Revelaciones a través del tiempo

(- - - )

Muchos siglos en el pasado antes de la masacre Uchiha

Susanoo, Dios de la tormenta, veía desde la montaña sagrada las luces de un pequeño poblado humano, su oportunidad había llegado, el momento de integrarse y perderse entre ellos estaba a su alcance, sabía no volvería a verla, ya no encontraría a la mujer de hermosos ojos claros pues su vida se había extinguido muchos años atrás, pero la curiosidad que había despertado la jovencita en él le había hecho desear conocer y experimentar la vida y la forma en la que los humanos la vivían, estaba decidido y no había marcha atrás en su deseo, tomó su espada y de un solo impulso la clavó en su pecho, su sangre divina descendió por su cuerpo y se mezcló con el caudal del río nacido de la montaña sagrada, el hombre mortal que bebería de ella sería su portal para la reencarnación humana, Susanoo regresaría en uno de sus descendientes y aunque tal vez perdiera su propia conciencia celestial, ganaría una vida propia mortal.

Muchos años en el pasado antes de la masacre Uchiha

Aquella fogata parecía ser lo más entretenido de esa noche, llevaban varios días huyendo de los perseguidores enviados por sus familias y pese a sus esfuerzos por eludirlos, se estaban acercando. Los clanes de ambos tenían tan arraigadas sus costumbres y complejos, que para ellos el amor entre la princesa y el guerrero era una aberración que debía ser eliminada, tal había sido su constante presencia detrás de la pareja que Saramu había optado por dirigirse a las montañas aún sabiendo el invierno les haría más peligrosas, pero era su única opción si querían llegar al puerto al otro lado del continente para poder perder a su enemigo en el mar, era una decisión drástica y sabía a Kushinada-Hime aún le perturbaba la idea de nunca más volver, sin embargo un futuro juntos era más prometedor y no se detendrían hasta encontrarlo.

La tormenta de nieve que azotaba su refugio comenzaba a tomar fuerza, parecía una bestia que les acosaba esperando el momento en el que bajaran la guardia para atacar, la cueva les mantendría protegidos del viento helado, pero la fogata debía permanecer encendida para evitar el frío y la tenebrosa oscuridad. Saramu tomó uno de los troncos que habían llevado consigo para echarlo al fuego y después frotó sus manos recuperando la sensación en ellas, perdió su mirada un segundo en la joven que dormía envuelta en cobijas y mantas improvisadas a unos pasos de él y admiró con detalle el cabello azul oscuro que caía sobre sus hombros, su largo cuello blanco que gustaba de besar con pasión durante sus noches de lujuria, sus labios gruesos y rojos de los que salían gemidos deliciosos cada vez que le hacía el amor y esas largas pestañas que mantenían ocultos los ojos color luna que le miraban con deseo, realmente amaba a esa mujer y seria capas de seguirla incluso al mismo infierno con tal de estar con ella.

Sintió una corriente fría que hizo temblar su cuerpo y regresó sus cansados ojos a la fogata decidiendo que lo mejor era descansar, aún tenían camino por recorrer con velocidad para crear distancia entre los cazadores del clan Hyuga y Uchiha. Un suspiro salió de los labios del gallardo joven mientras se acomodaba mejor en su espacio junto al fuego, sin oponer más resistencia dejó que sus párpados descendieran y le hicieran perderse en el sueño necesario, en su mente sabía que estaba de guardia y que debía mantenerse despierto para proteger a su princesa, pero simplemente se dejó llevar por el cansancio, el frío y la inconsciencia.

No pasaría mucho tiempo para que una figura de blanca y desnuda piel se acercara al refugio, la nieve a su alrededor se movía con ella en una especie de danza mística, su largo cabello verde agua se mecía escondiendo su rostro más dejaba visible un par de ojos rosas hambrientos y deseos de sus próximas víctimas. Para ella el tiempo corría con velocidad, si no se alimentaba y recuperaba su energía, el sueño le haría invernar indefinidamente, pero si consumía la vida de algunos humanos más, se mantendría despierta por al menos un par de años extras, odiaba sus periodos de sueño, detestaba estar en un coma que le hacía vulnerable cuando todo lo que deseaba era estar despierta y gozar de la vida eterna que se le había otorgado… si tan solo su alimento le diera la suficiente fuerza.

Entro a la cueva notando primero al apuesto joven de cabello negro profundamente dormido frente a lo que quedaba del fuego, era un guerrero sin duda, su energía le alimentaría bien, pero antes consumiría la vida de la hermosa doncella durmiendo junto él, poseía una belleza pura y disfrutaba de su plena juventud, tenía esa energía que solo una mujer comenzando con su vida despedía. Se inclinó sobre la doncella lista para tomar de ella su vitalidad, más el sonido de una espada desenvainada le hizo girarse para ver al pelinegro listo para atacarla

-No permitiré que le hagas daño – decía Saramu en una voz desconocida para el

-No sabes a lo que te enfrentas muchacho – dijo la bruja de la montaña lanzándose al ataque pues no daría tiempo al guerrero de defenderse, lo derribo sobre el suelo clavando su mano de uñas largas al centro de su pecho, la cálida sangre que comenzó a brotar de la herida despertó más su hambre, se inclinó sobre el moribundo y cuando estaba por consumirlo, una fuerte corriente eléctrica subió a su cuerpo petrificándola por un segundo para luego alejarla de un fuerte golpe. Con horror la ojirosa de la montaña observo como aquel hombre se ponía de pie mientras todo su cuerpo era rodeado, formado e iluminado por rayos eléctricos, poseía una gran cantidad de energía, mucha más de la que cualquier humano podría siquiera soñar en tener

-Pones en riesgo tu existencia tan solo por estar frente a mi, te dije que no quería volver a verte - hablo Saramu en un tono de voz más grave mientras su ojos miraban a la mujer con desprecio

-Susanoo … - susurró la peliverde que entendía los rumores eran ciertos, aquel Dios había encarnado en un hombre, estaba entre los humanos. La codicia llenó la mente de la mujer consciente del poder divino que fluía en esa sangre humana, era enemiga del dios de la tormenta y en su último encuentro apenas y había salido con vida, pero si tomaba ese divino líquido carmín, se volvería más poderosa que la muerte misma, quiso acercarse de nuevo para atacar pero un grito lleno de furia y poder le detuvo mientras una gran luz llenaba la cueva, cuando finalmente está se disipó, los dos humanos habían desaparecido, lo único que la bruja de la montaña pudo encontrar, fue un pedazo de tela ensangrentada en el cual estaba bordado el símbolo de una cresta roja y blanca.

