El Ascenso del Héroe del Crepúsculo.
Capítulo XXIII.
— ¿Entonces solo quieres que te llevemos a la capital?—Preguntó Naofumi con los brazos cruzados. Aun no muy convencido, Mel simplemente asintió ante su pregunta. — ¿Te das cuenta de quienes somos, no? Somos criminales.
—En realidad, no lo somos. Técnicamente el único criminal del grupo era Link hasta que ganó su absolución derrotando a Motoyasu. —Aclaró Raphtalia con una risita nerviosa cuando el pelinegro la miró.
—También sé que ustedes son los que están ayudando a librar a la aldea de esta epidemia, sé que ayudaron a Lerno con su problema de hambruna junto al Héroe de la Lanza y más importante, hicieron que la economía de Riyute este en ascenso. —Nombro Mel, enumerando todo lo que habían hecho con los dedos de sus manos.
—Entonces… —Continuó Naofumi.
— ¿Podrían llevarme a la capital?
Silencio.
El Héroe del escudo miró a Link con una ceja levantada, no se veía muy convencido en realidad, y el rubio pensaba igual. Es decir, se veía como alguien sincera, pero parecía ocultar algo, no por su forma de actuar, sino por los agujeros en su historia.
Ya que, ¿Qué clase de noble se separa de sus escoltas y se pierde en las cercanías de una aldea donde ronda una mortal epidemia y es forzada por la circunstancias a pedir transporte a unos héroes con mala reputación?
Viéndolo así, pasaba algo muy raro.
— ¡Por supuesto que aceptamos, solo si tienes la paga, claro!—Alesia fue rápida, ni siquiera dejando a Naofumi responder, tomó la mano de Mel mientras la estrechaba con fuerza.
—Claro que tengo la paga, señora. —Dijo ella, soltando la mano de la pelirroja para sacar y mostrar lo que estaba dispuesta a gastar en una pequeña bolsa. —Cinco monedas de oro por llevarme a la capital.
— ¿¡Cinco monedas de oro solo por-!?
—Aceptamos con mucho gusto. —Interrumpió Naofumi con seriedad, mientras el caminaba hacia Mel y estrechaba su mano también.
Silencio.
— ¿Dónde quedo la duda inicial?—Preguntó Raphtalia con un suspiro, negando con la cabeza ante el comportamiento del pelinegro.
—Creo que el dinero hizo que las olvidara. —Respondió Link cruzándose de brazos con una ceja enarcada.
—Filo piensa que el amo está hablando como si no tuviéramos dinero… —Comentó la niña con curiosidad, ya que no entendía la forma de actuar del pelinegro.
Naofumi pareció escuchar lo que la rubia había dicho, por lo que se giró con rapidez para aclarar la situación.
—Puede que tengamos mucho dinero en nuestras arcas ahora mismo, pero no te haces más rico gastándolo, así que mientras más ingresemos y menos gastemos, mejor. —Dijo el con una sonrisa. — ¡Con esto podríamos comprar mucha comida!
Y solo hizo falta mencionar esa palabra para que la rubia comenzara a saltar de alegría. Naofumi, Raphtalia y Link solo miraba todo con una sonrisa, mientras que Mel solo se veía incomoda por la extraña situación.
—Entonces… —Empezó la peli azul con una ceja enarcada.
—Como te dije, aceptamos. —Anunció Naofumi a Mel. —Aunque no podemos irnos sin más, les estábamos ayudando a los doctores a administrar las medicinas a los pacientes ya que solo dos personas no es suficiente.
—Además, tenemos un compañero herido. —Raphtalia recordó, mientras miraba a ver al brazo vendado de Link a lo que Naofumi asintió.
Mel por su parte asintió de forma comprensiva, entendiendo que la llevarían hacia su destino, mas sin embargo debería de esperar por las cuestiones anteriormente nombradas por ellos.
—No se preocupen, puedo esperar. —Dijo ella con una humilde sonrisa.
—Gracias por entender. —Respondió Raphtalia con una ligera reverencia, acción que hizo a Naofumi suspirar.
—De todas formas, Raphtalia y yo tenemos que volver al trabajo. —Expresó el pelinegro cruzándose de brazos. —Ya que no tienes escoltas, Link y Alesia cuídenla, no queremos que le pase algo y digan que fuimos nosotros.
Y dicho eso, Naofumi salió de la habitación para volver a lo que estaba haciendo, junto con Raphtalia quien le siguió poco después, dejando a los demás en silencio.
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—Filo quiere salir a jugar. —Expresó la rubia con las manos en alto, haciendo que los demás la miraran.
—Alesia quiere jugar con Filo. —Apoyó la pelirroja con una sonrisa, mientras colocaba una de sus manos en el cabello de la niña.
—Papa, sé que el amo me castigó, pero, ¿podemos jugar afuera?—Preguntó la rubia con esperanza, haciendo que Link suspirara.
—Por mi está bien. —Respondió.
Sin duda, Link no era el más inflexible con los niños, podía ser serio cuando tocaba, pero en los castigos le faltaba autoridad para dar el ejemplo, como ahora que prácticamente sin pensar le había dado permiso a Filo a jugar cuando se supone no debería.
— ¡Bien!—Exclamó ella con felicidad, antes de girarse para mirar a la peliazul. —Mel, ¿también quieres jugar con nosotros?
— ¿Nosotros?—Preguntó Link con la cabeza inclinada, salvando el mismo, todas las personas en la habitación eran chicas y el nunca accedió a jugar a nada.
— ¿Jugar?—Fue el turno de la noble preguntar con sorpresa.
— ¡Si, jugar! ¡Filo incluso te llevara en su espalda!
—N-No estoy segura… No quiero ser una molestia, además, si me cargas es probable que te duela la espalda luego.
Mel se veía incomoda, lo cual era entendible, ya que no conocía la verdadera naturaleza de Filo, y la rubia siempre hablaba como si todos supieran que era una reina Filolial.
— ¡Incorrecto! ¡Filo puede cargar cosas muy pesadas, Filo incluso puede cargar a Papa, al amo y a la chica con cola sin problemas!
Ante las palabras de Filo, Link solo levantó un pulgar mientras asentía repetidas veces, dándole la razón a la niña, Mel colocó una mueca curiosa al respecto.
— ¿Tienes alguna especie de poder oculto en tu interior, o alguna magia que aumenta pasivamente la fuerza de tu cuerpo?—Preguntó la peliazul con intriga, sin creerse las declaraciones de los demás.
— ¿Qué?
Y por supuesto, la niña no había entendido.
—Te está diciendo que te transfigures, Filo. —Alesia apoyó, era obvio que no era eso lo que Mel quería decirle, pero era más fácil responderle sus dudas de esa manera.
Filo abrió la boca por un momento aunque no dijo nada, colocando solamente una gran sonrisa antes de levantar sus dos brazos y luego de un sonoro POOF, además de una pequeña ola de humo resultante que una vez se disipó, la rubia se había transformado.
Y dejó a la peliazul sin palabras.
Su mandíbula prácticamente había golpeado el suelo, de forma metafórica.
—T-tu eres… Eres… —Musitó la noble con la boca abierta, llevando las manos a su cabello de la sorpresa visible en su rostro. — E-e-e-eres…
— ¿Qué es Filo?—Preguntó la niña, ahora en forma de ave con curiosidad.
— ¡E-eres un Filolial!—Exclamó Mel antes de literalmente lanzarse contra Filo de un salto, sorprendiendo a todos y hundiéndose en el plumaje del ave, saliendo tiempo después y mirándola con una gran sonrisa. — ¡Acepto, vamos a jugar!
Toda la fachada de noble cayó inmediatamente cuando Link suspiró, viendo como la peliazul empezaba a comportarse como cualquier otra niña, no pudo evitar sonreír y seguir a ambas cuando Mel prácticamente arrastró a Filo —Ahora en forma humana— hacia afuera, Alesia también le siguió poco después.
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Cinco minutos después, la pequeña noble se encontraba eufórica en el lomo de Filo, quien se había transformado de nuevo para deleite de la peliazul quien no perdió el tiempo y la abrazó.
Link miraba la escena con una sonrisa y los brazos cruzados, según había dicho Mel, Filo la llevaría hacia la cima de la montaña y la traería de vuelta, no debería haber mucho problema ya que Filo podría defenderla en el camino y la amenaza presente en la cima ya no estaba.
— ¡Llévame a máxima velocidad a la cima!—Pidió Mel con una sonrisa que fue correspondida por Filo, haciendo que Link se alarmara inmediatamente.
—Eso no es una buena idea, Filo es demasiado rápida y podrías salir volando. —Explicó el rubio tragando saliva, ya que el varias veces estuvo a punto de salir disparado antes gracias a la extraordinaria velocidad que la niña era capaz de alcanzar.
Pero Mel le restó importancia con un gesto de la mano, aun manteniendo su contenta sonrisa.
—Descuide, me tomare con fuerza a sus plumas para no caer. —Dijo la peliazul.
—Creo que no estas entendiendo. Sera mejor que no lo hagas. —Repitió Link con ligera preocupación en su tono.
— ¡Vamos, Link, deja que lo pruebe! La infanta se ve muy emocionada por esto. —Dijo Alesia palmeando su espalda, en apoyo a Mel, haciendo que el rubio suspirara.
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Era imposible que esto saliera bien.
Cuando Link simplemente negó con la cabeza y se cruzó de brazos, Filo sabía que tenía el permiso, por lo que después de girar su cuello a un lado para ver a la peliazul y que esta le asintiera no dudó ni un segundo antes de salir disparada a una velocidad muy grande hacia la cima.
Tal vez demasiado grande.
Tal había sido la fuerza de Filo al empezar a correr que había levantado una gran nube de polvo e iniciado una corriente de aire que fue lo suficientemente fuerte como para enviar tanto a Link como Alesia al suelo.
El héroe del crepúsculo se había recuperado con rapidez, con los ojos bien abiertos miró hacia la montaña, solo viendo una gran estela de polvo que Filo dejaba cuando corría y que, efectivamente, ya estaba en la cima.
En menos de 5 segundos…
Alesia miraba con la boca bien abierta la gran estela de polvo que Filo había dejado y que aún era completamente visible, lo que daba a entender que era tan rápida que ni siquiera el viento era capaz de seguirla.
El solo pensamiento ya daba miedo.
— ¡Muy bien, lo consiento! ¿¡Acaso eso no es un poco desmedidamente rápido!?—Casi gritó Alesia con miedo, mirando a la cima de la montaña — ¡Esa cantidad de velocidad ni siquiera debería ser permisible de alcanzar por un Filolial!
—Más que eso… ¡Me preocupa Mel! ¿¡Y si salió volando!?—Exclamó Link con las manos en la cabeza, solo tenía que vigilar a una noble y ya era probable que la hubiera perdido.
— ¡No tenías que dejar que se subiera a la Filolial!—Gritó Alesia, omitiendo por completo el hecho de que ella fue la que había dado el empujón final que les dio el permiso a subir.
Link iba a protestar, mas sin embargo vieron como la gran estela de polvo bajaba de la montaña a grandes velocidades, y mientras más se acercaba la tierra comenzó a temblar ligeramente.
