Canto fúnebre de la Prohibición

I

1968

Caminaba con prisa hasta la estación de trenes de la ciudad, no quería regresar tarde donde Flip porque se sentía muy cansado con todo lo que había descubierto en ese cementerio.

Se paró frente a los casilleros del tren y verificó el número de la llave, se percató que era dos casilleros a la izquierda del suyo. Abrió ese compartimiento y vio un maletín de color marrón que procedió a retirar.

Puso el maletín en una pequeña mesa que había al lado de los casilleros, abrió el maletín sin dificultad y lo que vio le confirmaba que esa persona había tomado el dinero de sus amigos y él.

Aproximadamente eran cerca de la mitad que había guardado hace tiempo, pero había una nota y una tarjeta sobre los billetes.

—"Este es solo un pequeño adelanto de tu próximo trabajo…" —estaba leyendo lo que decía en la nota.

Lo que decía la segunda tarjeta lo dejó muy confundido, aquello decía que estaba siendo invitado a la fiesta del sábado que organizaba el secretario de comercio en su mansión en las afueras de Royal Woods. La fiesta coincidía con el cumpleaños de él y sus fallecidos amigos.

Cierra el maletín y procede a volver a la cafetería de Flip. Después de cenar con él le muestra el maletín, el viejo se notaba asombrado y atraído por el dinero, pero poco le serviría en esos momentos. Liam no le mostró la nota e invitación.

II

1933

Después de algunos años, Hunter se hizo sargento de su filial de la policía. Él seguía inmiscuido con las mafias. La policía había arremetido brutalmente contra los huelguistas y los esquiroles por orden de Hunter.

El policía salía feliz de la jefatura de la policía porque su mujer había dado a luz a un varón después de tres hijas. Los periodistas no dejaban de hacerles preguntas referidas a lo sucedido en la fábrica.

—Si me disculpan, tengo que ver a mi mujer y a mi hijo, con permiso —subía a un coche conducido por uno de sus hombres.

Paralelo a ello, Benny y los demás entraron a la sala de maternidad como si fuera su casa. Dejaron a Liam vigilando que nadie interrumpa lo que ellos hacían, y este se pone a tomar de un biberón que había por ahí.

De repente una enfermera entra para llevar al bebé del sargento Hunter, pero es interceptada por Liam que comienza a hablarle de manera seductora. La enfermera comienza a seguirle el juego a Liam, sin embargo, da por terminado el juego cuando sus amigos salen de esa área.

La enfermera se queda pensando unos segundos y luego entra a ver a los bebés y nota que todos están descubiertos y llorando.

III

Hunter entra con su ramo de rosas para obsequiárselo a su mujer y procede a darle su respectivo beso a sus hijas. Comienza bromeando sobre los enormes senos de su mujer y luego les dice a sus hijas que son su mayor tesoro.

La enfermera entra con su hijo y Hunter se lo quita de sus brazos para cargarlo.

—Es idéntico a mí… no, es como mi abuelo —lo decía muy emocionado.

—Déselo a su madre —le decía la enfermera.

—¿Será grande su "colita"? —hablaba con gracia.

—Hunt, no… no en frente de las niñas —lo decía con unos ojos saltones.

—¡Nada que no! —miraba a sus hijas como miraba sus reclutas— ¡Después de mí, el hombre de la casa es él! —hacía mucho énfasis de sus hijos.

En ese momento, Hunter se da cuenta que olía mal el bebé y es por eso que procede a quitarle el pañal. Fue cuando se dio cuenta que el bebé era una mujercita.

Comenzó a gritarle a la enfermera y amenazarla con incendiar el lugar si no le daban a su hijo. También le dijo a su esposa que se callara, en eso suena el teléfono de allí.

—¡Cállate! … ¡No, no le decía a usted! … ¡¿Quién es usted?! —el policía se exaltó por lo que le decían detrás de la línea.

Benny había marcado para avisarle que su hijo había sido cambiado de lugar. Estaba con sus amigos en el prostíbulo.

—¿No me recuerda? ¿Acaso no recuerda lo que pasó por la foto de su pene en la vagina de Whitney? —hablaba con gracia.

