y Severus lo cuidarían en lo que ella limpiaba la cocina y alistaba el té para cuando llegara Lucius. Severus deseaba que todos los involucrados supieran sobre Dumbledore y sobre el gran avance del experimento.

000

El castillo en Escocia era lo más cercano de Londres sin estar allí. Marcus optó por trasladarse hacía un par de días antes, pero no mencionárselo a Narcissa para que fuera una sorpresa. Y eso estaba sucediendo en ese instante, la bruja rubia sonrió radiantemente al escucharlo...

–... No será un viaje largo; de hecho si haces los preparativos, puedes conectar las chimeneas, pues estoy en mi castillo en Escocia.

–Por eso me hiciste esta invitación a visitarte, tan inesperada.

–¿Aceptas?

Preguntó coqueto el de ojos azules. Ella sonrió afirmando con un movimiento de cabeza.

–Sí, déjame avisarle a Lucius.

Marcus sonrió antes de que la imagen de su cabeza desapareciera entre las llamas.

000

Lupin se levantó del sillón, donde estaba sentado y fue a su habitación, regresando con los catálogos y un pergamino.

–Ya hemos elegido, sin embargo ¿recuerdas que Harry dijo que quería un gato?

–Si. ¿Es un muñeco no? –preguntó Severus recibiendo los catálogos del licántropo y su lista que dicho sea de paso, no era muy larga.

–No, me temo que ni tú ni y nos percatamos de que en los catálogos también vienen animales mágicos a la venta.

–Oh... ¿O sea que...?

–Si. Él quiere un Kneazle.

–¡Oh por merlín! –se lamentó el pocionista.

–No te preocupes; yo no considero que siendo tan joven deba tener uno; le compraremos un muñeco que se parezca y roguemos que lo acepte.

El rubio trigo negó al ver lo consternado que pareció Severus, como si de verdad hubiera pensado en la posibilidad de comprarle un Kneazle a Harry.

Un sonido en la puerta se escuchó y Remus fue a abrir. Lucius había llegado y... no iba solo.

Lupin vio con asombró a quien el rubio llevaba en brazos, cubierto por lo que parecía una muy fina cobija.

–Narcissa tuvo que salir en un viaje rápido. Draco se quedó conmigo. –explicó el rubio mayor.

Detrás del dúo igualmente entró una elfina. Lucius se sentó en el sillón grande y destapó al rubito en sus brazos. Severus al verlo sonrió y llamó.

–Draco... ¿Cómo estás?

Los ojos grises se enfocaron el pocionista y sonrió de lado.

Harry que hasta ese momento vio con poco interés que el otro adulto que ya conocía llegó. Más en cuanto el bebé rubio fue descubierto, los ojos del morenito brillaron llenos de curiosidad y no era para menos, pues en su escaso tiempo de vida no había conocido a otro bebé. Se aferró a la ropa de Severus para ponerse de pie y ver de cerca a Draco.

Lucius al ver los intentos del Potter de conocer a su hijo, le dijo a este:

–Mira Dragón, él es Harry.

Al escuchar su nombre en la boca del adulto, el de ojos verdes sonrió y esperó por la reacción del otro infante, llamándolo en su lengua.

Draco vio al pequeño y luego a su padre y de nuevo al niño... No pareció muy impresionado.

–¿Adi? –preguntó a su padre y este afirmó con la cabeza.

En cuanto Harry escuchó su nombre en los labios de Draco, chilló emocionado cubriéndose la boquita con las manos; luego sin dilación se inclinó para alzar a su hipogrifo y ofrecérselo a Draco. El rubito lo miró, pero no lo tomó.

Los adultos sudaron ante la perspectiva de que a Draco no le agradara el morenito, sin embargo suspiraron aliviados cuando este quiso bajarse del regazo de su padre y acercarse al otro bebé, y con un movimiento que solo un elfo a su disposición comprendería, pedir sus propios juguetes, en este caso un dragón sospechosamente del mismo tamaño y material que el hipogrifo de Harry... si igualmente regalo de Severus a su ahijado.

Rose se acercó a su amito y con ello, al pequeño Potter para cuidar de los dos, que ya parecían estar jugando juntos.

Naly sirvió el té para los adultos y algún bocadillo para los menores y luego se unió a su congénere para vigilar de los bebés.

Remus veía todo el intercambio entre los pequeño con admiración divertida. Lucius se congratulaba porque Draco pareció no ponerse molesto o celoso estando con otro niño y Severus... simplemente estaba feliz de ver a esa nueva generación tan diferente y a la vez tan similar, conviviendo tranquilamente.

Cuando los infantes parecieron olvidar a los adultos y adentrarse en sus juegos. Severus dejó su taza y vio a los otros dos.

–Ayer habló conmigo Dumbledore. Se enteró de lo que hicimos, pues tenía gente vigilando a Harry. –Los rubios se miraron entre sí y el pocionista continuo– Se negó a dejar al niño con nosotros...

