Capítulo 26: Inalcanzable

Canción: 189. Labios rotos de Zoe.

Propuesta por: BlueSpring-JeagerJaques.

Summary: Tailmon y Wizardmon se vuelven a ver una vez más y de nuevo son obligados a decirse adiós.

Pairing: Tailmon/Wizardmon.

Encontrar a Wizardmon fue sencillo. Loa digi-gnomos le habían mostrado el camino hasta el mundo en el que se encontraba. Conservarlo no lo fue. Las cosas no resultaron como Tailmon esperaba y Wizardmon ni siquiera la recordaba. Esto último le dolía, pero era algo con lo que podía lidiar.

Wizardmon se había unido a un ejército que luchaba para proteger al Digimundo, conformado por varios digimon y humanos. Eso le provocó cierta nostalgia a Tailmon y le hizo pensar en Hikari. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que la había visto y la echaba de menos.

"Espérame, Hikari, muy pronto volveremos".

Tailmon había decidido quedarse a pelear. Sabía que ese no era su mundo, pero quería protegerlo y no lo hacía únicamente porque fuera importante para Wizardmon. Algo en su interior le decía que negarse ayudar a alguien era tan malo como ser el responsable de un daño.

Tailmon fue encariñandose con los digimon de esa zona y le pareció tierno lo mucho que ignoraban del mundo humano. Ella adquirió una apariencia muy similar a Hikari y a Angewomon para pasar desapercibida. "Esto me sería muy útil para visitar el mundo humano", pensó divertida.

Tailmon sintió sus mejillas arder cuando vio a Wizardmon con su apariencia humano. "Es bellísimo", pensó, pero no lo dijo en voz alta. El digimon la había olvidado y ella no quería demostrar lo mucho que la afectaba, lo que sentía por él.

Las cosas no resultaron del todo bien y Wizardmon, una vez más, se tuvo que sacrificar. Lo odiaba, odiaba el que hubieran estado juntos por tan poco tiempo, odiaba que el digimon al que amaba fuera tan noble y antepusiera a los demás antes que su propio bienestar.

Tailmon estuvo a punto de rendirse y lo hubiera hecho de no ser por los digimon que conoció en ese mundo. Ellos tenían razón, no todo estaba perdido y podría volver a verlo. Ella había recorrido tantos mundos con tal de verlo una vez más y lo volvería a hacer cuantas veces fuera necesario.

"Es raro el amor. No importa la distancia, el tiempo o la edad", pensó con un deje de dolor. Su búsqueda la había llevado a conocer muchas historias, a digimon que habían pasado toda una vida juntos y que se seguían amando a pesar del tiempo. Esto último era lo que le parecía más tierno.

Tailmon llegó a un mundo que le pareció muy inusual. Lo que hacía ese mundo diferente a los demás no era el hecho de que humanos y digimon se hubieran unido para salvar a sus mundos, eso pasaba con tanta frecuencia que Tailmon creía que era una constante en todos los mundos. Lo que lo hacía inusual era el hecho de que humanos y digimon se fusionaban en uno solo. Era la primera vez que veía algo así.

No era algo que le molestara, simplemente lo encontraba inusual.

E interesante...

Ella también se unió a la batalla. Se unió a los elegidos y luchó contra los aliados de Lucemon. Si bien era cierto que no podía alcanzar la digievolución también lo era que era fuerte y que el ejército que luchaba contra Lucemon también lo era.

Viajó por varios mundos y grande fue su sorpresa cuando se encontró con Wizardmon en el mismo mundo donde lo había encontraba la vez anterior. Saber que Wizardmon no había muerto la había hecho feliz, él había viajado al pasado y esperar fue la solución.

—¿En serio no me recuerdas? —Tailmon no tenía las fuerzas para pretender que no le afectaba.

Wizardmon se mostró apenado y era evidente que era sincero.

A Tailmon no le gustaba ver a Wizardmon triste, pero en esa ocasión le hacía feliz porque eso significaba que, incluso si no la recordaba, el cariño entre ambos seguía existiendo y que podía recuperar el lazo que los unió en el pasaso, que seguía siendo el mismo Wizardmon que la había acompañado cuando sentía que todo estaba perdido y cuando la axficiaba la oscuridad.

—Lo lamento.

—No tienes porque hacerlo, entiendo.

Tailmon no mentía. Ella sabía que Wizardmon había muerto y que no todos los digimon conservaban sus recuerdos. Patamon lo había hecho y era el único caso que conocía.

Tailmon no regresó a su mundo de inmediato. Se quedó con Wizardmon y ambos pudieron recuperar sus vínculos. Las cosas se habían tranquilizado en el Digimundo y ambos pudieron recuperar sus lazos.

"Regalame tu corazón, déjame entrar a ese lugar donde nacen las flores, donde nace nace el amor"

—Voy a volver a mi mundo —le dijo. Amaba a Wizardmon, pero extrañaba a Hikari, ella era su amiga y había prometido volver —, descuida, nos volveremos a ver.

—Iré contigo.

"Entrégame tus labios rotos, los quiero besar, los quiero curar, los voy a cuidar con todo mi amor."

Tailmon sonrió. Las cosas iban bien y la digimon creyó que serían de ese modo por mucho tiempo. Estaba equivocada y lo descubrió de la peor manera.