N/A: Soy novata, pero novata de verdad en esto de escribir así que tenedme paciencia. Siento si se me escapan algunas faltas de ortografía.
Y como siempre, muchas gracias a esas personitas por los Reviews.
Disclaimer: Personajes, hechizos, lugares, etc... es todo propiedad de la maravillosa J.K Rowling.
-¡¿Ronald?!.
Corrió hacía él, que levantó la cabeza al ser llamado, y se incorporó rápidamente del suelo, justo a tiempo para cogerla cuando se lanzó a sus brazos. El brusco movimiento le hizo trastabillar hacía atrás, pero logró mantener el equilibrio.
-Hola Herms.- Le escuchó decir junto a su oreja mientras la estrechaba entre sus brazos cariñosamente. Sintió un pequeño dolor en las costillas por el abrazo, pero lo ignoró. No sabía las ganas que tenía de verle de nuevo, hasta que lo tuvo delante.
Se abrazaron ante la molesta mirada del rubio, y la despectiva de su acompañante. Draco bufó cuando vio como el pelirrojo aprovechaba que ella tenía la cabeza enterrada en el hueco de su hombro, para absorber su aroma en un profunda inhalación.
Observó como cerraba los ojos disfrutando de este.
Hermione se separó lo justo para besar sonoramente su mejilla, antes de volver abrazarle un rato más, lo que parecía que a Ron no le importaba en absoluto, pues volvió a estrecharla con la misma fuerza.
-Tenía tantas ganas de verte.- Terminaron el abrazo, y volvieron a separarse, pero no mucho, lo suficiente para que Ron se pusiese rojo como un tomate cuando Hermione subió la mano para acariciar su mejilla.
-Yo... yo también.- La sonrió tímidamente, gesto que hizo que la castaña lo mirase con ternura.
-Se me esta revolviendo el estomago.- Hermione giró lo justo para poder mirar hacía Malfoy, que como no, no había podido mantener la boca cerrada. Lo fulminó con la mirada, antes de volver a mirar a Ron que volvía a agacharse. Bajó la vista hacía lo que recogía el chico, dándose por primera vez cuenta de que había una lata abollada en el suelo, y su contenido, lo que parecían algún tipo de dulces, estaban desparramados por todos lados.
-Te traía unos pasteles de Rumanía.- Dijo avergonzado mientras intentaba recoger las migas en las que se habían convertido los pasteles.- Pero esa me los ha tirado.- Ron apuntó con la cabeza a Pansy, que sonreía orgullosa de su obra, la que claramente no solo se había conformado con tirar, si no que en alguno de ellos se podía distinguir perfectamente las huellas de sus zapatos.
Podía haber hecho lo que se le pasaba por la cabeza en esos momentos. De echo creía firmemente en que daría de pleno en esa cabeza hueca que tenía Parkinson, y borrarla esa estúpida sonrisa de la cara. Miró de reojo la lata que Ron tenía en las manos, pero prefirió no darle la satisfacción a Malfoy de ver otro enfrentamiento entre ellas. Por que aunque los celos la estuviesen reconcomiendo en esos momentos, mientras veía como la pelinegra acariciaba el brazo, y el pecho de este de manera acaramelada, no quería darle ninguna señal para creer que podía sentirse afectada por él.
A si que tomando un poco de aire de forma lenta y calmada, se giró de nuevo, y se agachó para coger la mano de Ron y levantarle con una sonrisa forzada en la cara.
-No pasa nada Ronald.- Tiró de su mano haciéndole subir los escalones junto a ella, saltando con cuidado el estropicio ocasionado con los dulces.- ¿Estaban buenos?
Hermione lo conocía tan bien, que sabía que su amigo no había podido resistirse a abrir la caja en el camino, y comer alguno. El volvió a sonrojarse, y la dedicó una sonrisa tímida e inocente que la aclaró que no se equivocaba en la suposición.
-Deberías darme las gracias Weasley.- Pansy habló con ese tono petulante que la caracterizaba. Hermione se detuvo frente a ellos, que taponaban la entrada, y Ron quedó a su lado poniéndose rojo del enfado.- Aparecer con unos simples pasteles... Es tan patético.
Si lo que Pansy buscaba al mirar a Malfoy era encontrarse con una sonrisa, o un asentimiento de aceptación a su elocuente comentario, se encontró todo lo contrario. No solo no la sonreía, ni la asentía, si no que ni la miraba. Pansy arrugó el entrecejo al ver que sus ojos estaban calvados en la Griffindor de pacotilla, que a su vez la miraba a ella con los ojos levemente cerrados.
Ron estaba apunto de abrir la boca, para contestarla, cuando Hermione se le adelantó.
-Querida Pansy.- La recorrió con la mirada de arriba a bajo haciendo un gesto con las cejas cuando pasó por su zona central.- Unos vienen con pasteles, y otras sin bragas. Cada uno hace lo que puede...
Tras notar como Ron se relajaba, y reía por la cara que se le había quedado a la pelinegra después de escuchar el comentario que la acababa de soltar, caminó hacía delante tirando de su mano para que le siguiese. Empujo a ambos haciéndose hueco entre ellos para lograr pasar.
-¡Weasel!.- Le llamó el rubio cuando ninguno se detuvo al pasar por su lado.- ¿No pensaras dejarme ese estropicio ahí?
