Hello criaturos! He vuelto mas pronto que antes!
Aquí les dejo un nuevo cap, no tengo una recomendación musical así que os dejo a vuestra elección jajaja. Los leo mas tarde, espero lo disfruten.
DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, autora de la saga de Crepúsculo.
En la casa Brandon…
-¿Cómo?- pregunto Isabella con los ojos abiertos como platos.
-¡¿Cómo que te vas?! ¿Por qué? - pregunto Katherine sorprendida y triste. -Quédate con nosotros, eres libre y puedes volver- le suplico su madre, ella miro a ambas mujeres con pesar, confundida y después suspiro.
-Madre, Isabella, es lo mejor, el Conde me ofreció casarse conmigo una vez estemos en España, reconocer a mi bebe como suyo, si me quedo aquí Jasper cambiara de opinión y vendrá por nosotros para llevarnos con el de nuevo en cuanto nazca o me lo quitara y no puedo permitirlo- dijo ella mirando a la nada con un deje de miedo en su voz, no había visto que su madre tenía la mano sobre su boca, sorprendida.
-Estas esperando un hijo- sentencio mirándola con los ojos inundados en lágrimas tanto de dolor como de alegría. Isabella le miraba con pesar, Alice suspiro y asintió.
-Si- murmuro. Katherine tomo su mano.
-¿Lo sabe?- pregunto mirándola con mortificación en los ojos, su hija asintió.
-Por eso me dejo ir, no le soy útil embarazada- dijo Alice con dolor en la voz, le dolía recordar esas palabras. -Pero si cambia de opinión, vendrá para llevarnos a mí y a mi bebe con él, a ese infierno de nuevo- dijo a regañadientes. -No puedo- dijo mirando a ambas mujeres con un deje de desesperación, Katherine la abrazo con fuerza.
-Espero que puedas ser feliz lejos de aquí- le dijo al oído y beso su mejilla, su hermana se unió al abrazo.
-Te extrañare- dijo Isabella, rompieron el abrazo.
-Y yo a ustedes, pero es posible que vuelva, y puedan conocer a mi bebe- dijo ella con una sonrisita mirando el área del corsét donde estaba su estómago, después pensó en algo que le inquietaba y no podría irse sin hablarlo. -Madre, ¿podría hablar con mi hermana un momento a solas?- pregunto y su madre asintió y fue a su habitación.
-¿Qué sucede?- pregunto ella con la ligera sospecha del tema que su hermana deseaba abordar.
-Isabella, no te quedes con Cullen- le dijo casi suplicante, el semblante de la chica cambio a una intensa seriedad.
-¿Por qué no?- pregunto como si la petición le hubiera ofendido, Alice exhalo con incredulidad.
-Isabella, por todos los cielos, dime que no estas preguntándome eso- dijo aun con incredulidad, pero su hermana no cambio su semblante. -Por dios, Isabella ¿tan pronto olvidaste todo lo que nos hizo, lo que te hizo? - pregunto aun sorprendida.
-Él me quiere, me pidió perdón y quiere casarse conmigo- dijo ella con la misma seriedad, pero con un ligero brillo en sus ojos. -Alice, entiendo que te cueste creerlo, pero de verdad me quiere, y yo a él. Me hace sentir bien y a pesar de la deshonra que me hizo Hale, él me está aceptando. - dijo con una sonrisita de ensoñación.
-Estas mal de la cabeza, los golpes que has recibido te han dañado- sentencio negando con la cabeza. -Edward abuso de ti- gruño con una súplica en su mirada mientras tomaba las manos de su hermana. -No puedes quererlo, yo jamás podría querer a Jasper- dijo frunciendo el ceño con fuerza.
-Alice, lo amo y ya me entregué a el- le dijo en voz baja con un tono cargado de sentimiento.
-¿Qué?- pregunto incrédula y exhalo nuevamente, sabia a lo que se refería. -Por favor Isabella, no quiero que te pase nada- le suplico y su hermana sonrió ampliamente.
