Buen Día!

Cómo prometí, esta será la última historia a actualizar de esta semana de maratón. Siento que haya estado dos días tarde. Como sabrán, Linda Locura siempre se pone rebelde cuando al quiero escribir, o pasan cosas que no puedo controlar y que tengo que solucionar, así que quizás tenga un tipo de maldición; la maldición de la linda chica.

Bueno, este capítulo toca el Extra de NicoxMaki y decir que... Quizás se enojen un poco como yo lo hice con esta parte. Y no es por nada malo, solo... Lean y lo descubrirán.

Disfruten la lectura.


XXVIII

Extra 4: Aquel amor no correspondido y la linda chica (NicoxMaki).


Antes de que me diera cuenta, Nico se apartó de mi lado y se perdió en los pasillos de aquel hospital. Parecía que sabía muy bien a donde iba, quizás porque no era la primera vez que estaba en ese lugar. Con la cabeza decaída, seguía su camino sin prestarle atención a las personas, doctores o pacientes que pasaban a su lado y se le quedaban viendo con intriga.

Al dar vuelta en un pasillo, Nico detuvo su andar y miró hacia el frente. Sus labios temblaron por un momento, como si un suspiro quisiera salir desde lo más profundo de su ser. Sus ojos se llenaron de un brillo solitario y le escocieron un poco. Tratando de mentalizarse, respiró profundo y comenzó a caminar de nuevo, despacio, como si no quisiera transitar por aquel pasillo que llevaba a la habitación de Nozomi.

Su mirada permaneció en la puerta de madera de la habitación en donde Nozomi se encontraba. Ni siquiera parpadeaba. Solo veía con recelo la puerta que no quería abrir porque no sabría qué hacer ni cómo actuar cuando tuviera a Nozomi frente a ella. Los sentimientos se le revolvían dolorosamente dentro de su pecho, porque, incluso si pretendía olvidarlo, si pretendía ocultarlo, no podía dejar de pensar en el profundo resentimiento que le tenía a la chica que se encontraba al otro lado de la puerta.

Después de haber escuchado, en palabras de su madre, aquella historia de cómo llegó Nozomi a sus vidas; después de escuchar como su madre tenía la pretensión de abandonarla a ella y a sus hermanas, y aunque la mayor parte del tiempo, cuando estaba a mi lado escuchando la historia, hubiera aguantado las ganas de gritar de frustración, quizás frente a Nozomi ya no podría esconder lo molesta y el profundo resentimiento que tenía hacia ella. Pero, al mismo tiempo, sentía pánico de sentir eso por Nozomi. Porque, después de tanto tiempo de haber vivido junto a ella, le había tomado un cariño especial y fraternal. Se sentía decepcionada de ella misma por pensar siquiera en que, cuando la viera, lo primero que haría sería gritarle y regañarla. No quería hacerle daño, es solo que quería desahogarse por la profunda confusión que le causaba todo ese asunto. Mentalmente, Nico estaba llegando a su límite.

La soledad de estar en el pasillo, el silencio intermitente que iba y venía con alguna voz perdida en ese espacio, no ayudaba para nada a que Nico pensara correctamente en lo que debería hacer. En ese momento, se sentía más sola que nunca. Pero, siendo sincera, ella se lo había buscado; aunque, después de terminar de oír toda la historia de Nozomi, podía comprender la razón del porque no quería escuchar nada más.

Frente a la habitación, Nico tomó el picaporte de la puerta con sus manos frías y temblorosas; aún húmedas por haberse mojado por la tormenta que caía fuera del hospital. Estaba decidida a entrar, pero le costó mucho aguantarse las ganas de lastimar a Nozomi apenas la viera. La única razón por la que se detenía era porque sabía muy bien que no era culpa de Nozomi todo por lo que ahora pasaba. Pero si no era ella, ¿a quién podría echarle la culpa?

Tomando toda la determinación que le quedaba, abrió la puerta de la habitación. El sonido casi sordo de la puerta deslizándose inundó su conciencia, y, cuando sus labios se abrieron para espetar alguna palabra de reproche, estas quedaron atoradas en su garganta al ver a aquella imagen que se esperaba encontrar en cualquier momento de su estadía en el hospital, pero no precisamente ahí.

Aquellos ojos amatistas la miraron con sorpresa, y un ligero rubor comenzó a aparecer en las mejillas de la joven. Como si fuera una vela, todo sentimiento de molestia, de incertidumbre, se apagó repentinamente cuando se encontró con Maki frente a frente. Simplemente todo se le olvidó por un momento, un ínfimo momento en el que pensó que estaba en otro lugar. Pero ese momento le duró poco, porque, cuando volvió su mirada hacia la única cama de la habitación, recordó todo lo que tenía que decir y que, al parecer, no podría hacer.

