Debió de pensar con más calma cuando tomó la decisión de pulsar al botón de stop y bajar en la primera parada random en la que se estacionó el autobús. Ya que ahora estaban apareciendo las consecuencias posteriores a esa decisión tan espontánea y loca, se había quedado sin aliento corriendo en dirección de la casa de Apple. Necesitó un vaso de agua con urgencia después de su carrera, por qué cómo iba a imaginar ella que la casa de la rubia estaba bastante más lejos de lo que pensó.
Mientras sus pulsaciones intentaban volver a su ritmo normal y esperaba la vuelta de su excuñada, se sentó en la cama tan cómoda que había en la habitación. Sabía que hacía años que no pisaba el suelo de madera de esa casa, pero no se imaginaba que el dormitorio de Apple fuera tan distinto a como lo recordaba de niña-preadolescente.
Lo único que cuadraba con su recuerdo del cuarto, era el espejo grande de cuerpo entero que su amiga tenía puesto en la pared de enfrente de su cama. Era lo que seguía estando colocado ahí, porque los demás muebles que había en su memoria habían sido sustituidos por otros más elegantes y fabricados de madera blanca. El dormitorio le había quedado muy bien, debería tomar nota sobre todo para el suyo, que apenas había cambiado algo desde que tenía doce años.
"Perdona, ha tardado una eternidad en salir el agua fría" Se disculpó cuando cruzó el umbral de la puerta, antes de darle el vaso de agua que le había ido a buscar a la planta de abajo para ella.
"Gracias" Contestó aunque ya se le estaba pasando la sed que tanto tenía. Debería haberse acordado que ella no tenía agua fría en la nevera, no como en su casa.
Una vez que bebió y dejó el vaso de cristal sobre una de las dos mesillas que había, se quedó un poco pensativa sobre qué hacer ahora. Toda la valentía que tuvo para presentarse sin previo aviso aquí y decir que no le gustaba Raven, se le estaba yendo, porque después de que le dejara pasar a su casa, ya no sabía muy bien como reanudar la conversación tan necesaria que sabía que debe tener con ella. ¿Comenzar disculpándose por dejarla tirada en ese baño? ¿Desde la primera confesión que le estaban diciendo a Rosabella que ella escuchó y confundió completamente por otra cosa? ¿O mejor diciendo lo mucho que disfrutó cuando le dio la atención especial que tanto deseaba que ocurriera desde hace años? "No sabía que habías cambiado tanto tu cuarto"
"Lo he ido cambiando estos últimos años, aunque el papel de pared que puse donde está el cabecero de la cama, no sé si fue buena idea. Pero, bueno ¿a ti te gusta cómo ha quedado?"
"¿El papel?" No era su color preferido el rojo, pero quedaba mono con esas rayas blancas.
"No, no, el papel de pared, no. Me refiero a la habitación entera, está bastante cambiada a como la viste la última vez que estuviste aquí ¿no?" ¡Qué tonta! Obviamente no se refería solo a la opinión del papel de pared.
"Oh, sí, me gusta como la has dejado" Le afirmó una vez que hizo una rápida vista panorámica de toda la habitación. Parecía de esas habitaciones juveniles tan bien decoradas y organizadas que salían en Pinterest.
Iba a añadir un adjetivo valorativo más a su opinión sobre la habitación, antes de que Apple se levantara repentinamente de la cama diciendo el nombre de Gala. Su gata de pelo largo y blanco que actualmente se encontraba restregándose en el marco de la puerta dejando su olor felino, mientras escuchaban su intenso ronroneo y algún maullido que salía de su boca exigiendo atención y que fuera acariciada por su dueña. Si la habitación de la rubia había cambiado, ya su mascota felina le fue más impresionante, si era como veinticuatro centímetros de animal estirándose y rebozándose por el suelo. De las últimas veces que recordaba que la vio, algo había cambiado de cachorro, pero pensaba que se iba a quedar así de pequeña y delgada.
Gala emitió un maullido al ser cogida del suelo, por los brazos de Apple para que fueran de vuelta a la cama, donde actualmente ella seguía sentada contemplando la escena.
