Advertencia: este capítulo contiene escenas… asquerosas. No lo leas si estas comiendo.
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Impresionantemente, Toshiro iba a la delantera, guiando el grupo. Era natural en el tener ese comportamiento centrado y poco conversador. Ahora mismo miraba fijamente su siguiente posición. Cada paso, cada movimiento. Conforme se desplazaba, trataba de hacer un reconocimiento rápido del área.
Ichigo no tenía como o porque dudar de las capacidades del peliblanco. Confiaba en él. No tan ciegamente como lo haría con Rukia o con Renji, pero sabía que el chico era bastante competente en su trabajo. Sin embargo, las apariencias no lo eran todo e Ichigo se negaba a aceptar cualquier tipo de relación entre ese estúpido capitán y su hermana menor. Sus instintos de hermano sobreprotector no se lo permitirían. Era muy celoso con sus hermanas. No haría la vista gorda ante el hecho de que, cada vez que el peliblanco detenía al grupo para planear su siguiente movimiento, enviaba miradas directas pero silenciosas en dirección a su hermana.
Fuera de las quejas de Karin, Ichigo –de una manera extrañamente funcional- la mantuvo en medio de un círculo protector creado por su padre y él. No se siente conforme con la extraña familiaridad que tenía su padre con Toshiro. Nunca trato de profundizar en su pasado como shinigami y tampoco parecía conveniente discutir esas cosas en estos momentos. Una discusión familiar más le quitaría los pocos puntos que recién había obtenido ante la mirada de su hermana como el hermano mayor que antes admiraba tanto. Un paso en falso lo haría quedar como idiota.
En esta situación, debería pensar muy bien sus maniobras antes de dar un paso en falso: Karin estaba abriéndose nuevamente, sería absurdo arruinar algo tan favorecedor entre ambos por simples infantilidades…
Finalmente se hallaron envueltos en la mitad de una batalla feroz. Decenas de personas, con habilidad exótica e incluso irregularidades bastante curiosas combatían incesantemente contra lo que parecía ser una fortaleza improvisa. Seres de distintas formas y apariencias humanoides, claramente distintivas por la variedad de Reiatsu que se esparcía en el aire. La presión era aplastante, pero nada con lo que no hubiera tratado antes.
El grupo enemigo parecía estar protegiendo un extraño cumulo de escombros paredes y cuerpos metálicos. Como si hubiesen extraído una gran batería del fondo de la tierra.
- ¡¿pero qué carajo ?! - Karin respondió con un resoplido y se detuvo súbitamente. Los demás siguieron su movimiento e incluso parte de la tierra bajo sus pies fue lanzada bruscamente por las pequeñas hondas de aire generadas por aquel abrupto cambio de velocidad.
- ¿Reconoces esa cosa? —Le preguntó Ichigo. Karin asintió un par de veces sin dejar de mirar confundida la estructura.
—Bueno, eso creo… Pero se supone que debería estar en un tubo de hormigón bajo el suelo… Esos imbéciles… Harán que nos maten a todos. Es increíble lo imprudentes que son…. Ese, es el colisionador… -
La figura humeante, que antes parecía una batería enorme y desgastada ahora se veía extrañamente imponente. Para empezar era enorme, sacada a la fuerza del suelo en lo que parecía un movimiento limpio. Como si una mano enorme lo hubiera sacado. Parecía como si huevasen extraído toda el área en un solo movimiento.
Conectada a varios tubos enormes. Plantados en la tierra de forma irregular, con un cableado grueso y mal posicionado. Estaban siendo iluminados por un grupo de cables que rodeaban el tubo mayor, por el que fluía un líquido espeso y extrañamente verdoso.
—Es una estructura inestable— Reconoció Isshin. Su tono de voz estaba tenso.
—Tenemos que tener cuidado. Está encendido, será voluble a cualquier cambio lo suficientemente brusco como para alterar el interior. Los conductores alrededor deben de transportar algún fluido refrigerante o conductor. Pase lo que pase, no se puede derramar.
—Exactamente… ¿Cuál es el plan? Atacamos a los que rodean esa cosa y detenemos a Katsu o…. - Ichigo fue interrumpido por Karin.
