Recién habían llegado al hotel, Shingo estaba muy entusiasmado, en ese momento llevaba un buzo azul cuello de tortuga y de correas en las mangas, llevaba una enorme maleta del mismo color que tenía lagunas calcomanías pegadas, Nikaido Benimaru, traía una ropa sugestiva como era su costumbre y saludaba a las fans que se habían arremolinado en la entrada. Goro a quien por supuesto habían invitado para que se uniera al equipo vestía de una manera muy elegante, algo que era muy inusual en él. Kyo llevaba un simple buzo gris y unos jeans negros pues no quería llamar la atención.

Luego de permanecer por casi 3 meses en casa de Shingo, volver a salir en público era una experiencia extraña. Entró al lobby del hotel rápidamente para evitar que los fans lo reconocieran, afortunadamente todos tenían la atención puesta en Benimaru. No tenía idea de que le iba a decir a los demás participantes del torneo si le preguntaban por su ausencia y en su mente comenzó a pensar en excusas mientras reconocía a Athena Asamiya y a Sie Kensou quienes también habían llegado al lugar.

- ¿¡Kyo-san!? - Chilló ella, Kensou se acercó tras de ella - ¡Has regresado! - Athena pareció no poder contenerse y se tiró a los brazos de Kyo para abrazarlo, Kyo le devolvió el abrazo, la joven escondió su rostro en el pecho de Kyo y él pudo oler ese característico aroma lavanda de sus sedosos cabellos violeta. Kensou atrás, no pareció muy contento con la escena y se apresuró a separarlos con el ceño fruncido. Athena se había unido a su instituto 4 años atrás y se habían vuelto buenos amigos.

- El Psycho Soldier Team tiene a un nuevo integrante Kusanagi-san - Se apresuró a decir Shingo. Mientras tomaba de la mano a un pequeño niño no mayor de 12 años que se había estado escondiendo detrás Kensou todo el tiempo – Se llama Bao -

Bao, hizo una gran venía a Kyo y este se la devolvió educadamente.

- Me han hablado mucho de usted Kusanagi-san – Comenzó a decir Bao con expresión inocente - Me han dicho que no es muy poderoso ni muy listo, pero que sus llamas son bonitas - Kyo alzó una ceja y miró de reojo a Kensou que reía con ganas.

Cuando Benimaru y Goro los habían alcanzado, se dirigieron a la recepción del hotel, donde una mujer vestida con un uniforme Vinotinto, les atendió con una gran sonrisa.

- ¡Bienvenidos sean todos! – Exclamó la mujer- ¿Me permiten sus nombres? -

Uno a uno le fueron dando los nombres y la recepcionista ubicó a Athena, Kensou y Bao en dos habitaciones, del 6 piso. Al parecer cada equipo tendría dos habitaciones dobles para los cuatro miembros, pues ese año, al igual que el anterior, los equipos tenían permitido tener un miembro extra como 'Striker'.

Otro hombre llegó en ese momento y les indicó el ascensor para ir a la habitación y el equipo de los Physcho soldiers se despidió para seguir al encargado del hotel.

- ¿Cuál es el siguiente? - Dijo la mujer y Benimaru que desde hace rato la desnudaba con la mirada colocó un codo sobre el mostrador con expresión coqueta.

- Mi nombre es Benimaru Nikaido ¿Y el tuyo, belleza? – La recepcionista sonrió e ignorando la pregunta de Benimaru, buscó en la lista.

- El señor Nikaido, del Hero Team ¿verdad? - Corroboró la mujer - A usted le corresponde la habitación 404 y 405 junto con el señor Daimon y el señor Yabuki -

- Eres muy amable ¿Cuándo sales de trabajar? – Preguntó Benimaro y Goro lo agarró por el cuello de la camisa alejándolo del mostrador.

- ¡Ya tendrás tiempo para eso en otro momento! Vayámonos ya a la habitación – Le ordenó Goro y Shingo asintió, mientras se dirigía al ascensor.

- ¡Discúlpeme señor Kusanagi! - Gritó la recepcionista antes de que subieran a la ascensor, Kyo se giró de medio lado - ¿No va a preguntar por su habitación? - Shingo miró a Kyo confundido.

- Kusanagi-san está en nuestro equipo - Dijo Yabuki aclarando el mal entendido.

- Me temo que no - Agregó la mujer y con una sonrisa, Kyo se acercó con interés a la lista de quipos que tenía el muchacho - Aquí está muy claro que usted pertenece al "Bad Blood Team" - Y la Joven le mostró el equipo, con el sello de aprobación de torneo.

- ¡Pe... Pero esto tiene que ser un error! - Chilló Shingo al leer claramente los nombres de los integrantes de ese equipo: "Kusanagi Kyo" "Mature" "Vice" y "Yagami Iori".

Kyo recordó de repente que había prometido colaborar con Vice y Mature en la ocasión en la que se habían visto hacía un par de meses, pero nunca había aceptado formar equipo con ellas, ¡Y mucho menos con Iori!. Tragó salvia, sin duda ellas lo habrían unido al equipo.