—Esa voz… ¡¿Benny?! ¡Maldito hijo de perra, sé que eres tú! —se notaba muy enojado.

—Hábleme bien, cuide esa boca suya —se notaba que tenía el control de la situación—. Lo que sucede es que quisimos visitar a su hijo y darle la bienvenida a esta vida. Decidimos jugar con él y un amiguito suyo a que se cambiaban de lugar, era tan divertido que los demás bebés quisieron los mismo y… bueno… —hablaba con gracia.

—¡Malnacido, devuélveme a mi hijo! —se podía sentir su rabia.

—Haga que los policías salgan de la fábrica y podrá ver a su hijo de nuevo.

Hunter le dijo que lo haría que en ese preciso momento les diría a sus hombres saldrían de las fábricas. Benny le dijo que lo llamaría después para acordar en decirle cuál es su hijo.

—Lo tenemos donde queríamos —expresó regocijo el castaño.

—Muy bien —decía Grant alegre, luego miró a Rocky—. ¿Dónde está la hoja?

—¿Cuál hoja?

—La hoja con los números de los bebés intercambiados.

—La perdí cuando tiré el guardapolvo —lo decía riéndose—. Pero recuerdo que el número era par… le podemos dar un ocho, ¿no?

Grant tenía las manos cubriendo su rostro con enojo, por culpa de su amigo los bebés no sabrían cuál sería su verdadera familia.

—Pues seremos el destino —dijo Chandler con altanería—. Algunos tendrán una buena vida, y a otros les daremos por el culo.

Todos se empezaron a reír por eso. Estaban en su oficina del bar clandestino, estaban contando todo lo que tenían guardado por el momento, luego llevarían el maletín a la estación de trenes.

—Ojalá me hubiesen cambiado de bebé —decía Rocky en tono jocoso.

—¿Cómo sabes que no lo hicieron? —preguntaba con burla Liam.

Luego de la conversación, Benny se sentó con un aspecto triste, pero nuevamente sonó el teléfono. La llamada de Mollie le alegraba el día, por lo menos los momentos cuando estaba con ella.

IV

1968

Liam estaba sentado en la barra de la cafetería mientras veía la televisión, pudo ver que un testigo en el caso de corrupción llamado "El escándalo Larry" murió al caer de un piso veinte. Decían que posiblemente fuese silenciado por personas que no querían que testifique.

Ahora estaban entrevistando a un asociado con un hombre que tenía que ver con el secretario de comercio. Decía que el secretario Larry no tiene miedo y va a declarar para la comisión de investigación.

—¿Le conoces? —preguntaba Flip con curiosidad.

—No.

—¡¿Qué te retiene?! —le decía al oído— Ya tienes la pasta, vete.

—Curiosidad —respondió con tranquilidad. De repente vio que entrevistaban a una persona que le llamó la atención—. A ese sí lo conozco.

Los periodistas se acercaban con prudencia para entrevistar al hombre que llevaba muchos años metido por la lucha obrera. Zach Gurdle ahora era el director del sindicato de camioneros.

—No tengo nada que declarar en sí, pero sí puedo dejar en claro algunas cosas —hizo un alto a su paso por las escaleras—. Primero, mi lucha sigue en pie por los obreros de todo el país y segundo, si hay culpables de ese escándalo, no están aquí —miraba con seguridad a la cámara.

Liam sorbía de su café, se reía porque ese tipo seguía con el mismo discurso de hace treinta años. Ahora debía investigar algunas cosas.

VI

1933

—Diga.

—¿Eres Chandler? … Bueno, de todos modos necesito su ayuda —estaba en una cabina telefónica—. Hace días que la otra mafia nos acecha, necesit… —soltó el teléfono.

Un coche se aproximaba donde estaba y de la ventana salió el mafioso que lo iba a incendiar la otra vez, pero para dispararle en esta ocasión. Lo dejó con una pierna sangrando por las balas.

Más tarde ese día, Chandler y los demás se enteraron de lo que sucedió, inmediatamente Bolhofner le dijo que debían hacerse cargo de todo eso.