Su excuñada se sentó de nuevo a su lado derecho y dejó a la felina sobre su regazo, aunque esta al contrario de lo que ella hubiera hecho, decidió moverse e irse a tumbar a la cama mientras mantenía su cola en alto, a modo de felicidad. Antes de volver a comenzar a restregarse por las sábanas como había hecho hace unos minutos en el suelo de la habitación.
"¡Qué mala eres!" Expresó a la gata que la miró un momento con esos ojos que podían ver en la oscuridad, antes de seguir retorciéndose en la cama.
Mientras Apple se inclinaba hacia atrás para acariciarla, cuando se puso unos mechones de su cabello detrás de la oreja derecha, pudo apreciar el chupetón que tenía en el cuello que le comentó Holly en el autobús. No sabía con quién se habría visto durante esta semana, pero era verdad que por el color se notaba que era de dos o tres días anteriores diría.
Las ganas de preguntar quién se lo había hecho eran inmensas, pero no lo iba a hacer porque no habían estado saliendo y tampoco quería parecer su hermano mayor siendo el exnovio celoso. No era una persona celosa se decía o bueno si en verdad lo era, no quería que se supiera. Así que solo se quedó mirando esa parte de su cuello en silencio, antes de que ella se percatará de que es lo que estaba observando y se lo volviera a tapar. Cuando hizo eso, también la vio comenzando a intentar comentar algo al respecto a lo de su cuello, pero no la dejó empezar a hablar.
No hacía falta que le explicara que tal vez había conocido a alguien y le estaba empezando a gustar o algo así, no lo quería saber, no aún, antes de que le confesara lo que sentía por ella.
Ignorando el echó del bombeo de sangre a mil por segundo que estaba teniendo su corazón, comenzó a hablar porque tenía que decírselo ya, para eso había ido a su casa. Era ahora o como dijo Chase Apple ya encontraría a alguien para remplazarla, si no lo había hecho ya, y ella habría perdido la oportunidad de su vida porque el problema era que ella no iba a encontrar nunca un remplazo para la chica que había sido su cuñada desde los últimos años. "Apple, te quiero"
Su contestación a eso fue una sonrisa y aunque le gustó, suponía que no entendía el significado de su te quiero, porque no era el típico de amistad al que se refería. Tomó un poco de aire más y procedió a pensar rápidamente en sus palabras porque iba a dejarla en claro y en específico como era la forma en la que la quería.
"Te quiero muchísimo como una gran amiga al igual que a Rosabella, Chase o Raven, siempre serás mi mejor amiga de la infancia. Pero aparte, te quiero también de otra forma especial Apple, llevó queriendo tanto que seas MI novia" Ya estaba, ya había confesado su más oculto secreto, ahora solo faltaba saber la reacción que tendría, esa que tenía la incertidumbre de saber cómo sería después de que supiera de su amor por ella.
Siempre había temido por su reacción, aunque ahora después del fin de semana pasado donde se besaron más que unas cuantas veces, no sintió un miedo aterrador. Solamente tenía nerviosismo por su opinión a que conociera ya abiertamente que quería que fueran novias. Deseaba que no hubiera sido solo para ella una sustituta a su amor no correspondido durante esos cuatro días juntas.
"¿Por qué me lo dijiste antes? Ni siquiera cuando pensé que te gustaba Raven" Su rostro estaba rojo de la confesión de hace unos segundos, incluso aunque Raven se lo hubiera dicho el otro día. Pero hasta ahora le seguía pareciendo improbable que fuera verdad aquello y que nunca se hubiera dado cuenta ella.
¿Por qué no lo hizo? Había varios factores para no haber llegado a decírselo anteriormente: salía con su hermano mayor, ya ni se veían casi porque no iban a la misma clase… y uno que, aunque estaba mal admitirlo y era muy prejuicioso y vintage para la época en la que estaban viviendo, Apple para la sociedad físicamente era muy hetera. Y técnicamente si se lo llegó a confesar en persona anteriormente, aquel día en el banco de aquel parque. Lo que pasó es que había de antes una confusión sobre que le gustaba la chica gótica, confusión que ella ni sabía que había y por eso pensó que la había rechazado amorosamente cuando le dijo que no podían estar juntas.
