Aclaraciones: Sin POV definido, seguimos en flashback
Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial
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Disfruten la lectura
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Capítulo 27. Regreso
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Chiasa y Tokiwa las habían acompañado hasta el barco una semana después de la que originalmente era su fecha de regreso. Nadie les había dicho que la semana posterior a navidad era feriada, por lo que no había ningún barco disponible y se enteraron al llegar a comprar los boletos. Se había sentido un poco mal pues de alguna forma le parecía que era su culpa por no apresurarse con el último libro, igual no podían hacer nada para cambiar ese hecho, más que hablar con Shizuka y ofrecerse de ser necesario a pagar la estadía en la vivienda esa semana de más. La líder había rehusado el ofrecimiento y solo les dijo que aprovecharan para descansar, uniéndose a las diferentes actividades que había en la playa.
Ella subió al navío junto a Tokiwa que llevaba varias cajas, la líder enviaba unos regalos para Naruto y Tsunade que no había organizado aún para guardarlos dentro de algún pergamino, Temari se había quedado en tierra firme hablando con Chiasa y de repente la vio fruncir el ceño, contestando de forma cortante, si bien no escuchaba lo que decían, conocía sus expresiones. La risa de la pelinegra se escuchó y definitivamente la rubia no encontraba nada divertido en la situación, su instinto le decía que se acercara a intervenir y protegiera a Temari, pero la mano de la mujer junto a ella se interpuso para detenerla.
- Es un asunto de ellas — asintió con la cabeza pero no despegó su mirada de las mujeres, claro que había notado que entre Chiasa y Temari había una especie de conversación que solamente entendían entre ellas, pero aún así de sentir que las cosas se salían de control iba a intervenir. Los minutos se le hicieron eternos hasta que por fin vio que los ojos aguamarina se posaron en ella y dibujaba una sonrisa altanera a la vez que seguía en la conversación, quedándose completamente congelada en el momento que la ojiazul abrazaba a la rubia y le daba una especie de golpe en el hombro a modo de despedida — bueno, creo que será hasta una próxima ocasión
- Muchas gracias Tokiwa-san, Chiasa-san — completó al ver que Temari abordaba también y se paraba a su lado mientras la pelinegra se quedaba junto a su respectiva pareja — si visitan Konoha será un gusto corresponder la hospitalidad recibida
Un par de palabras más fueron pronunciadas a modo de despedida y finalmente ellas se dirigieron al cuarto que era casi igual al que habían compartido en su camino a la isla, excepto que se veía mucho más abarrotado por las cajas y otros paquetes que también le habían dado a Temari, quien por cierto no había extendido la invitación para que las mujeres fueran a Suna, probablemente porque el consejo no sería muy feliz de ver que se sentían orgullosas de andar por la calle tomadas de la mano y tenían cargos importantes en la aldea.
A solas se dedicaron a separar las cosas, la rubia le entregó el pergamino en el que desde la vivienda ella había guardado sus pertenencias justo como cuando iban hacia allí. La líder enviaba un par de detalles además de muchas compras que la mujer había hecho por su cuenta para sus hermanos y una reserva de castañas que esperaba le duraba al menos hasta que la temporada llegara a su propio país. Ella por su parte llevaba algunos regalos y recuerdos para sus amigas, Lee y su sensei, no es como si en Nadeshiko hubiera cosas muy raras o que no se consiguieran en el continente, pero dado que era un territorio desconocido para todos había considerado por una vez oportuno hacerlo.
Tenten se veía un poco más calmada que la anterior vez mientras el barco avanzaba y estuvieron en mar abierto, pero solo un poco. Por ratos leía, por ratos se paseaba por la cubierta y cuando había alguna amenaza de tormenta en el horizonte se acurrucaba en sus brazos. Ya habían dejado la isla de Jiro detrás y las dos sabían que una vez desembarcaran en Tani debían regresar a la actitud que tenían antes del viaje. No es que hasta el momento hubieran sido de esas horrorosas parejas melosas que se andan besuqueando en medio de la calle, era férrea enemiga de tal cosa, su máximo había sido siempre andar tomada de la mano y ese beso que la castaña le dio mientras Aneko las veía de lejos, que había estado plenamente justificado.
