Star Wars y sus personajes no son propiedad mía sino de Disney aka Lucas Films, lo único de mi intelecto es la historia aquí presentada.
Rey se permitió respirar sonoramente al sentir que el carruaje en el que iba con Rose y Beaumont comenzaba a moverse. El viaje duraría aproximadamente cuatro días si el clima era bueno, sino, podrían tardarse incluso una semana en llegar a la capital.
— ¿Nerviosa? — Preguntó Rose, que llevaba unas ropas elegantes como las de ella.
— La última vez que viajé, no fue una experiencia muy agradable. — Soltó — Pero por lo menos, ignorado los peligros de los asaltantes, sé que podré dormir un poco más cómoda y tendré comida decente estos días.
Rose asintió con la mirada gacha.
— Perdón — Se disculpó — No debí haberlo mencionado.
Rey negó.
— Para nada, voy a superar mis miedos, es necesario. — Dijo firme tanto para tranquilizar a Rose como a ella misma.
Beaumont que seguramente podría haber escuchado todo, estaba absorto en un libro, así que Rey y Rose pudieron platicar de cosas triviales por un tiempo. El cambio de tema fue bueno, rieron un poco, se cambiaron de asiento, abrieron las ventanas y en ningún momento el hombre se percató de lo que pasaba a su alrededor.
— ¿Qué lee? — Preguntó Rey al percatarse que tenía una gran habilidad de concentración, ella estaba segura que si se ponía a leer al igual que él terminaría mareada en menos de diez minutos.
— Beaumont tiene muchos gustos literarios — Le explicó Rose — Pero al parecer lo que ahorita está leyendo es…
— Hechicería y herbolaria — Respondió él antes de que Rose lo hiciera, al mismo tiempo que bajaba el libro que sostenía y les mostró la cubierta vieja. Tal vez si las había escuchado todo ese tiempo, simplemente se había resignado a ignorarlas. — Volumen II.
Rose asintió y él se dispuso a continuar con su lectura, pero Rey quedó sorprendida. Él parecía un hombre de los eruditos, ¿Por qué había optado por leer algo así?
— ¿Enserio crees en ello? — Preguntó Rey ambigua.
Rose y él la miraron como un bicho raro.
— ¿Tú no? — Dijeron al mismo tiempo, Rey por un momento enrojeció.
— ¿Debería? Digo, creo en un Dios y todo eso, pero de ello a los fantasmas y la magia negra…
— No me pudo creer lo que estoy escuchando — Dijo Rose mientras la observaba, de cierta forma parecía ofendida — Rey, pero si tú la has practicado.
— ¿Lo he hecho?
— ¿Las sesiones con el señor Thane? Por favor, no me digas que eres tan inocente.
— Sólo meditábamos.
— Mientras abrían su conciencia a las cosas del más allá — Dijo convencida Rose — Es por eso que lograste desbloquear tus memorias, te acercaste al lado Luminoso.
— ¿Lo hice? — Rey se sentía en un dilema — No recuerdo que hayamos conjurado algo así en esas sesiones, a lo mucho poníamos algo de incienso.
Beaumont cerró su libro para enfocarse totalmente en ella.
— La definición de magia es hacer que tu voluntad se cumpla, sea científicamente posible o no. — Le dijo mientras la miraba fijamente — Tu voluntad deseaba recordar cosas del pasado y lo hiciste, hiciste magia. Puede que digas que fue algo sin importancia, pero si no hubieses hecho esas sesiones de meditación, no hubiese logrado nada. Tal vez la meditación es una de las cosas más ligeras de todas, pero la magia está ahí, lo pudiste vivir.
Rey sintió como sus brazos comenzaban a erizarse, no podía mentirle, en efecto había sentido algo electrificarte cuando meditaba, pero de eso a la brujería, sentía que era una distancia que aún no podía creer tan fácilmente.
— ¿Por qué estás leyendo eso? — Intentó cambiar de tema.
— Hay un dicho que dice que en la guerra y el amor todo se vale, y cuando se trata de la Primera Orden, te aseguro que ellos utilizan de todo. Incluso cosas que pueden ser consideradas inmorales o anti naturales.
— ¿Me estás diciendo que ellos usan brujería? ¿Se ponen a meditar como yo?
Rose bufó.
— Hay todo tipo de magia: luminosa, oscura, caos. Y para realizarla también hay muchas formas de conjurarlas; usando el vudú, control mental, realizando rituales con o sin sacrificio, todo depende de que voluntad tengas, ellos utilizan la más peligrosa de todas.