—Estás aquí… —Dijo simplemente, con una voz apagada y apenas audible para Maki que, aun desconcertada, la miraba detenidamente—. ¿Te dejaron a cargo de ella?

Maki, que hasta ese momento estaba parada frente a la cama de Nozomi, solo consiguió desviar su mirada y caminar hacia la silla que se encontraba a un lado de la cama. Un poco tensa, se sentó despacio y trató, con todas sus fuerzas, de no ver a Nico a los ojos.

—¿Te prohibieron hablar? —Dijo Nico, sin reparar en el pequeño temblor que recorría el cuerpo de Maki.

—¿Estas molesta por algo? —Musitó Maki, simplemente, sin esperar una respuesta a cambio.

—Claro que no lo estoy, Maki-chan —Nico fingió una voz animada—. ¿Por qué lo dices? Es solo que me sorprendió verte aquí sola con…

—Te conozco desde hace mucho, ¿sabes? —La mira de Maki estaba en sus pies. Tímidamente, estiró las piernas y miró sus zapatos como si fueran la cosa más interesante del mundo—. Sé que estás enojada por alguna razón.

—Claro que no —Maki miró a Nico de soslayo por un ínfimo momento, para después comenzar a juguetear juntando la punta de sus zapatos—. No me conoces tan bien, ¿o si?

—No tengo que responder a esa pregunta —Habló Maki, avergonzada y con la voz como un hilo—. Es solo que… Simplemente…

—Vamos, vamos, Maki-chan, dilo de una vez. Me harás enojar de verdad si sigues con esa actitud —Cohibida, la joven chica apretó los labios para después lanzar un suspiro cansado.

—Solo es que siento que estás enfadada, es todo —Susurró tan bajo que apenas si su voz se escuchó—. ¿Pasó algo?

—Te equivocas, no estoy enfadada y tampoco pasó nada importante que debas saber —Una sincera sonrisa apareció en los labios de Nico—. No estoy molesta para nada —Maki levantó la mirada como si no creyera lo que le decía Nico—. Aunque, si lo que te preocupa es si estoy molesta contigo, te equivocas. ¿Por qué lo estaría de cualquier forma?

—Q-Quizás porque… —Despacio, su mirada se volvió hacia la adormilada Nozomi que descansaba plácidamente en su cama—, porque estaba a solas con ella. —Dijo claramente nerviosa, y como si no quisiera seguir hablando, pero tampoco quisiera detenerse.

Conteniendo una risa, Nico se dio la vuelta para que Maki no la viera a los ojos. Sería cruel reírse de ella. Sabía que su amiga le estaba confiando algo que le costaba mucho expresar. Y quizás su risa fue porque pocas veces había escuchado a Maki expresarse de esa manera.

En ese momento, sus sentimientos revueltos dentro de ella menguaron un poco, y de verdad lo agradecía, ya que en ese día no había dejado de pensar en Nozomi, en su madre o incluso en su difunto padre. Pero, al escuchar la inocencia de Maki, sintió algo calentar en su pecho plácidamente, y sintió que todo aquello por lo que estaba preocupada se esfuma.

—¡No te rías! —Exclamó Maki, sin llegar a gritar ya que no quería, por nada del mundo, despertar a Nozomi—. ¡¿Crees que es divertido reírte de mí por… por?!

—Lo siento, lo siento, Maki-chan, es solo que tú… —Su mirada se volvió hacia la chica—. Gracias por la risa.

La joven de secundaria se le quedó viendo fijamente. Muy en el fondo, sabía que no debería forzar las cosas, sabía muy bien que, si le preguntaba lo que le preocupaba, terminaría por enfadar de verdad a Nico. Sin embargo, quería saberlo, porque quería ayudarla. Quería que Nico confiara en ella; aun si eso le traía problemas.

Maki guardó silencio un rato, hasta que la risa de Nico se fue silenciando y solo el rumor de la lluvia que caía afuera se lograba escuchar en la habitación. Pronto, a ese interminable ruido de la lluvia golpeando contra las ventanas se le unió el sonido de las suaves respiraciones de Nozomi.

—¿De verdad está todo bien? —Dijo de pronto Maki, después de no soportar ese silencio tan abrumador. Nico la vio directo a los ojos y le esbozó una sonrisa—. B-Bueno, me dejaron a cargo de Nozomi, y no es que me interese, pero creo saber la razón. Así que pensé que quizás… Quizás había pasado algo.

—No ha pasado nada, Maki-chan —Contestó Nico, sin titubear siquiera—. Seguro que tu madre está ocupada —Nico miró hacia la ventana de la habitación, donde su reflejo apareció traslúcido sobre el cristal. Su mirada parecía que se alejaba; como si no pudiera seguir en ese ambiente tan denso que ella misma había creado.