La joven no paraba de mover la mirada por toda la estructura. Desde esa distancia, era obvio que no obtendría suficiente información. Una sola cara del prototipo no sería suficiente.
—No, primero debemos localizar lo que abrirá el campo interdimesional. Seguramente está del otro lado, junto con el clúster.
—Me enorgullece que deduzcas tantas cosas con estudiar la situación, cariño, pero necesitamos más que suposiciones para poder movernos.
Karin miro a su padre por un momento y luego regreso sus ojos al colisionador ignorando el tono extrañamente amargo del mayor. Sacudió la cabeza y señalo más allá de la estructura. —No hay otra manera, viejo. Tenesmos que llegar al otro lado lo antes posible. Sera un movimiento ciego. La gente a nuestro alrededor está despejando el camino, ese lugar de allí — Movió la mano hacia el lado izquierdo - Hay una abertura. Tenemos que pasar allí. Para cuando lleguemos deberán cubrirme y yo me encargare del resto.
Aunque fue solo por un par de segundos, la miraron como si le salido un cuerno en la cabeza. Parecían negarse internamente a permitir que ella actuara tan imprudentemente.
Una explosión hizo templar el suelo levemente. Como un toque suave de una hoja en las aguas tranquilas de un lago… pero se sintió tan cerca que parecieron reconsiderar las cosas.
Toshiro no estaría de acuerdo. Dijo que la apoyaba, sí, aunque no está dispuesto a que ella se arriesgue demasiado. Su familia estaba incluso más aprensada. Querían protegerla. Todos lo hacían.
Para ambos kurosaki una extraña opresión se formó en sus pechos. Observaban con aflicción como la tela negra de aquel uniforme tan característico, ahora ondeaba sobre las pieles de la menor de su familia. ¿Era acaso temor? O ¿culpa? Como definir el sentimiento tan abstracto que los obligaba a pensarlo dos veces antes de responder. No querían aceptarlo…
Isshin conservo la calma, tratando de que no se notase la reticencia de su cuerpo y su corazón a aceptar lo que su hija pedía. Asintió con la cabeza y se irguió derecho a su lado… Ichigo pareció hacer lo mismo.
Fue la mirada decidida de su hija, con el brillo de orgullo y decisión tan característico en su esposa e incluso que, alguna vez, vio en su reflejo, lo que lo llevó a hacerlo.
Ya era hora de pasar la antorcha a su nueva generación. Ichigo lo había hecho y ahora, era el turno de su hija.
Apretó el puño con fuerza y después hablo: —confió en ti, Karin. Por favor, solo no sigas el ejemplo del idiota de tu hermano—. Ichigo respondió casi al instante con sus quejidos incesantes causándole gracia— Serian demasiados imprudentes en la familia.
El brillo en la mirada de su hija le dio un poco de calma. No había tiempo para un abrazo o para palabras de aliento como ellos desearían. Pero las palabras no siempre eran necesarias y las acciones tampoco.
Los ruidos de fondo los mantenían en el presente.
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Era despreciable. Era horrible y patético. Criaturas de tantas especies. Tan distintas entre sí con capacidades inigualables. Todas desaparecían del mundo con una simpleza que lo atormentaba.
Era macabro el sentido del humor que tenía la vida y el dios que la haya creado. Como si se burlara de la vulnerabilidad inminente que representaba la mortalidad.
La existencia de cualquier ser era insignificante al lado de aquellos que se hacían llamar dioses. Disfrutaban de la adoración ciega de su creación y aborrecían la falta de respeto de quienes los creían simples mitos. Pero a pesar de todo eran indiscriminadamente crueles con todos por igual. En eso no había duda. Podrías ser el seguidor más fiel y aun asi te trataría como una mierda. Y si lo seguías alabando después de eso, entonces tal vez tendrías la valía suficiente para ser parte de su elenco de comedia. Una obra hilarante que los mantenía distraídos de la agobiante perfección de su vida. Para quienes gobernaban más arriba, ellos solo eran eso, entretenimiento.
Pero entonces, era hipócrita de su parte el considerar al resto insignificantes, de esa manera. Por qué entonces estaba poniéndose en una posición similar, donde solo se distrae un poco sin siquiera darle valor a sus víctimas.