Varios años en el pasado antes de la masacre Uchiha

La joven de cabello negro y ojos grises lloraba bajo la protección de un árbol ante la constante lluvia, su misión había fallado, la batalla no solo le había dejado herida, si no que además había expuesto el futuro de su familia, Mojime jamás imagino o anticipó la inmensidad de los poderes de la bruja de la montaña, había perdido fácilmente ante ella aunque admitía su derrota había sido culpa suya al no tener el control total sobre sus propias habilidades

Había sido una completa idiota al pensar que lograría su objetivo, sus cálculos habían fallado y había llegado mucho antes de lo debido, había tenido la esperanza de al menos remediar su error encontrando a la maldita peliverde, pues imaginaba se encontraría invernando debido a la poca esencia de vida que lograba quitar de los viajantes en su montaña, pero estaba despierta y le enfrentó en batalla, su pelea fue fuerte y Mojime había dejado clara su descendencia, por desgracia la bruja le atraparía y le haría confesar su procedencia dejando permanentemente una idea en la peliverde, los Uchiha no solo serían descendientes del dios de la tormenta, si no que además crearían a sus propios dioses al mezclar su sangre con la de los Hyuga.

La pelea con aquella mujer había dejado maltrechos los ojos de Mojime, ya no tendría jamás el poder suficiente para volver a casa, a su propio tiempo, y ahora atrapada en el pasado se daba cuenta de que en realidad no había logrado nada. Más lágrimas rodaron por las mejillas de la joven Uchiha mientras aceptaba su esfuerzo había sido en vano, la frustración le llenó al entender que había violado los mandatos de su familia y había tomado la técnica ancestral de Uchiha Misato para viajar en el tiempo por nada, sin un claro enfoque debido a la poca información que había reunido sobre la bruja de la montaña, había perdido su camino.

Sus ojos se abrieron de par en par repentinamente, ahora lo entendía, la desgracia futura de su clan, el suceso que terminaría regresándola al pasado, había sucedido por culpa suya pues había sido ella la causa del interés de la bruja de la montaña en los nuevos Uchiha. ¿Qué podía hacer ahora? Un rayo de luz en la tormenta le hizo despertar, salir del estado en el que se encontraba ganando una realización, tal vez no podía volver a casa, tal vez no podía matar a la bruja sola pero ahora en este tiempo podía asegurar el surgimiento de su nuevo clan, su deber, su único propósito sería vigilar ambas familias y encaminarlas para que los fundadores se encontraran y al final unieran su sangre.

Algunos años en el pasado antes de la masacre Uchiha

Mojime había pasado los últimos cincuenta años vigilando, investigando y aprendiendo de los clanes Uchiha y Hyuga, había hecho lo que estuvo en sus manos para apresurar la unión entre ellos pero sus tácticas no habían funcionado, por desgracia tampoco podría intervenir en la masacre del clan de la cresta roja y blanca que se avecinaba, pues la pérdida de la vieja familia era necesaria para crear las cenizas de las que surgiría la nueva, solo así el padre fundador terminaría encontrando en su camino a la matriarca del clan que ahora corría el peligro de entregar su corazón a otra persona, si tan solo los padres de ambos jóvenes le hubieran escuchado. No importaba, al final la vida de ambos terminaría corriendo por el sendero correcto, además el sacrificio de los antiguos Uchiha a manos de Itachi, daría paso a la venganza del más joven que al cumplirse terminaría convirtiendo a su hermano en el guardián, por ahora ya solo tendría que esperar a que ese momento llegara como él mismo Itachi se lo había dicho en el futuro.

Días después de la masacre Uchiha

Los ojos negros del pequeño Sasuke de siete años, se llenaron de lágrimas que no dejó escapar, había despertado en el cuarto de un hospital solo para entender que la última imagen a sus ojos esa noche había sido real, su hermano, su preciado Itachi, había matado a toda su familia y había manchado las calles de su distrito con su sangre dejándolo vivo solo a él, aún le costaba creer que todo eso hubiera pasado y que además su hermano hubiera escapado sin mirar atrás, pero lo cierto era que le había abandonado.

Sasuke había permanecido en silencio desde que despertara, no había dicho palabra alguna ni cuando el Hokage le había visitado para confirmar su situación, su silencio había hecho creer a los médicos que aún se encontraba en shock por lo sucedido y estos habían decidido dejarlo un par de días más en el hospital, pero el pequeño no había soportado la sensación de soledad que le entregaba la habitación, un sentimiento que clavaba mas y más en su cabeza la realidad de su mundo, salió de la cama del hospital y abrió la ventana dejándose caer al jardín para escapar, no importaba la lluvia fuerte que empapaba sus ropas y le hacían sentir el frío intenso de la noche, quería alejarse de todo y solo podía correr para dejarlo atrás, más luego de algunas calles la fuerza abandonó sus pequeñas piernas y cayó al suelo rodeado de completa oscuridad, su conciencia al parecer le abandonaba también.

Despertó encontrándose en una vieja bodega de arroz, podía escuchar en el fondo el ruido de la lluvia que continuaba afuera, pero el sonido se perdió a lo lejos al sentir una cálida mano en su frente, su mirada encontraría un par de ojos color luna junto a él, una adorable niña estaba a su lado y el …conocía a esa niña, con tan solo mirarla recordaba el estanque y los dorados peces en el y así recordaba el día en que le había visto por primera vez

-Tran…tranquilo …. Sasuke-kun… – decía la chiquilla de cabello azul oscuro mientras acariciaba su frente – ya no … debes… correr más – el pequeño pelinegro no supo qué pasó, que magia había en las palabras de la niña que simplemente destrozaron sus defensas, el llanto dejó libre sus ojos mientras se abrazaba a la chiquilla que optó por acariciar su cabello con ternura, su madre solía hacer lo mismo con ella antes de que dejara a los vivos. No hubo más palabras, tan solo el deseo firme de confortar al otro.

Pocos años después de la masacreUchiha Hokage miraba atento los documentos en sus manos, aquellas hojas tenían la información completa de los jóvenes que pronto serían estudiantes de la academia, un nombre en particular llamó su atención, Uchiha Sasuke ingresaría ese año al entrenamiento, aún le costaba creer el valor y determinación del jovencito que años atrás se había quedado completamente solo, había muy pocos rasgos del antiguo niño en el, no solo en lo físico si no también en lo metal, le habían hecho madurar de forma repentina y su deseo de venganza parecía nublar todo lo demás. Su única esperanza era llegar a él a través de su maestro asignado, sin embargo aún no tenían noticias sobre Kakashi quien había sido enviado a atrapar a un grupo de ladrones, había desaparecido y sus esfuerzos por encontrarle no habían funcionado, temía por la seguridad del peliplateado más no cabía en su razón el pensar que le hubieran matado, Kakashi era un shinobi casi perfecto ¿Cómo alguien podría haberle derrotado?