"Siempre he estado pensado que eres inalcanzable para mí, cada vez más, lo pensaba mientras te veía alejándote" Confesó mientras la miraba y observaba como en su rostro se aumentaba la pigmentación rojiza de sus mejillas, aunque suponía que el suyo estaba igual, combinando con el color del labial de ella.
"Darling..." Comenzó su frase pronunciando su nombre de una forma tan suave, mientras parecía que iba a poner su mano sobre la de ella, antes de que se escuchara otra voz proveniente de la planta baja, al segundo del sonido de una puerta cerrándose.
"¡Apple, ya estamos en casa, baja a saludarnos!" Fue la voz de su madre la que la interrumpió ahora.
Al percatarse de la entrada de los padres de su excuñada en casa, volvió a la realidad, ella ya iba seguramente a comenzar algo con quien le había dejado esa marca en el cuello. Además, le pareció que no era momento de seguir hablando de los sentimientos que la producía, con los señores White abajo.
"¡Ya voy mamá, ahora bajo!" Contestó después de levantarse de la cama y abrir la puerta.
"Creo que será mejor continuar mañana" Dijo nerviosa de la interrupción, levantándose de la cama y dirigiéndose en dirección a la puerta donde estaba ella. "¿Oye, he traído mis llaves y mi móvil?"
Después de la media hora que llevaba aquí, al momento de irse se percataba de la ausencia de sus cosas ¿se le habrían caído mientras corría hacia la casa? ¿Estaría abajo, en el mueble de la entrada? Se preguntaba a sí misma intentando pensar donde podrían estar, sabiendo que era muy raro que no estuvieran en sus bolsillos.
"¡Mierda, creo que están en el bolso de Holly!" Dijo en voz alta, recordando que antes de que se bajara del autobús, la rubia fresa dijo algo de que esperara.
"No te vayas, quédate a dormir aquí, quiero compensarte por tanto tiempo alejadas. Puedo prestarte un pijama y podemos dormir juntas en mi cama. Como has dicho es tarde y no tienes ni tu teléfono ni llaves de tu casa, puedes llamar a tu madre desde mi móvil avisándola de que hoy duermes aquí, a mis padres no les importará te lo aseguró" No quería que se fuera, quería terminar la conversación esta, sobre todo porque aún no le había dado tiempo a contarla que ella también estaba enamorada.
No consideraba muy grave regresar a su casa sin su móvil y sobre las llaves, estaba segura de que había alguien quien le podía abrir la puerta. Podía volver perfectamente a su casa y mañana ya iría a donde Holly a pedirle sus cosas que dejó en el bolso de ella durante la tarde que estuvieron mirando tiendas. Pero, era Apple quien le pedía que se quedará a dormir y por ella era capaz de bajar la luna, con tal de ver su sonrisa cautivadora una vez más.
"Vale, me quedó a dormir" Afirmó mirando la sonrisa que se estaba dibujando en el rostro de Apple, haciendo que ella involuntariamente sonriera igual.
"Te prometo que corregiré mi error de alejarme de ti, Darling"
La última vez que se quedó a pasar la noche en esta misma casa, tuvo que ser si eso en el verano anterior a que empezarán el último año de colegio. Aquella época en la que aunque ella salía ya con su hermano, parecía solamente una cosa pasajera de preadolescentes y seguían siendo ellas amigas cercanas. Antes de su alejamiento, porque si en sexto se separaron, ya en el instituto se fueron cada una por su respectivo lado totalmente, aunque ella con el corazón dolorido, odiando que las hubiera tocado en clases separadas.
Llamó a su madre desde el iphone de su excuñada, para no preocuparla sobre dónde estaba o por qué no contestaba a los mensajes, si es que la estaba mandado alguno. Y en momentos como esos, notaba que debería de aprenderse más números de teléfono en vez de depender exclusivamente de su agenda virtual, menos mal que mientras Apple se retocaba lo de su cuello le recitó el número fijo de teléfono de su casa. Aquello le entró nostalgia, recordando como de niñas, cuando aún no tenían móviles propios usaban los números fijos para hablar y quedar. Ella también recordó haber llegó a aprenderse el de la casa de la rubia, de tantas veces que lo había marcado en el pasado.
