Casi podía escuchar los pensamientos de las chicas y Lyssander "moriremos todos". Ninguno dejaba de temblar. Lyssander tenía un tic en el ojo, Sam tenía la boca abierta y negaba cada cinco segundos, April murmuraba cosas para sí misma. Se veía a leguas que no estaban acostumbrados a situaciones estresantes ni peligrosas. Sin embargo tenía que admitir que para ser simples civiles, estaban dando todo de sí para ayudar a Molly.

Molly Weasley tenía muy buenos amigos y familiares que se preocupaban por ella. Sí, sí, todas las familias se aman y se apoyan ¿pero cuantos realmente viajarían al otro lado del mundo por una simple llamada de auxilio? Sin lugar a dudas Molly tenía familia y amigos admirables… Aunque no era algo que le sorprendía, Molly era en sí una persona admirable. Tan diferente a las mujeres que conocía…

La mayoría de las mujeres eran… demasiado predecibles. Podían ser como Lucy Nott, tan increíblemente enamoradas que incluso estaban de acuerdo con tener una mazmorra para sesiones sexuales. No es que Theo alguna vez le haya confesado sus… particularidades sexuales, pero como guardaespaldas muchas veces tenía que asegurarse de que toda la casa esté en orden. Eso incluía la mazmorra con cruces, mesas, palos… En realidad no tenía ni la más mínima idea de que eran esos objetos, si los hubiera visto por separado habría imaginado que se trataba de algo para un establo.

Luego estaban las mujeres como Rose Weasley, aquellas que salen con alguien porque gustan de tener algo cómodo y seguro, las que toman riesgos en todos los aspectos de su vida, excepto en el sentimental. El novio prepotente de la pelirroja era la prueba de ello.

También conoció a varias como Roxanne Weasley, las que tienen miedo a compromisos y ataduras. Cuando Lyssander le comentó que estaban comprometidos desde hace 6 años y que aún no se casaban, le confirmó sus sospechas.

Por ultimo pero no menos importante estaban las mujeres como Dominique Weasley. Vanidosas, guapas, confiadas, con un odio irremediable por los hombres que se las comen con la vista y una desesperación incomprendida por los que no las miran.

Mark salió con varias mujeres así, algunas Lucys, otras Roses, un sinfín de Roxannes y aún más Dominiques… pero nunca conoció a alguien como Molly. ¿Cuántas mujeres mantendrían la cabeza fría con un acosador obsesionado? ¿Cuántas actuarían con la lógica y la razón ante la amenaza de una banda de sicarios? ¿Cuántas se preocuparían más por su familia que por su propia seguridad?

Molly era amable, inteligente, realista, creativa, valiente, generosa, humilde… Bueno, tenía demasiadas cualidades como para enumerarlas. No era sorprendente que un acosador se obsesione con ella, por ello estaba casi seguro que se trataba de un intento de crimen pasional. Isaac era el principal sospechoso, pero algo le decía que era demasiado rápido como para estar seguros que era él. El ex novio no era probable, pero siempre cabía la posibilidad. El jefe era un nuevo misterio, la información que recientemente Molly le dio sobre él era bastante peliaguda.

Mark vio nuevamente la hora… La 1 en punto, la hora había llegado. En cualquier momento recibiría el mensaje de Roxanne indicando que los sicarios bebieron los fármacos para dormir. Una idea increíblemente genial, todo obra de Molly. Una mujer admirable sin lugar a dudas.

- Ya es la 1 - Masculló Lyssander preocupado.

- ¿Por qué no te mandan ningún mensaje? - Preguntó la pelivioleta - Roxanne ya se debería haber comunicado contigo.

- Descuida - Tranquilizó Mark con paciencia - Los sicarios terminaron de llegar hace poco, seguramente continúan consumiendo las bebidas…

- ¿Cuánto tiempo para que hagan efecto? - Preguntó April angustiada.

Había olvidado que April y Sam estuvieron toda la mañana y la tarde en otra cosa, no tenían idea de los detalles del plan. Ahora comprendía mejor la ansiedad y desconfianza de las amigas de Molly.

- Molly nos explicó que depende cuanto les pongan en las bebidas. Como Albus, Hugo y Deke no pudieron comprar toda la cantidad, tardará un poco más en hacer efecto.

- ¿Cuánto más? - Insistió April.

- Aproximadamente una hora, sus sentidos se irán apagando poco a poco y el sistema nervioso ira durmiendo progresivamente. Cuando Roxanne vea que ya están "vulnerables" me escribirá y así mi único obstáculo será el guardia de la puerta y el mismo líder de los sicarios. Será pan comido - Concluyó con una sonrisa.

Obviamente nadie le creyó lo del pan comido, lo que confirmaba que sus compañeros de coche no eran idiotas. Eso lo tranquilizó un poco, trabajar con incrédulos que se creen cada palabra era mucho más estresante que hacerlo con gente escéptica.

- No puedo esperar más - Murmuró Lyssander - Necesito saber que Roxie está bien, ¿podríamos mandarle un mensaje?

- Lo mejor es que no se distraiga - Negó el guardaespaldas - Eso la pondría en riesgo, tiene que estar completamente concentrada.

Ninguno pudo replicar su argumento pues recibió un nuevo mensaje y todos vieron como su celular brillaba. Aguantando la excitación cogió el móvil y leyó el mensaje o mejor dicho leyó la palabra: "ahora".

Roxanne había cumplido su parte a la perfección, ahora todo dependía de él.

- No vuelvo en una hora… - Comenzó a indicar Mark.

- Piernas para que las quiero - Completó Sam volcando los ojos - Apúrate antes de que yo sea quien te asesine.