-Que lo recoja tu querida... lo que sea, que para eso es quien las ha tirado.- Le sostuvo la mirada unos segundos mientras el chico seguía atentamente su recorrido con el entrecejo tan fruncido que casi parecía unirse. Mientras Pansy, a su lado, como acto reflejo bajaba el largo de su vestido, para mas satisfacción de Hermione, mientras cuchicheaba muy seguramente insultándola por el "agravio de sus palabras".
Hermione sabía que no sería ella quien lo hiciese, si no los elfos que según subían por las escaleras, escuchó ser llamados de manera bastante brusca por parte del Slytherin. Lo que a pesar de hacerla sentirse no muy bien consigo misma, la hizo sonreír.
A ninguno de los dos se les había pasado por alto el detalle de que Ronald Weasley llevaba una pequeña bolsa de viaje colgada al hombro, y a Hermione no se le había pasado por alto la molestia que eso provocaba en Malfoy...
¿Es que acaso piensa quedarse a dormir?
Se preguntó el rubio mientras veía como la castaña tiraba de la mano del chico para guiarle a su habitación. La habitación que compartirían durante toda una noche...
Sintió un nudo en el estomago. El solo pensar que compartirían cama, sin saber que pasaría entre ellos, hacía que sus puños temblasen de la rabia.
Cerró la puerta de un portazo que sobresalto tanto a la chica como al elfo que estaba recogiendo fuera los malditos dulces.
-¿Sabías que venía?.- Le preguntó Pansy con su voz chillona, volviéndose a colgar de su brazo. Draco la miró duramente.
-No digas estupideces.
…
Hermione pasó uno de los mejores días desde que había llegado a la Mansión, y no solo por que Ronald estuviese ahí, si no por que cada vez que miraba al Slytherin, veía como los observaba con la cara desencajada; y como Parkinson a pesar de intentar captar un poco de su interés, no conseguía mas que una mirada que helaría a cualquiera, y comentarios que la dejaban fuera de juego.
Malfoy estaba molesto, celoso, y eso extrañamente la satisfacía. De echo se había descubierto en varias ocasiones provocando esas reacciones en él de manera inconsciente. Había posando su mano sobre la de Ron mientras comían, había arreglado su pelo antes de cenar, e incluso palmeado de forma cariñosa su pierna mientras Ron contaba algo gracioso de Rumanía al Sr. Marrus.
Sabía que estaba mal, pero también sabía que el rubio no perdía detalle de cada uno de esos gestos. Le quería hacer probar de su misma medicina, y que sintiese aunque sólo fuera un poco, lo que había sentido ella cuando había visto a Pansy atravesar la puerta esa mañana.
Lo que no había pensado, ni tan siquiera contado, era con la posible reacción, e idea que todos esos gestos, y su comportamiento, podían generar en Ron. Por eso cuando el chico nada mas atravesar la puerta de su habitación, se lanzó a su boca, se quedó paralizada mientras la besaba.
Cuando Hermione reaccionó, lo hizo de manera mecánica, como si responder al beso, fuera lo que tocaba hacer, no por que la apeteciese. Y cuando se dio cuenta, lo empujó y se separó de él.
-¿Que pasa Herms?.- Ron se acercó a ella preocupado.- ¿He sido demasiado brusco?
-No.- Claro que no había sido brusco, todo lo contrario. Cada vez que Ron la besaba, lo hacía con delicadeza, como si temiese que fuese a romperse en sus brazos. Era un beso cargado de cariño, si... pero no de amor... no de deseo...
A lo mejor ese era el problema, que Ron era demasiado dulce.
Ella se limpió de forma disimulada los labios, mientras subía la vista, y caminaba decidida en su dirección. Cuando llegó hasta él, subió ambas manos y le agarró ambos lados de la cabeza para hacer que se inclinase y volver a besarle. Hermione tomó por primera vez las riendas del beso, y aprovechó la sorpresa de él, para internarse en su boca, buscando sentir aunque fuese una pizca de la pasión que sentía cuando se besaba con Malfoy.
Pero nada...
Desesperada por volver a sentir lo que en algún momento había sentido con él, despegó una de sus manos de su cara, y la bajó hasta encontrar una de las suyas que descansaban sobre su cintura. La cogió y la guió hasta uno de sus pechos. Sintió como Ron se paralizaba nada mas sentirlo, y como apartaba la mano inmediatamente.
Hermione dándose por vencida, terminó el beso y volvió a poner distancia entre ellos.
¡Nada!
¡No había sentido nada!
Se apretó el puente de la nariz agobiada por lo que significaba aquello.
-Hermione yo... lo... lo siento.- Levantó la cabeza en su dirección. Ron, rojo como un tomate, la miraba con esos ojos azul cielo avergonzado.
-No tienes por que sentirlo, Ron.- Ella le habló en un tono serio, pero no por que estuviese enfadada con él, si no por que se sentía mal consigo misma.- Dame un momento, ahora vuelvo.
Hermione sin pensar muy bien lo que hacía, llevada por la frustración, y la necesidad de aclarar de una vez por todas, el lioso desorden sentimental en el que se había convertido su cabeza. Salió de su habitación, y se plantó frente a la puerta del sujeto B de su problema. Llamó repetidas veces con los nudillos, hasta que abrió la puerta.
-¿Estas solo?.- Malfoy tardó unos segundos en reaccionar. Preguntaba por preguntar, por que sabía que Pansy en algún momento de la tarde había abandonado Malfoy Manor, y al parecer de no muy buenas maneras, ya que había escuchado como Narcissa había subido para pedirle explicaciones a su hijo por ello. El rubio no llegó a terminar de asentir con la cabeza, cuando ella le empujó, y se internó en la habitación. Tras cerrar la puerta con el pie, alargó una de sus manos hasta la camisa del chico, y tiró de ella para arrastrarle hacía su cuerpo y besarle. Malfoy tuvo que apoyarse en la puerta con las manos para mantener el equilibrio y no aplastarla.