La noche fue como volver al pasado, todo lo que hicieron le recordó tanto a cuando hacían fiestas de pijamas con diez años en la misma habitación de la rubia. Pensaba que era la menos madura de las dos, pero descubrió que Apple también en algunas ocasiones podía ser igual que ella. A ambas se les fue demasiado la idea de volver a tener siete años menos de los que tenían actualmente, habían dejado el cuarto tan revuelto intentando hacer el fuerte que hacían de niñas con sábanas y cojines, para ver la película por excelencia que solían ver juntas en aquella época. Y la parte de disfrazarse con los disfraces de Apple que tenía guardados en el armario la omitieron porque, en el fuerte podían entrar, justas, pero no llegaba a derrumbarse, pero los disfraces es que ni lo intentaron. Aunque ver los vestidos que se ponían antes, le recordó a que existió unos años en los que la rubia era plana.
Luego de ver los disfraces que conservaba Apple, comenzaron a ver su película de sus fiestas de pijamas. Pero, al contrario de cuando eran niñas, a mitad de la primera hora se levantaron para tumbarse en la cama y terminar de verla ahí. No sabía cómo aguantaban tanto de niñas tumbadas en el suelo del fuerte y con la mirada hacia arriba todo el rato viéndola de principio a fin. Durante el tiempo que estuvieron en el fuerte, le encontró un dolor de espalda y sí hubiera seguido, lo mismo hasta tendría torticolis.
"Cuanto más veo Los Goonies, más me encanta" Diría que era su película favorita de los años 80 y quien no la hubiera visto, no tenía infancia para ella.
Cuando se giró a comentárselo, al segundo de que comenzaran a salir los nombres de los actores, se la encontró pensativa mirando hacia la televisión. Antes de que un rubor rosado apareciera en sus mejillas y se tapara la cara con sus manos por un momento.
"Apple, te has puesto colorada en un segundo ¿en qué pensabas?" Preguntó haciendo que girara a mirarla, con su rubor aun presente en su rostro.
"Es que…, es que ya ha terminado la película y cuando terminaba era la hora de dormir, pero antes, nos confesábamos secretos la una a la otra ¿te acuerdas?" Se puso más roja aun cuando tuvo que recordárselo.
"Oh, cierto, solía tocar ahora momento de confesiones" Ella ya había prescindido del momento de revelar secretos y se había confesado hace unas horas, pero aún podía seguir comentándola sobre su infinito amor hacia ella. "Puedo empezar yo si quieres"
El día de hoy, no había pensado que sería el día en que le contaría prácticamente todo el secreto amor que tenía por ella, pero una vez que ya dijo que la quería tanto de novia, ya le dio igual seguir desvelando sus cosas ocultas, como cuando fue exactamente cuándo se enamoró de ella o cómo se sintió en sexto cuando comenzó con su hermano. El último año de colegio fue uno donde se sintió sola cuando ella maduró consiguiendo un novio y haciendo cosas de pareja con Daring como dándose besos en la boca o cuando cada vez venía solo a su casa para estar con él. En esa época añoraba que la buscara y aunque fuera un juego algo infantil, le pidiera jugar a mamas y papas como antes. Extrañó mucho tener que elegir el rol de papá porque ella quería ser la mamá. También confeso que siempre le entraban las ganas de partirle la cara a su hermano cada vez que se enteraba de que se veía con otras chicas en vez de quedar con la preciosidad que tenía al lado suyo.
"Me siento tan mal por no haberlo notado antes, has estado desde quinto y ni lo sabía hasta ahora. Quiero darte tantos besos, todo el rato, para compensarte por toda mi ignorancia de estos años"
La rubia quería besarla y ella igual, quería volver a juntar su boca con la suya, desde que la vio en el centro comercial quería besarla. Y ahora que ella le había expresado su deseo ¿por qué no lo hacían realidad? Ambas querían, estaban a solas y a escasos centímetros de distancia, para cumplir el anhelo que tenían las dos.
"Hagámoslo entonces, yo necesito de tus besos Apple" Susurró, quería volver a sentir a sus labios, después de una semana casi.
