Kromos era un pequeño restaurante a donde iba de todo tipo de gente, pero en especial aquellas que quisieran disfrutar de un ambiente lejos de las tediosas oficinas. El lugar estaba decorado con varias plantas, un efecto de estar en un bosque y por dentro el color de las paredes era muy parecido al de los árboles, sus mesas hechas de troncos y manteles color verde hoja, las sillas eran ramas tejidas con apariencia frági,l aunque sin duda no lo eran, la brisa creada por un hechizo muy parecida al olor de tierra mojada daba una relajación a cada cliente que quería algo nuevo, un lugar privado y no tan caro. Ella tomo asiento al lado de una pequeña fuente tal cual en el mundo muggle estaba llena de monedas sólo que éstas eran sickles y galeones en su mayoría.
- Buenas tardes, señorita. Mi nombre es Vlad. Le dejo la carta, en unos momentos volveré con usted. - Hermione le sonrió antes de tomar la carta, había llegado 10 minutos antes así que pudo disfrutar del ambiente antes de que él apareciera.
Anthony no era precisamente puntual o al menos lo que recordaba de él porque al mirar el reloj que estaba enfrente de un cuadro con la imagen de un oso pardo cazando vio que eran las 12 y él acababa de entrar por la puerta. Lo miró con disimulo, era un poco más alto que antes, un metro con setenta, quizá. Portaba una gabardina azul y unos guantes negros a juego con su pantalón y unos zapatos del mismo tono. Su cabello estaba corto y su piel estaba algo pálida debido al frío y antes de que él girara la cabeza y verla ella poso sus ojos en la carta sin ninguna muestra de nerviosismo sólo tranquilidad.
Goldstein la vio y no pudo evitar sonreír un poco, había cambiado con los años y por lo que pudo ver para bien, así que sin hacerla esperar más se dirigió hacia su mesa recorriendo la silla para poder sentarse.
- Siempre tan puntual, Hermione. - él sonrió. - Hola, por cierto.
- Hola, Anthony. Bueno, es algo que no se me ha quitado.
- ¿Desean ordenar? - Vlad se había acercado en cuanto Anthony entró.
- Claro, quiero un Hipograss sin azúcar y un emparedado de dragón. - pidió Granger.
- Claro, señorita. ¿Usted señor?
- Yo un Grog con unas galletas de Troll.
- En un momento. - se retiró la mesera en busca de los pedidos.
Se quedaron callados por un tiempo y es que no sabían cómo conversar. Al final Hermione fue quién empezó.
- ¿Por qué, Anthony? Quiero entender por qué aceptaste semejante locura.
Él la miró fijamente, con demasiada intensidad en sus ojos cafés.
- No voy a pretender decir que me importa más que la paz en el mundo mágico que lo que siento, Hermione. Siempre fui egoísta, acepté porque cometí un error al dejarte. Te hice daño, mucho más del que tú a mí, quiero que me perdones por ello. Mucho tiempo después comprendí que era yo el que no podía encontrar la luz sino es contigo… y sé que la única razón por la que aceptarías es por el bien de la comunidad y por el ministro no por mí. Y es una única oportunidad en la que puedo enmendar las cosas y hacerte feliz. - guardo silencio al ver que la mesera estaba por llegar con los pedidos. Ella se apresuró a dejar sus pedidos antes de proseguir con su trabajo. - Comamos, Hermione.
Ella asintió mas por querer analizar lo que había dicho que por complacer, el emparedado estaba delicioso al igual que su bebida, posiblemente no fuera la única ocasión en la que vendría y por un instante Malfoy ocupó el sitio de Goldstein, una mera ilusión en la que no pudo evitar desear.
- Anthony…-él bebió de su Grog al tiempo que retiraba sus lentes debido al vapor y la miró. - Yo ya te perdoné por lo que pasó entre nosotros, no quiero que pienses eso, fue bueno mientras duró, pero me negaré a esto. Puede que antes hubiera aceptado fingir por el bien de la comunidad mágica o de cualquier persona sin importar que no...que no quisiera hacerlo. Ya no soy esa persona, Anthony, no voy a privar mi felicidad por esto. Respecto a lo que dijiste, si realmente quieres hacerme feliz entonces rechaza ser la figura del Controlador. No te preocupes, no habrá repercusión alguna, me encargaré de ello.
- ¿Es por alguien? - preguntó temeroso de la respuesta, aunque sin duda estaba ligeramente sorprendido que una mujer como ella siguiera soltera, era un diamante no tan llamativo, pero en definitiva un diamante.
Al escuchar la pregunta ella no pudo evitar sonrojarse un poco y pensar por una milésima de segundo en Draco.