Ahí está.
En cuanto sus labios hicieron contacto, una chispa hormigueó en ellos. La chispa que debía provocar Ron, no Malfoy.
Hermione rodeó su nuca en un movimiento rápido, y enredó las manos en su pelo para presionarle más contra ella y así hundirse en su boca. Pasado el momento de confusión, y sorpresa de él, Malfoy cedió y la dio paso a todo lo que quisiese, y eso es lo que hizo.
Besó, mordió, profundizó hasta que arrancó un gemido de su garganta, y Hermione se estremeció placenteramente al escucharle.
Y ahí estaba esa sacudida, ese cosquilleo...
Sintió como Malfoy bajaba las manos hasta su cintura para desembocar en la parte baja de su espalda y apretarla mas contra él. Terminando con el mínimo espacio que pudiera separarlos.
Hermione sintió esa explosión de sensaciones que la hacía perder todo control que tuviese sobre si misma cada vez que él la besaba. Ese calambre que la cruzaba el cuerpo entero y terminaba concentrándose en su bajo vientre.
Ese deseo que solo Malfoy le transmitía a través de la cálida humedad de su boca, de las suaves y cautivadoras caricias de sus manos...
Perdida en la inconsciencia de sus delirantes besos, se atrevió a averiguar que haría si lo ponía en la misma tesitura que a Ron. Descendió su mano por el lateral acariciando su espalda en el recorrido hasta que llegó a su mano, y la agarró con firmeza. Aunque se resistió un poco ha dejar sus glúteos, se dejó llevar hasta donde ella le guiaba mientras seguían devorándose el uno al otro con fervor.
Tembló cuando sintió la calidez de su mano sobre su pecho izquierdo, y como inmediatamente su mano lo acogía presionándolo con exquisita delicadeza.
Escuchó formarse en su garganta un sonido grave en respuesta. A Hermione se le escapó un pequeño gemido que fue acallado en la boca del rubio, cuando él pasó el pulgar por encima de su pezón, que se marcaba duro bajo la camiseta, por la excitación del momento. Lo pellizcó levemente haciendo que por instinto ella reaccionase acercando su cadera a su cuerpo, en busca de un poco mas de contacto. Fue entonces cuando notó algo presionar a la altura de su ombligo que la dejó sin aliento, e hizo que su mente olvidase el motivo por el cual en un principio estaba allí.
Había ido con un objetivo, objetivo que estaba mas que demostrado, pero que había pasado a un segundo plano. Ahora solo estaba él, y el ardiente calor que sus labios y sus manos la hacían sentir.
El dejó su boca para morder su barbilla, y continuar el trabajo sobre la piel de su cuello. Hermione respondió echando la cabeza hacía atrás apoyándola sobre la madera de la puerta para darle mejor acceso. Enredó su mano al rededor de su cabellera rubia, y tiró levemente de ella cuando el Slytherin atacó la zona sensible bajo su oreja. Lo que la provocó un escalofrió que recorrió su cuerpo de pies a cabeza.
¡Por Merlín!
Ni en sus mejores momentos con Ron...
¡Ron!
A su mente la costó trabajo volver a pensar con claridad, y a su cuerpo dejar de responder a las cautivadoras y absorbentes atenciones que el rubio la prestaba. De echo la idea de olvidarse de lo demás, y abandonarse al momento, era la que pesaba en su cabeza.
Pero ella estaba allí por algo. Por que había necesitado comprobar lo que ambos le hacían sentir, y ahora ya lo sabía...
Cuando sintió el cosquilleó de su boca descender por su clavícula, supo que debía parar la cosa ahí.
Haciendo acopió de toda su fuerza de voluntad, logró poner las manos entre ellos y empujarle lo suficiente para que él se separase. El Slytherin la miró de una forma casi animal, el gris de sus ojos era prácticamente imperceptible por el aumento de sus pupilas.
Bajó sus ojos hasta su boca, la cual hizo el amago de tocar cuando vio sus labios hinchados y rojos por ella. Dejó caer la mano a mitad de camino cuando volvió a lanzarse sobre ella, y tomar de nuevo su boca con avidez. Respondió inmediatamente volviendo a perderse en él. Pero una pequeña voz volvió a recordarle que Ron, el que se suponía que seguía siendo su novio, seguía esperándola en la habitación de al lado.
Entonces volvió a resistirse, y retiró la cara de su alcance. Volvió a separarle con las manos, sabiendo que si tardaba un poco más volvería a ceder a lo que su cuerpo le pedía a gritos que continuase.
Escuchó la queja que salió de sus labios en forma de gruñido, y escondió sus ojos de la penetrante mirada que Malfoy tenía puesta sobre ella.
-Tengo que irme.- Hermione se giró para agarrar el pomo de la puerta, pero no pudo abrirla por que él apoyó su brazo sobre ella, un poco mas arriba de su cabeza. Cerró los ojos cuando sintió su cuerpo detrás.
-Dejarme así... .- Su voz sonaba mas ronca, y grave de lo normal. Se mordió el labio inferior para evitar que escapase algún sonido de su boca, cuando él volvió a pegarse y la dejó claro a lo que se refería.- … no es nada justo.
