Llevaba siendo profesor de DCAO desde que cumplió los 25 años de edad, cuando consiguió la experiencia y la enseñanza adecuada.
Luego de la guerra, ya no quería ver más muertes, por lo que su deseo de ser auror cambio rápidamente, al querer ser maestro de defensa. Sus amigos le demostraron su apoyo absoluto, h lo animaron a que ejerciera su profesión como maestro, lo cual consiguió años más tarde.
En el camino de sus estudios para ejercer la maestría, se reencontró con Draco Malfoy quien también había ingresado a la misma academia para conseguir su título como maestro de pociones, y aunque al principio ambos mantenían la distancia, pronto se encontraron teniendo pequeñas pláticas que se alargaron con el paso de los días y aunque su amistad fue algo bastante anormal para todos, incluyéndolos a ellos mismo, terminaron siendo realmente buenos amigos.
Conocer a Draco siendo sólo Draco fue algo que Harry jamás olvidaria, al principio su relación era muy tensa debido a su pasado, pero mientras más se iban acercando, su pasado quedó donde siempre tuvo que estar, en el pasado.
Y lo conoció, todo de él. Descubrió cosas que Draco jamás había mostrado en su colegiatura en Hogwarts. Como su amabilidad con seres como los elfos, o su cariño hacia los niños - en especial los bebes- como se portaba amable con las personas que lo insultaban en la calle, y su sinceridad al hablar con las personas, su manera tan directa de decir las cosas.
Descubrió su lado infantil, como cuando estaba enfermo y actuaba consentido. O su lado celoso, que lo llevó a conocer sus inseguridades, sus preocupación y fue también cuando descubrió su muy baja autoestima, y su lado autodestructivo.
Descubrió su lado divertido, su lado competitivo y se enamoró, de todo Draco. De aquel chico que había aprendido a dejar atrás los los prejuicios. Se enamoró del chico que hablaba sarcástico cuando algo lo molestaba o sólo por que sí, que mostraba pasión por las cosas que le gustaba y a quien le encantaba acurrucarse por las noches a su lado.
Y Draco también lo había conocido mejor también, conoció todo su pasado, desde los secretos que nunca la han gustado decir en voz alta, de las pesadillas de aquella época en la guerra, de las pérdidas que había sufrido duramte toda su vida, y Draco lo escucho.
Lo consoló y lo apoyó.
Estaba con él todas las noches cuando tenía pesadillas, estaba con él cuando estaba enojado con el mundo y lo abrazaba cuando sentía que todo se venía abajo.
Y ambos se enamoraron, y lucharon por ese amor. Un amor grande y hermoso, que los llenaba de felicidad, alejando su pasado y construyendo un futuro.
Jamás olvidaría el apoyo que recibió de su novio, y tampoco olvidaría jamás la expresión de Draco cuando le había pedido matrimonio aquella navidad en la madriguera. En como lo había besado y abrazado toda la noche, en su sonrisa tan sincera y tan resplandeciente.
Y ahora, 12 años después de su boda, con cuatro hijos propios, con toda la familia Weasley, con su ahijado Teddy y su esposo podía decir con orgullo, que tenía por fin la familia que siempre soñó con tener, y mejor.
