Advertencia: El accidente de Johnny, depresión, hospitales psiquiátricos, abandono, estrés postraumático, trauma, asesinato, pesadillas, acoso, crisis nerviosas, stands, etc. Por si alguien necesita saberlo antes de leerlo.
Día 7. Día libre parte II (Final)
Octubre
Una noche pudo escuchar el sonido del vidrio siendo forzado y presa del pánico, esa noche Johnny haría algo que le juntaría con su destinado pero que también le condenaría. Su primer instinto fue alzarse lo más que pudo y aunque trato de gritar o algo su voz se quebraba, cayó de la cama y la golpeo con sus puños, hasta que sus manos se pusieron rojas.
Él hombre de la ventana lucia impasible y se rompió el vidrio, Johnny en un impulso misterioso pudo forzar la cerradura y esta cedió, salió arrastrándose, fue allí cuando la cuenta regresiva para el declive se acercaba a su devastador final, Zeppeli, estaba de guardia y perplejo observo la desesperación de la que era víctima Johnny.
A diferencia de la mayoría, Gyro era gentil, hasta donde podía y no solía mantener una actitud firme o especialmente dominante, lo que le extrañaba mucho a Johnny, que se encontraba pálido, con su respiración al máximo, casi sufriendo una taquicardia, temblaba incluso, si cualquiera se le acercara no tenía dudas de que cometería una idiotez pero cuando Zeppeli se inclinó y comenzó a llamarle, no trató de rehuir el contacto ni quiso darle un puñetazo.
Tal vez fuera lo débil que se sentía tras vivir aquel terrible evento o la poca claridad en sus ideas, pero bajo su defensa un poco frente al otro, no pudo dormir, en un estado de alerta y a momentos regreso a su viejo habito de arañarse por lo que nuevamente fue sedado pero la tan común sensación del forcejeo y la presión no estuvo presente en su cuerpo a la mañana siguiente.
23 de octubre
Johnny pudo haber disfrutado de ese pequeño acto de piedad que le ofreció él chico nuevo, si tan solo los días que siguieron de aquella noche, el miedo no le hubiera acosado a cada hora. Se encontraba tan temeroso de que la noche llegará. Poco a poco la oscuridad que inundaba su habitación fue esfumándose. La tormenta en su mente detuvo al fin, él misterioso hombre había desaparecido. Johnny no lo podía creer. Un día simplemente permaneció despierto hasta que afloraron los primeros rayos del sol. Los inexistentes rastros de su mayor pesadilla lograron relajar su corazón, por primera vez pudo volver a descansar.
Zeppeli caminaba algo ansioso por los pasillos, después del accidente nocturno con el chico del cuarto 03, sus nervios se dispararon, a veces se preguntaba si acaso la locura podría ser contagiosa, desecho la idea con rapidez por lo absurda que sonaba pero era la clase de pensamientos que tenía en los últimos días, no pudo hablar ni tratar de interrogar al rubio, era inadecuado, se lo había dicho Hot Pants la misma mañana que le recito las reglas, pero existía una duda que perseguía sin cesar a Gyro.
Después del incidente, noto un vidrio roto, lo que no resultaba tan extraño si no fuera porque la persona que sufrió la crisis no poseía ninguna marca o herida que revelara que él lo había roto y que ese fragmento ausente tuviera una forma tan definida, no tenía las marcas de golpes desesperados o el típico destrozo de alguien aterrado, con deseos de huir, parecía casi como si alguien lo hubiera cortado, forzado con calma, sin prisa. Gyro no pudo evitar reír un poco de sus deducciones sin sentido y decidió continuar con su trabajo.
Ninguno de los sabía que este tan solo era el inicio, el comienzo de algo más grande, más escabroso que cambiaría sus vidas. Y es que, si alguien les hubiera dicho que ambos saldrían huyendo de ese hospital con un lago de sangre persiguiéndoles, ambos se habrían echado a reír con ganas, en una risa devastadora.