Ahora no sintió más que pesar por ellos.
Ver como seguían llegando uno tras otro, buscando detenerlo junto con sus acompañantes para salvar un mundo que seguiría existiendo a pesar de su sacrificio.
Algunos lograban durar más de unos minutos en su contra y solo entonces, los consideraba valientes. No tenía sentido sacrificar tal potencial solo para morir, pero lo hacían por lo que creían correcto. Después de unos minutos se hartó del escenario. Miro a su compañera y camino en dirección a la máquina. El colisionador había sido arrancado del suelo con gracia. Se sintió impresionado ante el poder de su maestro. Katsu lo elogio cada vez que hacia semejante muestra de su poder. Sin embargo, sabía que también logró sacar esa cosa abominable de la tierra y desaparecido los edificios gracias a las vidas sacrificadas anteriormente. Un par de hechizos y las almas de sus enemigos se convirtieron en combustible. Un potenciador.
La magia negra tenía leyes y reglas y él solo llevaba dos años de experiencia. No era tan conocedor de su potencial. Algo lamentable, lo hacía débil. Pero no podía hacer nada, la magia negra no se aprende en dos años…
- ¿Era muy difícil recoger los cuerpos, señor?
No debería ser grosero, pero le causaba cierto asco que gran parte de los cuerpos sacrificados siguieran dispersos en el suelo, aunque no estuvieran completos. Sacudió con desagrado su zapato, apartando los trozos de una mano ahora arrugada y necrosada, consumida en sí misma.
—No te quejes, Katsu. Aunque no lo creas, sus cuerpos aún siguen funcionando como…—Miro a su alrededor y concluyó su discurso con un toque de burla—fertilizante para el hechizo. Solo han pasado unos minutos desde que sacamos esta cosa—, extendió los brazos con entusiasmo y hablo enorgullecido—, mira a tu alrededor Katsu, ¡lo estamos consiguiendo!
Asintió con la cabeza fingiendo estar de acuerdo. Solo estaría satisfecho una vez la vida tuviera más sentido.
Se desplazó hasta una plataforma pequeña, una cabina de contención; tenía el tamaño suficiente para una persona. Estaba unida a un pequeño tubo que protegía los circuitos más sensibles. Dentro de la cabina, todo estaba cubierto con un acolchado aislante, con varias aperturas que daban paso a conductos de metal. Las almohadillas tomaban la forma correcta para acomodar un cuerpo y contaba con varios sarcillos de hierro para inmovilizarla.
Ese sería el lugar de Karin. Ella era la pieza clave….No temía que ella sufriera, estaría fuertemente sedada. De eso se encargaría él .Desde el principio tubo la opción de bloquear sus poderes, así ella no podría atacarlos ni ponerse en riesgo, pero eso sería contraproducente. Necesitaban de su poder en su totalidad.
Había muchas más persona que manejaban la electricidad. Pero su condición para entrar en esta guerra era que ella hiciera parte de los sobrevivientes en caso de que algo saliera mal. Pero todos tenían que ayudar en algo, por ello, al final la incluyeron a ella dentro del proyecto. Crearon el prototipo contando con ella y su poder como conducto. Tanto para ser la batería, como para ser el centro de control durante la fusión del renzatsu y el colisionador.
Ni siquiera sabían si ella podría resistir la potencia de esa cosa.
Si algo le sucedía a ella, entonces él moriría.
Ya tenía un plan completo… Ya había predicho su futuro junto con ella. Solo con ella.
Sabía que él mismo era inestable, su mentalidad estaba repartida entre quien está a favor del plan y quien aún está en contra. Más de una vez le había costado matar, porque su mente se afligía ante la idea de hacer daño a alguien. Luego regresaba a la realidad, la rabia y la culpa lo consumían a la vez y en un arrebato terminaba por matar igualmente.
No era un hombre genuinamente consiente del bien o del mal. Aparentemente era consciente de su espacio cuando su cerebro se distorsionaba en miles de ideas sin ningún. A veces, sentí como si su yo del pasado aun viviera en lo más recóndito de su ser, quizás por eso aún se permita tener sentimientos tan poco prácticos como el amor hacia un enemigo.