Meses después de la partida de Kakashi del bosquede la muerte

Nozomi no había tenido más remedio que visitar a su amiga Kumiko, los malestares que semanas después de la partida de Kakashi se habían presentado, ahora le atormentaban con más fuerza y evitaban cumpliera con sus deberes como era debido, jamás se hubiera imaginado la reacción tan negativa que recibiría de la mujer anciana que había sido su asesora y su segunda al mando por mucho tiempo, prácticamente la había corrido de la choza luego de haberle confirmado su embarazo, por el momento lo dejaría pasar, pero era una situación sumamente extraña y desalentadora.

Kumiko miró desde la ventana de su hogar como su líder se alejaba de su casa, no había podido soportarlo, el saberla esperando un hijo había desatado recuerdos dolorosos en ella ¿porque Nozomi tenía el derecho de recibir algo que a ella le habían negado sin razón años atrás? Recordó su dolorosa vida en Suna, sus padres le habían dejado en la calle y el maltrató de la gente le hicieron huir de la ciudad, el Kazekage se jactaba de ser un líder justo con su gente ¿en donde se había metido cuando ella necesitó ayuda? No tuvo otra opción más que salir de ahí y buscar una vida mejor en otro lugar

Por desgracia su camino le había llevado a la tierra de las aguas termales, su trabajo en el palacio solo había sido la mentira de una vida nueva que se había dicho así misma, pues los peores años de su existencia los había sufrido dentro de los muros de ese palacio. El Daimyo había notado en ese entonces su hermosa presencia y le había enamorado, sin saber del todo en que momento, se había convertido en la amante del soberano que mantenía todo oculto de su familia real, le había mentido una y otra vez diciendo que le amaba y que lo dejaría todo, incluso el trono, por ella, pero su verdadera forma se había mostrado cuando le confeso había quedado embarazada, el monstruo en su interior había surgido y había ordenado a su hombres golpearla como castigo, varios de ellos cumplieron la orden sin piedad hasta que de entre sus piernas brotó sangre junto con la vida que no a había llegado a formarse, sin embargo su tormento no había terminado, el Daimyo la mantuvo en una de las celdas del palacio y le visitó noche tras noche para tomar su cuerpo y jugar con ella hasta que nuevamente le preñó y le hizo perder a su hijo del mismo modo en que perdió el anterior.

Con los años su cuerpo se fue marchitando en esa celda y cuando al Daimyo dejó de parecerle atractiva, cuando le dijo que era tan solo una vieja mujer, le golpeó de nuevo hasta dejarla inconsciente para así finalmente dejarla morir en el bosque de la muerte. Ella había sufrido, había perdido todo y ahora Nozomi, una niña mimada y rebelde, una muchacha tan soberbia como para rechazar la buena vida que su padre le había regalado, una chiquilla que nunca había sufrido nada de verdad, tendría todo lo que ella había perdido.

No, no dejaría que los pocos años que aún tenía de vida pasaran en vano, cumpliría con su venganza aún si después tuviera que morir también, al menos así dejaría el mundo de los vivos sabiendo que había hecho pagar al maldito Daimyo lo que hizo, tal vez era vieja y débil, pero esta aldea escondida en el bosque de la muerte tenía todos los recursos que necesitaba, con ellos de su lado lograría su venganza.

Varios años después de la partida de Kakashi del bosque de la muerte

El momento había llegado, Itachi había muerto años atrás y ahora podía llamarlo como el futuro guardián para tenerlo a su servicio, Uchiha Mojime se encontraba parada frente a la roca que sería en un futuro el memorial de aquel hombre, cerró sus ojos de color gris para luego abrirlos mostrando un brillo púrpura, comenzó a pronunciar las palabras y a formar con sus manos los Jutsus, cada vez más rápido, cada vez con más fuerza y entonces finalmente la piedra se abrió dejando salir una luz intensa, de entre aquella luz se divisó finalmente el desnudó cuerpo del joven guardián, Uchiha Itachi estaba de regreso.

(- - - - - - -)

¿En donde me encuentro? Se preguntaba el hijo mayor de Fugaku al verse despertar en una habitación desconocida llena de luz, su último recuerdo había sido el de la muerte al momento en el que su alma se desprendía de su cuerpo, pero algo la había detenido y la había arrastrado encerrándola en dicho cuarto, había tanta luz que todo a su alrededor era blanco, se levantó del supuesto suelo y camino con los brazos extendidas buscando algún indicio o respuesta, sin embargo se detuvo al sentir movimiento detrás de él, al girarse y para su sorpresa encontró un espejo al que podía distinguir con claridad, se acercó notando como su reflejo hacia lo mismo, más cuando estuvieron frente a frente, distinguió una mirada diferente en la otra imagen, sus ojos demostraban los años y las penurias vividas en una vida que no era la suya

-¿Quien eres? – pregunto el recientemente fallecido Itachi

-Aún si somos la misma persona – contestó su reflejo - no eres quien debes ser todavía, permanecerás aquí hasta que escuches el verdadero llamado, pero en este momento debo ser yo quien regrese con los vivos

-¿De que estás hablando?¿Regresar con los vivos?

-Descuida, lo entenderás en el futuro y con el tiempo, pero sólo hasta después de que Uchiha Misato termine de experimentar y jugar contigo – decía la otra versión de Itachi mientras jalaba a través del espejo a su gemelo….

Itachi abrió los ojos reconociendo la cueva en la que se encontraba, había funcionado, despertaba en el pasado como lo había predicho y todo gracias a la niña que rescataría en el futuro.

-Lo hiciste tal y como te lo dije – decía el joven de cabello negro a la anciana que le miraba con seriedad mientras posaba sus manos a su espalda

-Estás aquí para ayudarme como dijiste que lo harías – hablaba la mujer al tiempo que sus ojos grises se volvían blancos – sin embargo debo advertirte que este no es el tiempo correcto del todo

-Lo sé, pero la época en la que nos encontramos es de gran ayuda – contestaba el joven sonriendo de lado, el sufrimiento al que Misato le había sometido no había sido en vano, había aprendido, había visto los elementos clave de cada línea temporal y había creado un compendio, todos y cada uno de esos datos le había ayudado a crear la estrategia perfecta, a combinar esos elementos que harían la línea temporal perfecta, tenía la oportunidad de cambiar su historia y conseguir una en la que pudiera seguir viviendo y además tener felicidad para él y su familia, una en donde tampoco dejara fuera los excelentes resultados del futuro que conocía, los nuevos Uchiha estaban dentro de sus planes y dejaría que su hermano tuviera su propia historia feliz también.

Sin embargo no podía hacerlo ahora, debía seguir las órdenes y el juego de Mojime y lo haría mientras fueran de ayuda para sus propios planes, descubriría la identidad de la asesina, de la bruja de la montaña responsable del sacrificio de su clan en el futuro, ayudaría en lo que fuera para detenerla como lo solicitaba la anciana y estaba más que dispuesto a proteger a su hermano y a su futura esposa, dejaría que ellos cumplieran con el destino que formaría al nuevo clan, pero al mismo tiempo movería las piezas en su favor y obtendría su propia historia.