Solo fue cuestión de unos segundos, en los cuales Filo se detuvo ante ellos de forma abrupta, haciendo que el impulso de sus piernas al detenerse y el aire que la seguía hicieran retroceder a Link y a Alesia de nuevo.
Filo tenía las alas cerradas, y tenía una gran sonrisa, que no era compartida por ninguno de los dos adultos, quien solo miraba su lomo y preguntaron en voz alta:
— ¿¡Dónde está Mel!?
Filo inclinó su cabeza, pero con cuidado abrió sus alas, revelando a la pequeña noble, quien tenía una gran sonrisa en su cara, aunque al parecer el viento había hecho estragos en ella, ya que sus coletas no eran visibles por ningún lado, dejando su cabello suelto…
Y completamente alborotado.
Cuando estuvo en el suelo, se tambaleó un poco, siendo atajada por Link, quien la tomó por los hombros para que no cayera.
— ¿Estas bien?—Preguntó el con asombro y temor.
—Eso fue aterrador… —Dijo la peliazul, su sonrisa en ningún momento flaqueó. — ¡Pero fue asombroso!
Silencio.
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Y en un abrir y cerrar de ojos, Mel había caído inconsciente, Link se preocupó inicialmente, mas sin embargo después de que una Alesia alarmada comprobara que aun respiraba, su miedo disminuyó.
—Debió quedarse inconsciente por el shock. —Alesia dijo rascando su cabello con ligera vergüenza. —Sabes, me consideró un poco responsable de esto…
—Igual yo. —Apoyó Link, cediéndole la noble a la pelirroja quien había extendido sus brazos para cargarla, cuando la entregó, giró para mirar a Filo, quien tenía una mirada curiosa en el rostro.
— ¿Filo hizo algo malo?—Preguntó con una mueca afligida.
Silencio.
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Link no había dicho palabra, solo frunciendo los labios y optando por suspirar pesadamente.
—No. No hiciste nada malo, Filo. —Dijo Link finalmente con tono firme. —Aunque, la próxima vez, intenta no ir tan rápido, la gente puede desmayarse o salir volando como ahora.
—Mel salió volando cuando llegamos a la cima, pero Filo fue rápida y la atajó para que no se hiriera. —Expresó la niña con inocencia, pero poco después una expresión desolada apareció en su rostro. — ¿Creen que Mel este enojada conmigo por eso?
Link comenzó a caminar hacia la Iglesia donde se trataban a los enfermos, y donde los doctores se encontraban, siendo seguido por Alesia quien cargaba a Mel entre sus brazos y Filo a poca distancia.
—En realidad, no creo que esté descontenta contigo. —Dijo Alesia mirando a la niña rubia. — ¿No viste la sonrisa que tenía en su boca? Inclusive dijo que el viaje había sido "aterrador y asombroso."
—Tengo que darle la razón, no creo que Mel este enojada contigo. —Fue el turno de Link de hablar para animar a la pequeña niña antes de que pudiera ponerse triste.
Filo solo miró a ambos con una sonrisa antes de asentir con ánimo, comenzando a correr con felicidad propia de una niña pequeña, haciendo que Link sonriera también.
De cierta forma, Filo le recordaba mucho a los niños de Ordon que eran su familia para el e iban a despertarlo casi toda las mañanas para jugar.
Link los extrañaba mucho y esperaba poder volver a verlos de nuevo.
. . .
—Bien, nos estamos yendo. —Anunció Naofumi desde dentro del carro, sacando su cabeza para despedirse con un gesto de mano.
Ya era un nuevo día, luego de que llegaran a la Iglesia habían depositado a Mel en una cama, mientras era vigilada por Alesia y Link, quienes se quedaron con ella hasta altas horas de la noche, donde finalmente despertó.
Sobra decir que Filo cuando supo la noticia fue inmediatamente a disculparse con la peliazul, encontrándose con que no solo ella no se había enojado, sino que incluso le estaba pidiendo que repitieran el paseo.
Algo que, obviamente había sido negado por Link y sorprendentemente por Filo también, quien no quería que Mel quedara inconsciente de nuevo, a lo que ella desanimada entendió sus razones.
En todo el Dia restante desde que Mel se había desmayado, Link no vio ni a Naofumi ni a Raphtalia, y cuando la noble había despertado, se encontró con que ambos estaban durmiendo cuando fue a verlos.
Los enfermos no se curarían de la noche a la mañana, por ende, la mayoría de las camas estaban ocupadas por pacientes y Link no se aprovecharía de su condición de héroe para conseguir un lugar donde el pudiera dormir…
Por lo que después de pedirle permiso, consiguió dormir en el mismo cuarto donde Mel había descansado en su desmayo. La cama seria ocupada por la peliazul, por lo que tanto Alesia como el mismo debían dormir en el suelo.
Link no tenía problemas con eso, por lo que se apoyó en una pared y rápidamente concilio el sueño.
Y cuando despertó la rutina había sido sencilla, comer y alistarse para partir cuando Naofumi fue a buscarlo, por lo que después de preparar las cosas y anunciar su ida, muchos aldeanos que ahora estaban en mejores condiciones de salud además de los dos médicos del pueblo habían venido a despedirlos.
—Gracias por ayudarnos, héroes. —Dijo el Doctor con una sonrisa mientras hacia una ligera reverencia.
—Sí, los rumores sobre ustedes eran infundados, al final pudimos comprobar que eran buenas personas. —Siguió la Enfermera, quien le dedicaba un pulgar hacia arriba al grupo. — ¡Muchas gracias por arriesgar su vida para librar al pueblo de esta epidemia!
— ¡Gracias por salvarnos!—El pueblo en coro exclamó, y Link podía sentir como se formaba una sonrisa de satisfacción en su cara.
Era una sensación que no tenía comparación, el ayudar a otros sin esperar nada a cambio, solo con la sonrisas y la gratitud de aquellos a los que se había ayudado era más que suficiente para él, gracias a cosas como esta es que Link podía día a día arriesgarse para socorrer a quien lo necesitará.
Ver a la gente agradecida y feliz hacia que esto valiera la pena.
—Descuiden. —Fue la respuesta de Link, en voz baja. Solo Mel, quien estaba a su lado había podido escucharlo.
— ¡Ya saben, tengan cuidado con Ren!—Exclamó Naofumi con fuerza, haciendo que algunos aldeanos levantaran el puño y gritaran en aprobación a sus palabras.
Link suspiró ante esto.
—Entonces, ¿nos vamos?—Preguntó el, mirando hacia atrás, esperando la respuesta afirmativa del grupo, recibiendo asentimientos de la mayoría.
Al recibir luz verde, Link levanto su mano derecha, que se encontraba vendada para despedirse por última vez antes de partir a su siguiente destino; La capital, por la velocidad a la que andaba Filo sería un viaje relativamente corto ya que si iban a buen ritmo, solo era cuestión de algunas horas para llegar.
Pero Link decidió no presionar a Filo más de lo necesario, había dado un buen combate ayer contra el Dragon Zombi, y si bien ella no había recibido mucho daño, el esfuerzo físico de luchar contra una criatura mastodóntica debía de ser mucho.
Por lo que decidió ir a paso tranquilo por el camino, aun a sabiendas de que se demorarían más, saliendo de la aldea y pasando por el frondoso bosque que era el preámbulo al lugar, si bien aún se respiraba mucha humedad, la muerte ya no se olía en el aire como si lo hacia el día anterior.
—Disculpe, héroe del crepúsculo. —Llamó Mel, haciendo que Link girara a verla. — ¿Podría contarme sobre usted?
El Hyliano colocó una mueca curiosa ante su petición, sin saber si debería responder a sus preguntas, aunque al final terminó encogiéndose de hombros, Mel no parecía ser una mala persona y tampoco es como si él fuera a dar demasiada información de sí mismo.
— ¿Qué quieres saber?
Al ver que Link estaba dispuesta a hablar de él, la niña sonrió para después colocar una mueca pensativa, el rubio suspiró ante esto, ya que era obvio que su pregunta fue algo surgido de la nada y ahora intentaba ver que podía aprender de él.
—Todos los héroes vienen de otros mundos, ¿puedo saber de qué mundo ha venido?
—Hyrule. Así se llama el mundo donde vengo. —Respondió con simpleza, pudo haber sido más detallado, pero sabía que si comenzaba a hablar de su tierra natal sería difícil detenerse, por lo que desistió de hacerlo.
—Ya veo. ¿Era usted un guerrero antes de venir aquí?—Preguntó de nuevo, la niña sabía que esta no era la misión que su madre le había encomendando, pero ella quería recopilar toda la información posible por su cuenta.
—Si… —Respondió Link, haciendo una pausa que duró varios segundos antes de seguir. —Digamos que… Me enfrente a algunos enemigos muy fuertes en el pasado.
— ¿Enemigos fuertes?
Ganondorf.
Quería decirle, aunque las palabras no salieron de su boca, y cuando su mente comenzó a divagar sobre ese momento en el cual Link lo había derrotado clavando la espada maestra en su pecho…
Su mente de forma inconsciente intentó recordar más, produciendo un terrible dolor de cabeza y por algún extraño motivo, una fuerte comezón en su mano derecha vendada.
— ¿Esta bien?—Preguntó Mel con temor ya que Link por un momento colocó una mueca de dolor.
—Si… Con respecto a tu pregunta… Prefiero no hablar de ello, lo siento. —Dijo el rubio finalmente, desilusionando a la niña. —De todos modos, también me gustaría saber un poco de ti, ¿a qué familia noble perteneces?
Silencio.
La peliazul no respondió, solo congelándose en su asiento y tragando saliva, Link se sorprendió ante esto, ¿acaso seria alguien muy importante?
— ¿Mel?—Preguntó de nuevo Link, con la esperanza de que respondiera.
— ¡Hola, Link!—Alesia expresó, colocando las manos en los hombros del rubio con una sonrisa, aunque él no podía verla ya que estaba conduciendo y de espaldas a ella. — ¿Cómo sigue tu extremidad?
Ante la interrupción de Alesia, Link pudo ver como Mel suspiró al ser salvada por la pelirroja de forma oportuna. Tal parecía que la peliazul era más de lo que decía ser.
De todas formas, no era algo que fuera a comentarlo con los otros miembros de su grupo, ya que no eran más que sospechas infundadas por su parte y si la propia Mel no lo había dicho significaba que intentaba deliberadamente esconder esa información.
Se sentía mal desconfiar de las personas, ya que él nunca había sido así, pero con todo lo que habían pasado desde que llegaron a Melromarc… Su mentalidad poco a poco cambiaba.
Si era para mejor o no, Link no lo sabía.
—Bien, Alesia. Ya no me duele. —Respondió el rubio a la pregunta de la chica.
—Es bueno estar al corriente, no pude ver la herida por mi cuenta, pero según ausculté de la enfermera y Naofumi, es muy desagradable. —Comentó ella con una risita nerviosa.
— ¿Es esa herida reciente?—Preguntó Mel con curiosidad.
—Si. —Fue la simple respuesta de Link. —Tuvimos algunas dificultades cuando luchamos contra un Dragon ayer mismo y… Mi mano salió herida.
