Capítulo VIII: ¿Tú qué crees?

- Hola soy Lena – se presentó ella y el nene asintió sentándose en la mesita de centro frente a ella y se le quedó mirando curioso, igual Dylan a un lado de ella – yo soy Dylan, lo siento eh, no fui malo.

- Solo curioso – repitieron ambos nenes riendo por que coincidieron, Lena también lo hizo, estos peques ya le caían bien.

Maguie y Alex fueron hacia la cocina después de saludar a Lena, Dylan se fue al cuarto de su primo a buscar el juguete que se había dejado la noche anterior.

Logan y Lena se quedaron en la misma posición mirándose – no quiero que tengas miedo.

- No das miedo – replicó él

- ¿Quieres preguntar?

- Sí, pero no sé cómo – dijo rascando se con una mano su nuca, un hábito nervioso de Kara, y si Lena le hubiese visto, lo hubiera arrullado por lo lindo que era.

- Sólo pregunta, tuve un accidente…

- ¿Y ya no puedes ver? – preguntó incluso asustado.

- Veo poco – mintió Lena para no asustarle – pero me voy a recuperar, por eso de tener ojos verdes, tengo azules.

- Sí, son un poco azules, pero los míos son más, son como el cielo dice mi mami.

- Mucha razón tiene ella – dijo Lena y Logan asintió moviendo sus piernas colgadas desde la mesa de centro, muy curioso el nene.

- ¿Y dónde vives? – preguntó.

- Ves ese edificio de allí – señaló Lena tratando de ubicarse dónde estaba, en eso era buena, su memoria con respecto a Kara seguía intacta, todo lo demás se había desvanecido.

- Eh sí, es muy grande.

- Pues ahí vivo, en el último departamento.

- Eso es muy altoooooooooo – apreció el pequeño.

- Algún día puedes ir.

- ¿Sí puedo? – preguntó radiante – sería genial hacerlo, gracias – agradeció el pequeño estirando su mano para estrecharla con Lena, mas al ella no poder hacerlo, él cogió su manita y le enseñó su saludo oficial.

- Muy bien, así quedamos, puedes ir cuando quieras.

- Genial – susurró él y mirándole dijo – eres muy bonita – mirándole embobado.

Lena le guiñó un ojo y – Ahhhhh – soltó el pequeño un adorable gritito, a Lena se le hinchó el pecho de amor por este chiquito y más a Kara que desde la isla de la cocina vigilaba su interacción.

- Cierra la boca hermanita, vas a babear – bromeó Alex con ella cuando Mike había ido al baño, Kara rió y volteó los ojos juguetona.

Lena y Logan interactuaron un poco más en perfecta sintonía, el pequeño era muy curioso y Lena le encantaba responder todo lo que se le cruzaba la mente, a la par de contestar Lena todas las preguntas del pequeño acerca de tecnología, investigación, aquello que sabía, ya que en los 10 años que no estuvo presente, habían cambiado muchas cosas.

- ¿Y por qué no sabes eso, si ocurrió hace un año? – preguntó el peque en un momento.

- Logan – advirtió Kara y el nene levantó sus manitos en inocencia.

- Ah eso es porque no tenía tele – respondía Lena en lugar de contarle lo que le había ocurrido.

- Oh no, eso es muy cruel, te mereces tener una tele – respondía el pequeño con toda su inocencia, tan adorable, Lena reía, siempre contestando cuidando la inocencia lo máximo que podía del cuchi, no diciéndole para nada lo que pasó con ella.

Tiempo después la cena fue servida, Logan quiso sentarse entre su mami y Lena, Mike veía serio todo su intercambio, Lena se presentaba relajada bromeando y manteniendo un ambiente relajado, refrescante, ella comiendo despacio, guiándose por las siluetas de la comida.

- Yo ayudo – decía cada nada el nene alcanzándole lo que pedía o cogiendo por ejemplo la sal, y moviéndola de lugar para que Lena al regresar su brazo hacia atrás no la bote y así, Dylan miraba todo muy atento, haciendo caras tontas con su primo, riendo a veces al ver como él se sonrojaba por Lena.

Y Logan de regreso al ver que, si Lena le mandaba un guiño o decía algo hacia él, él también se sonrojaba, ambos nenes reían felices de recibir atención de esta mujer tan linda y culta.

- Los has encantado – replicó Kara a Lena, ella sentada en el sofá con Kara a su lado y Mike en el sillón individual, la pareja en el otro sofá que miraba toda la interacción.