Se estaba acercando poco a poco, estando a segundos de calmar sus ansias de volver a saborear su sabor a cereza madura, antes de que sintiera su mano deteniéndola y haciendo que no pudiera realizar su cometido. "Darling, yo también necesito de tus besos, los quiero tanto sentirlos de nuevo. Pero, no podemos aún, sé que dije que un beso a mi parecer no son cuernos, pero estos obviamente tienen un sentimiento de amor profundo y no debemos hacerlo porque tienes una novia"
Una mirada triste invadió su visión cuando abrió los ojos, su amor no correspondido y ahora sí, estaba mirándola apenada. ¡Quería besarla, joder! Era un infierno sentir su gran necesidad y deseo de besarla y tener que joderse en no hacerlo de nuevo porque tenía una pareja.
"Voy a dejar a Holly, mañana mismo. Y una vez que la deje te pediré que seas mi novia, porque tú eres la única a la quiero"
Le prometió mirándola a sus ojos, antes de darla un suave beso en su mano, mañana iría a casa de la rubia fresa a cortar su relación, y entonces una vez soltera le pedirá formalmente que fueran pareja. Necesitaba a Apple en su vida, siempre lo supo y ahora que se había confesado por fin, ella estaba dispuesta a estar en su vida como su pareja y había dejado a Daring hace tiempo, era el momento de que su amor platónico dejara de serlo.
"Ahora me sigo sintiendo peor porque quiera tanto que ya sea mañana por la tarde y podamos besarnos ya siempre que queramos" Lo sentía por Holly, pero no podía callarse esto, desde los cuatro días que pasaron juntas en el pueblo, llevaba queriendo que fuera exclusivamente para ella.
Se durmió pensando en cómo la noche había sido como la fiesta de pijamas hipotética de cuando tenían diez años en la que después de cenar juntas, disfrazarse, construir un fuerte y ver una película pudo haberla confesado sobre sus sentimientos. También durante sus sueños apareció aquel niño que les preguntó una vez si eran novias, ahora quería contestarle diciéndole: vamos a serlo ya.
Al día siguiente, después de comer en casa de Apple también, le prometió que la llamaría una vez que cortará con Holly. Se fue de la casa de ella directamente hacia la casa de su casi exnovia. Ni siquiera se pasó un momento por su propia casa, necesitaba ya sentirse libre y poder estar con la rubia de sus sueños. Aunque, ella sabía poco cómo romper con alguien sin herir sus sentimientos, nunca lo había hecho y encima ni siquiera podía haber dejado su relación por teléfono porque tenía que ir a su casa a por su móvil y sus llaves que se las dejó ayer en su bolso.
Cuando tomó aire y se mentalizó de entrar al portal, que curiosamente estaba abierto, se encontró a las dos hermanas en la puerta de su casa. Aunque el primero en darse cuenta de su presencia fue Colmillo que rápidamente fue a darla la bienvenida, mientras saltaba contento por su alrededor.
"Hola, Darling" Le saludó su cuñada, antes de comentar algo a Holly y tocarla un momento el brazo derecho, parecía a modo de consolación. Antes de finalmente despedirse y dejarlas a solas. "Bueno, os dejó la casa para vosotras solas mientras voy a comprar unas cosas, chicas"
Una vez que se fue Poppy y el perro tuvo sus saludos al entrar, pudo mirar a Holly que seguía estando apoyada en el marco de la puerta. Se veía algo triste a su parecer, pero no supo descifrarlo bien porque al verla mirándola, le dedico una pequeña sonrisa antes de pasar a dentro del piso.
"En verdad, pensé que vendrías más pronto a por tu móvil y llaves, Darl" Le comentó, tenía pensado en invitarla a comer, pero no pudo preguntarla si quería porque su móvil estaba aquí en su bolso y luego cuando le preguntó a Dexter y dijo que no iba a pasar la noche en su casa, pero que cuando fue a por su pijama no estaba ella.
"Habría venido antes de comer, pero al final no pude" Apple le insistió en quedarse a comer con ella, para que así no comiera sola y además le dijo que le preparaba lo que ella quisiera de comer. Así que no pudo rechazar su oferta, bueno, en verdad no podía rechazar nada de ella.
