Guerra Mundial Z.

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RinMakoto. Aunque Ramón quisiera hacer esto solo, obvio que Asuka no lo dejaría solo, sabemos lo que siente y ahora comienza el nuevo arco.

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El Redentor 777. Latinoamérica entra en juego, aunque ya había entrado cuando estuvieron en Tijuana, pero esta vez nos centraremos aquí, sin embargo, es cierto, ¿Cómo demonios Varvara seguía viva? Quien sabe.

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Sin más, comencemos…

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Aeropuerto Internacional de Toncontín.

Este aeropuerto ubicado en la capital de Honduras, Tegucigalpa, el cual recibe varios de los distintos países los vuelos internacionales.

En el avión que recién llegaba a suelo catracho, luego de unas 34 horas de vuelo que era la media común de los vuelos entre tierra hondureño y tierra nipona.

Atención pasajeros, estaremos arribando Honduras, por favor atentos a cuando lleguemos.

I repeat. Attention passengers, we will be arriving in Honduras, please pay attention to when we arrive.

- ¡Por fin! – exclamó por lo bajo el hondureño, pero a la vez emocionado – más de un día en el avión.

- Ya llegaremos a Honduras – suspiró Asuka desde los asientos de atrás, sobándose un poco los brazos con nerviosismo - ¿Cómo reaccionará Ramón cuando nos vea?

- No importa, solo vamos a decirle que vamos a ayudarlo.

- Suena fácil decirlo así Tamara-san, pero hacerlo es otra cosa – dijo la enfermera.

- Aparte de que, si no lo encontramos, nos vamos a ver en un problema grande ya que no hablamos español.

- ¿No habrá algunos que hablen inglés?

- Puede ser, pero en estos países es muy raro que alguien te hable inglés fluidamente, así como Ramón.

- Solo esperemos que toda salga bien – con eso, unos minutos después, el avión llegó al aeropuerto y sin más, los pasajeros empezaron a bajar y el hondureño de cabello negro solo se fue a tomar su pequeña maleta, aunque un poco alejado de él, estaban las Mahou Shoujo tomando las suyas.

Cuando Ramón encontró su equipaje, este solo se empezó a dirigirse hacia la salida del Aeropuerto de Toncontín, justo cuando las 3 chicas estaban llegando a donde estaba el chico, este se detuvo.

- ¿Por qué vinieron hasta aquí? – habló en japonés mientras se daba la vuelta y solo encaró a las Mahou Shoujo – ¿no dije que haría esto solo?

- Lo siento Ramón, pero no podía dejarte solo ante esta situación, realmente me preocupa que te vaya a pasar algo, así que hablamos con Iizuka-san y hemos venido aquí.

- Además, Mia-san está trabajando en esto, por lo que la reunión en Nueva York se posterga hasta que las Mahou Shoujo estén reunidas – dijo Kurumi.

- Aparte, no creas que te vas a librar de nosotras – dijo Tamara y el peli negro, no tuvo más opción que aceptar todo eso.

- Creo que me han ganado, bien, solo vamos al taxi, iremos a mi casa, primeramente.

- ¿A tu casa?

- Sí, aunque estemos en Tegucigalpa, yo vivo en Comayagua, así que es un viaje de al menos 1 hora y media de aquí hasta allá.

- ¿Cuál es la moneda aquí en Honduras?

- Sé que traen yenes, pagaré ya que traigo Lempiras, que es la moneda aquí – el chico solo hizo que lo siguieran hacia afuera y sin más, tomaron un taxi y se fueron del aeropuerto.

- ¿A dónde vamos?

- Nos vamos a Comayagua amigo – con eso, el vehículo se fue hacia el departamento natal de Ramón, yendo este en el asiento del frente y las japonesas iban atrás.

El camino pasó normal, las Mahou Shoujo tuvieron algo de sueño y Ramón se fue hablando con el chofer durante todo el rato mientras veía de reojo a sus amigas las cuales se durmieron.

El viaje duró aproximadamente unas 2 horas hasta que finalmente llegaron a la ciudad de Comayagua en la que el peli negro las despertó y sin más, bajaron del taxi y ahí miraban la ciudad.

- ¡Hola Comayagua! ¡Estoy de vuelta!

- ¿Qué dijiste?

- Solo estoy feliz de haber vuelto a mi tierra, aunque solo me fui por unos meses jaja – río un poco el peli negro mientras solo veía como las demás miraban hacia el frente – aun así, vamos, estamos cerca de mi casa.

- Bien – con eso, las Mahou Shoujos solo siguieron al hondureño y unos minutos después, llegaron a una casa la cual era bastante llamativa ya que era de dos plantas y parecía que pertenecía a una familia adinerada, aunque el hondureño solo dijo que era algo vieja, aun así, se miraba que era una familia de buena posición.

