Hola nuevamente. Ya que han pasado las dos semanas de rigor, y en vista de que les prometí que iba a sacar este capítulo, pues es mi deber dar cumplimiento. No es que fuera algo sencillo, pero he aquí el resultado del esfuerzo realizado. Y ahora sí, a empezar.

Capítulo 8.

Kagami no lograría recordar lo que hicieron una vez que accedió a regresar. No quería pensar que aquello hubiese sido un sueño. Fue tan vívido, tan real, tan... palpable, que simplemente no cabía en su cabeza que aquello fuese un producto de su imaginación.

En todo caso, esperaba jamás olvidarlo. Sentía que lo que había aprendido allí serviría bastante para seguir adelante con su vida, en pos de hacer una junto a Konata.


Un sollozo lejano sonaba.

No conseguía reconocer la voz sollozante, pero igual podía adivinar que era alguien sumido en una gran tristeza.

Kagami no alcanzaba a comprender lo que pasaba. Le dolía mucho la cabeza, le pitaban los oídos a causa de ello, pero conseguía oír esos sollozos.

Hace un esfuerzo por abrir los ojos y reconocer el entorno, pero le toma tiempo. La luz castigaba sus pupilas como si hubiese estado viviendo en el fondo de una cueva por años y hubiese sido sacada de allí de golpe. Pero consigue contemplar el blanco techo de un hospital. Estaba confundida por un momento, no comprendiendo qué hacía allí...

─ Onee-chan...

─ ¿Aahhh?

Intenta mover la cabeza, pero no podía. Le dolía horrores, aparte que sentía como si se la hubiesen inmovilizado. Se lleva una mano allí, notando una gruesa capa de vendas sobre donde debería estar su sien derecha. Kagami estaba aturdida por esa sensación tan rara.

─ ¿Onee-chan? Has despertado...

─ ¿Qué... es este lugar? ─ Kagami usa entonces sus ojos para evaluar el sitio sin tener que girar la cabeza.

─ Qué bueno que despertaste, onee-chan. De verdad me alegro ─ Tsukasa se limpia con apuro las lágrimas ─. Ha pasado una semana completa desde que te caíste de las escaleras en la escuela y te fracturaste la cabeza. Todos temimos por un momento que íbamos a perderte, onee-chan.

─ ¿Una semana...? ─ Kagami vuelve a tocar la gruesa capa de vendajes ─ Con razón estoy aquí... Qué raro se siente todo.

Tsukasa empieza a decir algunas cosas, pero Kagami no alcanzaba a oírla. Es que ni esfuerzo hacia para escuchar. Sólo estaba pensando en que había perdido una semana entera, siguiendo un ideal que nada tenía que ver con la realidad, con aquella otaku que realmente ansiaba con conquistar. Sólo podía pensar que era bastante patética. No dudaba que sus "otras amigas" se reirían de ella si se los contara.

─ Kona-chan ha estado muy preocupada ─ esas palabras resucitan la concentración de Kagami al mundo real.

─ ¿Konata se preocupó? P-pero yo... yo la traté muy mal...

─ Tal vez, pero igual estaba muy dolida cuando vio cómo te quedó la cabeza después de la caída ─ Tsukasa volvía a dejar sus lágrimas ─. Y yo tenía miedo de que mis últimas palabras para ti... fueran... fueran aquellos gritos cuando vi que te habías peleado con Kona-chan. He estado muy angustiada todo este tiempo...

─ No merezco que te preocupes tanto, Tsukasa ─ Kagami esboza una sonrisa triste ─. La verdad es que fui bastante imbécil. No centré mis esfuerzos en aquello que realmente debería, dejé de lado absolutamente todo por los estudios, y al final sólo valió para que le dijera aquellas cosas tan feas.

─ Mejor no hables mucho, onee-chan. Tienes que descansar ─ Tsukasa acomoda las sábanas de Kagami una vez que ésta mete sus brazos bajo las mismas ─. Voy a avisar a todos para que vengan a verte, onee-chan. No hay manera de que estuviéramos tranquilos si no abrías los ojos.