Se sentaron en el sofá y mientras Holly tenía en su regazo su bolso y comenzaba a sacar cosas, ella se dedicó a acariciar a Colmillo que se había sentado a su lado. Aquel bolso, aunque parecía pequeño cabía de todo. Porque una vez que sacó su iphone, tardó unos segundos en salir sus llaves con el llavero de la casa de gryffindor que se compró en una exposición de Harry Potter.
"Toma, quise dártelo ayer, pero te bajaste demasiado rápido del autobús" Dijo al tiempo que se lo entregaba en la mano.
¡Lo sabía! Ella dijo que esperara porque sabía que estaban sus cosas en el bolso, pero como una impaciente e ignorándola decidió bajarse, haciendo caso omiso a lo que la rubia fresa quería decirla.
"Lo siento, por ignorarte ayer a última hora. Encima fui una pesada todo el día"
"Da igual, supuse que tenías mucha prisa en llegar a tu casa. Aunque esa no era una parada cercana a ella ni luego cuando le pregunte a Dexter dijo que no llegaste a casa" Le dijo, aunque en verdad no se había pasado toda su noche pensando en donde estaría su novia si no era en su casa, no pudo pensar mucho en eso porque en su cabeza había otra cosa que le ocupaba mucho más la mente que aquello.
¿Qué iba a decir de excusa ahora, si ya sabía que no había pasado la noche en su casa? Sería muy tonto negarlo si encima se había enterado por su gemelo. Fueron segundos en los que no supo qué comentar a eso. Al final como ciertamente, no se lo había preguntado directamente prefirió omitir la explicación de eso y hacer lo que estaba decidida a hacer para que Apple y ella estuvieran juntas.
"Holly…" Apenas pudo comenzar, antes de que la voz de la chica con ojos verdes comenzara a hablar sobre la suya.
"Es Apple ¿no? La chica que te rechazó antes de que comenzáramos a salir y tu amor platónico con el que me comentaste que te besaste varias veces durante tu viaje familiar con tu familia y ella" Solo pudo confirmar con la cabeza, le daba vergüenza que lo hubiera descubierto. "Estuve armando el puzzle ayer durante un momento en mi mente. Siempre estabas hablando de ella cuando trabajábamos en la piscina municipal, aunque suponía que era porque sentías un amor de hermanas. Luego no me contaste que ella fue con tu familia el fin de semana pasado y lo de ayer sí fue bastante cantoso la verdad. Te quedaste mirándola durante todo el rato que te hablé y eso que hubo un momento en que estuve diciéndote palabras al azar a ver si te percatabas. Pero, seguiste mirándola con tus hermosos ojos azules claros, sin despegar ni un segundo tu mirada de ella"
Eso último hasta lo dijo con otra sonrisa triste en el rostro. Joder, no sabía qué tan obvia había estado siendo para Holly, se sentía tan mal de que estuviera de por medio y que lo percibiera tanto, sobre todo en el día de ayer.
"Me pareció muy romántico que hicieras eso" Era muy raro decir eso, cuando debió de ser a ella a quien mirara de esa forma tan amorosa, sin perder ni un solo detalle.
Holly estaba llorando en frente suya, se le estaba partiendo el corazón viendo como salían sus lágrimas por sus ojos verdes. No se lo merecía, para nada. Cuanto más se analizaba a sí misma más sabía que era horrible como pareja de ella, la rubia fresa había entendido tan bien sus besos secretos con Apple y dado una oportunidad más o pasado eso por alto y ella solamente quería dejar su relación estable.
"Anoche fui a su casa y me quede durmiendo con ella, nos llegamos a confesar la una a la otra lo que sentíamos y resultó que ambas estamos enamoradas" No debió decirlo, lo supo al segundo de que ella sollozara más alto y salieran más gotas de sus ojos.
"Eso es magnífico, me alegro por ti mucho. No todas podemos salir con nuestro primer amor, eres muy afortunada Darling" Le dio la enhorabuena mientras se limpiaba las lágrimas.