-Tranquila, está bien- le dijo con voz conciliadora, Alice suspiro y supo que no había nada más que hacer, asintió un par de veces.
-Está bien, confiare en ti hermana- le dijo frunciendo los labios aun incrédula ante la confesión de Isabella.
-Él es diferente a Hale- le dijo como si eso pudiese tranquilizarla, Katherine volvió con sus hijas y pudo sentir la tensión que se había creado. Llamaron a la puerta, una sirvienta fue a abrir y dejo al hombre entrar.
-Buen día, señora Brandon, Isabella- saludo a cada una tomando su mano y besando el dorso de las mismas. -Soy el Conde Carlisle Alcázar- se presentó.
De camino al despacho Hale…
Jasper acompañaba a su padre quien creía que ya era tiempo de que se involucrara más en el negocio. Al pasar la plaza central y llegar al despacho, Jasper miro en dirección a la casa de Eleazar y vio al Conde entrar, bufo molesto. Entraron al lugar directo a la oficina, Eleazar miro sorprendido a Jasper que le pareció había bajado de peso.
-A ver si ahora que ya no tienes esa distracción puedes usar tu cabeza para los negocios por primera vez en tu vida- le dijo Garrett mientras tomaba asiento en su silla detrás del escritorio, Jasper gruño y le lanzo una mirada envenenada. -Por cierto, me sorprendió la poca educación que mostraste frente al Conde, hablarle de esa manera- se quejó con notable desagrado, Jasper golpeo el escritorio.
-¿Qué esperabas? Debía saber si mi hijo se iría con el- dijo entre dientes, su padre soltó a reír carcajadas.
-Por favor, no seas estúpido, ese hijo ni siquiera era tuyo, es una moneda al aire, Cullen y tu montaban a la misma mujer, se más inteligente- le aseguro su padre provocando que su hijo le matase con solo la mirada. -Además, ¿Qué es un hijo? Si tanto quieres uno puedes tenerlo con otra mujer, una de las prostitutas que frecuentas si no quieres sentar cabeza con una dama de sociedad que es lo que deberías hacer maldita sea- le dijo con creciente enojo escupiendo las palabras. Eleazar alcanzo a escuchar la discusión y se le hizo un nudo en el estómago al saber que su hija estaba en cinta, el resto ya lo sabía, pero le causaba una punzada en el estómago.
-¡¿Cómo puedes decir eso?!- grito dando otro golpe en el escritorio, Garrett le miraba con indiferencia como quien ve a un niño hacer una rabieta y le ignora. -Es MI hijo el que está en el vientre de esa mujer- le reclamo, Garrett rio por lo bajo.
-Por favor, ya deja de pensar en esa ramera y ponte a trabajar- le ordeno de mala gana.
-¡No era una ramera!- le grito iracundo con las manos en puños.
-¡A mí no me gritas! ¡Es la verdad! La tomaste como tal, la deshonraste, ya es como todas las demás, ya no vale nada y aun así la defiendes, solo lleva un bastardo como la prostituta que es- le dijo como si fuera lo más obvio, la ira de su hijo incremento y barrio con su brazo todos los papeles sobre el escritorio de su padre haciéndolo enfurecer.
-Ahora entiendo porque soy lo que soy- dijo y salió de la oficina con brusquedad. Fue hasta su casa y entro dando tumbos hasta su habitación. Grito desde lo más profundo de su ser, haciendo que a la servidumbre se le erizara la piel.
En la casa Brandon…
Carlisle le había hablado sobre sus intenciones con Alice a Katherine, Isabella los miraba recelosa aun cuando ella había rechazado la propuesta de Aro. El día comenzaba a tornarse de un color dorado y colores anaranjados y rosáceos teñían el cielo.
