Capítulo 27

-Hey.

-Hey.

Scorpius se sentó al lado de Jesse, que removía tristemente su cereal.

-Silena me invitó a salir.

-Y aceptaste.

-Puedo decirle que prefiero no hacerlo.

-¿Lo harías?

-No quiero problemas- se sirvió café-. Sobre todo porque fuiste tú el primero que se preocupó por mí.

Jesse negó.

-No quiero que lo hagas. Además no sería justo para Sil. Ella es encantadora.

Siguieron comiendo en silencio. Scorpius observó a Albus comiendo solo, en una esquina, justo como él lo hacía.

-¿Puedo contarte algo?

Jesse pareció sorprendido.

-Pues claro. Para eso son los amigos.

Scorpius se sintió culpable, pues aún no definía del todo si los demás eran sus amigos o no. Pero de todas formas le contó lo que pasó con Albus y su pequeña conversación.

-No es que me agrade, pero como dije, mi padre piensa que el perdón es importante.

-Se ve lamentable- dijo Jesse mirando al muchacho.

-Gracias- dijo sarcásticamente Scorpius.

-Oh, yo no... no quise... lo siento yo...

-Descuida yo me repito cada día lo lamentable que soy. Olvídate de mí. ¿Qué crees que deba hacer?

-Me pides consejo- murmuró el otro, con los ojos muy abiertos.

-¿Eres sordo?

-Es que no me lo imaginé que pasaría- aclaró la garganta-. Ehh, ¿tú quieres... ser su amigo?

-No sé.

-¿Y crees que serías capaz de intentarlo?

Scorpius lo miró fijamente, Albus estaba tan inmerso en sus asuntos que esta vez no lo miró.

-¿Tú lo intentarías?

Jesse vaciló, pero al final asintió.

-No tendría que ser mi amigo al instante, quizá solo querría estar en paz. ¿Comprendes?

-Sí.

Esa tarde Scorpius buscó a Potter bastante rato, cuando lo encontró estaba muy cerca de la oficina de McGonagall. El chico llevaba un pañuelo empapado en sangre sobre la nariz, entró al despacho antes de que el rubio pudiese hablarle, así que decidió sentarse cerca y esperar. Cuando Potter salió parecía ya no estar herido, Scorpius se puso de pie.

-Potter- lo llamó, haciéndolo detener.

-No es buen momento- replicó el muchacho, que evitó mirarlo a los ojos.

-Solo quiero...

-¿Viniste a burlarte de mí?- Albus se volvió completamente hacia él, revelando sus ojos rojos e hinchados, los de alguien que ha llorado mucho-. Es tu oportunidad Malfoy.

Scorpius lo miró hasta que Potter cedió.

-Tú no eres basura, no eres como ellos, jamás lo harías- respondió Albus para sí mismo, suspiró-. He hablado sobre lo que me han hecho desde que regresé, no quiero más problemas, así que le he dicho que no quiero que sepa que los acusé. Solo busqué una solución... para estar tranquilo.

-¡Ahí está señor Potter!- la directora salía casi a trote de su oficina. Se sorprendió al verlos juntos-. Señor Malfoy.

-Directora.

-Bueno supongo que es oportuno que usted esté aquí.

-¿Yo?

-Albus me he comunicado urgentemente con tu padre, pero parece estar en una misión. Así que tu madre ha respondido y dice que está de acuerdo si tú estás convencido.

-Lo estoy.

-Bueno, entonces si no tienes nada qué hacer te sugiero que comiences a arreglar todo. Scorpius, me gustaría hablar contigo un momento.

Scorpius arqueó una ceja y miró a ambos. ¿Qué estaban tramando?