¡Buenos días! O el horario que sea cuando estén leyendo eso. Continuamos con la historia, espero que disfruten el capítulo y… ¡COMENZAMOS!

Capítulo 27 – Conocidos y amigos.

Es algo obvio que no haya comentado nada sobre nuestra relación, incluso se podría decir que fue a pedido mío… Sin embargo, debo admitir que me molesta la manera de hablar de ese sujeto.

-Pero sé que eso está fuera de discusión – volvió a hablar el hombre - En realidad vine porque, una de las maquinas está fallando y casi botó a la cliente al suelo. Necesito tu autorización para llamar al técnico.

-¡La tienes! – Un minuto de silencio – Himawari, dile al señor Uchiha que puede pasar

La mujer de cabello negro, muy parecida a la esposa de mi amigo me indico que podía ingresar, pero al pasar por la puerta, el sujeto del ascensor seguía ahí. Mirando a Sakura como si fuera algo dulce y delicioso, a lo cual quisiera hincarle el diente – Vendré mañana para que firmes el permiso – ni lo conozco y ya lo detesto. Es más que obvio que está interés |

ado en ella.

-Sí, si – los ojos verdes se posaron en mi – Hola – la manera en que me mira, me hace sentir un idiota, por estar celoso de alguien que podría ser su pasado o tal vez no.

-Hola – El sujeto junto a ella, frunció el ceño al verme – Si necesitas que firme algo, puedo esperar tranquilo – le hable lo más neutral posible.

-¿Disculpe? – me mira con fastidio, pero luego cambia su cara y trata de parecer amigable nuevamente. Se ha equivocado de persona, ya no es alguien de mi agrado ahora.

-El señor es Sasuke Uchiha es mi.-

-Soy la pareja de Sakura – la misma se sonrojo, pero no comentó nada - ¿Con quién tengo el gusto?

-Encantado, soy Gigi el encargado del gimnasio – asentí.

-Terminen su papeleo, yo espero. Así no tendrás necesidad de venir dos veces para el mismo asunto – me acomodé en el sofá de la esquina, ante la atenta mirada de ambos.

Tardaron cerca de 30 segundos en reaccionar. Ella le pidió el formulario, se lo entregó y una vez firmado le dijo que podía retirarse. Ya cuando el pomposo se marchó, le dijo a la secretaria que no recibiría más visitas y que cuando termine podía retirarse. Una vez la puerta se cerró, Sakura se quedó expectante a mi comentario.

-¿Estás bien?

-Sí, perfecto.

-… ¿Ahora ya somos pareja?

-¿No lo somos? Ya eres una mujer soltera – solo rio y eso me hizo sentir incomodo - ¿Qué es tan gracioso? – No respondió -… ¿Ese sujeto viene mucho a tu oficina?

-¿Estás celoso?

-Solo era una consulta – se comenzó a reír con más ganas, se subió sobre mi regazo y me besó – No le veo lo gracioso.

-Sasuke, si yo quisiera algo con otra persona que no seas tú. ¿Me habría tomado todas las molestias para tratar de estar contigo? – Negué con la cabeza – No necesitas preocuparte, quiero estar contigo.

-Lo siento… - recargue mi cabeza sobre su hombro – te he de parecer ridículo. Pero recién ahora me he tomado la molestia de procesar muchas cosas. Al final no pudimos hablar de nada y siento que hay demasiada información que no poseo.

-Primero; me parece adorable que te hayas puesto celoso por algo como eso – me ruboricé y ella lo noto. Ya que acaricio mi oreja suavemente – Segundo, yo también tengo muchas cosas que quiero saber de ti y creo que a medida que avance nuestra relación, lo iré descubriendo y tercero, pero no menos importante. ¿A qué se debe tu visita? – me libró de tener que responder a mi comportamiento anterior, cambiando de tema y dándome a entender que es natural mi manera de pensar.

-Hoy por la noche es el cumpleaños de la esposa de un amigo. Quiero invitarte para que me acompañes.

-Seguro, ¿A qué hora sería? – su mano en mi mejilla es reconfortante.

-A eso de las 8:30hs – me perdí unos segundos en sus pozos de jade - ¿Estás bien con eso?

-Claro. Paso por casa, me cambio de ropa y te espero ¿Si?

-Me parece perfecto – me besa despacio y se pone de pie. Tendiéndome la mano para ayudarme a levantar.

-Déjame apagar todo – estaba bellísima, con una ajustada falta negra y una camisa blanca de mangas largas.

Con la altura de sus tacos, llegaba hasta mis hombros. Tenía el cabello amarrado en una cola alta y aretes dorados que bailaban a cada paso que daba.