En algún lugar
Diego fue la clave en que el destino pudiera cumplir sus caprichos, la tragedia en la vida de Johnny Joestar no había sido una coincidencia deprimente, era un plan que fue ideado con esfuerzo, diseñado meticulosamente, pero algo en el imbécil del rubio, una especie de fuerza resguarda en su interior, una llama en espera logro mantenerlo con vida.
Brando no podía dejar que nadie descubriera su fallo, así que al enterarse del lugar donde se encontraba Johnny no pudo creer que la suerte le bendijera así, borrar del mapa a un lisiado encerrado en el pabellón de los locos, resultaba bastante sencillo, incluso con un poco de saña se dio la libertad de aterrorizar al muchacho un poco, antes del gran golpe.
25 de octubre
La gran noche, un hombre alto, ingreso al hospital pero las cámaras que captaron su imagen sufrieron un fallo inevitable, las enfermeras que preguntaron se esfumaron y los pacientes sellaron sus bocas con el mejor seguro del silencio: la muerte, pero no fue una pacífica, todo aquel que se encontró en el lugar sufrió una terrible metamorfosis, que fue dejada tras los pasos silenciosos de la figura que avanzaba, pequeños rugidos, escamas que caían, nadie cuerdo hubiera creído tal visión.
Era una maldición andante, cualquiera que viera al hombre de cabello rubio y ojos esmeralda, con el pequeño parche en su mejilla que relucía colmillos anormales no volvió a ver la vida después de tal desafortunado encuentro. Gruñidos, gritos que rápidamente desaparecían, había una tensión creciente, el pabellón, siempre más alejado del ajetreo normal en el resto del hospital, por alguna razón estaba especialmente sensible a los ruidos del exterior, lo que volvió un caos el lugar, los pacientes que podían golpeaban con intensidad la puerta, otros lanzaron objetos al suelo.
"Sin duda sería una noche muy larga" pensó Gyro. Pocas veces había visto tal conmoción en pasillo, (lo que era mucho decir de aquella área), permaneció ocupado, teniendo que dar varias vueltas, dando medicamentos, en una ajetreada noche, hasta que Hot Pants se apareció y le pidió que revisara si sucedía algo fuera del etéreo lugar de salud mental, para poder darle razones validas a los más cuerdos en el recinto y pedir que se tuviera más control en lo que sea que sucediera tras esas puertas que los separaban del resto del mundo.
Zeppeli obedeció y bajaba los escalones hasta que la luz del pasillo se apagó, "genial" dijo para sí mismo Gyro y regreso para buscar una lampara, dudo un instante antes de alejarse, pero su jefa le repitió la orden con molestia. Gyro decidió bajar, con un mal presentimiento que recorría todo su ser. En la creciente oscuridad, las respiraciones y los tics nerviosos resonaban con fuerza. Más lejos, en el interior del 03, un pequeño bulto estaba en el cuarto, Johnny dormía, en otro lugar, alejado de todo pesar, envuelto en sus cobijas, sin poder prever lo que vendría.
Tarde o temprano despertaría y se uniría a la paranoia colectiva que se vivía en el pabellón, aunque la luz había regresado hace poco desde que abrió los ojos por un intenso dolor de estómago, Johnny no pudo volver a dormir, el dolor y el malestar en su cuerpo no eran la razón por la que el sueño había huido de su mente, si no cierto nerviosismo que le fue contagiado, volvió a revivir los días pasados, donde la ventana lucía como la puerta del infierno, albergando una bestia que cuando menos lo esperara despertaría y le arrebataría el aliento, hasta machacarlo.
Los doctores daban vueltas, caminando de aquí y allá, también el equipo de enfermería estaba siendo agobiado por la crisis continúan que se vivía, aunque temía y deseaba huir de su habitación, no hizo nada especial, al menos hasta que el silencio apareció y este era pesado, la bruma que le impedía saber lo que ocurría a su alrededor y le era negado saber, sus viejas manías regresaron, y con una hiperventilación, bajo de la camilla, arrastrándose a la puerta "esto es igual a esa noche" fue la idea inevitable en cruzar por los pensamientos de Johnny, por sus nervios de punta, comenzó a voltear y observaba con gran temor la ventana.