–¡¿Por qué?! –exclamó Remus y Lucius colocó un hechizo burbuja en los menores para que no fueran molestados por el ruido que ellos hacían.

–Yo estaba seguro de que eso pasaría. –Opinó Lucius– No es como si que el pequeño Potter conviva con Mortífagos sea algo que Dumbledore quiera; por eso en un principio no buscó nuestra ayuda a pesar de ser familia de este.

–Exactamente eso indicó, Lucius. Que no éramos buena influencia, bueno me aseguró que en mí si confía, pero yo tengo mis dudas. –agregó Severus.

El licántropo negó vehementemente:

–Oh, no confía en ustedes, pero sí lo hizo en esos muggles que no les importaba Harry. Debe estar loco.

Los amigos se vieron entre ellos ante el insulto de Remus a Dumbledore. Snape aun sonriendo siguió su explicación.

–Pues eso fue lo que yo argüí y lo hice ceder.

–¡¿De verdad?! –expresó Lupin, ganándole a Lucius que estaba por decir lo mismo.

–Así es. Él tuvo que ceder, más puso algunas condiciones. Él visitará a Harry algunas veces, debe avisar antes de ello. Y supuestamente tenemos un año de prueba.

Los rubios adultos se enfadaron.

–¿Qué derecho tiene? No es tutor de Harry. –masculló el Malfoy.

–Estoy de acuerdo con Lucius. Albus no es nada de Harry, ni pariente siquiera. Yo sé que James y Lily dependieron de él para mantenerse escondidos, pero creo que no hizo un buen trabajo. Ahora con darle a Harry a esos muggles también erró. Por lo visto infalible no es. ¿Y aun así pretende juzgarnos? –concluyó molesto Lupin.

–Puesto de ese modo, todos pensamos del mismo modo, no obstante ceder ante sus peticiones por el momento, fue lo más indicado. Él tiene de su lado al Wizengamot, de aquí a un año eso puede cambiar o que nosotros tengamos una mejor posición.

Aseveró Snape. Malfoy asintió y acotó:

–Para eso, nuestros negocios deben incrementarse.

–Concuerdo. Por eso, la otra noticia es perfecta para ello... –mencionó Snape. – La sangre de Remus logró no solo detener a la de William si no por unos momentos lograron unirse sin combatir.

Remus y Lucius se asombraron y como Severus deseaba divertirse un rato, se miró las uñas y comentó de pasada.

–Supongo que ayer hubo algo muy bueno que puso a Lupin feliz...

Los otros magos se ruborizaron, después Malfoy carraspeó y confirmó:

–Entonces los cambios significativos de las pruebas si tienen que ver directamente con las emociones de Remus.

–Eso parece. A pesar de que considero que la raíz de todos es que... –Snape vio a Remus que esperaba ansioso sus explicaciones– Lupin no te ofendas, ni tu Lucius, es por el bien del experimento debo preguntar... ¿Remus fuiste el pasivo? –Todos los colores del carmín adornaron los rostros y hasta orejas de ambos magos rubios. Snape casi rodó los ojos, más no presionó por la respuesta, pues esas reacciones se la dieron. – Digamos que lo que Fenrir buscaba lo consiguió, pero el beneficiado fue otro mago ¡A Merlín gracias! Sin ofender Lupin, más eres la pareja hembra de Lucius.

–¡Oye! –se quejaba Remus.

–Vaya... –fue lo único que dijo el Malfoy.

–Dije que sin susceptibilidades. El que la sangre de William haya reaccionado a la tuya se debe a ello, digamos que la de una mujer licántropo no hubiera sido tan enérgica para soportar la fuerza de la del primer Lycano. En cambio, la tuya la aguantó por ser varón, pero con posibilidades de ser compañera ¿entienden?

–Sí, no me hace gracia ese estereotipo, pero si eso ayudará; no me quejo. –terminó por aceptar Lupin.

–Yo no tengo voz ni voto en esto. Desde un principio fue decisión de Remus y si él lo acepta, yo igual. –dijo el Malfoy.

–Me alegra escucharlos. Debemos pedir más sangre a Marcus; ahora si con muchas posibilidades de avance, en poco tiempo. –corroboró el pocionista.

El trio cambió el té por un vaso de vino y luego de un tiempo, los pequeños se sintieron somnolientos y los Malfoy se despidieron de un renuente Harry que no deseaba dejar partir a su nuevo amigo.

Remus lo convenció, con un biberón, y es que Draco ya cabeceaba en el hombro de su padre, quien besó ligeramente a Remus como despedida y se retiró. Snape igualmente se despidió, prometiendo que vería lo del Kneazle. Remus negó divertido y fue a llevar al pequeño morenito a su habitación.

...


Muchísimas gracias sakura1402 y AnaM1707.