-Me temo que es hora de que os vayamos- dijo el Conde poniéndose de pie. -Alice- le dijo y la chica asintió, su rostro comenzó a contraerse por el llanto que estaba por surgir en ella -Os esperare en el carruaje- le dijo con una suave sonrisa. -Señora Brandon ha sido un placer conoceros, Isabella enviare vuestro saludo a mi primo que sé lo recibirá gustoso- les dijo y salió para subir al carruaje.
-Madre- dijo Alice y la abrazo con lágrimas cayendo por sus mejillas.
-Hija, cuídate mucho por favor- le dijo y también comenzó a llorar, ambas sollozaban. -Envíanos una carta para saber que estas bien, la realeza puede ser muy especial- le dijo preocupada, su hija asintió. Se separaron y beso su mejilla, después su frente.
-Hermana- dijo Isabella y la abrazo llorando al igual que ella. -Mucha suerte- murmuro a su oído.
-Tú también, cuídate por favor- le suplico una vez más Alice al oído y la apretó con suavidad. Se tomaron las tres de las manos. -No estén tan tristes, ya lo dijo en Conde, volveremos en unos cuantos meses- dijo con una sonrisa que no relucía debido a la tristeza que sentía.
-Si cariño- dijo su madre y acaricio su mejilla. -¿Quieres que le diga algo a tu padre?- le pregunto casi cautelosa, Alice se puso seria y negó con la cabeza.
-No, no tengo nada que decirle a ese hombre- dijo y su madre asintió, la entendía muy bien. -Pero si quisiera que le entregaran esta carta a Angela, es doncella en la casa Hale, le estimo- les pidió y ambas asintieron. La acompañaron a la puerta y se abrazaron las 3 nuevamente. Después de una silenciosa despedida vieron como subía al carruaje y partía hacia la vereda que llegaba a la hacienda a las afueras del pueblo.
Camino a la hacienda…
Alice lloraba en silencio, sentía como si le hubieran partido el corazón.
-Alice, querida- dijo Carlisle tomando su mano, ella se limpió las lágrimas y se volvió. -No quisiera ser el causante de vuestra tristeza- insistió al ver lo triste que se encontraba, pero ella sonrió amargamente y negó con la cabeza.
-Gracias Conde, pero mi decisión no ha cambiado- le dijo ella con la misma expresión en su rostro. El asintió esbozando una sonrisa y se acercó a su rostro para besarla, ella respondió al gesto.
-Entonces, zarparemos como se había planeado- le dijo con una sonrisa que ella imito a pesar de las lágrimas.
En la casa Hale…
Tocaron la puerta de la habitación donde aún se escuchaban cosas caerse y romperse. Ignoro la llamada, pero volvieron a tocar la puerta.
-Joven Hale- le llamo Angela que había sido enviada para avisarle que la cena estaba lista, ya que el resto de la servidumbre veía que era condescendiente con ella, a pesar de los años, temían al joven. A los pocos segundos le abrió la puerta un Jasper diferente, su mirada no estaba vacía sino llena de odio.
-¿Qué quieres?- le pregunto en un gruñido. Angela se estremeció un segundo.
-La l la cena esta lista joven Hale- dijo tartamudeando.
-No tengo hambre- le gruño con una voz que Angela identifico llena de dolor. - ¿Qué carajos me miras? - pregunto malhumorado dando un paso a ella de forma amenazante, pero ella no retrocedió, al contrario, lo abrazo, él quiso retirarla, pero ella se apretó más a él, se dio cuenta de que en ese momento solo era víctima del dolor que había estado guardando y ahora dejaba salir. -Suéltame- le ordeno, pero ella se resistió. Jasper quiso retirarla, sin embargo, se rindió y le permitió el gesto, no recordaba cuando había sido la última vez que alguien le hubiera abrazado con tan noble intención y la sensación que eso le daba perturbaba su ira. Angela se alejó sin mirarle.
-Sí es tu mayor pecado. Déjame solo- dijo enojado pero su voz se quebró.
-Una disculpa por el atrevimiento- dijo ella agachando la cabeza, él la miro un segundo y exhalo, se acercó a ella.