Llegó a rezar en voz baja en el dios que había olvidado, el silencio que no desaparecía se convirtió en la mejor tortura, la luz misma parpadeo y en un segundo Johnny se encontró su reflejo deseando una vez más el silencio, sin estar preparado por los alaridos de dolor que comenzaron a resonar por el sitio, también extraños sonidos, como el de la saliva goteando, se escuchaba algo que masticaba con furia y el peculiar aroma de la sangre llegó a sus fosas nasales, las líneas bajo sus ojos se remarcaron, sus uñas volvieron a ser castigadas con el insaciable deseo que poseía al joven de querer destrozarla, arrancarlas , se acostó sobre la puerta cerrada .
Respiró, respiró con dificultad y aunque trato de aferrarse a los buenos pensamientos el gruñido que llego a sus oídos junto con un resoplido bastante audible, ruidos horribles que se sentían tan cercanos fueron el punto de colapso.
El joven médico, no supo bien cómo reaccionar, sin estar seguro de dónde podría estar, sabía que no había salido del hospital, pero todo a su alrededor le era desconocido. "Baja y asegúrate de regresar con algo que nos sirva", la voz de Hot Pants hacía eco y al llegar al primer piso, cuanto se arrepintió de hacerlo en ese instante, la primera vez creyó que su vista fallaba, "tal vez en verdad el pabellón de locura podía sugestionar a la agente" pensó pero conforme los cuerpos eran demasiados y tallo lo suficiente sus ojos, supo que era verdad, grandes pilas de cuerpos hinchados o solo destrozados estaban esparcidos por el piso, con muchas preguntas.
Regresó corriendo al pasillo, reviso cada habitación, en algunas los pacientes estaban en el suelo, hechos un ovillo, temblaban y su mirada estaba perdida, trató de pedir ayuda, pero jamás recibió respuesta alguna, se tensó, nadie estaba y cuando se paró frente a un cuarto, que tenía la puerta destrozada, con marcas de rasguños inhumanos, casi se golpeó a sí mismo para comprobar que este no era un mal sueño. No tardó mucho en darse cuenta de que varias puertas estaban abiertas, con huellas en su interior y una cama vacía. Gyro desorientado, dio vueltas, sin saber a dónde ir.
Se arrastro hasta sujetar con excesivo anhelo la pata de la cama, los ruidos eran más fuertes, acompañados por el constante golpeteo brusco a la puerta, Johnny no podía pensar en nada y cuando esta finalmente cedió, cayendo a pedazos en el medio, sobresalió una cabeza escamosa de una extraña criatura de aspecto reptil, casi como si fuera un dinosaurio...
"Memorias difusas, palabras que dije y nunca pude recordar, sin saber quién soy, si soy y estoy aquí y ahora". Aquella sensación de pérdida, de estar por completo a la deriva invadió a Johnny una vez más, su cabeza dolía, sus muñecas también, sus manos. Se abrazo, imágenes esparcidos y sin mucho sentido del extraño animal desplomándose en el suelo y la melodía del disparo se grabaron con fuego, pero nada de eso tenía sentido, no tenía armas, no veía a nadie allí, no lo había y aun así murió, un cadáver infernal frente suyo, trato de calmarse. Para empeorarlo todo apareció esa cosa, de aspecto rosado, regordeta y terriblemente fea.
Que le perseguía a todos lados, sin importar cuanto se alejara, Johnny cerro con fuerza la puerta del baño, trataba de ocultarse del animal que no dejaba de atormentarlo con su presencia, sin tener ni idea de que esa extraña cosa, se fue a ocultar con él, flotaba sobre su cabeza pero las sombras le ayudaron a que no le viera un inestable Johnny.
Diego no tuvo líos para llegar hasta el pabellón, observo los números que yacía en el exterior de las puertas, camino con parsimonia, mientras buscaba el cuarto donde yacía su objetivo, la gracia en sus movimientos era increíblemente irónica para el acto de brutalidad que estaba a punto de cometer, saco la llave que ocultaba en su bolsillo y con cuidado la sostuvo entre sus manos, con ternura incluso.