Pasaron cerca de tres días para que dieran con la ubicación de Feinstein y sus hombres. Estaban en la parte exterior de un hotel, él le estaba dando otras indicaciones a sus hombres.

Justo ese día estaban trasladando nuevos muebles para el hotel, en ese momento dos trabajadores llevan un armario algo grande y pesado.

—Ese tipo debe estar retorciéndose de dolor aún con la andanada de balas —decía el que le disparó.

—Muy bien, tenemos ahora que ir contra los otros obreros —decía Feinstein con seguridad.

Los trabajadores dejaron el armario frente a ellos, no entendieron hasta luego de unos segundos, y cuando lo entendieron ya las balas estaban perforando sus torsos.

Liam y Chandler mataron a esos tipos y se fueron en un coche donde estaban los demás. Era necesaria la muerte de esos tipos porque el sindicato así lo decidió finalmente.

VII

—¡Celebremos! —decía Chandler que abría una botella de champaña.

Todos estaban en la habitación donde reposaba Zach luego de que le destrozaran la pierna derecha. Estaba enyesado y triste.

—Alégrate muchacho —le dijo un tipo que era el amigo que contrató a los chicos.

—Miren —mostraba un periódico Grant—, aquí dice que el sindicato juega sucio al lado de la mafia, pero en este dice —mostraba otro periódico— que el fin justifica los medios.

—Malditos periodistas, nunca saben lo que quieren —expresó Rocky tirando sus periódicos a la basura.

Benny notó molesto a Zach. El sindicalista no estaba tan feliz que digamos.

—Llevo años hablando sobre la lucha obrera para poder mejorar las cosas, y ustedes lo logran en menos de un año —ahora se notaba muy triste.

—No te deprimas, esto les hará bien a tus amigos obreros, a ti y al sindicato —decía aquel hombre.

Les mostró otro periódico, pero les señaló un titular pequeño al lado del que hablaba de la lucha sindical y la mafia.

—La Ley seca termina, los camiones y demás cosas que utilizaban para transportar el licor ya no servirán —se sentó en una silla y miró fijamente a Chandler—. Les propongo que vendan todos sus camiones al sindicato de camioneros porque Zach los necesitará cuando sea el director, y también a ustedes —lo que decía se oía bien para algunos.

—No, gracias —dijeron al unísono Benny y Liam.

—¡¿Qué dicen?! —Chandler se exaltó.

Grant y Rocky se miraron con resignación, para ellos daba lo mismo que se metieran en eso o en lo otro, pero el punto era estar juntos.

—Dijimos que no tendríamos jefes —expresó Benny.

—Una cosa es la organización, y la otra es meterse con políticos. No, gracias —Liam procedía a salir al lado de Benny.

—Con esto ganaremos mucha pasta, ¿acaso quieren quedarse como vagabundos en la calle toda su vida?

—Me gusta la calle, me fascina la calle —decía Liam con seguridad.

—Me la pone dura. Además quiero tener tiempo libre con Mollie —decía Benny.

Mientras ellos se disponían a salir, Grant y Rocky querían detenerlos para hablar de manera clara.

—Tal vez debas quitar de en medio a ellos —dijo el hombre con un humor fuera de lugar.

Liam y Benny miraron a sus amigos y se fueron con prisa. Los tres persiguieron a sus amigos para que no se enojen con el comentario.

—¡Hey, esperen! —gritó Rocky e hizo que dejaran de caminar y voltearan.

—Tienen razón, no entraremos en el sindicato y debemos tomar unos días libres —les dijo Grant con una sonrisa contagiosa.

Chandler no decía nada porque no quería pelearse con ellos. También creía que necesitaba un descanso después de tanta labor mafiosa.

VIII

Mientras Benny, Liam, Chandler, Mollie y Dana se iban a una cabaña en el bosque de la frontera con Canadá, Grant se quedó en la ciudad para charlar con Becky, también porque ella trabajaba como mesera en la cafetería de Flip. Rocky pasaría sus días libres junto a Whitney en el centro de Hazeltucky.

