Capítulo: 27

Advertencia este capítulo contiene lectura para adulto

—Estúpida, conmigo lo tenías todo yo te fuera tratado como una reina pero preferiste estar en la calle antes de ser mi esposa ahora sufre las consecuencias — le iba a responder pero sin más se fue de mi vista, dejándome sola en la pequeña carpa.

Al verme sola no soporte más y mis lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas, al momento que recordé toda esa gente riéndose de mí, después de unos minutos llorando me limpie las lágrimas y pensé «Nooo no me verán llorar, yo no he hecho nada malo » con ese pensamiento me limpie la cara, luego mire todo ese dinero que Niel había dejado en la mesa, lo tome y salí de la carpa busque a un vigilante y le pedí —Señor vigilante puede cuidar por un momento mis pasteles solo por un momento por favor tengo que hacer algo —

—Sii pero solo por un momento, dese prisa — al escuchar las palabras del vigilante salí corriendo a buscar a Niel para entregarle su mugroso dinero, recorrí toda la plaza pero no lo encontré, luego pensé « y si ya esta se fue » así que fui, directo al estacionamiento para buscar su automóvil pero al llegar no encontré su auto, regrese muy enojada por no, regresarle su dinero a ese imbécil.

Toda mi ropa estaba cubierta de pastel, no me había dado cuenta, pero cuando caminaba de regreso toda la gente volteaba a ver, tome un gran respiro y levante la mirada al tiempo que pensaba «No tengo por qué sentirme mal, no he hecho nada malo » y con ese pensamiento en mi cabeza llegue al puesto de pasteles, pero al llegar me lleve una gran sorpresa y grite —Albert—

—Candy donde fuiste, cuando llegue el vigilante estaba muy molesto por tu tardanza—

—Lo siento mucho no fue mi intención tardar tanto—

—Candy… ¿qué te paso? estas cubierta de pastel —

—No…no es nada—

—Como que no es nada, cuando llegue me encontré con dos pasteles tirados en el piso, imagine que en un, descuido se cayeron al suelo pero ahora te veo cubierta de pastel… dime que pasa—

—Nooo es nada… —

—Dime o quieres que investigue que fue lo que paso —

—mmm nooo nooo fue nada—

—Está bien… veo que no me quieres decir nada entonces yo mismo buscare la respuesta— y en seguida mire como Albert, salía de la carpa muy molesto, en seguida grite —Espera tu ganas te contare— y en ese momento le conté todo lo ocurrido, al terminar le enseñe el dinero que Niel había dejado en la mesa y le dije —Fui a buscar a ese imbécil para entregarle su dinero, pero no lo encontré por esa razón tarde demasiado… lo lamento mucho —

—Esa fue la razón, Candy tienes que confiar en mí, me preocupe mucho cuando el vigilante me comento que ya habías tardado mucho—

—No fue mi intención preocuparte, pero ahora estoy muy enojada por no darle su dinero a ese idiota— cuando dije la última palabra, escuche una gran risa, que al ínstate grite —Albert no te reías—

—Candy acaso no te da cuenta, con este dinero ya cubrimos el dinero suficiente para ayudarle a tus padres —

—Pero yo no quiero tener este dinero, el simple hecho de tenerlo en mis manos, me causa repulsión—

—Se lo que sientes y en cierta forma tienes razón para no querer ese dinero, pero como tú lo dijiste él te lo entrego por el daño que su hermana te hizo, y como yo lo veo es más este dinero no fue suficiente por causarte daño a tu persona, ninguna cifra en el mundo, es suficiente para comprar humillaciones —

—Entonces estar de acuerdo para regresarle su dinero a ese idiota—

—Cómo te lo dije, con su propio dinero el mismo cubrirá los intereses que el mismo le aumento tu padre por la empresa— y eso fue todo lo que me dijo, comenzó a limpiar todo y después tomo los pasteles que habían quedado.