—Lo sé. También sé que… —Maki, malhumorada por la pobre respuesta de Nico y la forma en la que ocultaba lo que pasaba, desvió la mirada de ella. Odiaba mucho cuando la trataba así, porque lo hacía parecer como si no pudiera comprender nada; como si fuera una inútil que no se merecía saber más de ella. Un pesado suspiro salió de sus labios—. Ella está aquí, ¿no es cierto?

—¿Ella? —Nico la vio de reojo y se hizo la tonta; bien sabía que Maki hablaba de mí—. ¿A quién te refieres?

—No te hagas la tonta conmigo. Sé que está aquí —Frustrada, Maki agachó la cabeza—. Puede que sea una niña y no me cuenten nada, pero sé que algo pasa.

—¿Tan segura estás de eso? —Nico esbozó una sonrisa distante en sus labios, y al verla a los ojos, supo que no sería fácil desviar el tema; cuando Maki se proponía ir en serio en lo que deseaba, no solía rendirse hasta obtener lo que quería—. ¿Qué importa si te cuentan o no las cosas, Maki-chan?

—¡Que tú me lo prometiste! —Levantó la voz y, al hacerlo, ambas miraron con precaución a Nozomi, la cual se removió un poco en la cama.

El corazón de Nico comenzó a latir fuerte al ver a Nozomi removerse entre las sábanas y ver cómo sus ojos casi se abrían por el grito de Maki. Sin embargo, como si hubiera entrado de nuevo en una profunda hibernación, Nozomi volvió a cerrar los ojos y permaneció tranquila por unos minutos más. Molesta por lo que casi provocaba, Nico se le quedó viendo a la joven con cara de pocos amigos y cruzada de brazos.

—¿Acaso quieres que se despierte? —susurró Nico, aunque más bien pareció que usaba su tono de voz normal debido a que lo exagero demasiado.

—No quiero eso —Maki desvió la mirada—. Mamá ya me advirtió que la dejara descansar.

—Entonces es mejor que no hagas más preguntas, Maki-chan. Además, ¿qué ganas con saber lo que pasa?

Nico se quedó callada. Solo sentía la pesada mirada de Maki y sabía muy en el fondo que quería reprocharle. Pero se contenía quizás porque estaba organizando sus ideas, o quizás porque le costaba mucho expresar lo que en ese momento sentía. Sin soportar ese sentimiento que colmaba su pecho, cerró los ojos con fuerza y apretó los labios.

—Quiero que confíes en mí —Susurró por lo bajo, sin pretensión de que Nico la escuchara—. Dijiste que te podía ayudar.

—¿Dije eso? —Nico se hizo la desentendida y le dio la espalda a la chica. Claramente se acordaba que, en vacaciones, cuando las dos fueron solas a la playa, había soltado esas imprudentes palabras para hacerla sentir mejor; menos sola. Pero ahora mismo ya no podía involucrar a Maki en todo lo que pasaba, porque, si ella ya no soportaba todo ese asunto, no esperaba a que Maki lo hiciera por ella.

—No te hagas la tonta, Nico-chan —Frustrada, Maki se levantó de la silla y se acercó a ella con molestia—. Recuerdas en la playa, cuando estábamos las dos. Prometí que te ayudaría porque… —Sus mejillas enrojecieron—. Porque no me gusta ver que te comportes de esa forma.

—Lo siento… —Nico comenzó a pasearse por la habitación, sin la intención de ver a Maki a los ojos—, no recuerdo que hayamos prometido nada.

—Pero… —Fastidiada, la chica apretó sus manos en dos puños—. Sé que no puedo hacer mucho por ti, Nico-chan, pero por qué… ¿Por qué cada que busco ayudarte siempre actúas de esa manera? Lo odio. Odio tu estúpida actitud.

—¿Así que me odias? —Aquellas palabras produjeron un dolor más grande en el corazón de Nico del que se pudiera imaginar; pero quizás, para mantener a Maki fuera de todo ese asunto, lo mejor sería soportarlo—. Bueno, no busco simpatizar contigo, Maki-chan. No me importa tampoco cumplir algo que nunca dije y que solo malinterpretaste.

Y aquel sentimiento de molestia y enojo regresó a la cabeza de Nico como un estallido. Ahora ya ni siquiera se atrevía a estar en ese lugar, no soportaba estar en esa misma habitación junto a aquella chiquilla que pedía desesperada una explicación. Tampoco soportaba estar en el mismo espacio que ocupaba Nozomi; porque sabía que, si podía desquitarse con ella aprovechando su enojo, no dudaría en hacerlo.

—Yo no malinterprete nada —Musitó Maki, con una voz entrecortada y suave—. Tú realmente buscabas la ayuda de alguien, pero… —un tembloroso suspiro salió de su boca—. Ya veo que no puedes confiar en mí.

—Eso no es… —Nico se dio la vuelta para por fin encarar a Maki. Al encontrarse con su rostro, un horrible sentimiento de impotencia recorrió su corazón y le enfrió el cuerpo.