A ella no le molestó tener ese trabajo, para ella cualquier forma de ganarse la vida era aceptable. A Grant no le parecía que su amiga terminara de mesera, pero al verla alegre y sin problemas… le recordó un poco a Di Martino.

—Grant… agradezco todo lo que has hecho por mí —estaba alegre.

Ambos estaban en la azotea del edificio donde él vivía. Estaban tomando el aire limpio de la noche.

—No es nada, es lo mínimo por la chica que nos defendió en Kentucky —lo dijo de manera nostálgica.

Se quedaron en silencio por varios segundos, Becky miraba muy atenta a las expresiones de su amigo.

—Sigues pensando en Di Martino, ¿verdad?

—Sí… me da pena el que no haya pasado nada… pero me di cuenta que todo estaba en mi mente y así fue… nunca intenté nada serio y cuando lo hago… me hace pisar el suelo.

—No todo está en la mente… pero si ya pisaste el suelo, supongo… que intentarás olvidar ese amor fallido, ¿no?

—No lo sé… pero si de algo puedo estar seguro, es que trataré de no deprimirme más.

Ambos se miran con una agradable sonrisa, pero Becky se acerca lentamente a su amigo. Grant se percató tarde del beso que le plantó la pelirroja. No la detiene y se deja llevar por ello, sin embargo, ella se detiene.

—¿Qué es lo que sientes?

—Siento que si Di Martino optó por un buen futuro… supongo que tú también lo puedes hacer —Becky lo miró confundida—. Soy un tipo que toda su vida ha estado en la calle, he hecho cosas de las cuales a alguien normal no lo dejarían tranquilo… si te quedas conmigo… no tendrás una buena vida, y no me refiero tanto a la parte de dinero…

Ella lo abrazó con ternura, sabía que él estaba confundido y no captaba todo por estar pensando en esa ilusión fallida con Di Martino.

—No te juzgo, nunca te juzgaré, me he enamorado de ti, no del pandillero o mafioso, sino de Grant, el chico que por más sucio que esté… yo lo amaré.

Esa noche ambos durmieron abrazados, Grant no estaba seguro de nada, pero Becky ya era feliz al sacarse el peso de la confesión tardía. Y al despertar, se besaron como si nunca lo hubiesen hecho.

IX

Liam charlaba con Dana y Chandler en las escaleras de la entrada de la cabaña. Benny estaba recargado a un árbol, sentado en el suelo y abrazando a Mollie.

Después de un mes, Benny y Mollie se hicieron novios. Ella dejó de prostituirse y ahora vivía con Benny en el departamento de él. Todas las noches lo esperaba. Había días en que no llegaba porque se iba al teatro Zhau a drogarse con el opio.

Mollie desde que está con Benny, solo conoce lo que es la alegría y la verdadera tristeza de poder perder a alguien amado. Siempre reza al momento de acostarse, antes lo hacía por salir de la vida de prostituta y ahora para que Benny regresara vivo. Ella no era judía tal como Dana y Becky.

Ella sabe por medio de Dana que Benny se droga por una chica que lo dejó antes de que la conociera. Tiene miedo de preguntar porque teme que la eche de su vida y vaya en busca de esa chica de cabello rubio claro.

—¿Estás bien, amor? —Mollie preguntó por curiosidad.

—Sí —le besó su mano—, solo quiero despejarme de todo, por eso estoy un poco callado.

Chandler revisa un periódico que compró cuando fue al pueblo más cercano a llevar cosas para el almuerzo y la cena.

—¿Cuánto tenemos en los fondos? —preguntó Liam.

—Dos millones de pavos, pero estaré tranquilo cuando tenga unos ocho más —dijo con seriedad.

—Relájate, cariño —Dana lo besaba con ternura, algo impropio de ella.

Chandler se levantó y paró mirando al lago, todos lo miraron expectantes, pareciera que diría algo importante.

—Lo he pensado por años, y llegó el momento —los miró con una sonrisa de absoluta confianza por sí mismo—. Quiero hacer el mayor atraco en la historia de esta ciudad —abrió el periódico en una página específica—. Robaremos el banco de Michigan, mejor dicho robaremos el banco de nuestra ciudad.