-Ten... tengo que irme.- Repitió con la voz mas temblorosa de lo que pretendía. El rio a su espalda.
-Lo entiendo.- Notó como su aliento la acaricio la piel de la oreja al colarse por su pelo cuando habló.- Ya has comprobado que tu querido novio no tiene nada que hacer conmigo... .- No era un pregunta, era una afirmación, que ella en su fuero interno también compartía. A pesar de eso, no supo que contestar. Aun tenía los sentidos, y la mente un poco congestionados por lo que acaba de pasar.- ¿Has venido a eso, no?
-Esto no cambia nada.- Dijo casi sin voz por la falta de convicción.
El apartó el pelo hacía un lado dejando de nuevo su cuello expuesto.-Lo cambia todo.- Sintió como se acercaba, y como lo rozaba con la punta de su nariz intencionadamente.- Y cuando lo admitas, podrás probar lo que de verdad puedo hacerte sentir.
Depositó un casto beso en la curva de su cuello, y quitó la mano de la puerta dejando que ella saliese por fin de la habitación. Hermione tardó unos segundos en darse cuenta, ya que no había podido evitar imaginar, lo que sus ultimas palabras la ofrecían.
Solo cuando sintió como él se alejaba, sus piernas lograron reaccionar, y escapó. Cerró la puerta a su espalda utilizándola de apoyo mientras recuperaba un poco de aire, y analizaba lo que que había pasado.
El tenía razón. Había ido a averiguar por que lo que sentía con uno, era tan diferente a lo que sentía con el otro. Por que sentía que Ron la besaba casi por compromiso, y Malfoy la hacía perder el juicio con su boca. Por que las manos del rubio quemaban allí por donde pasasen, mientras las del pelirrojo acariciaban sin despertar ninguna sensación mas que el cosquilleo de una caricia.
Por que con Ronald Weasley no sentía nada, mientras con Draco Malfoy sentía todo.
-Mierda.- Dijo en un susurro.
Hermione suspiró derrotada. Miró hacía su puerta, y supo, aunque no quería, que debía ser sincera con Ron, y sobre todo con ella misma. Por que Malfoy volvía a tener razón, las cosas no eran como antes, y lo que acababa de pasar entre ellos de alguna forma lo había cambiado todo.
Al principio la culpabilidad la había azotado duramente.
Darse cuenta de que el que ponía su mundo patas arriba con solo una mirada era al que había considerado su enemigo durante tantos años, y no la persona de la que creía haber estado enamorada, no era algo fácil de aceptar, y digerir.
Pero ahora mismo, después de haber salido de su habitación y haber comprobado que Malfoy despertaba sensaciones, y sentimientos de una manera que no había experimentado nunca, se daba cuenta de que esa culpabilidad se había desvanecido. Por que sentirse culpable por algo de lo que no te arrepientes, era algo tan absurdo como el seguir negándose a ver lo que le pasaba con él.
Le gustaba, le gustaba y mucho.
Todo lo que había vivido desde que llegó a Malfoy Manor, desde ese día que fue nombrada en el juicio, y sintió morirse al imaginar lo duro que sería. Pasando por ese primer beso que desencadenó esto, y todos esos pequeños detalles que ahora, al echar la vista atrás, era capaz de ver. Las confesiones, la confianza, la conexión que habían establecido, eran los culpables de que se encontrase en esos momentos aceptando que sentía algo por Draco Malfoy.
El mismo Malfoy que en el colegio la hacía pensar en una y mil formas de romperle la nariz, mientras que ahora le hacía cuestionarse todo cuanto creía...
¿Estaría bien lo que hacían?
¿Qué pasaría si alguien los descubriera?
¿Podría contárselo a alguien?
¿Seria algo pasajero, o no?
¿Qué sentía por ella?
¿Podía llegar a enamorarse de él?
¿Y él de ella?
¿De verdad había cambiado? O Tal vez ya era así...
Quería averiguar las respuestas que él pudiera darle, quería seguir conociéndole, seguir descubriéndole.
Y no era justo para Ron, ni para ella que siguiesen intentando algo que había dejado de tener sentido desde hacía mucho.
Después de unos minutos, tomó un largo suspiro, y entró de nuevo en su habitación. Ron la esperaba sentado sobre la esquina de su cama.
-¿Donde has ido?.- El pelirrojo se acercó a ella inseguro.
-Necesitaba pensar.- Dijo sincera apretándose las manos nerviosa. Unos minutos después en los que meditó la mejor forma de decírselo, por fin habló.- Esto no funciona...
-Pero...
-Tranquilo Ron.- El se acercó a ella y la cogió de las manos.
-Si es por lo de antes, es que... es que... aun no estoy preparado.- Hermione lo observó dulcemente.- Solo necesito un poco mas de tiempo...
-Yo no.- Soltó sus manos para acariciar sus mejillas, y hacer que él volviese a subir la vista hacía ella.- Seguir alargando algo que ya no existe para ninguno de los dos, es seguir engañándonos con la posibilidad de que lleguemos a sentir una cosa que puede que nunca llegue.- Hermione se sintió liberada del peso de una relación que si te ponías a analizar no sabían muy bien por que había empezado. Ron le había gustado, eso no podía negarlo. Pero ahora que de verdad sentía algo por otra persona, se había dado cuenta de que mas bien se había refugiado en esa relación para abstraerse un poco de lo que les había rodeado, y los rodeaba. Ahora sabía que eso que ella había creído amor, había sido mas bien una confusión de sentimientos. Ella lo quería, lo quería mucho, pero como amigos.