Salimos de la plaza aún era, temprano por más que le preguntaba que íbamos hacer no me dijo nada, hasta que llegamos a una colonia de muy pero muy bajos recurso que al momento que miraba las calles, me llene de melancolía, mire a niños jugando unos estaba descalzos otros contaban con muy poca ropa, y las personas mayores se encontraban enfermas, al ver todas esas imágenes recordé a mis padres que si no, me fueran adoptado quien sabe que fuera sido de mí.

Regrese en mi pensamiento cuando escuche un gran grito de Albert —Pasen y prueben estos ricos pasteles que el día de hoy son gratis— con este grito sin tardanza los niños corrieron para comer una rebanada de pastel, todos ellos se juntaron en bola, pero Albert con todas sus fuerzas logro que los niños fueran obedientes y formaran una línea para que a todos los tocara una pequeña rebana de pastel.

No tardo mucho cunado escuche —Vámonos ahora si ya es el momento de regresar a casa— pero como no, sabía ni como había terminado tan rápido de repartir los pasteles aún quedaban 4 pasteles pero en tan solo un instante todo se terminó, yo solo miraba como todas las personas iban y venía sosteniendo una rebanada de pastel y en su rostro se dibujaba una gran sonrisa.

Regresamos con más calma al departamento, me quite todo la ropa llena de pastel, me fui a dar un baño, cuando salí del baño me sentía mejor, después de ver como Albert regalo los pasteles a toda esa gente, ya no me importo mi apariencia es más toda esa gente ni, me miraban, solo miraba caras sonrientes.

Esta tan cansada que cuando salí del baño me fui directo a la cama y lo único que escuche fue —descansa que mañana tienes que tener todas tus fuerzas— ya no conteste estaba, tan cansada que solo me avente a la cama para dormir.

En la mañana siguiente Albert me levanto muy temprano para ir a la empresa de mi padre, como ya estaba acostumbrada de levantarme temprano no tuve ningún inconveniente, así que sin tardanza ambos salimos del departamento.

Durante el camino Albert me dijo —quieres tomar un taxi para llegar — pero ya estaba tan, acostumbrada en caminar que la verdad, sentía que no era necesario, solo eran unas cuantas cuadras, no sentía la necesidad de gastar dinero sin razón alguna, así que dije que no era necesario.

Unos cuantos minutos pasaron y sin darme cuenta ya estaba afuera de la empresa de mi padre, al instante Albert me, entrego todo el dinero y solo me dijo —cuídate mucho, arregla todo —

—Albert acompáñame, mis padres te quieren conocer, es más es gracias a ti que juntamos todo este dinero—

—Nooo Candy es un asunto familiar y eres tu quien tiene que arreglar todo, yo te espero acá—

—Pero Albert—

—Nada de peros, corre apresúrate que si no, tus padres no tardaren en salir por esa puerta con todas sus cosas— me dijo y luego me dio un gran beso tan profundo, que al hacerlo mis piernas tambaleaban.

Cuando se alejó, tome un fuerte respiro y camine directo a la empresa de mi padre, en esta ocasión los vigilantes si me dejaron entrar, por alguna extraña razón no sé, habían negado mi ingreso a la empresa.

Tome el elevador y en breves minutos ya me encontraba afuera del despacho de mi padre, toque la puerta y escuche una voz ya bien conocida que dijo —Adelante — solo pensé «ese idiota tan temprano ya está acá » abrí la puerta y efectivamente Niel y mis padres ya estaban todos reunidos.