- ¿Esta es tu casa? – preguntó Asuka.

- Sí, no se preocupen por eso, tenemos algunas habitaciones extras, así que no tendrán problemas.

- ¿En serio?

- Sí – con eso, el peli negro solo fue y tocó el timbre y unos minutos después, una chica de cabello azul largo abrió la puerta. Esta chica llevaba una pequeña falda y una camiseta sin mangas y se sorprendió bastante al ver al moreno ahí – hola Sayumi.

- ¡¿Eres tu Ramón?!

- No, soy Cándido Pérez, claro que soy yo hermana – río un poco el hondureño y este solo recibió un fuerte abrazo de parte de la peli azul.

- ¡Hace tiempo que no te veía! ¡Apenas nos llamas! – decía la chica - ¡Michiru, Saori! ¡Jesús, Santiago, Lucy! ¡Ramón volvió!

- ¡¿Qué has dicho?! – exclamaron varios chicos llegando a donde estaba el peli negro y se abalanzaron hacia él, aunque este fuera técnicamente el más pequeño de todos, aun así, se notaba que era el más fuerte de los 7.

- Gracias chicos, meses sin venir.

- Por cierto, ¿Quiénes son ellas? – otra peli azul, pero de cabello corto miró a las 3 chicas.

- Oh, olvidé presentarlas – Ramón empezó a hablar entre español y japonés – familia, ellas son mis amigas Asuka, Kurumi y Tamara. Chicas, ellas son mi familia, mis 6 hermanos.

- Un gusto – se saludaron todos haciendo una reverencia y sin más, todos ingresaron, aunque Kurumi, Tamara y Asuka quisieron quitarse los zapatos, estas fueron detenidas.

- Chicas, estamos en Honduras, esa regla no aplica, entren con los zapatos – aunque esto las tomó por sorpresa, aun así, accedieron y solo miraban la casa hasta que Ramón las guío hasta la que sería sus habitaciones por el tiempo que pasaran en tierra centroamericana.

- No sabía que tenías hermanos – decía Tamara - ¿y tus padres estarán bien con que estemos aquí?

- La verdad, es que mis padres murieron hace 3 años, asesinados por unos Disas – cuando Ramón dijo eso, la peli blanca solo se disculpó por el atrevimiento – no te preocupes, no lo sabías, así que no hay de que lamentarse, hemos superado la muerte de papá y mamá.

- Me dijiste que tus hermanas mayores eran de un matrimonio anterior ¿verdad? – preguntó Asuka.

- Sí, los dos de cabello azul y la de cabello lila son mitad hondureñas y mitad japonesas, ya mis otros hermanos son 100% hondureños al igual que yo.

- ¿Están bien cuidándose?

- Sí, aunque mis abuelos vienen de vez en cuando, mayormente vivimos solos, aparte de la herencia de nuestros padres era grande, no solo eso, Sayumi comenzó a trabajar y tiene buenos ingresos, Michiru hace covers en YouTube y le va bien y Saori trabaja en un supermercado.

- ¿Cuántos años tienen todos?

- Sayumi que es la mayor tiene 21, Michiru tiene 20 y Saori 19. En cuanto al que sigue, soy yo que tengo 16, Jesús que tiene 14, Santiago de 13 y Lucy de 12 años.

- Vaya, aun así, se ve que son una familia unida – dijeron Tamara y Kurumi con algo de pesar de solo recordar a sus hermanos, la rusa por su fallecida hermana y Kurumi solo recordó a su hermano al que odiaba.

- No importa, solo bajemos, siento que puedan tener hambre – sonrió el peli negro – cuando estén listas, pueden venir.

- Gracias.

- Bueno – con eso, Ramón bajó a donde estaban sus hermanos y estuvieron hablando un poco sobre su ida a Japón y que como estaban las cosas por allá. Unos minutos después, Tamara, Asuka y Kurumi bajaban a la mesa, aunque estaban un poco nerviosas ya que no sabían que decir.

- ¿Qué les pasa? – preguntó Saori la cual era de cabello lila y ojos verdes mirando a las Mahou Shoujo.

- E-Este… no sé cómo responderles – dijo la peli gris mirando al moreno el cual solo río un poco - ¿Qué pasa?

- No necesitas presionarte Asuka.

- ¿Por qué no?

- Podemos hablar japonés – dijo Sayumi dejando sorprendida a las tres – creo que Ramón ya les debió mencionar que somos mitad japonesas, así que podemos hablarlo y entenderlo a la perfección.

- Ya veo – suspiró Kurumi – ya que no soy muy buena en inglés.

- No se preocupen, pueden hablarlo con toda confianza – habló Santiago el cual era de cabello negro, piel blanca y ojos cafés.