- Y ellos a mí, son chicos muy dulces – replicó Lena.

Pasada las 9.30pm, los nenes se fueron a dormir a pedido de sus madres.

Maguie llevó cargado a su hijo, la pareja se despidió de Kara y ahí Mike se dio cuenta de que Lena se iba a quedar con ellos la noche.

Kara le llevó a la habitación de invitados y después se fue a conversar con Mike, Lena intentó dormir un par de veces, despertándose jadeando por las pesadillas.

- Estás bien, estarás bien – se repitió Lena recostándose en su dormitorio, hasta que pensó que oía pequeños jadeos, por lo que se levantó curiosa del ruido, siendo pasada la 1am.

Lena caminó descalza hacia la fuente del ruido, pensando que bueno, algo pasaba y ella quería ayudar, lo que fuera por Kara, era su Kara.

Mas no pensó en lo que podría estar pasando, la puerta del dormitorio de Kara estaba entreabierta o eso pensó ella al ver sólo sombras, mas algunas distintivas de la puerta entreabierta.

¿Qué es lo que escuchó?

Gemidos, golpeteos como piel con piel, juramentos, muchas groserías y – ay Rao, ay Rao – repetidas veces.

Lena se asomó en la puerta.

Mike estaba recostado en su cama con los pies hacia el reposacabezas y la cabeza al final de la cama, él de espaldas, por eso no vió a Lena, y Kara a horcadas de él, montándole, ambos, haciendo música juntos.

Lena tragó espeso al imaginar lo que estaba pasando.

Ella debatiéndose si estar ¿enojada? ¿triste? ¿excitada por estar viendo aquello?

Kara si le vio, y no le retiró la mirada, se la sostuvo, calentándose mucho más por ese simple hecho, insistió en sus movimientos con más prisas, con más ahínco, con más fuerza.

Mike llegó primero gritando el nombre de su esposa y Kara después jurando.

Lena se mantuvo estoica mirando sin mirar.

Sonrojada se dio media vuelta e intentó llegar a su dormitorio.

- Mierda, mierda – seguía Kara jurando groserías, con la respiración agitada, el pecho subiendo y bajando.

Pasados unos segundos Andrea le mandó un mensaje, sin importar que era un poco más de las 2.30am.

- Ahhh mierda, me tengo que ir – susurró Mike mirando su reloj, algo de una primicia para Andrea quién concertó una reunión a esas horas con un veterano en el puerto.

Kara se recostó en la cama, intentando pensar en qué había pasado, Mike al verle así, agitada, agotada, pensó que había sido por él y eso le llenó más el ego – nunca te había sentido así – le dijo él acariciando con su mano su interior, Kara gimió ante el contacto.

- Estás mojada otra vez. Rayos que soy bueno – acotó él jugando con sus dedos e intimidad y Kara volvió a gemir caliente, sin saber si todo su reaccionar era por él o por ella – me voy cariño, me has agotado, me siento como papel – agregó riendo, despidiéndose de ella con un beso sobre sus labios se fue a trabajar, pensando que había un chance enorme que Lena lo hubiera escuchado, eso hacía maravillas por su ego.

Mike salió y se fue.

Kara se quedó ahí recostada, y sin pensar hizo aquello que le urgía más, ir dónde su Lee.

Lena había llegado a su dormitorio – Woahhh – soltó al ser empujada hacia su cama con Kara sentándose desnuda totalmente a horcadas de ella.

- Lee – susurró con voz ronca y Lena se puso rojita como tomate, Kara respiró forzadamente al todavía estar agitada – Lee – repitió con necesidad – no sé lo que estoy haciendo – susurró después con la voz quebrada y eso cambió todo para Lena, ella supo cómo reaccionar.

Lena se arrastró por la cama, recostándose en la cabecera y Kara se arrastró con ella, sentándose entre sus piernas, a horcadas.

- ¿Qué quieres hacer? – preguntó.

- Quiero hacerte el amor – susurró Kara con el rostro enrojecido y Lena asintió, ella necesitaba tenerle cerca, más aún al estar en ese contexto, pero antes de aquello, tenía un par de preguntas en su mente.

- ¿Siempre es así, o fue por mí? – preguntó acerca de que Kara había acabado con más intensidad.

- No siempre es así – replicó ella antes de morir de vergüenza si Lena no hacía algo urgente.