Kagami asiente quedamente, no muy segura de lo que aquello realmente significaba. Pensaba que había algo más, pero mejor era descansar un poco antes de tener que recibir a los demás.


─ ¿Cómo te encuentras, Kagami? ─ dice Matsuri preocupada.

Kagami reconoció la voz, pero tardó un poco en dar una respuesta porque casi se había vuelto a quedar dormida. Al abrir los ojos se encontró con Inori, Tsukasa y con sus padres. Tal y como Tsukasa le había dicho, todos se encontraban allí para verla. Sentía como si hubiese pasado una eternidad desde la última vez que los había visto, incluso contando con aquellas extrañas visiones del otro lado o lo que fuera aquel sitio en que se encontraba.

─ Hija, me alegro mucho ─ Tadao es el primero que se lanza a abrazar a Kagami ─. Realmente estábamos todos muy asustados cuando supimos que te habían trasladado aquí porque te caíste de las escaleras.

─ Estoy bien, otou-san. No hay de qué preocuparse ─ responde Kagami débilmente, correspondiendo el abrazo ─. Pero aun así, siento que algo falta, un detalle sobre mi estadía aquí... ¿Acaso me perdí de algo?

─ No es de extrañar que no lo supieras. Fue algo horrible... ─ Tadao se notaba que le temblaba la voz, pero también se veía determinado a decirle la verdad a su tercera hija ─. Desde tu primer día hospitalizada habías sido declarada clínicamente muerta.

Kagami se queda en silencio, no consiguiendo entender lo que su padre le acababa de decir ¿Clínicamente muerta? Eso no podía ser, era completamente ridículo. Ahí estaba ella precisamente como prueba de que eso no era posible.

─ ¿Cómo es eso que yo estaba muerta?

─ Clínicamente muerta. Tu cuerpo seguía arrojando señales, pero los médicos habían dicho que tu cerebro había dejado de tener actividad y que lo tuyo no era un coma ─ empieza a explicar Tadao lentamente, de modo que Kagami pudiese comprender ─. Los médicos habían insistido en que tu cerebro ya había muerto a raíz del traumatismo, pero nos habíamos aferrado a la idea de que todavía había una esperanza para ti, y nuestros ruegos fueron escuchados.

Aquello sí que representaba algo nuevo al entendimiento de Kagami. Si su cerebro estuvo inactivo una semana, entonces lo que había pasado realmente no pudo haber sido un sueño. Muy bien sabía que el proceso del sueño requería de cierto nivel de actividad cerebral, y si eso era precisamente lo que no tenía, entonces definitivamente tenía que preguntarse ¿Dónde se encontraba ella realmente? Aquel lugar, la Tsukasa de allí, Miyuki, Konata, Hiyori, Yutaka... todo y todos se sentían tan reales. Ya se había hecho desde antes la idea de que era más que un sueño, y ahora se enteraba de aquello. Seguramente se trataba de una señal o algo en un lugar completamente diferente.

Con razón Konata y Tsukasa de aquel lugar le habían preguntado con seriedad si realmente estaba dispuesta a regresar y le habían advertido sobre que no habría vuelta atrás. De haber elegido quedarse, ella jamás hubiese vuelto a abrir los ojos, y su familia estaría destrozada viéndola hasta que perdiesen la esperanza de que volviese a despertar. Kagami había estado literalmente en la frontera entre la vida y la muerte. Ahora no podía sentir otra cosa que gratitud hacia aquellas personas que estuvieron a su lado y la animaron a decidirse.

─ ¿Y Konata? ─ suelta repentinamente.

─ Kona-chan debe llegar pronto. Todavía no le había avisado ─ le dice Tsukasa con la cara surcada en lágrimas ─ ¿Quieres que la llame?

─ No. Déjala que llegue ─ responde Kagami secamente ─. Hay muchas cosas que tengo que decirle. Realmente no debí haber herido sus sentimientos así.

─ ¿Acaso ella te gusta? ─ le pregunta Matsuri, a lo que Inori le da un pellizco ─ ¿Qué? Sólo fue una pregunta.