De hecho en los días que fueron a la playa en un par de ocasiones vio que no era solo la pelirroja quien veía de más a Tenten que parecía ajena a la cantidad de atención que llamaba en su diminuto bikini que no le sorprendió saber le había sido regalado por Ino, y se había dedicado a ver de forma asesina a todas aquellas que siquiera pensaran en hablarle más allá de un saludo de lejos.
Habían llegado a Tani en la noche por una nueva tormenta en la que Tenten durmió en su regazo mientras ella misma trataba de aferrarse a esa tranquilidad que aparentemente encontraba la castaña de esa forma. Así que pasaron la noche en una posada, mientras cenaban escucharon los primeros comentarios que les recordaban que las cosas eran diferentes en el continente, un par de hombres veían con un morbo nada disimulado a una pareja de isleñas que habían llegado en el mismo barco que ellas para hacer turismo y aunque no parecían afectadas por lo que pasaba, era cuando menos desagradable.
Después del desayuno partieron a Suna, su lado arrogante seguía creyendo que no era necesario ser escoltada hasta su aldea pues podía defenderse sola, por otro lado le gustaba ir acompañada aunque claramente no lo diría en voz alta. Tuvieron que pasar una noche a la deriva en la cual de nuevo Tenten se encargó sola de toda la guardia, le era obvio ahora que la conocía mejor que se había acostumbrado en todas las misiones que tenía en solitario a no dormir por cuidar a su protegido de turno, pero igual le dejaba mal sabor de boca que la tratara así.
Cruzaron la entrada cuando la tarde iba por mitad, avanzando hasta la oficina de su hermano que hizo lo más parecido a una sonrisa que sabía porque por fin regresara tras casi dos meses por fuera. Ella preguntó por Kankuro antes que el pelirrojo le ordenara a Matsuri adecuar una habitación en su propia residencia para la castaña, el marionetista estaba en un viaje diplomático y por lo visto tardaría un par de días más, lo cual era un alivio. No olvidaba que este se encontraba interesado en Tenten desde mucho tiempo atrás y que tras verla ese día por casualidad cuando la escoltaron en su última misión había estado mencionando que deberían invitarla a Suna más seguido.
Tenten había estado mayormente en silencio y en la vivienda se encargó de una vez de liberar lo que había guardado en el pergamino, cuando la noche llegó cenaron juntas y cada una se fue a su habitación. Ella había visto el techo por un rato, Gaara nunca iba a la vivienda en la noche y su otro hermano no estaba en la aldea, así que se mordió el labio antes de salir y avanzar hasta la otra puerta, la castaña estaba adormilada pero no puso ninguna objeción a recibirla en su cama.
Despertó sola, era claro que Temari no se quedaría a dormir con ella por todas las posibles implicaciones que conllevaría el que fueran descubiertas. Se alistó de una vez pues se iría ese mismo día, llevaba demasiado tiempo lejos de su propio departamento. Cuando salió se encontró con Gaara y Temari en la cocina por lo que se sentó con ellos a desayunar y luego fue tras estos hacia la oficina, pero desde antes que abrieran la puerta que comunicaba a esa zona supo que algo iba mal, del otro lado se escuchaban gritos y acusaciones.
Desde su lugar alcanzaba a ver a Baki quien gritaba varios improperios y al otro lado a dos mujeres cuya bandana en la frente revelaba que eran kunoichis de allí, una de ellas se veía asustada mientras la otra no se dejaba amilanar por el hombre que parecía estar cada vez más rojo mientras les recordaba el reglamento y les daba las opciones a elegir.
- ¡No pueden hacer esto! ¡No hacemos nada malo! — se defendió la que no retrocedía. En cuanto vio que la mano del mayor se levantaba hacia ellas fue a avanzar para interponerse pero fue el brazo de Temari quien la frenó a la vez que la barrera de arena aparecía deteniendo momentáneamente lo que pasaba
- Lo hablaremos en mi despacho — sentenció Gaara y todos asintieron. Los ojos aguamarina le dirigieron una mirada cargada de mil palabras mudas antes de desaparecer tras esa puerta con los demás y ella enojada dio media vuelta para irse de esa aldea.