Por supuesto, el no diría que su quemadura se la había hecho por tomar un cristal peligroso en sus manos mientras que la propia espada maestra lo calcinaba sin que el reaccionara.
Era un suceso extraño y misterioso, al que Link no le encontraba explicación pero al cual rogaba no volviera a pasar.
—Ya veo. No lo sabía, la había visto ayer, pero pensé que era una cicatriz que quería ocultar así que desistí de preguntar por ella. —Dijo Mel.
Link solo se encogió de hombros, sin saber qué respuesta podía darle para seguir con la conversación, si bien agradeció internamente cuando Mel se concentró más en Filo, olvidándose por completo de él.
No es que Link le desagradara la peliazul ni mucho menos, solo que no le gustaba compartir mucha información sobre él a menos que se tratara de personas de su entera confianza, como Raphtalia o Naofumi.
Podía decir que Mel no se veía como una mala persona, pero después de saber lo que había sucedido con Mein no se confiaría de ningún noble, al menos no a primeras, no obstante tampoco sería grosero.
La cortesía siempre por delante.
. . .
Cuando el sol empezó a ocultarse, el grupo se había detenido en el camino cerca de un claro de agua que conectaba con un rio, donde esta vez Naofumi se había ofrecido a cocinar para todos.
Link había estado conduciendo a Filo con lentitud, recordándose a sí mismo varias veces que ella había tenido una encarnizada lucha el día anterior, además y aunque no lo fuera admitir, le gustaban los bellos paisajes de Melromarc y quería verlos lo más posible.
Era sin duda más verde que Hyrule.
Y la mayor prueba se encontraba en el extenso bosque que se abría en el otro extremo del arroyo, sin contar por la hierba que le llegaba hasta los tobillos, eran cosas como esta las que le daban ganas de tirarse al suelo y dormir todo el día.
Pero no haría eso, ya que actualmente se encontraba viendo como Filo en forma humana intentaba atrapar un pez para acompañar la comida que estaba siendo preparada por Naofumi.
Raphtalia, Alesia y Mel solo remojaban sus pies en el claro mientras hablaban entre ellas sobre asuntos que no eran de la incumbencia de Link.
La rubia por su parte no tenía mucha suerte y estaba perdiendo la paciencia, estuvo a punto de atraparlo varias veces, pero su presa se resbalaba de sus mojadas manos.
— ¿Quieres que te ayude, Filo?—Pregunto él.
La susodicha se detuvo para mirarlo y asentir varias veces, cansada de intentar atrapar un pez escurridizo que no podía mantener en sus manos antes de soltarlo, por lo que cualquier ayuda era bien recibida.
Link al ver que Filo había aceptado, sacó su arco con lentitud, preparando una flecha y apuntando a su objetivo. Era curioso para él el hecho de que el pez aun rondara cerca de la rubia, siendo que debería haber huido desde hacía mucho.
Observó por momentos su patrón de movimiento, y cuando finalmente pudo entender el cómo se movía, Link disparó su flecha con el objetivo de atravesar al pez.
Y con precisión milimétrica la flecha se clavó en el pez, haciendo que Filo saltará por lo cerca que había terminado cerca de su pie.
— ¡Filo piensa que casi atraviesas su pie por accidente!—Reclamó la niña con el ceño fruncido, haciendo que Link riera de forma nerviosa.
—L-lo siento. —Se disculpó él.
Filo decidió aceptar sus disculpas, después de todo, Link nunca le haría daño a propósito, por lo que se dispuso a tomar al pez que el rubio había cazado para ella.
Lo que la niña nunca se esperó era que el pez aún se seguía moviendo, por lo que cuando lo tuvo entre sus brazos solo fue cuestión de segundos antes de que cayera de nuevo, sorprendiendo a ambos.
Silencio.
— ¡La comida de Filo! ¡Se la lleva el agua!—Exclamó ella con preocupación antes de empezar a correr.
Link la siguió por la orilla del arroyo, mientras seguía al pez muerto con una flecha clavada que se lo llevaba la corriente. Y cerca de ellos, Raphtalia, Alesia, Mel y Naofumi miraban la escena con diferentes expresiones.
Raphtalia y Mel dudaban de si ayudarlos o mirar lo que sucedía, ya que la escena para ellas había sido extraña a la par de cómica.
Naofumi y Alesia no se molestaban en ocultar las sonrisas divertidas que pasaban por sus caras y era obvio que no tenían intención alguna de ayudar.
Aunque, después de una pequeña persecución, Filo y Link fueron capaces de atrapar al pez que se les había escapado con sumo esfuerzo, finalmente llevándolo con Naofumi para que este empezará a prepararlo, quien se burlaba de ambos.
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Las horas habían pasado y ya era bien entrada la noche, la cena preparada por Naofumi había estado muy bien para todos, si bien este había comentado de forma burlona de que "no era un plato lo suficientemente refinado para Mel", a lo que ella se enojó.
Aunque habían corrido con la suerte de que ella no era una noble quisquillosa y terminó igualmente disfrutando la comida.
Gracias a Link habían desistido de seguir viajando, al menos hasta mañana por la mañana, si bien podían haber llegado si hubiera querido no quiso desperdiciar ni un momento el viaje…
Bueno, ese pensamiento era cuestionable e incierto, solo quería retrasar el ir a la capital lo más posible, había multitudes de personas y siempre, siempre pasaba algo fuera de lo común allí, como encontrarse con Gentle, con Mein o simplemente con la gente que los repudiaba, no era agradable en lo absoluto.
Todas las chicas se encontraban dormidas, Raphtalia, Alesia y Mel tenían mantas para cubrirse y Filo descansaba en su forma de ave mientras algunas plumas caían de ella.
Naofumi leía el grimorio que les dieron tiempo atrás con impaciencia frente a la fogata que habían hecho, ya había entendido que antes de aprender cualquier hechizo tenía que primero conocer su naturaleza de magia y sus afinidades elementales, pero nunca estaba de más leer para conocer.
Además, tenía que encontrar sobre esa magia que Erhard y posteriormente Alesia le habían hablado hace mucho; La Magia de refuerzo, que servía para endurecer cosas. El conservaba su vara, que podía usarse perfectamente como un arma, pero el problema radicaba en como ya está no funcionaba con los enemigos fuertes, viéndose obligado a dejarla a un lado.
Link se encontraba sentado al borde del arroyo, permitiendo que sus piernas se mojaran mientras que con un trapo húmedo que encontró entre sus cosas limpiaba la espada maestra y el escudo Hyliano de cualquier suciedad que pudieran haber contraído.
El Héroe del Crepúsculo aun no podía comprender porque la espada maestra lo había herido de esa forma cuando sostuvo el cristal del Dragon, pero para su fortuna no parecía que la espada lo dañará cuando la usaba, por lo que esa gema debió de haber provocado algún efecto que hizo que el arma sagrada le hiriera.
Aunque, esa quemadura horrible que tenía en su brazo cubierto era simplemente desagradable y tal como la enfermera le había dicho, no tenía pinta de curarse en un futuro.
Esa gema que tocó era malvada, tenía un efecto hipnótico que hizo que Link ignorará su propio dolor en pos de observar el infinito de esa joya, Naofumi la había absorbido, y esperaba que no tuviera efectos adversos en él. Y también esperaba que su cicatriz aparentemente incurable no causara nada malo.
Cuando terminó su trabajo, guardó sus armas y se levantó con lentitud, mirando de reojo a todas las chicas que dormían para cerciorarse de que estuvieran bien, y caminó hacia Naofumi, deteniéndose frente a él y llamando su atención cuando su sombra cubrió las llamas de la fogata con las que leía.
— ¿Sucede algo, Link?
—Naofumi, tengo una pregunta. ¿Qué sucedió con la gema que absorbiste del Dragon con el que luchamos ayer? ¿Obtuviste en un nuevo escudo por ella, no?—Preguntó Link.
Naofumi asintió, no tenía razones para negarlo y tenía tanto tiempo viajando con Link que a estas alturas no le sorprendía en lo absoluto que haya sabido esa información sin que él se la hubiera dicho.
—Sí, un escudo llamado "Escudo de la Ira", siendo franco aun no lo he probado. —Respondió cerrando su grimorio. —No había necesidad de usarlo ayer en la montaña ya que todo había terminado, así que pensé en practicar con el después.
—Entiendo. Si es así, ¿te gustaría probarlo ahora?—Preguntó cruzándose de brazos.
Era una petición salida de la nada, pero Link no era un tonto, todos los escudos que Naofumi había adquirido desde que iniciaron su viaje tenían algo que ver con los monstruos a los que había derrotado, cuando derrotaron al Cerbero de la mina de Riyute, el obtuvo el escudo de dos cabezas…
Y en esa línea de pensamientos, Link entendía algo muy claramente; La gema del Dragon era maligna y por sus deducciones debía de tener algún tipo de poder hipnótico o de control mental, y él no sabía con certeza si Naofumi tendría ese poder o seria dominado por él.
Quería comprobar que tipo de poder Naofumi adquiriría y si este no era sumamente peligroso para las personas que lo rodeaban, como Raphtalia o Filo, para él, era mejor cerciorarse en momentos como estos donde las demás estaban durmiendo.
Ashei lo mataría si lo dijera en voz alta, pero no quería arriesgar ni a Raphtalia, ni a Filo ni a las demás en algo que podía ser potencialmente peligroso, por lo que había esperado este momento.
Naofumi pareció pensativo, pero después de unos segundos se permitió asentir, a lo que Link le dio la mano que el pelinegro tomó con fuerza y de un solo jalón el rubio le ayudó a levantarse.
—Alejémonos de este lugar, no quiero hacerle daño a nadie por error. —Comentó Naofumi en voz baja, caminando para alejarse del campamento, atravesando el arroyo de agua y entrando al bosque con Link siguiéndole.
Tal parecía que el pelinegro compartía las mismas dudas que él, o al menos eso daba a entender, Naofumi era alguien inteligente, era obvio tener cautela después de lo que habían pasado el día anterior.
Caminaron por varios minutos hasta que finalmente entraron a un aérea relativamente abierta, si bien los arboles eran bastante grandes y sus espesas hojas cubrían el cielo nocturno, con solo algunos rayos de luz filtrándose, era lo suficiente para que pudieran distinguir cosas como a ellos mismos.
—Aquí estará bien. —Mencionó Link, deteniéndose.
—Si. ¿También piensas que podría ser peligroso, eh?—Preguntó el Héroe del Escudo con una sonrisa, a lo que el rubio asintió. —Es entendible, después de lo que te sucedió ayer, además, he estado ojeando el icono del escudo varias veces y es como si me generara una creciente ansiedad cada vez que lo veo allí.
— ¿Mm?
—Planeaba usarlo eventualmente de todos modos, tenía que asegurarme de que fuera seguro, no quería… Dañar a Raphtalia por error. —Comentó Naofumi, bajando su tono de voz en su última declaración. —No sé para que servirá, pero al menos estas aquí por si acaso algo sale mal.
Cuando Link asintió en apoyo, Naofumi sonrió con seguridad mientras que buscaba en su menú desplegable, su nivel era bajo comparado con el resto del grupo, 38, específicamente, y Link ya estaría llegando al 45, o eso intuía el pelinegro.