Al llegar a la puerta, noto la ruptura en ella, cachos de madera caían, río un poco al olvidar que era cierto que uno de sus esclavos podría haber acabado con el blanco antes pero cuando se disponía a inspeccionar los restos de su gran molestia en estos meses se percato de que en el suelo no estaba el cadáver frío y sin vida de Johnny Joestar, si no un dino a su servicio que había perdido todo calor en su interior, no sabía si sentirse feliz o feliz...
Él estaba seguro de que si Johnny Joestar no falleció esa noche por el disparo tan certero que le dio, fue porque algo, algo en el muchacho lo impidió y al examinar el cuerpo putrefacto, noto las marcas de un disparo, marcas extrañas por la ausencia de la ceniza y la huella de la pólvora, sonrío complacido, su teoría estaba más que confirmada, pudo haber dudado de estar en cualquier otro lugar pero esto era el pasillo de la locura, ni el hospital más retorcido le permitiría tener armas a un desquiciado.
¡No!, esto no fue hecho por ningún instrumento que el ser humano pudiera crear, esto sin duda debía ser obra de un stand. —Oh Johnny —exclamo con cierto dramatismo en voz alta—ha funcionado, mi bienvenida a ti, mi víctima, esta noche de muerte solo para ti y tú fuego infernal que permanecía oculta —la mirada burlesca de Diego le pudo haber sacado un gran escalofrío a cualquiera que lo viera.
Gyro buscó y rebusco, a veces escuchaba gritos, alaridos, cada ocasión en la que corría para socorrer, llegaba tarde, chocando con la imagen de un cadáver, una vida sin brillo, que era callada sin piedad. Algo decepcionado y deprimido, siguió su camino, hasta que una puerta se entreabrió y le jalo a su interior con brusquedad, sus nervios ardían en el pánico que sentía, al voltear no pudo evitar suspirar aliviado (o lo poco que podía estar), Hot Pants lo vio con una peculiar expresión, sus ojos lucían muy grandes, con cierto aire de pureza del que antes no se había percatado.
Contrario a lo esperado le abrazo, este tan anormal momento de intimidad fue detenido por la voz de una muchacha que estaba en el piso, que apretaba con fuerza un paño lleno de sangre, lo apretaba contra el costado de un niño pequeño, la chica de expresión neutra, casi indiferente pidió la atención de su superior, esta se agacho con ella y le ayudo a hacer la presión necesaria para que la hemorragia parara.
Hot Pants le explicó que cuando Gyro se fue, aparecieron las extrañas criaturas escamadas, prácticamente surgieron de la nada, eran bestias sin control que atacaban sin cesar, algo tontas debió admitir ella, pero eran sin duda monstruos que no podían medir sus acciones. Zeppeli supo que contrario a lo que esperaba, haber salido del pabellón antes de ese momento, tal vez no haya sido tan horrible, no podía negar que al menos sonaba más tolerable ver cuerpos hinchados, amontonados sin vida que el ser atacado por animales de antigüedad, que destrozaban a la gente y hacían mierda el lugar.
Pasaron así los minutos, tan largos como lo eran en el sufrimiento, todos sabían que tenían que salir de allí si de verdad querían sobrevivir, ninguno podía pensar con claridad un plan que fuera realizable o cuerdo, al menos lo creyeron hasta que la chica de cabello negro habló, llamando la atención de los dos adultos. —Saben... yo vi una salida de emergencia cerca de aquí —dijo con una voz gélida—tal vez podríamos llegar a ella si somos rápidos —. Correr hacía una salida de emergencia relativamente cercana no sonaba a la mejor opción si uno tenía un camino lleno de dinosaurios carnívoros que atacaban al azar, sin embargo, nadie tenía una mejor opción.
Hot Pants tomó el mando y les explicó en brevedad un plan funcional hasta que... Johnny sintió algo, lo sintió con claridad, aunque estaba asustado, volvió a tocar el objeto o la cosa, era terso, suave... La ligera luz de luna que se filtraba ilumino parte del objeto, rosado, gordo y se movió, los grandes y tristes ojos veían fijamente a Johnny. Y grito, grito horrorizado, casi derramo lágrimas.