Cada vez que hablaba una y otra vez sobre el plan con Masayoshi, con la excusa de no comprenderlo. El viejo le respondía pacientemente mientras Katsu en su mente reformaba un plan para salvar a Karin.
Ya sabía lo que debía hacer, aun cuando lo considerasen traición.
Pero él no quería, no quería vivir en un mundo donde ella lo odiaría por usarla como una herramienta. Tampoco quiera compartirla con más seres despreciables. Por eso, él se encargaría de enviarlos a un mundo donde solo estén ellos dos.
Era un ataque a ciegas. Había una gran posibilidad de que no llegaran a un mundo en el que podrían sobrevivir ni un segundo. Pero, ¿¡que importaba !? ¡Morirían juntos entonces!
Era un plan simple pero poco eficaz. Y eso le importaba en lo más mínimo.
En cuanto el portal este lo suficiente abierto como para llegar a otra dimensión, desconectaría a Karin y se irán juntos. Y entonces, el mundo, su mundo, dejara de existir. Serán solo ellos dos.
No existe una utopía tan estúpida como la creía Masayoshi. ¡Le haría un favor al matarlos a todos!
Se ahogó con su saliva al intentar contener una carcajada. Su rostro estaba contraído en una máscara sin sentido. Su expresión no parecía natural. La boca se abrió de forma exagerada mientras la saliva escurría entre sus dientes, que rechinaban por la fuerza con la que estaba apretando su mordida.
—En fin, deja de preocuparte, Katsu. Porque si te dejas vencer por tus inseguridades, quizás intentes traicionarme.
Katsu sintió un escalofrió recorrer su espalda. Sus ojos se tornaron rojos y su rostro se retorció entre la rabia y el descontrol. Estaba de espaldas Masayoshi, pero aun entonces sabía que él dudaba de él. Que lo estaba mirando con desconfianza.
No importaba cuantas veces se hubiese manchado las manos de sangre, el anciano aún seguía desconfiando de él.
Respiro hondo y suspiro con elegancia, tratando de que sonara más a un quejido de burla que a lo que realmente era, mientras limpiaba la saliva de su boca con la manga del smoking. Se giró con gracias y, sin dejar de sonreír, coloco su mano sobre su pecho asegurando su corbata, y se agacho con delicadeza en una reverencia.
No podía dejar que él supiera nada…
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Muchos fueron los que aportaron en el camino para que ellos llegaran al final de la barricada.
En el fondo del panorama, aún era imperceptible las formas de sus contrincantes- Quizás, sabia de ante mano que ellos estaban allí.
Una línea invisible marcaba el inicio de la pelea. El sudor, la sangre. Las heridas abiertas y el palpitar de su corazón resonando con fuerza contra sus oídos. El pulso era suave y constante, pero era poderoso. Sus cuerpos estaban tensos y ansiosos.
A pesar de estar alerta, Karin tenía la cabeza en otro lado. Uno, dos, tres. Una y otra vez repasaba las posibilidades. Conocía el funcionamiento básico del clúster y una parte teórica del Renzatsu. Pero no por eso podría lograrlo todo… Aún estaba muy preocupada.
Se apoyaron contra de un par de escombros. Faltaban muy pocos metros para cruzar completamente el gran obstáculo y llegar al lado de sus enemigos.
En cuanto estén allí, ya nada sería seguro. No habría plan que saliera al pie de la letra. Las cosas no están escritas y ya, después de tantos años, había aprendido a ceder ante la vida y preparar su mente. La opresión en el pecho no cambiaría nada. El temor no sirve ... al menos no ahora. Por su mente solo quedaba la idea de irse de allí, escapar con su familia, regresar a Karakura y cortar conexión con todos y con todo.
Pero no puede.
Ya no hay nada que pueda ser, lo único hubiera cambiado todo esto, seria jamás haber entrado en esta mierda. Jamás haber participado en esta guerra. Jamás haber abierto la maldita puerta a la SARD…
Parpadeo y refunfuño en un susurro. Claro, realmente no la calma, pero es eso o gritar.
Su padre, su hermano y el resto están a su lado. Ella estaba al frente.