Con una sonrisa divertida, Mark tomo el maletín, salió del coche y se dirigió a la puerta del club. El enorme gorila que vigilaba la entrada lo vio como si estuviese loco.

- ¿Seguro que quieres entrar?

- Seguro - Contestó el guardaespaldas con seguridad.

El gorila se encogió de hombros y le dio paso. Una vez dentro casi se desmaya de la impresión.

Cuatro hombres enormes dormían apoyados en la barra, vio a Roxanne encogerse de hombros mientras hablaba con sus compañeros detrás del bar. En las mesas algunos tuvieron suerte de apoyarse sobre la dura superficie, otros parecían haber caído desganadamente al suelo. Apenas unas tres personas continuaban despiertos y tenían la vista fija en Celine.

La novia de Albus bailaba sobre el escenario de una manera que Mark prefirió ignorar, pues el tiempo corría y el espectáculo que Celine daba sin duda alguna lo tendría distraído por horas. Por su parte, Dominique distraía a las demás strippers. Parecían burlarse de los matones, por no haber resistido al alcohol.

Esas chicas eran increíbles, cumplieron con su trabajo de la mejor manera. Nunca tuvo un camino tan libre en ninguna misión. Joder, incluso sería casi aburrido.

Sin perder más tiempo se dirigió al pasillo de la izquierda y subió unos escalones, la música sonaba cada vez más suave, como si el segundo piso estuviera diseñado precisamente para no oír nada. ¿Qué decía? Por supuesto que el segundo piso estaba diseñado para no oír nada, ahí es donde las chicas se llevaban a los "afortunados" clientes a cerrar el trato…

Caminó sin distracciones hasta la última habitación. La cual, como sospechaba, estaba siendo vigilada por un solo hombre. Vaya, esto sería demasiado sencillo.

- ¿Qué quieres? - Preguntó el hombre agresivamente - Las chicas están por allí.

- Hablar con el jefe - Contestó Mark sin inmutarse.

- Nadie habla con el jefe. Ahora vete, niño bonito.

En circunstancias diferentes, Mark hubiese tenido una pelea verbal antes de entrar a la pelea física, pero ahora no había tiempo para ello. En una hábil maniobra saco un inmovilizador eléctrico y se lo encesto de golpe en el pecho, antes de que el pobre diablo pudiese girar la mano en dirección a su pistola. Vale, ahora tenía como 15 minutos.

Abrió la puerta de la oficina y ahí estaba, el líder de la más peligrosa banda de sicarios de Estados Unidos. El sujeto tenía un traje completamente común, parecía que lo habría comprado de Walmart, tenía la barba de unos días y los pies sobre un escritorio desorganizadísimo. A simple vista parecería que el sujeto no tenía manera de defenderse, pero Mark no era imbécil. Sabía que el líder de los sicarios tendría más armas que el ejército al alcance de la mano.

- Qué bueno que llegaste, comenzaba a preocuparme - Se burló el antisocial mientras bajaba los pies del escritorio.

- ¿Me esperabas? -Preguntó Mark levantando una ceja.

- Digamos que una amiga me advirtió que hoy me visitarías.

- ¿Tenemos una amiga en común?

- Tienes demasiadas preguntas, que tal sí tu respondes una mía y luego yo contesto una tuya. - Se burlaba el sicario.

- ¿Qué quieres saber?

- ¿Cuánto trajiste? - Preguntó el antisocial con los ojos brillando de la codicia.

Vale, el tío había sido sobornado un sinfín de veces, Mark era demasiado predecible, o realmente tenía alguna soplona que lo había traicionado. Aunque la última opción parecía ser la menos probable, Molly solo recibió la ayuda de seres queridos y de confianza.

- Medio millón en efectivo y la promesa de medio millón más - Contestó el guardaespaldas.

- ¿Un millón por los hombres más ricos de California? Tengo que decirlo, me siento ofendido.

- ¿Cuánto por responder mis preguntas? Tú ponle precio - Ofreció Mark, sabiendo que el líder no se conformaría con poco.

- 7 millones en efectivo.

3 millones menos de lo que Mark tenía en el maletín. Al parecer era su noche de suerte.

- Te doy 10 por tres respuestas - Ofreció el guardaespaldas.

Una sonrisa codiciosa se formó en el rostro del antisocial - Pide tus tres deseos - Contestó finalmente mientras hacía un gesto con la cabeza invitándolo a preguntar.

- ¿Quién es el acosador de Molly?

- Un tío desesperado de Londres. De hecho me acaba de llamar para decir que decidió prescindir de nuestros servicios, al parecer quiere hacer el trabajo con sus propias manos.

¿El acosador vendría a Estados Unidos? O tal vez ya estaba acá… Isaac estuvo en casa de Alissa y Peter esa misma mañana.

- Supongo que no tienes el nombre.

- ¿Qué te puedo decir? Nos gusta el anonimato.

- Vale, segunda pregunta. ¿Cómo supiste que vendría hoy?

- Tienes un soplón entre los tuyos. Alguien que me dio varios detalles de tu plan… ¿En serio, drogar a mis hombres? - Se burló el antisocial, negando con la cabeza - No pongas esa cara, tus chicas están a salvo.

Mierda, tenía que irse de allí cuanto antes. Roxanne, Dominique y Celine estaban rodeadas de sicarios que ya estaban enterados de sus malas intenciones.

- Ultima pregunta, ¿Quién? - Preguntó Mark, demostrando miedo por primera vez desde que se encontró con el líder de los maniacos.

- Alguien que me pidió que me deshaga de una Weasley diferente. No me gustan las peleas de gatas así que aceptamos devolvérsela, los celos de una mujer no son razón para secuestrar a alguien ¿no crees?

- ¿Quién...? - Preguntó Mark confundido.

- Carrie.