Cuando encontró el llamado Escudo de la Ira, suspiró en anticipación a lo que podría acontecer, pero con una expresión determinada lo activó sin dudar otro segundo…
Silencio.
En un abrir y cerrar de ojos, su escudo fue cambiado por uno el cual se veía desgastado, chamuscado y escamoso, sin duda algo que no se esperaba ninguno de los dos.
Link se quedó en silencio, mirando con expectación lo que sucedía. Naofumi miró su escudo con una expresión conflictiva, pero finalmente se encogió de hombros.
—Bueno, no siento…—Empezó Naofumi, pero se detuvo abruptamente antes de dar un paso hacia Link.
El rubio parpadeo, solo para darse cuenta de que los ojos del Héroe del Escudo habían cambiado de su natural tono verde a unos ojos inyectados en sangre que lo miraban fijamente…
Con un fuerte instinto asesino.
Silencio.
— ¿Naofumi?—Llamó Link.
El pelinegro no respondió, mientras que su escudo comenzaba a encenderse en llamas lentamente, iluminando el lugar. Link pudo apreciar mejor su cara, que ahora se encontraba completamente llena de marcas color rojo sangre, como si estuviera maldito… Y el rubio estaba seguro de que no estaba muy lejos de la realidad.
—Yo… —Naofumi comenzó con tono vacío, arrastrando las palabras, y a pesar de ello, podía notarse cierta rabia en su forma de hablar.
Pero sin embargo, dejó su frase a medias y sin terminar, saltando para atacar a Link de frente, quien se preparó inmediatamente para detenerlo, esquivando un golpe con el brazo en el cual no portaba su escudo.
El rubio contraataco con un fuerte derechazo que dio de lleno en su mejilla, haciéndolo retroceder mientras giraba por la fuerza del golpe.
— ¡Naofumi!—Volvió a llamar Link.
El Héroe del Escudo se detuvo por un momento, antes de colocar su arma al frente y lanzar una ráfaga de fuego en dirección a Link, quien sacó su propio escudo Hyliano para neutralizar las llamas en su dirección, ya que si las esquivaba impactarían con un árbol y comenzaría un incendio.
Su escudo se calentó, pero nada que Link no pudiera manejar, avanzó sin mucho problema a través del pequeño mar de llamas hasta llegar a Naofumi, donde con su mano vendada le propinó un fuerte golpe en su cara que lo hizo retroceder.
Y antes de que pudiera reaccionar un golpe de metal, producto del escudo de Link volvió a golpearlo, seguido de otro, y otro, y otro, sin dejar que el pelinegro se recuperará de ningún ataque.
— ¡Ya, ya estoy bien, ya estoy bien!—Gritó Naofumi haciendo que Link detuviera su puño izquierdo justo en frente de su cara para atacarlo de nuevo.
Efectivamente, las llamas habían desaparecido y sus ojos recuperaron el color verde habitual, aunque su cara se veía que estaba herida y sangraba ligeramente de la boca, el rubio no había ocasionado gran daño, lo que era prueba de la defensa inhumana del Héroe del Escudo.
Naofumi se lanzó al suelo, mientras Link guardaba su escudo con un suspiro.
— ¿Debo asumir que perdiste el control, no?—Preguntó Link de forma retórica haciendo que Naofumi le mirara. — ¿Qué te sucedió exactamente?
El Héroe del Escudo aun acostado en el suelo, paso una mano por su cara para limpiarse el hilo de sangre de su boca, sentándose posteriormente para comenzar a relatar.
—No sé cómo decirlo, cuando activé el escudo no sucedió nada, pero, luego comencé a ver cosas, alucinaciones, me sentía muy enojado. —Explicó Naofumi colocando una mano en su cabeza para rascar su cabello. —Seré franco, sabía que eras tú al quien estaba atacando, pero me estaba tan, pero tan furioso que solo quería relajarme atacándote.
Link colocó una expresión en blanco ante esto.
—De todas maneras, ¿eso implica que puedes mantener el control de ese escudo? ¿Lo desactivaste tú mismo?—Siguió Link con sus preguntas, quería tener toda la información posible para siempre estar preparado por si ocurría algo en el futuro.
—Puedo mantener el control hasta cierto punto, o eso creo yo. Ya que cuando te ataqué con las llamas, use la mínima cantidad para no provocar un incendio.
Link asintió, eso era cierto, si hubiera lanzado una gran ráfaga de fuego, el habría resultado mucho más herido.
—Y si, desactivé por mí mismo el Escudo de la Ira, aunque no fue tan fácil, ya que era como una puerta frente a mí, pero el obstáculo era mi enojo creciente. —Dijo Naofumi, levantándose con lentitud del suelo. —Vi algunas cosas que me enojaron, cosas que pasaron antes y cosas que no han sucedido pero podrían suceder.
— ¿Cosas como que?
—Lo siento, Link, pero no quiero ni pensar en ello. —Cortó Naofumi con una mueca afligida, lo que sea que haya visto para decirlo en ese tono debía de haber sido algo muy serio.
Pero, no era información relevante y por lo que aunque Link tuviera curiosidad, podía pasarlo por alto.
— ¿Cómo te sientes?
—Bien, bien. —Respondió el pelinegro asintiendo y estirándose, pero luego tomó su cara con enojo. — ¡Pero no tenías por qué golpearme de esa forma, idiota!
—Sabía que eso no te haría daño. —Expresó Link con una sonrisa divertida, de vez en cuando a él también le gustaba molestar.
— ¡Puede ser, pero aun así seguías golpeándome!—Reclamó Naofumi con el ceño fruncido, Link le restó importancia con un gesto de la mano y se dio la vuelta para caminar hacia donde las chicas dormían.
—Un sabio dijo en mi mundo que si el dialogo no funciona la violencia es la solución. —Comentó el rubio caminando a través del bosque con Naofumi siguiéndolo, obviamente lo que mencionaba Link era mentira, no era tan estudioso como para leer en la biblioteca.
O al menos no lo fue en los momentos en los cuales su memoria no estaba borrosa.
— ¡Ni siquiera usaste el dialogó! Simplemente me llamaste por mi nombre varias veces.
—Que no haya atacado a la primera y te haya llamado suena como dialogó para mí. —Rebatió el rubio, llegando finalmente al campamento, mojando sus botas de nuevo al pasar por el claro de agua.
Pero… Se detuvo abruptamente.
Cuando Naofumi lo alcanzó y miró la escena, también se quedó en silencio, pero a diferencia de Link, sus ojos estaban muy abiertos, retrocediendo un par de pasos, mientras que el rubio por su parte pasaba una mano por su cabello.
—Oh, maldición, tenía que pasar. —Murmuró Naofumi con incredulidad.
—. . .
Sus reacciones eran lógicas, después de todo cuando ellos se habían ido todas se encontraban durmiendo plácidamente, pero cuando regresó la escena era casi igual, sino fuera por el simple hecho de que…
Mel no estaba…
—Desapareció la noble. —Dijo Naofumi con un tono temeroso cuando no encontró a Mel con una vista rápida.
Link y Naofumi no tardaron en encontrar que la ropa de Mel estaba tirada justo al lado de donde Filo dormía, mientras que la manta que usaban estaba desarenada, el pelinegro tragó saliva mientras caminaba en dirección a Raphtalia para despertarla…
Por otro lado, el Héroe del Crepúsculo miró a Filo con decepción, preocupación y enojo, su conclusión era clara, aunque no quería creérselo:
¿Filo se habría comido a Mel?
— ¿E-eh? ¿Qué sucede?—Una somnolienta Raphtalia comentó cuando Naofumi la despertó con lentitud moviendo sus hombros, Link en ningún momento volteó a verla.
Y cuando Naofumi le contó sobre la situación, el color había desaparecido de la cara de Raphtalia, levantándose inmediatamente y corriendo hasta quedar cerca de Filo con Naofumi uniéndose poco después.
— ¿Para que la despertaste?—Preguntó Link sin emociones, aun asimilando los hechos implícitos.
—Porque vamos a huir de este país.
— ¡N-Naofumi!—Regañó Raphtalia.
— ¿Qué? ¿Acaso quieres que nos entreguemos a una cárcel diciendo que se comió a una noble?
— ¿Tienes idea de un país cercano?—Preguntó Link mirando al pelinegro, haciendo que la cola de Raphtalia se erizara.
— ¡Link, no puedes apoyarlo!
—Desgraciadamente no tengo idea que países limitan con este, pero habrá que conseguir un mapa. —Expresó Naofumi. — ¡Raphtalia, tu vendrás con nosotros, y si te niegas, te convertiré en esclava de nuevo y te llevaré a la fuerza!
Mientras Raphtalia y Naofumi iniciaron una discusión sobre moralidad, Filo abrió lentamente sus ojos, mirando directamente a un decepcionado Link frente a ella, el cual negaba con la cabeza.
— ¿Papa? ¿Necesitas algo de Filo?—Preguntó ella parpadeando varias veces para deshacerse de su sueño.
—Filo, ¿Por qué te comiste a Mel?
— ¿Comerme? Filo piensa que Mel se ve rica, pero Filo no se comería a una amiga de Filo, ¡Filo nunca lo haría!—Exclamó ella con decisión, que hizo que Link enarcara una ceja.
Naofumi y Raphtalia dejaron su discusión acercándose hacia la niña en forma de ave en busca de respuestas.
—Si no te comiste a Mel, ¿Dónde está ella?—Preguntó Raphtalia con el ceño fruncido.
— ¿Mel? ¡Ella está entre las alas de Filo!—Respondió con ánimo, antes de mover su ala izquierda. — ¡Mel, Mel, te llaman!
Algunas plumas del ala de Filo comenzaron a caer, moviéndose de formas extrañas hasta que una cabellera azul salió de ellas, no era nada más ni nada menos que la pequeña noble, quien tenía los ojos cerrados pero una de sus cejas enarcadas.
— ¿Qué quieren~?—Preguntó al borde de caer rendida de nuevo.
— ¿Qué se supone que haces allí?—Dijo Link sobándose el puente de la nariz.
—Las plumas de Filo son suaves y cómodas. —Respondió con simpleza abriendo un ojo. —Me levanté porque no los veía a ninguno, entonces iba a levantar a Filo, pero toqué sus plumas y cuando me di cuenta me volví a dormir.
Silencio.
Los dos héroes y Raphtalia quedaron con una expresión en blanco, si ese era el grado de precaución de Mel cuando alguien desaparecía sin decir nada no les extrañaba en lo absoluto que se hubiera separado de sus guardias.
— ¿Desaparecido? ¿Dónde estaban?—Preguntó Raphtalia sorprendida a ambos.
—Fuimos a comprobar unas cosas, nada importante. —Contestó Link encogiéndose de hombros antes de volver la vista a Mel. —Si eso es cierto, ¿Por qué se supone que estas desnuda? Antes tenías tu ropa puesta.
Silencio.
—Porque… Tal vez haya ignorado deliberadamente que ustedes habían desaparecido y me desnudara para dormir en las plumas de Filo. —Admitió sin una pizca de culpa la noble, haciendo que los demás colocaron una expresión en blanco.