— La del Lado Oscuro. — La voz de Beaumont se agravó de repente, Rey comenzó a incomodarse. — Por eso me pongo a leer, debemos de crear protecciones para nosotros y nuestros seres queridos.
— ¿Es cierto? — Ella seguía con poder creer lo que escuchaba, nunca se había acercado mucho a la espiritualidad y ahora recordaba porqué, le temía. Y más le temía a la facilidad con el que ellos hablaban.
— ¿Has escuchando la frase "Son unos desalmados"? Cuando se trata de la Primera Orden, te aseguro que con ellos la descripción les queda literalmente. Al pedir mucho pierdes mucho, y usualmente lo que uno ofrece son pedazos o trozos de su alma… hay veces que la avaricia es tanta que les deja sin ella. Es por eso que los altos mandos son tan crueles, se han deshumanizado totalmente, créeme que aunque no lo digan, todos son partidarios de esa secta.
Rey sentía que la temperatura del carruaje estaba descendiendo, esa plática no era para nada agradable, sin embargo la curiosidad le estaba ganando.
— ¿Y qué consiguen al perder su alma?
— Que su voluntad se haga realidad — Repitió Beaumont — Ganar batallas, saber cuándo los vamos a atacar, que el clima les favorezca en una lucha, que un enemigo se enferme, transformarse en animales o controlar a sus soldados rejegos para que sigan sus órdenes sin importar su moral.
Rose pudo notar como el rostro de Rey cambiaba al escuchar esto último.
— ¿Controlar a las personas? — Preguntó con la garganta seca. Beaumont decidió mostrar parte del escrito que sostenía.
— Existe una amplia variedad para hacerlo: amenazas, hipnosis, con bebidas alucinógenas, incluso con su sangre, o de todo un poco ¿Quién sabe? — Rey podía ver en el libro como había imagen de una silueta humana con sombras y humos alrededor de su cabeza, además de varias simbologías como cruces inversas. A pesar de que el carruaje iba en un camino sin grava, ella sentía como comenzaba a marearse.
— No es posible.
— Lo es — Dijo Rose — Dónde yo vivía vi mucho de ello. Los representantes de la Primera Orden eligen a jóvenes y les prometen lo que más desean. La mayoría quedan convencidos con el dinero y la gloria que pueden ganar, pero otros cuantos que prefieren estar con su familia o pareja, a veces son amenazados con herir a su familia, o a la inversa, los engañan para ofrecerles la fortaleza que necesitarán para defenderlos de la guerra. Tal vez sea el miedo inculcado o algo así, pero muchos aceptan beber de sus "medicamentos". Unos se vuelven locos, otros adictos y otros sencillamente desaparecen, pero luego son encontrados como soldados caídos en una batalla.
Rey recordó el miedo con el que Finn vivía sobre la Primera Orden ¿Sería por eso? ¿Por temer convertirse en algo en contra de su voluntad? Recordó que él le dijo que estuvo involucrado en ella por un tiempo, les temía, y ahora entendía porque.
— ¿Hay alguna manera de saber si alguien ha sido controlado por ellos?
Beaumont pasó varias páginas del libro, al parecer lo conocía bien.
— Hay muchas señales, dependiendo de qué control les están aplicando, pero hay unas que son las más conocidas.
— Dejan de ser ellos mismos — Interrumpió Rose — Por ejemplo, si la persona que es embrujada le gustan mucho los gatos, al siguiente día de forma inexplicable los odiará e incluso podría ser alérgico a ellos. Si es una persona que come mucho podrá pasar días sin ingerir alimento alguno, e incluso no dormirá. Comenzará a olvidar ciertos recuerdos y se alejará de sus seres queridos, incluso los atacará.
— Deben de tener un símbolo donde quien los controla puede ejercer su poder — Volvió a retomar el tema Beaumont — Además del cambio de comportamiento, las personas sometidas a los embrujos tendrán algún artefacto que defenderán a toda costa, ese es su alianza con el brujo que los domina, se tornarán violentos, inexpresivos, tendrán lagunas mentales e incluso podrían aparecerles rasguños o marcas en su cuerpo.
Rey estaba pensando en alguien, alguien que se había prometido no recordar… sin embargo las similitudes eran demasiadas como para ser ignoradas.
— ¿Podrían atacar a sus seres queridos?
— Por supuesto, pongamos otro ejemplo, estás siendo controlado y la Primera Orden se encarga de que lo sepas, por lo que decides decirle a tu familia que se alejen de ti porque eres peligroso, sin embargo al hacerlo, tu desesperación por protegerlos será tal, que te tornarás violento y los lastimarás tú mismo. Como los has herido y estás asustado, te unes a la Primera Orden para poder controlar tus impulsos lejos de ellos, o buscas una forma de morir para explicar tus malas acciones en contra de ellos.