Tiempo Presente (un año después de la muerte de Minami)

Kakashi había mandado llamar a Sasuke, aún había un tema importante que debían discutir mientras seguía siendo el Hokage, faltaban sólo un par de meses para que Naruto tomara su lugar y no quería dejarle toda esa responsabilidad sin que contara con el apoyo correcto.

El último Uchiha entró despreocupadamente a la oficina, su carácter en ese último año había cambiado mucho, seguía siendo muy racional y serio pero ya no perdía el toque humano como antes. El joven de cabello negro tomó asiento frente a su mentor y espero en silencio para comenzar con su charla, la relación entre ambos hombres también había cambiado, la actitud que el peliplateado mostraba luego de su regreso del bosque de la muerte había hecho que Sasuke le viera de forma diferente, había madurado, se había vuelto una figura de autoridad y comprensión absoluta y se había vuelto a ganar el respeto del heredero, quien ahora no dudaba en pedir su consejo pues lo brindaba de manera oportuna y sin juego, se había convertido casi con todo derecho en un padre para el Uchiha.

-Gracias por venir Sasuke, no daré un largo discurso respecto a lo que necesito, simplemente iré al grano, Naruto está por tomar su lugar como el nuevo Hokage y como sabes, logramos una tregua con la ciudades a favor de los Dragones Rojos, una especie de calma antes de la tormenta y aunque realmente no se cuanto durará, se que cuando comience la batalla Naruto necesitará de toda la ayuda posible

-Lo sé, ese idiota necesitará apoyo … y pienso ayudarlo

-Naruto no solo necesitará ayuda, necesitará de alguien de confianza, alguien quien también le pueda mostrar sus errores y que le ayude a corregirlos, tú eres como un hermano para él y se que aunque no te lo pidiera harías todo para ayudarlo, pero no creo que sea suficiente

-¿Que es lo que quieres?

-Quiero que te conviertas en su segundo al mando, su consejero y el nuevo capitán ANBU, que formes de nueva cuenta el escuadrón y lo transformes en un grupo leal y de respeto como lo fue en sus tiempos de gloria, con ellos y tu ayuda Naruto estará bien respaldado

-Lo ANBU no son para pelear una guerra, si lo que esperas es un grupo para apoyar a Naruto en asuntos pequeños, puede hacerse, pero lo que esta aldea va a necesitar cuando la guerra llegue es un ejército, un grupo que sea capaz de pelear por toda esta gente

-Sasuke

-Sabes lo que siento respecto a los ANBU, nunca me han gustado y francamente dirigirlos no me llena de emoción, sin embargo estoy dispuesto a hacerlo siempre que se me autorice también crear una fuerza militar para proteger y defender la aldea

-Podría ser peligro, deberas tener un buen control de ellos y una gran lealtad de su parte si no quieres que su fuerza se revierta contra ti

-Puedo hacerlo, pero necesito tu voto de confianza para con el consejo una vez tomes tu lugar con ellos, escuché te les unirás luego de entregar el poder a Naruto

-Conseguiré su autorización pero por favor no hagas que me arrepienta

(- - - - - - )

La ceremonia de nombramiento estaba por comenzar, había nerviosismo y emoción entre todos los presentes, sobretodo en Kakashi quien muy en el fondo de su corazón admitía extrañaría trabajar como el líder de la aldea, aún tenía ideas que deseaba hubiera podido realizar, sin embargo estaba claro que para los sucesos futuros ayudaría mejor como el shinobi de las sombras que era y no como un personaje visible para todos, además Naruto había hecho un excelente trabajo durante su tiempo como su sustituto en su ausencia, y estaba más que listo para tomar el puesto de protector de la aldea de la hoja, por fin cumpliría el sueño que desde niño llenaba su cabeza.

Escuchó las puertas del recinto abrirse y a lo lejos pudo ver la figura de Naruto y Sakura saludando a la multitud que les aclamaba, esta no solo sería la ceremonia de nombramiento del rubio como el nuevo Hokage, si no que además, sería la boda de la singular pareja. Sakura se veía hermosa en su vestido blanco, estaba lejos de ser tradicional pero poseía un toque muy familiar, su cabello color dulce estaba escondido tras el velo que le daba esa imagen de elegancia, Naruto por su lado había dejado el naranja atrás, al menos por esa ocasión, y había optado por una Yukata negra fina que le hacía ver mucho más maduro.

Detrás de la gente que aclamaba a su nuevo líder y a su esposa, se encontraba otra pareja de cabello oscuro, la joven dama tenía una gran sonrisa en su labios mientras que el muchacho solo atinaba a sonreír de medio lado con una mirada de aprobación. Sasuke y Hinata habían cambiado mucho, ya no era un secreto la relación que tenían e incluso había ocasiones en las que demostraban su afecto en público, claro que la gente no solía observarlo por miedo a desatar la furia del pelinegro que no estaba dispuesto a compartir la hermosura y nobleza de su prometida, más bien su futura prometida, aún le parecía increíble que el muchacho le hiciera confidente de sus planes de matrimonio, bien era cierto que gracias al peliplateado, Sasuke había recuperada una vieja joya herencia de su familia que había sido robada del distrito Uchiha durante los años abandonado, poco después entendería que el muchacho pretendía usar ese rubí para el anillo de compromiso de Hinata. Kakashi sonrió levemente al recordar el momento en el que el muchacho le había mostrado la pieza terminada y le había dicho le quería como su padrino pues era su único familiar vivo aún si no los unía la sangre.

La noche pasó sin mayor incidente, salvo por el momento en el que el pequeño hijo de Neji, Shaji, había comenzado a llorar y no se había detenido hasta luego de una hora, era compresible pues tan solo tenía un año de vida y los padres primerizos no sabían del todo como tranquilizarlo, sin embargo Kurenai como toda una madre experimentada les había mostrado como dormirlo e inclusive había cuidado del pequeño para dar un respiro a los padres dentro de la fiesta.

Meses después de la boda de Naruto

La pelirroja jamás imagino disfrutar de un día soleado en el desierto, aunque tampoco hubiera sido capaz de adivinar su situación ni lo rápido en lo que se había transformado todo, había conocido al muchacho de cabello rojo tan solo hacia un año en casa de Sasuke y aunque al principio había sido incomoda su presencia, con el tiempo había notado algo en común con el chico quien era tal vez la única persona que entendía como se sentía, pues al igual que ella tenía su corazón destrozado al saber que la persona que amaba, amaba a alguien más.

