Respiro hondo y se armó de valor. Lentamente se quitó el abrigo que cubría su disfraz de fulana y bajó del coche con las piernas temblando levemente. Dominique le dio la mano como una forma de apoyo silencioso. Celine se unió a ellas, les dedicó una sonrisa amistosa y las tres comenzaron a caminar hacía el horrible club de strippers.

Era una mierda no tener más apoyo, pero no… solo podían ir las tres. Habían decidido que April y Samantha solamente vigilarían los alrededores del club disfrazadas de strippers, para alertarlas de cualquier peligro en caso de emergencia. Así podrían reconocer a los gorilas que las atacaron y a la vez estar lo suficientemente lejos de ellos como para no correr ningún riesgo de ser reconocidas.

Giró la cabeza brevemente y vio la horrible minivan donde se encontraban Mark y Sander. Se supone que su novio se quedaría en el automóvil hasta que Mark logre hablar con el líder de la banda, pero ¿Qué pasaría si Lyssander jugaba a hacer algo heroico y se metía al horrible local? Sin lugar a dudas no sería algo bonito… Su prometido sería carne de cañón para los sicarios.

Se obligó a mirar al frente. Tenía que relajarse y actuar normal, pero considerando que su prima fue secuestrada y dopada durante toda la tarde, y que sus dos amigas también sufrieron el ataque de los abusivos… Relajarse era una palabra que ya no se encontraba en su diccionario.

- Relájense - Murmuró Celine - Nos revisaran un poco al entrar y si las ven con esa cara sabrán que pasa algo.

Celine les confesó esa tarde que era stripper, cosa que relajó a Roxanne y Dominique de manera considerable. Al menos tenían a alguien con experiencia y que sabía de qué se trataba todo eso. Eso las ayudaría a seguir vivas, o al menos eso esperaba.

Llegaron a la enorme puerta roja del local y un gorila enorme las miró con gesto confundido.

- Somos las nuevas, reemplazamos a las que se enfermaron hoy - Explicó Celine con voz de "abre imbécil y no me hagas perder el tiempo".

El gorila las miró por unos segundos sin decir nada. El hijo de perra no tenía ninguna expresión en el rostro así que era imposible adivinar lo que pensaba. Finalmente asintió con la cabeza y en un gesto mudo pidió que se paren frente a él.

- ¿Drogas? ¿Armas? - Preguntaba el gorila con voz de rutina.

- Nada - Contestó Celine tranquilamente.

El enorme sujeto asintió, saco unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta. Gracias a Dios no se le ocurrió tocar por debajo de su estúpida falda, pues ese era el "escondite" de todas las sustancias que llevaron para dopar a los sicarios.

El lugar todavía estaba vacío, pues habían llegado una hora antes de que abra. Era relativamente amplio, tenía un escenario largo y varios tubos de strippers. Algunas mesas altas y otras en lugares más alejados, seguramente para los shows más privados.

- ¡Chicas! - Gritó un hombre de unos 50 años con un bigote semi canoso y una enorme barriga - ¡Todas a prepararse para la noche! - Para la mala suerte de la morena el que parecía ser el dueño del local fijo la vista Roxanne - Vos a la barra y tú de mesera - Le ordenó a Dominique - Cualquier uso de los cuartos privados lo informan con Jeff.

Asintieron como si hubiesen entendido algo de lo que dijo. Celine las miró como diciendo "muevan sus traseros" y se dirigió detrás del escenario. Roxanne y Dom se vieron por unos segundos y luego fueron lentamente hacía la barra. Mierda, sin Cel estaban perdidas. La poca esperanza que tenía en el pecho se desvaneció más rápido de lo que maneja Hugo.

- ¿Nuevas? - Preguntó un hombre que parecía tener la misma edad que el antiguo sujeto, aunque se veía mejor conservado. Las primas asintieron sin estar muy seguras que decir - ¿Tímidas? - Se burló el sujeto.

Joder, echarían a perder todo el plan antes de siquiera comenzar ¡Esto era una pérdida de tiempo! ¡Un suicidio en masa! ¡La extinción de los Weasley!

- ¿Eres Jeff? - Preguntó Dom con seguridad y sensualidad. Vale, al menos una comenzó a actuar.

- Exactamente, muñeca.

