DULCES BESOS


23| MI HOGAR


Cuando Hinata recobró el conocimiento, yacía sobre la cama en la Cámara De Plata. Naruto estaba inclinado sobre ella, contemplándola con tanto amor en sus ojos que ella jadeó y empezó a llorar.

—Naruto— murmuró, aferrándose a él.

—Está despierta, Maggie— dijo Naruto sobre su hombro—. Ella está bien—. Hinata oyó la puerta cerrarse cuando Maggie salió, dándoles privacidad.

Ella se quedó con la mirada fija en sus ojos azules, insegura. Él la miraba como si ella fuera la cosa más preciosa en el mundo.

—¿Cómo?— logró preguntar, ahuecando la cara del hombre en sus manos. Ella trazó sus dedos sobre cada plano y ángulo, y él los besó repetidamente mientras pasaban sobre sus labios—. ¿Cómo?

—Te amo, Hinata MacNamikaze— murmuró él, atrapando su mano y plantando un beso en la palma.

Hinata rió a través de sus lágrimas.

—Te amo también— murmuró a su vez, arrojando sus brazos alrededor de él y abrazándolo con fuerza—. Pero no entiendo.

En medio de docenas de besos, rápidos, muchos pausados, él se lo contó.

Le dijo cómo la había observado desaparecer mientras él había yacido sobre la tierra, la batalla estallando en todas partes. Le dijo cómo la flecha había sido doblada por el disco de metal en sus bandas de cuero y había sufrido una herida superficial. Le dijo cómo habían descubierto quién era el "enemigo".

—Esa anciana— Hinata murmuró—. Ella dijo que había contratado a los gitanos.

—Sí, Mikoto. Hizo una confesión completa—. Él la besó otra vez antes de continuar, succionando delicadamente su labio inferior—. Mikoto afirmó que había visto en sus varas de tejo que una mujer provocaría la muerte de su hijo.

» Ya que estaba a punto de casarme, Mikoto decidió que mi prometida debía ser la mujer en su visión. Advirtió a Itachi, pero él se lo tomó a risa y le hizo prometer que no me dañaría. Para su mente enferma, embrujarme no me dañaría, así que ella compró los servicios de los gitanos para encantarme e impedir la boda.

» En la primera realidad, cuando Sakura fue asesinada por los Yakushi, Mikoto habría debido pensar que la amenaza había pasado. Sospecho, sin embargo, que en alguna ocasión poco después de la muerte de Sakura, Mikoto habría debido tener su visión otra vez, y se habría dado cuenta de que mientras aún estuviera vivo y pudiera casarme, el peligro nunca pasaría. Así que siguió con su plan original para encantarme.

—Así que te drogó y envió el mensaje ordenándote ir para descubrir el nombre del hombre que había matado a Menma.

—Sí. Me encantaron, tú me encontraste, y te envié allí.

—Pero en la segunda realidad— exclamó Hinata—, ya que Menma y Sakura no fueron asesinados, ella debió haber oído que volvías a casa con tu prometida...

—... y cambió los planes para secuestrarme. Para no correr ningún riesgo, quiso a mi "prometida" también. Como tú estabas en mi dormitorio, asumieron que eras Sakura.

Hinata negó con la cabeza, asombrada.

—¡Fue su convencimiento en su "visión" lo que hizo que todo ocurriera, Naruto! Si no hubiera creído en eso, ella nunca te habría encantado, nunca habría ido yo allí, e Itachi nunca habría sacrificado su vida para salvarme.

—Sí. Es por ello que los gitanos son tan cautelosos con la adivinación. Lo hacen estimando que cualquier futuro que ellos pronostiquen no es sino un futuro posible: el más probable, pero no el que ocurrirá indefectiblemente.

» Para Mikoto, arrastrada por el miedo, era sin embargo su futuro probable. El miedo la condujo a encantarme. Encantarme dio como resultado que yo te enviara hacia el pasado. Una vez que estuviste allí, Itachi sacrificó su vida para protegerte. Su miedo la condujo a cumplir a cabalidad algo que era sólo una posibilidad.

Hinata frotó su frente.

—Esto me hace doler la cabeza.

Naruto rió.

—Hace doler la mía también. Seré más que feliz si nunca nos metemos con el tiempo otra vez.

Hinata guardó silencio un momento, pensando.

—¿Qué le sucedió a Mikoto?

Los ojos de Naruto se ensombrecieron.

—Después de que desapareciste, se zambulló en la batalla, y aunque los hombres se esforzaron en no dañarla, estaba decidida a morir. Se clavó a sí misma en el claymore de Shikamaru—. Él frunció el ceño—. Se acusó antes de morir, y pudimos relacionar la historia.

Las lágrimas frescas se apiñaron en los ojos de Hinata.

—¿Lloras por ella?— exclamó Naruto.