No había sido difícil entender que Garaa sufría por la mujer que estaba en brazos de Sasuke y aunque sus ojos eran fríos había gran dolor en ellos, Karin lo entendía, ambos estaban enamorados de la persona incorrecta.

Recordaba el día en que lo había entendido todo, Garaa había vuelto a visitar el hospital, seguía pendiente del estado de Hinata luego del incidente que había ocurrido con la mujer de humo, y su disgusto podía notarse claramente en su rostro al enterarse de la desaparición de Sasuke. No se había apartado de la habitación de la chica, más no se había atrevido a entrar en ella y cuando finalmente había juntado valor para hacerlo, para retomar su cariño por la dama, el Uchiha había aparecido y había alegrado sin igual el corazón de su amada, los observo desde lejos comprendiendo que ella nunca sería suya y que además, el pelinegro estaba completamente enamorado de ella y daría la vida por protegerla.

Garaa no dijo nada, se apartó del hospital y de la pareja, más Karin lo había observado también todo e intrigada por la sensación de familiaridad, se acercó al chico iniciando la conversación que iniciaría su amistad por las coincidencias entre ambos. Poco a poco comenzaron a tener más encuentros y el día que el joven Kazekage había anunciado su retiro a sus tierras, Karin había decidido marcharse con el.

El brillo del sol le hizo despejar su mente de sus recuerdos, la joven bajo su vista entonces hacia el gran agujero en la tierra, una entrada a un oasis oculto bajo el desierto, Karin miraba como escondida había una pequeña selva con un lago en el que desembocaban dos rios subterráneos que formaban un par de cascadas en lados contrarios, la luz que se filtraba por el agujero creaba arcoíris al cruzarse entre las gotas de agua de aquellas cascadas, este era un paraíso secreto solo para ellos.

-Tenias razón, es muy hermoso - comentó Karin al hombre que se acercaba detrás de ella

-Nadie más conoce este lugar y he procurado mantenerlo oculto, es un recurso que podría beneficiar a Suna en el futuro- pronunció Garaa mientras llevaba sus brazos a su espalda para descansarlos

-¿Como fue que lo encontraste?

-Mi arena, era como si me llamara a este lugar, como si quisiera mostrármelo

-¿Alguna vez haz bajado? - pregunto la joven con una mano en la cintura

-No, solo lo he observado desde aquí arriba

-Me pregunto si ese lago será profundo

-Me parece que así es

-Investiguémoslo – dijo la chica dando un gran salto sin que el pelirrojo pudiera hacer nada, caía libremente y cuando estuvo cerca del agua formó una flecha con sus manos entrando de manera perfecta, Garaa alarmado buscó con la mirada algún indicio de la pelirroja y con gran alivio la observo saliendo a flote

-Anda, baja – decía Karin alegre mientras agitaba una mano para llamar al chico- este lugar es grandioso – el Kazekage estaba indeciso, no gustaba mucho del agua y aunque la altura no era un problema, no sabía si era conveniente estar atrapados en aquel oasis subterráneo, después de todo nadie le había explorado antes. Sin embargo la joven seguía llamándole y él sentía la necesidad de estar con ella, no lo pensó más y se dejó caer aunque si bajo con la ayuda de su arena

-Eso no era necesario – decía Karin mientras lo observaba descender y una vez lo tuvo a su altura, tomó de su mano y le jaló hasta que esté sin remedio cayó al agua

-Eso tampoco era necesario – dijo Garaa saliendo a flote

-Necesitas relajarte más

-Eso ya lo había escuchado antes

-Entonces hazlo- decía la pelirroja mientras comenzaba a nadar lejos de él pero al mismo tiempo le invitaba a seguirla.

Para Karin, Garaa era un atractivo enigma, tenía un encanto oculto que al parecer solo demostraba cuando estaba con ella, en algunas ocasiones era como un niño descubriendo el mundo y a la joven le encantaba ver su rostro lleno de un brillo secreto al entender mejor su alrededor, había momentos en los que su seriedad le recordaba a la de Sasuke, sin embargo no podía compararla, pese a esa seriedad jamás le trataba de manera fría y por ello gustaba de su compañía.

Luego de un largo rato de nado, salieron del agua y se dejaron caer sobre el poco pasto y arena que formaban la orilla de ese lago, la luz del sol que se filtraba por el gran agujero sobre ellos comenzaba a secar sus ropas aunque no de manera rápida. Karin giró sus ojos para observar al joven recostado a su lado notando que mantenía sus ojos cerrados con una mano sobre su abdomen y la otra bajo su cabeza, se veía tan apuesto con aquella calma que sin detenerse mucho a pensarlo mejor, aceptó una idea juguetona en su cabeza

-Creo que aún deseo seguir nadando, el agua era realmente deliciosa - hablo la chica mientras se levantaba y caminaba rumbo al lago

-Creí que esperabas secar tus ropas

-Yo no dije que las volvería a mojar- no hizo advertencia alguna ni siquiera cuando despojo su cuerpo de toda ropa, Garaa que había estado detrás de ella solo atinó a girar su rostro ligeramente teñido de rojo mientras sentía su corazón latiendo rápidamente

-No creo que esto sea apropiado- la pelirroja regreso a él colocando un dedo sobre los varoniles labios para que guardara silencio y luego bajo sus manos hacia su ropa, poco apoco comenzó a desabotonar la vestimenta superior del joven sin mucha resistencia por parte de este, le despojó de la parte superior y admirada bajo sus manos hasta sus pantalones para hacer lo mismo, pero esas manos fueron detenidas por las del chico- Karin-san…primero… - decía cerrando los ojos - dime que es realmente conmigo con quien deseas hacer esto, si no soy yo a quien ves, si lo que sientes no es por…mi, entonces lo mejor es detenerlo, yo se y entiendo que le querías también a él.

- le quería del mismo modo en que muchas otras le quisieron, de la misma superficial manera en la que Ino-san y Sakura-san le deseaban… una simple fantasía – decía tomando con ambas manos el rostro del chico – pero lo que ahora siento, lo que se ambos sentimos, es real…Garaa… ¿podríamos estar juntos?

-Si - contestó con seguridad el pelirrojo, Karin entonces continuó su labor despojando toda prenda de su cuerpo, tomó de su mano y lo acercó hasta la orilla del lago en el oasis, el agua del borde apenas y cubría por arriba de sus tobillos, sus mentes y sus miradas se enfocaron en la del otro hasta que la chica subio la mano masculina que había jalado en un principio, para colocarla sobre uno de sus senos, un único suspiro salió de ambos aceptando sus sentimientos y sus deseos, la pelirroja jaló ahora de la mano izquierda del hombre adentrándolos por completo en el lago, se sumergieron haciendo de Garaa el testigo de la bella imagen de la mujer cuyo cabello largo y rojo flotaba alrededor suyo haciéndola lucir como una sirena.