Todos lo miraron con asombro, no pensaron que diría eso, pero Liam no parecía totalmente convencido.

—Lo he analizado bien —miraba a Liam—, será algo rápido.

—Estás loco, eso es imposible —dijo el chico de cabello naranja.

—¡No lo digas! ¡No digas que es imposible! —lo tomó por el cuello de su camisa con fuerza.

Vio que todos se asustaron por su reacción y se fue a caminar para tranquilizarse después de su desatino. Todos vieron que se quedó mirando el centro del lago.

X

Un coche se había aparcado frente al Banco de Royal Woods. Liam y Dana veían como había mucha seguridad en ese banco que quedaba cerca al centro de la ciudad.

—Ustedes no lo saben, pero yo sí.

—¿Y qué sabes?

—Ese banco lo controla la mafia siciliana, será un suicidio el que quieran atracarlo.

—Pero Chandler está obsesionado.

—Lo sé, y es por eso que acudo a ti —lo miró fijamente a los ojos—. Sé que tú y Benny no me pasan, y solo lo hacen por Chandler. Es por eso que por él quiero que ustedes lo detengan.

—¡¿Y qué quieres que haga?!

Dana miraba por la ventana a las personas que pasaban, ese lugar era muy recurrido y enorme, imposible que salga algo bueno de allí.

—Si lo delatas… ¿cuántos años crees que le den?

—Eso sería como una traición.

—No si tú entras con él.

—No creo que… más de unos tres años o algo así.

—No lo hagas por mí, hazlo por él. Por tu amigo.

Liam lo pensaba bastante, pero antes debía irse de allí para buscar calma. Aceleró y dejaron el lugar.

XI

Todos ya estaban en el bar clandestino, era el último día de la Ley seca. Todos los millonarios y mafiosos se reunieron en ese lugar para darle el último adiós a ese estilo de vida y al bar.

Liam no lo consultó con nadie porque Chandler los convenció, sería inútil hacerlo cuando todos estaban al tanto del plan.

Becky estaba al lado de Grant, Mollie con Benny, Rocky con Whitney, Chandler con Dana, y él estaba solo, al menos solo por lo reservada que era Stella.

En ese momento, entró Flip con un pastel en forma de ataúd y decorado como uno. Todos los presentes empezaron a echar flores sobre el pastel que decía: "Descansa en paz Prohibición". Y la banda comenzó a acompañar el ambiente con una música inicialmente fúnebre, pero luego cambio a jazz.

Benny se sentó en la barra con Mollie para acompañar a Liam que daba la apariencia que se sentía mal. Los mozos les llevaban las copas con licor a todos.

—¿Todo bien? —preguntó Benny.

—Sí… solo es… no, no es nada —dijo algo inquieto.

Chandler tomó su copa para brindar con todos sus amigos por el fin de una era, de los buenos años veinte e inicios de los treinta.

Lejaim —dijo con fuerza.

Lejaim —repitieron todos.

Mollie miró a Benny con tristeza, sabía que él participaría en ese golpe, y sabía que había una gran posibilidad de que no saliera vivo.

—Prométeme que cuando acabes con eso me despertarás con un beso —lo miró con unos ojos que expresaban tristeza absoluta.

—Te lo prometo —le dio un beso apasionado.

Mollie se fue al departamento luego de unas horas, necesitaba dormir pensando en que todo saldría bien.

Liam se fue de allí para ir a la oficina y hacer la llamada respectiva a la policía para dar el aviso del plan de sus amigos. Luego de eso se fue a dormir de manera intranquila.

XII

Al despertar ya era más de medio día, encendió la radio de su habitación y escuchó que hubo un tiroteo con la policía e incendio en un bar clandestino donde dejó el saldo de cinco muertos.

Al escuchar los nombres de Whitney, Dana, Rocky, Grant y Chandler, no pudo evitar llorar y odiarse a sí mismo. Maldecía a su boca por lo que sucedió.

—¡Benny!

Quizás su amigo castaño estaba escondido en algún lugar, primero tendría que ir con cuidado al teatro chino. Ese es el lugar donde probablemente haya ido para esconderse porque ir al departamento de él es el primer lugar donde lo buscarían la mafia siciliana y la policía.