Sí, Temari le había contado lo que pasaba con los "desviados" como cruelmente les decían, pero eso no hacía que la situación le pareciera racional. Ni siquiera podía decir que el par de mujeres fueran algo más que unas jóvenes que por mucho tendrían 17 años y que ahora se enfrentaban al exilio solo por atreverse a ser quienes eran y amar sin importarles nada. Abandonó Suna con emociones encontradas, nunca le pusieron una etiqueta o nombre a lo que había pasado en Nadeshiko y lo que esos orbes le habían dicho era precisamente que tratar de tener algo en esas condiciones estaba prácticamente descartado.
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Se presentó ante Tsunade tan pronto llegó a Konoha y la Sannin la vio complacida, en especial tras leer la carta que había enviado Shizuka agradeciendo por el servicio que había prestado a la isla, en la despedida también le había sido extendida la invitación no solo a regresar a vacacionar o terminara los libros como había dicho Chiasa, sino que también podrían considerar una vacante de maestra en la academia si algún día decidía dejar su propia aldea. Le entregó lo que la líder le había enviado y tras salir del despacho se acercó a Shizune, no tenía exactamente prisa porque la enviaran a una nueva misión, pero nunca estaba demás asegurarse que su nombre estuviera en la lista de shinobis disponibles.
Aunque técnicamente acababa de llegar de una misión larga, no había sentido realmente que fuera un trabajo pesado y las dos últimas semanas habían sido casi de vacaciones, así que no consideraba necesario que le dieran días libres. Cuando por fin estuvo en su departamento casi cambia de idea respecto a lo de no querer irse, obviamente su ausencia se marcaba en la cantidad de polvo y suciedad acumulada por doquier. Respiró profundo mientras abría un poco las ventanas para dejar entrar algo de aire y se dirigía a su habitación para quitar las mantas, llevándolas a la zona de lavado antes de poner tendidos limpios y meterse a la cama, ya se encargaría al día siguiente de limpiar todo.
Hacer aseo siempre era una buena forma de mantenerse ocupada y no dejar que su mente divagara todavía en lo que no quería hacerlo. Así que se enfocó en revisar a profundidad si de verdad cada azulejo de su baño quedaba perfectamente blanco así como su nevera en la cual había algunas cosas echadas a perder por estar tanto tiempo allí almacenadas. No le gustaba desperdiciar comida, aunque tampoco estaba del todo segura del porqué no se deshizo de esos alimentos, probablemente porque en su mente jamás fue concebible que una misión de ese estilo se extendiera a ese punto.
Se le había ido todo el día en la tarea de volver a tener su departamento habitable, así que en la noche después de cenar unos fideos instantáneos buscó por fin su pergamino para organizar ahora las compras y demás objetos que había traído de Nadeshiko. Lo primero que sacó fue el enorme oso de peluche que se ganó en la primera noche del festival, Temari había intentado arrojarlo a la basura a la mañana siguiente aduciendo que era horrible, pero para ella no solamente era un trofeo por haberla derrotado en el juego sino un recuerdo de esa inolvidable ocasión. Sonrió de lado y fue a su habitación para dejarlo en una esquina, era demasiado grande para las repisas. Las cartas de tarot fueron a su mesa de noche, la yukata y la ropa que tenía en el pergamino de la última vez que había revisado su armario fue a su lugar designado, debía admitir que no había sido tan malo el tener eso ahí. El vestido de fiesta le había servido para la noche de la víspera de navidad y el vestido de baño que había estado a punto de devolver cuando Ino se lo dio por considerarlo muy pequeño para su gusto le gustó para broncearse y al mezclarlo con una salida de baño había sido ideal para caminar por la isla. Lo que debía entregarle a Naruto seguía tal y como se lo habían dado, por lo que lo volvió a guardar en el pergamino y dejó allí también sus regalos para sus amigos.
Con la nueva mañana que llegó fue a comprar algunos víveres, al menos los suficientes para esa semana que estaba por llegar a su fin. Pasado el almuerzo salió rumbo a la floristería en donde Ino gritó emocionada al verla entrar.