- Y ahora, queda degustar – con eso, se sirvió varios platos con tres baleadas, las cuales eran un poco desconocidas para las extranjeras.

- ¿Qué son?

- Se llaman baleadas, son el platillo estrella de Honduras, son como los tacos para los mexicanos. Todo el mundo conoce a México por ese platillo, a nosotros los hondureños nos conocen más por las baleadas – decía Ramón mirando su platillo.

- ¿De qué están hechas?

- Son tortillas grandes con frijoles fritos dentro, aparte de que se le agrega mantequilla y queso rallado, todo esto es la combinación perfecta para un platillo súper genial, aunque se le puede añadir huevito frito o pollo.

- Vaya – con eso, Tamara fue la primera en probarlo, aunque su expresión cambió a una de sorpresa – e-esto… está delicioso.

- ¿En serio? – Kurumi fue la siguiente en probar y esta quedó maravillada con el sabor – Tamara-san tiene razón, esto está delicioso.

- A ver – la peli gris fue la siguiente en probarlo y realmente quedó un poco sonrojada – tienen razón, está rico.

- ¿Lo ves? – Ramón sonrió un poco, pero tomó una de las servilletas para limpiar un poco la mejilla de la peli gris la cual solo se sonrojó por eso – tenías algo de frijoles en la mejilla.

- G-Gracias – dijo un poco sonrojada, esto fue visto por los demás, aunque Kurumi veía de mala manera esto, los hermanos del moreno solo miraban de reojo y tenían una pequeña sonrisa de complicidad.

Luego de eso, finalmente ya establecidos, pasaron algunas horas hasta que la noche llegó y todos cenaron y se fueron a dormir, aunque para las Mahou Shoujo y el moreno no era tiempo de hacer eso.

- ¿Estás seguro de hacer esto con ellos?

- Ellos nunca supieron sobre mi poder ni nada, así que lo mantengo en secreto – respondió Ramón – bueno, solo vámonos.

- ¿Sabes dónde es?

- Joan me dijo que era en La Mosquitia, al otro lado del país, pero si nos vamos corriendo rápido, podríamos llegar en menos de una hora ya que en transporte público es por lo menos 5 horas.

- Bien, te seguimos – con eso, los 4 solo se fueron corriendo por los techos, las Mahou Shoujo ya transformadas y el hondureño con su traje.

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Mientras tanto en México…

Más específico en el estado de Sinaloa, Joan y Mia se hallaban de agentes encubiertos vagando toda la zona de la ciudad natal del mexicano, la cual era Culiacán.

- ¿Has visto algo raro? – preguntó la rubia al chico el cual solo negó con la cabeza.

- Nada en especial, parece que no hay actividad aquí – escupió a un lado – quisiera encontrar a todos los carteles que están aquí y derrotarlos a todos de una vez.

- ¿Y eso?

- Por culpa de todos esos carteles han hecho de Sinaloa un lugar bastante peligro, tanto que cada vez que se menciona en planos internacionales, lo primero que se les vine a la mente es el crimen – el castaño solo apretó los puños – quisiera poder hacer algo por todo eso.

- Puedes acabar con todos ¿sabes? Tienes el poder suficiente para eso.

- Lo sé, pero es muy tedioso, además, no ganaría nada si hago todo, aparte, no importa cuanto acabe, siempre habrá personas que volverán a hacer lo mismo.

- Vaya que tienes un sentido de la justicia bastante elevado… eso me gusta de ti – le sonrió de lado la rubia.

- Ya te dije que con palabras bonitas no ganarás nada conmigo – suspiró el joven – aun así, ¿me puedes recordar porque estamos aquí?

- Venimos a atrapar a algunos mercenarios mágicos que traen mercancía ilegal – Mia solo activó su arma y se armó de su vestimenta de Mahou Shoujo – estoy lista.

- Bien, de suerte estamos en un sitio apartado – Joan sacó su espada Tizona – solo necesitaré esto por el momento.

- ¿Y tú Armadura?

- No la necesito por el momento, no creo que haya un peligro realmente, aunque mi velocidad no sea tan rápida, aun así, las balas o cualquier mierda que usen no será efectiva contra mí.

- Bien, entonces vamos – con eso, los dos norteamericanos solo fueron a la dirección indicada que había dado un informante y llegaron a la que parecía una casa de dos plantas, aunque estuviera en un barrio de apariencia peligroso, tuvieron su cuidado de no alertar a nadie.

Pero las cosas no saldrían como esperaban.

Un Disa de espionaje en forma de abeja los estaba observando desde lejos y este solo emitió un sonido inaudible para los humanos, pero al parecer esto fue escuchado por alguien.