Cuando Mel se volvió a dormir al igual que Filo, el héroe del crepúsculo sabía que era bueno momento para descansar, así que decidió darles las buenas noches a Naofumi y Raphtalia se lanzó a la hierba, no era quisquilloso y podía —Y prefería— dormir sin una manta.
Después de todo, él se crio en una aldea ganadera donde estaba siempre en contacto con la naturaleza y en sus aventuras por Hyrule muy rara vez era la ocasión que podía dormir en una cama.
Siempre era bueno recuperar los viejos hábitos.
. . .
Después de un necesario sueño reparador, el grupo había despertado y luego de una rápida comida —Esta vez, cortesía de Link—, siguieron su camino, esta vez Naofumi es quien condujo, por lo que a la velocidad promedio de Filo pudieron llegar a la capital en solo un par de horas.
Cuando estuvieron cerca de la puerta, todos bajaron del carro, mientras Link y Raphtalia se encargaban de dejarlo en un lugar seguro, ya que Filo solía caminar en forma humana en la ciudad y no podían hacerla cargar con el cuándo estuvieran adentro…
Y ninguno de ellos tenía la fuerza física suficiente para cargarlo por mucho tiempo.
Después de guardar el carro, el grupo había dejado a Mel después de la puerta de la capital, los guardias miraban de forma extraña al grupo pero saludaban a la noble con respeto.
La peliazul giró hacia ellos con una expresión firme y elegante, sus facciones de noble habían vuelto de nuevo.
—Muchas gracias por traerme a la capital, héroes. —Dijo Mel con una ligera reverencia.
—No hay de qué. —Link dijo restándole importancia con un gesto de la mano.
—Aunque el viaje fue corto, he podido ver que son unas muy buenas personas. No son para nada como dicen los rumores. —Siguió la peliazul, mientras sacaba la paga acordada y se la daba a Naofumi.
—Nos alegra saber que nos consideras buenas personas. —Dijo Raphtalia con una sonrisa. —Nosotros también pensamos que eres una buena persona, en especial considerando como los nobles nos han tratado
—Sí, pensaba que todos eran basura, sin excepción. Veo que me equivocaba. —Dijo Naofumi, haciendo que Mel frunciera el ceño, pero no intentara rebatirlo para no iniciar una discusión innecesaria.
—De todas formas, tengo que reunirme con mi familia y atender unos asuntos urgentes. Sin embargo, me gustaría reunirme con ustedes más tarde si no es molesta, ¿estarán por aquí?
Naofumi miró a Raphtalia, y Raphtalia miró a Link quien solo se encogió de hombros, Alesia por su parte solo pasaba una mirada por todo el grupo mientras que Filo fruncía el ceño ligeramente.
—Filo piensa que la excluyen de la conversación.
—Y algo me dice que así es, y a mí también. De seguro desconocen que estoy aquí. —Dijo Alesia con un suspiro.
—Teníamos planeado ir a Riyute, en realidad. Pero si nos necesitas supongo que podemos quedarnos, al menos hasta más tarde. —Habló Link, ignorando a la pelirroja y cruzándose de brazos, haciendo que la niña noble sonriera complacida.
—Es bueno escucharlo. —Dijo Mel asintiendo, antes de despedirse con un gesto de la mano. —Si me disculpan, tengo que irme, ya nos veremos más tarde.
El grupo correspondió al saludo, mientras la niña se iba en solitario y se perdía entre las calles, al parecer era alguien importante si la mayoría de los ciudadanos saludándola significaba algo.
Link estuvo tentado a preguntar si era seguro que la dejaran ir así como así, ya que siendo una noble y estando sola por las calles podía ser abordada por cualquiera que quisiera hacerle daño, aunque desistió de la idea. Estaban a plena luz del día y que algo como eso pasara era cuanto menos, poco probable.
Al igual que Mel, el grupo siguió su camino, algunos miembros charlaban animadamente como Alesia y Raphtalia, mientras que Filo y Naofumi peleaban porque la niña reclamaba más comida que la que le daban, que de por si era demasiada.
De hecho, era correcto asumir que Filo comía más que Link, Naofumi y Raphtalia juntos por lo que no se inmiscuyó a ayudar a la rubia, por más que ella le implorará con la mirada.
Siguieron caminado, al menos hasta que Filo dejó de protestar cuando fue cargada de improvisto, dando un pequeño grito gracias a la sorpresa y llamando la atención del grupo.
— ¡Filo, tan bella como siempre! ¡Ven, déjame abrazarte y darte cariño que mereces!—Exclamaba un hombre de cabello verde.
Tanto Link como Naofumi colocaron una mueca al ver que no era otro más que Motoyasu, el Héroe de la Lanza, quien cargaba a la rubia y la abrazaba como si fuera una muñeca.
Sobraba decir que la niña intentaba soltarse por todos los medios, aún sin identificar quien la estaba apretujando, afortunadamente para ella, Link golpeó la cara del peliverde con su escudo, haciendo que retrocediera y colocando a Filo en sus hombros cuando el Héroe de la Lanza la soltó.
— ¿¡Y eso porque!?—Preguntó Motoyasu sobándose su mejilla dolorida mientras miraba a Link con enojo.
Y el rubio no pudo responder, cuando otro golpe impactó contra la cara de Motoyasu, haciéndolo retroceder de nuevo;
El ataque vino nada más y nada menos que de Beruka, de quien nadie se había dado cuenta ahora que estaba allí al ser de las personas que mantenía un perfil bajo.
— ¿¡Porque me golpeas!?—Reclamó Motoyasu, esta vez mirando a la peliblanca con enojo.
—Solo impido que te arresten… —Respondió ella con inexpresividad haciendo que los demás suspiraran.
Silencio.
.
.
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—Hola, Motoyasu. —Saludó Raphtalia, siendo la única que se había molestado en seguir las normas básicas de cortesía y a sabiendas de que una posible conversación sobre la forma cuestionable de actuar de Motoyasu no llevaría a nada, preguntó. — ¿Cómo has estado?
El Héroe de la Lanza desvió su atención de Beruka para centrarla en Raphtalia, ignorando por completo los dos golpes anteriores y dedicándole una sincera sonrisa antes de cruzarse de brazos para responderle.
— ¡Bien, bien! Después de su ayuda haya en Lerno las cosas han ido a mejores, si bien aún no hay fuente de comida estable, hemos estado solucionando ese problema poco a poco. —Explicó el mantenido su sonrisa, aunque luego colocó una expresión de agradecimiento sincera. —Gracias por eso de nuevo, chicos.
—No hay de que, solo cumplíamos un encargo. —Restó importancia Naofumi.
—De todas formas, ¿Qué hacen por aquí?—Preguntó Motoyasu, mientras miraba con curiosidad el cómo Filo y Alesia agitaban a Beruka intentando hacerla conversar —O sacarla de quicio—, sin éxito.
Naofumi ante su pregunta se encogió de hombros, pero fue Raphtalia quien respondió.
—En realidad, una noble nos pidió que la trajéramos a la capital. Por eso nos encontramos aquí. —Respondió la semi-humana con una expresión pensativa. —Nos quedaremos hasta más tarde.
—Ya veo. —Asintió Motoyasu, antes de colocar una pose heroica. — ¡Yo estoy aquí en mi épica cruzada para conseguir más mujeres para mi grupo!
Silencio.
.
.
.
—Por las diosas… —Link comenzó con una mueca incrédula, pasándose la mano por la cara.
—Que desagradable. —Siguió Raphtalia con una expresión asqueada, abrazándose a sí misma y sorprendiendo a Motoyasu.
—Y lo peor, es que lo dice orgulloso y todo. —Terminó Naofumi negando con la cabeza, haciendo que el Héroe de la Lanza frunciera el ceño.
— ¡Oye! ¿Qué hay de malo, eh? ¡Sin contar a Link, todos los miembros de tu grupo son mujeres! ¿Por qué yo no puedo tener mi hare-, digo, mi grupo lleno de chicas?—Cuestionó el peliverde con los brazos cruzados.
—Porque el grupo de ellos funciona muy bien y se han unido para combatir las olas, tu estas reclutando mujeres para luchar además de otros objetivos cuestionables. —Para sorpresa, fue Beruka quien comentó, mantenido en todo momento su expresión sin ninguna emoción visible.
— ¿Objetivos cuestionables? ¡Si alguien escucha eso y lo saca de contexto se harían ideas realmente extrañas sobre mí!—Regañó Motoyasu con un ligero atisbo de vergüenza.
—Con tu forma de actuar me esperó cualquier cosa. —Dijo Naofumi con lentitud.
Motoyasu suspiró, sin tener nada que argumentar en contra de los que lo acusaban, si, era cierto, el solo quería reclutar chicas para que lucharan junto a él en las olas, y que si llegaban a quedar inconscientes el ser el príncipe con capa y lanza que las rescatara con una sonrisa.
Después de todo, el no había aceptado ser un héroe porque quería salvar gente, aunque sonase mal, el había aceptado por varias razones; 1, no podía volver hasta cumplir con su objetivo, 2, ser aventurero era un modo de ganar mucho dinero y 3, también era un método efectivo de hacer que chicas lindas se enamoraran de él.
Si bien luego cambió su forma de pensar y ahora ayudar a las personas era una de sus prioridades, no fue así en principio y los puntos anteriores aún seguían vigentes, solo que ahora ayudar a otros era la primera cosa en su lista.
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—Vaya, vaya. Miren quienes están por aquí. —El grupo oyó una voz femenina muy conocida para todos.
Todos giraron para ver a la única persona con las cuales no se querían topar…
Mein.
Naofumi maldijo inmediatamente ante la presencia de la chica, sabiendo que su suerte era terrible.
—En fin, ¿Qué tal esta tu brazo, Link? Se ve mal… —Preguntó Motoyasu, ignorando por completo a la nueva pelirroja.
— ¿Eh? O-oh, está bien. No me duele nada. —Respondió el rubio mirando su brazo derecho, con sus vendas puestas y sabiendo que debería cambiarlas después.
—Siendo sincero, tienes que decirme como terminó así, para tener la mayor parte cubierta debe ser algo terrible. —El peliverde mencionó con una mueca dolorosa al imaginarse la herida del Héroe del Crepúsculo.
—Es una larga historia, ¿Quieres que te la cuente?—Propuso Naofumi.
¡BOOM!
Varios gritos fueron escuchados cuando los civiles comenzaron a correr para intentar alejarse de la pequeña explosión que había sucedido en ese mismo instante.
Mein, con la mano extendida y la magia brotando de ella miró al grupo con enojo al ser ignorada por todos de manera tan obvia.
Era la princesa y no permitiría ninguna falta de respeto hacia su persona.
Los habitantes solo miraban, algunos asustados, otros disgustados, sin embargo ninguno decía nada, ya que oponerse a la segunda princesa tenía sus consecuencias, ni siquiera los dueños de los puestos de venta en los rincones protestaban en lo absoluto.
Link pudo sentir y ver como Alesia pasó a su lado, corriendo y perdiéndose en un callejón, no sabía porque había huido, pero al parecer por su forma de correr, parecía ser algo importante.
Era extraño, pero ya tendría tiempo para preguntarle después.