- No es…
- Es por alguien. - afirmó esta vez, tenía esa mirada, la misma que cuando la conoció y supo que esa pequeña chispa en sus ojos no era nada más que por alguien, un afortunado. - ¿Es tu novio?
- ¿Qué? - ¿En serio? ¿Ella y Draco? Una decepción se instauró en lo más profundo de su ser. - No, no es mi novio, en realidad yo…
- Pero pronto lo será, si es un chico listo no te dejara ir...no como yo. - dijo serio. - ¿Ya se lo dijiste? ¿Le comentaste de lo que aparecerá el lunes?
- No, no se lo he dicho, no creo que sea necesario. ¿Y acaso no te dije que...?
Él la interrumpió con brusquedad.
- Deberías de decirle, Hermione. Ningún hombre se tomaría bien que su novia o la mujer que le gusta esté de novia en las páginas de El Profeta, no sin un aviso previo. Sé lo que me dijiste, está claro. Si en caso de que el ministro no le importe tus argumentos él debería de saberlo. - terminó con frialdad. - Ahora, si me disculpas tengo que irme. Fue un gusto verte y dile a él que es afortunado de tenerte.
Salió del lugar con rapidez dejando varios galeones mientras que Granger se quedó petrificada. La mesera regresó recogiendo los platos y el dinero preguntando si no se le ofrecía algo más, pero sin ninguna respuesta por lo cual decidió marcharse dado que era la 1 y justamente la hora en la que se llenaba el lugar. Y es así como Nott la encontró, él rara vez solía frecuentar el lugar y sólo por pedido de su amigo fue que accedió a ir. Al principio no se había percatado de que ella se encontraba en ese lugar sólo bastó ver su indistinguible cabellera para reconocerla, aunque no parecía que estuviera ahí, sumida en sus pensamientos era la mejor descripción.
- Hermione. - le tocó su hombro para evitar asustarla cosa que no sucedió porque la bruja dio un brinquito ahogando un grito. Giró su cabeza hasta toparse con unos ojos verdes, ojos familiares. Parpadeó confusa.
- ¿Nott? - preguntó.
- ¿Quién más? - le sonrió antes de sentarse.
- ¿Qué haces aquí? - inquirió todavía ausente.
- Estoy esperando a Blaise, me citó aquí pero ya sabes que es algo impuntual. - bromeó. - ¿Tú qué haces aquí? Fue una sorpresa verte.
- Estaba...vine por un asunto. - murmuró cortante.
- Algo serio ¿eh?
- Sí. En realidad, no esperaba verte precisamente aquí. - dijo y pensando si era el momento de decirle ¡al demonio! - Me alegra verte, tengo que hablar contigo.
- Tú dirás. - al tiempo que pedía algo rápido porque siendo sinceros, no creía poder esperar a Blaise sin el estómago lleno.
- Hemos estado distanciados mucho tiempo, Theo. Desde la última vez que hablamos y no quiero saber las razones que te llevaron a no hablarme después de esa charla. Tal vez en otro tiempo no hubiera comentado nada al respecto y seguir como estamos, pero ya no. Me niego a seguir con esto. - pauso para mirarlo a los ojos. - Me niego a seguir siendo yo la que busca a la gente que le importa porque si no lo hago sé que tú no lo harás, no es tu culpa sino mía porque te acostumbre así. - él iba a interrumpirla, pero ella negó. - No quiero que me expliques o me digas que no es cierto porque la realidad es que así es, tú lo sabes. No quiero tratar de justificarte como siempre lo hago sólo por temor a no perderte, quizá con esto cabe la posibilidad que te pierda y si te soy sincera prefiero eso, prefiero perderte porque el dolor sería menos a perderme otra vez. Con esto quiero decir que no me esforzare más, no voy a intentar seguir suplicando por tu amistad, Theo. Si quieres que sigamos siendo amigos está perfecto para mí, pero no volveré a ese ciclo sin fin. Mi amistad estará abierta para ti en caso de quieras. Sólo que la chica que conociste ya no existirá, no en su totalidad. Piénsalo o medítalo o lo que quieras, Theo. De cualquier manera, si necesitas algo de mí aquí estaré. - y le sonrió, una sonrisa algo triste. Él ni siquiera tuvo tiempo de replicar porque la voz de Blaise se escuchó.
- ¡Theo, hermano! - el moreno gritó antes de darle una fuerte palmada en la espalda.
- Blaise, tranquilo. Nos vemos regularmente. - su voz sonó más seria de lo que le gustaría y es que, pensar en lo que Hermione le dijo le había dolido, no porque no estuviera en lo correcto sino por saber que por su descuido tal vez la había lastimado...otra vez.