─ No deberías incordiar a Kagami con preguntas así tan de repente, Matsuri ─ le dice Inori con enojo.

─ Sí, me gusta ─ dice Kagami de golpe, haciendo que Inori y Matsuri volteasen a verla.

─ ¿Qué...? K-Kagami, era solo una broma para aligerar un poco el ambiente...

─ Y lo que estoy diciendo va enserio ─ Kagami sólo era capaz de voltear los ojos, así que no alcanzaba a ver a toda su familia, pero al menos hacía el intento ─. La verdad es que estoy enamorada de Konata, pero fui demasiado estúpida y no supe tratarla bien por mi obsesión con el estudio. Supongo que ahora mismo me odia, pero igual quiero decirle todo, incluso si eso no es suficiente. No puedo permitirme perderla sin al menos haberlo intentado.

La familia entera estaba en silencio durante unos cuantos segundos. Kagami daba por sentado que ellos tenían sentimientos encontrados al respecto. Estaba dispuesta a recibir sus negativas o cualquier otra cosa para dar a entender que no comprendían aquello. En eso sólo ve que Tsukasa se sentaba a su lado.

─ No importa, onee-chan. Lo primero es que estés bien. Y de cualquier forma, eso no puede ser algo malo, ¿no?

─ Después de estar una semana entera temiendo que nuestro último trato fue una pelea, realmente no veo que el hecho de que te guste una chica signifique nada grave en absoluto ─ le dice Matsuri, siendo que ahora a ella se le hacía un nudo en la garganta ─. Realmente lamento que acabáramos así.

─ Quien debería lamentarlo soy yo. Me puse demasiado irritable y reaccioné de manera inadecuada cuando sólo pretendías recordarme algunas cosas ─ Kagami ahora mira a su segunda hermana con una suave sonrisa ─. Realmente no hubo razón para que peleáramos así. Fui muy estúpida.

─ ¿Y qué vas a hacer ahora? ─ la increpa ahora Miki ─ Después de lo que acabas de decir, supongo que algo piensas hacer al respecto ─ Kagami no entendía a qué se refería su madre, si más bien pensaba que había contado todo a detalle ─. Me refiero a que necesitas hacer algo más que simplemente decirle que le gustas. Si en tan malos términos quedaron, incluso después de esto no sé si sea tan sencillo que te ganes su confianza.

─... ─ Kagami siente cómo su mano era agarrada por la de su madre, y ahora hacía un pequeño esfuerzo para no ponerse a llorar. Ahora se sentía como la prejuiciosa por sacar conclusiones precipitadas por la reacción de su familia ─ N-no sé qué hacer al respecto, pero intentaré que se me ocurra algo.

─ De todos modos trata de no precipitarse. Tu primera preocupación debe ser la de recuperarte. Cualquier otra cosa que necesites hacer debes hacerlas con calma ─ le aconseja su padre antes de escuchar que alguien golpeaba la puerta ─. Tal parece que nuestro tiempo de visita se acabó. Ya sabes lo que te dije, Kagami.

Ella asiente mientras ve que su familia empieza a retirarse. Tsukasa le da una sonrisa como deseo de buena suerte. Kagami internamente lo agradecía, especialmente porque pensaba que la iba a necesitar en ese momento. Apenas se retira su familia, Kagami contempla el ingreso de Konata a la habitación. Nota algo de sorpresa en su rostro, posiblemente por verla despierta, pero Kagami igual hace todo lo posible para no estallar allí mismo. Tenía que ir paso a paso, o de lo contrario su reconciliación con la peliazul no acabaría bien.

─ Konata...

─ ¿Por qué tuviste que ir tan lejos, Kagami? ─ Konata se sienta al lado de la cama ─ Eso fue bastante estúpido. Cuando escuché un choque fuerte, tuve el presentimiento de que se trataba de ti, así que regresé y te encontré tirada en el suelo, con la cabeza rota y con la sangre... ─ Konata daba la impresión de que quería llorar, una imagen poco típica en ella.

─ Otou-san me dijo que los médicos me habían declarado clínicamente muerta.

─ Sí, yo también lo escuché...