Pensó que Maki ya estaba llorando y en ese momento ya se encontraba destrozada por haber sido tan insensible con ella. Pero Maki no lloraba. En cambio, la veía con un profundo resentimiento.

—Yo intentaba ayudarte, Nico-chan —miró decaída al suelo. Su voz era aguda y acongojada; como si tuviera miedo de seguir hablando—. Pero tú nunca dejas que me acerque a ti. Nunca dejaste que te conociera como eres en realidad —furiosa, lanzó un pesado suspiro—. Pero a ella sí que le diste toda tu confianza. A ella que es una desconocida no te importó confiarle todo lo que te preocupaba. A ella que solo llegó para arrebatarte un poco más de lo que te pertenece.

—¿A qué te refieres? —Nico, pretendiendo que no entendía, se acercó temblorosa hacia Maki—. No sé de qué hablas, Maki-chan. Si no eres clara yo no sé…

—¡Deja de tratarme como si fuera una estúpida niña! —Molesta, Maki le dio la espalda a Nico, no quería que la viera en ese momento de suma debilidad—. Esa estúpida niña rubia solo es una entrometida que vino a hacerte más infeliz. Vino a…

—Eso no es cierto, Maki… —Las emociones dentro de Nico menguaron—. No sé de donde sacaste eso, pero te aseguro que no es cierto. Tú ni siquiera la conoces. Apenas si has hablado con ella.

—¿La vas a volver a defender? —Cansada, Maki se dejó caer a la silla—. ¿Qué tiene de especial ella? Para mí solo es una intrusa que pretende caerle bien a todo el mundo, que quiere que todo vaya según lo que quiere. Es como… —Su mirada se volvió hacia la cama donde descansaba Nozomi.

—No puedes decir eso solo porque te sientes molesta con ella, Maki. Si la conocieras un poco, sabrías porque…

—¡No quiero conocerla! —gritó esta vez, sin reparar en que Nozomi podría despertar en cualquier momento.

—Baja la voz, Maki. ¿Acaso quieres que…? —Sin terminar de hablar, Nico vio en la mirada de Maki que, dijera lo que dijera, ya no podría hacerla cambiar de parecer.

—¿Me vas a contar entonces qué fue lo que te paso? Sé que hablaste con tu mamá antes de venir aquí, y también sé lo que está pasando en la oficina de mi mamá en este momento —Verdaderamente molesta, Maki miró a Nico esperando su respuesta—. Ella te arrebató lo que por derecho te pertenecía. Tu buscabas siempre saber la verdad de esta niña y ahora ella es la que va a enterarse de todo. Mientras que a ti te vuelven a dejar de lado.

—Es suficiente, Maki…—Decaída, Nico miró de nuevo hacia la ventana de la habitación, y vio reflejada en ella su mirada vacía y distante—. Ya es suficiente. No ganas nada con molestarte. La doctora Nishikino confía en Eli y, a decir verdad, yo también confió en ella.

—¡¿Por qué?! —Exclamó Maki con molestia.

—¡Por qué ya estoy cansada! —Soltó Nico con una voz aguda y triste—. Ya me cansé de tratar con Nozomi. De que se lleve toda la atención de mi madre. Lo único que quiero es que todo esto termine de una vez por todas. Yo confió en Eli porque sé que ella puede cambiar las cosas y, si no es ella, no se quien mas va a ser la que le abra los ojos de una vez por todas a mi madre, porque yo ya intenté de todo y no pude hacer nada.

Aquel sentimiento de enfado en Maki fue menguando conforme las palabras de Nico salían de su boca. Ahora, todo lo que sentía dentro de su pecho era una horrible culpa por haberse precipitado de esa forma. Pero no se arrepentía de haberlo hecho, ya que por fin se había ganado un poco la confianza de Nico; al menos así lo pensó.

—Ella… —Nico no paró de hablar. Parecía que ya ni siquiera percibía lo que decía. No quería que Maki cargara con todo lo que le pasaba, pero ya se había hartado de su actitud y de que todo el mundo la viera como una inútil que no podía hacer nada. Ya poco le importaba si con contarle perjudicaría a Maki o no; lo único que quería era que alguien la escuchara—. Ella quería abandonarme, Maki-chan —Su cuerpo entero tembló y Maki, sorprendida, solo consiguió mirarla fijamente—. Ella quería irse sin mis hermanas y sin mí.