—Adelante te estábamos esperando —

—y tú para que me estas esperando —

—Pero que mal educada te has vuelto desde que eres pobre, hasta los modales ya se te olvidaron—

—Niel no estoy para tus juegos, que quieres tan temprano —

—Señor Ligan, por favor deme más tiempo, solo un poco más—

—Padre no le supliques—

—Hija no te preocupes por mí… —

—Así… es no quiero sus suplicas señor quiero las de su hija, quiero que se arrodille enfrente de mi—

—Nooo con mi hija noo… yo me puedo arrodillar —

—Padre ya basta… basta de rogarle a este idiota que lo único que está haciendo, es abusar de su posición pero llegara el día, que el rogara el—

—Claro así como tu verdad… jajaja ya les dijiste a tus padre como te encontré el día de ayer—

—Hija de que está hablando Niel —

—Anda diles cómo te arrodillabas por unas cuantas monedas—

—Candy que has hecho—

—Madre no es lo que piensas…Niel está diciendo tonterías, es cierto que ayer me encontró arrodillada pero estaba trabajando vendiendo pasteles —

—jajaja sii y era tan divertido por tal motivo te deje una pequeña propina —

—Bueno si ya terminaste es mi turno de hablar cuánto dinero mis padres te deben —

—Mi vida me deben demasiado…ni prostituyéndote te alcanzaría para pagarme —

—Claro que no, pero tuve ayuda de un idiota el día de ayer, y creo que con esta cantidad es más que suficiente — le grite muy fuerte al instante que avente todo el dinero en el escritorio de mi padre, que en ese momento Niel se encontraba parado, y por ultimo le grite —cuéntalo, pero te digo de una vez es más, de lo que mis padres te deben —

—Pero… cómo fue posible que juntaste todo este dinero —

—Padre… toma evidencia que ya le pagaste todo su dinero—

—Siii— grito mi madre muy contenta y saco una foto de todo el dinero, solo miraba como Niel contaba, todo el dinero y como estaba tan sorprendido de que por fin, mis padres ya no tuvieran deudas.

Al terminar de contar todo el dinero y liquidar toda la adeuda mi padre, obligo a Niel firmar todos los papeles para que le regresara las acciones correspondientes de mi padre, después Niel enfurecido dijo —Aun así, sigo siendo el accionista mayoritario y esta empresa seguirá, mis órdenes —

—Siii pero a partir de ahora me tienes que informar de todo en cuanto la empresa—mi padre le grito muy fuerte a Niel y por ultimo le dijo —salga de mi oficina Sr. Ligan que tengo que hablar a solas con mi familia—

Niel miro a todos con odio y salió del despacho con todo su dinero, cuando Niel se fue, mis padres corrieron para abrazarme y pedirme perdón, por todo lo que había pasado, pero les dije que no era necesario, yo también cometí muchos errores.

En el momento que nos abrazamos tan fuerte, sentí como si todo lo malo que nos había pasado se alejara de toda mi familia, ellos querían celebrar con una pequeña cena, querían conocer quién era la persona que estaba a mi lado, pero por algún motivo les dije que primero tenía que preguntarle a él, para ver qué día, se conocerían todos.

Mis padres aceptaron y me agradecieron por ayudarlos, pero aun así mi padre me decía —Candy este dinero te lo regresare, no es correcto que un hijo pague las deudas de sus padres—

—No es necesario y menos si esas deudas fueron causadas por sus hijos —

—Pero quien eres tú, donde dejaste a mi hija — grito muy fuerte mi madre, que al hacerlo los tres reímos con mucha fuerza, al paso del tiempo recordé que Albert me estaba esperando afuera de la empresa, así que me despedí de mis padres y les dije que muy pronto conocerían a la persona que amaba.

Salí corriendo de la empresa, ya que el tiempo se me fue muy rápido, esta era la primera vez que salía con una gran son sonrisa después de hablar con ellos, realmente estaba feliz el poder ayudarles y más que lo hice con mi propio trabajo.

Al llegar afuera Albert, me esperaba con una gran sonrisa, al verlo corrí con todas mis fuerzas para abrazarlo, el me recibió con gran calidez que al sentir sus brazos, me sentí en casa.

Ambos regresamos al departamento, Albert me comento que trabajamos con mucha fuerza y que después de trabajar tanto nos merecíamos un descanso, con mucha calma regresamos caminando por las calles de chicago, contemplando el atardecer, estaba tan alegre que no me di cuenta en que momento llegamos al departamento.