Lena con ambas manos cogió la carita de Kara y le besó, primero dulcemente, para después volverse más intenso, Kara cada tanto, movía sus caderas sobre la pierna de su Lee, como si la estuviese montando, Lena calentándose más por su aroma, por los ruiditos que hacía ella, todo mucho más intenso al no percibirla visualmente, ambas jadeando.

- Te amo – susurró Lena sobre sus labios.

- ¿Qué? – preguntó Kara distanciándose un poco para ver su rostro – tú no puedes… ahhhhhhhh - Lena le volteó, recostándola sobre su cama, guiando su mano hacia la intimidad de su Kara, empezó a darle la atención que necesitaba, acallando los gemidos y grititos de Kara con sus labios, empezó a mover sus dedos al unísono, entrando en ella.

Kara se llevó las manos a la boca para no gritar y eso prendió mucho más a Lena, el hecho de que Kara no podía controlarse al estar con ella, por más que no podía verle, ella siguió en un vaivén imparable, como si sus dedos fuesen un martillo automático.

- Sé que me has visto – susurró en su oído mientras intensificaba sus movimientos, Kara jadeaba detrás de su mano - ¿eso te prende? ¿saber que te veo, desear que te vea? – preguntó juguetonamente, con travesura en su voz.

Kara gimió más, el tono de voz de su Lee la reducía a añicos, su acento.

- ¿Era por él? – le preguntó modificando sus envistes, ralentizarlos para provocarle más, para después ir mucho más rápido, haciendo que pierda toda capacidad de raciocinio.

- No, no – susurró apenas Kara.

- ¿Era por mí? ¿te pusiste más caliente por mí? – preguntó Lena mirándole dulcemente, ella necesitaba una respuesta, aunque no pareciera, Lena tenía su corazón en la línea, dónde Kara con un insulto podía mandarle al mismísimo infierno o con una palabra elevarle a las más grandes alturas - ¿fue por mí? – preguntó pegando sus frentes y cerrando sus ojitos.

- Sí, sí – replicó Kara repitiendo aquellas afirmaciones un par de veces más.

- Te amo Kar – repitió ella, pero Kara no le respondió, pero por cómo le miraba y actuaba, aunque Lena no pudiese ver en ese momento, ella sabía que muy internamente Kara también lo sentía, pero por algo no podía decírselo, y eso también estaba bien en ese momento.

El corazón de Lena estaba tan lleno de amor, de adoración, de todo para con su Kara, de absolutamente todo, por lo que decidió demostrárselo.

Ella la hizo venir, susurrando su nombre, arqueando su espalda, teniendo pequeños espasmos, Lena le dejó venir, casi inmediatamente ella repartió besos sobre su pecho, abdomen, con ambas manos cogió su trasero y lo amasó, Kara se mordió los labios tan fuerte que pensó que sangrarían.

Lena le dio un fuerte agarre, antes de sumergirse en su intimidad y empezar a comérsela. Kara bufó fuertemente al no poder gritar con todo lo que quería gritar, ella colocó sus manos sobre su cabello y le amasó el cuero cabelludo mientras Lena le daba un enorme placer alternando su lengua, sus dedos, su boca, en su clítoris, los labios vaginales, su entrada.

Kara estaba en el paraíso, ella muy fuera de sí, llena de placer, tanto así que ya no pudo contenerse y Lena con su mano tuvo que tapar la boquita de su amor, para no despertar a su pequeño.

Kara se vino por segunda vez con ella, susurrando con fuerza el nombre de su Lena, quién después de su segundo orgasmo, le volteó boca abajo y se puso encima, abrazándole y tomándole por detrás con ambos cuerpos al raz.

Kara estaba de lo más extasiada, excitada. Ella ya no tenía palabras para describirlo.

Quiero tu carita hermosa en la cama y tu trasero en el aire ahora – ordenó Lena y Kara se mojó aún más al cederle el control, dejándose llevar.

Lena se sentó en la cama, abrazo su trasero y la tomó por detrás, Kara gritó de placer sobre su almohada, sobre las sábanas, empuñando con fuerza ambas manos.

Kara se dejó amar, se dejó follar, se dejó adorar, se dejó arrullar al venir después de la quinta vez con Lena, su cuerpo quedó hecha gelatina.

Ella extranjera de alto rendimiento, Lena había conseguido agotarle, tanto como volar sus poderes.