- Porque no puedes vivir sin mí. - refutó antes de abrazar o casi asfixiar a Hermione. - Preciosa, no esperara verte pero me alegra.
- A mí también, Blaise. - le respondió antes de darle un sonoro beso en la mejilla.
- ¿Y eso por qué fue? - preguntó el moreno sonriendo de oreja a oreja.
- Sólo te extrañe. - le respondió sincera, y es que estar la mayoría del tiempo pensando o estando en su oficina sin verlo había sido largo, aunque no tanto como cuando lo estaba evitando.
- Algo tienes Hermione… ¿O es que tan mal estuvo Draco en su cita? - se burló.
- ¿Draco? - se extrañó Nott.
- El mismo, Theodore. Y no Blaise, soy perfecto, nuestra cita lo fue.
Draco le sonrió a la chica que estaba un poco sonrojada y sorprendida.
- ¿Por qué siempre tienes la costumbre de aparecer cada que hablamos de ti? - se rio, divertida, ligera como cada que estaba con él. Tomo una silla y la acercó a la mesa, justo a su lado.
- Es una invocación. - le guiño el ojo.
Las serpientes empezaron a comer a la vez que hablaban de sus empresas dado que estaban asociados. Granger a pesar de que Draco estuviera ahí estaba pensando en su charla con Anthony o más precisamente en lo que él le había dicho sobre decirle al rubio.
- ¿Tanto te aburrimos, preciosa? se ofendió Zabini al verla sumergida en sus pensamientos. - Entiendo que nuestra conversación no sea de tu interés, pero no tienes por qué demostrarlo. - le reprochó.
- Muy gracioso entrometido. Sólo estaba pensando.
- ¿En Draco? Está aquí, ya no lo extrañes más. ¡Aprovecha! - Malfoy no pudo evitar reír al ver a Granger mirando a Blaise con amenaza.
- Quisieras, Malfoy. - le golpeo el hombro. - Estaba pensando en una conversación, en realidad, trabajo. - suspiró. Tres pares de ojos la observaron y ella aprovechando la conversación se explicó. - Estoy en el caso de un nuevo héroe, Controlador, como sabrán, aún no se resuelve.
- ¿Potty no ha podido resolver el caso? - preguntó Malfoy con su arrastre de palabras.
- No. - frunció el ceño ante el apelativo que utilizó el rubio al nombrar a su amigo. - El problema es, que si no se resuelve muy pronto tendrán que tomar medidas drásticas.
- ¿Y cuál es el problema? - fue Nott quien indagó en el tema tratando de ponerse al tanto de lo que le pasaba.
- El problema es. - suspiró con pesar sin querer mirar a Draco luego de eso. - que el ministro se le ocurrió la idea de fingir que hemos dado con él, poniendo a Goldstein como figura pública.
- ¿Goldstein? ¿Por qué él? - el moreno se encontraba intrigado al igual que los otros.
- Esto es confidencial, ¿entienden? Nada de lo que les diga deberán divulgarlo. - titubeó pensando si sería buena idea, tardo al menos 5 minutos en decidirse, los miró con seriedad antes de proseguir- Es el único que puede encajar con el perfil del Controlador, Goldstein tiene una enfermedad debido a la guerra, una enfermedad mental a lo que el ministro piensa aprovechar su caso para que los medios y la comunidad mágica tengan una respuesta y siga en paz como ahora.
- ¿Entonces piensan utilizarlo? ¿Potter está de acuerdo con eso? - se le hacía increíble al rubio que tuvieran que hacer todo ese teatro sólo para encubrir su ineptitud, estaban desesperados por lo que pudo apreciar.
- No tenemos otra alternativa. -explicó. - Harry no está de acuerdo, pero si no encontramos una pista que nos lleve a él o en definitiva saber quién es entonces el primero de enero será publicado en El Profeta lo que acabo de decir. Y he estado en el caso desde mediados de septiembre ¡y nada! - añadió frustrada.
- ¿Qué opina Goldstein? - Malfoy estaba serio, era increíble que el ministerio estuviera tan desesperado por hacer semejante barbaridad y que Potter de forma implícita no le quedara más remedio que aceptarlo, el fin justifica los medios como solía decir Lucius… ¿Ahora quién era un hipócrita? Bufò.
- Acabo de hablar con él, seguirá con el plan. - el rubio maldijo entre dientes. - Si el plan sigue no sólo eso será publicado en el Profeta. También será pública nuestra supuesta relación, fue la condición para que aceptara.
- ¿¡Qué!?- gritó Theo perdiendo el control. Tanto Draco como Blaise lo miraron fijamente, en especial el de mirada gélida grisácea, y es que no sólo Goldstein estaba de por medio sino Theo también, algo que al antiguo príncipe de Slytherin no le gustaba para nada compartir y mucho menos a Granger.