-Podría azotarte de nuevo por esto, pero lo dejare pasar por esta vez- dijo entre dientes, y ella asintió aun sin mirarle de frente, dio media vuelta y se fue de allí. Su compasión tal vez podría tomarse como locura en algunos momentos.
En la hacienda del Conde Alcázar…
La cena había terminado y les habían dicho que la carga ya estaba en proceso en el muelle. Carlisle recorrió la hacienda de nuevo asegurándose de no dejar nada. Alice miraba por el balcón que daba al jardín, el mismo balcón donde se había realizado la propuesta.
-Sera una hermosa noche- comento Aro detrás de ella que se volvió sobresaltada.
-Duque- dijo ella de manera educada, el esbozo una sonrisa.
-Veréis que habéis tomado la decisión correcta, mi primo tiene grandes influencias, no tenéis nada de qué preocuparos- le aseguro, ella suspiro y asintió.
-Gracias- dijo simplemente, Aro noto que tenía una bolsa de seda entre las manos.
-¿Qué tenéis allí?- pregunto curioso, Alice sonrió apenada.
-Es un amuleto, me lo regalo una gitana- dijo señalando el pequeño campamento que había a unos cuantos kilómetros.
-Tenéis suerte, no suelen dar nada sin recibir algo a cambio- le dijo con un guiño y una sonrisa. El duque volvió dentro del gran salón y se topó con su primo que sostenía un candelabro el cual era el último que alumbraba el gran salón, se acercó a la puerta del balcón donde se encontraba la joven.
-Querida Alice- le llamo y ella se volvió atenta. -Es hora- sentencio extendiendo su mano, que ella tomo y salieron del lugar para subir al carruaje. El camino al puerto les tomo unos 10 minutos aproximadamente, durante el transcurso vio a los gitanos que les despedían con las manos y reverencias.
En la casa Brandon…
-¡Kate! ¡Isabella!- grito Eleazar al entrar en la casa, las encontró en el comedor, inmutables. -Me entere de algo…- comenzó a hablar, pero pudo ver la tristeza en sus rostros a la luz de las velas. -¿Qué sucede?- pregunto ligeramente alarmado.
-Alice se fue- dijo su esposa sin mirarle. Eleazar se sentó en la cabeza de la mesa.
-¿Cómo? ¿A dónde? - pregunto el con el ceño fruncido. -El desgraciado de Hale, ¿Se la llevo? - pregunto enojado al recordar la pelea que había escuchado. Kate le miro con expresión fastidiada.
-Se fue Eleazar, a España huyendo de la vida a la que la entregaste- le reclamo casi en un grito, su esposo agacho la cabeza con pesar.
-Pero, pero está esperando un hijo de Hale- dijo pensativo. -Carga con el heredero de la fortuna Hale- dijo pensando en voz alta. Katherine cerro las manos en puños al escucharle decir lo último.
-Eres un monstruo- sentencio su esposa mirándole con mirada asesina. -Tu hija se va huyendo y tu solo piensas en el dinero que ese hijo podría heredar, ¿Qué acaso no sabes todo por lo que paso con el joven Hale?- dijo furiosa, Eleazar agacho la cabeza, lleno de culpabilidad no tenía nada que agregar o responder a su esposa, tenía razón y él era un miserable. Sirvieron la cena de Eleazar y comió meditativo, con el remordimiento gritando en su interior.
En la casa Hale…
Jasper estaba bufando después de su arranque de ira, le había afectado el abrazo de Angela, pero no entendía bien por qué, estaba contrariado entre la ira y una sensación dolorosa en los ojos. Escucho como su padre llegaba, pero le ignoro, aun no podía beber alcohol por lo que no podía callar los pensamientos que se centraban en una mujer y un bebe creciendo en el vientre de ella. No podía con todos esos pensamientos, tomo su arma recargada, salió de su casa, tomo su caballo a pesar de que no estaba ensillado y galopo lo más rápido que su corcel era capaz de correr a la luz de la luna. Vio luces a lo lejos, todos esos pensamientos e imágenes se abarrotaban en su cabeza estaba tan cerca que podía verlo, se dio cuenta de que no tendría ventaja en su futuro actuar, la frustración le embargó el corazón y solo dio un tiro al aire con una sensación pesada en la garganta, tomo el camino ya conocido y al entrar al pueblo dejo el caballo en su casa, camino hasta el lugar donde podía retomar su vida.