— Son unos abusivos — Agregó Rose — Siempre te van a explotar tus debilidades…
— Es por eso que intenta ocultar sus verdaderos sentimientos… — Soltó Rey. Al sentir las miradas sobre ella, decidió volver a preguntar — ¿Hay alguna manera de romper el hechizo? ¿Debilitarlo?
— Usando el crepúsculo y el amanecer. — Beaumont tenía una voz atractiva — El hechizo es fuerte cuando el sol y la luna se posicionan en el cielo, sin embargo en estos momentos, ambos están haciendo un intercambio, por lo que es el momento cuando el control se debilita y las personas toman conciencia de sus acciones. Es por eso que intentamos organizar redadas a esas horas, porque ellos están más vulnerables…
Beaumont siguió hablando pero Rey no lo escuchó, estaba pensando en él, siempre hablaba con él a esas horas, antes de que amaneciera, ¿Podría ser cierto? ¿Estaría siendo manipulado por el Lado Oscuro? Muchas de las cosas que decía su compañero concordaban, sus cambios de actitudes la mareaban como si fueran dos personas distintas, aunque puede que hayan sido "personalidades" diferentes.
Sintió un escalofrío, casi podía apostar que la empuñadura en forma de cruz de él era el artefacto que lo controlaba.
— ¿En qué piensas? — La sacó de sus pensamientos Rose — Te has quedado callada.
— Que es irónico que nosotros como Resistencia estemos en el lado Luminoso mientras ellos en el Oscuro. — Mintió.
— Solo la luz puede derrotar la oscuridad. El día tiene más horas con sol que con luna.
— ¿Te refieres a que alguien del lado luminoso puede romper sus maleficios?
Beaumont asintió.
— Necesitas la hora correcta, el brujo correcto y el artefacto de embrujo e incluso yo, podría hacerlo.
Rey volvió a pensar en él ¿Sería por eso que la había tratado así? Tiempo atrás lo hubiese justificado con esa historia por más fantasiosa que se escuchase, pero en el presente ya no estaba tan segura, y aunque ese fue el caso, él la hirió bastante, no justificaba sus acciones.
Negó con la cabeza, embrujado, sufriendo control mental o lo que fuese, era problema de él por involucrarse con la Primera Orden, ella estaba ahí por una misión y se enfocaría en realizarla con éxito. Él no tenía nada que ver con ella en ese punto.
— Cambiemos de tema — Pidió — Si seguimos hablando de esto no podré dormir en los próximos días, me han asustado.
Rose y Beaumont asintieron, ella decidió sacar una baraja para que comenzaran a jugar mientras él se volvía a concentrar en su libro. Rey supo que su rostro mostró algo que los hizo aceptar su sugerencia, decidió ignorar el hecho de que se veía pálida y nerviosa, e intentó concentrarse en el juego, si cedía a sus pensamientos era lógico que no dormiría a causa de tener la posibilidad de regresarlo a la normalidad.
Su mente decía que no lo valía, pero su corazón, muy, muy, muy en el fondo tenía esperanza.
Llegaron a la capital en cinco días, el único tropiezo que tuvieron durante el viaje fue una llanta quebrada que tuvo que ser reconstruida y que les quitó un poco más de medio día de viaje. Exceptuando eso, todo iba bien, cuando el cochero anunció que iban entrando a la ciudad, Rey se maravilló por semejante vista que la pequeña ventana le ofrecía.
Grandes árboles, edificios altos y muchos coches como en el que iba estaban todos alrededor de ella. Los árboles eran unos que no había visto nunca, ya que sus pétalos eran violetas, y sus troncos parecían delicados, luego, mucho ruido comenzó a escucharse, la vendimia parecía nunca acabar, había carruaje comunitarios y las personas luchaban por obtener un asiento, se veían caballos sin jinetes y la gente caminaba al lado de ellos sin miedo alguno.
— Wooow — Exclamó mientras más quería sacar la cabeza del carruaje para seguir observando las ciudad.
— Es así de impresionante la primera vez que la ves — Dijo Beaumont, que incluso había bajado su libro "Leyendas y tradiciones Oscuras" para poder disfrutar del cambio de vista. — Te acostumbrarás.