"¿Holly otra vez estás llorando? ¿A quién le importa lo que haga Blondie? Díselo Darling, dila que mañana podéis ir a dar un paseo o algo romántico, en vez de pensar en lo que hará la estúpida esa" Toda la noche de ayer, le había estado diciendo que no debería importarle nada lo que hiciera esa rubia chismosa. "Darling puede pasar todo el día contigo, estoy segura de que quiere hacerlo como tu novia"
"¿Qué ha hecho Blondie?" No entendía nada de lo que dijo Poppy a su hermana cuando regresó.
"En serio Holly, tienes que dejar de pensar en la gilipollas esa, aquí tienes a tu novia para pasar un día estupendo mañana" De verdad, no tenía ni idea sobre lo que hablaban entre ellas ¿qué había hecho la futura reportera para que Holly pudiera llorar por ella?
"¡Poppy! ¡Para ya! Deja de hablar de lo de mañana porque no estoy llorando por lo de Blondie y aunque fuera por eso, no es de tu incumbencia y por favor no metas a Darling en eso. A ella no le interesa y además ya se iba a marchar porque acabamos de romper en este mismo instante nuestra relación"
A los minutos de que cortaran oficialmente, se fue de la casa rápidamente bajo la mirada muy autoritaria de Poppy O'Hair. A veces daba miedo esa chica y además había descubierto que sí, le tenía muchísimo asco a Blondie Lockes. Ya se lo había contado Holly que su gemela cuando se enteró de lo que pasó, con lo protectora que era como hermana mayor, le cogió un odio enorme a aquella rubia. Si la rubia fresa le hubiera llegado a contar sus besos secretos o sus desplantes por Apple, estaba segura de que su salida de esa casa habría sido con una patada en el culo, que se la merecía bastante.
Se quedó preocupada por como dejó la situación, con su exnovia llorando y su excuñada hablando de que dejara de pensar en lo que haría Blondie mañana. Le entró la intriga de saber que pasaba mañana, pero fueron más las ganas de llamar a su rubia favorita y darla la noticia de que volvía a ser libre.
"He cortado con Holly, Apple" No debería alegrarse por eso después de diez minutos de haber cortado y además podía haber saludado, antes de decir eso, pero estaba realmente feliz por lo que pasaría ahora, una vez que volvía a estar soltera.
"¿Cómo se lo ha tomado ella?" Escuchar su noticia le hacía feliz, pero también debían pensar en la pobre chica a la que la acababan de dejar.
"Bueno, pues ya sabía que había algo entre tú y yo. Se ha quedado llorando, pero al menos ha venido Poppy antes de que yo me fuera de su casa" Omitió lo del asunto de Blondie porque ni ella sabía de qué se trataba y seguramente Apple tampoco lo sabría, suponía que era algo entre la rubia y Holly.
"Qué pena más grande me está entrando, Darl" Comentó, antes de preguntarla la pregunta que tantas veces había soñado que se la hacía en su imaginación, cuando se pasa la línea de amigos, pero aún no se ha pedido una relación. "Oye y ahora nosotras dos, ¿qué somos?"
¿Qué quería ser con ella? Todo, quería todo con ella, empezar la casa por los cimientos: tener una cita oficial, luego pedirla salir y que fuera su novia, comprar una casa y mudarse juntas, adoptar niños y criarlos… llegar a ser una abuelita al lado suya, sentadas las dos en un balancín.
"Quiero tener una cita contigo" Nunca pensó que llegaría el momento de pedirle una de verdad.
"¿Una cita? Muy bien, tengamos una cita entonces" Contestó riéndose dulcemente un poco.
"Perfecto ¿mañana te parece bien? Voy a buscarte a tu casa" No quería perder más tiempo para estar juntas, había esperado muchísimo ya y tan paciente no podía ser más.
"Mañana no voy a poder, ¿te acuerdas de lo que compre ayer y te he enseñado esta mañana? Pues es para Blondie que mañana es su cumpleaños y hace una fiesta privada, solo con sus mejores amigos y va a durar toda la tarde. Pero, pasado mañana estoy disponible enteramente para ti"
Espero que os haya gustado, Apple y Darling están muy cerca de ser novias.
No sé si actualizararé pronto o tarde, ya he terminado este segundo de bachillerato, pero me falta ahora la prueba de acceso a la universidad que son a principios de junio *insertar miedo*