—Nico-chan yo no…

—No lo sabías, y yo tampoco lo sabía. Pero sigues insistiendo en que quieres saber algo que no puedes solucionar —Su voz temblaba y es sentimiento de furia hacia la chica que estaba dormida a su lado regresó—. Al final mamá no pudo abandonarnos, pero fue en ese momento cuando trajo a Nozomi con ella. Aunque, ahora que lo pienso, hubiera dado lo mismo si nos hubiera abandonado —Despacio, Maki se levantó de la silla e intentó acercarse a Nico. Sin embargo, al sentir la cercanía de Maki, Nico no pudo evitar retroceder; en ese momento no la quería tener cerca—. Ya no sé en quién más puedo confiar. Pensé que tú… —En un momento de lucidez, la chica se detuvo al ver como Maki temblaba frente a ella; y volvió a reaccionar pensando que no era justo para ella soportar todas sus preocupaciones—, en la única que pudo confiar ahora es en Eli.

Y al escuchar mi nombre salir de los labios de Nico, el corazón de Maki se detuvo por un momento. Parecía que se quedaba sin aire, como si le hubieran arrebatado la capacidad de respirar y ahora solo fuera un cuerpo inerte frente a Nico. Se sentía devastada, porque no era lo que precisamente quería escuchar de su amiga. Hubiera deseado con desesperación que su nombre saliera de sus labios, para así poder ayudarla y estar junto a ella en ese momento en el que más la necesitaba.

—¿Ella? ¿Por qué en ella?

—No de nuevo, Maki. Por favor.

—¿Acaso ella es tan especial para ti? —Sus palabras salían sin siquiera pensarlas. Ya no podía contenerse más—. ¿Qué significa Ayase para ti en realidad, Nico-chan?

—¿De qué estás hablando? —Nico levantó la mirada y vio a Maki directo a los ojos—. No es momento para tus juegos infantiles Maki-chan. Deja de decir tonterías. ¿Acaso no es lo que querías? ¡Que te contara todo lo que pasó este día de mierda!

—No estoy diciendo ninguna tontería —Maki continuó hablando con terquedad, y no parecía tener la pretensión de detener lo que ya había iniciado—. Contéstame, Nico. ¿Qué es Ayase para ti?

—Esto es una broma, ¿verdad? —molesta, Nico retrocedió—. Por eso no quería decirte nada. Sabía que no eras lo suficiente madura coma para comprender la gravedad de lo que pasa.

—¡Eso no es cierto! —Pero se equivocaba, y lo sabía perfectamente. Maki comprendía que ella sola no podría arreglar los problemas que tenía Nico; pero también sabía que, si tan solo confiara un poco más en ella, al menos podría apoyarla—. No tengo nada que entender. Nosotras lo prometimos. Prometimos que podíamos confiar mutuamente. Me dijiste que podía ayudarte. Yo no quiero… —Sus mejillas adquirieron un suave rubor—. Yo no quiero verte triste nunca más.

—Te estás comportando como una niña, Maki.

—¡No es cierto! Lo digo en serio. Si tan solo me contaras los que te preocupa, podríamos solucionarlo y…

—¡Esto no se soluciona solo hablando! ¡¿No lo entiendes?! ¡Esto va mucho más allá de lo que tú, Ayase o yo podamos hacer! ¡Deja de fantasear con que todo lo podrás solucionar con una sonrisa en tu rostro, porque no es así, Maki… no es así! ¡Si lo hubiera querido solucionar con palabras, hubiera hablado con Mamá como lo hice cientos de veces, y no hubiera confiado en la primera desconocida que se metía en la vida de Nozomi! Las cosas no se solucionarán solo disculpándose o aceptando quién es la persona que más se equivoca. Deja de vivir en un cuento de hadas.

Maki sabía que Nico tenía razón, pero, aun así, no pudo evitar pensar siquiera en eso como una posibilidad. Porque en ese momento ella estaba tan molesta y enojada por lo que sentía dentro de ella que no podía pensar racionalmente lo que le había dicho su amiga.

—Pero ella sigue siendo una chica de preparatoria al igual que tú, y ella pudo solucionar más cosas que tú no pudiste en tantos años —Dijo Maki con un tono de voz mordaz que sabía a la perfección que afectaría a su amiga.

—Maki, solo estás dejándote llevar por los celos que sientes por ella.

—¿Celos? —Sus mejillas se ruborizaron—. ¿Por qué estaría celosa de una persona como ella?

—No lo sé Maki —añadió con sarcasmo—. Quizás porque te la has pasado hablando de ella todo este tiempo —Nico le dio la espalda, con intención de abandonar la habitación—. Creo que lo mejor sería no hablar del tema hasta que aclares lo que sientes —Nico comenzó a caminar hacia la puerta de la habitación, pero, antes de que saliera, Maki se acercó bruscamente a ella y la tomó del brazo.