XIII

—¿Qué quieren? —preguntó con miedo la rubia oscura.

Mollie se despertó de golpe por el sonido de algo quebrándose y al ver que había tres hombres frente a ella con armas.

—¿Dónde está?

—No sé de qu… —recibió una bofetada.

—Te lo repetiré una vez más, ¿dónde está esa rata?

—¿Q-Qué le harán? Yo no sé nada —lo decía temerosa.

El líder de los tres ordenó que acabaran con ella, solo fue necesario un disparo para que la chica dejara de respirar y sus últimos pensamientos fueran para Benny.

XIV

—¡¿Dónde está?! —lo decía con mucho enojo.

Flip estaba siendo golpeado por varios mafiosos. Habían dejado el departamento de Benny porque no había información allí.

—Dinos dónde está esa mierda —el jefe de ellos lo golpeaba.

—N-No… n-no lo sé —Flip estaba muy ensangrentado.

Lo siguieron golpeando por un tiempo determinado, entonces el jefe dispara al lado de su cara, la bala perforó el suelo de madera.

—Z-Zhau

—¿Qué? No escucho, maldita bola de grasa.

—Zhau, el teatro chino —fue lo último que dijo antes de desmayarse por el dolor.

El hombre se movilizó de nuevo con su gente con destino al Teatro Zhau. Pero lo raro es que ellos no pertenecían en sí a la mafia italiana.

XV

—¿Qué haces aquí, Benny?

—Stella… necesito que… me cubras —dijo muy agotado.

Ella cerró la puerta de esa habitación supuestamente vacía, usualmente había cajas con mercadería allí. Esperaba que Liam le diera las explicaciones de por qué su amigo de repente se esconde.

Paralelo a ellos, Liam había dejado el departamento y con rumbo al fumadero de opio. Pero en el camino vio que a varios de los que pertenecían en la organización los habían matado porque había varios policías acordonando las áreas con los cadáveres.

Los hombres habían llegado segundos antes que Liam, pero Liam entró por un pasaje secreto que Stella le enseñó.

Fue al ambiente donde siempre estaba Benny, pero no se encontraba. Los matones entraron a toda instancia que veían y se dieron cuenta que una mujer entraba con cautela a una habitación.

—Benny… ¿qué sucede?

—Me quieren mat… —no pudo hablar.

Una bala traspaso su cabeza de manera instantánea y lo dejó sangrando en el suelo, como un perro. Lo último que pasaría por su cabeza es los bellos momentos de su vida, entre ellos donde era feliz con Carol y ahora último con Mollie.

Stella no salía de la impresión al ocurrir todo eso frente a ella.

—Mátala también, no quiero testigos.

Liam pudo ver de lejos como los mafiosos disparaban sin dudar a las personas que se encontraban en esa habitación. Cuando se fueron se dio cuenta que Benny y Stella formaban un charco de sangre mediano. No pudo más y se quebró al ver todo eso. Ahora sí se odiaba así mismo.

XVI

Liam tomó la llave que le dieron a Flip para que guardara, se iría con toda la pasta para nunca más volver a Royal Woods, también porque estaban buscando al soplón. Pero al llegar a la estación de trenes y usar la llave, se percata que el maletín ya no tiene el contenido que quería.

Y así sin más se va de la ciudad, sintiéndose un completo traidor y tener que vivir con eso, con la carga de la muerte de sus amigos y novia.

XVII

Becky estaba acostada mirando el reloj de su habitación para calcular cuantas horas han pasado desde que dejó de llorar y solo han pasado dos minutos.

Justo cuando iban a comenzar una vida… se la arrebatan. Supo que los mafiosos de la ciudad buscaban a Liam, decían que era un traidor. Ella no creía eso, ella creía firmemente en que querían un chivo expiatorio.

Nunca sentiría lo que es el verdadero amor, y Grant ya no podría saber lo que es amar y ser amado. Está segura que en sus últimos momentos de Grant, ella pudo ocupar parte de su vida como lo fueron sus amigos.