- Sus habitaciones son la 802 y 803 – Dijo la muchacha, entregándole una tarjeta magnética a Kyo. Este la recibió aun ensimismado y la guardó en el bolsillo.

Kyo se giró hacia sus compañeros que lo miraban atentamente como esperando una merecida explicación.

- Estoy tan sorprendido como ustedes – Fue lo único que atinó a decir.

Kyo acompañó a Shingo, Benimaru y a Goro a sus habitaciones, en el ascensor le bombardearon con mil preguntas "¿Qué demonios significa esto?" "¿Te has vuelto loco?" "¿En serio piensas ir con ellos?", el silencio de Kyo y su repentino rostro sombrío no ayudó a que sus compañeros se sintieran tranquilos.

Kyo se alejó de ellos y se dirigió para su habitación sin muchos ánimos. No confiaba para nada en el hecho de que Mature y Vice lo hubiesen inscrito en el mismo equipo con Iori, eso le sonaba a "trampa" y realmente en esos momentos no estaba para ese tipo de juegos.

Las dos habitaciones estaban una al lado de la otra y se conectaban internamente por una puerta. Cuando abrió la puerta se encontró con unos familiares ojos rojos. Iori estaba sentado en el borde de la cama.

- ¡Ya...Yagami! - Exclamó casi sin pensarlo, Iori pareció igual de sorprendido que él.

- ¿Qué haces aquí? Qué yo recuerde, no te he invitado a venir - Dijo finalmente con altivez el pelirrojo poniéndose de pie. Kyo lo miró de arriba abajo, iba vestido con una simple camisa blanca de manga larga y jeans negros ajustados.

- Porqué es mi habitación idiota - Respondió frunciendo el ceño y entrando en ella tirando su maleta sobre el muble. Había ropa tirada sobre la cama de manera desordenada, aunque la habitación se veía lujosa a pesar del desorden que había causado el pelirrojo.

- ¿De qué estás hablando bastardo? ¡Sal de mi habitación! – Le respondió Iori cuando vio que Kyo había dejado su maleta y estaba observando el desastre de la cama.

- Mira el estado en el que están estas sábanas – Comentó Kyo con voz arrogante – No me digas que ya te has peleado con alguien aquí -

Iori frunció el ceño y con su mano derecha atrapó el cuello de Kyo como si fuese una garra tomándolo por sorpresa. Él Kusanagi se debatió, pero lo único que logró fue perder el equilibrio al enredarse con la maleta de Iori y cayó pesadamente sobre la alfombra al lado de la cama, con Yagami sobre él. Iori sonrió con malevolencia

- La otra vez, huiste como un cobarde de mí, ¿Lo recuerdas? - Susurró sin dejar de mirar a Kyo- ¿Has venido a buscarme? – Le preguntó con una sonrisa torcida - Esta vez es diferente, he entrado a este torneo para matarte y esta vez no podrás huir - Kyo frunció el ceño, ante la presión de Yagami sobre sus hombros.

- No he venido a buscarte imbécil, está es MI habitación – Le respondió Kyo lanzándole una patada en el estómago para quitárselo de encima. El pelirrojo se echó para atrás con la fuerza del golpe, pero como no había mucho espacio entre la cama y la pared, volvió a inclinarse hacia adelante esta vez ordenando a sus llamas aparecer en su mano.

- Has recobrado el espíritu ¿Eh? ¡Así me gusta! – Exclamó Iori e hizo contacto con su mano envuelta en llamas contra la piel del cuello de Kyo.

Lo siguiente fue bastante extraño, normalmente las llamas de Iori habrían quemado su piel, se había enfrentado infinidad de veces a él y las quemaduras era algo a lo que estaba acostumbrado, pero esta vez las llamas púrpuras no le quemaron, las llamas le envolvieron y se sintieron tibias, casi como una caricia. Entonces Kyo sintió como sus llamas doradas se manifestaban también brotando de su piel sin control, tal y como había pasado en el parque cuando había entrenado con Shingo meses atrás, esta vez, sus llamas se unieron a las púrpuras en una especie de danza líquida.

Tanto como Kyo como Iori se quedaron en silencio, estupefactos frente a lo que estaba pasando, ambas llamas envolvieron sus cuerpos, pero en vez de hacerles daño, se habían convertido en una sola, una sola energía. Era como si las llamas tuvieran consciencia propia, porque Kyo podía notar en la mirada de sorpresa de Iori que él no estaba controlándolas tampoco.

De repente la alarma contra incendios se desató y el detector de humos los bañó con agua. Las llamas desparecieron tan rápido como habían aparecido y ambos hombres se quedaron mirando sin comprender qué demonios acababa de pasar. Iori aún estaba sobre él, con el cabello cayéndole mojado aun lado de la cara, pegándosele a la piel, gotitas de agua caían sobre la frente y el entrecejo de Kyo quien intentaba calmar su respiración.

- Lo sabía ¡Me debes 1000 yenes! – Exclamó Vice con voz juguetona desde la puerta – Sabía que no pasaría menos de una hora antes de que hubiese una pelea –

Mature suspiró con expresión resignada y comenzó a buscar el dinero en su billetera.