- ¡Mira ese bronceado! ¡Pensamos que nunca ibas a regresar! — ella solo sonrió sin decir nada — ¡tenemos que salir a celebrar esto! — asintió con la cabeza — ¡Y te perdiste el cumpleaños de Hinata!
- No había barcos disponibles — se excusó
- Andando, Sakura está por terminar su turno en el hospital y tienes que contarnos todo — la escuchó gritar algo hacia la casa para que sus padres supieran que iba a salir y que la ayudante que tenían en la floristería estaba sola, tomándola de la mano para que fueran al lugar mencionado. No tuvieron que esperar mucho para que la ojijade saliera y la abrazara emocionada. Por un momento se plantearon ir a buscar a la Hyūga y así pasar la tarde todas pero eso implicaba ir a los terrenos y la posibilidad de cruzarse con el otro integrante de esa familia que no era apreciado por ninguna de ellas.
- Te ves muy feliz — ella observó con curiosidad a Sakura ante esa afirmación mientras comía lentamente el vaso de gelatina que Ino le había dado después de haberles entregado lo que les había llevado — ¿conociste a alguien en el viaje? — negó con la cabeza mientras trataba que los colores no subieran a su rostro
- ¿Quién es el hombre? ¿Alguien de Nadeshiko? ¡quiero saberlo todo! — la rubia era perspicaz por lo que no le pasó desapercibido el ligero sonrojo y estaba emocionada ante la idea — un momento ¿no se supone que es una isla habitada solo por mujeres?
- Mayormente por mujeres — aclaró — los pocos hombres que hay es por lo general porque son pareja de alguna residente o visitas autorizadas con anticipación
- Entonces... ¿conociste a una linda isleña? — negó otra vez con la cabeza sin saber exactamente qué pensar de esa pregunta ¿de dónde sacaba la ojiazul que se fijaría en una mujer? — ¡Anda Tenten! que a estas alturas aceptaría que salgas con una piedra con tal que no regreses a tu pasado oscuro
- No estoy saliendo con nadie, aunque la directora de la academia me coqueteó todo el viaje — vio a sus amigas intercambiar una mirada y sonreír — pero no me interesaba y estuve trabajando prácticamente todo el tiempo
- Que te des cuenta que alguien te coquetea es un progreso — ella regresó su atención a la gelatina, le sabía un poco mal decir verdades a medias — lo pondremos en práctica esta noche en el bar, sin cierto malhumorado estoy segura que alguien te sacará a bailar — ella asintió, una noche en un bar con ellas sonaba bien
- Hablando de malhumorados... ¿Y Temari? — tosió ligeramente ante el adjetivo
- ¿Qué con Temari?
- Viajaron juntas ¿no?
- Claro, fui su escolta hasta Suna
- Estoy segura que a Shikamaru le gustará saber eso, me comentó que le había escrito dos veces y no había obtenido respuesta, le dije que cuando tú regresaras significaría también que ella ya estaba en su hogar — no quería dejar que su humor se nublara, pero el desazón aparecía con la mención al Nara y su relación oficial con la rubia — ¿qué tal se portó?
- ¿Quién?
- Estamos hablando de Temari, Tenten
- Cierto, pues... fue Temari, ya saben cómo es — esa respuesta era lo suficientemente genérica y a la vez describía lo suficiente de la mujer para ser creíble
- No sé cómo sobreviviste tanto tiempo a su lado — ella se encogió de hombros — aunque ese par necesitan un método de comunicación más efectivo que solo las cartas que él le envía al despacho del Kazekage
- Eso es problema de ellos — fue Sakura quien opinó — ahora mejor decidamos ¿a dónde iremos esta noche? Y más importante... ¿qué usará Tenten?
Naruto había llegado cuando la noche empezaba pues las acompañaría en su salida y al principio había hecho cara de no recordar de quien le hablaba cuando mencionó que Shizuka le había enviado unos regalos de su isla lamentando que no hubiera ido a visitarla. Fue con la mención que era la kunoichi con la que no se quiso casar que empezó a reírse nerviosamente y luego a defenderse de los pellizcos de Ino por no haberle mencionado jamás que una mujer le había propuesto matrimonio. No le sorprendía, el rubio tenía la habilidad de hacer amigos a diestra y siniestra, lo cual debería hacer un poco difícil que los tuviera a todos presentes.