— ¡Oye! ¿Qué te pasa?—Preguntó el Héroe del Escudo con enojo ante la repentina explosión, eso lo había tomado por sorpresa. — ¡No puedes ir por allí estallando tu propia ciudad!
—No te basta con solo abusar de mi… ¿Quién te crees que eres para ignorarme?—Cuestionó Mein con tono altivo. —Eres una escoria.
—Cierto, soy una escoria. ¡No tengo el derecho de hablar contigo, por eso te estaba ignorando!—Expresó Naofumi con una sonrisa de burla, oh demonios, como disfrutaba el molestar a personas que se merecían eso y más.
Y las burlas tuvieron el efecto deseado, ya que Melty apretó los dientes con fuerza, su ira era palpable para todos, pero solo levantó una mano, y de entre la multitud, cinco chicas caminaron hasta estar a su lado.
—No me gustan tus bromas… —Masculló la pelirroja con odio. —Te enseñaremos una lección, demonio del escudo…
— ¡Amigo, mira a esas chicas, por dios!—Motoyasu gritó con una gran sonrisa de oreja a oreja.
Silencio.
Era obvio la reacción de Motoyasu al ver a las cinco mujeres quienes estaban al lado de Mein, sobraba decir que todas eran hermosas y algunas incluso rieron nerviosamente cuando el peliverde las miraba de forma acechante.
— ¡No es momento para eso!—Regañó Raphtalia con el ceño fruncido mientras miraba al peliverde.
—Filo piensa que el héroe de la lanza es muy desagradable.
— ¿¡Quienes son esas hermosas mujeres a las que tengo la fortuna de ver!?—Preguntó Motoyasu con una sonrisa tonta, su pregunta aunque correcta fue formulada por las razones equivocadas.
Mein rio de medio lado, cruzándose de brazos con aires de superioridad.
—Ellas son mi nuevo grupo. Al igual que el Héroe del Crepúsculo, ahora ostento un título honorario basado en mi voluntad de proteger a mi reino. —Explicó la pelirroja con seriedad. —Estas chicas a mi lado son las magas más capaces de estas tierras, cada una especializada en una rama diferente…
La pelirroja alzó la mano de forma dramática.
— ¡Mi nombre es Mein, la Heroína de Melromarc!
Silencio.
.
.
.
Naofumi miró a la pelirroja con expresión indiferente, antes de taparse la boca para intentar contener una risa que luchaba por escapar, Raphtalia bajó la cabeza con vergüenza mientras Link miraba hacia otro lado con incomodidad.
—Filo piensa que ese nombre es horrible, y Filo no entiende como ella pudo decir eso con una cara seria. —La rubia comentó con una mueca disgustada.
— ¡Mocosa del demonio!—Gruñó Mein apretando los puños.
— ¿Y bien? ¿Interrumpiste nuestra conversación aquí para presentarte a tu grupo y tu sensacional título?—Curioseó Naofumi con el ceño fruncido.
Mein cerró los ojos, mientras inhalaba, al parecer era muy propensa a sucumbir a la ira, pero buscó entre sus pertenencias para sacar un pergamino, Link gimió con desprecio ante esto, sabiendo perfectamente que es lo que venía.
— ¡Yo, Mein, retó oficialmente al grupo del Héroe del Escudo, Crepúsculo y Lanza a una batalla en este lugar!
— ¡Nos negamos!—Respondió rápidamente Link alzando una mano.
Silencio.
Sobraba decir el hecho de que, Mein tenía una cara de pura sorpresa, sin esperarse una respuesta como esa.
— ¿E-eh?
—Exacto. ¿En serio creías que pelearíamos aquí?—Expresó Raphtalia disgustada, mirando a los civiles a su alrededor quienes miraban la escena. — ¡Hay personas inocentes aquí!
—Además, te enfrentaras a 3 grupos de héroes, es obvio que te vamos a masacrar. No hay necesidad de perder el tiempo. —Dijo Naofumi encogiéndose de hombros.
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Por los rasgos de Mein era muy obvio intuir que se encontraba furiosa, de hecho, las venas eran visibles en su cara, empañando su rostro. Naofumi hacia mucho que había superado lo que ella le había hecho, desde Riyute, donde se dio cuenta de que algunas personas creían en él.
Por lo que sabía que no estaba solo, tenía aliados y lo que Mein le había hecho era solo una mancha que borró y de la que se vengaría, como en estas situaciones donde la sacaba de quicio a propósito por que se merecía eso y más.
Para Link, Mein era predecible, sumamente predecible en su forma de actuar, y por ello no estaba de acuerdo en lo que Naofumi estaba haciendo, aunque no lo detenía porque la pelirroja se lo había ganado, pero sabía lo que venía ahora.
— ¡Acaben con ellos!
Él estaba en lo correcto, como sospechaba.
Las cinco chicas saltaron hacia ellos, con diferentes hechizos preparados para atacarlos, Naofumi apretó los dientes con sorpresa mientras usaba su escudo para cubrirse de un posible ataque.
Motoyasu por su parte fue sumamente sorprendido, pero con una sonrisa tonta en su cara al poder ver a cinco chicas hermosas que le miraba con una expresión desagradable.
Raphtalia se había puesto al lado de Naofumi, sacando la espada que Link le había obsequiado, lista para combatir por el pelinegro.
Link alzó la voz para indicarle a todos los civiles cercanos que se alejarán por su seguridad, no podía entender como Mein desataría una lucha frente a su propia gente sin miramientos, pero el rubio no permitiría eso.
Contrario a lo que había pedido, muy pocos fueron las personas que huyeron a resguardarse de la pelea que había comenzado, pero sabía que tenía que luchar y no quedarse a margen, ya que si no irían a por él y eso sería un gran problema porque estaba rodeado de civiles.
Corrió hacia el combate, analizando rápidamente la situación, ya que el campo de batalla estaba completo, las cinco chicas de Mein habían tomado cada una a un miembro de su grupo y del de Motoyasu, por lo que podía ir a socorrer a cualquiera de sus compañeros sin problemas y asegurar la victoria.
Pero Link no haría eso.
Si las cinco chicas estaban ocupadas con los suyos, entonces Link iría hacia el corazón del enemigo; Su líder, quien se encontraba mirando con una sonrisa la lucha, cuando el rubio corrió en su dirección, sacando su espada maestra en el camino, la expresión de la pelirroja mostro la sorpresa y un ligero atisbo de miedo.
Una bola de fuego cortesía de Mein intentó bloquear su camino hacia ella, pero fue exitosamente detenida por su confiable escudo Hyliano, mientras más avanzaba hasta ella.
— ¡Serás!—Exclamó Mein antes de intentar apuñarle con un daga que había guardado cerca de su cintura, el movimiento fue inesperado para el rubio, por lo que esquivó moviéndose a un lado con torpeza.
No perdió el tiempo para sujetar la mano donde Mein tenía su arma, inmovilizándola inmediatamente, era imposible para una princesa mimada competir en fuerza contra un guerrero curtido, pero aun así ella lo intentó de forma terca.
Entendiendo rápidamente que Link no soltaría su mano, ella extendió con suma rapidez la otra hacia la cara del rubio, en un abrir y cerrar de ojos recitó un conjuro y otra bola de fuego empezó a formarse en toda la cara de Link.
Actuando de forma veloz, el héroe del crepúsculo soltó su mano, dando un paso hacia atrás y girando sobre sí mismo para darle un puntapié en el costado a Mein, haciendo que fuera arrastrada hacia un lado y su hechizo saliera disparado hacia arriba cuando movió su mano involuntariamente.
Para Link era necesario no hacer mucho daño a Mein, ya que eso les ocasionaría serios problemas a todos, por lo que él solo intentaba mantenerla a raya e inmovilizarla, aunque no desaprovecharía una buena oportunidad para atacarla, siempre y cuando no causará un daño grave.
Ya que era probable que dijera que "Los héroes la habían asaltado", ya se lo veía venir.
La pelirroja frunció las cejas con ira, preparando otra bola de fuego, estaba a una distancia relativamente segura de Link, por lo que podía disparar cuando el intentará acercarse.
— ¿¡Atacando a civiles inocentes, héroe del crepúsculo!? ¡Eres un monstruo!—Exclamó Mein, tomándose de su costilla dolorida por la patada el rubio, pero la mano que preparaba su hechizo aún se encontraba extendida.
Link no entendía a lo que ella quería referirse, aunque solo cuestión de un segundo que lo hiciera…
Cuando Mein giró su mano y apuntó a varios civiles curiosos que aún se encontraban allí, el Héroe del Crepúsculo abrió los ojos con sorpresa y miedo… ¿Acaso ella estaba planeando-?
No tuvo tiempo para pensar cuando una potente bola de fuego salió disparada en dirección a las personas inocentes. Link no lo pensó dos veces e intento detenerla inútilmente estirando su mano, pero se encontraba muy lejos para hacer algo siquiera.
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.
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— ¡Escudo de Aire!
Para fortuna del rubio, Naofumi había salvado a los civiles en el último segundo con su habilidad, aunque no duró mucho tiempo antes de que se desvaneciera, ya que el pelinegro fue víctima de una patada en su torso producto de su enemiga.
El corazón de Link se sentía muy ansioso, pero se sintió ligeramente más tranquilo cuando los civiles que estuvieron a punto de ser carbonizados corrieron…
Y solo segundos después, era el rubio quien se encontraba enojado hasta los huesos.
Link siempre lo había repetido, y a estas alturas la mayoría debería de saberlo, odiaba que se involucrara a terceros, más si no tenían nada que ver con esto. Se encontró a si mismo apretando los dientes con fuerza y regalando una expresión completamente enojada.
Incluso Mein retrocedió ante él.
El Héroe del Crepúsculo estaba furioso, pero él no perdía el control, no importa lo que Mein mereciera, el no podía hacerle daño severo. Pero nada le impedía dejarla inconsciente, ella era todo un peligro para cualquiera que estuviera a su alrededor.
— ¡Deténganse!
Link se detuvo antes de siquiera empezar a correr, cuando giró su cabeza en dirección a la voz, allí se encontraba nada más ni nada menos que Mel, quien venía acompañada de Alesia, al parecer cuando esta había ido en su búsqueda, algo inteligente aunque inútil, ya que después de todo, Mein era una princesa.
— ¡No autorizo que ninguno de ustedes peleen!—Exclamó la peliazul con el ceño fruncido, e inmediatamente después muchos de los civiles e incluso algunos de los guardias presentes se arrodillaron ante su presencia.
La conclusión era obvia para Link, especialmente porque había sospechado de la identidad de Mel desde que empezaron a viajar.
— ¿¡Que se supone que haces aquí!?—Preguntó Mein.
—Cuanto tiempo, hermana. —Dijo Mel, sin responder a la pregunta de la pelirroja. —He visto tu actuación hace un momento, atacar personas no involucradas en tus asuntos es grave. Espero entiendas que tendré que informárselo a nuestra madre.
Mein frunció apretó los dientes, mientras contenía su ira, Link alternaba la mirada entre una y otra, sin inmiscuirse en la conversación a pesar de que tuviera varias cosas que decirle a la pelirroja.