Cuando lo considero sufrientemente prudente, se cernió sobre sus rodillas y se deslizó contra la pared destrozada, muy lentamente. Con cuidado, miro a sus lados y trataba de ver cada cosa a su alrededor. Lo que apareciera en el panorama seria analizado rápidamente.
Sin embargo, hubo algo diferente cuando dio el paso.
Fue como pisar un charco de agua, como pisar el barro de forma directa. Por un segundo quiso quejarse y jalar el pie con asco, pensado en el repudio que le causó la idea. Y exactamente eso le llamo la atención. El escalofrío de su pie se desplego por su columna hasta la punta de sus cabello. Fue tal y como lo imagino; Asqueroso.
Una capa de energía estaba despegada por el área. Recia permitir que su mirada declarara su preocupación, dejo el pie en el suelo y lo plantó con más fuerza. Parte de su energía de deslizo en él y se concentró.
La sensación en el cuerpo de un shinigami es diferente. Incluso diría que ahora es mucho más sensible ante los cambios a su alrededor, en lo que a energía respeta.
No era muy hábil como Karan y algunos otros en el reconocimiento del área atravesó de la lectura enérgica. Y si bien en este momento ya es muy hábil, el hecho de que su fullbring debe bloquear por un rato la regresaba a una completa amateur. Las ramificaciones enérgicas son sensibles a cualquier cambio y están conectadas con su creador. Es una alarma, es una marca que te advierte de un intruso; probablemente cubría un área no muy amplia, pero definitivamente estaba fraccionada. Así ellos sabrían que tan cerca estaban sus contrincantes.
—Desde aquí, tendremos que separarnos, pero—. Fue interrumpida con fuerza por las quejas de su hermano.
- ¡no vamos a hacer eso! Deberías saber que ahora mismo no deberías estar sola. Ellos saben que en cualquier momento alguien vendrá. Separarnos es lo que quieren.
Cerro lo ojos. Suspiro. Y grito, (susurro): - ¡déjame terminar, Ichigo!
- ¡Entonces no te calles!
Su padre se unió a la discusión— ¡aunque me duela admitirlo, tu hermano tiene razón!
- ¿Por qué mierdas te duele admitir lo que es obvio? No soy un idiota como tú, ¡cabra loca!
- ¡cállense, mierda!
Luego de recibir un par de golpes –que ya se convertían en una fuerte inflamación-Karin sigue explicando. No les daría la oportunidad de interrumpir:
—Nos vamos a separar dentro del área, pero no podemos perder de vista a nadie. Solo nos desplazaremos el uno del otro. Ellos están esperando a que entremos en este lugar. Tienen un conjuro en el suelo, saben dónde estamos. Alguien está esperándonos y seguramente nos va a atacar en cuanto entremos en el centro. Tenemos que separarnos protegiendo la espalda del otro, como un círculo… Entonces, y solo entonces podremos deducir como atacar.
Ya no tenías tiempo.
Y entraron al terreno maldito.
Porque, por supuesto, todos lo he notado. El aire estaba tenso y el olor pútrido que aunque suave, estaba presente en todas partes. No había forma de declarar su origen.
Caminaron en línea recta alrededor del Colisionador. La estructura, tan inestable por la forma en que fue retirada del subsuelo, se desarmaba ante los golpes fuertes de la batalla que aún se desarrollaba a espaldas del mismo. Mientras más caminaban la cosa se ponía cada vez más extraña.
No parecía que nadie estaba cerca y se sentina observados. La niebla y tierra que se levantaba alrededor, anormalmente, parecía guiar el camino.
Debería haber gente de este lado, ¿Por qué no había nadie más?
Karin meditaba la situación. Se supone que varios grupos han pasado por aquí antes de que ellos decidieran hacerlo. Mínimo, deberían haber rastros de la batalla.
Un golpe sordo se escucha por el lado derecho. Ichigo, quien estaba más cerca. No lo dudo dos veces antes de salir de su cuerpo.
Habían acordado permanecer en sus cuerpos para que su energía no se notara tanto. Ichigo e Isshin estaban atrás de Karin (Ichigo a la derecha, Isshin a la izquierda), Karin al frente y finalmente, Toshiro, en la parte de atrás.