—¡Yo sé muy bien de lo que hablo! —Sus mejillas estaban rojas, pero, al contrario del sentimiento tímido que solía expresar, era por el enojo que sentía—. ¿Celos? ¡Si! ¡Estoy celosa de ella! ¡Porque vino aquí y se robó toda tu atención! Cada día que estamos juntas te la pasas hablando de ella y de cómo es la única que puede terminar con todo este asunto de Nozomi. Ya ni siquiera te esfuerzas por tu cuenta. ¡Todo se lo dejas a ella! —Nico miró a su amiga fijamente a los ojos, y vio como algunas lágrimas por fin se deslizaban por sus mejillas—. ¿Y qué hay de mí? Yo siempre quise ayudarte. Siempre quería que fueras feliz y me esforzaba mucho para que olvidaras lo que te preocupaba; al menos un poco. Pero… —Maki liberó un suave sollozo—, pero tu nunca pensaste que yo podría ayudarte. Nunca confiaste en mí. Nunca me viste de la misma forma que la miras a ella —La frustración que sentía Maki se le marcaba en las facciones—. Así que sí, tienes razón, estoy celosa de ella porque te está alejando de mi lado cada día más, y no quiero eso. No me gusta… —Desesperada, se secó las lágrimas—. Así que contéstame de una vez. ¿Cuál es tu relación con ella?

—Somos amigas…

—¡Mentirosa! —Maki ocultó su mirada detrás de sus manos—. ¡Mentirosa! Tu nunca has llamado amiga a nadie, ni siquiera a mí.

—Solo te estás dejando llevar por lo que sientes, Maki. Esto ya no tiene que ver con todo lo que pasa con Nozomi. Estás siendo egoísta y lo sabes.

—¿Y no puedo serlo? —Como una niña regañada, Maki comenzó a sollozar suavemente—. ¿Acaso no puedo comportarme de esta forma ahora que siento que estás más lejos que nunca?

—Tú no comprendes lo que pasa.

—¡¿Y cómo lo voy a comprender si no me cuentas nada?! —un débil sollozo salió ahogado desde lo más profundo de su ser—. Quiero ayudarte, ¡pero tú no me dejas hacerlo! Al menos dime ¿qué tipo de relación tienes con Ayase? ¿Ella te gusta?

—¡¿Qué tonterías estás diciendo?! —Por fin Nico levantó la voz—. ¡¿Crees que todo esto tiene que ver contigo; con lo que sientes?! ¡Nadie te está traicionando, Maki, porque, desde un principio, no hubo nada entre nosotras!

—Pero ella te gusta —Dijo Maki hipado entre sus sollozos. Ya ni siquiera comprendía porque seguía hablando; las palabras salían solas de su boca.

—¡Deja de ser tan terca y escúchame de una vez! —Maki, llorando fuertemente, le dio la espalda para que no la viera más; no podía soportar esa mirada furiosa de Nico, aunque ella misma la hubiera provocado.

—¡No quiero escucharlo! —Maki lanzó un amargo sollozo que inundó con su sonido toda la habitación. Afuera del hospital, la lluvia había dejado de caer. El silencio de la noche anegaba todo el lugar; como la marea al atardecer—. Ya no soporto escucharte hablar todos los días de ella. Ya no soporto escuchar como pretendes olvidar la promesa que hicimos. Ya no quiero ver cómo, cada día, te distancias más de mi lado y me dejas sola. Eres mi única amiga, ¿lo sabes? Yo no tengo a nadie más que a ti para poder hablar. Y sabes muy bien cómo son las cosas en mi familia, no puedo hablar con mi madre de esto, y a mi padre apenas si lo veo. Cuando te conocí pensé que por fin tenía algo propio, pero ahora que esa entrometida llegó a tu vida, siento que…

Maki guardó silencio, y una vez más quedaron las dos sumidas en un silencio abrumador. El corazón de Nico comenzó a latir fuerte, y no pudo evitar sentir pena por la chica. Quizás porque la entendía; entendía ese sentimiento de que todo se le arrebatara de pronto. Sentía que entendía lo que ella en ese momento sentía dentro de su pecho; el dolor del abandono. Pero, aun así, no podía simpatizar con la actitud que había tomado, porque nunca la había visto comportarse de esa forma; como una niña malcriada que de pronto le estaban arrebatando algo que quería.

—Escucha lo que dices, Maki… —musitó Nico, un poco más calmada—. ¿De verdad piensas que está bien sentir lo que sientes ahora mismo? Entiendo lo que quieres decir, pero no puedo aceptar que te comportes así sin saber cómo son las cosas en realidad —Nico volvió a mirar a la ventana, dónde las últimas gotas de lluvia se deslizaban—. Yo no quiero sobreponer mis problemas en ti, porque sé que te hará daño. Porque aun eres una niña que lo único que busca es que alguien esté a su lado. En este momento te estás comportando como Nozomi; egoísta y que pretende que todo le va a llegar a las manos mágicamente porque se comporta de manera caprichosa —un suspiro salió de sus labios—. Esa no es la Maki que yo conozco. Así que, por favor, piensa un poco en lo que has dicho.