— Nunca podré acostumbrarme... ¡Hay demasiada gente! ¿Habrá alguien que pueda conocer a toda? — Rose le quitó las palabras a Rey de la boca, pero ambas estaban absortas viendo todo el panorama, las casas estaban construidas con diferentes materiales, y todos eran mucho más atractivos que las otras, Rey pudo haber jurado que incluso algunas tenían decoraciones hechas de oro.
Dejaron la vía concurrida y el carruaje se dirigió a una zona residencial que Beaumont se encargó de explicar.
— El estilo de esa casa es victoriana, esta otra es gótica, la podrás distinguir por la cantera que cubre su fachada.
Rey nunca había visto el material "cantera" pero al ver como se impregnaba a las paredes de los hogares le pareció la cosa más bella que hubiese visto, la cantera que estaba viendo estaba en todos los colores imaginados, beige, piñón, oscura, ¡Incluso rosa! A pesar de que muchas casas la tenían, todas se veían diferentes unas de las otras.
— Y la casa de ahí es a donde vamos — Señaló el hombre a una casa que igual tenía cantera beige lisa y un gran barandal forjado con herrería verde, cubría la mitad de la cuadra, pero a pesar de ser pequeña para el gusto de Rey, a comparación del resto de las casas era de las más grandes.
— Es hermosa — Soltó Rose, que ya se imaginaba caminar por esos rumbos con sus vestidos nuevos y sus sombrillas acorde. — ¿Tendrás suficiente espacio para nosotros?
— Ellos son de los nuestros, por supuesto que tienen espacio de sobra.
Dicho esto el trio vio como el cochero se presentaba con el guardia del gran portón y entonces entraba para darles la vista del mejor jardín que pudiesen haber imaginado, era un jardín bien cuidado, con flores coloridas y árboles pequeños y podados, no había ningún árbol y hortaliza frutal, pero por el tipo de casa en la que estaban, las chicas advirtieron que ahí no necesitaban cultivar sus propios alimentos o ganado.
— Adelante, el maestro los espera — Anunció un sirviente cuando ambos bajaron del carruaje para colocarse enfrente de la puerta principal, era enorme de madera oscura, que tenía tallado en todo su lado frontal símbolos de la naturaleza y el ciclo de la luna y otras constelaciones.
Beaumont sonrió para sí.
— Al parecer alguien tiene influencia Masónica.
Las chicas y el sirviente lo ignoraron para adentrarse a la casa que tenía un gran recibidor que tenía las paredes y el piso totalmente blanco a excepción de pequeños hilos que brillaban. Mármol, se recordó Rey.
Apenas tuvieron tiempo de admirar las paredes y los cuadros que colgaban cuando una pareja se acercó hacia ellos, Rey se quedó por un momento impresionada, el hombre se veía mayor, si no tenía sesenta años faltaba poco para cumplirlos, en cambio la mujer parecía que a lo mucho tenía cuarenta años. Ambos eran adultos, obvio, pero la diferencia de edad era notoria.
— ¡Bienvenidos! — Saludó la mujer — Mi nombre es Vi, y él es mi esposo Archex. — Rey seguía sorprendida viendo al matrimonio, Archex estaba notoriamente incómodo, pero Vi estaba disfrutando de la situación.
— Mucho gusto madame Vi — Respondió Beaumont — Usted ya me conoce, así que les presentó a mis compañeras: Rey Ree y Rose Tico. De Jelucan.
Archex bufó.
— Dejémonos de tonterías y vayamos a mi estudio, niño Kin — Ordenó — Que nadie nos moleste.
Beaumont asintió mientras seguía al hombre con todos los libros y cartas que cargaba en sus manos y que no dejó que el sirviente le ayudara a transportar.
— Suerte — Les dijo a ambas chicas antes de desaparecer por un pasillo.
Quedaron entonces Vi, Rose y Rey acompañadas de los sirvientes que las miraban con atención.
— Perdonadle — Dijo la mujer mientras negaba — Él no suele socializar mucho, parece hosco pero es buena persona, se acostumbrarán.
Las chicas asintieron, no tenían alguna palabra que sonase como consuelo.
— Entonces… espero que no estén muy cansadas, al ver sus atuendos sería un desperdicio no mostrarlos en sociedad aunque fuese por una tarde. ¿Les gustaría acompañarme a una presentación de arte? Dicen que hay gente muy interesante cruzando los pasillos del museo. Será recreativo para ustedes.
Rey entendió que no podrían hablar del porqué de su visita ahí, seguramente Vi no confiaba totalmente en sus sirvientes, ella la entendió, y entendió que también podrían cruzarse con alguien importante en dicho evento. Su misión empezaba ahora.
— Por supuesto — Respondió con una sonrisa exagerada.