La pareja aún bajo el agua se acercó más y finalmente luego de rodear con sus brazos el cuello del joven, Karin posó sus labios sobre aquellos que deseaba tanto, pero fue Garaa quien profundizó el gesto dejando incluso que sus manos se deslizaran hasta la espalda baja de la chica, tomó de ella con fuerza y le jaló para pegar su pelvis a la de la mujer, su deseo estaba más que evidente.

Salieron a flote aún abrazados, pero deseoso nadaron hasta el borde y se dejaron caer sobre la arena de la cueva mojada y ligeramente sumergida en poca agua, el pelirrojo se recostó sobre su espalda a mientras la chica gateaba sobre él para tomar de sus labios nuevamente, le besaba con pasión mientras sus manos se entrelazaban con las de él. Al principio Karin solo se frotaba contra el duro miembro de joven, estaba erguido y poseía una textura que le enloquecía, quería sentirlo más y más y podía ver en la mirada turquesa del chico, que él también necesitaba de más, estaba por actuar pero fue Garaa quien finalmente le levantó un poco para introducir su virilidad en ella, el contacto, la fricción fue irremediablemente deliciosa al instante, Karin comenzó a montar al pelirrojo meciéndose con la ayuda de este que mantenía sus manos en la femenina cintura marcando un ritmo.

La unión era exquisita y cegado por el deseo Garaa levantó su cadera modificando el ángulo, la nueva posición le permitía penetrarla con mayor facilidad y enloquecía tanto a la pelirroja que está arqueó su espalda apoyándose con sus manos en las rodillas del chico

Las embestidas fueron con más fuerza, los gritos de deseo llenaron aquella cueva hasta que no pudieron contenerse más, Karin cayó en su primer orgasmo seguida de Garaa quien no evitó derramarse en el interior de la joven que luego de volver a la tierra se dejó caer sobre el cuerpo de su amante. El Kazekage le abrazó con ternura y le dejó descansar sobre su pecho mientras él mismo recuperaba la respiración, descansarían tan solo un poco pero sin duda volverían a unirse hasta quedar satisfechos.

-Me quedaré a tu lado Garaa

-Y yo estaré siempre a lado tuyo Karin

(- - - - - -)

De todas las actividades que tenía que realizar como el nuevo Hokage, está era para Naruto la más emocionante y feliz de su vida, pues sería él quien uniera a su mejor amigo con la mujer de su vida, Sasuke había pedido matrimonio a Hinata y luego de algunos meses habían decidido realizar la boda, más para el último Uchiha e incluso para su bella novia, la extravagancia estaba fuera de su lista, así que habían optado por una ceremonia tradicional, sencilla y casi secreta en su distrito

Neji y Tenten fungirían como los testigos de sus nuevos señores, Sakura acompañaría a su esposo en la unión que él dirigiría y Kakashi sería el padrino, Hinata hubiera deseado la presencia de Shino y Kiba, pero el primero ya casado con la doncella de las flores esperaba los resultados de embarazo de su esposa y el segundo ya se había marchado a la isla diamante para proceder con su propio matrimonio, Hinata recordaba como había sido una terrible despedida la de Kiba, pocos días antes de marcharse, se había descubierto el nombre de Kikomena Kanaye entre los invitados a su ceremonia, las sospechas entre la relación de la familia real de la isla diamante con los dragones rojos y la mujer que buscaba a Sasuke no se hicieron esperar y la atctitud defensiva del joven de mejillas tatuadas no había ayudado mucho a resolver el conflicto. Poco se imaginaban los shinobis de la aldea de la hoja, que Kiba no podía tener una opinión diferente a la de su prometida y su padre ya que temía la familia de su mujer atentara contra la aldea si se cancelaba su matrimonio

Naruto estaba listo para iniciar la ceremonia, Sasuke estaba a su lado vestido con una yukata de color azul marino, era sumamente elegante y estaba hecho con telas muy finas, en su espalda estaba borrado el símbolo de la familia Uchiha, símbolo que también estaba grabado en las muñecas del vestido blanco y hermoso de Hinata, su diseño era tradicional y la joven se había peinado y maquillado como toda una princesa ancestral, Sasuke le vio caminando hacia ellos de la mano de Neji, no apartó sus ojos ni por un segundo de la femenina figura, sin embargo por un segundo, por un instante que pasaría rápido, vio caminar hacia él no a la Hinata en vestido blanco, si no a otra doncella igual a ella, su cabello estaba sujetado arriba de su cabeza adornado con flores y piedras preciosas, no llevaba puesto un traje de novia si no un hermoso vestido digno de una princesa, en esa fracción de segundo se miró así mismo y del mismo modo noto que no llevaba su traje azul si no una armadura, la armadura de un guerrero Dios, no dijo nada y la visión desapareció tan rápido como había aparecido, más un pensamiento ajeno y a la vez familiar y arraigado cruzo por su mente velozmente "al fin te encontré… mi princesa"

Un año después de la boda de los nuevos fundadores

La guerra había comenzado, los dragones rojos habían salido de entre las sombras y habían atacado, los primeros en caer bajo su movimiento habían sido los habitantes de suna, por surte Garaa había solicitado ayuda de manera oportuna y Naruto junto con su segundo al mando Sasuke y su recién creado grupo militar de las sombras, habían llegado a tiempo para un contraataque

Habían pasado varios días ya desde entonces, los conflictos iban y venían, había días en los que no sabían nada del enemigo solo para descubrir que habían emboscado a varios de sus hombres, había rumores sobre un arma mortal que continuaban perfeccionado y aunque aún no había nada confirmado, los shinobis de la aldea de la hoja no podían más que estar atentos a los movimientos de los Dragones Rojos

Pese a todo esta era la noche de descanso para Sasuke, el escuadrón de Hinata había regresado de su misión también por lo que ahora la joven se encontraba en la tienda de campaña de su esposo, las batallas habían sido duras y tan solo buscaban un descanso en los brazos del otro aún si era sobre la fría cama de una tienda de campaña. Sin embargo había algo molestando al pelinegro, una confesión que no deseaba pero tenía que dar a Hinata

-Mañana debo marcharme a Kogunaidoma- susurró Sasuke manteniendo su barbilla sobre la cabeza de su amada

-¿Que dices? - pregunto la dama girándose a él

-Hay reportes del general Shubamu en la zona, es mi oportunidad de encontrarlo y enfrentarlo

-Pero acabas de regresar de batalla, mereces al menos un día de descanso, además... - decía la chica al tiempo que se enderezaba

-No puedo quedarme sin hacer nada, no si tenemos la posibilidad de encontrar a uno de los generales de los dragones rojos

-Es peligroso y aún no estás al cien por ciento, no puedes arriesgarte así

-Debo hacerlo, es mi deber y Naruto confía en mi para localizar a ese hombre

-¿Lo haces por tu deber o porque tú deseas derrotarlo?- pregunto la ojiperla observando enojo en el rostro del hombre – entonces iré contigo

