N/A: Me diverti mucho con este capitulo... Aunque no haga una referencia directa, si es la continuación de "Baile a la luz de la luna" Mañana verán porque-...


DÍA 27

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Futuros Niños

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Desde direcciones opuestas, Adrien y Marinette corrían a toda prisa ambos en dirección de la escuela. Un akuma había atacado a horas tempranas ese día y apenas si les habían quedado unos minutos para llegar puntuales a clase

Con la respiración agitada, ambos se encontraron justo en la puerta principal del instituto, en donde se saludaron, de nuevo, con una pequeña sonrisa

- Que suerte que terminamos pronto con ese akuma ¿cierto? – dijo Adrien con voz apenas audible para ambos

Marinette parecía a punto de responder algo al respecto pero pronto le miró con el ceño fruncido - ¡Shh! – le dijo atreviéndose a golpear ligeramente su hombro - ¿sabes que podrían oírte? – añadió recibiendo como respuesta únicamente una risa más de parte del modelo mientras ambos se dirigían al salón de clases

- Suerte que a primera hora tenemos clase con la señorita Bustier – dijo Adrien

- Lo sé – respondió Marinette mientras subía las escaleras junto con él y llegaban a la puerta del salón – No soportaría un retardo más en la clase de la… ¡Profesora Mendeleive! – exclamó al abrir la puerta y encontrarse con el ceño fruncido de dicha profesora. Marinette de inmediato se encogió de hombros

- ¿Sabe, señorita Marinette? – dijo la profesora cruzando los brazos frente al par de alumnos – haber logrado una nota sobresaliente en un examen de recuperación no le otorga el derecho de seguir llegando tarde a mis clases

- Eh-.. ¡Lo sé! – comenzó a decir Marinette - ¡Yo…!

- ¡Y lo mismo es para usted, señor Agreste! – exclamó dirigiéndose esta vez al modelo – Tener buenas calificaciones todo el tiempo no indica que pueda llegar a mi clases a la hora que desee

- ¡Realmente lo sentimos señorita Mendeleive! – dijo Marinette

- Y no sabíamos que su clase había cambiado de horario – añadió Adrien

- Ha habido algunos cambios en el horario de clases de hoy debido al nuevo programa de pupilos – explicó la profesora señalando el interior del salón

Fue hasta ese momento en que ambos chicos se dieron cuenta de que la mayoría de sus compañeros de clase se encontraban a acompañados de un pequeño niño o niña

- Eh… tampoco teníamos idea de ese programa – explicó Marinette volviendo a encoger los hombros

- Lo sabrían si llegaran puntuales a clase – respondió la profesora – Ahora, ya que ustedes son los últimos en llegar, juntos tendrán que hacerse cargo de estos tres pequeños restantes – añadió señalando a tres niños que miraron con expresión inocente a los recién llegados

Adrien y Marinette intercambiaron mirada ¿De verdad solo iba a castigarles haciéndoles cuidar de tres niños? La expresión en el rostro de la profesora les dijo que aquello no era tan sencillo como parecía

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- Así que… - dijo Marinette saludando con una radiante sonrisa a los tres niños que tenían ante ellos - ¿Cuáles son sus nombres, pequeños?

- No me llames "pequeño" – respondió un niño de cabello oscuro y ojos verdes que la miro frunciendo el ceño y cruzando los brazos – ¡Mi nombre es Hugo!

- Ah… - titubeó Marinette ante el evidente carácter de ese niño – de acuerdo… ¿y qué hay de ustedes? – añadió dirigiéndose al par de niñas

- Mi nombre es Emma – respondió una linda niña de ojos azules y el mismo cabello oscuro del niño mayor – Y ella es nuestra prima… - añadió señalando a la más pequeña del grupo, una niñita de cabello rubio que la saludó tímidamente mientras se escondía detrás de los niños más grandes – Es de pocas palabras

- Eh… ¡Genial! – exclamó Marinette queriendo sonar amistosa – Y ¿qué les gustaría hacer primero? – preguntó recibiendo como única respuesta una mirada seria de parte de los tres niños, hasta que…

- ¡Hey, campeones! – exclamó de pronto la animada voz de Adrien - ¿A quién le gustaría algunas golosinas? – dijo al tiempo que les ofrecía un montón de dulces y frituras a los niños

- ¡A mí! ¡A mí! – decían apresurándose a tomar lo que el modelo les ofrecía, animándose al instante

Marinette miró al modelo sin poder creerlo - ¡¿Enserio?! – Exclamó dirigiéndose al rubio - ¿les has traído chocolate?

Adrien la miró totalmente despreocupado – Sí – respondió casi orgulloso, pero enseguida notó su ceño fruncido - ¿Qué? No hay nada malo en consentir a un niño de vez en cuando

- ¡Tal vez! – respondió Marinette – Pero no puedes acostumbrarlos a estar rodeados de dulces todo el tiempo

- Lo dice la chica que creció en una pastelería – añadió Adrien en un murmullo

Marinette volvió a mirarle con el ceño fruncido mientras él seguía sonriendo como si nada - ¿A sí? Pues… - comenzó a decirle pero al no encontrar nada que argumentar, terminó cruzando los brazos - ¡Pues te equivocas! – Le dijo – ¡Además! Yo cuido niños todo el tiempo, ¡Y créeme! Se lo que hay que hacer para hacerles saber quién manda

- ¿De verdad? – respondió Adrien con un tono divertido mientras giraba el rostro de la chica en dirección a donde se encontraban los niños a su cargo y…

- ¿Qué se supone que son todas estas rayas? – decía la chica de nombre Emma mientras hojeaba sin ningún cuidado un cuaderno rosa

- ¡Oye! ¡deja eso! – exclamó Marinette apresurándose a quitárselo -¡Estos bocetos son importante! ¿De dónde lo sacaste?