Recuerdo perfectamente cómo me fui enamorando poco a poco de ella. El momento exacto en que pensé que la encontraba atractiva y cuando comencé a ser consiente del olor tan característico que la acompaña hasta ahora. Sakura es una mujer interesante, culta, graciosa, amigable, puede ser seria cuando se lo propone, pero de mismo modo es gentil con aquellos que le interesan. No me molestaría pasar mi vida, descubriendo más cosas sobre ella.

-¿Nos vamos? – me sonríe desde la puerta.

-Seguro – le di un beso en los labios y la seguí por el pasillo. Nos despedimos en el estacionamiento, con la promesa de que la recoja de su departamento a las 8.

Ya bañado y arreglado fui a buscarla. Vestido con una remera polo color azul, un saco de vestir negro, unos pantalones de mezclilla casi del mismo tono y los mocasines oscuros que van a todos lados conmigo. La llamé, ella me dijo que esperará abajo que ya bajaba. A los cinco minutos se encontraba golpeando la ventanilla suavemente. Subió, besos mis labios y se acomodó a mi lado.

-No tenía idea que ponerme – se colocó el cinturón – no me dijiste la tenida de esta noche.

-Estás hermosa con cualquier cosa que uses – me miro seria.

-Tal vez. Pero las primeras impresiones son muy importantes – se cruzó de brazos y yo me dedique a mirarla más detenidamente. Ella vestía un enterizo de mezclilla y un saco negro de cuero sobre este. Tenía unas botas negras que quedaban casi escondidas bajo su vestimenta y el cabello suelto, terminando en pequeñas ondas. No traía el labial de siempre, pero sus ojos brillaban como nunca.

-Estás preciosa – se sonrojo – y elegiste el atuendo adecuado.

-Menos mal. No quiero que tus amigos se lleven un mal concepto de mí, antes de conocerme – emprendimos camino a la casa Yamanaka.

-Ya conoces a la mayoría de personas que estarán ahí – suspiro aliviada – Naruto y Hinata, también van. Y la novia de Shikamaru, es tu antigua guardaespaldas.

-¿Temari?

-Si ella. Además a Sai ya lo conoces, él fue el abogado al cual le entregamos tu contrato de compromiso con Orochimaru – rio bajo - ¿Qué?

-Eso sería más que la mayoría – yo también reí.

-Tienes razón, solo te falta la cumpleañera y uno o dos amigos más.

-¿Cómo se llama? Le traje un regalo, pero no sé si será de agrado de ella – rodé los ojos al recordar a la ostentosa mujer de mi amigo.

-Si es costoso, le encantará – mientras conversábamos sobre tonterías, olvide mencionar el nombre de la cumpleañera.

Llegamos a la casa, Chouji nos recibió e invito a pasar. Es amigo de Shikamaru e Ino. Saludo a Sakura amablemente y le dijo que se le hacía muy familiar. Ella solo le agradeció y le comento que no recordaba haberlo visto, si es que había sido así. Una vez en la sala nos encontramos con todos, menos con la homenajeada. Sai nos indicó que bajaría en un momento y cuando piso el último escalón, exclamo fuertemente - ¡¿Frentona?!

Los ojos de mi novia se agrandaron y le contesto - ¡¿Ino Cerda?! – Ambas comenzaron a reír, acercándose lo suficiente para poder abrazarse entre ellas - ¡¿Cómo has estado?! No supe nada sobre ti desde la preparatoria.

-He estado por aquí y por allá – todos estábamos sorprendidos. Incluso Hinata, que es su mejor amiga no salía del asombro – me casé, estoy esperando un bebé y – parpadeo repetidas veces - ¿Cómo llegaste hasta aquí?

-Vine con Sasuke, él y yo… - la boca de la rubia formo una perfecta "O" y luego me miro seria – Más te vale que la trates como a una reina Uchiha, esta mujer se merece el cielo – atónito, solo logré asentir – tenemos muchísimo de lo que hablar, pero eso quedará para otro día – mi novia asintió y me sonrió ampliamente.

Luego de que se presentaran todos y que Ino recibiera sus regalos con alegría, nos sentamos a comer y charlar. Se notaba a Sakura distendida, la veía contenta y muy conversadora, todo lo contrario a lo que yo soy. Ella podía seguir cualquier tema a la perfección y siempre tenía algo que opinar. Podía darme cuenta, que al final, ella encaja mejor con estos alborotados que yo.