En el puerto…
Alice estaba sorprendida de ver el barco frente a ella. Carlisle y Aro hablaban con la tripulación asegurándose de que subieran el equipaje y lo restante en donde debiera ir. El conde se acercó a la joven.
-Mi querida Alice, ¿Estáis lista?- le pregunto acariciando su mejilla, ella asintió nerviosa, lo tomo del brazo y subieron por la rampa para llegar a la cubierta, escucharon un disparo a lo lejos, se volvieron desconcertados, pero solo apresuraron el paso. Aro ya estaba arriba del barco y retiraron la rampa. En ese momento Alice camino a la orilla y miro el que había sido su hogar por tantos años, después su mano se posó en su vientre, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos y lanzo un beso a aquel pueblo, a su familia, a su infierno encarnado. Carlisle le miro enternecido. Las ordenes comenzaron a escucharse de un lado a otro del navío mientras ella seguía con la mirada fija en el horizonte. El barco comenzó a moverse y alejarse de la orilla. Una mano tomo la suya. -¿Queréis ver vuestro camarote?- le pregunto el conde sacándola de sus pensamientos.
-Por supuesto- dijo de forma animada, caminaron hasta una puerta bajando una escalera, entraron y había una pequeña cama con un escritorio y un espejo colgando en la pared de madera. -Es muy lindo- dijo ella observando la habitación con atención.
-Me alegra que os gustéis, vos dormiréis aquí, mi camarote esta arriba, por favor cualquier cosa que necesitéis podéis id a verme en cualquier momento- le dijo tomando su rostro entre sus manos. -Andaos, descansad que habéis tenido un día largo y cargado de emociones, dormid y os veré por la mañana- le dijo el besando su frente, ella sonrió levemente. Se miraron a los ojos.
-Muchas gracias Carlisle - le dijo ella y lo beso, el correspondió a su beso aumentando la intensidad y se alejó de ella con suavidad.
-Descansad- le dijo en una exhalación y acaricio su cabello. Ella se vistió un camisón y se dispuso a dormir, siendo arrullada por el vaivén del barco.
En el casino del pueblo…
Al llegar al casino se encontró con Edward y Peter.
-Vaya, vaya miren quien está de vuelta- dijo Peter con una amplia sonrisa.
-Bienvenido Hale- dijo Edward sonriéndole con verdadero gusto de verle volver a su vida y le ofreció una copa de vino.
-No beberé nada- les dijo simplemente. Un mesero llego con él y solo le pregunto por Victoria.
-Ya la traigo señor- le dijo con formalidad.
-Vaya, buen regreso a tu vida Hale- le dijo Edward a manera de felicitación, su amigo bufo. Vio como jugaban cartas y a los pocos segundos llego Victoria con seductor andar y se sentó en su regazo.
-Te había extrañado- le dijo ella al oído mientras bajaba la mano a su pantalón. Jasper se puso de pie.
-Caballeros los veré luego- les dijo mirando a cada uno de sus amigos y fue con Victoria a su habitación.
-Esta diferente- dijo Peter viendo cómo se perdía en el pasillo. Edward suspiro.
-No imaginas cuanto- dijo con aire pensativo.
Victoria lo empujo a su cama y se puso sobre su regazo, pero él la detuvo y le hizo una seña bajando los ojos, ella asintió con coquetería, unos segundos después se veía imposibilitada a hablar.
-Te quiero el resto de la noche- gruño él tirando de su cabello sin medir su fuerza, y ella asintió sofocando el dolor que aquel tirón le provocaba, sin embargo, no le sorprendía, lo conocía bien. Se acomodo sobre su cadera.