Con un movimiento memorizado, tomo la espada enorme de su espalda y activo el Shikai. Se para con fuerza y miro en esa dirección sin perder su puesto en la formación.
Nada paso. El sonido sordo volvió a sonar, pero ninguno de ellos se movió. Continuaron con su camino.
Mas adentro, la tierra se volvió más blanda. El barro era espeso, pero no los hacia resbalar.
—Qué asco— Toshiro miro con recelo sus pies, como si quisiera lavarlos de inmediato.
—Probablemente sea agua del desagüe. Ralamente no escatimaron en daños al hacer semejante estupidez. Además, explica el hedor…. -, Karin miro hacia arriba, tratando de encontrar rastros de un riachuelo—, Toshiro recrimino la situación con un gruñido bajo. Estaba muy asqueado.
—No veo rastros del agua—, comento su padre.
—Quizás se evaporo, hace mucho calor aquí—, menciono Toshiro mientras retiraba la mirada de su pie y el piso para continuar caminando.
En cierto punto del camino, el olor pútrido parecía hacerse más potente.
- ¿Qué demonios hacen aquí para que la cañería tenga semejante olor? - Ichigo se cubrió la nariz con recelo.
—No lo sé, pero me recuerda a la época en la que te cambie los pañales…, —Isshin sonrió ante el recuerdo. Después, su rostro paso a algo más desagradable—, aunque, eso era incluso peor.
- ¡Papa! —Ambos hermanos lo recriminaron.
—Ya, ya. No sean exagerados, ¿no le parece un lindo recuerdo? - siguieron con su camino, hasta que Isshin se detuvo nuevamente. - Miren, un reloj, ¿No son estos los comunicadores que ustedes utilizan?
Isshin se agacho para observar mejor el objeto. Los demás se acercaron más a él. Cuando tomo el aparato, se dio cuenta de que era incluso más pesado de lo que aparentaba —es muy pesados… ¿no lo creen?
Con cuidado de no arruinarlo, Isshin halo un poco más fuerte. La correa apareció atorado con algo. Cuando aplico un poco más de fuerza. El teléfono cedió, pero junto con él, un brazo cercenado fue suavemente de la tierra.
Si bien Isshin era hábil en mantener sus emociones a raya en situaciones como estas, no pudo evitar soltar un quejito de asco y liberar la extremidad sin más. El cuerpo inerte golpeo el suelo con un ruido húmedo y continuo con su proceso de putrefacción. Descomponiéndose, como un time laps de esos videos que tantas veces el hombre vio en internet.
El olor pútrido se volvió mucho más fuerte mientras un líquido oscuro y espeso supura del brazo amputado y se revolvía con la tierra.
Entonces todo su entorno pareció desaparecer y recrearse en segundos.
Una sensación de nauseas se apodero del cuerpo de Ichigo con fuerza mientras la realidad empezaba a superar cualquier película de terror. El teatro de ilusiones de su hipótesis cayo a lo más recóndito de su mente; el barro dejo de ser barro. El olor ya no era extraño. El terreno ya no estaba extrañamente solitario.
No. Ahora todo era, lo que debía ser. Barro mezclado con litro y litros de sangre. El olor pútrido de los cuerpos en putrefacción a una velocidad antinatural. Y sus pies, ya no estaban más en medio de un barrial, no, ahora eran testigos de los nobles despojos de quienes trataron minutos antes de hacer lo mismo que ellos pensaban hacer.
Entonces, Ichigo vomito.
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Dios, perdón por demorar tanto! Me temo que a este paso el próximo capítulo será en diciembre (es broma… creo)
La verdad, debo decir que mi mente no ha estado precisamente en ningún lado. Mi inspiración me abandono por completo por un buen tiempo. ¡Pero ahora, ha regresado! Con un extra de sangre, tripas y perturbadoras ideas resultado de andar viendo y estudiando sobre necropsias y criminales…
Necesito terapia.
En fin: realmente espero me disculpen por tardar tanto. Espero les haya gustado este capítulo.
Me encantarían sus opiniones y si ven algún error, no duden en comandarlo.
Muchas gracias por esperarme y espero publicar pronto. ¡Adiós!