-Pero yo... yo te quiero Hermione.- Rogó el chico haciendo que su corazón se quebrara.
-Y yo a ti, pero ni tu, ni yo lo hacemos de la manera que deberíamos de hacerlo como para continuar con esto.
-Puedo cambiar.
-No quiero que cambies, Ronald.- Hermione volvió a emocionarse.- Tu también te has dado cuenta de que lo nuestro no va a ninguna parte. ¿Acaso nos ves juntos en un futuro?, o ¿Te imaginas intimando tan si quiera conmigo, llegando a algo mas que unos besos?- El pelirrojo lo pensó un tiempo antes de negar levemente con la cabeza. Recogió una lagrima con el pulgar que había escapado de los ojos de la castaña.- ¡Por Merlín no puedes ni tocarme un pecho!
Ambos rieron cómplices, y Hermione se secó las lagrimas con la manga de la camiseta antes de tirar de él para volver a estrecharle entre sus brazos. De verdad se sentía fatal, fatal por no haber sido capaz de hacer que funcionase, por sentir que se había quitado un peso de encima, por sentirse libre, y que su mente solo fuera capaz de pensar en el chico que estaba en la habitación de al lado...
-¿Seguimos siendo amigos no?.
-Claro que si tonto.- Se separó lo justo para poder mirarle.- Eres una de las personas mas importantes para mi. Tu y Harry sois mi familia.
Ron la besó en la mejilla, antes de volver a besar castamente sus labios.
-Por si acaso.- Volvieron a reírse. Ron podía ser cabezota, orgulloso, y a veces un poco desesperante, pero también era amable, divertido, y humilde, y por eso le quería tanto.- ¿Puedo quedarme esta noche?
Ella volvió a sonreír antes de asentir, y hacerle un gesto con la mano mostrándole la habitación.
El resto de la noche, se la pasaron rememorando los viejos tiempos, rieron, lloraron, y disfrutaron el uno del otro como antes lo hacían, como verdaderos amigos, mientras una pregunta rondaba de manera silenciosa por su cabeza.
¿Qué pasaría ahora con Malfoy?
Al día siguiente, Ron y Hermione abandonaron a primera hora de la mañana la mansión, para pasar su domingo en la Madriguera. Al llegar a la puerta, Hermione se sorprendió cuando un elfo le entregó un sobre para Ginny. Sintió la tentación de abrirlo, pero se resistió. Lo guardó en su bolso, y caminó con Ron hasta la salida de la Mansión para poder aparecerse.
Aun quedaba un mes para la boda de Bill y Fleur, y aun no sabía si el Sr. Weasley conseguiría su permiso. Así que cuando llegó a casa de los Weasley, y Ginny fue la que salió a recibirlos con la buena noticia de que habían autorizado su viaje para acudir al evento, Hermione sintió que ese sería un buen día, y no quiso estropearlo. Así que cuando la pelirroja se alejó estuvieron de acuerdo, en no dar la mala noticia de que habían roto, y estropear el ambiente alegre que había entre los habitantes de la casa.
La cosa mejoró aun más cuando la entregó dicho sobre, y Ginny casi brincó de alegría cuando reveló el contenido de este. Cuando su amiga la abrazó y la dio la gracias, no solo a ella, si no a Malfoy, Hermione le arrebató y leyó asombrada que era todo la información que el rubio le había prometido sobre Rookwood.
Sonrió cuando leyó en la ultima hoja, escrito en su fina caligrafía un "En paz", que claramente iba dirigido a ella. Se la vinieron entonces a la cabeza de nuevo sus palabras "Si me libras de esto, te daré todo lo que se sobre ese capullo". Y así lo había echo, había direcciones de sus anteriores escondites, y de los posibles nuevos, había nombres de familiares, y amigos, y hasta preferencias de ataque, y estrategias. Le había dado todo lo necesario a Harry para que este pudiese atraparle de una vez por todas.
Entonces, en un momento, lo que le pareció una buena noticia, ya no le pareció tan buena. Borró la sonrisa de la cara, y su animo se turbo considerablemente. Sabía que Harry era muy bueno en su trabajo, pero cabía la posibilidad de que se le escapase el nombre de Malfoy... Y eso le pondría en peligro.
De por si, se había ganado varios enemigos entre su ex-compañeros Mortifagos cuando se descubrió su colaboración con la Orden durante la guerra, asi que lo que menos necesitaban ahora era que se le sumase uno tan escurridizo, y peligroso como Rookwood.
Es Harry, el nunca descubriría sus fuentes, aunque fuese Malfoy.- Se dijo así misma.
Hermione volvió sonreír incrédula al darse cuenta los nuevos pensamientos y preocupaciones que tenía hacía el rubio. Si hace unos meses alguien la hubiese dicho que estaría sopesando la idea de ayudar a su amigo, por mantener la seguridad del Slytherin, no se lo hubiese creído.
Ginny saltó de su silla, devolviéndola a la realidad. Y después de volver a besar su mejilla, salió corriendo disparada hacía la casa, para lo que adivinó sería enviar la información a Harry de inmediato.
Ella también esperaba que volviese pronto, tenía muchas ganas de volver a ver a su amigo, de volver a estar todos juntos.
El día era magnifico. Era raro, debido al mes en el que estaban, pero el sol les permitió comer fuera, y su mente viajó de manera automática a Malfoy Manor. ¿Qué estaría haciendo Malfoy en esos momentos?