- ¿Ya llegaron nuestros invitados? – sonrió un hombre, cabello color negro, piel blanca y ojos del mismo color de su cabello – pues tendré que darles la cálida bienvenida con un buen regalo.

De vuelta con Mia y Joan…

Estos estaban frente a la entrada de la casa y solo estaban esperando un buen momento para ingresar, ambos con espada y arma de fuego en mano.

- ¿Lista Cyrus?

- Yes – justo cuando estaban por entrar, Joan tuvo una sensación extraña, pero instintivamente solo empujó a Mia a un lado al igual que él caía junto con ella y justo de la puerta se asomaron unas garras muy filosas destruyendo todo a su paso.

- ¡¿Qué mierda fue eso?!

- No me lo creo… - ambos chicos miraron hacia arriba y pudieron verlo - ¿un Disa?

- Pero ¿Qué hace un Disa aquí en México? – Joan solo miraba a la bestia la cual tenía forma de un jaguar de peluche, pero su tamaño era grande y en sus manos se podían ver una enormes y filosas garras, como si tratara de un jaguar de verdad.

- Roar – era lo único que decía el Disa el cual intentó atacar a ambos chicos, pero estos lo esquivaron.

- ¿Qué clase es o lo que sea?

- Por su magia… es uno de la clase Halloween.

- ¿Halloween? ¿O sea de los más fuertes? – la rubia asintió – entonces tendremos que luchar, después de todo ya luché con estos.

- No te confíes.

- No importa, solo acabemos con este idiota – tanto la Mahou Shoujo como el mexicano empezarían a atacar al Disa el cual solo se cubría con su escudo mágico, pero los disparos de Mia estaban haciendo efecto ya que el escudo estaba empezando a quebrarse y Joan remató con su espada destruyéndolo y sin más, con la misma partió a la mitad al Disa el cual solo desapareció del sitio.

- Eso fue extraño, ¿Qué hacia un Disa aquí? Es más, ¿Por qué no sentí su magia?

- Extraño – Joan solo suspiró y sin más, le hizo señas a la rubia para que entraran a la casa, pero esta vez iban bastante más preparados y con alerta por si los tomaban desprevenidos de nuevo.

No notaron nada extraño, por lo que solo se fueron revisando más y más las entradas y salidas de la casa, la segunda planta fue el último sitio en el que se atrevieron a ir. Aunque estuvieron a punto de abandonar el sitio, ambos sintieron una presencia y solo se pusieron alerta.

- ¡¿Quién anda ahí?!

- Tal parece que vencieron a ese Disa sin problemas – dijo la voz masculina – felicitaciones.

- ¿Quién eres?

- No tengo porque decir mi nombre ya que eso es personal, pero si me quieren conocer pueden decirme… - en eso, el tipo que llevaba una máscara blanca con negro tapando su rostro, aunque por alguna razón, ambos chicos solo podían suponer que el tipo estaba sonriendo - …Deathmask.

- ¿Deathmask? ¿Máscara de la Muerte? ¿Así como el Caballero de Cáncer de Saint Seiya?

- Puede ser, sin embargo, mi nombre no es de chiste, refleja lo que realmente soy, alguien que ama la muerte y se la desea a todos aquellos que sean indignos.

- Déjame preguntarte algo, ¿peleas para la Brigada de Babel?

- No sé de qué me hablas querida – río de forma horrible el hombre – pero ya va siendo hora de que mueran.

- Mejor dicho, tú serás el que morirás – justo cuando Joan se lanzaría a atacar al hombre, este sin más, desapareció frente a su vista - ¿Qué?

- ¡Detrás de ti!

- ¡Mierda! – el castaño logró detener el ataque del tipo bloqueando su espada con lo que parecía un cuchillo con un líquido morado.

- Parece que pudiste bloquearlo, sin embargo, no creas que librarás tan fácilmente de las garras de la muerte.

- ¡Déjalo en paz! – reclamó Mia disparándole al tipo, pero este desapareció de su vista y pasó detrás de ella.

- ¡Cyrus, atrás!

- Shit – la rubia logró bloquear el ataque del tipo, pero la fuerza que aplicó destruyó el escudo mágico, sin embargo, logró esquivar el ataque y se puso junto a Joan.

- Este tipo se transporta a donde sea y te puede atacar de todos lados.

- Bueno, parece que serán presas bastante difíciles, por lo que miro no es así, aun así, me gusta.

- Que sujeto tan repugnante.

- Nos vemos entonces, les dejaré un regalito de mi parte – sonrió el tipo bajo la máscara desapareciendo del sitio, sin embargo, ambos chicos solo miraron como aparecían varios Disas mirando de forma maligna a la Mahou Shoujo y al mexicano.

- Mierda, esto estará difícil.

- Darling… tendremos que batallar duro, volveremos tarde a casa.

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Continuará…