—De no ser por ella, nunca te habría encontrado— dijo Hinata suavemente—. Es triste. Es triste que ella estuviese tan asustada. Pero al mismo tiempo, estoy tan contenta de haberte encontrado...

Él la besó otra vez, luego le contó el resto de la historia. Cómo se había afligido, cómo se había enfurecido. Cómo había saltado a las piedras y discutido consigo mismo por horas. Luego su mente se había detenido en una idea tan tentadoramente posible que le había quitado la respiración.

Los gitanos. Le habían hecho dormir una vez por cinco siglos. ¿Por qué no otra vez? Y así, había seguido la pista a la tribu errante y había contratado sus servicios. La reina gitana en persona había realizado el hechizo por una bolsita de monedas.

—¡Por una bolsita de monedas!— exclamó Hinata—. ¿Cómo se atreven a cobrar? Fueron ellos los que...

—Los que vendieron un servicio, nada más. Los gitanos hacen cumplir un código extraño. Sostuvieron que culparlos de que Mikoto los hubiera contratado para encantarme sería igual que culpar a la daga por provocar sangre: es la mano que esgrime la daga, no la daga misma.

—Una buena forma de evadir la responsabilidad personal— se quejó Hinata. Luego aspiró en una respiración poco honda—. ¡Tu familia! Minato y Kushina y...

Él la interrumpió, besándola.

—Mi elección fue dolorosa para ellos, pero entendieron.

Él no había vacilado. Había pasado varios meses diciendo sus adioses antes de ser encantado, e implementando planes que darían fruto cinco siglos más tarde, planes para asegurar una buena vida para él y su esposa. Pero habría tiempo para dar cuenta de ello la mañana siguiente, o la siguiente... o la siguiente.

—Me pidieron que te enviara su amor cuando nos reuniéramos.

Hinata se sintió emocionada otra vez, luego aporreó su pecho con un puño.

—¿Por qué no dejaste instrucciones para que Maggie me encontrara hace semanas?— lloró—. Tenía roto el corazón. He estado de regreso por más de un mes...

—No estaba seguro de cuándo regresarías a tu tiempo. No podía saber si el mes pasaría para ti en ambos siglos.

—Oh— dijo ella con una voz pequeña.

—Y no estaba dispuesto a tomar el riesgo de llamarte antes de que me hubieras encontrado. Och, si no, imagina el lío que habría sido. Tú no habrías sabido cómo despertarme. Ni siquiera me habrías conocido si hubiéramos enviado por ti demasiado pronto. Parecía más seguro dejarte venir.

—¿Pero qué hubiera ocurrido si yo no hubiera venido? ¿Qué hubiera ocurrido si nunca hubiera regresado a Escocia?

—Dejé instrucciones de que si no hubieras llegado por Samhain*, mis descendientes deberían encontrarte e invitarte a venir. Que te buscaran en América y te trajeran aquí.

—Pero...

—¿Vas a hablarme hasta morir o a besarme, esposa?— preguntó él con voz ronca. Ella optó por el beso.

Cuando sus labios reclamaron los de ella, su cuerpo se llenó de deseo. Él hizo una pausa sólo para quitarse la camisa de lino, mientras Hinata trabajaba brevemente con su plaid.

—Recuéstate— ordenó ella cuando lo tuvo completamente desnudo—. Me gustaría estar encima—. Él accedió, dirigiéndole una sonrisa erótica que escurría promesas de fantasías a punto de ser realidad. Ella se apoyó en sus talones, contemplándolo, tumbado a través de la cama. Su piel de bronce y su sedoso pelo rubio brillaban contra la ropa de cama. Seis pies y medio de guerrero Highland yacían ante ella, aguardando su placer.

Yum.

Años de no entender la ecuación de la vida culminaron en un momento perfecto de vida, de claridad, donde la pasión equivalente al amor lo elevaba al cuadrado. Amar y sentir pasión por el ser amado hacía que la vida fuera tan preciosa. Ella estaba absolutamente feliz de pasar el resto de su vida probando esa ecuación.

—Tócame— él ronroneó.

Ella lo tocó. Ligeramente, deslizando sus manos sobre sus muslos musculosos. Trazando cada músculo, cada ondulación, luego bajando su cabeza para saborear lo que en su mano despertaba. Ella lo rodeó y pasó su lengua desde la parte inferior de su pene duro hacia arriba, muy contenta cuando él se estremeció bajo ella.

—¡Hinata!— resolló él, acunando su cabeza con sus manos—. ¡No soportaré ni un minuto si haces eso!

—Och, no, mi espléndido laird— dijo ella con un rítmico acento escocés—. Todavía tienes que servir para mi placer... ¡ack!— estalló de risa cuando en un movimiento veloz él la comenzó a rodar encima de su espalda.

