Ran volvió a Hakone a la semana siguiente pese a la recomendación de Heiji. No podía dejar pasar más días. La culpa le comía por dentro a consecuencia de sus actos y mentiras.
Aparcó en el descampado de césped de su terreno y salió del coche caminando lentamente hacia ella, que se encontraba sentada en el embarcadero que habían nos metros, con los pies metidos en el agua.
"Escuché tu mensaje." Empezó a hablar la pelirroja en cuanto notó su presencia cerca de ella.
"No me respondiste." Contestó Ran parando a su lado.
"Ya."
La morena se sentó cruzando las piernas y se quedó contemplando a la pelirroja fumarse un cigarrillo con tranquilidad. "¿Cómo estás?" Le preguntó.
"Pues…" Empezó a pensar mientras tiraba la ceniza que estaba apunto de caer. "No muy bien, la verdad, ¿Quieres saber por qué?" Le preguntó mirándola por primera vez desde que había llegado. "Porqué tú y tu marido me habléis jodido la vida. Primero me enganché a él y se fue, y entonces apareces tú, haciéndome creer que eras como una hermana para mí. Pero me mentiste, solo querías utilizarme." Dijo dolida. "Vete de aquí."
"Yo no quería mentirte." Le dijo Ran con la voz tranquila pero triste.
"¿Quieres que te vuelva a empujar?" Le preguntó la pelirroja con la mirada enfadada. "Coge tu puto deportivo y pírate de aquí." Dijo señalando a su coche.
"No me voy a ir." Respondió Ran sin cortar el contacto visual.
"Ran…"
"Shiho, no quiero perderte. Eres de las mejores personas que he conocido. He de admitir que al principio te odiaba...pero todo eso fue antes de conocerte. No quiero perder tu amistad." Le confesó sinceramente.
Shiho sacó los pies del agua para ponerse de pie y cruzar los brazos enfadada.
"Nadie en toda mi vida, me ha jodido de esta manera." Le recriminó. "Y estoy aquí, fumando un cigarrillo tras otro, porque no pudo hacer nada más. Porque pensé que le debía algo a la mujer de Kudo. Después de estos años, pensé, no sé…" Dijo negando con la cabeza. "¿Pero tú? Tú me has negado la posibilidad de pedirte perdón."
Ran abrió y cerró la boca un par de veces, pero sabía que sus disculpas no menguarían en dolor que sentía actualmente.
"Vete, por favor." Dijo la pelirroja con los ojos brillantes y la voz medio quebrada.
La morena miró hacia su coche y giró la mirada hacia ella de nuevo. No quería irse, no al menos sin solucionar primero las cosas. Así que todo lo que pudo hacer, fue acercarse a ella para abrazarla y hacerle saber que pese a todo el dolor y rabia, ella estaba ahí. Quería estar ahí.
Shiho no pudo evitar que las lágrimas que retenía cayesen finalmente y le devolvió el abrazo tras rendirse unos segundos más tarde. "Lo siento." Dijo entre lágrimas. "Lo siento."
Era la primera vez que Ran veía su vulnerabilidad de esa manera y pese a todo el dolor que también le había causado la pelirroja, odiaba verla así de afectada por todo lo que había hecho.
Se quedaron abrazadas unos segundos más antes de volver a sentarse en el embarcadero.
"Cuando estoy en Tokio, siempre quiero salir corriendo." Empezó a hablar Ran mientras observaba la anaranjada y cálida puesta de sol.
"¿A, sí?¿Y eso por qué?"
"Ahora entiendo porqué Shinichi nunca se fue de aquí. Porqué se quedó dando vueltas como un planeta." Explicó medio hipnotizada por las vistas.
"Siento mucho haberte jodido el matrimonio." Se disculpó Shiho moviendo circularmente un pie dentro del agua. "Lo siento de verdad."
"Bueno...Ni siquiera me enteré." Dijo Ran con una media sonrisa, haciendo que ambas rieran brevemente.
Al ponerse finalmente el sol y refrescarse el ambiente, decidieron entrar de nuevo en la casa. Aiko llegó poco después, Rei la había traído de pasar toda la tarde con él en el río.
"Mamá tengo hambre." Dijo después de bostezar.
"Ahora prepararé la cena." Contestó Shiho, secándose de el pelo con una toalla después de salir de la ducha. "Me apetece curry, ¿Te va bien?" Le preguntó dejando la ropa sucia en el lavadero.
"¡Sííí!" Contestó la pequeña entusiasmada.
"Vaya, justo mi especialidad." Intervino Ran con un tono divertido.
"No, es la mía." Contestó Shiho siguiéndole la broma.
"Es la de mamá." Intervino Aiko riendo, poniéndose obviamente, a favor de la cocina de su madre.
"Mentira." Negó Ran riendo.
"Concurso de curry." Propuso la niña corriendo hacia la cocina.
Las dos adultas se miraron con una sonrisa. "Me parece bien." Contestaron casi a la vez.
"Un, dos, tres…¡Ya!"
Las tres se reunieron en la cocina para preparar dos ollas pequeñas para las tres. Aiko había asumido el rol de jueza en ese concurso improvisado y las chicas rieron y bromearon mientras compartían la cocina y preparaban la cena.
Toda aquella tensión que había entre ellas y el mal rato que habían pasado, había desaparecido por completo.