Lena le acomodó como es propio en su cama y le cubrió con las sábanas y mantas adyacentes, como quién dibuja un capullo, Lena se recostó a su lado y trató de verla, quería verla, como nunca en su vida lo había deseado, gimiendo al no poder conseguirlo y sólo ver siluetas y sombras. Ella no durmió esa noche, se consoló más bien, dibujando con la yema de sus dedos su rostro, riendo con mucha adorabilidad al notar que Kara fruncía el ceño o besaba sus dedos, o hacía como que se la iba a comer diciendo – ñam ñam ñam – aún agotada, Kara le sacaba una enorme sonrisa.

- ¿Quieres algo? lucha por ello, ¿alguien ya lo posee? Eso no es importante, lucha por ello – se lo había dicho su madre un millón de veces.

Ella amaba a Kara, la deseaba, necesitaba una vida con su vida, mas el debate era enorme, si Kara hubiese estado sola, ella iría con todo, más ahí Mike no era el importante, el importante era Logan, su vida, su estabilidad mental, su desarrollo personal.

El peque lo era todo.

Y Lena quería tenerlo todo, mas esa no tendría que ser su decisión, sino más bien la de Kara, ella no destruiría un hogar, jamás lo haría, sino ofrecería un hogar, el suyo.

Mas la decisión ahí mismo no era de ella, era de Kara.

Porque ella ya estaba ahí mismo hasta las ramas. No podía más. Estaba hasta las nubes.

- Si quieres algo, lucha por ello – se repitió usando el lema de Lilian, su madre adoptiva.

Ella no podía esconderse, no podía dejar de luchar, dejar que tengan pena por ella, ella no era así, ella tenía que luchar, primero por ella, para estar bien, para recuperarse y luego por Kara, por lo que ella decidiese, por Logan, ese nene que apenas había conocido y ya amaba.

Lena decidió que iba a luchar por todo ello apenas iniciase el día, ya que, en ese mismo momento, ella no se iba a ir, ya que Kara dormía acurrucada con ella y ese era el sueño de su vida reproduciéndose ahí mismo, y sin importar qué Lena no pueda verla, ella se sentía infinita.

Apenas inició el día, dos golpes en la puerta le despertaron, era Alex quién debió tener una expresión de mierda según el tono de su voz – párate ya, hay más pruebas que hacerte – le pidió sin saludarle.

- ¿Alex? – preguntó Kara sin saber porque su hermana estaba tan cabreada, hasta que vio a Lena a su lado y a ella muy desnuda a su lado – mierda – susurró y Lena asintió escuchando el ruido de las sábanas cubrir su cuerpo por más que – Kara no puedo verte ¿recuerdas?

- Si bien, igual está pasando – acotó para definir lo que estaba haciendo, cubrirse con una manta e ir al baño a cambiarse, Lena hizo un gesto confuso, a la par que terriblemente adorable y Kara se lo iba a señalar si no tuviera tanta prisa por vestirse, airear el ambiente, cocinar algo para su nene, y fingir que no había ocurrido nada el día anterior con Lena.

- No lo puedo creer, es más, sí, sí lo puedo creer – susurró cabreada a su hermana en la cocina.

- Alex así no fue la cosa…

- No me importa, por fin eres feliz, y ella hace esto – señaló haciendo ademanes con las manos.

- "Esto" se hace entre dos personas Alex – respondió antes que su nene caminase medio dormido y medio despierto a darle un abrazo a su mami - ¿Hola mi amor, has dormido bien cariño? – preguntó cargando a su hijo como si fuese un bebito, en un brazo, y su hijo dejándose estar, siguiendo dormido un poquito más de tiempo, Kara acariciando su espaldita.

- Luthor nos vamos ¡ - pidió molesta sin ocultarlo, Lena salió del departamento, orientándose por el sonido de su voz, chocándose un poco con los muebles al salir y es ahí dónde Logan bajó del brazo de su mami y le tendió una mano a Lena para ayudarle a salir del departamento sin hacerse daño.

- Muchas gracias mi amor – susurró Lena besando su mejilla, tentando primero con la yema de sus dedos su rostro para ver dónde estaba su mejilla, bromeando con él al decir que, si era un león o un cachorrito humano, él rió todo el tiempo.

Alex ni bien salió del departamento giró cabreada a mirar a Lena y le dijo – eso ahí, justamente ahí, están las dos personas a la que le vas a destruir la vida, si sigues haciendo esto ¡ - susurró con fuerza ante una muy estoica Lena.

- Apuesto que hoy me va a doler todas las pruebas que me hagas – soltó dirigiéndose al ascensor para salir del mismo, tocando con una mano la pared del pasadizo para orientarse.

- ¿Tú qué crees? – soltó Alex eligiendo ese día que Lena pagaría todo su enojo.