- Somos las nuevas. Se supone que ella ayuda en la barra y yo seré mesera - Explicó la rubia con un tono cansado y arrogante - ¿Algún consejo?

Jeff sonrió de lado y se comía a su prima con la mirada. Genial, Dominique. Lograste captar la atención de un enfermo, solo esperemos que no sea el último de la noche.

- Altanera y malcriada… justo mi tipo - Se burlaba Jeff dedicándole a Dom una mirada tan lasciva que Rox no entendía como su prima podía sostenerle la mirada.

- Genial - Contestó la rubia dedicándole una sonrisa dulce, luego giró la cabeza y se dirigió a Roxanne - ¿Por qué no vas a la barra para acostumbrarte a todo? Yo conoceré un poco mejor al jefe…

Vale, era la señal. Dominique distraía al jefe y Roxanne ponía todas las estúpidas píldoras para dormir en las bebidas. Casi temblando, la morena se dirigió a la barra y agradeció que al menos detrás de esta, nadie le vería el culo.

Sacó las sustancias por debajo de la falda, tenía lo imprescindible sujetándose de la liga. Es decir, un celular prepago para llamar a Mark cuando sea la hora, suficientes fármacos como para dormir a un ejército y… nada más.

Vigilando que nadie vea nada, comenzó a abrir unas cuantas botellas y mezclar la sustancia en ellas. Esperaba que todo resulte de acuerdo al plan y que luego todo quede como una anécdota que contar cuando este bebiendo con sus primos.

No pudo seguir mezclando los fármacos con las bebidas porque vio que Jeff y Dom, junto a tres hombres más, se acercaban hacía ella.

- Nueva, estos son tus compañeros de la barra. Tú dedícate a sonreír a los clientes y mostrar las tetas, ellos servirán los tragos… A menos que alguien te lo pida directamente a ti, en ese caso no puedes ser tan tímida - Se burló Jeff.

No pudo siquiera responder pues unas 6 mujeres (usando lencería increíblemente vieja y gastada) se acercaron a donde estaban ellos. Roxanne comenzó a rezar para que nadie sospeche de sus disfraces recién comprados. A comparación de las otras muchachas, ellas parecían usar los conjuntos de una linda princesita.

- Chicas, ella es Castidy - Presentó Jeff señalando a Dominique - Nueva mesera, atenderá las mesas del frente.

- Pero las nuevas atienden la parte trasera - Se quejó una de las strippers.

- Estoy seguro que Castidy lo hará bien - Finalizó la conversación Jeff mientras le lanzaba otra mirada lujuriosa a su prima, y las demás chicas se ponían rojas por los celos.

Los tíos de la barra la saludaron y se dedicaron a hacer lo suyo ¡Gracias a Dios veían mujeres desnudas todo el día! No se impresionaron en absoluto con las curvas de la morena, o al menos fue eso lo que Rox quiso imaginar pues sus nuevos compañeros de trabajo se relamían disimuladamente cuando la veían.

Las luces se apagaron de golpe haciendo que la morena pegue un brinco. Luego se encendieron unas luces de neón y una música de los 80 sobre una mujer que daba sexo oral a muchos hombres comenzó a sonar. Mierda, las puertas se abrían… Poco a poco los clientes comenzaron a llegar y sentarse en las mesas… Estaba tan nerviosa que quería llorar. No sería algo tan loco, después de todo no podía ser la primera mujer en llorar en un club de strippers ¿cierto?

- Muñeca, una cerveza - Pidió un… señor de unos 65 años ¿Qué hacía ahí? ¡Le daría un paro cardiaco al ver a las mujeres! Seguro el abuelo pensó que era una buena forma de morir…

- Seguro - Contesto Roxanne intentando por todos los medios parecer coqueta y relajada. Pero eso de fingir interés cuando en realidad sientes arcadas era la especialidad de Dom, no lo suya.

Rox le paso una botella limpia. Estaba reservando las botellas alteradas para más tarde, según lo que Dom y Cel habían averiguado, los sicarios llegaban a partir de las 12 echando a todos los demás del club. No había razón para dopar a los otros idiotas.

Por el momento todo iba sobre ruedas, nadie sospechaba nada y Dominique acaparaba casi todas las miradas. Jeff tenía razón, Castidy podía encargarse de atender las mesas del frente sin ningún problema… Por ahora.