Capítulo 28
Parecía que toda la casa de Slytherin se había reunido allí para mirarlo. La directora habló brevemente con ellos, al igual que el profesor Parkin, luego de que se fueron él quedó allí de pie frente a todos; incluso los niños más pequeños lo miraban con cierto recelo.
-Sé que debo muchas disculpas a muchos de ustedes- dijo él-. Y entiendo si les disgusta mi presencia, pero creo que son mejores que los otros, es por eso que decidí... ya saben.
Scorpius y Jesse se miraron, el castaño caminó hasta el chico frente a todos, carraspeó y extendió su mano.
-Bienvenido con los marginados Potter. La mejor casa que te podrías encontrar.
-O la élite de la élite, preferimos ese término- dijo un chico de séptimo en tono amigable.
Albus lo miró sorprendido, automáticamente posó sus ojos en Scorpius, que asintió y, por alguna razón, eso hizo que Potter se armara de valor, por lo que aceptó la mano de Jesse. Albus se acomodó el nuevo uniforme de su nueva y original casa, como habían dicho los profesores.
-Te ayudamos con tus maletas- ofreció Fawley-, Sebastian- llamó.
-Voy- dijo con voz cansada.
Entre algunos chicos de su curso lo ayudaron a subir sus cosas al dormitorio.
-Scorpius ten cuidado- advirtió Sebastian.
-¿Por qué?
-Podrías romperte por cargar esto.
Los chicos rieron, Scorpius hizo una mueca que intentó ser sonrisa. Todos le decían que era demasiado delgado, tal vez sí era un problema. Llegaron a la habitación y metieron las cosas. Albus entró con timidez.
-Elige una cama- le dijo Scorpius-. Estoy yo solo aquí.
-¿En serio? ¿Por qué?- ante la significativa mirada que le dio el rubio Albus se ruborizó-. Aquí está bien- eligió una cama a dos de la de Scorpius.
Los chicos lo dejaron instalarse, Scorpius se quedó sentado en su cama mirando a su nuevo compañero.
-No te molestaré, lo prometo- dijo Albus-. Parecerá que no estoy aquí.
Scorpius se encogió de hombros, al poco rato se le ocurrió algo.
-¿Tu padre le dijo algo a mis abuelos?
-Oh, creo que sí. Me había dicho que quería hablar con tu padre, pero creo que no pudo.
-Mejor así- respondió Scorpius-. Mi padre no sabe nada, y quiero que siga así.
-Ya veo, descuida le diré que no lo comente.
-¿Lo harás?
-Seguro.
El rubio asintió y caminó hacia la puerta.
-¿Se encuentra bien? Tu padre.
-Está mejor.
-Qué bueno.
Se hizo un silencio incómodo del que fueron salvados cuando tocaron.
-Scorp, ¿vas a cenar?
-Sí- abrió la puerta encontrándose con Jesse-. Vamos.
-¿Potter vas a cenar?
-Eh... no, no tengo hambre.
-Vaya, tienen mucho en común- bromeó el otro.
Scorpius puso los ojos en blanco y empezó a replicar sobre que sí comía, solo que no lo veían.
-No toques mis cosas- se regresó a decirle a Albus-. Jamás había tenido que decírselo a alguien, pero no lo hagas. Me gusta cómo está todo.
-Soy un mueble más- Albus alzó las palmas de las manos.
El rubio cerró y fue tras Jesse.
-Se ve tranquilo- comentó el castaño.
-Espero. Las únicas crisis con las que quiero y sé lidiar son con las mías.
Provocó que su compañero riera.
-¿Es acaso que nuestro Escorpión está haciendo bromas?
-Ah. Eso creo.
Scorpius se sintió bien por alguna razón.