─ Lo siento, Konata. Descargué mi frustración y mi estrés contigo, cuando no habías hecho nada para merecerte eso. Mientras estaba... bueno, mientras no estaba aquí, la verdad creí en un principio que estaba en el infierno ─ Konata se quedaba mirando boquiabierta a Kagami, esperando a que continuase ─. Fue una sensación horrible. Era un mundo en el que nadie te conocía y parecía que no existías, incluso cuando hice todo lo posible para ver si alguien en la escuela sabía algo de ti, cualquier cosa, pero no daba con absolutamente nada. Creí que no volvería a verte.

─ ¿Y por qué el hecho de no verme te hacía pensar eso?

─ Porque te amo, Konata ─ Kagami ignora el picor en sus ojos. Mirar a los ojos a Konata era necesario para decir lo que sentía ─. Que aquellas palabras fueran las últimas que te dijese me causaron un intenso dolor. No estaba lista para seguir adelante de ninguna manera si ni siquiera te decía esto. Incluso me dolía la idea de que estuvieses saliendo con alguien más por simplemente no tener idea de lo que yo sentía.

─ Kagamin... ¿De dónde sacaste eso de que yo estaba saliendo saliendo con otra? ¿Eres idiota?

─ ¿Eh? ¿Acaso no salías con esa chica...? ¿Se llama acaso Nagato...?

─ Si tanto interés tenías en si ella y yo teníamos algo, creo que debiste preguntar ─ prosigue Konata todavía con tono severo ─. Ella es solo una amiga y ya. Si pasaba con ella más tiempo del normal era porque siempre me pedía ayuda en varias cosas, como recomendaciones de videojuegos, o la tarea que casi nunca le daba una buena respuesta, o incluso consejos para que ella se le pudiera confesar a un chico.

─ ¿Eh? ¿A ella ya le gustaba alguien más?

─ Por eso es que te digo que eres idiota. Deberías detenerte a comprobar la situación antes de sacar conclusiones precipitadas ─ Konata aspira fuertemente por la nariz, y luego se levanta ─ ¿Y ahora qué harás?

─ ¿Eh?

─ ¿De verdad crees que por lo que pasó y por escuchar todo esto vamos a estar como antes?

─ No, no lo creía. Pero al menos hice el intento.

─ Pues debiste creértelo, idiota ─ Konata se lanza a abrazar a Kagami, pero evitando golpearle la cabeza ─. Realmente me preocupé mucho. Y todas las demás están también esperando alguna noticia buena, y es que la preocupación se las está comiendo.

Kagami sentía que el corazón se le iba a salir del pecho por lo fuerte que le latía. Ahora no había en ella fuerza capaz de detener las lágrimas que se escapaban como riachuelos. Konata la estaba abrazando, y ahora tenía total certeza de que no se trataba de un sueño, ni de una broma, ni tampoco era alguien que la estuviese confundiéndola con el aspecto de Konata. Era ella, la verdadera Konata.

Todavía no conseguía asimilar del todo si lo había logrado o no, pero no era todavía el momento de entenderlo. Primero tendría que esperar a recuperarse para así intentar compensar el tiempo perdido. Pero al menos ahora sabía que había hecho la elección correcta en aquel otro sitio.

CONTINUARÁ...


Tremendo girote de acontecimientos, y es que estuve partiéndome la cabeza un rato para ver cómo hacía ver todo aquello como algo más que un simple sueño. Y he aquí la única respuesta que se me ocurrió ¿Y se acuerdan que en el primer capítulo se había señalado que Kagami se había peleado con una de sus hermanas antes de ir a la escuela y que no se especificó cuál era? Pues ahí la pongo, más que nada porque el perfil de Matsuri es el más plausible para una escena así con Kagami, si hasta Eunos llegó a sacarle jugo de la mejor forma brevemente en su serie de doujins KonaKaga (muy simple y directo el nombre xD). Un capítulo más. Sólo uno y se acaba todo, tratando de no ir como en KissxTwin, que si lo hago este fanfic no se baja de los 20 capítulos xD.

Hasta otra