-Tu tienes tus propias misiones Hinata, tu escuadrón es reconocimiento y tu eres fundamental para ellos

-¿Es que solo tu debes arriesgarte?… ¿porque no puedo ayudarte? yo… es que yo…- no dijo nada más, tan solo salió de la cama y se marchó de la tienda de campaña, Sasuke se sentó sobre el lecho observándola partir, no quería decepcionarla y mucho menos quería hacerla sufrir, pero ambos habían acordado entrar a la guerra y responder al llamado de su Hokage como era debido. Suspiró pasando su mano por su cabello un poco largo y negro, no quería discutir con ella y si se separaban no quería que sus últimas palabras fueran de enojo, salió de la cama y fue en busca de su princesa, la encontraría al poco tiempo recargada en un árbol sobre un risco que daba una hermosa vista al mar

-Hinata

-Lo lamento, fue un acuerdo y me eché para atrás..yo.. – decía mientras sentía como su esposo se sentaba a su lado también recargado en el árbol

-no fue mi intención hacerte enojar, solo quiero que entiendas, no lo hago por mi orgullo, no es que quiera vengarme de ese hombre aún sabiendo lo que el maldito hizo, si lo derroto estaremos un paso cerca de terminar con esta guerra y volver a casa Hinata, estoy cansado de pelear, tan solo quiero que hagamos nuestra vida con paz - le ojiperla guardo silencio, entendía el deseo de su esposo pues ella misma estaba harta de las batallas, la guerra había comenzado y en poco tiempo se había vuelto lo mas cruel y duro de su vida, la chica continuó con su silencio más le dedicó una suave sonrisa, acarició el cabello negro de aquel hombre con ternura y subió a su regazo para besarle

-Lo entiendo...cumple con tu deber Sasuke – susurró para luego volver a besarlo enredando sus brazos en su cuello, Sasuke no se quedó atrás y deslizó sus manos por la adorable espalda de su esposa, su camino lento y amoroso le llevaron hasta los glúteos de las doncella los cuales masajeo sin reparo alguno, era evidente lo que ambos deseaban y sabían esta sería tal vez su último encuentro en mucho tiempo.

Ansioso por sentirla el muchacho bajo sus pantalones hasta sus muslos liberando su miembro, Hinata se levantó un poco de su posición y movió de lado su ropa interior dejando libre el centro entre sus piernas, Sasuke no esperaría más y se deslizaría dentro de ella, la sensación como siempre era perfecta, pero había algo diferente en esta unión, ambos podían sentirlo, era un llamado muy fuerte que les llenaba de deseo, el muchacho comenzó a moverse y cada embestida les llenaba de energía, de una corriente eléctrica que les erizaba la piel mientras recorría todo su cuerpo, sus movimientos seguían siendo lentos pero la sensación era 10 veces mayor. Sasuke tomó los senos de su esposa con las manos y masajeo la punta ganando suspiros llenos de deseo de la ojiperla, esta derretida por las caricias de su amado movió con un poco más de fuerza las caderas y se enderezó lo suficiente para tomar sus labios en un largo y apasionado beso.

El joven estaba al límite, yo no podía contenerse de ninguna forma, Hinata se sentía del mismo modo y aunque en el fondo sabía debía emplear el jutso en ese momento, no lo hizo, su mente se apagó ante la cantidad de placer que inundaba su cuerpo y se dejó llevar por esa corriente culminando, Sasuke al sentirla llegar al orgasmo se dejó sucumbir del mismo modo y se derramó en su interior con una fuerza que jamás había sentido antes, le llenó de su semilla mientras desfallecía por la sensación y el esfuerzo que esa unión había tomado de ambos. Hinata se dejó caer sobre su pecho tratando de recuperar el aliento, su corazón latía desenfrenado mientras aun podía sentir a Sasuke en su interior, su unión era cálida sin movimiento alguno, pero era necesario que terminara, se levantó un poco juntando sus piernas aún sentada en el regazo de su esposo mientras este le abrazaba susurrándole cuanto la amaba, esta sería su despedida con dolor en el alama sabiendo que a apartir de la mañana siguiente no se volverían a ver.

Seis años en el futuro después del término de la guerra

Naruto apenas y podía creer lo que leía en esa carta, habían pasado casi seis años desde que se vieran por última vez y ahora Kiba, el nuevo señor de la isla diamante exigía una explicación sobre el último ataque, su amenaza de reiniciar la guerra para sus propios fines estaba más que plasmada en sus palabras, el rubio jamás imagino tendría como enemigo a uno de sus antiguos amigos, pero al parecer ya no habría modo de evitarlo. Resignado cerró el puño con la carta en su interior, no podría seguir atrasando el siguiente movimiento, el conflicto había dañado a tantos que las antiguas relaciones, las viejas caras familiares y los amigos de años pasados, tenían poco valor ahora, suspiró de nueva cuenta y dijo a su guardián ANBU dejaran pasar a su general a la oficina

-¿Que has decidido? - pregunto Sasuke acercándose a su escritorio

-Si hacemos esto… no habrá marcha atrás, amigos se volverán enemigos, no tendremos nadie en quien confirmar

-Si funciona correctamente, Suna se volverá zona de paz y por tregua no podrán hacerles daño, te ganaras un aliado y la confianza eterna del Kazekage sin duda

-El tiene una deuda de vida contigo teme - dijo Naruto sentándose- creo que Garaa es y siempre será un aliado de confianza - suspiró- de acuerdo, da la orden… comenzaremos al amanecer

-Así se hará Hokage-sama

Varios años en el futuro, veinte años después de la boda de los nuevos fundadores

El padre fundador del clan de la cresta roja y blanca había sentido un fuerte temblor en las tierras de su distrito, alarmado había salido de la casa principal dejando a Hinata-hime de delicada salud, bajo los cuidados de su hijo mayor y su esposa, Sasuke un hombre mayor de largo cabello negro que dejaba ver algunos mechones de pelo gris, brincaba de una tejado a otro adentrándose en la parte más lejana de su distrito, a lo lejos podía ver el memorial de su antigua familia caída y frente a la roca en honor de su hermano, distinguía la figura de su último hijo Misato, corrió hasta él y sorprendido notó sus ojos brillando de color púrpura mientras su manos aún dibujaban el último jutso que había realizado

- Misato... ¿que has hecho?

- lo he logrado padre... lo he traído de vuelta

- ¿Que dices?- pregunto Sasuke girándose para notar detrás de su hijo la figura de un hombre desnudo que apenas y podía ponerse de pie, su rostro estaba escondido bajo su largo cabello negro, más cuando por fin subió su mirada, el fundador del nuevo clan notó con horror que su hermano, Itachi, había vuelto de la muerte.