¿Estaría paseando por el enorme jardín de la mansión?
Tal vez solo, o puede que con su madre colgada del brazo.
Se imaginó siendo ella quien lo acompañara por sus senderos, se imaginó compartiendo momentos así con él...
Miró entonces a cada comensal que estaba al rededor de la mesa, y se preguntó como sería el panorama si Malfoy estuviese sentado a su lado... Muy seguramente la Señora Weasley no la sonreiría de aquella forma mientras volvía a servirle un trozo de pastel, ni Arthur hablaría con tanta soltura y confianza sobre lo que estaba ocurriendo en esos momentos en el ministerio, Ron lo fulminaría constantemente con la mirada, y George, dudaba incluso si haría acto de presencia con él ahí. ¿Podría culparlos?
Pues no, claro que no...
Sabía que ninguno de ellos podría aceptar que hubiese dejado a Ronald, por alguien como Draco Malfoy. Y aunque intentara explicarles que no había sido el único motivo, lo seguirían culpando.
Y eso la creo un gran pesar, que quiso disimular, y apartar a un lado.
Como si la señora Weasley hubiese acudido a su ayuda, la preguntó si tenía vestido, cambiando de tema, y haciendo que pensase en otra cosa, que no fuese la posibilidad de todo lo que perdería si tan solo llegasen a enterarse de lo que sentía hacía el primogénito de los Malfoy.
Hermione negó. No había tenido tiempo tan siquiera de pensar en el vestido que llevaría. Cuando la mujer hizo un comentario sobre los guapos que estaría Ron y ella cuando se casasen, ambos aludidos cruzaron un mirada rápida, y sonrieron incómodos a su madre. Cuando Ginny regresó, por suerte su madre se centró en ella, haciéndola sonrojar cuando fue su turno de aceptar el cumplido sobre su imagen en su futura boda con Harry.
Sabía muchas cosas con seguridad, y otras con no tanta, pero que Harry y Ginny estaban predestinados desde el primer día, y que terminarían sellando su amor en el altar era algo que cada miembro de la mesa sabía que sucedería en algún momento.
La pelirroja la propuso ir de compras el próximo domingo para empezar a mirar, y comprarse el vestido. Hermione asintió. No es que ir de compras fuese lo que mas le gustase del mundo, pero si quería ir mas o menos decente, sabía que Ginny era una buena elección para ayudarla a elegir el vestido adecuado.
...
El día se le pasó rápido, tanto que cuando se apareció en la mansión, ya eran mas de las 11 de la noche. A esa hora no esperaba encontrarse a nadie despierto, no al menos rondando por la mansión.
Hermione que iba cargada de cajas de dulces, y galletas preparadas por la señora Weasley, se negó a la petición del elfo de ayudarla, y tras darle las buenas noches, fue ella, la que se se fue directa a la cocina para dejarlas. Tal vez a los Malfoy le resultasen indignas de servirse en su mansión, pero estaban deliciosas, y su intención era dejarles una nota para que fuese lo que la subieran al día siguiente para desayunar.
Según bajaba los escalones hacía la cocina, escuchó unos ruidos procedentes de esta. Supuso que sería algún elfo terminado alguna tarea pendiente, pero cuando escucho una voz masculina quejarse supo inmediatamente a quien pertenecía.
Se paró en el ultimo escalón, dudando por un momento que hacer, si volver sobre sus pies, o entrar. Se había decidido por la primera, pero justo cuando se había dado la vuelta y estaba apunto de volver por donde había venido, el estruendo de algo parecido al cristal chocar y romperse contra el suelo resonó fuertemente en el silencio de la noche deteniéndola.
-¡Maldita sea!.- Resopló resignada cuando le escuchó quejarse. Aseguró las cajas sobre sus brazos, y volvió a girarse para averiguar lo que le había pasado.
Al entrar por la puerta de la cocina todo estaba normal, no había nada fuera de sitio. Hizo un rápido reconocimiento de la estancia buscando su presencia en ella.
-Genial... .- Le escuchó decir sarcásticamente desde la despensa. Dejó las cajas sobre la encimera, y se dirigió allí.
-¿Que haces?.- El rubio que estaba rebuscando en lo alto de las estanterías, se sobresaltó haciendo que la cesta de zanahorias que tenía delante cayese por el movimiento involuntario de su brazo, y quedasen esparcidas por el fondo de la alacena.
-Joder Granger, que susto.- La miró molesto mientras se llevaba una mano al pecho teatralizando el momento.
-¿Que se supone que estas buscando?.- Miró al suelo, donde sus pies pisaban y hacían crujir los cristales de lo que parecía una botella de Whisky de Fuego echa pedazos.
-Mi madre, al parecer opina que tengo un problema con el alcohol.- Se cruzó de brazos observándo como volvía a su tarea y seguía rebuscando detrás de las demás cestas.- Y... ha tenido la genial idea de pedir a los elfos que lo escondan todo.
-Tu madre tiene razón.- Espetó ganándose una sonrisa ladeada como contestación.- Si no lo tuvieras, no estarías a estas horas buscando una botella con la que perder el sentido.
-Bebo por que es único placer que puedo permitirme entre estas cuatro putas paredes.- Vio como dibujaba una sonrisa antes de meter la mano mas al fondo detrás de la cesta de las patatas.- ¡Aquí estas! Los muy ilusos siempre utilizan los mismo sitios.
Hermione suspiró dejándole por imposible cuando el rubio sacó la botella de su escondite, y se la mostró regodeándose de su hallazgo.