Pero cuando mire ya estábamos frente al departamento, entramos a descansar, cominos, jugamos y vimos una película de terror, Albert se reía cada vez que gritaba, pero al mismo tiempo me abrazaba con mucha fuerza y así terminamos el día los dos riendo.

En la mañana siguiente, era la misma rutina nos despertábamos temprano para ir a la cafetería solo que ya no salía a vender, Albert atendida a la gente y yo preparaba los postres, no sentía como pasaba el tiempo, para mi todos los días eran risas y alegrías.

Lo único que extrañaba es que Albert ya no me volvió a tocar como en esa ocasión, cuando lo llame para que viera como había quedado el pastel, ya no me tocaba con tanta excitación y pensaba «será acaso que ya no lo éxito » estaba tan concentrada, el pensar cuál era el motivo por el cual Albert ya no me tocaba, que sin darme cuenta, al abrir el saco de harina, no lo cerré bien, que cuando lo coloque en su lugar, toda la bolsa de harina cayó encima de mi asiendo que gritara tan fuerte —Hayyyyyyy— luego escuche una gran risa, me limpie los ojos y era Albert que se estaba riendo de mí, al verlo le grite —Pero de que te ríes—

—De que aun eres muy pequeña para alcanzar la alacena —

—No eso no es cierto—

—No te enojes, te vez hermosa aun con toda esa harina en tu cabeza—

—Si pero no puedo ver nada—

—Está bien por el día de hoy podemos regresar a casa—

—Pero Albert aún es muy temprano—

—No te preocupes has trabajado mucho estos meses, vamos que yo seré tu guía para que no te pierdas con toda esa harina— me dijo al tiempo que tomo mi mano y me abrazo.

Llegamos rápido al departamento, Albert me dijo que primero él se iba a bañar en lo que me quitaba la ropa llena de harina, así que fui a la habitación para quitarme toda esa ropa, cuando me la quite solo, me cubrí con una toalla, luego me fui, al baño para dejar la ropa en el cesto de ropa sucia.

Cuando mire esa cintura ancha eso brazos bien definidos, todo en él era perfecto, por dios quería tocarlo, quería estar en medio de esas piernas, mi corazón empezó a latir muy fuerte y mis piernas compensaron temblar.

Salí lo más rápido del baño ya que si pasaba un minuto más quien sabe lo que hubiera hecho, comencé a dar de vueltas en el departamento, hasta que vi como Albert salió del baño con una toalla en medio de su cintura.

Al verlo corrí al baño, abrí la llave de agua fría, ya que solo pensaba en él, tenía días en que solo pensaba en él, pensaba en los primeros días que nos conocimos como me tocaba, como me miraba, como estaba dentro de mí y como gemía tan fuerte, con ese pensamiento en mi cabeza poco a poco comencé a bajar mis manos, hasta llegar en el centro de mi ser, abrí mis piernas para que sintieran mejor el contacto.

Mi latido era más fuerte, el simple hecho de pensar en él, que me estuviera tocando hacia que yo misma me excitara con toda esa agua dentro de mí, mis propias manos cobraron movimientos que nunca imagine, pero habían pasado semanas en que Albert no me tocaba que no lo soportaba más estar lejos de él, cuando escuche —Quieres que te ayude— abrí los ojos, y se encontraba dentro del baño, mirándome con una gran sonrisa.

No podía hablar, así que solo moví la cabeza, enseguida comprendió y se metió al baño, comenzó a acariciarme con el jabón y luego me susurro al oído —creo que en esta parte necesitas ayuda—

No entendí bien a lo que se refería pero en ese momento con una mano abrió mis piernas y con la otra introdujo sus dedos dentro de mí y escuche —Creo que en esto necesitas mi ayuda, are que tu baño sea muy placentero, solo déjamelo en mis manos—

Continuara…