Varios años en el futuro, cien años después de la muerte de los fundadores

Las grandes puertas del distrito Uchiha se abrieron para darle paso al heredero, el hijo pródigo había vuelto luego de su viaje de entrenamiento, al ojigris no le sorprendió encontrar alarma en los miembros de su clan pues habían llegado rumores a él durante su tiempo fuera, la asesina estaba de regreso y estaba sedienta de la sangre Uchiha.

-Padre – saludó Katsuro a Uchiha Daiki al verle llegar a su lado

-Me alegra verte de nuevo hijo mío – contestó el hombre dando un abrazo al muchacho - estábamos preocupados aunque sabíamos volverías pronto pero temo solo esperábamos tu llegada para atender un tema de suma importancia

-Lamento haber tardado, tuve asuntos que resolver primero - suspiró - padre ... escuche lo que está pasando, se que ella a vuelto

-Aún no es tarde, haremos que nuestro clan sobreviva como nuestros fundadores habrían deseado y derrotaremos a ese monstruo cueste lo que cueste

-Padre… la situación podría ser más peligrosa de lo que imaginamos… creo que es momento de que evalúes si estarás dispuesto a permitir… el uso completo de nuestros poderes, es momento de eliminar el mandato establecido por Uchiha Sasuke

Daiki lo pensó por un momento, permitir la liberación de tanta fuerza podría ser peligroso, el gran patriarca del nuevo clan había sido testigo de las posibilidades y el mismo había prohibido esa libertad debido al daño, por ello solo había dejado que su último hijo explorara los límites de esa fuerza, pero esta era una situación en la que no podía albergar dudas pues de hacerlo la sangre del clan podría derramarse nuevamente - Nuestra familia corre peligro, se que él estaría de acuerdo conmigo al decir que haremos todo lo que sea necesario con tal de salvarla, no importa si eso nos lleva al uso de los poderes oscuros de nuestra sangre … pero primero debemos aprender a controlarlo, el anciano Uchiha Misato está aquí y está dispuesto a ayudarnos

- entonces hay esperanza - terminó el chico y luego siguió a su padre hasta la mansión, a lo lejos les veía el viejo Uchiha y Hayami la actual capitana de las sombras, una extraña sensación se interno en sus cuerpos al entender lo que Daiki decía a su hijo, estaba dispuesto a literalmente arriesgarlo todo con tal de derrotar a la bruja y salvar a su familia de una vez por todas

-Espero tu tío entienda lo que hace, esto es enteramente decisión del líder del clan pero es posible que tenga que lidiar con terribles consecuencias después - decía Misato girando su mirada a la joven a su lado - supongo tu mejor que nadie sabes lo peligroso que puede llegar a ser dejar salir tanto poder sin el control suficiente

- escucharlo de usted es una gran ironía ¿que no ha sido a causa suya que su padre, Uchiha Sasuke diera ese mandato? - dijo la ojigris con veneno oculto en la voz

- me recuerdas tanto a mi hermana Mikuyi, siempre sabía que decir y como decirlo para herir a alguien- dibujó una sonrisa de medio lado bajo el gran bigote y barba blanca - si, fue a causa mía que se diera ese mandato, pero el castigo a diferencia tuya, no fuera por quitarle la vida a tantos inocentes, si no por regresársela a una sola persona - hablaba el anciano mientras sus ojos brillaban de color púrpura

-Fue un accidente – decía Hayami con la voz entrecortada - nunca fue mi intención lastimar a alguien y mucho menos… tomar su vida, mi padre y mi tío lo saben, incluso el mismo Hokage…Akiyama lo entendió y me perdono

-Bueno, como yo lo veo – dijo el anciano tronando su espalda – lo mejor es prevenir que otro accidente como ese se repita, tendremos el control pequeña y defenderemos a nuestra familia - y diciendo eso se marcho dejando a la ojigris sola y pensativa

Muchos años en el futuro, trescientos años después de la muerte de los fundadores

Los vestigios de la aldea de la hoja aún seguían siendo consumidos por el fuego, el acto de la despreciable bruja de la montaña había sido cruel, su venganza ya no solo había sido contra los Uchiha, quienes años atrás le habían derrotado, si no contra todos aquellos que estuvieron contra ella, había tomado la vida de los inocentes en la aldea, la muerte del mismo Hokage sería un acto que el Daimyo de la tierra de fuego no perdonaría.

El hombre vestido de negro escuchó a la inocente y única alma con vida despertando detrás de él, Itachi había sido despertado por la familia de la cresta roja y blanca, pero ni él había sido lo suficientemente rápido y eficaz para ayudarles, tan solo había llegado a tiempo para defender a la pequeña niña de ojos grises y escapar con ella, el resto de su familia no tuvo tanta suerte

-¿en donde estoy? – decía la niña de cabello oscuro con miedo, su rostro aún estaba sucio de la ceniza y lodo del lugar donde se había escondido, su madre le había puesto ahí para evitar su muerte con la esperanza de que alguien le salvara, y el guardián lo había logrado

-Estás a salvo ahora

-Mami… papi.. ellos…

-No hay nada que hacer por ellos, perecieron con la aldea - decía Itachi agachándose junto a la pequeña

-Están… muertos...- decía la ojigris mientras nuevamente dejaba salir su llanto

-Es mejor que sepas la verdad ahora niña, eres la única sobreviviente de nuestro clan y la aldea de la hoja

-¿Que voy a hacer?

- no puedo protegerte eternamente, mi existencia en este mundo es temporal y corta sin la presencia de quien me ha llamado para mantener el jutso encendido, pero te llevare a un lugar seguro - decía poniéndose de pie - quiero que te asegures de sobrevivir porque eres tú la única que puede hacer que todo gire, tu eres la única que puede iniciar esta historia y el ciclo completo

-¿Que quiere decir? - preguntaba la niña mientras tomaba la mano que le ofrecía el hombre para ponerse de pie

-Escucha bien mis palabras Mojime, aprende cuanto puedas de estos pergaminos- decía al tiempo que le entregaba un viejo cofre - cuando el momento llegue podrás llamarme, convócame a tu lado cuando creas es justo el tiempo, cuando estés lista para atacar y te ayudaré – dijo Itachi poco antes de tomar a la niña en brazos para salir del escondite donde estaban y dirigirla a su nuevo hogar, si todo salía como lo había planeado, pronto despertaría en el pasado y entonces pondría en práctica su plan

(- - - - - - - - - - - - - )

Aquí concluye la primera parte de esta historia, agradezco la leyeran y espero les haya gustado, pero esto aún no termina, no se pierdan la segunda temporada en donde se resolverán dudas y habrá más preguntas además de un spin -off con el futuro creado por Itachi

Gracias por sus comentarios