—Retírate. —Ordenó Mel a su hermana, y al contrario de lo que el rubio pensaba, ella llamó a los miembros de su equipo y se alejó sin decir palabra.
La peliazul aprovechó ese momento para caminar hacia las personas que habían sido atacadas por su hermana para disculparse en su nombre, sobradaba decir que Naofumi y Raphtalia estaban muy descolocados por el rumbo de los acontecimientos.
— ¿Mel es la hermana de Mein?—Preguntaron ambos a Link, quien solo se encogió de hombros en respuesta.
—Así parece.
— ¿Ustedes viajaban con la reina?—Esta vez fue el turno de Motoyasu de preguntar.
—Así parece. —Repitió Link de nuevo.
No tuvieron que esperar mucho, ya que Mel voluntariamente se acercó a ellos, inclinándose ligeramente para mirarlos con decisión.
—Se supone que los vería más tarde, pero adelantemos nuestra reunión, por favor. —Dijo con una mirada indiferente, propia de una noble. —Tengo que hablar con el grupo del Héroe del Escudo y Crepúsculo, si no es problema.
Raphtalia y Naofumi se miraron, a lo que la chica asintió y el pelinegro se encogió de hombros, este último inseguro de confiar debido a las revelaciones recientes. Motoyasu por su parte sabía que este no era asunto suyo, por lo que tenía que irse, pero antes…
— ¡Oh, pero que niña tan hermosa! Dime, ¿Cómo te llamas? ¡Mi nombre es Motoyasu, soy el Héroe de la Lanza!—Se presentó el peliverde con una gran sonrisa, tomando una de las manos de ella, tomándola por sorpresa.
—E-eh…
Motoyasu soltó su mano cuando un fuerte golpe en su cabeza lo obligó a hacerlo, Beruka lo había golpeado y ahora tomaba de su cola de caballo, mientras levantaba una mano en saludo y comenzaba a caminar para alejarse de los demás, arrastrando al Héroe de la Lanza.
— ¡Oye, oye, suéltame, mi cabello, me duele, ah!
Mel miraba toda la escena sorprendida, sin saber exactamente qué es lo que había sucedido, pero negó con la cabeza, ya preguntaría después, ahora tenía objetivos más importantes.
—Héroes, ¿podríamos hablar en algún lugar privado?
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Link la miró, buscando algún indicio de mentira en su rostro, ahora que sabía que era la hermana de Mein tenía una predisposición negativa hacia ella, pero él era sensato y sabía que no perdía nada por escuchar lo que tenía que decir.
Así que cuando ella le mantuvo la mirada suspiró y le hizo un gesto con la cabeza.
—Síguenos. —Dijo Link antes de darse la vuelta y comenzar a caminar.
Si iban a hablar en privado con ella, irían al único lugar donde podían estar en total privacidad y sin temor a que nadie los vigilara.
Obviamente, se refería a la tienda de Erhard.
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—Recuérdenme… ¿Por qué se supone que estas aquí con la Princesa?—Preguntó Erhard con cansancio.
—Porque usted es la única persona confiable que conocemos en este lugar, permítanos hablar aquí, por favor. —Raphtalia pidió con cortesía, haciendo que el calvo suspirará, pero asintiera.
—Está bien. —Dijo finalmente, girando su cabeza para ver a Alesia, sorprendiéndose cuando se dio cuenta de quién era, y la pelirroja intentando ocultar su cara del hombre. — ¿Tu acaso no eres la hija de—?
Erhard se detuvo a media frase, por petición de Alesia, quien con rapidez negó visiblemente con la cabeza, haciendo que el calvo suspirará con impaciencia ante su petición.
—Por favor, no hables de mi familia. —Dijo la pelirroja rascándose la cabeza con nerviosismo. —No es algo de lo que me guste hablar…
— ¿Qué? O-oh, entiendo. No es algo de lo que debas hablar. —Declaró Erhard con una sonrisa torpe y poco convincente. —De todas formas, espero que tu madre este bien…
—Si. Yo también lo espero… —Alesia asintió, tensa.
Link solo alzó una ceja ante la conversación, siendo sincero no había preguntado nunca por el pasado de Alesia, y viendo como esta actuó momentos antes debería ser un tema delicado para ella.
No estaba seguro de si era algo que podía preguntar, pero lo haría más adelante si surgiera la oportunidad.
Mientras, Mel por su parte solo miraba la anterior conversación con nerviosismo, Naofumi, quien se encontraba al lado de Filo también escuchaba, pero nunca jamás apartó ni un segundo la vista de la peliazul, ya que después de todo, ella le había mentido desde el principio.
La niña se aclaró la garganta, borrando cualquier rastro de nerviosismo en su rostro, para mirar con firmeza propia de un noble hacia Naofumi.
—Permítame presentarme de nuevo. —Comenzó ella con tono serio mientras colocaba una mano en su pecho. —Mi nombre es Melty Melromarc, primera princesa del reino y futura reina.
Naofumi, Link y Raphtalia abrieron los ojos sorprendidos. Si, ya por la pelea anterior sabían que ella era alguien de poder y una princesa, mas sin embargo el que declarará que era la futura heredera y no Mein le conferían una dimensión completamente diferente a sus palabras.
Alesia y Erhard por su parte ya tenían conocimiento de esa información de antemano, y a Filo no le interesaba eso en lo absoluto, ya que ella era una Reina Filolial, así que a sus ojos ella también era de la realeza, aunque no entendiera del todo lo que significaba.
—Lamento no haberles dicho que era una princesa, pero sabía los roces que ustedes han tenido con la corona, por lo que si conocían la información estaba segura de que no me traerían a la capital. —Explicó ella con firmeza. —Hablé con la señorita de cabello rojo para que omitiera esa información cuando me trajera con ustedes.
Inmediatamente Naofumi y Raphtalia voltearon a ver a Alesia, el primero con el ceño fruncido y la segunda con una mirada de incredulidad, la pelirroja solo desvió su mirada con vergüenza, tanto Link como Erhard suspiraron ante esto.
—Lo siento… Además, soy Alesia, no "Chica del cabello rojo", ya es suficiente con que el héroe de la lanza me haya ignorado por completo antes. —Se disculpó ella, quejándose al mismo tiempo, recibiendo una sonrisa de disculpa.
—Bien, ¿tramas algo contra nosotros, no?—Preguntó Naofumi con tono venenoso y los brazos cruzados, haciendo que la pequeña heredera negará rápidamente con la cabeza.
—Por supuesto que no. ¿Qué le hace pensar eso?—Devolvió la pregunta ella, y esta vez fue Raphtalia quien respondió.
—Para empezar, tu forma de aparecer de la nada fue sospechosa, era imposible de creer que te separaste de tus guardias y te perdiste en los bosques cercanos a una aldea donde había una epidemia. —Mencionó la semi-humana, colocando las manos en sus caderas, el pelinegro le dio un par de palmadas en su cabeza en felicitación por su razonamiento.
—Eso es cierto, y tu mentira se cae ya que los rumores sobre la epidemia se habían esparcido, por ende tu nunca debiste pasar por aquella aldea en primer lugar. —Apoyó Naofumi, asintiendo. —Ningún guardaespaldas querría exponer a su protegida a morir por una enfermedad.
Melty abrió los ojos ante los firmes argumentos del par, tragando saliva sin saber que responder ante ellos. La razón por la que había aparecido en ese lugar era obvia, su objetivo era hablar con su padre para que este hiciera las paces con los dos héroes.
Sin embargo en el camino decidió desviarse un poco, consultándolo con sus protectoras de Sombra, por lo que terminó en la aldea con la epidemia para encontrarse con ambos héroes y obtener información de primera mano de ellos.
Era obvio que este tipo de información no podía ser revelada de ninguna forma, pero sin embargo ella no era lo suficientemente astuta para crear mentiras de la nada, por lo que se quedó en silencio.
Afortunadamente Erhard se percató de la situación e intento salvarla.
—Chico, ¿es eso verdaderamente importante?—Preguntó el calvo con un suspiro. —Puede que te haya ocultado cosas, pero, ¿te ha hecho algo hasta ahora?
Silencio.
Naofumi no contestó ante lo que Erhard mencionó, mas sin embargo después de unos momentos de silencio, suspiró con pesar.
—Supongo que no ha hecho nada, así que le daré el beneficio de la duda. —Dijo Naofumi finalmente, haciendo que la peliazul sonriera.
— ¿No puedes decirnos sobre las razones por la que estabas allí, no?—Filo preguntó con curiosidad, tocando su hombro. Haciendo que la niña le mirará y negara lentamente con la cabeza. —Pero, ¿puedes prometer que no nos harás nada malo?
Filo realmente no entendía que es lo que estaba pasando, pero al parecer su amo desconfiaba de Melty, por eso ella le preguntaba, para que así pudiera probar que no tuviera malas intenciones.
—Por supuesto, nunca haría nada para dañar a los héroes que defienden nuestro reino. —Afirmó la peliazul con decisión, que hizo que el ceño fruncido de Naofumi desapareciera, aunque su expresión seria permaneció inamovible.
—… Siendo sincero, estoy tentado a irme y dejarte tirada, pero, creeré en tu palabra, parecías ser buena persona cuando estabas con nosotros. —Concedió Naofumi, cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado cuando Raphtalia le dedicó una sonrisa.
—También he escuchado algunas cosas buenas de la reina, no todos en la realeza son malas personas. —Comentó Link, quien se encontraba junto a Alesia, apoyando los codos en el mostrador donde Erhard estaba, el trio miraba atentamente la conversación en curso.
Melty se quedó en silencio por momentos, barajando bien las siguientes palabras que saldrían de su boca, ya tenía el beneficio de la duda, que si bien no era demasiado, era mejor que hacer malas migas con los héroes. Ahora tendría que pasar a su verdadero objetivo:
Intentar hacer que los héroes y el rey hicieran las paces.
Ella había convivido con todos, aunque por un corto periodo de tiempo, por lo que se hacía una idea de cómo eran los dos héroes y sus posibles reacciones a una proposición directa;
Naofumi era bromista y se preocupa por su grupo, pero como acababa de demostrar, ese carácter bromista desaparecía por completo cuando la seguridad de él y los demás parecía amenazada de cualquier forma, tal como el rey lo había tratado, ella no sabía cuál sería su respuesta, aunque era probable que rechazará el empezar de nuevo con su padre.
Link era sensato y amable, actuaba como un gran hermano para todos además de una especie de padre para Filo, y por lo que ella podía intuir, parecía del tipo de persona que se llevaba más con la lógica que con los sentimientos, aunque según los informes de su madre, se decía que Link estuvo a punto de perder el control en su juicio y atacar al héroe de la lanza.
Sin embargo, era probable que el Héroe del Crepúsculo si aceptase el iniciar de nuevo con su padre, y si el aceptaba estaba segura de que él podría convencer a Naofumi.
Así que era hora de cumplir con la misión encomendada por su madre.
—Me gustaría proponerles algo… —Musitó ella, bajando un poco la cabeza con timidez, haciendo que todos la miraran.
— ¿Qué es?—Preguntó Raphtalia.
Melty inmediatamente subió la cabeza de nuevo, su rostro decidido era completamente visible, aunque por dentro se sentía como un manojo de nervios era algo cotidiano para ella el ocultar sus emociones frente a otros.