-¿No has pensado en buscarte otro entretenimiento que no suponga que llegues a los cuarenta con el hígado hecho puré?.
Malfoy que andaba hacía la puerta de la despensa,se paró justo al lado, inclinándose sobre ella para hablarle de cerca.
-Eso intento, pero no me lo pones fácil leona.- Hermione sintió como el calor subía a sus mejillas, y tardó unos segundos en girarse y seguirlo con la mirada mientras él rodeaba la mesa en busca de un vaso. Cuando lo encontró, se sirvió un trago y lo degustó con un suspiro.
-Por que lo que buscas en un pasatiempo...
-¿Y si buscase algo más?.- Hermione tragó en grueso, pero no se dejó cautivar.
-¿Acaso podrías ofrecerme algo más?.- Malfoy torció la boca en lo que parecía una sonrisa, pero que no llegó a serlo. Intentó captar en sus ojos, algún detalle que delatase que estaba jugando con ella.
-Dime lo que quieres y podemos negociarlo.- El rubio volvió a rodear la mesa, con el vaso colgando de su mano, mientras se acercaba lentamente hacía ella.- Imagino que después de lo de anoche, Weasley y tu no estáis juntos, así que ya nada te impide tener algo conmigo.
Abrió y cerró la boca un par de veces, antes de hablar. Eso la había pillado por sorpresa.
¿La estaba pidiendo...
Pero... No podía ser, se estaba quedando con ella.
-No me vaciles Malfoy.- Arrugó mosqueada el entrecejo.
-No te estoy vacilando.- El caminó a su alrededor un par de veces antes de quedar a su espalda, peligrosamente cerca.
-¿Que es lo que me propones entonces?.
-No es necesario que le pongamos nombre.- Le sintió respirar cerca de su pelo, junto a su oreja.- Yo me lo paso bien, y hago que tu te lo pases aun mejor.
Hermione sintió una sacudida que hizo que su estomago cosquillease como si miles de mariposas aletearan dentro, cuando el pasó su brazo por su cintura y se la rodeó para dejar posada su mano junto a su ombligo.
-No cuela.- Sacudió la cabeza queriendo no dejarse llevar por las tentadoras promesas de sus palabras.- Lo único que me ofreces es un momento...
El la giró de un solo movimiento haciendo que ella tuviese que agarrarse a su camisa para mantener el equilibrio, aunque por la fuerza con la que su brazo la sujetaba, sabía que no llegaría a caer.
-¿Acaso la vida no esta compuesta de ellos?.- Hermione subió las cejas desconfiada mientras seguía buscando cualquier indició en él, de que se la estuviera jugando, y solo quisiese reírse de ella. Y él pareció darse cuenta.- Vamos Granger, llevamos haciéndolo desde que te besé en las escaleras, y lo lo único que te reprimía era tu relación con Weasley. No puedes negarme que disfrutas tanto o mas que yo con esto, así que...
-¿Por que yo?.- Al rubio le pilló de imprevisto esa pregunta, pero se recompuso inmediatamente bajo su atenta mirada.- Y como me digas que soy lo único que tienes a mano, juro que lanzo un incendió a la botella y hago que te quemes la garganta.
Malfoy rio ante su amenaza y levantó las manos en gesto pacificador, soltándola.
-No iba a decir eso.- Le vio beber el ultimo sorbo de Whisky mientras volvía a rodearla y llegaba hasta la mesa para servirse otro vaso.
-¿Entonces?... .- Malfoy la daba la espalda, y ella se cruzó de brazos esperando su respuesta.- ¿Por que yo, y no otra? Por lo que se escucha por ahí nunca falta quien caliente tu cama... .- El siguió en silencio. Hermione notó como su espalda se tensaba levemente.- O ¿Por que no seguir con Parkinson por ejemplo? Por lo que pude ver ayer, está mas que dispuesta a segui...
-Por que ellas no me interesan.- Hermione se quedó muda durante unos segundos analizando su respuesta y el posible doble sentido de su declaración.
-¿Eso significa que yo si?.
Malfoy se giró dejando el vaso de nuevo lleno, esta vez sobre la mesa. La miró directamente, sin vergüenza, sin remordimientos, sin nada mas que esa mirada cálida, y profunda con la que la miraba desde que pasó lo del ataque.
-Me resultas mucho mas interesante que cualquier otra.- Y Hermione sintió que el corazón estaba a punto de abandonar su pecho y ser escupido por su boca.
-Yo... .- Guardó silencio. No sabía que decir, no aun por lo menos. Sentía sus latidos golpear con fuerza bajo su pecho, y como su cerebro intentaba no estancarse en esa frase, y volver a regular algo tan básico como la entrada y salida de aire de sus pulmones.
-Conectamos, puede que mas en el plano sexual, que en otros, pero lo hacemos.
-Si.- Fue lo único que fue capaz de pronunciar. Siguió con sus ojos el movimiento de su mano, que se alzaba ante ella invitandola a que la tomara. Por acto reflejo aun no siendo completamente dueña de sus acciones, subió la suya y la posó con suavidad sobre la del rubio.
-¿Entonces cual es el problema?.- Se dejó arrastrar por el hasta que sus botas chocaron con la punta de sus zapatos. Cerró los ojos cuando sintió la cálida mano del Slytherin acunar su rostro y aprovechar para acariciar sus labios con el pulgar. Las mariposas que sentía encerradas en su estomago, aumentaron el frenesí del batir de sus alas.