- Me negué. - aclaró. - Le hablaré a Harry y al ministro hoy mismo, pero...si se niegan no podré hacer más. - explicó. El ambiente se puso más tenso y sin duda no querían decir nada más, aunque los tres jóvenes pensaban una cosa, maldito Ministerio incompetente.
Con algo de prisa salió rumbo a una esquina donde podía desaparecerse mas no pudo porque una mano la empujò hacia la pared.
- Así que…me pregunto si debería leer El Profeta el lunes…- su rostro estaba serio contrario a sus ojos grises que le miraban divertido.
- Hum… Probablemente no. - le soltó haciendo una mueca-
- ¿De verdad crees que acepten tu negación? - Por supuesto, él no lo creía.
- Esperemos. - frunció el ceño.
- No me agrada la idea. - escupió arrastrando las palabras. - Sé que a ti tampoco. - le aclaro cuando le miró. - Espero que, si al menos vas a salir en El Profeta asegúrate de darle un buen golpe a Goldstein por idiota. Quisiera ver esa foto en primera plana- ella se rio. - Es en serio Granger, es lo mínimo que se merece.
- Te aseguro que lo haré Malfoy…solo que no por ti.
- Entonces, ¿propones que yo lo haga? - la tomó de la cintura y acerco el rostro hacia ella.
- No creo que puedas. - la miró ofendido antes de tomar su rostro y besarla con intensidad. - Bueno…tal vez reconsidere hacerlo por ti, no te lo prometo. - y sin esperar respuesta se desapareció, lo último que vio fue al rubio alzar una ceja.
A las 5 de la tarde el ministro interrumpió en la casa de una de sus colegas y familia, sabiendo el por qué lo citó en pleno domingo. Se sacudió el polvo al salir de la red flu, escuchando ya la voz de Granger un poco alterada.
- Buenas tardes, Hermione, Harry. - ambos lo miraron, el último mencionado pidiendo ayuda silenciosa.
- Kingsley. - saludó Potter.
- No lo voy a hacer, Kingsley. Me niego a engañar a toda la comunidad mágica. No es por eso por lo que hemos luchado, sé las consecuencias también y, sin embargo, reafirmo mi postura.
Kingsley la miró, estaba afligida, pero se mostraba segura de sus palabras, era un riesgo que...ya no dependía de él solamente, por desgracia.
- Hermione, no lo estaría pidiendo si no fuera realmente necesario. No sólo depende de mí, los otros Ministerios están preocupados por esto.
- Estoy consciente de ello, sé que te traería mayores conflictos, pero no peleé por esto luchamos para mejorar y hacer que la comunidad mágica vuelva a confiar, no para mentir. - sus ojos mostraron la valentía y coraje que tuvo desde hace mucho y Harry al verla, supo que no lo haría.
- Sé que es una difícil decisión Hermione, lo entiendo y.… te apoyo también. Kingsley. - la mirada del niño que vivió se dirigió al que fue su mentor. - el lunes mismo citaré a la prensa en cuanto me den el cargo como Jefe de Aurores, les diré que seguimos sin encontrar al ¨Controlador". Sé las consecuencias de esto, sé que la gente va a empezar a desconfiar aún más y la prensa estará en nuestra contra. En este momento no estoy hablando con el ministro, estoy hablando con alguien que luchó junto a mí, hombro con hombro con el firme propósito de acabar con toda la oscuridad que Voldemort provocó. Con mi mentor que me enseñó que ser de los buenos valía más la pena que dejarse vencer o irse al bando contrario, que me dio las fuerzas que no tenía para seguir adelante por mis sueños y los sueños de las demás personas. Sé que lo entenderás, porque más que eso eres mi familia Kingsley.
El ministro asintió conmovido por las palabras del chico de gafas que destruyó la oscuridad.
- No puedo asegurarles que con esto estén satisfechos sin embargo haré que retrasen la noticia, ¿de acuerdo? Necesito que seas tan convincente como ahorita Harry, la prensa enloquecerá.
Potter asintió, al menos tenían más tiempo para buscar, pero a la vez seguían sin tener absolutamente nada. ¡Cuando su vida iba a tener un poco de tranquilidad!
¡Hola! Volviendo de nuevo con un nuevo cap jojo. ¿Y qué opinan de la reacción de Draco? La verdad es que no quise poner a Draco super celoso posesivo xd, mas que nada porque quise ponerlo más relajado. ¿Y qué tal lo de Anthony y el ministerio? Nos vemos en el próximo cap ;).