—Te pido que recuerdes que te he estado deseando por quinientos años, mientras que tú me has estado esperando sólo un mes.

—Sí, pero tú no sabías que el tiempo pasaba...— ella empezó, pero él besó sus palabras para acallarlas. Cubrió su cuerpo con el suyo, deslizando su camisa hacia arriba, besando cada pecho a medida que los dejaba al descubierto. Alternativamente volviendo para un beso abrasador en sus labios, luego moviéndose más bajo.

Cuando al fin él se sepultó dentro de ella, gimió de éxtasis. Él habría esperado unos mil años, no, una eternidad, para tener a esa mujer de esa manera.

Mucho más tarde, Naruto la sostenía en sus brazos, maravillándose de cómo lo completaba ella. Ella había tenido su turno arriba la tercera vez, informándole que él era su "campo de juego privado", y aclarando qué era un campo de juego. Él tenía mucho que aprender para integrarse completamente en su siglo. No tenía miedo en cuanto a eso; antes bien, estaba eufórico por el desafío.

La emoción lo inundó, un sentido de corrección y completitud, y él la besó, incorporando toda su alegría en el beso. Se sintió sorprendido cuando ella se apartó, pero entonces, Hinata tomó su mano y tiernamente colocó su palma encima de su vientre.

Él se incorporó velozmente en la cama, inspeccionando sus ojos.

—¿Estás diciéndome algo?— exclamó roncamente.

—Gemelos. Tendremos gemelos— dijo ella, rebosando de alegría.

—¿Y esperaste hasta ahora para decírmelo?— rugió él, y arrojó hacia atrás su cabeza y gritó de alegría. La tomó en sus brazos y bailó con ella alrededor del cuarto. La giró en espiral, la besó, bailó más, luego se detuvo y gentilmente la colocó de nuevo en la cama—. No debería sacudirte de esa manera— exclamó él.

Hinata se rió.

—Oh, por favor, si nuestro amor no los sacudió, un poco de baile ciertamente no lo hará. Estoy de cerca de dos meses.

—¡Dos meses!— gritó él, incorporándose otra vez.

Hinata resplandeció; él estaba tan exaltado. Era lo que cada mujer debería experimentar cuando le decía a su hombre que estaba embarazada: un hombre completamente eufórico por ser padre.

Él se mantuvo de pie sonriendo como un tonto por un momento, luego se puso serio y cayó de rodillas ante ella.

—¿Te casarás conmigo en una iglesia, Hinata?

—Sí, oh, sí— suspiró Hinata soñadoramente.

Y esa vez, cuando hicieron el amor, fue más tierno y lento y dulce que nunca antes.

—¿Dónde viviremos?— preguntó ella finalmente, peinando con sus dedos el pelo sedoso de Naruto. Simplemente no podía dejar de tocarlo. No podía creer que él estaba allí. No podía creer en el sacrificio que él había hecho para estar con ella.

Él sonrió abiertamente.

—Me encargué de eso. La propiedad fue dividida en tres partes en 1518. Mi parte es la del sur. Menma supervisó la construcción de nuestra casa. Nos aguarda aún ahora. Maggie y Deidara me aseguraron que la abrieron y todo está preparado.

Menma, pensó Hinata. Ella necesitaba contarle que Menma había desaparecido, pero habría tiempo para eso más tarde. No quería que nada arruinara ese momento.

—No te importa vivir en Escocia, ¿verdad, Hinata?— bromeó él con ligereza, pero ella sintió un indicio de vulnerabilidad en su pregunta. Sería duro para él ajustarse a un siglo nuevo. Sería aún más difícil si ella lo arrastrara a América. Con el tiempo, sospechaba que a él le gustaría viajar, pues era un hombre curioso, pero Escocia siempre sería su casa. Lo que estaba bien, porque ella tenía pocas ganas de volver a los Estados Unidos.

La enormidad de lo que había hecho él, cuánto había sacrificado por ella, la había abrumado.

—Naruto— ella musitó—, tú lo dejaste todo...

Él la jaló encima de su pecho y rozó sus labios contra los de ella.

—Y lo haría una vez más, mi dulce Hinata.

—Pero tu familia, tu siglo, tu hogar...

—Och, Hinata, ¿no lo sabes? Tu corazón es mi hogar.


FIN


Glosario:

- Samhain: Los antiguos pueblos celtas solían realizar una gran ceremonia para conmemorar "el final de la cosecha". Esta celebración ocurría a finales de octubre. Esta fiesta fue bautizada con la palabra gaélica de "Samhain". (El significado etimológico es "el final del verano".), es la festividad de origen celta más importante del período pagano en Europa hasta su conversión al cristianismo, en la que la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la temporada de cosechas en la cultura celta y era considerada como el «Año Nuevo Celta» De esta fiesta proviene el Halloween.