— ¡Me gustaría que empezarán de nuevo con mi padre, el rey!—Habló la princesa en voz alta. —Por favor, recuerden que ante todo, los héroes son camaradas y defienden valientemente el reino, sé que hubo problemas antes entre ustedes, pero intenten resolverlo, se los ruego.
Silencio.
—No.
Link fue el primero en responder, haciendo que Melty le mirará con suma sorpresa, ya que ella estaba casi segura de que el rubio aceptaría la oferta.
—Estoy de acuerdo con Link, si no es para recibir una recompensa, preferiría no tener que hablar con ese vejestorio. —Dijo Naofumi con los brazos cruzados, haciendo que la princesa frunciera el ceño con su última declaración.
Pero, ella de la realeza y tenía que lograr algo, no podía iniciar una pelea por algo como esto, por lo que nuevamente tuvo que tragarse un insulto dirigido hacia su padre como si nada.
—Vaya, chico. Insultar al rey frente a su hija, mira que hay que tener valor para hacer algo como eso. —Pronunció Erhard haciendo una mueca.
Naofumi solo se encogió de hombros para restarle importancia, Melty apretó los puños con enojo, realmente no le gustaba que la gente hablara de esa forma de su padre, y Link pareció notarlo, ya que miró al pelinegro y negó con la cabeza para que se detuviera.
—Entonces… —Musitó la peliazul con enojo visible. — ¿Qué tiene que hacer el rey para que sea perdonado por ustedes y puedan hacer las paces?
—Dile que se disculpe de forma sincera, con eso bastara. —Naofumi respondió con simpleza, sorprendiendo tanto a Melty como a Raphtalia y Alesia.
— ¿Eh? ¿En serio? ¿Solo eso?—Preguntó la heredera con mucha incredulidad, el Héroe del Escudo asintió.
—Sí, claro. —Reafirmó el pelinegro. —No queremos una disculpa a regañadientes, queremos ver que él esté arrepentido de verdad.
La heredera miró a ambos héroes, antes de asentir, determinada a cumplir con la misión que su madre le puso.
Ella sería la futura reina de Melromarc y por ende antes de serlo debía de ser capaz de resolver asuntos sencillos como estos por su propia cuenta. Ya que después de todo, no era nada comparado con lo que su madre debía lidiar en su día a día.
Sobre todo, con el reciente desastre de su padre.
Y con el actuar siempre cuestionable de su hermana.
—Está bien. —Aceptó la Princesa con tono serio. —Hablaré con mi padre para que se disculpe con ustedes. Pero, tienen que cumplir con su palabra y hacer las paces si eso pasa.
— ¿Qué clase de personas crees que somos?—Preguntó Naofumi con una ceja levantada.
—Por supuesto que cumplirán con su palabra. —Dijo Raphtalia con seguridad.
—Sí, de eso puedes estar segura. —Pronunció Link.
La heredera al trono asintió ante la aceptación de todos los presentes, ella solo quería estar segura de que cumplirían con lo prometido, después de todo, lo que Naofumi había pedido era algo sumamente sencillo; Hacer que el Rey se disculpara y ya.
—Mi padre no es una mala persona, es solo que está siendo manipulado por mi hermana, Malty, quien se aprovecha de su amabilidad para hacer lo que quiera. —Melty frunció el ceño con ira cuando mencionaba a su hermana mayor, al parecer no tenían la mejor relación entre ellas. —De todos modos, muchas gracias por aceptar, cumpliré con mi palabra.
Después de terminar, Melty se dio media vuelta para salir de la herrería del calvo, sin embargo fue detenida por Filo quien la tomó de una de sus manos, llamando su atención.
— ¿Filo volverá a verte? Filo piensa que eres su única amiga. —Dijo la rubia con tono triste, haciendo que la princesa sonriera.
—Sí, nos volveremos a ver. ¡Y cuando eso pase tenemos que dar un paseo!
— ¡Filo acepta y Filo espera ansiosa ese día!
La rubia abrazó a Melty, quien rápidamente le devolvió el abrazo, si bien la peliazul nunca lo diría, Filo era lo más cercano a alguien de su edad al que podía llamar "amiga" a pesar del poco tiempo que se conocían.
Y ella había sido sincera cuando decía que esperaba volver a verlos.
La peliazul poco después salió del lugar, despidiéndose con un gesto de la mano cuando llegó a la puerta, que fue correspondido por todos los presentes-
Cuando ella ya se había ido, Erhard fue el primero en hablar.
— ¿Solo pedirás una disculpa? Me cuesta creer eso, chico. —Erhard comentó con los brazos cruzados.
—Lo mismo digo, no me esperaba eso. —Apoyó Raphtalia mirando al pelinegro.
—Filo pensaba que el amo pediría mucho dinero.
—Yo pensé que solicitarías casarte con la reina o algo. —Dijo Alesia con una mueca conflictiva.
Silencio.
— ¿¡Qué clase de persona creen que soy!?—Inquirió Naofumi apuntándolos a todos.
Alesia se encogió de hombros mientras negaba repetidamente con la cabeza.
—Te conozco desde hace un tiempo, siempre pareciste del tipo rencoroso y nunca diste ningún indicio de lo contrario. —Explicó la pelirroja, ignorando la mirada penetrante del Héroe del Escudo.
—Pero, ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué solo aceptaras una simples disculpas?—Preguntó Raphtalia, aunque sus preguntas indicaban que no estaba de acuerdo, no era así en lo absoluto, solo que se encontraba incrédula ante la petición que había hecho Naofumi a Melty momentos atrás.
—Es mejor tener al rey de nuestro lado que no tenerlo. Eso es todo. —Fue la respuesta de Naofumi. —Aunque Mein terminara arruinando todo, podemos quitarnos momentáneamente un peso de encima.
Silencio.
—Bueno, al menos tiene lógica. —Expresó Link.
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Naofumi quería aprovechar el momento para seguir con la conversación, ya que después de todo había pasado un tiempo en el que no veían a Erhard, sin embargo antes de poder decir cualquier cosa, varios golpes en la puerta de la herrería se escucharon.
Al principio nadie respondió, ya que esta era una tienda y quien quisiera de los servicios era libre de entrar, pero cuando los golpes no se detuvieron, Erhard tuvo que gritar que entraran para que finalmente las personas que se encontraban fuera pudieran pasar.
Y para sorpresa de todos, no eran clientes, sino un pequeño grupo de soldados que habían entrado.
El grupo inmediatamente se tensó ante la visita inesperada, con Link tomando con fuerza la empuñadura de su espada maestra mientras daba un paso al frente, acción que imitó Raphtalia al desenvainar completamente su espada.
Naofumi solo se había colocado en una posición de pelea, sin moverse de donde estaba, Alesia hizo lo mismo y Filo por su parte se había transformado en Filolial.
Erhard miraba la situación sin saber exactamente que estaba sucediendo.
—Maldición, al parecer también es como su hermana. —Musitó Naofumi con enojo.
El grupo de soldados, compuesto por tres hombres con armadura y dos mujeres quienes vestían como alguna especie de curanderas retrocedieron ante las acciones de los héroes. Con uno de ellos levantando las manos para pedir paz.
— ¡E-esperen!—Pidió el soldado con urgencia. —No venimos a arrestarlos ni nada parecido.
—La princesa nos dio su ubicación, solamente. Los hemos estado buscando. —Habló una de las chicas, alternando la mirada entre Naofumi y Link.
— ¿Qué es lo que quieren?—Preguntó el rubio, soltando el agarré en su espada, pero un manteniéndose alerta.
Silencio.
Los soldados se miraron entre ellos antes de asentirse, para luego girar su vista hacia el grupo de héroes con una reverencia.
— ¡Por favor, permítanos unirnos a ustedes en la Ola!
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Fue allí cuando Naofumi recordó...
Que se habían olvidado de las Olas casi por completo.
Continuara…
¿Hola, hay alguien allí?
Sí que ha pasado un largo tiempo, mucho más largo del que esperaba y siendo sincero, lo primero que debo hacer es pedir disculpas por no actualizar antes, esto se debe a varias razones que expondré en breve:
Primero, un maratón de juegos, jugué al primer Final Fantasy de nuevo, Dead Cells y completé Zelda Ocarina Of Time 3D (En total, ya he completado Ocarina Of Time QUINCE veces en un lapso de 5 años xD)
Además, he estado viendo algunos animes, me vi la adaptación de Dota: Sangre de Dragon, y debo decir que… ¡ME ENCANTO! También me vi la saga Monogatari y estaba 10/10.
Segundo, la universidad, si bien en una no me pude inscribir por problemas en la facultad, estudio dos carreras a la vez y por problemas de señal tuve que hacer malabares para ponerme al día con las clases de la otra.
De vez en cuando que tenía internet aprovechaba para actualizar mis otros fanfics con los capítulos que se encontraban hechos o subir algunos Oneshots que hice, sin embargo el capítulo 23 no estaba terminado y no quería subirlo por partes como el 22.
Y el último punto es que, demonios, los problemas de señal son un dolor en el trasero, pasé mucho tiempo sin señal, subsistiendo de un WiFi que a duras penas carga el Google y con mis datos móviles desperdiciados porque no había cobertura…
Aunque por el momento la señal se está portando bien, esperemos y siga así.
El punto es que… ¡Hay nueva actualización! Yeah, sin temor a repetirme lo vuelvo a decir; No abandonaré esta historia pase lo que pase, los capítulos seguirán llegando e intentaré tener un mejor ritmo de trabajo…
Mi actual ritmo es algo desordenado, ya que tengo el borrador de los capítulos y sucede que como lo tengo divido en escenas, a veces pasa que hago la última escena de un cap y no la primera, entonces al final tengo que terminar juntando todo y se vuelve muy xD
Tuvimos que hacer rápido el desarrollo del capítulo concerniente al viaje con Mel, ya que no quería alargarme dos capítulos solo para que llegaran a la capital, porque la trama necesita avanzar.
No tengo mucho que decir en este capítulo más allá de que espero que sea de su agrado, vemos un gran avance y cambios comparado al material original y falta poco para que trascurra la segunda Ola y personajes como Glass hagan acto de aparición.
Me gustaría agradecer a L, Roy04 y Max-Aventure por sus reviews, me alegró que les haya gustado el capítulo anterior y espero que este también les guste.
P.D: xD con el apodo basura de Malty LOL
Un saludo y cuídense de esta pandemia.
Respondiendo a los reviews:
L:
Hola L, gracias por tu review.
Lamento la tardanza por este nuevo capítulo. Como se puede ver, la quemadura de Link no es producto de una maldición al uso, siendo que la enfermera —En el capítulo anterior— no hizo mención a ello, la quemadura de Link es más un recurso de trama futuro que se desvelara pronto.
Barajé la opción de que Itsuki adoptara a Mein, ya que no veo a Ren haciéndolo, pero finalmente no fue así ya que creo que humillada como lo hizo Motoyasu lo lógico para ella sería crear un nuevo grupo donde ella fuera el centro de todo.
¡Gracias por los ánimos, espero que este capítulo haya valido la pena para ti!
Un saludo.