La había reconocido que estaba interesado en ella, que ella Hermione Jane Granger, era la única que le interesaba.
¿La única? En esos momentos al menos...
Hermione abrió los ojos lentamente, pero no se separó de él. Se encontró con esos ojos grises, que la devolvían la mirada con el deseo reflejado en cada matiz plateado, y mota oscura de su iris.
-El problema es que no soy la única con la que conectas.- Dijo sinceramente, correspondiendo a su franqueza. No supo exactamente por que, pero ahora estaba segura de que hablaba en serio.
El frunció el entrecejo levemente, dejándola claro que ese era un punto que no había barajado como un problema, al menos no para él. Por que para ella si lo era.
No quería ser otra más en su lista, no quería ser la de los jueves, o cualquier otro día de la semana en la que las demás no estuvieran disponibles. No quería volver a sentir ese sentimiento tan desagradable que había sentido cuando había visto a Pansy aparecer por la puerta, o cuando la vio meter la mano bajo la mesa durante la comida en un insinuación silenciosa de lo que vendría a continuación.
-Lo de Pansy fue un error. Ni si quiera recordaba haberla escrito.
-No te estoy pidiendo explicaciones, Malfoy.- Dijo en tono sosegado, de echo ni ella misma sabía exactamente lo que le estaba pidiendo. La conversación había pasado de un tono mas informal, a uno mas serio.- Yo solo... solo... no se.- Negó con la cabeza frustrada por que ni ella misma se entendía.
El rodeó su cintura para que no se alejase, y volvió a utilizar la mano que acariciaba su barbilla ahora, para impedir que escondiese la cara de él.
-¿Y si... te prometo que no habrá nadie más?.- Hermione volvió a subir sus ojos hasta él. El castaño de estos lo miraban con una mezcla de sorpresa, y cautela que le hizo sentirse aun mas inseguro.
Ya la había confesado que era la única que llamaba su atención, y despertaba su interés. Obviamente haberle dicho que sentía algo mas que interés por ella, por ahora estaba descartado. No quería estropear todo, y que saliese huyendo.
Quería estar con ella. Aunque existiese la posibilidad de que jamás lograse que sintiese algo por él, aunque después de conformarse con lo que fuese que ella estuviese dispuesta a entregarle en esos meses que los quedaban de convivencia, ella se marchara y el volviese a sumirse en la soledad. Aunque tuviese que renunciar a lo que ella le pidiese, y en este caso, por Merlín claro que estaba mas que dispuesto a renunciar a las demás por ella.
Hacía meses que no veía a sus "compañeras de cama habituales", ni a Rosselin, "La exótica Bailarina", ni a Brianna, "Curvas de infarto", ni a Elena, "La italiana boca traviesa". Así las había apodado Blaise cuando las había conocido en alguna de sus tantas fiestas, y por que no decirlo, cuando las había compartido con él. Esas eran las mas recurrentes entre su ristra de conquitas; después habían pasado otras ocasionales de las que no recordaba tan siquiera el nombre...
Y luego estaba Pansy, a la que por fin creía habérsela quitado de encima. Había intentado ser lo mas suave posible con ella, al fin y al cabo le habían resultado muy útiles sus servicios durante tanto tiempo. Pero a pesar de ello, al final la chica había conseguido sacarle de quicio con su suplicas y reclamos sobre promesas que él nunca la hizo, y terminó echándola de mala manera. Había abandonado la habitación con un sonoro portazo, y la escuchó llorar y gritar a su madre volviendo a victimizarse. Cosa que había provocado que minutos mas tarde, su madre hubiese subido a reclamarle su comportamiento con la que, como Astoria había predicho, su madre consideraba la mejor opción para convertirla en su futura esposa.
Su falta de razonamiento, responsabilidad, y comportamiento infantil, según ella, eran las consecuencias de su "problema con la bebida". Motivo por el cual, la había parecido que la mejor opción para que arreglase las cosas con Pansy, era no dejarle beber ni una gota hasta que la pidiera perdón. Razón por la cual, se encontraba esa noche rebuscando a escondidas algo que le hiciese mas amena su espera a la llegada de la Griffindor.
La que por fin, después de haber estado todo el día pensando en que decisión tomaría respecto a su relación con el pelirrojo, ahora la tenía entre sus brazos analizándole meticulosamente, dudando entre creerle o no.
Por un momento sintió como su orgullo era pisoteado por si mismo. Era él, el que estaba acostumbrado a que le suplicaran por un poco de atención. Era él, el que estaba acostumbrado a que le fuesen detrás, el que pedía y se le daba. No al revés. Pero de nuevo la Griffindor volvía a cambiar las tornas en el juego.
-Si aceptas, solo serás tú.- Dijo como ultima carta, para hacerse con la partida.-¿Que me dices?.
NOTA FINAL: ¡Hola personitas! Por aquí ando de nuevo. Siento la tardanza como siempre.
¿Qué creéis que responderá nuestra Griffindor?
-Gabriela Alejandra: Muchas gracias también por tu comentario. Me alegra mucho que te esté gustando la historia. Espero que sigas disfrutando de ella. Muchas gracias por preocuparte por mi, yo estoy bien, un poco liada entre trabajo y otras cosas, pero bueno... Espero que tu también te encuentres bien. ¡Un abrazo virtual!
Como siempre, muchas gracias por la paciencia y vuestros comentarios.
¡Un abrazo mis personitas y nos vemos en el siguiente cap!
