Capítulo 28: Entre estaciones
Sumary: Madre Naturaleza y Padre Tiempo vieron muchas cosas, estaciones pasar y a ciudades cambiar, pero siempre juntos, lo habían estado, se podría decir, desde el inicio del tiempo.
Madre Naturaleza y Padre Tiempo fueron invitados a la ceremonia para nombrar al nuevo líder de la aldea. Papá Pitufo había dicho que era el momento para que otro pitufo tomara su lugar, pues él estaba demasiado cansado y era demasiado mayor para cargar con esa responsabilidad. Madre Naturaleza y Padre Tiempo no estaban de acuerdo, ambos pensaban que el pitufo de rojo podía seguir cuidando de la aldea del mismo modo en que lo había hecho por años, pero no dijeron nada. Respetaban la decisión de Papá Pitufo.
Padre Tiempo había pasado por Madre Naturaleza. Ambos estaban acostumbrados a ir a toda clase de eventos y también de pasar el tiempo juntos. Papá Pitufo solía bromear diciendo que lo único que faltaba era que se casaran. No era algo que les molestara, pero sí que los confundía. Ninguno le había dicho al líder de la pitufialdea que estaban saliendo e incluso lo había sospechado antes de que ellos mismos lo supieran.
Ambos querían decirle a Papá Pitufo que estaban saliendo, pero no habían encontrado el momento apropiado y siempre eran interrumpidos. No creían que pudieran hacerlo durante la ceremonia y ciertamente tampoco creían que fuera necesario.
—¡Madre Naturaleza, Padre Tiempo, me alegra verlos! —los saludó Papá Pitufo. Él estaba acompañado de Filósofo, Pitufina y Bebé Pitufo.
—Hubiera sido muy descortés no venir.
—¡Y están tomados de la mano! —comentó Pitufina con ilusión —. ¡Eso es tan sentimental!
—Son pareja, es normal que se toman de las manos —comentó Filósofo con algo de aburrimiento —, los llevaré a su asiento y podremos comenzar con la ceremonia.
—Tranquilo, Filósofo —le regañó Papá Pitufo —. Recuerda de lo que hablamos.
Filósofo se mostró avergonzado.
—Lo siento, Papá Pitufo, es solo que...
Papá Pitufo lo hizo callar con un gesto de mano.
—Lo entiendo, pero procura que no se vuelva a repetir.
Madre Naturaleza y Padre Tiempo intercambiaron miradas. Seguían pensando que era muy pronto, pero no por ello pensaban que fuera un error. Confiaban en Papá Pitufo y también en Filósofo.