-Lo que desees- le dijo al oído en un gemido bien ensayado y el entro en ella sin restricciones.
Afuera Peter y Edward charlaban entre partidas de cartas y copas de vino.
-No lo había dicho, pero me casare con Isabella si acepta- dijo Edward con voz falsamente indiferente.
-Wow, pero que escucho, ¿Edward Cullen por fin se casara? - dijo Peter y soltó a reír, alzo su copa. -Brindo por los cambios radicales- dijo sonriente y Edward reía por lo bajo e hizo sonar su copa con la de su amigo.
-Pero si lo hago mi madre me quitara la herencia- dijo con divertida desgana. Peter le vio con los ojos entrecerrados.
-¿Esa joven vale la pena?- le pregunto de pronto, Cullen le miro con frialdad.
-Claro que lo vale, además se lo debo- comento con pesar. -Su honor esta por los suelos, y así compensare eso- dijo frunciendo los labios.
-Entonces, te casaras para cubrir su honor- dijo Peter y Edward suspiro para después asentir.
-En parte, aunque si la quiero- murmuro mirando la mesa con un atisbo de sonrisa.
-No puedo creerlo, vaya que una mujer puede cambiar hasta los más rebeldes- dijo el joven Pearce con admiración mirando a Edward y viendo de lado en la dirección donde se encontraba el pasillo a las habitaciones de las chicas. Cullen le miro con la pregunta en su expresión, Peter lo noto y bufo. -Lo notas tanto como yo- dijo antes de dar un sorbo de su copa. Edward asintió una sola vez antes de tomar las cartas de la mesa.
Jasper dormía abatido en la cama de Victoria, mientras ella hablaba con el dueño del casino.
-Sabes que no debes dejar que los clientes duerman en tu habitación- le regaño, ella suspiro y asintió.
-Lo sé, pero es el hijo de Garrett Hale- le dijo con un guiño juntando y acariciando los dedos índice y pulgar frente a su cara, recordándole al dueño que tenía mucho dinero. -De hecho- dijo y le entrego una bolsa con monedas. -Creo que cubrí mi cuota de hoy y parte de mañana- le dijo orgullosa, podía notarse lo cansada que se encontraba, habían pasado horas de placer, sabía que al día siguiente tendría una que otra marca amoratada en los brazos, pero la ganancia lo valía.
-Está bien, pero se va a primera hora aquí no cuidamos niños perdidos- regaño de nuevo a la chica y regreso a su habitación para dormir.
-Perd…ame- murmuro dormido casi ininteligible, Victoria le miro confundida, se escuchaba casi suplicante y su expresión era triste, la mujer le quito importancia y apago la última vela que iluminaba la pequeña habitación.
Pasaron un par de meses…
-¡Tierra a la vista!- grito un hombre de la tripulación. Alice estaba admirando el paisaje en la cubierta, su vientre estaba mucho más abultado, ahora le era imposible ocultar su embarazo a pesar de que el corsét era lo suficientemente ajustado, estaba junto al conde. Los nervios hacían presencia en ella, el momento del verdadero reto comenzaba, la presentación y la reacción de la nobleza ante su llegada.
...Hola otra vez! ¿Qué tal este nuevo cap? Díganme, ¿Pensaron que Alice no se iría? ¿Creen que Jasper hizo bien? Además, ¿Qué tal esa tensión entre Garrett y su hijo?
Por favor, saben que gracias a unos reviews volví y son lo que me mantienen mi motivación en esto. Espero leer sus impresiones ante este paso en la historia que esta por llegar a su fin, les doy un pequeño spoiler? Tal vez una pista, la gitana tenia razón.
Cuídense mucho por favor con esta pandemia que nos tiene a todos encerrados. Les mando un abrazo y saben que los quiero! Nos leemos en el próximo capitulo por el mismo canal a incierta hora jajaja ... Recuerden dejar sus reviews! XOXO!