Mientras las chicas hablaban en la sala, nosotros nos retiramos a la cocina a acompañar a Sai a limpiar todo. Es parte del regalo a su esposa. Las preguntas no se hicieron esperar, Shikamaru fue el más sorprendido cuando se enteró de todo. Dice que eso explicaba, porque estuve tan alienado desde aquella vez en la discoteca. Naruto se dedicó a contarle casi todo sobre nosotros y yo solo trataba de evitar que revelará más de lo necesario.

-Pero entonces, ella al final logro separarse del loco – el dueño de casa, con su gracioso delantal rosado, asentía – Mira que todo ese drama que pasaste, parece de novela. Con razón el tonto de Naruto insistió tanto en que dejáramos de mencionarla – el aludido solo se cruzó de brazos.

-Fue peor que una novela. Mejor cambiemos de tema, lo importante ahora es que Sasuke al fin está de nuevo con algo en la cabeza, que no es trabajo – rodé los ojos – y hablando de cosas raras ¿Por qué tu mamá me pidió eso?

-¿Qué cosa? – Chouji se metió en la conversación. Recordé lo de las fotos y fulmine al rubio con los ojos, el solo me miro sorprendido.

-Nada, es algo que no les incumbe – todos abuchearon y yo le hice una seña a mi mejor amigo para que guarde silencio. No necesito volver a pasar por la misma vergüenza.

Por suerte todo termino ahí, ya que comenzamos a conversar sobre uno de los casos de Naruto y mi tema paso a otro plano. Podía escuchar como ellas se reían tras la puerta, logrando tranquilizarme, el hecho de que mi novia pudiera sentirse a gusto, con las personas que considero importante, me reconforta. Esa noche, culminó mucho mejor de lo que esperaba. Lleve a Sakura nuevamente a su casa, nos besamos en el auto y ella bajo sonriente.

Llegado el sábado, me pidió que vaya para almorzar y pasáramos el resto del día, juntos. Me desperté a las 8:30, fui a gimnasio, luego nuevamente a casa y cuando estaba por salir, el timbre sonó y la persona al otro lado de la puerta no era otra, que mi madre. Dijo que vino de visita y le encantaría pasar ese día conmigo, porque mi hermano y su señora fueron de viaje. Además de que tiene planes con una amiga esa tarde y le da flojera tener que volver a hacer el camino de regreso hasta aquí.

-Sabes que me encanta pasar tiempo con mi madre, pero hoy tengo otros planes.

-¿No puedes cancelarlos o pasarlos para más tarde? No suelo visitarte y quería conocer un poco los alrededores – la he invitado miles de veces, siempre se quejó porque le daba pereza venir hasta aquí…

-¿Cómo supiste? – es una muy mala mentirosa.

-¿Qué cosa? – sin contar que su rostro fingiendo inocencia lo conozco de sobra.

Suspire y trate de pensar cómo hacerle recordar a Sakura. Porque ella la conoció y supo de su existencia. Si le presente a otra mujer a parte de Karin, pero como la vio hace tanto tiempo ya la olvido. Mi mamá no tiene buena memoria o mejor dicho, va olvidando algunas cosas y mi novia está entre ellas. No sé si eso es bueno o malo, pero si llega a recordar cómo me puse yo por todo lo que paso con nosotros, hay una posibilidad de que no la quiera y deseo evitar eso.

-Hoy veré a mi novia y alguien te lo dijo ¿Verdad? – Sonrió al verse descubierta – puedes almorzar con nosotros – celebro en su lugar – pero solo almorzar, queremos tiempo para compartir también.

-¡Lo prometo! – al final siempre termino consintiéndola. Tal vez sea porque me siento culpable, al no haberla ayudado antes.

-Vamos, le avisaré en el camino – espero que Sakura no se moleste, pero me es imposible negarle algo a mi Mikoto. Le debo demasiado.

En el camino me comento que fue Karin quien le contó sobre mi almuerzo. Que estaba súper emocionada y no pudo contenerse. Antes de que siquiera se diera cuenta ya estaba esperando el bus para venir hasta aquí. Mi novia no contestaba las llamadas y el mensaje aun no lo había revisado. Bueno en ese momento lidiaré con lo que llegue a ocurrir. Estacione el auto en el estacionamiento y cuando llame a la puerta casi me caigo de espalda, menos mal mamá estaba tras de mí y no podía ver lo que estaba dentro de la casa.

-Hola guapo – La peli rosa estaba parada en la puerta, solo vistiendo un delantal blanco con bolados. Era tan diminuto, que podía ver partes de sus senos y su cadera al descubierto. ¡¿Qué demonios haré ahora?!

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

¡Nos vemos en el siguiente capítulo! :D