Fue al baño para ponerse el recién adquirido vestido que era de color uva, era strapless con un escote en forma de corazón y ajustado solo hasta la cintura, cayendo holgado desde ahí hasta la mitad de sus piernas, de hecho según se moviera se podía ver más corto. Sus quejas sobre ser inapropiado pues todavía era invierno cayeron en oídos sordos, sus amigas alegaron que primero tenía un hermoso bronceado que podía exhibir y lo segundo se desprendía de eso mismo, venía de una isla y le haría bien contrastar el calor en el que estuvo con el frío propio de Konoha.
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Algo más de un mes había pasado desde su regreso y las misiones nuevamente eran parte de su día a día, no quería tener tiempo pues cada vez que lo hacía su mente se iba a divagar en dos hechos que le dolían y que la estaban haciendo sentir miserable aunque de formas diferentes. Por parte de Hinata escuchó que el hijo de Neji había nacido hacía poco tiempo y aunque era completamente absurdo que una noticia así la lastimara, la verdad es que por algún motivo inexplicable se sintió como un golpe en su estómago. Lo otro, y que de verdad le parecía una herida casi sangrante en comparación, era que no había tenido ni una sola señal de vida por parte de Temari.
No es como si hubiera llegado a creer que lo de ellas podría llegar a ser algo formal o duradero, era solo que no esperaba que se desvaneciera tan rápido después de todo el tiempo que habían compartido, como si no hubiera significado nada. Aunque también recordaba lo ocurrido en el despacho del Kazekage el día en que se habían despedido y su mirada jamás le había dado esperanzas. Pero de todas formas una parte de ella se aferraba a que no había sido solo una amorío fugaz, igual le era difícil no pensar que se trataba de algo tipo "lo que pasa en Nadeshiko se queda en Nadeshiko". Masculló un improperio mientras llevaba su ropa a la zona de lavado pues acababa de llegar de una misión y de repente el jutsu de protección que cubría su departamento se activó por lo que corrió con una kunai en la mano hasta su habitación para encarar al intruso, encontrándose con una comadreja de color naranja con todo el pecho blanco. El animal estaba sobre su cama y ella vio a todas partes pero ninguna otra presencia se sentía, por lo que hizo los sellos para volver todo a la normalidad y dudó.
- ¿Hola? — saludó pensando que tal vez se había enloquecido o estaba soñando aunque no recordara haberse acostado a dormir
- Hola ¿Tenten, verdad? — ella asintió — Temari te envía esto — mostró un sobre así que ella avanzó para tomarlo
- ¿Puedo ofrecerte algo de comer? — nunca había tenido un animal de invocación pues no había hecho alianza con ninguno, le causaban muchísima curiosidad pues por Ningame y Katsuyu sabía que eran muy fuertes y siempre era bueno ser cordiales con estos, además que le parecía increíble que lo hubiera enviado la rubia
- Agradecería si tienes un ratón — ella negó — entonces algo de carne o pescado crudo — no había abierto la nota, fue a la cocina y revisó la nevera, tenía pescado así que eso fue lo que le sirvió, además de algo de agua en otra taza y regresó a la habitación en donde la comadreja se acicalaba — gracias
- ¿Tienes nombre?
- Soy Kamaichi — le contestó entre bocados para luego dar unos lengüetazos al líquido — gracias por la hospitalidad, mi asignación ha sido completada — y sin más desapareció.
Así que fue el momento de regresar su atención al sobre que abrió con cuidado, era una hoja pequeña que tenía varios tachones por todas partes, pero igual cada palabra que sí se entendía claramente le ocasionaba una sonrisa.
"No tengo ni idea sobre qué se supone que se escribe en estas cosas
¿Todo bien allá? Suna nunca dejará de ser Suna
Tengo que ir como delegada a Ishi en dos semanas... y estaré algunos días allí
¿Crees que podamos coincidir?
Atte: T"
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Sin más les recuerdo que los reviews siempre nos ayudan a motivarnos y que se pueden ir a dar una vuelta por mi twitter (idamariakusajis) a ver en qué ando y en mi recién abierto instagram (idamariakusajishi).
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Att: Sally K