En un gesto inocente, la niña solo señalo hacia la izquierda en donde se encontró con el pequeño de nombre Hugo, quien al parecer se encontraba leyendo tranquilamente un libro recostado contra una pared

Marinette miró a la niña - ¿Enserio ibas a culpar a tu hermano? Porque me parece que a diferencia de ti, él se encuentra estudiando tranquilamente y…

- Este diario es demasiado cliché - exclamó de pronto Hugo mostrando a la luz la portada rosa del "libro" que leía - ¿Quién rayos es Adrien Agreste y por qué es el único que aparece en todas las paginas?

- ¡Wahhh!exclamó Marinette apresurándose a quitarle a ese niño su diario personal - ¡Basta! ¡Dame eso!

- ¿Lo quieres? – decía el niño comenzando a correr por las canchas de la escuela - ¡Tendrás que atraparme!

- ¡Ven acá!decía Marinette corriendo tras él mientras la niña de nombre Emma no paraba de animar a su hermano para que no dejará atraparse - ¡Esto no es divertido!

Adrien observaba divertido aquella escena. Parecía que estaba a punto de intervenir cuando se percató de la pequeña niña rubia que había permanecido atrás, sin unirse al bullicio de los mayores

- Hola – saludó Adrien a la pequeña, sentándose a su lado con una sonrisa

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- ¡He dicho que basta! – decía Marinette al finalmente haber alcanzado a Hugo y luchando por arrebatarle su diario - ¡Esto no es para jugar!

- ¿De verdad? ¿Por qué no? – respondió el niño queriendo sonar inocente pero totalmente divertido con todo aquello

- Eh… porque… Aquí… ¡Están escritas las formulas secretas de un importante experimento de la NASA! – dijo Marinette esperando convencer al niño - ¡Es por eso que no deben tenerlo unos niños! ¡Sería peligroso!

Pero la sonrisa del pequeño Hugo denotaba que evidentemente no le había creído nada - ¿Enserio? – Dijo con una sonrisa – ¡Yo creo que más bien no quieres nadie se enteré de cuanto te gusta ese chico Adrien!

- ¿Quéeee? – dijo Marinette queriendo sonar sorprendida - ¡Por favor! ¡Yo…!

- ¡Espera! – intervino de pronto la pequeña Emma - ¿Adrien no es ese guapo chico que también está a nuestro cargo?

- Eh… ¡Sí! – respondió Marinette apurada - ¡Pero! ¡Espera! ¡¿Cómo le llamaste?!

La niña ignoró su pregunta y la expresión de Marinette, y en su lugar suspiró – Ahhh… Cuando sea grande quiero un novio como él

- ¿Qué? ¿Novio? – replicó Marinette

- Ten cuidado, Emmy – le dijo Hugo sonriendo con total descaro – O su novia se podrá celosa

- ¿Qué? ¡No, no, no! ¡Esperen! – exclamó Marinette - ¡Él no es mi novio!

- Oh, ¿de verdad? - Hugo aparento una mirada triste pero pronto volvió a sonreír – Como lo siento…

Pronto la niña comenzó a reírse también a la par de su hermano - ¡Ya entiendo! ¡Él te gusta!

- ¡Niños! ¡Basta! – decía Marinette esperando que nadie los escuchará

- ¡Te gusta! ¡Te gusta! ¡Te gusta! – Comenzaron a decirle sin parar

- ¡Dije Basta! ¡Y devuélveme eso! – añadió la chica de coletas aun luchando por recuperar su diario

- ¡Lo haré solo si admites que te gusta ese chico Adrien! – respondió Hugo logrando soltarse del agarre de la chica sin dificultad

- ¡Pero! – protestó Marinette

- ¡Dilo! – desafió Hugo - ¿O no te atreves?

- ¡Ya Basta! – exclamó Marinette atrapándolo otra vez - ¡Adrien me gusta! ¡¿Correcto?! – exclamó mientras lograba arrebatarle el diario al niño quien esta vez no puso la menor resistencia - ¡Claro que me gusta! ¡Amo sus ojos, su cabello, y su rostro que parece tallado por los mismos ángeles! – añadió recitando de memoria la página que el niño había leído de su diario - ¡¿Estás feliz?!

- Creo que lo estoyrespondió de pronto una suave voz a sus espaldas

Marinette al instante se tensó, y lentamente se giró totalmente sonrojada para encontrarse con el modelo que le dedicaba una sonrisa especial mientras cargaba a sus espaldas a la linda niñita rubia

- Ad… ¡Adrien! - exclamó Marinette

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CONTINUARA...