Las personas en el cuarto, escucharon un grito venir del baño, todos se pararon, dispuesto a salir y ejecutar el plan pero pronto un sollozó humano, los hizo detenerse, Gyro se levantó del suelo y con inseguridad abrió el baño, tirado en el piso, con temblores, Johnny cubría su boca, apretaba sus nudillos con ira y miedo, una combinación peligrosa, vio con asco a la figura que flotaba cerca suyo y antes de poder agredirla Gyro le llamó —¿Johnny? —. Si tan solo Johnny no hubiera estado alterado, no le habría pegado, ni lo habría empujado y a pesar de ello, Zeppeli que ya estaba algo acostumbrado no perdió la calma.
Una vez que más o menos todos estaban en sus cabales, Hot Pants volvió a trazar el plan, con el significativo cambió que sufrió el mismo con la llegada de Joestar. El tiempo les perseguía y con las vendas que pudieron conseguir, envolvieron con presión la herida del pequeño, la muchacha salió con el infante en sus brazos, fue rápida, y llego a salvo.
Diego hace rato que sufrió una metamorfosis terrible, con su aspecto humanoide, de reptil y humano, se había cargado por completo el lugar y cuando olió a las personas que salieron desesperadas identifico con agilidad la ubicación de Johnny. Zeppeli que se vio obligado a cargar a Johnny, se sorprendió bastante con la falta de negativa a la que se había acostumbrado, pero claro, era tonto pensar en ello, esta noche había sido sin duda la peor en su vida y no tenía ni idea de cómo sería vivirlo en la carne de alguien cómo el más joven, salió y tan pronto avanzo unos pasos, todo fallo.
Ambos cayeron al suelo, no tan lejos uno del otro, dieron gruñidos varias de las criaturas antes de atacarles son salvajismo y aunque ambos creyeron que todo había sucedido muy rápido, lo que vendría los haría creer que el tiempo se detuvo, uno araño con brutalidad a Johnny, en las piernas y supo ello al ver sangre, no supo bien que sentir pero mientras un Gyro intentaba levantarse, varios de los dinosaurios trataron de dañarlo y sin aviso, como un reflejo Johnny se encogió, se cubrió con sus manos y de sus uñas volaron los proyectiles.
Sucedió con lentitud, ninguno recuerda nada más que el golpe de los cuerpos que cayeron alrededor, Johnny intento hablar pero perdió sus palabras cómo lo hizo el propio Gyro y entre la confusión Hot Pants gritó una orden, huyeron según lo pedido por "Hot Pants" pero en el calor del momento ninguno volteo atrás, de haberlo hecho habrían visto el extraño revuelto de piel que lanzó la mujer al piso, revelando un rostro por completo distinto, más gentil y dulce, la adultez aun no había llegado para la muchacha y cómo en una obra renacentista de su rostro caían lagrimas y lo único que dijo fue —No me obligues a hacerlo Diego —cerró los ojos—Esto es por ti Steel...
Noviembre
En un pequeño carro estacionado, Johnny veía aburrido por la ventana, miro por el espejo el reflejo de la chica que estaba en el asiento trasero, la observo y solo pudo preguntarse "¿Cómo es que podía permanecer callada por tanto tiempo?", él tampoco solía ser un gran platicador algunas veces pero estaba seguro de que su silencio no daba miedo o eso creía. Y Gyro llegó
habló sobre unas cosas sin mucho sentido que Johnny ignoro deliberadamente, vio por el reflejo del cristal, no por lo que se encontraba tras esa ventana, si no por lo que alguna ves estuvo.
Se sacudió, tratando de borrar esos malos recuerdos, aunque ciertamente nada desde esa época había sido mejor, de hecho, el miedo de persecución le perseguía y todo era más confuso, sin sentido total, pero al menos ya no estaba solo. Gyro le preguntó su opinión y Johnny solo sonrió.
Pd: Si has llegado hasta aquí sin duda no tengo palabras suficientes para agradecerte por tomarte el tiempo de hacerlo.
Así que lo diré una vez más sin rodeos: Gracias, por estar aquí.