—Pero…

—¡Ya es suficiente, Maki! —Nico, cansada, se alejó de su lado—. Ya es suficiente

Sabiendo el error que había cometido, Maki se volvió hacia ella y la encaró, pero Nico ya no la veía, estaba de espaldas, temblando y pensó que quizás había empezado a llorar. Se sintió culpable al verla así, porque justamente eso era lo que siempre había querido evitar; que ella se pusiera triste y no poderla ayudar.

—Nico-chan… —sus palabras resonaron fuertes en la habitación—. Yo no quería…

—No te tienes que preocupar, Maki…

—¡No, si debo! —Volvió a gritar—. Soy una idiota, lo siento. Solo estaba pensado en mí. No quería que te pusieras triste… Es solo que, cuando recuerdo a esa niña rubia, solo me siento más molesta, porque sé que en realidad tú no confías en ella, pero es la única opción que te queda. ¡Pero yo quiero ser esa última opción para ti!

—Esos son celos, Maki… —cansada, Nico liberó un suspiro—. No quiero regresar de nuevo al inicio.

—Claro que sé que son celos. Pero no puedo evitarlo porque tú… —Su corazón palpitó fuerte contra su pecho. Las palabras que tanto había deseado decir ahora se le presentaban como la única opción para poder arreglar todo lo que había dicho antes. Pero tenía miedo precisamente de saber cuál sería la respuesta. Aun así, esas palabras salieron como si las hubiera pronunciado normalmente toda su vida—. ¡Tú me gustas, Nico-chan! No quiero abandonarte ahora cuando más necesitas a alguien en quien confiar.

El corazón de Maki latía con fuerza dentro de su pecho. Su cara se puso roja por la repentina confesión. En el ambiente se percibía un sentimiento diferente, distante y melancólico. Mientras tanto, Nico veía cabizbaja al suelo, con los ojos bien abiertos sin concebir lo que había escuchado. Su corazón latía incluso más fuerte que el de Maki, pero, aun así, a pesar del sentimiento cálido que sentía recorrer su cuerpo, Nico se mordía los labios para no correr a abrazar a su amiga aceptando sus sentimientos, porque sabía que eso solo le traería más problemas. En ese momento, no podía aceptar los sentimientos de Maki porque sabía que, si dependía de ella ahora que le había expresado lo que sentía, solo terminaría lastimandola por querer que ella soportará todos sus problemas, y ella, que también le gustaba Maki desde hace mucho tiempo, no podía aceptar hacerle daño. Así que, tomado toda la determinación que tenía y tratando de ocultar lo que de verdad sentía, buscó resguardar ese sentimiento y lo ocultó en lo más profundo de su ser.

—Los siento, Maki… —Dijo con una voz mecánica y sin afección alguna; tratando de disimular con todas sus fuerzas su mentira—. Yo no siento lo mismo por ti.

—¡Pero…! —Maki quiso responder, pero se quedó muda de pronto.

—Somos amigas, nada más…—Maki sintió como si su corazón estallara de pronto; un dolor horrible que le paralizó todo el cuerpo—. Pero supongo que después de esto, ya no podré llamarte así tampoco.

—Eso no… —sin percibirlo, las lágrimas ya se deslizaban por sus mejillas; ella ni siquiera le prestaba atención al frío que le provocaba—. Yo solo quería ayudarte…

—Supongo que eso no va a poder ser… —Nico intentó esbozar una sonrisa, pero le dolía hacerlo—. Lo siento, Maki.

Despacio, Maki ocultó su rostro entre sus manos y comenzó a llorar con fuerza y silenciosamente. No tenía más que decir, y agradecía que esa conversación hubiera terminado. Ni siquiera podía sentir vergüenza por estar llorando de esa forma tan infantil frente a Nico. Por más que quería, ya no podía contener el llanto.

Y pronto, a su llanto, se le unió otro más… Y los gritos de Nozomi comenzaron.

Toda sensación fue desapareciendo en el cuerpo de Nico al ver el aterrorizado rostro de Nozomi gritar de desesperación. Al escuchar las incoherentes palabras que salían de su boca, Maki comenzó a temblar. Nico nunca la había visto comportarse así, solo sabía lo que le pasaba, pero nunca la había visto de cerca. Asustadas, las dos retrocedieron mientras que Nozomi, como si estuviera reviviendo un recuerdo doloroso del pasado, se retorcía y gritaba en la cama.

—¡Ve a buscar a mi madre! —gritó desesperada Maki, sin quitarle la mirada a Nozomi de encima.

—Pero…

—¡Ve! —Y aunque deseaba tener la ayuda de Nico, en ese momento no quería tenerla cerca. Por eso la obligó a que corriera a buscar a la doctora Nishikino, dejándola sola con el griterío y la desesperación que expresaba Nozomi.

—¡No puedo dejarte sola con ella!

—¡Pero yo ya no quiero verte aquí!