Al acabar la cena, ambas emplataron de la misma manera para poder confundir a la niña, que probó y saboreó meticulosamente ambas elaboraciones. Ambos platos habían salido deliciosos, pero el paladar de la pequeña decidió escoger el plato de su derecha, haciendo que Ran resoplase y Shiho alzase una mano victoriosa.
"¿Por qué? ¡Protesto!" Dijo Ran, exagerando la tristeza por la derrota.
"Te lo dije." Le advirtió Shiho sin dejar de reír.
Aiko cayó rendida después de la tarde en el río y la cena llena de movimiento. Shiho salió de su cuarto, cerrando la puerta lentamente detrás suyo y volviendo al comedor junto a la morena.
"Se lo ha pasado bien." Sonrió Ran.
"Sí, ha caído rendida."
Hubo un corto silencio antes de que la morena volviese a hablar.
"Shiho…yo no vine aquí para meterme en tu vida."
"Lo sé."
"Solo necesitaba entender..." Le intentó explicar. "...Necesitaba entender quien es Kudo y porqué hizo lo que hizo."
"Ya." Contestó comprendiéndola.
"Lo que pasa ahora…es que, creo que a Shinichi lo intentaron asesinar." Le confesó la morena un poco inquieta.
"¿Qué?¿Por qué crees eso?" Le preguntó Shiho cruzando los brazos.
"Al parecer, tenía mucho dinero en el momento del incidente. Dinero de Irish. Llevaba tres años lavando dinero para él." Le explicó metiendo una mano en su bolsillo para sacar una pequeña llave. "Tenía esta llave entre sus cosas. ¿Sabes de que puede ser?"
"No, no sé de que puede ser esa llave." Contestó con el ceño fruncido.
"La última entrega de dinero, la recibió dos días antes del incidente. Igual, le dispararon para quitarle el dinero, por venganza o un ajuste de cuentas…es que no sé. Son tantas mentiras que no sé que pensar." Dijo suspirando finalmente y girando la cabeza para mirarle. "¿Qué crees tú?"
Shiho también suspiró. "Que si tú crees que lo intentaron matar, yo te ayudaré a encontrar a quienes quisieron hacerlo." Contestó decidida.
"¿Y después que?"
"Pues…después ya pensaremos algo."
Ambas se dirigieron a sus respectivos dormitorios y Ran cayó rendida después de todas las emociones que había liberado. Pero la pelirroja, apenas podía dejar de dar vueltas de un lado a otro de la cama. No podía acabar de creerse todo lo que pasaba. Su relación con Kudo había sido tan transparente y sincera…bueno, ya o sabía bien que pensar.
¿Dónde se había metido para acabar de esa manera?
Al día siguiente, Ran se marchó pitando al despertarse pasada la alarma, y Shiho, revisó el correo y se fue a la central de Hakone para recoger el coche de Kudo. Heiji le había llamado diciéndole que debían retirarlo tras acabar de investigarlo y como Shinichi seguía inconsciente y Ran tenía una reunión importante, le había tocado a ella hacer ese recado.
"¿Está todo bien?" Le preguntó al policía que no paraba de ojear la orden.
"Sí, el problema es que este vehículo parece tener varias multas de velocidad. Deberá pagarlas antes de retirarlo del depósito."
"Claro." Contestó sorprendida.
Cuando salió de ahí, conduciendo el coche ella misma, se dirigió a la ciudad de Tokio. Ojeó el sobre con los recibos de las multas en el asiento copiloto y se adentró por las calles de la ciudad, menos desorientada que la última vez que subió a la ciudad, pero igual de estresada por el ambiente. No cambiaba por nada la tranquilidad de su zona, por una ciudad llena de contaminación y multitudes. Puede que la gente la considerara un poco antisocial, pero a ella solo le gustaba vivir tranquila y en paz.
Aparcó en el parking del trabajo de la morena y se adentró al edificio con el sobre en la mano.
"Hey, ¿Qué haces aquí? ¿Ha pasado algo?" Preguntó Ran en cuanto la vio.
"No, bueno…he ido a recoger el coche de Kudo y me he encontrado con una sorpresa. Parece que tenía varías multas de velocidad." Le explicó mientras le entregaba el sobre.
"¿Qué?" Preguntó sorprendida. "Ven, entra y lo hablamos." Le dijo abriendo la puerta de su despacho.
Se sentaron cada una en una silla y la pelirroja abrió el sobre para mostrarle el contenido.
"Una multa por ir a ciento setenta, otra por ir a ciento cincuenta, otra por ir a ciento ochenta…¿Qué es esto? Yo nunca he visto a Shinichi conducir de esta manera."
"Ya…a mi también me ha sorprendido." Contestó la pelirroja.
"Esta es de dos días antes del incidente y volvió el día antes." Dijo observando cada detalle que pudiese percibir.
"Así es." Dijo la pelirroja, habiéndose percatado del mismo detalle.
"Pero…¿A dónde iba?Preguntó Ran.
"Según la policía, todas las multas que le pusieron, son a la entrada de un pueblo. Shibukawa, ¿Te suena ese nombre?" Le preguntó Shiho.
"Para nada."
"A mi tampoco..." Contestó la pelirroja, observando detenidamente la cantidad de papeles que había en el sobre. "...Pero Kudo parece que no paraba de ir allí. Y creo que deberíamos ir. Juntas."
"Vámonos." Contestó cerrando su carpeta de trabajo y levantándose de su escritorio para coger la chaqueta.