—Maki-chan… —Claramente dolida, Nico pudo percibir el dolor en el rostro de Maki al ver cómo sus lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.

Deseando huir, Nico dio unos pasos hacia atrás y, mirando una última vez a Maki, la cual se acercó a controlar a Nozomi, salió corriendo de la habitación.


Espero que les haya gustado este capítulo, a decir verdad me encanto mucho escribir algo fuerte como esto. Y, ahora quiero arrebatarle el privilegio a Robin de abofetear persona porque a Maki si se pasó. Peor no la abofeteo solo porque es una niñita y no tiene la culpa de ser tan inmadura. Pero bueno, ¿qué les pareció esta aprte? Les gustó el regreso de Nico y Maki? Desde el fic en la playa no las veíamos y parece que no terminó nada bien. Por otra parte, quizás notaron un pequeño cambio en la narración, pero intenté que Eli no interviniera mucho en la narrativa y la maneje mas como una narradora independiente. No sé si salió bien, pero me esforcé para que les gustara. ¿Qué les pareció? ¿Y que piensan que venga a continuación? La verdad espero escribir el último especial al menos para esta semana, eso si no empiezo mi semestre con exámenes y trabajos, pero ya quiero llegar al invierno y cerrar la temporada de otoño de una vez por todas.

Finalmente muchísimas gracias por todo el apoyo que me brindaron en esta semana en el maratón, de verdad, no me esperaba tener tanto apoyo de su parte y de verdad no tengo más palabras de agradecimiento. Espero hacer este tipo de temáticas mas seguido, porque, a pesar de que terminé destrozado, lo disfruté mucho.

SilentDrago: Buenas Silent! Espero y estés bien. Bueno, como dices, ahora le toca a Nozomi descubrir que es lo que en verdad siente por Eli; porque Homura la confundió mucho diciéndole que lo que sentía no era amor. No sé lo que vendrá a continuación, bueno si, pero quien sabe como se desenvolverán las cosas. Perdón que sea tan breve este mensaje, pero, espero que estés muy bien y cuídate mucho. Espero también haber mejorado un poco este capítulo con la narración. Y por cierto, muchísimas gracias por el apoyo en esta semana, Silent, te debo mucho.

Suzume Tachibana: Hola! Espero que estés muy bien, es bueno leerte por aquí. Me alegra leer que te gustó el capítulo pasado, representando por fin cómo Nozomi percibe las cosas dentro de su cabeza y como Homura es parte de ella también. Por otra parte, agradezco la confianza que has depositado en mí, podría decir lo mismo. En fin, lamento el corto mensaje pero y ando con sueño. Te deseo buena noche y cuídate mucho. Y tambien te agradezco todo el apoyo que me diste en esta semana de maratón.

ARAMARU-CHAN 26: Hola! De nuevo puedo saludarte en esta semana. Primero que anda, no tienes que preocuparte por llegar temprano a leer mis historias, porque sentiría como si fuera una obligación para ti y siento que te haría más daño. Y no quiero eso, no quiero obligar a nadie a que me lea. Aun así aprecio como no tienes idea la dedicación que me muestras en tus comentarios y cada que lees una de mis historias. Me hace muy feliz de verdad. Y bueno, pasando a la historia, de verdad me alegra leer como captaste el significado de los primero párrafos del capítulo pasado, porque justamente lo que quería era darle un fin a todo el misterio que envolvía a Nozomi de forma que englobara todo lo que significa Linda Locura; que bueno que te haya gustado y que lo hayas notado. Y bueno, con respeto al tema que tocas del amor, yo podría decirte como lo percibo desde mi perspectiva, esto porque, con tu comentario, me pusiste a pensar de nuevo en ese concepto que tanto he trato de plasmar en mis historias, pero la verdad ya tengo sueñito y mejor lo resumiré: Para mí, el amor es un especie de sentir parasitario que se nutre de los demás sentimiento. Es decir, no todos percibimos el amor de la misma forma que lo hacen otras personas, cada quien tiene una perspectiva desde su propia subjetividad, desde sus propias vivencias y de sus experiencias. La forma en la que lo interpretó con respecto esta reacción parasitaria, es que el amor puede también nutrirse del enojo, de la felicidad, de la tristeza entre otros sentimientos; y todo esto tiene que ver con el propio raciocinio y la perspectiva bajo la cual lo experimentamos individualmente. La contraparte del amor, en todo caso, seria el odio. Peor bueno, hasta aquí dejo mi explicación.
Finalmente, te quiero agradecer por apoyarme esta semana en la maratón, me alegro ver tus reviews apoyando las historias y dándome tu opinión sincera de ellas. Muchas gracias. Te deseo lo mejor estas semanas y cuídate mucho.

Sin Más, Muchas Gracias Por Leer y Por Brindarme su apoyo. De verdad lo aprecio mucho.